Sunday, December 13, 2009

Diciembre 30, 2009 / Núm 50 / Orange County




La muerte de Séneca / pintura

CONTENIDO 50


Saludos Navideños

Carlos Martínez Rivas
Las Vírgenes Prudentes

Gabriela Zubiría
Filosofía visceral, Concha Buika, dixit

Roxana Miranda Rupailaf
Yo, Pecadora
SIN TíTULO
SIN TíTULO

II Festival Internacional de Poesía de Resistencia
Sep 16 -20 del 2010 - Toronto


Carmen Dolores Hernández
Los tiempos del tiempo

Alberto Martínez-Márquez
Respuesta a la crítica ideológica de «Nadie me quita lo bailao» del profesor Roberto Guzmán

Coloquio sobre el libro «Literatura Puertorriqueña Negra del Siglo XIX, Escrita por negros»

Algunos textos de Vicente Huidobro
Aforismos
La poesía es un atentado celeste
Ella

Rafael Rosado
Huidobro: Genio inventor del creacionismo poético

Mario Meléndez
VINCENT 1993

Antonio Cruz
El presente de nuestra poesía

Marga Seoane
La luz

Luis Alberto Battaglia
Cuenta

Fanny G. Jaretón
Mientras salgo al patio a ver si llueve
Desconsuelo

Liliana Varela
Amigos

Carlos Adalberto Fernández
Historias del Bajo: Noel

Alicia Fontecilla
Imprecaciones
Cita a ciegas

Ian Welden
El paseo
El Expreso del Crepúsculo

Éktor Henrique Martínez Hernández
Pirujeando en la «Tijuanita»
chivatón/yonqui/tecato/jaipo/pinchota

Arturo Cardona Mattei
La verdad

Carlos López Dzur
El anarquista perfecto
Cómo se hacen los milagros
La consciencia de los culpables
La cruz del poeta
Consejos del Emir de Córdova a Mauregato (cuentos)

Ramón Pedregal Casanova
Palestina Libre. Poesía de resistencia

Luis Arias Manzo
Petición al movimiento poetas del mundo

Luis Roberto Makianich
La Navidad oculta

Revistas amigas

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Carlos Martínez Rivas (Nicaragua)
Las Vírgenes Prudentes


¿Quién es esa mujer que canta
en la noche? ¿Quién llama a su hermana?
De país en país, esa rapsoda que vuelva en el viento
por encima del mar tenebroso donde culebrea el cielo?
¡Salidle al encuentro!
Ella, la enamorada.
Ella nada más, y su hermana.
¿Ese viento que canta?
Es la voz del amor. La voz del deseo del amor que se alza
en la noche alta.
Sobre la potencia de la ciudad, esa voz que gira.
Esa aria exquisita!
Sólo esa nota vibra en la noche helada.
Esa arpa sola tañendo en la noche vasta.
Ese único silbo penetrante de la pureza.
Sólo esa serenata encantada.
Y el amor de las hermanas!
De las estrellas protegiendo sus llamas
para el Deseado que tarda.
Nada sino eso: el cañaveral de las desposadas
y la sombra alargada del Ladrón que escala.
Canta la noche y las llanuras solitarias
sometidas al hechizo de la luna. Claras ,
vacías súbitamente al paso de las hermanas.
Al paso de la bandada blanca de las vírgenes hermanas.
Las que se entregaron al amor.
A quienes no se les concedió sino el amor.
Las Vírgenes Prudentes cuchicheando en la alcoba [estrellada.
Bajando la voz y subiendo la llama.
Cerrándose en medio de su sombra. Desapareciendo detrás
[de su lámpara.
Aquí sólo tienes abismo. Aquí sólo hay un punto fijo:
el pábilo quieto ardiendo y el halo frío.
Aquí vas a rasgar el velo.
Aquí vas a inventar el centro.
Aquí vas a tocar el cuerpo
Como toca un ciego el sueño.
Aquí podrás soplar y apagar tu secreto.
Aquí ya podrás quedarte muerto.


(12 de octubre Ciudad Guatemala, 1924 - Managua, Nicaragua, 1998)

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Gabriela Zubiría
Filosofía visceral, Concha Buika, dixit


Futuro, pasado, presente

(hablando de su padre y el abandono) … Yo no creo en el futuro. Y el pasado es tan extraño que mitad lo invento; la cabeza funciona de esa manera. Cuando una persona se aleja de ti quiere marcharse de tu presente, no de tus recuerdos ni de la posibilidad de un futuro… Claro el futuro es un invento malicioso y estamos condenados a un presente constante.

La esperanza

Ese es otro mal invento, porque la esperanza te hace soñar con felicidades futuras, te impide darte cuenta de la caricia del ahora y piensas que es menos de lo que te puede traer la vida. La esperanza es peligrosa si no se sabe emplear. Un arma de doble filo. La rendición no es siempre propia de cobardes, también es propia de cansados.

(…) Hay que tener cuidado con los conceptos aprendidos, porque luego nos convertimos en víctimas abstractas y eso es peligroso porque nos hace débiles.

El abandono

Que una persona te deje es un hecho asumible. Yo estoy sola, ¿me ves mal?, ¿me pasa algo?, ¿se me ha caido un ojo? ¡No! La putada es estar acompañado y sentirse solo. ¿Estoy sola? Asumible. Nací sola, cago sola, da igual. Estoy sola: partamos de aquí. No empieces a verter sobre la otra persona todo el sinfín de tus miedos, que ya los tenías antes de que apareciera.

Volver

(no quiere volver) donde ya estuve y no me gustó. (…) Donde no me supieron querer, donde fui torpe a la hora de expresarme. Donde no me sentí cómoda. ¿Pata qué volver ahí? No hay que ir hacia las mismas cosas que nos hicieron daño. En una secuencia lógica de la vida la repetición es un error: nunca ves al mismo pájaro pasar de la misma manera, ni a la misma ola romper en la misma playa.

Secretos

Guardamos demasiados secretos y nos pesan mucho. Y los secretos son tales por miedo a que no nos entiendan … (o a que no nos quieran o a que nos dejen de querer, interviene el periodista)

Morir de amor

Yo tengo a mi música que no me abandona. (Siempre necesitamos algo que no nos abandone) Nuestro latido, dice. Tú acuérdate de respirar, que no se te olvide nunca. Además, morir de amor nunca sirvió. Porque siempre llega otro morir que te deja en manos de un tercer morir que luego le cede el paso a un cuarto que amablemente te deja en manos de un quinto que, hoy por hoy, te está matando.

A nosotros nos limita la carne, pero tenemos un mundo que existe detrás de los párpados. En este mundo, ni el cuerpo nos difama ni la distancia nos separa. El amor reina allí. En el mundo de afuera reina el tacto, reinan cosas que te hacen sentir mucho amor y que lo único que hacen es alimentar lo que está adentro. Está peligroso eso de maximizar la figura de la persona que tenemos delante, la convertimos en un ícono tan gigante que luego la pinchamos y la pobre persona hace plof.

Soledad

Está muy feo eso de engañarse con la soledad. (…) a mi la soledad me alimenta mucho, yo me la paso muy bien estando conmigo.

De la Entrevista de Diego Manso «Autoayuda para corazones rotos», Revista Ñ del 5 de diciembre de 2009

*

Roxana Miranda Rupailaf (Chile)
Yo, Pecadora


Confieso que le he robado el alma al corazón de Cristo,
que maté a una flor por la espalda
y le disparé a la cigüeña.
Confieso
que me comí todas las manzanas
y que suspiro tres veces
al encenderse la luna.
Que le mentí a la inocencia
y golpeé a la ternura.
Confieso que he deseado a mis prójimos
y que tengo pensamientos impuros
.. .. .. .. . con un santito.
Confieso que me vendí por dinero.
Que no soy yo
y que he pecado de pensamiento,
palabra y omisión
y confieso, que no me arrepiento.

Del libro Las tentaciones de Eva
de Roxana Miranda Rupailaf

*



SIN TíTULO

Se cumple la profecía
y derramo la tinta por los ojos.
escribo sin aliento
distrayéndome
en las vacas que atraviesan este puente,
en donde ya no se oyen mugidos,
sino gritos,
de una lanza clavada a la costilla
que señala con sangre
las muertes
que seguirme.

Escribo masacrándome,
mostrando,
abriendo llagas en que llorar
y golpear en tantos pechos.

Plegaria en los murmullos.
Escribo con velas en los ojos.

*

SIN TITULO

Hágase la tierra
le pondremos viento en el ombligo
y mar entre las piernas.

Hágase la luz y las estrellas.
en sueños celestes trasnocharé para no ser vista.

Háganse los peces, los animales, las aves.
Multiplíquense y habiten el reino de mis caderas.

Háganse las flores y los frutos
para simular la fiesta.

Hágase el hombre del barro de mi garganta
que de la saliva salga a cantar.

Hágase la mujer a mi imagen
con la divina dulzura del lenguaje.

