Saturday, July 11, 2009

Julio 2008 / No. 14 / Orange County




Bajo el capital: Obra de Jon Juanma


Contenido

Elena Caricotti
Olga Orozco

Mex Urtizberea
Pegarle a un maestro
Deseo para los niños

Dolors Alberoni
Genealogía de la hembra

Ludmila Quincoses
Oración por la casa

Angeles Mastretta
Valiente, aunque llorosa (cuento)

Emilia Pérez
El Cantar del Mio Cid habría sido escrito por un poeta árabe

Cristina Longonetti
La noche como un tigre

Alejandro Drewes
Saga
Quaestio

Luis Alberto Battaglia
De pura pena

Marcos Winocur
Mi incapacidad para vivir el presente
¿Ton's qué Sócrates?

Inés Arredondo
Orfandad

Mary Carmen S. Ambriz
Mitos y misterios de la escritura

Carlos López Dzur
Leda y el materialista

Ian Welden
La diosa Freya y la crisis de la levadura

Fanny Jaretón
Epidermis

Juana Castillo
Lo que opinan los maestros a la hora de escribir

Pedro Du Bois
Funciones
Assuntos

<><><>

Elena Caricatti Pennella (Argentina)

Olga Orozco

El oro fino de los iniciados
está en tu nombre.
Escribiste con tus manos de sacerdotisa,
tus pies sacramentales,
con todo tu cuerpo
y la poesía te cubrió con su manto dual,
ferocidad y esplendor.
Un sendero cruciforme fue señal.
Nada puede alucinar más
que una constelación adversa.
Anduviste por ciénagas y terraplenes,
travesías por mares tenebrosos
pero construiste un mandala
de cuarzo y sal
para mantener el orden de los salmos.
Has dejado atrás los sótanos de niebla,
los cuervos retornaron a otros espacios,
no te persiguen las encrucijadas de la noche,
descansan los chacales y las profecías
entre las runas y las cartas del tarot.
Ahora los espíritus numinosos
que entre la vigilia y el sueño
jadeaban sobre tu rostro
se han reunido,
comparten tu delicado aposento
en la patria de los querubines
donde el lirio es eterno
y el agua de las vasijas
es transmutada en vino.
Ya no hay ausencias,
en lo invisible reina la totalidad.

La quinta estrella brilla sobre tus cabellos.
La cegadora luz resplandece
en tus ojos de esmeralda
como la tabula de Hermes.
Gran poeta,
en los anaqueles celestes
tus libros revelados se pueden leer
con los ojos del espíritu
como leen los muertos y los santos
la escritura de los ángeles.

Elena Caricatti Pennella
De su libro Liturgia del abismo (Munro, 2008)

* * *

Mex Urtizberea (México)

Pegarle a un maestro

Lo sabe un chico de cuatro años, de salita celeste, que ni siquiera sabe hablar correctamente.
Lo sabe un chico de seis años, que ni siquiera sabe escribir.
Lo sabe un chico de doce años, que desconoce todas las materias que le deparará el secundario.
Lo sabe un adolescente de diecisiete años, aunque sea la edad de las confusiones,
la edad en la que nada se sabe con certeza.
Lo saben sus padres.
Lo saben sus abuelos.
Lo sabe el tutor o encargado.
Lo saben los que no tienen estudios completos.
Lo sabe el repetidor.
Lo sabe el de mala conducta.
Lo sabe el que falta siempre.
Lo sabe el rateado.
Lo sabe el bochado.
Lo sabe hasta un analfabeto.
No se le pega a un maestro.
No se le puede pegar a un maestro.
A los maestros no se les pega.
Lo sabe un chico de cuatro años, de seis, de doce, de diecisiete, lo saben los repetidores,
los de mala conducta, los analfabetos, los bochados, sus padres, sus abuelos, cualquiera lo
sabe, pero no lo saben algunos gobernadores.
Son unos burros.
No saben ni lo más primario.
Lo que saben es matar a un maestro.
Lo que saben es tirarles granadas de gas lacrimógeno.
Lo que saben es golpearlos con un palo.
Lo que saben es dispararles balas de goma.
A los maestros.
A maestros.
Lo que no saben es que se puede discutir con un mestro.
Lo que no saben es que se puede estar en desacuerdo con lo que el maestro dice o hace.
Lo que no saben es que un maestro puede tener razón o no tenerla.
Pero no se le puede pegar a un maestro.
No se le pega a un maestro.
A los maestros no se les pega.
Y no lo saben porque son burros.
Y si no lo saben que lo aprendan.
Y si les cuesta aprenderlo que lo aprendan igual.
Y si no lo quieren aprender por las buenas que lo aprendan por las malas.
Que se vuelvan a sus casas y escriban mil veces en su cuaderno lo que todo el mundo
sabe menos ellos, que lo repitan como loros hasta que se les grabe, se les fije en la cabeza,
lo reciten de memoria y no se lo olviden por el resto de su vida; ellos y los que le sucedan,
ellos y los demás gobernadores, los de ahora, los del año próximo y los sucesores de los
sucesores, que aprendan lo que saben los chicos de cuatro años, de seis, de doce, los
adolescentes de diecisiete, los rateados, los bochados, los analfabetos,
los repetidores, los padres, los abuelos, los tutores o encargados, con o sin estudios completos.
Que no se le pega a un maestro.
No se le puede pegar a un maestro.
No debo pegarle a un maestro.
A los maestros no se les debe pegar.
Sepan, conozcan, interpreten, subrayen, comprendan, resalten, razonen, interioricen,
incorporen, adquieran, retengan este concepto, aunque les cueste porque siempre están
distraídos, presten atención y métanselo en la cabeza: los maestros son sagrados

