Friday, July 10, 2009

Abril 2008 / Núm. 6 / Orange County




Contenido

Fanny Jaretón

Sapiens sapiens
¿Y qué pasó con el amor?
Orpa y Majpeilá

Yamila Greco
Textos

Alejandro Nicotra
Opinión sobre los poetas
El niño que escribía de noche
Recortes

Carlos López Dzur
El jardinero
Desacralización del origen

Gustavo Galliano
Seducción, labios y mar
Alguien observando

Extor Henrique Martínez
Puterías desaforadas

Ángel González
Meriendo algunas tardes

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Sapiens y sapiens / Textos
de Fanny G. Jaretón (Argentina)


Sostengo los ojos de mi ignorancia.
La somnolencia de los porqués llega a su derribo.
No hay facultades para las preguntas.
Ni preguntas para las descarriadas.
No hay toneles de vinos
ni vinos ni bocas que se beban
en la planta del vigore.
Qué se puede decir al partir
sin decir a dios
sin reconocer lo sagrado en lo alto o en lo hondo.

Apiádate de mí
Lucifer niña
Diablilla de las malas ocasiones.
Aguarrás hasta el fondo de los huesos.
Fosforescencia de una historia sin iguales.
Él se fue a pasear al perro
y vos te quedaste enredada en su cadena.
Es hora de soltar la baba coraje y la rabia mansa.
Es hora de desterrar lo mucho de mal que nos sacude.
Es hora de ser la genuina imbécil que se pasea
con el bolso abierto mostrando el revoque de la demolición
y el espejo que no se rompió para estos siete años
multiplicados de desgracia que me quedan.

Es hora de desvirgar a la palabra,
mear sobre su fuego
agravar la voz azabache
y correr como palmípeda por la selva
sabiendo que a la libertad primaria
no hay mono que la alcance
ni vos tampoco.

Fanny G. Jaretón / FGJ

* * *



¿Y qué ocurrió con el amor?

Amontonaste entre tus viejos papeles
las cartas donde me hiciste un nombre
un motivo de ser
la negación y la alfombra.

Me anulaste
contra toda manifestación febril.
Suicidio de las horas.
Llegamos al acabóse,
pálpito perfecto,
trampolín a la desgracia.

Me abandonaste
como quién se quita un forro
un precavido frenando al instinto
una tuerca regada con coca cola
o pís, es igual
a la hora de hablar de los herrumbres.

Me abandonaste
porque tus ojos se oponen a mirarme de frente
y tus manos se cierran a mis caricias
y tu conciencia de hombre piedra
cincela alto por largo en tu muralla china.

Me abandonaste
de besos calientes de gemidos a medias
sin ninguna señal de tu cuerpo sobre el mío
los senos sin pezones que tu boca me acabaron
y en el vientre de nácar se nos va muriendo el niño.

Invoco a todos los poemas que nos dieron vida
a todo el amor que se escribió con sangre y semen.
Hojas y hojas y hojas arrancadas del Libro de la Memoria
Que sean ellos los que atestigüen en tu contra
que sean ellos los que te sepulten por mí
ante la incapacidad de mi corazón
que con tanta barbarie
permanece mudo.

Fanny G. Jaretón / Alaspara volar

* * *



Orpa y Majpeilá

Orpa y majpeilá
vinieron a golpear la puerta
de mis enunciaciones.
Donde quieras que tu vayas
seré en la cueva de tu corazón.
Kumram volverá a enseñarnos
del secreto y saldrás
con la túnica envuelta en tus sandalias
desnudo saldrás a mostrar tu dorso filado
para que te cuenten las costillas
xilofón donde haces sonar la música de nuestra historia.

Que se sepa que de un hueso donado
salió tu hembra
que se sepa que de mi Java, tu vida;
que nos vean envidiosos cohabitando
en nuestra cópula-cúpula
hasta llegar al cielo de tu embrujo
pasando por el infierno de mis ojos.