[Roxana Miranda Rupailaf nació en Osorno, Chile, en 1982. Su poesía explora temas relativos a una cierta ontología de lo femenino asociada a la sexualidad, el cuerpo, en un diálogo polémico con las imágenes y alegorías heredadas de los grandes relatos judeo-cristianos. Su conciencia de género, además, está informada por una conciencia de etnicidad, dada su condición de poeta mapuche-huilliche.

(Sergio Mansilla Torres. Poetas Sur-Patagonia: Roxana Miranda Rupailaf. Buque de Arte. Ed. Sergio Mansilla. Osorno, Chile: Editorial Poetas Antiimperialistas de América. 25 de diciembre de 2005.)]
Más: En Wrong Side

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II Festival Internacional de Poesía de Resistencia
Sep 16 -20 del 2010 - Toronto


Nuestra Misión: Somos un comité cultural cuyo objetivo es lograr la participación popular en una cultura de vida, paz y valores éticos, como antídoto a una cultura contemporánea elitista, que promueve una cultura de guerra, violencia, consumo y homogenización.

-Deseamos desarrollar el lenguaje poético como vehículo para la expresión artística y los procesos creativos que recogen y nos presentan la vida, las necesidades y los sueños del pueblo.

-Deseamos incrementar la influencia de la poesía como palabra viva que genere la esperanza del futuro, de la participación y de la responsabilidad.

-Deseamos proporcionar un vehículo para la educación y la información sobre la vida, el pensamiento y las luchas de la gente que se oponen a la injusticia, basados en la solidaridad, la tolerancia y el respecto.

-Deseamos desarrollar el conocimiento y la conciencia en los individuos y en la sociedad en general de su derecho a recibir la información objetivamente, sin distorsiones y del acceso a los medios de comunicación para promover una perspectiva popular sin manipulación.

-Deseamos generar la solidaridad de los intelectuales, de los artistas y de los poetas del mundo entero en busca de la justicia, y hacer pública cualquier injusticia, así como el encarcelamiento de los Cinco Cubanos, Mumia Abu-Jamal y Leonard Peltier.

Temas:
· Derechos humanos, culturales, sociales y ambientales
· Globalización, etnicidad y guerras
· Diversidad humana y biológica
· Desplazamiento forzado
· Justicia para los injustamente encarcelados.
· Exilio cultural y político
· Confrontación al racismo y la discriminación basados en la orientación sexual, género, sexo, edad etc.
· Defensa de los Derechos del niño.

Metodología: Buscaríamos la movilización, la capacitación y la participación a nivel local, nacional e internacional acercándonos a varias comunidades y a los grupos de apoyo, demográficos, geográficos y sociales.

-Nos acercaríamos a la Municipalidad de Toronto para que apoye el Festival que se llevara a cabo en Sept. de 2010,

-Estableceríamos vínculos y relaciones con otros festivales tales como el Festival Internacional de la poesía de Medellín, Colombia, y el Festival Mundial de poesía en Venezuela y El Festival de Poetas de Barinas, El Árbol de los Poetas, etc.

-Buscaríamos la participación de la gente joven, de las mujeres, de los mayores, de las personas con desafíos físicos, de los pueblos indígenas, de los inmigrantes, de los refugiados, y de la gente en general implicada en los asuntos actuales.

-Organizaríamos varios lugares para que las actividades se lleven acabo: escuelas, universidades, parques, plazas, auditorios al interior y al aire libre, bibliotecas, cooperativas, centros culturales y comunitarios, bares, iglesias, cárceles, hospitales, etc.

Jurado: Organizaríamos un jurado y una mesa editorial de escritores e intelectuales nacionales e internacionales con el fin de seleccionar la poesía para la publicación de una antología/libro y/o el establecimiento de una publicación.

Finanzas: Nos acercaríamos a individuos, a instituciones gubernamentales y municipales para las artes, que dan aporte financiero; empezando por el Consejo de los Artes de Toronto.

Nosotros Creemos: Que no puede haber paz sin la distribución equitativa de la riqueza, sin un reconocimiento a la diversidad, al respeto a las culturas, y al aprecio de su belleza y de sus expresiones artísticas;

- Que la gente tiene derecho a la educación, a una vida cultural basada en las necesidades colectivas e individuales que alimenten las expresiones creativas dentro de cada comunidad, y no sea impuesta desde los centros institucionalizados de poder o desde la cultura dominante existente.

- Que los valores estéticos, éticos y culturales no deben ser basados en los intereses de una cultura dominante cuya raíz se nutre en valores coloniales;

- Que los países tienen el libre derecho a la autodeterminación;

- Que la búsqueda para el crecimiento intelectual y cultural tanto a nivel individual como colectivo se debe inspirar y defender contra la puesta en práctica de una cultura de guerra, de muerte y de violencia que afecta todos los aspectos de la vida civil tales como la moda, la sexualidad, el individualismo, etc. El uso de recursos humanos y materiales se debe dirigir hacia paz con justicia social y el desarrollo cultural.

-Que es necesario promover activamente la oposición a la cultura de guerra y terror que ejecuta, encarcela, tortura y masacra injustamente inocentes derogando el derecho internacional en el proceso;

- Que se debe rendir honor Mumia Abu-Jamal, Leonard Peltier y a los Cinco Cubanos por su coraje, dignidad y determinación como prisioneros políticos en los E.U. y alimentar la solidaridad internacional que hará posible su liberación y que les permitirá regresar junto a sus familias;

- Que deben ser apoyadas las campañas a favor de la justicia para los desposeídos, para los que defienden el medio ambiente, los que están contra racismo y la discriminación social, racial, sexual, de género, orientación sexual o por factores de edad;

-Que esa paz con justicia debe ser alcanzada si deseamos salvar nuestro planeta y a la humanidad.

Una lista parcial de las personalidades y representantes del Parlamento u organizaciones que han declarado su apoyo a la liberación de los Cinco Cubanos cuyo total incluye 10 ganadores del Premio Nobel y mas que 38,000 intelectuales del mundo:

«Al final reposaremos libres y victoriosos frente a ese sol que hoy nos ha sido negado»: Antonio Guerrero Rodríguez, uno de los Cinco Cubanos, poeta. / Ver más: En La Cita Trunca / Jorge Etcheverry




*

Carmen Dolores Hernández (PR)
Los tiempos del tiempo


La historia tiene una manera de medir el tiempo; la experiencia tiene otra. Ambas modalidades se entrecruzan en esta novela

Las historias autobiográficas de esclavos («slave narratives») son conocidas en los países angloparlantes –la Gran Bretaña y sus colonias- desde finales del siglo XVIII. Con la publicación en Inglaterra, en 1772, de A Narrative of the Most Remarkable Particulars in the Life of James Albert Ukawsaw Gronniosaw, an African Prince, As Related by Himself, el género se popularizó e incluyó en Estados Unidos obras como Life of William Grimes, the Runaway Slave. Written by Himself (1825); Narrative of the Life of Frederick Douglass, an American Slave (1845) y también Incidents in the Life of a Slave Girl (1861), por Harriet Jacobs.

Se trata de relatos que documentaron las experiencias de la esclavitud. Las palabras de tales narraciones fueron conformando un cuerpo literario que definió una condición social y les permitió a los lectores entenderla y entrar en contacto directo con ella. Muchas de estas narraciones, además, alentaron los esfuerzos abolicionistas en los Estados Unidos. En cierto sentido, pues, las palabras penetraron en la sociedad –a veces la hechizaron – haciéndola conciente del esclavo y su situación.

El mundo iberoamericano no contó con un acervo similar, por lo menos no en las mismas proporciones ni con la misma prominencia. Las vidas de los esclavos se conocen a través de los documentos de sus amos o de aquellos escritos jurídicos o comerciales que daban cuenta de sus rebeldías y transgresiones o de su valor económico. Los vacíos que dejaron tales carencias deben ser llenados por la imaginación.

Esa es, precisamente, la intención de esta novela, cuya acción ostensible toma lugar entre historiadores (profesionales en la tarea de escudriñar el pasado). Dos de ellos, ambos latinos, se encuentran en un prestigioso centro de investigaciones de una universidad de Chicago. Fe Verdejo, venezolana de nacimiento y negra de tez, es la directora del seminario; Martín Tirado, historiador e investigador puertorriqueño, trabaja en su equipo.

Su tema de investigación tiene que ver con historias de esclavas violentadas de diversas formas –sobre todo sexualmente- por sus amos. Fe las reúne y a través de ellas anula el tiempo cronológico para vivirlas en carne propia, asumiendo, ella misma, la humillación y el dolor y –también – la capacidad de triunfar sobre sus amos blancos sometiéndolos a su carne. La sumisión sexual se convierte entonces en un poder extrañamente esclavizante y la investigación que se lleva a cabo se torna en una especie de revancha en que la penetración de las palabras violenta y altera la historia oficial al insertar en ella un órgano ardiente que impide olvidar una tragedia colectiva.