Mex Urtizberea / LA NACION - 6 de abril de 2007

* * *



Deseo para los niños

Que sean niños los niños.
Que sean niños, y no clientes de las compañías de celulares, o vendedores de rosas
en los bares, o estrellas descartables de la televisión.
Niños, no limpiavidrios en los semáforos, o botín de padres enfrentados
o repartidores de estampitas en los subtes.
Que no sean niños soldados, los niños. Que sean niños los niños, simplemente.
Que no sean foto de un portal pornográfico. Que no sean los habitantes de un reformatorio.
Que no sean costureros en talleres ilegales de ningún lugar del mundo.
Que sean niños los niños, y no un target.
Que no sean los que pagan las culpas. Los que reciben los golpes.
Los bombardeados por publicidad. Que sean niños los niños.
Todo lo aniñados que quieran. Todo lo infantiles que quieran.
Todo lo ingenuos que quieran. Que hagan libremente sus niñerías.
Que se dediquen a ser niños y no a otra cosa.
Que no sean los que no juegan, los acosados por las preocupaciones, los tapados de actividades.
Que sean niños los niños y se los deje preguntar sin levantar la mano, formar filas torcidas,
llevar alguna vez la Bandera no por ser mejor alumno, sino por ser buen compañero.
Que sean niños los niños y no los incentivados con desmesura
a consumir todo lo que saca el mercado.
Que sean niños, y no los que aspiran pegamento en una esquina
o fuman paco en la otra, tan de nadie, tan desprotegidos.
Niños, no nombres que tienen que rogar por recibir el apellido paterno
o la cuota de alimentos.
Que sean niños los niños.
Y que los niños sean lo intocable, que sea la gran coincidencia en cualquier discusión ideológica;
que por ellos se desvelen los economistas de todas las corrientes, los dirigentes de todos los partidos,
los periodistas de todos los medios, los vecinos de todas las cuadras, los asistentes sociales
de todas las municipalidades, los maestros de todas las escuelas.

Que sean niños los niños, y no el juguete de los abusadores.
Que sean niños, no “el repetidor” o “el conflictivo” o “el que nunca trae los deberes”.
Niños, y no los que empujan el carro con cartones.
Que sean niños los niños, simplemente.
Que ejerzan en paz el oficio de recién llegados.
Que se los llame a trabajar con la imaginación o con lápices de colores.
Que se los deje ser niños, todo lo niños que quieran.
Y que los niños sean lo importante, que por ellos lleguen a un acuerdo los que nunca se ponen de acuerdo;
que por ellos se dirijan la palabra los que no se hablan, que por ellos hagan algo los que nunca hicieron nada.
Que sean niños los niños y que no dejen de joder con la pelota.
Que sean niños en su día. Que lo sean todos los días del año.
Que sean felices los niños, por ser niños. Inocentes de todo lo heredado.

Mex Urtizberea / (agosto 2007) / La Nación / Ver

* * *


Arte de Rómulo / Luis Royo / Luis Royo

Dolors Alberola

Genealogía de la hembra

Yo, que fuera tu Agar, la esclava,
y fuera Jezabel,
arrojada a los perros de la noche
y, así, fuera María -tan delicada y pura ante tus ojos-
y Ruth, con una espiga de fuego entre sus manos
y, aún, fuera Judith,
rozando esos cabellos de Holofernes,
y Salomé, bailando sin descanso,
y me tomaras una y otra y cien mil veces,
gritando:
Oh, Jericó
-al golpe clamoroso y tu trompeta
no se extinguiera nunca-.

Tú, que fueras, en mi profunda cueva del amor,
el dolor hecho carne
y coito entre los hombres.

Dolors Alberola
(de su libro El monte trémulo
Seuba Ediciones, 2004)

* * *

Luidmila Quincoses

Oración por la casa
A Tesso

Necesito una mano que acaricie mi cabeza como tú lo hacías.
Necesito un rostro, una taza con café, unas palabras.
La casa está vacía, las manos están ocupándose de limpiar y recoger
y acariciar los gatos.
Pero tus manos no están.

Qué extraña la infancia,
es raro ser niña y estar siempre esperando
que el tiempo pase,
para crecer y quedarnos tan solos,
en medio de esta vida.
Si estuviera aquí y me alumbraras
los ojos.
Escucho el mismo tango de Gardel,
percibo tu presencia
en las habitaciones ordenadas y solas.
Enciendo como todos los días el caramanchel a los santos,
tú lo vigilas.

* * *



Emilia Pérez (España)

El Cantar del Mío Cid habría sido escrito por un poeta árabe

Luego de varios años de investigación, la catedrática Dolores Oliver sostiene que el poema épico fue escrito por el jurista árabe Abu I-Walid al-Waqqashi, como una obra de propaganda política. El Cantar del Mio Cid está considerada la primera obra extensa de la literatura española en lengua romance.

El Cantar del Mío Cid, considerada la primera obra extensa de la literatura española en lengua romance y que relata las gestas del célebre héroe castellano en plena Reconquista, no es tan español como se ha creído siempre, sino que fue creado por un poeta árabe, según una académica española.

La profesora de Estudios Árabes e Islámicos Dolores Oliver sostiene en su libro El Cantar del Mío Cid: génesis y autoría árabe, que se presenta hoy en la Casa Arabe de Madrid, que fue el poeta y jurista árabe Abu I-Walid al-Waqqashi quien ideó el famoso poema épico como una obra de propaganda política.

«Hay un pacto entre ellos», -afirma Oliver en una entrevista con la agencia EFE, «según el cual el poeta crea el poema para inmortalizar al Cid y éste, a cambio, se compromete a «respetar las creencias de los musulmanes» de Valencia, conquistada por Rodrigo Díaz de Vivar a los árabes y de donde es nombrado señor.

Al Waqqashi, al que cronistas cristianos y musulmanes describen «como uno de los hombres más inteligentes y sabios de su tiempo», compone en la corte valenciana la obra, que «se empezó a recitar en el 1095», después de que el Cid entrase en la ciudad, que había estado bajo dominio árabe desde el siglo VIII, según esta tesis.

Oliver comenzó a estudiar la autoría del poema anónimo de forma casual, tras ser invitada a participar en 1984 en un seminario.

«Entonces me puse a leer el Cantar, que había leído en mis años de estudiante, y a medida que lo iba leyendo, empecé a decir: 'Esto ha salido de la mente de un árabe», relata Oliver, que confiesa que ni ella misma se creía en principio esta teoría y que, incluso, estuvo durante dos años sin tocar el tema «porque le tenía miedo».

Pero la tesis del autor árabe volvía de forma recurrente a su labor investigadora hasta que se embarcó en el reto de demostrarla convencida de que «la única respuesta a todos los contenidos del Cantar era un poeta árabe al servicio de un señor castellano».