Ardas de pasión y misterio
me resuelvas en tu alambique
y me hagas derramar de mi esencia pura
hasta la última gota de mi perdición
asumidos que no tendremos perdón ni venganza.

Alas para volar / Fanny G. Jaretón

* * *

Opinión sobre poetas /
Textos de Alejandro Nicotra

-Creía en ellos,
con, alguna vacilación, es cierto,
como se cree en quienes han hablado con Dios,
en sus montañas,
y le cuentan el secreto;
pero un día renegué de sus bocas
de pájaros mentirosos;
después, los vi morir
en una choza sucia,
ciegos y balbuceando palabras sin sentido.
Entonces volví a creer en ellos,
en su sabiduría rota,
ya sin ninguna sospecha de cordura.

Alejandro Nicotra

* * *

El niño que escribía de noche

El niño que escribía de noche,
hurtando luz,
no ha muerto.

Ahora consciente de la infamia,
vuelve, sin embargo, como un otoño
y reitera su crimen.

Sabe, en el resplandor solitario,
que toda página es una almohada que grita,
y que la noche observa
por todos los vidrios.

Alejandro Nicotra

* * *



Arte de Chus Pérez de Castro: Español: La seducción


Recorte

La mujer, vestida
por el misterio de sí misma
ante las puertas de la noche confiada.
en que su próximo entregarse
convocará todas las noches del hombre
sus largas piernas y su neto perfil
su cabello mejor que el aire
se recorta contra las luces de la ciudad
casi a orillas del tiempo o igual que sobre un puente
parece hecha para ser sólo en las palabras
que el hombre reunirá muchas noches después
de pronto, quizá sin quererlo
o quizá sin otro motivo
que el volver a nombrarla, un poco extrañado
y a amarla, sin duda
y a padecerla.

Alejandro Nicotra

* * *

Textos de Yamila Greco (Argentina)

I.

lo que nos recuerda las manos son las cuerdas
entonces manifiesto por los ojos la angustia y la crueldad
del plástico forzado por mi cadáver
es mantenerse incluso cuando los brazos forman huecos
no el estómago cansado
sino la insolencia de rasgar su privilegio
la cercanía limita el encaje que es la carne
mediante el grito que nos triunfa en delirio acabado
yo me postergo y me rebelo
contra la blanca solicitud de la pared reinante
y cargo heridas
aullar o permitirse el encierro
creo pero tener
el desnudo babosa el rastro plateado
y mi jurar no consentirse en espejos indecibles
es la lo
que das
mi búsqueda es un cuchillo o una piedra y otra flecha
machacadas contra la fuerza recta
pero quiero pertenecer
la cocina tiene patas son las arañas restantes
de la comida podrida
de mamá
es el designio de la abuela antes de
muerta
es mi propio ser habitando por la risa abierta
la gota seca de la rabia marcando muecas
mi baba retorcida en precipicios
a pleno diente roto su garganta es mi depósito

II.

los gritos son el inicio de toda creación maldita
fieras de mi alteración el golpe de los pasos y las puertas
que vienen por qué no se van ajenas a todo lo que se suicida
por qué no te corto los pies
y elevo al mundo
fija a las necesidades altas porque no queda fondo que
temblar
la visión única de la cuna muerta por asfixia
de una escalera comunicando con mi palabra
metástasis es mi hermana
o el desequilibrio sin presencias deformadas
dentro de una habitación sostenida por la basura

III.

yo no sé si levantar el nylon que cubre mis párpados
cuando el cuerpo se me revuelve en celo
atrevida en leche por mi nariz torcida en sangre
presagio del puño altivo que me descubre en asco
así el espejo sobre el pie que finge cuerdas
por qué no el sueño por qué no
suplicando los muros de un cadáver tibio
mi almohada es una bestia lúcida
cría salvaje de una mente inexistente
es un dedo custodiado por el ojo de la noche
un suicidio consciente y lento
donde se nutre mi perro yo me hago carne
derramada cruda en las ampollas del nacimiento
el agua me surge hervida
……………........... salir quiero
temblando mi garganta en peste
porque todo respira