«El tiempo no existe y todo lo que existe es tiempo», se lee en esta narración que sucede entre historiadores pero que, en cierto sentido, borra el tiempo para dejar al desnudo –literalmente- la experiencia. En esta maniobra el rito se convierte en instrumento que sacraliza ese inmenso vacío. Los tres momentos cumbres de la acción suceden en las noches del 31 de octubre, cuando se celebra una fiesta popular en los Estados Unidos, Halloween, que se refiere –en último término- al olvidado Samhain, festividad pagana de origen gaélico. Tal celebración antiquísima festejaba la abundancia de las cosechas, pero también marcaba un período limitado de contacto entre los mundos de los vivos y los muertos, cuando éstos volvían a la Tierra a través de los primeros. Por eso se usaban máscaras y disfraces y por eso también Fe Verdejo se disfraza para los encuentros con Martín Tirado. Ella se reviste con el ropaje de otras, usando el referente significativo de la esclava brasileña convertida en ama, Xica da Silva. Un subtexto de carnalidad castigada pero indomeñada corre por toda la narración.

Corta, ambiciosa, esta novela es más eficaz en teoría que en la práctica. Es difícil de seguir, especialmente al principio, en parte porque sus personajes no captan con suficiente rapidez el interés del lector. En el caso de Fe, el misterio mismo que la rodea la convierte en un personaje distante e inasible. El de Martín parece entrañar igualmente un misterio que nunca se explicita del todo. Lo pusilánime de su carácter le proporciona, además, una cierta insignificancia que conspira contra el impacto de la novela, dado que ésta gira sobre ellos dos y la relación que establecen con su pasado individual y con el colectivo.

Se trata, de todas maneras, de una novela que plantea un asunto interesante, no muy explorado hasta hoy en nuestra literatura a pesar de su presencia en nuestra historia. En ese sentido amplía considerablemente el alcance temático de la narrativa puertorriqueña.



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Alberto Martínez-Márquez (PR)
Respuesta a la crítica ideológica de «Nadie me quita lo bailao» del profesor Roberto Guzmán


Hace unas semanas circuló un escrito del Profesor Roberto Guzmán, compañero profesor del Departamento de Inglés de nuestro recinto universitario, que consistía en una crítica a Nadie quita lo bailao, un potpurrí de cinco monólogos y dos piezas de teatro negro que tomó lugar en el Anfiteatro A120 el pasado jueves 4 de octubre del corriente. Nadie quita lo bailao es una producción de los estudiantes del Grupo de Teatro de la Universidad de Puerto Rico en Aguadilla, bajo la magistral dirección de la profesora Zaida Ruberté.

Es necesario destacar aquí que la crítica del Profesor Guzmán —como él mismo indicara en su escrito— no está dirigida a los elementos propiamente teatrales de las obras representadas (i.e., dirección, producción, actuación, escenografía, luces, utilería y sonido), sino que enfila sus cañones hacia el contenido textual per se de algunos monólogos qua la ideología separatista y antiestadouniense que, a juicio del ilustre profesor, parecen destilar los mismos.

De igual manera, es preciso aclarar que no estoy impugnando que el Profesor Roberto Guzmán efectúe una crítica ideológica de los monólogos, a lo cual tiene absoluto derecho. Lo que me propongo a partir de aquí es responder a dicha crítica —amparándome en ese mismo derecho de expresión— en aras de aportar con ello al debate de ideas, tan malentendido y desatendido en nuestra institución. Me parece tan necesario como medular que se estimulen los diálogos y debates académicos que redunden en beneficio de nuestra comunidad universitaria; especialmente, el alumnado de nuestro recinto, porque estimula el intercambio de pensamiento y nos fuerza a razonar más allá de los materiales asignados. Precisamente en ello reside el mérito del escrito del Profesor Guzmán, porque (acaso sin pretenderlo) nos lleva a repensar las relaciones entre texto, representación, ideología, realidad, poder, censura y pensamiento crítico.

En términos generales, la crítica asumida por el Profesor Roberto Guzmán se erige a partir de lo que él considera una constante antiamericana en cuatro de los monólogos construidos sobre las figuras históricas de Frida Kalho (Brendaliz González), Malcom X (John Piñeiro), Timothy McVeigh (Samuel Negrón) y Carmen Fernández (Maritzaida Amador). Sin embargo, el Profesor Guzmán enfoca en la disparidad de visiones que existe entre el monólogo de McVeigh y el monólogo de Carmen Fernández. Lo primero que salta a la vista es la selectividad del Profesor Guzmán al inicio de su ensayo. Éste ha seleccionado un par de pronunciamientos en los primeros dos monólogos, descontextualizándolos, con el fin de aplicar su teoría del antiamericanismo.

En su monólogo, Frida Kalho dice que lo único bueno de los gringos son sus batidas. Me parece que un statement tan escueto no es evidencia suficiente para montar una interpretación ideológica amplia ni para deconstruir la visión total de Kalho con respecto a los Estados Unidos. Considero que en su esencia la representación de Kalho muestra al público una artista cuya única salida es la estetización de su propio dolor físico y psicológico, la cual gira en torno a su tortuosa relación con el pintor Diego Rivera y la negativa de ésta a rendirse ante los roles tradicionales de la mujer mexicana. Si más allá de la frase de las batidas, el texto explanara las ideas comunistas de la artista mexicana y su pensamiento anti-imperialista, entonces ello pudiese haber dado food for thought para una crítica mucho más diligente y perspicaz por parte del Profesor Guzmán. Pero el texto no profundiza en el ideario de la pintora.

Asimismo, cuando Malcom X enuncia en su monólogo que hablará como negro y no como americano, es preciso entender el momentum histórico que contextualiza estas palabras. La década de 1960 marca el despertar de la consciencia afroamericana con el movimiento de los Derechos Civiles del Dr. Martin Luther King, el grupo paramilitar las Panteras Negras y la Nación del Islam, de la cual el propio Malcom X formó parte. En su autobiografía, tan influyente en su país como en otros lugares del globo, Malcom desbanca los mitos que las élites anglosajonas construyeron alrededor de la figura del negro estadounidense. Es por esta razón que Malcom X decide no hablar como “americano”, que es, a todas luces, el discurso del poder de los estamentos dirigentes. En su lugar, Malcom X se inclina por el discurso disidente y diferencial del negro, como discurso y praxis de oposición.

Para el Profesor Guzmán, las palabras de Malcom X, ligadas a la frase de Frida Kalho coadyuvan a fomentar un pensamiento antiamericano como mensaje principal de estos monólogos. Sin embargo, al decontextualizar ambos parlamentos, Guzmán adecúa los mismos a su propia línea ideológica en vez de utilizar su particular ideología como una forma de analizar las obras. Empero, si el Profesor Guzmán partiera de esto último, no tendría cómo evidenciar que estos monólogos atenten contra la nación estadounidense, su gobiernos y sus instituciones.

Debo, sin embargo, darle crédito al Profesor Guzmán por exponer una contradicción en el monólogo de Timonthy McVeigh, uno de los autores del bombazo del edificio federal de Oklahoma City e1 9 de abril de 1995. Ex veterano de la Guerra del Golfo, McVeigh se unió a grupos paramilitares de seudopatriotas conspiradores contra el gobierno federal de su propia nación. El discurso de estos grupos es racista y xenófobo porque postula la superioridad étnica del componente anglosajón de la cultura estadounidense y reacciona con desprecio y virulencia contra otros grupos «raciales» (i.e., afroamericanos, hispanos, judíos, árabes, orientales, etc.). Guzmán ve con acierto cierta simpatía con McVeigh que exhibe este monólogo.

A mi juicio, si Samuel Negrón (escritor y actor del monólogo) no hubiera sucumbido en su texto a presentarnos a un McVeigh totalmente victimizado por el gobierno estadounidense, malentendido por sus conciudadanos y justificador a ultranza de su maligna acción, y en lugar de ello, hubiese utilizado un discurso mucho más ambiguo con respecto a este personaje, tal vez de esta manera el espectador se hubiese visto forzado a ejecutar esa necesaria alienación brechtiana.

Para Bertolt Brecht había que prescindir del efecto catártico (catarsis o purgación de las emociones) en el teatro, pues la identificación plena de la audiencia con los personajes o las acciones representadas podrían minar el espacio crítico-opinante de los espectadores, un espacio necesario para el desmonte de los discursos dominantes y una toma de consciencia. De esta forma, se evitaría demonizar la figura de McVeigh, como un facilismo maniqueísta que imposibilitaría entender aquellos factores sociales que produjeron un tipo de individuo violento, destructivo y acérrimo enemigo de lo étnico diferenciado. Este defecto del texto del joven Negrón, contrastado con su genial actuación, produjo en mí un aplauso demasiado agridulce. Comprendo que en el teatro también se representan villanos. No obstante, cuando se representan figuras reales que entran a la historia por la puerta de la ignominia y son representadas desde una óptica desproblematizadora, no es fácil aceptar dicha caracterización como legítima.