«Como poeta, su nacimiento y formación le permitía describir preciosas batallas, como son las del 'Cantar', y tocar tópicos de la poesía beduina», afirma la profesora.

Entre los argumentos a favor de su teoría destaca, a juicio de la autora, el clima religioso descrito en el poema.

«Un poema donde los cristianos no son los buenos y los musulmanes no son los malos, tiene que ser escrito en época de tolerancia, en época del Cid», afirma Oliver, que destaca que, tras la muerte del Campeador, en 1099, empieza a haber un sentimiento de animadversión hacia los musulmanes.

Por ello, desde su punto de vista, el Cantar no pudo ser compuesto ni en 1207, que tradicionalmente se ha considerado la fecha oficial, ni en 1140, como defendía el filólogo e historiador español Ramón Menéndez Pidal.

Otro argumento esgrimido por Oliver es que la existencia de poetas en las cortes que cantaran las gestas de los señores es una costumbre propia de Al Andalus (denominación de la zona de España ocupada por los árabes en la Edad Media ), donde todos los soberanos «tienen un poeta que cante sus glorias».

«El Cid, que había estado en la corte de Sevilla, en la de Zaragoza ¿va a ser tan tonto de no aprovecharse de ese arma política?», se pregunta la autora.

Un tercer razonamiento es el arte de la guerra descrito en el poema, donde aparece una técnica ecuestre de lucha «que solamente realizaban con éxito los almorávides», definido en el Cantar como una arrancada y que, en opinión de Oliver, no es otra cosa que una haraka.

Oliver bromea sobre la recepción que ha logrado con su tesis -que ha sido «muy bien aceptada por medievalistas o gente que no se ha pasado la vida estudiando al Cid», aunque reconoce que también a ella le costó "muchos años" creerla.

* * *

Cristina Longinotti

La noche como un tigre

El silencio rodó como una piedra,
toda luz desertó de la mañana;
caímos en la sombra y nos cercaron
hambrientos escuadrones de fantasmas.

Se abalanzó la noche como un tigre
sobre las tierras vírgenes del alma
y conquistó ciudades y banderas
y arrasó corazones y palabras.

Se despeñó el amor, multiplicando
el eco exponencial de la montaña.
Y, crujiendo en la esfera de su llanto,
la luna se quebró de madrugada.

* * *

Alejandro Drewes (Argentina)

Saga

Escribir como la rosa se inclina sobre el agua oscura: como el agua
indiferente a la pluma fluye. Como un canto de pájaros se pierde en la
fronda de arboledas inmemoriales.
Entre uno y la soledad abisal de los otros, esta nada, estos golpes de humo
contra el muro de la misma cárcel, su débil resonar hasta la más delgada
cuerda del silencio que sucede a la última palabra del poema.
Escribir como quien aventura su paso inseguro en el bosque de la noche, y se
sabe espejo de la propia noche.
Como la luna insomne en la eterna circunnavegación de otros cielos. Sin
anclaje posible en el mar de las hierbas astrales, mientras abajo se hace
uno el gemido del viento con la solitaria voz de los lobos.
Tal vez escribir qué aún era la hora temprana del mundo y nunca lo vimos -
ese simple reflejo de luz mortecina en las alas del ángel-

Alejandro Drewes

* * *

Quaestio

Amanece sin otra certeza
y a la distancia los primeros
ecos de cristales rotos ya
se escuchan. Estrecho paso
por donde pronto verás un desfile
de nubes como barcas. Carne
y tiempo en la balanza
de su blanca letanía, errante
canción entre las páginas ajadas
de un diario. Hasta este lugar
desierto te ha llevado el fin
de tu viaje: la angustiada
pregunta, una flecha tangente
al sellado círculo de otra boca.

Alejandro Drewes

* * *

Luis Alberto Battaglia (Argentina)

De pura pena

De pura pena subo las cornisas,
me descuelgo en la noche,
soy el frío,
mi corazón herido se hace trisas,
me hundo para siempre en el vacío. De pura pena
sin saber el modo
atravieso el abismo, pierdo todo,
me espejo en truenos,
me disperso en llanto,
de una pentagramada pena,
pena de vieja estación llena
de gente que me ignora,
pena que abre el espanto,
pena que es silbato de tren,
pena de canto,

de lluvia en el andén,
de amor mojado,
pena que llora
por soñarte tanto...

Luis A. Battaglia
28-3-2009

* * *


Marcos Winocur (Argenmex)

Mi incapacidad para vivir el presente

Soy de esos que cierran el sobre antes de escribir la carta. O que se limpian el culo antes de cagar. Tratando de saltar etapas, quedo descolocado, siempre descolocado. ¿De qué se trata?. De mi incapacidad para vivir el presente. Verán. Si está despejado, sin nubes, con sol, salgo llevando paraguas. ¿Por qué? Porque más tarde puede llover y no es cuestión que me agarre desprevenido. ¿Y si, por el contrario, está lloviendo? Salgo sin paraguas. ¿Por qué? Porque seguramente va a dejar de llover.

Y eso fue lo que sucedió la última vez: llovía, salí sin paraguas, me mojé entero, me enfrié, me dio gripa, mucha gripa. Así, pues, quedé descolocado y enfermo.

¿La causa de todo? Ya lo dije: mi incapacidad para vivir el presente. Ansiedad, así la llaman.

Bios

* * *

¿Ton's qué mi Sócrates? ¿Nos aventamos la cicuta?

El mundo está loco, yo no. ¡Yo soy el mundo! Sí, señor. Si yo soy el mundo y el mundo está loco, entonces Sócrates es mortal. Eso se llama... aneurisma. No, es masculino, se llama... Pero se dice "un" aneurisma ¿un aneurismo? Tanto da, eso de Sócrates es una silogisma. Sí, señor. Si Sócrates es mortal y yo soy el mundo, ¿ton’s qué, mi reyna? Ton’s yo soy el mundo. Ton’s yo tomo la cicuta. Venga. Sale vale. Órale. No, que es amargosa. ¡Pero...! ¿Qué hace mi mano...? Mi mano me mima. No parece, está abriendo el cajón. No puede, no puede, lero, lero, está con llave... ¿cómo mi mano supo donde la guardaba? Mi mano no me mima. Ora sí, abrió el cajón... No lo saques, no lo... ¿qué haces?-Papá ¿salimos a jugar pelota? Está dormido... ¿Por qué hará su siesta tirado en el suelo?