IV.

pueden levantar los ojos porque es mi nombre
tentado bajo el grito de los perros
cuando el desnivel es tanto
que la noche es poca
y todo enfermo se asemeja compartido
a la sonrisa que me involucra
ni siquiera un dueño tembloroso
quemarme el estómago
en sorbos yo tarea de sangre
así me enrosco
............................... bestia
colgando por las venas cuerpo y parte
de algún balcón amable
abrirme las manos por quiebre y traslado
del impulso que nos confía a los cuchillos
masticar la angustia como forzar los vidrios
hasta que la uña arrastre columna y carne

V.

la entrada es por el ombligo de toda muerte
donde el llanto mastica
la escara sacra por donde se asoman los huesos
a través de la carne
yo me perjudico el ojo
cuando la bestia resplandece el cierre
yo abro los labios
y demuestro hambre
es la lujuria de Dios con su hábito de sombra
arrastrando mi nacimiento contra las ventanas

VI.

estremece mi espalda la pisada
y la palabra escondida
dentro de todo fondo conquistado
yo pretendo más
la lucidez del gancho y la fuerza de la cuerda
sangrar entonces
y reaparecer por las encías
perforando el lujo de la boca abierta
treparme el rostro a pedazos
o confiarte a mis uñas
en el único intento de mi mano pocilga
porque el conejo es tremendo
dentro de la carne sola
ceniza hirviente, chilla exquisito
yo lo busco con desesperación de diente antiguo

VII.

ofrecer ahora la mueca histérica de mis muletas
huir clavada en cruz por hambre y consuelo
de un diente aferrado
agita mi noche, el alto baile de la sangre
el choque de las mandíbulas
para hacer de ese gemido
mi órgano más soberbio

VIII.

sostener con un cabello el plomo
y con el canto del fuego ladrar
los infiernos
es la lengua esclava de mil bestias
devorando uñas
extendidas como clavos

lunes (no) martes (no) miércoles (no)
jueves (no) viernes (no) sábado (no)
domingo (no)

es la prepotente administración que hicieron de las cuerdas
lo que nos obliga a festejar cabezas

IX.

divulgar el filo sobre las caries
de toda madre inquietante

y derrocharse mediante el vómito

golpear con el cielo el cuello
cubiertas las pupilas por la cera oculta de la noche

caer agudo al precipicio y llamarlo asesinato

X.

Tragar
noche
hasta
morir
en
altas
ventanas
de
luz
abro mis piernas
en plena búsqueda lunar
y encuentro conejos

XI.

iluminar los ojos con la hermosa sinceridad
de las manos en mis fósforos
cortar la carne es
permitir el hueso
golpe
y el brillo fino de las tijeras
silencio golpe
golpe
toda mano en la garganta entorpece la tarea de los dientes

mi fantasía liderada por fantasmas
me atrevería a las pupilas

angustiando inversos los ojos
empujando diamantes sobre la tensión del perro

XII.

recolectar vidrios con la humedad de mi hocico
las ratas sobre el sexo
el cuerpo retuerce mastica devuelve
los dedos como cuchillos
me adhiero con saliva a la pretensión en celo
es el lobo
me entrego a la guillotina
o confío en sus muelas

aúllo

mi fondo es festejado
por sus garras atrevidas en manicomio

XIII.

habitarme por el suelo en guiño y en carne
aturdirme en huesos tibios
hasta que la máscara reconozca nuestra noche
o la pronuncie con los dedos

bajo la carne la expresión es fascinante
infecto la sonrisa con la mugre bajo mis uñas

XIV.

toda búsqueda comienza por las uñas
atreverse al desnudo rascándose la carne

prostituta del espejo
me meo encima de tuyo

hasta iluminar el fondo

XV.

Yo estoy muerta. Pero obligo a mis fantasmas

XVI.