El monólogo de Carmen Fernández, líder nacionalista herida durante la Masacre de Ponce del 21 de marzo de 1937, le sirve a Guzmán para afincarse en lo que considera la impronta antiamericana de los monólogos. Metodológicamente, el Profesor Guzmán compara este monólogo con el de McVeigh para declarar que ahí existe una crasa contradicción; pues si en éste último se justifica la matanza 168 ciudadanos estadounidenses, en aquél se objeta la muerte de 19 nacionalistas puertorriqueños.

Este punto comparativo es válido si se contrasta uno y otro monólogo como dramas concatenados. Pero este punto no se sostiene si se entiende que ambos monólogos son independientes. La constante antiestadounidense que Guzmán adscribe a los monólogos por la fuerza es non sequitur. No existe una intención premeditada por parte de los estudiantes que actuaron los textos que ellos mismos pergeñaron, como para decir que les motiva un antiamericanismo obstinado. Todos los monólogos son independientes unos de otros y tienen como propósito mostrar ante la audiencia personalidades históricas que se destacaron en distintas facetas del quehacer humano.

Visto de ese modo, el monólogo de McVeigh desentona dentro del conjunto. Aún como contrapeso negativo de las influencias positivas de los sujetos históricos, el texto posee unas deficiencias que ya he señalado con anterioridad. Pero esto dista mucho de la intencionalidad de que el conjunto total de los monólogos sea uno ideológicamente dirigido desde una perspectiva separatista y hostil hacia los Estados Unidos. El monólogo de Carmen Fernández es una denuncia contra la represión política y la censura contra las libertades.

Es preciso recordar aquí que a la altura de 1937 que Puerto Rico no tenía gobierno propio y que la institución policíaca fue establecida como un ente represor del aparato estatal. Sobre esto hay mucha fuente informativa que no se puede ignorar de golpe y porrazo. Quienes dispararon contra los nacionalistas fue la policía insular y no soldados estadounidenses. A raíz de este suceso, la Comisión de Derechos Civiles de los Estados Unidos (American Civil Liberties Union) creó el Comité Hays para investigar las violaciones de derechos humanos en Puerto Rico.

La selectividad del Profesor Roberto Guzmán llega al extremo de excluir de su discusión uno de los monólogos, al que no alude en lo más mínimo. Se trata del que lleva por título Angélica en tres tiempos, escrita e interpretada por Yesenia Padilla, que representa a una esclava caborrojeña que desea encontrar al Doctor Ramón Emeterio Betances para que le confiera la manumisión (proceso por el cual se liberaban los esclavos). Me parece interesantísimo que este monólogo no se asome remotamente por la esfera crítica del Profesor Guzmán.

Aparentemente en esta pieza dramática no hay ningún indicio de antiamericanismo, que sería el ideologema conferido por Guzmán al resto de los monólogos. Al dejarlo fuera resulta evidente una vez más que el Profesor Guzmán ajusta el contenido dramático a su propio ideario político-partidario, que redunda en la defensa del anexionismo.

El destape que el Profesor Roberto Guzmán hace del pretendido contenido ideológico antiamericanista de los monólogos prescinde de categorías analíticas formales y culmina con una suerte de advertencia macartista sobre el separatismo latente de los componentes del grupo de teatro de la Universidad de Puerto Rico en Aguadilla.

28 de octubre de 2007 / Departamento de Humanidades
Universidad de Puerto Rico (Aguadilla)


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Coloquio sobre el libro «Literatura Puertorriqueña Negra del Siglo XIX, Escrita por negros»

El Archivo Nacional de Teatro y Cine y el Editorial LEA del Ateneo Puertorriqueño invitan al coloquio sobre el nuevo libro «Literatura Puertorriqueña Negra del Siglo XIX, Escrita por negros». El libro que forma parte de la Serie ESCRITORES DEL XIX, es la recopilación de las Obras Encontradas de Eleuterio Derkes, Manuel Alonso Pizarro y José Ramos y Brans, y la Antología de la Literatura Puertorriqueña Negra escrita por negros 1880-1920. La edición, recopilación, el Estudio Preliminar y las notas son escritas por el dramaturgo puertorriqueño y director del Archivo Nacional de Teatro y Cine, el Prof. Roberto Ramos-Perea.

En el coloquio sobre el libro, que se llevará cabo la noche del 16 de diciembre de 2009 a las 8:00 pm, en el Teatro del Ateneo, participarán el Dr. Jalil Sued Badillo, historiador, autor de Puerto Rico Negro, la Dra. Lydia Milagros González, socióloga, autora de entre otros muchos estudios de El Machete de Ogún, y del Lcdo.Víctor Rivera, profesor de derecho, y ex Secretario del Trabajo, con la moderación del Dr. Edgar Quiles Ferrer, Director Asociado del Archivo Nacional de Teatro y Cine.

Sobre Literatura Puertorriqueña Negra del Siglo XIX, Escrita por negros Ramos-Perea señala: «Mucho se ha dicho sobre el tema del negro o de lo negro, en la literatura puertorriqueña. Volúmenes extensos, inacabables bibliografías sobre la discusión de cómo se construye el sujeto del negro a través de la poesía, la narrativa y el teatro, que enfatizan en aquellos textos que nacen de plumas de escritores blancos y su visión de lo que es el hombre o la mujer negra en el momento que observan, como si tratar de construir el sujeto negro desde la visión del blanco, hablara algo de la visión que tiene el negro de sí mismo. Esto nos sirve, pero menos que a medias. Poco o casi nada se ha dicho sobre los orígenes de la literatura escrita por negros y mulatos en el Puerto Rico del siglo XIX. Creemos que este es el primer libro que lo hace».

«Literatura Puertorriqueña Negra del Siglo XIX, Escrita por negros» es un trabajo de recopilación y análisis que comenzó con la fundación misma del Archivo Nacional de Teatro y Cine en el año 1984, llega a su culminación con esta publicación en la que se recogen todas las obras teatrales y otros textos escritos por Eleuterio Derkes, Manuel Alonso Pizarro y José Ramos y Brans, y textos representativos de los escritores negros Eleuterio Lugo, Carlos Casanova, José González Quiara, Tomás Carrión Maduro, José Celso Barbosa, José Elías Levis, Arturo Más Miranda, Eduardo Conde, Luis Felipe Dessus, Enrique Lefebre, Jorge Alonso Fernández y Arturo Schomburg.

Todos ellos fueron escritores negros y mulatos que escribieron desde sus espacios de intelectuales, obreros, periodistas y sobretodo como dramaturgos y poetas. Los textos recogidos de estos autores expresan las visiones que el intelectual y el escritor negro tenía sobre sí mismo.

La sorpresa de encontrar una amplia nómina de escritores, dramaturgos, poetas y ensayistas negros y mulatos, ofrece un nuevo espacio de investigación y conocimiento de lo que fue el desarrollo de la inteligencia puertorriqueña negra en tiempos de grandes crisis sociales y políticas, al mismo tiempo en que fueron grandes momentos de explosión creativa e intelectual. Es de gran regocijo reunir los trabajos de Eleuterio Derkes Martinó, nuestro primer intelectual y maestro negro, quien con el ejemplo del Maestro Rafael Cordero, se convirtió el «Santo laico» de varias generaciones de intelectuales negros y mulatos.

Luis Felipe Dessus, uno de los intelectuales puertorriqueños negros de más importancia en el siglo XX, señala en el epígrafe de este libro, lo que será la obligación presente de conocer estas maravillosas formas de creación intelectual puertorriqueña al decir: «Retoño soy de aquellas razas tristes que sofocó el látigo y que abatió el dolor. ¿Por qué no recoger en mi lira y en mi pluma aquellas iras ahogadas en lágrimas y en sangre? ¿Por qué no herir el alma tenebrosa de un esclavismo prestigiado por el latrocinio y la matanza? ¡Oh, siglos del porvenir: a vosotros corresponde reparar los crímenes y las injusticias del pasado!»

Para mayor información y adquisición del libro -que estará disponible en el coloquio- puede comunicarse con el Archivo Nacional de Teatro y Cine del Ateneo, al 787-977-2307.

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Algunos textos de Vicente Huidobro
Aforismos


Conocí un hombre interesante: no tenía principios.

Un hombre, un verdadero hombre, no tiene principio ni fin.
Como Dios.

Los perros le ladran porque iba vestido de Excepción.

El reloj del cementerio se adelanta un poco.

No hay nada más difícil que saber ser loco.

¡Qué cantidad de buen criterio se necesita para ser loco!
Ayúdate, que Dios no te ayudará.

Desarrolla tus defectos, que son acaso lo más interesante de tu persona.
Un hombre desnudo pesa más que vestido.
Ver la paja en el ojo ajeno y la viga también.

Has despedazado las leyes de tu corazón para someterte
a las leyes de tu tribu.
En nombre del Arte.
En nombre de la Belleza.
En nombre de la Verdad.
En nombre del Orden.
En nombre de la Ley.
En nombre de la Bondad.
En nombre del Deber...
Palabras, palabras.