* * *



Inés Arredondo (México)

Orfandad

Creí que todo era este sueño: sobre una cama dura, cubierta por una blanquísima sábana, estaba yo, pequeña, una niña con los brazos cortados arriba de los codos y las piernas cercenadas por encima de las rodillas, vestida con un pequeño batoncillo que descubría los cuatro muñones.

La pieza donde estaba era a ojos vistas un consultorio pobre, con vitrinas anticuadas. Yo sabía que estábamos a la orilla de una carretera de Estados Unidos por donde todo el mundo, tarde o temprano, tenía que pasar. Y digo estábamos porque junto a la cama, de perfil, había un médico joven, alegre, perfectamente rasurado y limpio. Esperaba.

Entraron los parientes de mi madre: altos, hermosos, que llenaron el cuarto de sol y de bullicio. El médico les explicó.

-Sí, es ella. Sus padres tuvieron un accidente no lejos de aquí y ambos murieron, pero a ella pude salvarla. Por eso puse el anuncio, para que se detuvieran ustedes.

Una mujer muy blanca, que me recordaba vivamente a mi madre, me acarició las mejillas.

-¡Qué bonita es!

-¡Mira qué ojos!

-¡Y este pelo rubio y rizado!

Mi corazón palpito con alegría. Había llegado el momento de los parecidos, y en medio de aquella fiesta de alabanzas no hubo ni una sola mención a mis mutilaciones. Había llegado la hora de la aceptación: yo era parte de ellos.

Pero por alguna razón misteriosa, en medio de sus risas y su parloteo, fueron saliendo alegremente y no volvieron la cabeza.

Luego vinieron los parientes de mi padre. Cerré los ojos. El doctor repitió lo que dijo a los primeros parientes.

-¿Para qué salvó eso?

-Es francamente inhumano.

-No, un fenómeno siempre tiene algo de sorprendente y hasta cierto punto chistoso.

Alguien fuerte, bajo de estatura, me asió por los sobacos y me zarandeó. -Verá usted que se puede hacer algo más con ella. Y me colocó sobre una especie de riel suspendido entre dos soportes. -Uno, dos, uno, dos.

Iba adelantando por turno los troncos de mis piernas en aquel apoyo de equilibrista, sosteniéndome por el cuello del camisoncillo como a una muñeca grotesca. Yo apretaba los ojos.

Todos rieron.

-¡Claro que se puede hacer algo más con ella!

-¡Resulta divertido!

Y entre carcajadas soeces salieron sin que yo los hubiera mirado.

Cuando abrí los ojos, desperté.

Un silencio de muerte reinaba en la habitación oscura y fría. No había ni médico ni consultorio ni carretera. Estaba aquí. ¿Por qué soñé en Estados Unidos? Estoy en el cuarto interior de un edificio. Nadie pasaba ni pasaría nunca. Quizá nadie pasó antes tampoco.

Los cuatro muñones y yo, tendidos en una cama sucia de excremento.

Mi rostro horrible, totalmente distinto al del sueño: las facciones son informes. Lo sé. No puedo tener una cara porque nunca ninguno me reconoció ni lo hará jamás.

* * *

Mary Carmen S. Ambriz

Mitos y misterios de la escritura

Nathalie Sarraute acude a un bar cuando se siente presionada por la imperiosa necesidad de pasar horas escribiendo: «Un bar es tranquilizador. Me siento en él como si viajara rodeada de gente y de admiración, pero a la vez estoy sola porque nadie se ocupa de mí». Roland Barthes necesitaba un espacio ordenado en donde todo combinara con la habitación. Christiane Rochefort requería de un lugar parecido a una fortaleza. Michel Leiris reflexiona: «Escribir es terriblemente serio; pero no conviene por nada del mundo que lo parezca». El acostumbraba pasear a su perro, imaginar durante el camino para más tarde enfrentarse a la hoja en blanco. Michel Butor pide que haya silencio absoluto cuando decide entregarse a la escritura. En cambio, Claude Levi Strauss prefiere música. El más extravagante es Le Clezio, quien ama los ruidos de la calle, en especial el de las perforadoras de concreto.

Esto para los opulentos escritores europeos tiene algún sentido. Mandiargues necesita Venecia. Le Clezio, México, y Jacques Laurent afirmaba que «en Lima fue un desastre, mientras que en Haití iba un poco mejor y en Tokio su rendimiento literario fue excelente». Imágenes inspiradoras: el campo, la vista del mar, las luces de la ciudad, un barco, un subterráneo... Julien Gracq es un escritor ocasional, no tiene horas ni días ni temporadas en el año para la creación literaria. Roland Barthes, en cambio, es un funcionario de la escritura: no en vano dedica ocho horas diarias de esforzada redacción. Madrugadores como Nathalie Sarraute y noctámbulos como Cabanis o Modiano es posible encontrar en medio de estos antagónicos senderos. Cuando termina el periodo de la "incubacíón", de "impregnación previa", o de "inoculación" se produce el esperado "chispazo".

Cuenta Mandiargues: «Aunque no me lo crean, cuando me siento frente a mi escritorio se apodera de mí una actitud soñolienta y entonces me dejo llevar por ese murmullo que sale de mi interior». Según Christiane Rochefort la clave está en «vagabundear, hablar solo, desvelarse: oírse la voz». Françoise Sagan añade: «Aunque tenga aire un poco folletinesco, un libro se hace con leche, sangre, nervios y nostalgia: ¡todo el ser humano en una palabra!»

Tal vez sea difícil de creer, pero existen tres talentosos novelistas que no suelen ser tan exigentes cuando realizan su trabajo. Me refiero a Ernest Hemingway, Isaac Bashevis Singer y Marguerite Yourcenar. Confiesa Hemingway: «Escribo cada mañana, en cuanto hay luz. A esa hora nadie molesta y está fresco o frío, y uno se pone a trabajar y se caldea a medida que escribe. Uno ha empezado, digamos, a las seis de la mañana, y puede seguir hasta mediodía o parar antes. Cuando uno se detiene está vacío, y al mismo tiempo no vacío sino llenándose, como cuando se ha hecho el amor con alguien a quien ama».