I
convidarme garra hasta el consuelo
mil pedazos justos clavados en la frente

II
importan los nervios instalados
el animal nos sobra

circulando en fantasías menores

* * *



Carlos López Dzur / (California)

El jardinero

a María H. Escoda


Como sangre de mis cinco sentidos
ha nacido el deseo que sustancia en sí
toda atracción y espacio,
que fluye su energía y en una semilla
de lirio reposa y ve sus esplendores.

Para restablecer la vida y belleza
que en su verdad tiene el instinto
y el deseo como semilla,
lavaré el vestido de mi alma.
Lo abriré como se abre la tierra
para que no se encubra el apetito
Y ella salga desnudamente,
plena su empatía.

Ya sé que quiero ser, cuando diga
soy hombre, en los prados del lenguaje,
el mago que busca la hembra
en las esferas sublimes de su tallo.

Quien, con sus cinco rosas en la mano,
permuta la experiencia de verse
desnudo junto a ella,
con el destino de vivir a su lado.

Como un jardinero la quiero,
abriendo la tierra en que Ella está.
Como la mujer es la semilla compañera,
ya sé que quiero ser, habitante de su verdad.
El que transforma su jardín
y se lava en sus pétalos.
El dice a ella palabras de sus fértiles óvulos
en lo oculto de la Cueva de Macpelá.

19-12-2004 / Indice: El libro de la amistad y el amor


Carlos López Dzur


* * *



Acrílico / lienzo de Manuel López Oliva

Desacralización del origen

Señora, hija de las edades,
voz de las cronologías, quien te tragó
te ha vomitado. Te dijo: Apártate, Cotorrera,
porque tu piel es cellenca y los ríos están agotados
y secos, detenidos en el límite espacial
del mundo, el Olimpo selváceo.

En tercer plato, con poco amor y mucho sexo,
aún fuíste servida con 300 años de coitos y placeres.
Eras aún bella, manjar y sobrante en las cumbres de Frigia,
pero te hicíste símbolo mistérico de ente
por lo fértil que se asumió que tiene una manzana de oro,
tus ofrendas y el convenio de bodas de tus epitalamios.

Tú no quería nada de éso. Ni oro ni convenio.
Mas con corolarios de ira, el celo y las venganzas nacieron.
Tú eras dueña del agua y te secaron.
Tú eras la voz de las edades y te dieron un límite,
te quitaron la luna, se atracaron de soles para que tú
callaras, árida y quemada por los rayos,
sin tus sombras ni tus noches.

Señora, empezaron a decirte, ya seguro de tus edades pequeñas,
ya encerrada, ya marcada en habitáculos de esposas indefensas.
Se te bendijo en la parcela que tiene dueño,
en el batey que tiene horas, se te dijo: Herr... herus.
Niños de tus cricales nacidos son estos resentidos
con tan poco sentido de futuro, con mucho menos
sentido de pasado. Cortos de memoria, amplios
de pelagra, indefensión, pero malarios de ambición,
sanitariamente higienizados para la locura.

Ellos te festejan en sus cotarros de chunga.
Creen que cogen el cielo con la mano.
Que se bastan porque alegan que nacíste
de una costilla de ellos, no que díste la costilla
para que nacieran. Lo han invertido todo
para poder tragarte y salir de tu vientre
y oscura pendejera. Es ahora que te gritan:
Apártate, Cotorrera, mujer blanda,
memoria matriarcal del asco
y de la asfixia.

06-12-2000 / / Cuaderno de amor a Haití

CARLOS LOPEZ DZUR

* * *

Textos de Gustavo Galliano (Argentina)

Seducción, libros y mar

Localicé el ocaso del día en mí,
creyendo ver tu sonrisa en la bruma,
evolución del silencio en frescura,
cual tesis desleal de mis sentidos.
Perduras, el olvido aún no erosiona,
te sumerges y emerges en las aguas,
cristalinas aguas de voluptuoso oleaje,
donde Poseidón no reina, sólo mi mente.