He oído un ruido de cadenas que se rompen. Ha nacido un hombre.

No hay amor ilegítimo.

El mayor enemigo del poema es la poesía.

Axioma para los músicos: Los pájaros cantan mal.

Otro axioma para los músicos: Los barcos cantan mejor que las sirenas.

La vida es una cuestión de vida o muerte. Es incomprensible que un individuo que haya estudiado profundamente la sociedad actual no sea comunista.

Es incomprensible que un individuo que haya estudiado profundamente el comunismo, no sea anarquista.

Un juez que en el momento de dar una sentencia no se está riendo interiormente de sí mismo y de la sociedad es un perfecto imbécil.

-Soy abogado, soy ingeniero, soy...
-¿Y a mí qué? Eso sólo prueba que posees un diploma de limitación.

Una cortesana llena de melindres es tan repugnante como un ladrón económico.

Estúpido, ¿para qué arrojas cáscaras de plátano en mi camino?

Consejo a los pintores: Para estrangular a la Naturaleza hay que tener dedos de hada.

Mis versos son cálculos de evasión.

Nada amo tanto como lo imprevisto. Una gitana en Budapest me leyó el porvenir en las líneas de la mano.

Yo me eché vitriolo y las borré.

La mayor de las degeneraciones y de las morbosidades es el espiritualismo.
Mascar cadenas, he ahí el plato más delicioso para el Hombre.

Las caricias son arañazos de animal doméstico.
Era tan mal actor, que lloraba de veras.

Eva en el Paraíso regalaba la manzana; después salió del Paraíso y empezó a venderla.

Las mejores cosas sobre mí las han dicho mis enemigos.

La Poesía soy yo.

Huir del hombre, huir de la naturaleza y sentarse encima del arco iris con una pluma en la mano.

Poco no importan los errores o las verdades en un gran autor.
Por mi parte puedo asegurar que muchos autores me gustan más en sus imperfecciones que en sus aciertos.

Lo que nos interesa en Nietzsche no son las verdades de Nietzsche sino la nietzschesidad de Nietzsche.

¡Oh, qué delicia! Jugar con fuego.

Las creencias religiosas tienen como origen la ley del menor esfuerzo.

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La poesía es un atentado celeste

Yo estoy ausente pero en el fondo de esta ausencia
Hay la espera de mí mismo
Y esta espera es otro modo de presencia
La espera de mi retorno
Yo estoy en otros objetos
Ando en viaje dando un poco de mi vida
A ciertos árboles y a ciertas piedras
Que me han esperado muchos años
Se cansaron de esperarme y se sentaron

Yo no estoy y estoy
Estoy ausente y estoy presente en estado de espera
Ellos querrían mi lenguaje para expresarse
Y yo querría el de ellos para expresarlos
He aquí el equívoco el atroz equívoco

Angustioso lamentable
Me voy adentrando en estas plantas
Voy dejando mis ropas
Se me van cayendo las carnes
Y mi esqueleto se va revistiendo de cortezas
Me estoy haciendo árbol
Cuántas cosas me he ido convirtiendo en otras cosas...
Es doloroso y lleno de ternura.

Podría dar un grito pero se espantaría la transubstanciación
Hay que guardar silencio Esperar en silencio.

De Últimos poemas, 1948


Vicente Huidobro's Creacionismo / Bios / Vicente Huidobro / Blog

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Rafael Rosado
Huidobro: Genio inventor del creacionismo poético
(frag.)

Vicente Huidobro es un poeta angustiado por lograr un sistema creativo para su poesía y el mundo. Es un ser en búsqueda constante y consciente del poder que encierra la poesía. Con Altazor él creó unos parámetros lingüísticos que no tienen comparación, donde él niega y afirma a la vez que afirma y niega con nuevas posibilidades que evidencian las limitaciones de su propio sistema y de las lenguas.

Huidobro crea y descarta e incluso cuestiona el creacionismo (cubismo literario, el surrealismo y el futurismo) y se burla de los otros movimientos literarios como el romanticismo y el modernismo con el objetivo de destruir toda poética convencionalista con proposición caótica de la línea, el ritmo y la sintaxis.

Altazor transforma los límites conocidos de la poesía. Su sátira sin medida la dirigió a sus detractores. Vicente Huidobro ve el mundo como un Dios poeta creador. Altazor es una de sus criaturas que habla con él poniendo en tela de juicio los métodos anteriores. Huidobro establece un diálogo consigo mismo en un acto de magia poética.

Mediante un sin fin de acrobacias lingüísticas en el aire se sitúa fuera de la tierra (en el espacio) como un espíritu. Parte con su paracaídas que son las palabras y la lengua desde la muerte rumbo al nacer. Él va reconstruyéndolo todo, creando, renombrando los objetos y los procesos de la vida hasta volver a ser un recién nacido que balbucea vocablos sin sentido.

En este viaje al vacío Huidobro y Altazor construyen símbolos, imágenes, metáforas y procedimientos sin importarles la realidad ni la verdad.

Su poema es una crítica contundente a la poesía automática, inspiracionista, sensible y afectiva para irse por el lado intelectual de la imaginación que sale de las manos y la mente del creador (Dios) que es el poeta.

En el prefacio inicia esta idea de poeta profeta hablando de muchos elementos de la modernidad y el futuro como son los dirigibles, el aeroplano, el paracaídas, el telescopio y sus técnicas acrobáticas de palabras sin ningún sentido.

Se sitúa al lado de Whitman como poeta profeta que anuncia el futuro de su pueblo. Huidobro pronostica el futuro del poema y la forma de poetizar en una nueva dimensión por el creada. Él prolonga su poema hacia todos lados en un acto de liberación total, de caos y broma de las formas que se repiten, Huidobro es un transgresor sin piedad que reconoce: «Si yo no hiciera al menos una locura por año, me volvería loco» Altazor, 57). Es un poeta que no necesita la inspiración: «...soy Altazor, el gran poeta, sin caballo que copia alpiste» (Altazor, 58).

Canto Número I: El poeta Dios se suelta de su paracaídas para crear su universo. Es un ser angustiado por conocer la causa de su existencia fatal. Altazor es su primera creación. Éste es un ser incorpóreo, lleno de zozobra, que se lanza al abismo para encontrar las respuestas de sus inquietudes. Su imaginación intelectual va limpiando de obstáculos el camino.

Es un ser nacido a los treinta y tres años en plena madurez y capacidad de conciencia.

No sólo ve el mundo desde afuera, sino que también se ve él para sus interiores, «tierra desconocida» (Altazor, 65) donde habita y se origina su poesía. Él es un insatisfecho “sin dar una respuesta que llene los abismos» (Altazor, 66). El canto uno inicia la nueva expresión técnica de descomponer la realidad a su antojo reinventándola desde otras perspectivas.

Todo puede ser verdad y mentira dentro del caos que gobierna su mundo. Huidobro planteó cambiar el poema tradicional por lo que se le ha situado al lado de otros innovadores como son Rimbaud y Lautréamont. Él elimina casi por completo la puntuación y la versificación lineal, violentando de hecho la sintaxis con la supresión de algunas conexiones verbales.

Huidobro lleva consigo «una gramática dolorosa y brutal» (I, 278), proponiendo liberarla de todo. «Liberación, ¡oh!, sí, liberación de todo» (I, 290). Reconoce que de aquí en adelante la poesía seguirá su norma: «Será por mi boca que hablarán a los hombres» (I, 414). Propone crear una poesía intelectual consciente: «Hombres con los ojos abiertos en la noche» (I, 432).

A este hombre no le importa la crítica, sino vivir en un espacio creado «sin control de ojo intruso» (I, 534). Su intención fundamental es forjar una nueva expresión y anuncia su inminencia: «Silencio, la tierra va a dar a luz un árbol» (I, 634). La tierra es la poesía metaforizada y el árbol es el poema que saldrá de allí.

Canto Número II: En este canto la mujer es el instrumento desde donde parte la creación: «mujer, el mundo está amueblado por tus ojos» (II, 1). Nada teme si ella lo acompaña por el mundo porque la sola mirada de ella lo fortalece: «La fabulosa seguridad de tu mirada con sus constelaciones íntimas” (II, 78).

La belleza de la mujer es algo sin igual por su gracia salvaje y natural: «Eres más hermosa que el relincho de un potro en la montaña» (II, 143). La vida, el mundo y la poesía necesitan a la mujer por tener una luz propia que puede alumbrar el camino. Si ella no existiera, «¿qué sería del universo?» (II, 170).

Canto Número III: En este canto plantea romper las cadenas que limitan el desarrollo de la poesía.

Es un llamado desesperado de libertad pero donde el acto creativo es intelectual y sin infusiones mágicas de deidades etéreas que inspiran: «Manicura de la lengua es el poeta mas no el mago que apaga y enciende» (III, 44).