Para el autor de El amigo de Kafka lo importante es no dejar de escribir: «Algunos escritores dicen que sólo pueden escribir si van a una isla perdida. Irían a la Luna para escribir sin que los molesten. Creo que las molestias son parte de la vida humana y que a veces es útil porque, al interrumpir la escritura, mientras uno descansa, mientras está ocupado en otra cosa, la propia perspectiva cambia o el horizonte se ensancha. Todo lo que puedo decir de mí mismo es que nunca he escrito en paz, como dicen que lo han hecho algunos escritores. Seguí diciendo lo que tenía que decir, a pesar de todas las interrupciones y molestias». Finalmente, para Yourcenar escribir es, ante todo, un acto placentero: «Escribo en todas partes. Podría escribir aquí, mientras converso con alguien. Cuando estoy en Maine o en cualquier parte, cuando viajo. Escribo en todos lados, siempre que puedo. Escribir no exige demasiado energía... Es un descanso, una alegría».

Pocos autores han logrado desmitificar la imagen del escritor, Faulkner es uno de ellos: «El artista no tiene importancia. Sólo lo que crea es importante ya que no hay nada nuevo que decir, Shakespeare, Balzac, Homero... Todos han escrito las mismas cosas, y si hubieran vivido mil o dos mil años más, los editores no hubieran necesitado a otros escritores».

La creación literaria desencadena misteriosos mecanismos confesionales, se desentierran mitologías, símbolos y parábolas. Escribir es como si nos sacáramos una radiografía de nuestra propia alma. Un escritor es un dentista que cura, sin anestesia, una muela picada: toca hasta el fondo del nervio para hacer sufrir, saltar y, finalmente, conmover a su paciente.

* * *


Carlos López Dzur (PR)

Leda y el materialista
al Dr. Joaquín Torres Feliciano, sicoanalista y poeta

Nadie me grita desde una acogeta, cualquiera sea el nombre. Conmigo no se juega al escondite. Si la esencia no se manifiesta en el fenómeno, es cierto: el océano último del cosmos estaría muy bien descrito por Von Hartmann, el inconsciente de voluntades ciegas me tomará como un poseso y seré el estúpido del que todos se ríen. ¡Del huevo de Leda saldrán los demonios, los cisnes, los gansos, las Gorgonas, Helena y las flappers! «La foule: vaste désert d'hommes», se quejó René Chateaubriand. Igual que cualquer hombre que se queje de las sombras, cavernarnas o fosos inconscientes, me quejo yo porque sin categorías objetivas no puedo entender ninguna esencia ni justificar mis impurezas ni mis verdades relativas.

Yo me armo de valor aunque esté maltrecho. Defiendo mi lucidez contra esa chusma de ágamos, ilusos y engañadores que publicitan mucha propaganda. No le huyo, me enoja que se sugestione y que el capitalismo y el mundo color de rosa me venda sus pamplinas. La gente, con exceso de fantasías, me hastía. Es que creo en la manifestación externa de las esencias. Los que se pretenden más espirituales que nadie y sólo meten la cabeza en el agujero no cuentan que aquí radica su derrota y, en mi caso, radica la voluntad de conceptualización, por la vía la abstracción lógica y el análisis.

Entiendo los desafíos de la condicionalidad histórica. Por desgracia, hay veces que uno es incapaz de resistir la presión de la gente delirante y llorona. Uno quiere dar paz, propiciar convivencia en aras del bienestar común y pasar a otros la doctrina de la objetividad del saber. No ahora, al menos. En estos días, hay muchos hijodeputas en acecho. Quizás es la crisis económica. Vienen a ver que te sacan. Te hablan de misericordia. De fe. Ayuda mutua. Te involucran con sus flemas saturninas. ¡Uno quisiera nacer de nuevo; participar de un mundo honesto! Pero nada que ver... ¿Y qué sucede? Sacan las uñas. Metafóricamente dicho, echan a rodar el huevo de Leda y te arrollan con la rodada, de sopetón.

Sé que, sin la base social e histórica, me perdería. Odio profundamente a estos fenomenólogos idealistas que circulan en el mundo de la imaginación pura y, como Husserl, predican que los objetos no existen fuera de la consciencia, que no hay realidad objetiva, que no hay mujeres ni delicias tangibles. ¿Cómo puede uno confiarse a esa caterva de avestruces? La gente escapista no le brinda ayuda a nadie. Son los que necesitan ayuda. Sin embargo, son los que echan a rodar el huevo de Leda.

Vine, por desgracia, a la tierra de los verduleros y me hallo en medio del mitote de los avestruces. Aquí los gansos gozan de prestigio. Y me han dicho que no soy sentimental, que no parezco una buena persona. Es que siempre he dicho, con un lenguaje que parece materialismo vulgar, que hay que ser un poco egoísta, autónomo para progresar, que hay que planificar. En tierra de los derrochadores, eso es como ser antipático... Bueno, no me escondo. Ni me gusta la mortificación y éste es un momento de asumir este problema. Estoy en graves problemas económicos. Algo hice mal. Admito cierta parte de la culpa. Le voy a decir cuál es.

Amé a Leda, la gratificación que viene cuando compensa la ley del castigo justo. Leda es algo hermoso: satisface un potencial. Leda es un premio, luz a final del túnel. Podemos amar al Cisne, o la Rana, al Ganso o a las culebras. Leda es amor propio y un día halla dos huevos: uno bárbaro, espartano; otro que es un huevo valioso, la verdadera Gratificación... a nadie que no comprenda que la vida histórica, siendo un pantano, muladar de acogetas, puede tocar la suerte de hallar un huevo valioso, doy mi solidaridad voluntaria. Leda somos todos en potencia; pero hay los que no empollan el huevo del cisne con la oca, sino que lo destrozan. Entran a los pantanos a solazarse, no a salvar la vida de otros, no a rescatar el huevo valioso... Parménides dijo que el Ser es corpóreo. Es lo que yo creo.