¿Fue la seducción mi soledad?
no, creerías que profané la necedad,
fueron tus labios con reminiscencia a Mar,
néctar divino que incendió a mi alma.
Lapso, detente impertinencia burda,
monólogo destructivo de mi ser,
agitarás el recuerdo hasta agotar la luz,
al resucitar tus labios estos versos.
Contemplé el respirar de la noche en mí,
creyendo ver tus ojos en la penumbra,
cristalizó el resplandor de la tiniebla,
ofrenda mortal, en la Bahía del Adiós.

Gustavo Galliano

* * *

Alguien observando

Te he observado espiar tras las cortinas,
con la mirada perdida en algún horizonte,
devorando a otras gentes tan indiferentes
que machacan veredas sólo por costumbre.
He notado la inquietud de tus pupilas,
con manos crispadas por tanta impotencia,
y un suspiro profundo empaño los cristales,
sin poder destruirlos como hubieras deseado.

Te he visto observar desde tu fortaleza,
con frente sudorosa y aspecto cansino,
bebiendo la brisa que obsequia la noche,
sin penas ni glorias, solo por destino.
He descifrado de pronto tus dudas y temores,
náufrago del llanto que abraza la impaciencia,
soñando una isla sin tesoros ni puertos,
y miles de gaviotas de incesante vuelo.

Te he visto observar hacia mi ventana,
papel y lápiz en mano, escribiéndome algo,
y dudé entonces si en verdad existías
o un gigantesco espejo pendía del cielo.

Gustavo Galliano

* * *



Extor Henrique Martínez (Mexico)

Puterías desaforadas

Parece que alguien contempla al mundo con una cámara fotográfica.
Se han extraviado las pasiones.
Aquí cabe todo, menos la poesía.
Mein lieblings dichter, mi poeta predilecto.
Se exhala un olor a descomposición.
El sol está en su cenit y el alma no es más que un vapor.
—Que la gente no conoce el estado de los espíritus.
¿Quién dijo eso?
¿Dónde está pues el espíritu?
¿Se esconde en un cesto de ropa sucia?
Le da golpes a la tapa del ataúd.
Antes de que te mueras déjame entrar a tu vagina, señora poeta.
Devolver el cadáver a la tierra.
Sí, pero antes quítame el calificativo de puta y te daré
este nido de piojos blancos, este cacharro de pulgas de burdel,
este bebedero de vibraciones lubricas,
este receptáculo de peces carbonizados,
esta planicie empastada de carne sudorosa.
Turista del paraíso sexual cuya extraversión lingüística
sobrepasa los menesteres de la textualidad académica.
Y no se puede hacer nada para mitigar la fosforescencia
de los órganos genitales, dijo una vez don Camilo Cela.
Yuxtaposición de elementos contrarios, que la materia se pegue al verbo.
Y yo me siento incapaz de escribir cuando estoy frente a tus nalgas
. La poesía es un coño que nunca se cierra.
Putería desaforada donde arden los sentimientos y las palabras.
No es una etiqueta trillada, es el humanismo en su estado más puro.
Qué a nadie le quepan dudas.
Delectación escatológica, no hay que olvidar las palabras malsonantes.
La separación es pacata.

Un poeta tiene que ser profesor de los cinco sentidos.

La poesía no sólo es asunto de lenguaje y, mientras otras putas
no demuestren lo contrario, tú eres la mejor poeta de Tijuana.
Me consta.

ÉKTOR HENRIQUE

* * *

Ángel González

Meriendo algunas tardes

Meriendo algunas tardes:
no todas tienen pulpa comestible.
Si estoy junto a la mar
muerdo primero los acantilados,
luego las nubes cárdenas y el cielo
-escupo las gaviotas-,
y para postre dejo las bañistas
jugando a la pelota y despeinadas.

Si estoy en la ciudad
meriendo tarde a secas:
mastico lentamente los minutos
-tras haberle quitado las espinas-
y cuando se me acaban
me voy rumiando sombras,
rememorando el tiempo devorado
con un acre sabor a nada en la garganta.

Ángel González en Ateopoeta

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