Huidobro propone como poeta profeta renovar las lenguas con su nuevo atrevimiento literario, inyectándoles «cortocircuitos en las frases y cataclismo en la gramática» (III, 125).

La nueva expresión será como un acto de juego: «Mientras vivamos juguemos el simple sport de los vocablos» (III, 144). En ese momento, cuando salió el libro Altazor, el mundo vivía una época de muchas contradicciones, y muchas de esas contradicciones se reflejan en el entramado metafórico y simbólico de este libro.

Canto Número IV: Es un llamado urgente para renovar el arte que se encuentra hastiado del abuso constante de recursos como la rosa: «Rosa al revés rosa otra vez y rosa y rosa» (IV, 103).

Para despojar a la poesía de los viejos esquemas hace la propuesta de la técnica deconstructiva, como cuando dice: «...Rosario río de rosas» (IV, 276), «...Clarisa clara risa» (IV, 277) y «...Altazor azor fulminado por la altura» (IV, 281). También muestra la naturaleza polisignificante del lenguaje: «El meteoro insolente cruza por el cielo» (IV, 289).

Canto Número V: Para poblar con su creatividad ese espacio vacío se desliza por el mundo de los sucesos desconocidos. Huidobro es allí un Dios-poeta, creador y componedor que va llenando el mundo literario por el inventado. Los sufrimientos por exponer esta nueva teoría lo hacen objeto de la crítica más despiadada. Él se convierte en un poeta Cristo, que sufre y se sacrifica por el arte.

Como sabe que él tiene una fórmula mágica que puede exponer para el futuro, el poeta Cristo se transforma en poeta-profeta con la conciencia de que su propuesta incendiará el futuro de la lengua.

Este será «un ladrido de perro incansable» (V, 24). Como Santo Domingo de Guzmán, cuya madre soñó que su hijo «era un perro que incendiaba la tierra». Huidobro persistió en su profecía y propuesta de una nueva técnica revitalizadora de la poesía.

Canto Número VI: En este canto Altazor es un ser prendido de noche y oscuridad (VI, 3). Luego se transforma en cristal (VI, 23). La paradoja de su vida sucede cuando en esta maroma llega a la transparencia espiritual con un lenguaje oscuro y con dolor. Es el momento de la ruptura donde nadie se entiende pero donde él propone: «...el clarín de la Babel pida nácar» (VI, 64) para seguir viajando y esclareciendo las cosas.

Él sabe que esto no será un camino fácil. Habrá que pasar por la crítica de las estatuas y aun más por noches y noches para llegar al otro lado de la vida que es el «cristal de la muerte» (VI, 175). En esta dimensión primigenia es donde se podrá encontrar la explicación de todas las interrogantes que preocupan al hombre.

Canto Número VII: En su viaje al abismo Altazor llega a su infancia donde sólo balbuceaba vocablos sin sentido o con el único sentido del sonido.

Este flashback lo sitúa en el vientre de la madre. Qué hay más allá del vientre de la madre Altazor no llegó a saberlo. Nos queda la firme convicción de que su propuesta transformó a partir de él la forma y el rumbo del arte como sólo Rubén Darío lo había hecho antes.

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Mario Meléndez (Chile)
VINCENT 1993

a Vicente Huidobro

El gran poeta de las vanidades
se mira al espejo y dice
no hay otro mejor que yo
no hay otro más hermoso y delicado
más burlón, paradojal e irresistible

Y cuando voy por las calles
me persiguen y me piden autógrafos
se aglutinan en torno mío o se desmayan
porque soy más inmortal que las agujas
y en mi boca suspiran las estrellas

Así, cada montaña es un pelo en mi oreja
y cada nube una escalera de emergencia
donde subo y bajo como un mago
persiguiendo su conejo sin darle jamás alcance

No obstante los helicópteros me adoran
me adoran también las escolares que diviso de reojo
me adora el trapecista de un circo desahuciado
me adora la azafata de un vuelo imaginario
me adoran los enanos, los duendes, los fantasmas
y todos gritan "Ahí va Vicente, ahí va
con su cara encerrada en un sombrero
ahí va, el que se orina en los astros
el que respira copihues
y cambia de color hasta volverse inaguantable"

Y yo me río como un Buda chocho
cuando arrojan flores a mis pies
y me lleno de números telefónicos
y de mujeres que darían sus propios pechos
por rozar mi frente de amante multitudinario
o por mirar mis cabellos salidos de un arcoiris de fruta.

Tengo unos cuantos lunares en francés
y un gato que me habla en un idioma póstumo
y un perro que me muerde y me lame las antenas
y un cilantro preguntando quién soy
y yo le digo «No me busques
no hagas caso de la rosa deshojada
tú tienes tu propia sabiduría
tu propio olor
tu apellido en la cazuela del domingo
y no necesitas ser tan hermoso
para que ellos te respeten
cuando con sólo probarte
tienes ganado el cielo
y un espacio en mi garganta».

Ahora me marcho en mi paracaídas
me marcho en mi aeronave de plumas anónimas
me marcho a pellizcarle las nalgas a un piano
a dormir una siesta en un ataúd de huevo.

[Mario Meléndez (Linares, Chile, 1971). Estudió Periodismo en la Universidad La República de Santiago. Entre sus libros figuran Autocultura y juicio, Apuntes para una leyenda y Vuelo subterráneo. Obtuvo el Premio Municipal de Literatura en el bicentenario de Linares (1993). Sus poemas han aparecido en diversas revistas de literatura hispanoamericana y en antologías nacionales y extranjeras. Participó en el Primer Encuentro Internacional de Amnistía y Solidaridad con el Pueblo (Roma, 2003). Miembro de Honor de la Academia de Artes y Letras de Roma. Parte de su obra está traducida a diversos idiomas, entre ellos al italiano y al inglés. /
Decir de agua]

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Antonio Cruz (Argentina)
El presente de nuestra poesía


La sociedad moderna ha generado una pérdida progresiva de los valores estéticos y espirituales por lo que, sin temor a equivocarnos, podemos afirmar que la poesía, en tanto y en cuanto cumpla con un rol social puede cubrir esa falencia. Nadie puede dudar de la inmensa trascendencia que tiene, por lo que esta fecha me parece un buen momento para reflexionar sobre el estado actual del género en Santiago del Estero.

He escuchado en los últimos tiempos tres conceptos que se repiten con inusitada frecuencia en diferentes niveles de nuestra sociedad. El primero de ellos, en consonancia con algunas visiones un tanto apocalípticas sobre la poesía en el mundo actual, pronostica la desaparición de esta forma de escribir («Los poetas son una especie en extinción» ha dicho alguien a quien prefiero no recordar). El segundo concepto, que hace un tiempo atrás generara una intensa polémica, es que, en nuestra provincia no se producen textos de calidad poética aceptable y el tercero, del que he conversado con asombrosa frecuencia en las últimas semanas con escritores, críticos y periodistas, es la presunción de que en Santiago del Estero hay escasez de poetas jóvenes.

Debo decir que no coincido con ninguno de los mismos. Sin el ánimo de generar controversia (cosa que está alejada de mis intenciones) trataré de explicar mi particular visión sobre el tema.

Primero, estoy convencido que los santiagueños (que somos dueños de una extraordinaria tradición poética con nombres ilustres como Clementina Rosa Quenel, Dalmiro Coronel Lugones, Homero Manzi, María Adela Agudo, Blanca Irurzun, Horacio Germinal Rava, Eliseo Fringes y Selva Yolanda Ramos, entre muchos, muchísimos otros) hemos logrado, pese a las dificultades por todos conocidas, que la poesía tenga una presencia de permanente trascendencia en nuestra cultura provincial.

Esa tradición se ha mantenido a pesar de lo difícil que resulta en los tiempos actuales dedicar tiempo a escribir poemas, actividad que en general no reditúa ningún beneficio económico y que corre por cuenta y riesgo de los propios poetas ya que la literatura y sobre todo la poesía se han transformado en verdaderas cenicientas.

La poseía mantiene vigencia a través de innumerables poetas que, con la edición de libros (tarea harto difícil si no se cuenta con los recursos suficientes), publicaciones en diarios y revistas, selecciones para antologías que se editan en otras latitudes, ediciones cooperativas, premiación de santiagueños en concursos de la Argentina y otros países, recitales poéticos, aparición permanente de nuevos grupos de escritores ligados a la poesía y diversas actividades más, han logrado mantener vivita y coleando esa conjunción hombre/poesía tan típica de nuestra tierra. Nombrar a todos los poetas santiagueños generaría una larga lista e inevitablemente se pecará de omisión, voluntaria o involuntariamente, pero basta recorrer las páginas de los diarios para poder apreciar de manera certera de que no estoy diciendo nada que no pueda demostrarse.