No me importa tener un ser infinito, como propuso Meliso de Samos. ¡No, qué va, no me importa! Pero que sea sólido, con masa, con corporeidad. La incorporeidad del ser es neurosis. Y, por desgracia, la gente que he conocido es la gente del pantano. La que prefiere las alucinaciones o malgasta el tiempo con los sentidos intuitivos de fascinación, no de espiritualidad. No sé conversar con idiotas. No me atrae compartir con cualquier gente. Hay poca gente que entiende a un hombre como yo. Gente que tenga los pies en la tierra y maneje los conceptos del orden y la seguridad, de lo valioso que es hallar un sentido del Ser gratificador...

Y voy ante los espirituales, usted sabe... esa gente que propuso la consciencia como un hoyo y mete la cabeza y se esconde en él y le digo: «Necesito ayuda». Un préstamo. Pero, por hoyo yo defino, por igual, la desconfianza. «Usted no es de fiar porque es ateo, radical, en cierto modo, elitista». Sufre solo o entra en este juego en el muladar.

Esa gente rompe los huevos y tira la yema de ganso, sus insultos de boca de sapo, sus águilas de mala voluntad y mentira sobre tí... Tiran fango de su pantano, destruyen lo valioso... Consejos es lo que te dan. «Cambia tu vida, sé simpático». Vas a pedir ayuda y ellos te cambian el orden. «Ayúdanos tú; entra al juego». Sí, que les ayude a empollar un monstruo. El mismo monstruo que me ha puesto en el camino de Leda, la ultrajada.

Soy objetivista. Prefiero las determinaciones de mi intención humana, chacon a son goût, sin mi cabeza en el agujero. ¿Es posible? «Yo vengo a pedir ayuda y, cuando estoy caído, no puedo ayudar»... Te replican, caray. No son colaborativos. De la acogeta salen los acusadores: «Usted es individualista, antipático... si hasta ha dicho que somos una chusma... que destruímos el orden; o llenamos de locura el mundo»...

No es cierto, con la ayuda de Leda y Némesis, la vengadora justa, doy a cada cual lo que merece y, sobre todo, hago mi felicidad. Me gratifico.

Vine a la Iglesia, a las organizaciones bona fide. Estoy menesteroso. He perdido mi casa por una economía que se fue de mi control. Estoy desempleado. Estoy enfermo, sin familia, sin el apoyo de ninguno... pero no soy un delincuente ni soy como Sade, progresista, republicano y ateo. Yo creo la solidaridad voluntaria, sin soluciones de avestruz... ¿Cómo puede uno confiarse a una caterva de avestruces? Estoy como Leda en las orillas del río Eurotas, quien a riesgo estuvo de ser violada por todas las deidades falsas del poder.

El huevo de Leda fue un huevo de cisne. El huevo que encontró y que era valioso no fue una piedra, no fue una carroña como las de las almas vulgares. Cuando se abre el cascarón asoma una cabeza de cisne. O una gratificadora bienaventuranza... algo realmente inmortal y divino. Némesis, el buen destino, te premia... pero, ¿qué ha sucedido con esos caras de rana a los que he pedido ayuda... me abuchean con huevos de ganso, ¡ay, ni madres! porque llevan la fealdad y la cobardía por calaca. Los esquivo. No me bañarán de yema de ganso ni escupirán las moscas de su boca sobre mí...

La Iglesia y el Poder del Establecimiento me han dejado solo; aún Leda, puede ser violada y engañada y es triste, pero tarde o temprano tendrá recompensa porque escogerá el huevo valioso. Ella tiene instintos superiores. Ella no es una vaca, de esas que se creen incorpóreas. Ni es una histérica zoofóbica jugando en el muladar. Es fácil hallar una vaca que no da leche. Un criadero de renacuajos... Yo, como Pedro Abelardo, a quien le negaron los huevos del placer, al menos le admiro que, después de todo, fue el primer conceptualista. ¡Es lo que temo: dejar de ser el gran conceptualista del placer y el Ser valioso! Si no lo soy, ¿qué seré?

Considéreme un ciudadano preocupado, ahora en miseria, pero, protegeré este principio. El de mi dignidad y la solidaridad primaria con los objetos amables y reales. Leda es un objeto dentro de mi consciencia. No está fuera de mí y, conste que lo que más me agrada de la vida es ajeno, trasciende mi consciencia. Es una trayectoria lejos de mi propia fenomenología. Estúpido, ¿no?

Con el perdón debido, por la palabrota, si el Estado, la Iglesia y la Comunidad, no me ayudan ahora que voy por Leda y sus huevos valiosos, la vida de estas tres instituciones, será un muladar y, si usted como individuo, me menosprecia, ahórrese your farting show. Sus desprecios... No vivirá dentro de mi consciencia. No pertenecerá a ella. ¡Pero qué bueno que la existencia de otros sea independiente de la mía!

Carlos López Dzur / Blog

* * *



Ian Welden

La diosa Freya y la crisis de la levadura

En honor a la RAE

1.
Allá arriba donde el planeta se codea con el cielo y la gente se abre paso entre auroras boleares para ir a sus quehaceres cotidianos, las Islas Feroe se equilibran sobre las gélidas aguas del Océano Atlántico Norte. Comadre de países tan disímiles como Islandia, Groenlandia y Escocia, este inverosímil rompecabezasde diez islas verdes y frescas cual esmeraldas suele ser el lugar de vacaciones de Freya, la diosa nórdica de la fertilidad, el amor y la alegría de vivir. Ahora, en otro país más al sur, el Reino de Dinamarca, célebre en el mundo entero por sus formidables tormentas de hielo, sus patitos feos, sus melancólicas sirenas y sus panes y pasteles y cervezas, se produjo hace algunos años atrás una violentadiscusión entre panaderos, pasteleros y cerveceros en torno a la imprescindible y milagrosa levadura. Los panaderos afirmaban que este producto natural que da consistencia y cuerpo al pan se llamaba dura leva (del latín: duro y levantar); mientras que los pasteleros, seres más intrincados y metafísicos, insistían en las palabras leva y dura (dellatín: levitar y durar). Y los cerveceros estaban siempre tan borrachos que que no estuvieron en condiciones de presentar unateoría coherente.

2.

Filósofos, filólogos y lingüistas fueron consultados hasta el hastío por la prensa y la televisión. El debate se expandió por la interneta todos los reinos escandinavos con tanta intensidad y fuerza que satélites y estaciones espaciales cayeron desde el cielo estrellándose contra el planeta. La producción de pan y bizcochos, cervezas y levadura se estancó durante muchos años. Los súbditos nórdicos salieron a las calles a apedrear sus panaderías y pastelerías y cervecerías; los estudiantes y los sindicatos hicieron monstruosas manifestaciones de protesta destrozando todo a sus pasos y los políticos y la realeza se fueron a vivir a Ibiza. Y ya no hubo mas levadura o duraleva en los otrora apacibles reinos escandinavos.

Las noticias llegaron a las diez Islas fereoenses y a los oídos de Freya. Y la formidable y bella diosa dorada interrumpió sus merecidasvacaciones, viajó inmediatamente al pasado, AD 1491, para pedirle a Cristóbal Colón una carabela prestada. Navegó nuevamente desde El Puerto de Palos en España de regreso a las Feroe. Cargó el navío con toneladas de cubitos de levadura y emprendió su ya legendario viaje desde El Puerto de Thor a través del Atlántico Norte hasta el neblinoso Puerto de Los Comerciantes en la ciudad de Copenhague, capital del reino danés. Sin tripulación ni escolta, Freya jamás se sintió sola ni amedrentada. Sirenas y tritones la guiaron y le cantaron, y gigantezcos moluscos cefalópodos dibranquiales y octópodos de cien metros de longitud se acercaron cuidadosamnte a la nave para acariciarla y besarla.

La travesía duró cuarenta días y cuarenta noches y en la madrugada del día número cuarenta y uno, una paloma trayendo una ramita de olivose posó en el mástil del navío. Había llegado pot fín al Puerto de Los Comerciantes.

3.

La diosa estableció inmediatamente sus cuarteles generales al lado de la célebre estatua de La Sirenita. Y con su voz poderosa y su genioviolento y brutal ordenó a todos los países nórdicos a callar y venir a buscar la tan codiciada levadura. Y las multitudes llegaron. Algunos transportándose en tablas relativamente largas sobre ruedas deslizándose con el impulso de un solo pié contra el suelo. Otros en vehículos de cuatro ruedas de tracción animal que se dedican por lo general al acarreo de seres humanos y elementospesados. También llegaron en máquinas de dos ruedas de igual tamaño cuyos pedales transmiten el movimiento a la rueda trasera por medio dedos piñones y una cadena. O artefactos de cuatro ruedas que pueden ser guiados para marchar por una vía ordinaria sin necesidad de carriles yllevan un motor que los pone en movimiento. Y en aereonaves mas pesadas que el aire, provistas de dos alas, cuya sustetentación y avance son consecuencia de la acción de uno o varios motores. O aereonaves de tamaño reducido y gran velocidad destinadas principalmente a reconocimientos y combates aéreos. Incluso muchos llegaron en canastos sujetos a bolsas de material impermeable y de poco peso, de formas más o menos esféricas, llenas de aire caliente cuya fuerza ascensional es mayor que el peso del conjunto. Y también simplemente en botes, canoas, barcos y hasta en gigantescos portaviones. Freya distribuyó ordenadamente las porciones de la substancia constituida principalmente por organismos capaces de aumentar el volumen de la harina mezclada con agua o hacer fermentar el cuerpo de los elementos con que se mezcla. O sea, la tierna y olorosita levadura. Panaderos, pasteleros y cervezeros se reconciliaron gracias a la dulce sonrisa de la hermosa Freya. Y los monarcas y políticos fugitivos regresaron tostaditos de sol ibiziano y gorditos de paellas a sus palacios, mansiones y paramentos. Y la diosa devolvió la carabela a Cristóbal y voló de regreso a las Islas Feroe a continuar sus vacaciones.

FIN

Ian Welden
Marzo 2009
Valby, copenhague

* * *

Fanny Jaretón (Argentina)

Epidermis

He nacido de la piel de una mujer
que vivió pobre en el campo pobre.
Su ignorancia grande la hizo una pobre chica
Y se dejó estar
En el tiempo
a la siesta
el hermano mayor se abusó de ella
y el otro
y luego el otro

Ajustada de vergüenza
se fue para el pueblo a soltarse
Y entonces “el doctor-cito”, 40 años mayor
también también
aretlos ed ojih un ovut
Poco se entiende el tiempo y de esos tiempos
pareciera que vamos para atrás.
Funambulistas
en la cuerda floja
somos víctimas de víctimas
Trapecio horroroso donde no hay perdón.

Dicen que su oficio de puta lo desempeña por amor al arte.
Ella se llama Amada
A mi me gusta el arte en toda su expresión.
Tengo debilidad por las moras
con las que elijo mancharme la cara
Jugar a que estoy o no estoy.
Y sentarme a llorar en las tardes de verano
cuando raja el sol
mi pena antigua, en la misma piel de esa mujer que me parió.

Fanny G. Jaretón

* * *



Juana Castillo

Lo que opinan los maestros a la hora de escribir: William S. Borroughs

«Si un escritor no tiene otra fuente de ingresos, y este es mi caso, debe entonces considerar la escritura como un medio de ganarse la vida, sean cuales sean sus otros motivos. Entonces, ¿por qué escribo? Porque puedo, porque escribir es mi oficio»: William S. Borroughs


William Seward Burroughs (Saint Louis, 5 de febrero de 1914 - Kansas, 2 de agosto de 1997) fue un novelista, ensayista y crítico social estadounidense.

Burroughs nació en el seno de una familia acomodada. Su abuelo inventó una máquina de sumar que serviría para fundar la Burroughs Adding Machines, empresa que aún existe, aunque es más conocida como Burroughs. Terminó sus estudios en la Universidad de Harvard en 1936. Ya desde pequeño descubrió sus inclinaciones homosexuales y su pasión por las armas de fuego, que le acompañó toda su vida. Tras un periodo terriblemente autodestructivo durante los años cincuenta tras una primeriza incursión en la literatura pulp (es el caso de Yonqui), se dedicó a partir de los sesenta a escribir con bastante continuidad.

Mató a su mujer Jane de un disparo en la cabeza cuando trataba de emular a Guillermo Tell y falló el tiro, dándole entre los ojos en lugar de dar a la manzana.