Respecto del segundo tema planteado -la calidad de los textos de los diferentes poetas- sostengo que la poesía, es una forma literaria compleja, misteriosa e indefinible. A pesar de que todavía se discute acerca de qué es la poesía, estoy totalmente convencido de qué cada autor tiene su propio lenguaje poético y expresa su poesía de una manera que lo identifica. Lo que gusta a unos puede no ser bueno para otros pero, estoy seguro de que cada poema tiene valor en sí mismo y está marcado por el estilo y las características de cada poeta.

Nuevos poetas: En nuestra provincia hay una pléyade de poetas que, a pesar del paso del tiempo y las inmensas dificultades que les plantea la falta de apoyo para realizar sus actividades, todavía siguen su romance con la palabra escribiendo poemas que podrán gustarnos más o menos pero que en muchos casos son de excelente calidad aunque no logran la trascendencia y el reconocimiento que se merecen.

Underground, contracultura; Pero esto es solamente la punta del iceberg. Como una forma de abordar la tercera de las cuestiones planteadas, quiero expresar que, en lo subterráneo, en lo profundo, la poesía ha vuelto a ser objeto de culto por las nuevas generaciones y no me estoy refiriendo al despertar poético propio de la adolescencia y que una vez que se llega a la adultez se pierde en la noche de la nada… Me refiero a poetas jóvenes, algunos muy jóvenes, que han abrazado la poesía con entusiasmo y que según mi particular visión no escriben poemas para combatir el aburrimiento o por que está de moda sino que producen auténtica poesía y se dan maña para hacer conocer sus escritos. Si nos atenemos a una de las definiciones de la palabra underground, que es realizar una tarea artística sin auspicios corporativos, estoy seguro que casi todos nuestros poetas jóvenes son under, pero si creemos que conforman una contracultura, nos equivocaríamos terriblemente porque creo firmemente que forman parte de nuestra cultura. Si bien carecen del justo reconocimiento a sus virtudes, son parte de nosotros y nos cruzamos cada día con ellos, la mayor parte de las veces sin reconocerlos.

Con la segura certidumbre de que seré absolutamente injusto y pecaré de omisión (nada más que como una simple demostración de lo que digo) nombro a algunos que ya conocía y otros que descubrí gracias a la ayuda valiosa de Belén Cianferoni Figueroa: la propia Belén (seleccionada por Rogelio Ramos Signes para uno de sus libros), Juan Santiago Avendaño Rímini, María Julia Jorge Auad, José Cesca, Pablo Gramajo, Francisco Avendaño Rímini (que fuera antologado por Santiago Sylvester), Cristian Zani, Andrés Navarro, María Belén Aguirre, Andrés Argañaraz y sigue la lista. Todos ellos escriben poesía (muchos de ellos también narrativa) con regularidad y escribir es una actividad importante y permanente en sus vidas. Seguramente hay unos cuantos más que todavía no he llegado a conocer.

Puede ocurrir que el lenguaje de alguno de ellos nos parezca subversivo por llamarle de alguna manera pero, en mi caso particular, adhiero sin cortapisas a la opinión de Charles Simic, quien en sus cuadernos de notas que se conocieron con el sugestivo título de El monstruo ama su laberinto sostiene que «el poema moderno implica una estética y una filosofía modernas». ¿Por qué entonces los chicos que escriben poesía deberían emplear un lenguaje diferente al que usan cotidianamente?

La mayoría de estos jóvenes que he mencionado, quizás debido a lo dificultoso de editar en tiempos tan particulares, o a la imposibilidad de acceder al espacio editorial convencional o tal vez debido a las nuevas formas de lectura que nos impone el frenético ritmo de la vida moderna, han encontrado una forma de difundir su poesía a través de blogs y bitácoras que son muchísimo más numerosas que lo que algunos imaginan.

POESIA E INTERNET: En este punto se hace necesario mencionar el artículo que publica el diario Telegraph bajo el título de Internet ‘is causing poetry boom el 27 de febrero de este año, dónde se sostiene que «La poesía, una de las formas más antiguas del arte, disfruta de un resurgimiento gracias a Internet». En dicho artículo se cita al laureado poeta Andrew Motion quién afirma que «la poesía es simplemente una forma de arte que se adapta muy bien a Internet».

Hablamos del tema con el amigo-poeta Carlos Figueroa quien me decía lo bueno que sería que esos jóvenes continúen con el mismo entusiasmo dentro de algunos años. En lo más íntimo de mi espíritu tengo la convicción de que más de uno de esos poetas jóvenes que conozco darán mucho que hablar en el futuro y además guardo la esperanza de que cuando esta movida tan singular vea la luz, demostrará que nuestros jóvenes son dignos herederos y continuadores de aquellos que han marcado el rumbo.

[El autor Antonio Cruz es poeta y narrador santiagueño. Este artículo se reproduce de
El Liberal.Com. Durante muchos años, el 14 de diciembre, conjuntamente con la festividad de San Juan de la Cruz, se conmemoró el Día de la Poesía. En 1999, la Unesco estableció el 21 de marzo como fecha para dicha conmemoración, dando por sentado que primavera y poesía van de la mano (cosa absolutamente inexacta y por otro lado discriminatoria ya que en esa fecha comienza la primavera en el hemisferio Norte) pero a pesar de ello los poetas no dejan de recordar el viejo/ Día de la Poesía].

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Marga Seoane (Argentina)
La luz


No soy hija de la noche ... soy hija del amanecer.
Donde los rayos del sol iluminan las fronteras de este mundo y otros mundos...
soy el momento exacto en que la luz comienza a brillar...

A veces me da miedo, a veces corro hacia las sombras,
y otras veces me escondo y me pierdo entre los pliegues del sol...
La luz me exalta, me eclipsa me da identidad y por sobre todo esperanzas.

Marga® / Colaboradores

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Luis Alberto Battaglia (Argentina)
Cuenta


Cuento los besos que no fueron
en un collar de cuentas,
las primaveras que murieron,
las tormentas,
y las palabras que jamás
fueron poesía,
y el no ha de ser y el nunca más,
y el alma mía.
Cuento y contando me deshago
en un millón de estrellas,
y por favor mi amor qué hago
con todas ellas.
Cuento la lluvia que conmueve
y este destino extraño,
y este dolor que llueve y llueve,
y el desengaño.
Cuento la muerte en las ventanas
que cae con gotas
inexpresivas y lejanas
como gaviotas.
Cuento el milagro que no llega
y el beso abierto
que se promete y no se entrega...
soy un desierto.
Cuento un invierno largo largo
que no lo entiendo,
cuento con vos y sin embargo
me estoy muriendo.

12-12-2009 /
Guarida de poetas / Colaboradores / Bios

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Fanny G. Jaretón
Mientras salgo al patio a ver si llueve


Anoche no dormí,
tengo sed,
no hay indiantonic en la heladera,
en la heladera no hay nada.
Tampoco hay fruta,
me gustaría una manzana,
quiero morder,
me muerdo los puños,
uno y otro,
roo al decir roo,
me sale reo, me sale cárcel,
me sale enjaulada en la miseria de mis emociones,
me sale una orden:!calláte!
no puedo hacerme caso,
me pongo irreverente,
insurrecta me pongo,
me pongo y me saco,
soy el empujasopapas de mi cañería turbia,
tengo cansadas las manos,
los dos dedos con los que escribo,
tengo cansada la letra A que está falseada,
cada vez que digo Alguna cosa debo presionar hondo y respirar hondo
en esa A de advertencia, de Academia, de Arbitraje, de Anestesia con
la que no cuento en este momento y
me Ajusto el dedo a la ignorancia y a los suspiros por no poder
salirme de este cuadrilátero de la pelea con mis molestias,
estoy inquieta,
algo me pasa, algo me falta, algo me sobra,
tal vez sea esta palabra te quiero
que depongo con mucho amor
mientras salgo al patio a ver si llueve.

Fanny G Jaretón

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Desconsuelo

Como una venda
que sujeta la noche
el silencio amordaza mi morada.
Viento azul de las nostalgias
incubando el néctar del olvido.
Grito, desesperadamente mío
que intuye que un desgarro ajeno
lo ha quebrado.
Extraña sensación ésta:
la de recorrerme
sin las manos que me quisieron tanto
sin palabras donde olvidé su nombre
con un cuerpo tallado por cenizas
donde la vida arde este desvelo.

Fanny G. Jaretón: una visión poética de su erotismo / Fanny G. Jaretón

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Liliana Varela (Argentina)
Amigos


Se despertó temprano y entreabrió los ojos; pensó en seguir durmiendo pero recordó qué día era y con resignación decidió levantarse.

Un importante acontecimiento lo esperaba. Había citado a sus más grandes amigos en su casa, hacía tiempo que no disfrutaba con ellos -al menos no con todos juntos- y ese día lo haría nuevamente.

Por esas cosas extrañas de la vida y la conducta humana, todos sus amigos estaban peleados unos contra otros: ideologías, creencias, malentendidos, incluso hasta la posición en que debiera plegar las alas una mariposa al volar, habían sido motivos más que suficientes para crear rencillas.