Su obra tiene una importante carga autobiográfica, y en ella se plasma su adicción a diversas sustancias, como la heroína. La experimentación, el surrealismo y la sátira constituyen, además, algunos de los elementos más destacados de sus novelas.

Sus primeras publicaciones se engloban dentro de la Generación Beat, esto es, el grupo de intelectuales y artistas estadounidenses que definieron y dieron forma a la cultura tras la Segunda Guerra Mundial. No en vano, Burroughs mantuvo importantes contactos con escritores como Allen Ginsberg (del que se cree que fue amante), Gregory Corso, Jack Kerouac y Herbert Huncke. Pero la influencia de su literatura trascendió ampliamente este movimiento, dejándose sentir posteriormente en otras manifestaciones artísticas de tipo contracultural.

Ingresó en la «American Academy and Institute of Arts and Letters» en 1984.

La obra de Burroughs comenzó siendo formalmente convencional aunque sus temáticas no lo eran. Es el caso de sus obras primerizas como Yonqui o Queer (Marica, que no fue publicada hasta 1985).

Posteriormente se entregó a la experimentación formal con mayor o menor éxito. Técnicas como el cut-up (que aprendió de su amigo Brion Gysin) consistente en collages narrativos o un esfuerzo denodado por destruir las normas sintácticas y semánticas sin perder el sentido de lo relatado. De esta época proceden Nova Express, La Máquina Blanda o El Almuerzo Desnudo.

No se debe considerar esta experimentación como algo sin objetivo. La peculiar filosofía de Burroughs, que en definitiva es la que ha dado trascendencia a su obra, es casi mesiánica.

Según Burroughs, el ser humano está alienado por el lenguaje. Considera que el lenguaje (y las normas gramaticales y sintácticas que le caracterizan) es un organismo parásito, un virus, que ha elegido nuestras mentes como hábitat. El lenguaje (y más aún la razón) aplasta nuestra naturaleza real y crea un universo para nosotros en el que existe el tiempo, la muerte y prácticamente todos nuestros males.

El problema se complica porque los seres humanos infectados no saben que lo están. Según su propia analogía, "la cárcel perfecta es aquella en la que no sabes que estás dentro de una cárcel". Para Burroughs el lenguaje es una cárcel perfecta porque parece increíblemente amplia y espaciosa. Sin embargo, el lenguaje sólo permite llegar a donde sus propias combinaciones y secuencias permite, dejando más allá el territorio real de la mente humana, que es el espacio y no el tiempo.

Para Burroughs, la auténtica revolución no es de índole social, sino mental. Deshacerse del virus lenguaje es el primer paso. La guerra contra este virus establece una continuidad en gran parte de su obra, donde los protagonistas (humanos, extraterrestres, seres inorgánicos, demonios) están claramente de un bando o de otro y se enfrentan violentamente, sin reglas de ningún tipo.

Los esfuerzos de este autor por trascender las reglas del lenguaje consiguen finalmente destruir esa tiranía inherente, de tal manera que Burroughs consigue expresar imágenes y mundos como nadie ha podido antes. No se puede afirmar, empero, que haya conseguido este objetivo desde el primer momento. Las obras anteriormente mencionadas en ocasiones rozan la ilegibilidad y exigen un esfuerzo considerable por parte del lector. No es sino hasta su madurez, con la trilogía Ciudades de la Noche Roja, El Lugar de los Caminos Muertos y Tierras del Occidente donde este autor consigue el equilibrio entre accesibilidad, experimentación y revolución.

En estos tres libros, auténticas obras maestras, la destrucción del lenguaje se lleva a cabo de manera tan sutil que en la práctica el lector no se da cuenta de que en realidad el texto está violando todas las reglas del lenguaje, logrando además que el texto se transforme en imágenes de modo fluido. Como ejemplo, esta cita de El Lugar de los Caminos Muertos.

«Saca una foto de eso, es puro Venus, amigo mío... Y Urano, donde los uranianos se sientan en sus casas azules de pizarra en frío silencio azul... Kim quería explorarlos todos nuevos peligros nuevas armas, mares peligrosos en desolados países de hadas» ansiaba drogas placeres desconocidos y una distante estrella llamada HOGAR.

Burroughs escribió a lo largo de cuarenta años. Algunas de sus obras más relevantes son: Yonqui (1953), bajo el seudónimo de Bill Lee, El almuerzo desnudo (1959), escrita en Tánger, un lugar que apreció singularmente, The Soft Machine (1961), Nova Express (1963), Los chicos salvajes (1971), Exterminador (1973), Ciudades de la noche roja (1981), El lugar de los caminos muertos (1984), Marica (1985), Tierras del Occidente (1987), etc. Vid:
Juana Castillo: Revista Pluma y Tintero

* * *

Pedro Du Bois (Brasil)

FUNÇÕES

Nascer
crescer e se transformar
longe dos olhos

desaparecer como quem
se oferece ao esquecimento

lembrar exige repetir
o esforço de manter
os olhos sobre o instante

repetir o momento decomposto
em funções momentâneas.

Pedro Du Bois, inédito: Otros poemas

* * *

Assuntos

Referendado, assunto
a platéia

(pais e mães
em holocausto
pela palavra dita)

modificado, o cânone
irrompe em paradigma
além do acontecido

(o dia anterior encerra
a necessidade).

A desventura da virtude
no virtuosismo do avançar
constante ao desabrigo.

Mis poemas / Pedro Du Bois



<><><>

EDICIONES DE SEQUOYAH:

____

COLABORADORES: Sequoyah / Editores / Correo / Extor H. Martínez / Fany Jaretón / Yván Silén / Astrolabio / Azul y palabras / Cuentos interruptus / Poeta Invitado / Canto al hermetismo / Dossier: CLD / Revista Nombre / Francisco Madariega: Poeta Argentino / El alacrán literario / Poetas errantes


Submit Your Site To The Web's Top 50 Search Engines for Free!
/

ooo--000--ooo

Colaboradores / 1 / 2 / 3 / 4 / 5 / 6 / 7 / 8 / 9 / 10 / 11 / 12 / 13 / 14 /

No comments:

Post a Comment