Él por su parte, ajeno a todo, intentaba conciliar las diferentes posturas, sin éxito alguno; chistes, halagos, obsequios -incluso hasta una curandera- no habían podido lograr la paz anhelada.

Y como era lógico el disfrute de los amigos por separado sólo se limitaba a conversaciones quejosas de unos contra otros -sin descontar los celos, que era lo peor.

Por eso aquel día había sido una verdadera hazaña el juntarlos. Obviamente quién puede resistirse al pedido agónico de quién sabe que le quedan unos pocos meses de vida.

Todos llegaron puntualmente y él los hizo pasar al garaje que estaba ambientado como sala de estar. Nadie hablaba con nadie: las miradas recelosas danzaban hacia los costados con la velocidad de la luz y existía un cuidado excesivo para no rozar el aire del otro.

Parecían estatuas en las que sólo los ojos se movían y sólo se oía algún que otro carraspeo.

Recién cuando estuvieron todos juntos él pudo sonreírles.

-¡Qué gran alegría es ver a todos juntos! me han dado una imagen que llevaré grabada en la retina hasta el final.

Pidió que lo aguardasen unos minutos y se retiró cerrando la puerta con llave ante la mirada atónita y confundida de todos. Salió de la casa; se subió al auto y manejó unas tres cuadras. Frenó y estacionó a un costado.

Sacó de su bolsillo un aparato cuadrado, pequeño.

Una terrible explosión conmocionó el lugar haciendo estallar vidrios de casas y automóviles.

-¿Eran tres meses o tres años para empezar a quedarme pelado? -pensó-. Le daba lo mismo: ese día era feliz.

[De Cuentos para no dormir, 2009].

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Carlos Adalberto Fernández (Argentina)
Historias del Bajo: Noel


Dormía en cualquier lado. No había hotel, pensión, altillo, cualquier nicho en los arcanos de la recova de Alem, que no conociera, al que alguien le prohibiera el paso. También, desde que tenía cuatro años, no más, recorría negocios, bares, amoblados, con una curiosidad incansable. Siempre, de noche; antes de aclarar, desaparecía. ¿No será un hijo de Drácula?, socarroneaban.

Cada noche se veía a su madre, desalada, corriendo, preguntando por él, por su Vicente. Después no tan seguido, ni corriendo. En algún momento dejó de aparecer, y Vicente se hizo guacho. Nada cambió, para nosotros. Tal vez mangueaba más comida, ropa; siempre de noche.

Era bicho, sabía cuidarse. Además todos lo protegíamos, de los vagos
mayores, que habían muchos, de los chorros, hasta de la policía; del
hogar de menores sale criminal, asegurábamos. Además es nuestro, nació
aquí, sobre esta vereda, no hubo tiempo de llevarlo, es hijo de la
calle, literalmente.

§

Eran las fiestas de fin de año. Vicente saltaba de maravilla en maravilla. No era para menos. La recova –especialmente las últimas cuadras del bajo- era una mágica feria internacional, propia de una metrópolis marítima como Buenos Aires. A los negociantes armenios, turcos, hasta chinos, se agregaban marinos y contrabandistas griegos, noruegos, finlandeses. Y, como siempre españoles e italianos curiosos. Cada tanto algunos porteños hacían bulla como si fueran decenas.

Comidas típicas, preparadas en puestos en la vereda, souvenirs decualquier parte del mundo, sin olvidar mates, bombillas, cueros locales. Cajas chinas, globos, luces, iluminaban la recova y los rostros. Vicente corría, volaba.

Los comercios y los locales de comida y baile competían por el paseante, en una noche de verano que invitaba al placer, al desenfreno, Había sorpresas y regalos para todos. Y Vicente resultaba beneficiado, lo colmaron de chucherías, con las que llenaba una bolsa de arpillera, que le regaló el tano de la cigarrería. Eran regalos de papá Noel para él, le decían. Preguntó por papá Noel a todos los conocidos de la recova. No sabía, hubo que explicarle, hasta se lo mostraron, desde la vidriera del bailable.Medio flaco, pero vistoso, tocando la campanilla y tirando serpentinas; el turco Barbeta cada tanto se sentaba, los pies lo mataban.

Cerrada la noche, Vicente aún asalta a los artistas que se retiran en silencio. Su curiosidad, su asombro, aún no están saciados. En la puerta del bar el turco Barbeta, sentado en un escalón, todavía tiene puesto el disfraz. Fuma un cigarrillo, atento a la salida de los últimos festejantes, suelen dejar buenas propinas. Cuando ve a Vicente se acomoda la barba.

—¿Ya entregaste todos los regalos? Mirá que diste muchos, eh.

—Sí. En todas las casas dejé regalos, para los chicos y los grandes buenos —al turco no le molestaba alimentar la fantasía del chico, al contrario, algo así podrá entonces pasar en su pueblo, con sus hijos. No, imposible.

—A mí me dejaste regalos en todos los negocios. Tengo una bolsa llena, ni los abrí todavía. ¿Adonde vas ahora?

—A mi casa, en las nieves, a preparar los regalos del año que viene.

—ojalá, pensaba, pudiera dormir unas horas, antes de entrar al laburo.

—Pero... ¿y tus regalos?

El turco no pudo contener la risa.

—Hijo mío, algunos están para recibir y otros sólo estamos para dar. Chau, nos vemos el año que viene —mejor irse, el humor se le estaba poniendo ácido, el chico no lo merecía.

§

Vicente estaba madurando. Se pegaba más a la gente, se acercaba a las charlas. Preguntaba mucho, quería saber. También sus hábitos cambiaron, visitaba menos lugares, los íntimos, estaba más tiempo en su lugar secreto. Le interesaban las artesanías, aprendía, nos hacía regalitos. Le interesaban los temas humanos, sociales, la justicia.

El turco Barbeta lo veía, cuando se cruzaban, y se sonreía: no lo reconocía.
Preguntaba mucho cuánto faltaba para navidad.

§

Las cuadras estaban frenéticas, se acercaban las fiestas. El país atravesaba otra crisis, una nueva inestabilidad política. La recova concentraba en unas noches sus ilusiones, su deseos de evasión, su esperanza de una alegría justificada e interminable.

El Turco estaba contento, moderadamente contento. Se había asegurado la changa de papá Noel por otro año. Había engordado, la ropa le quedaba mejor para el personaje. Con la plata podría mandar algo a su casa. Ahora que, traer a su familia...

Se acercaba la medianoche y Vicente no aparecía. Qué raro. Hasta fueron a buscarlo, pero dónde. La diversión aumentaba, la preocupación de los vecinos también.

§

De pronto, una muchedumbre se acercó desde la esquina. Exclamaciones, gritos y risas. Vicente empujaba una carretilla colmada. Paraba, repartía cosas y continuaba acercándose.

Paró justo delante de un papá Noel atónito. Vicente bajó de la carretilla, trabajosamente, una bolsa más grande que él. La bolsa decía PAPA NOEL. Empujando, arrastrando, la paró enfrente de un turco Barbeta pasmado.

—Esto es tuyo —le dijo—, se les había olvidado. A vos también te corresponden regalos —y descargó cajas para cigarros, peines de hueso, muñecos de madera y porcelana, cosas que a más de uno le sonó parecido a algo que había desechado y ahora resplandecía.

§

—Fue una linda noche. Hubo otras, ya no tan lindas. Con el tiempo desaparecieron, el progreso, le dicen. Es una linda historia. La recuperamos entre varios asistentes de entonces, que nos reunimos cada tanto, para recordar, para no olvidar, por que el tiempo borra todo, lo lindo, lo feo.

—Pero hay una escena que no voy a olvidar: ¡la cara de papá Noel cuando aparecí con la bolsa! Mucho tiempo después me avivaron que era el turco.

© Carlos Adalberto Fernández

[Este cuento es tercero de la serie De mi aldea, aún no publicado, Es un cuento navideño, del bajo].

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Alicia Fontecilla
Imprecaciones
/ microcuentos

No sé cómo puedes ser tan inteligente y tan estúpido al mismo tiempo. Sabes perfectamente que desde que te conocí te admiré profundamente. Reunías en ti tantas cualidades que sentí que eras lo que siempre había esperado.

Desde el principio nos llevamos a la perfección. La nuestra fue una relación plena de alegría, el cariño fue creciendo rápidamente, extendiéndose como un reguero de pólvora, como una hoguera desatada, como vendaval de primavera, hasta convertirse en un amor tan intenso como desaforado.

No te puedo negar que mi cabecita se llenó de planes a futuro. Me veía contigo recorriendo las calles de mi Santiago querido, acompañándote por distintos rincones, disfrutando los aromas de la primavera. ¡Tantas cosas que podríamos haber compartido!

Cuando ella se cruzó en tu camino te transformaste en un perfecto imbécil. ¿Qué pasó con tu gallardía? ¿con tu independencia? Todo eso que tanto me atraía de ti se esfumó. Me diste vuelta la espalda, ignorándome como si yo estuviera pintada en la pared.

A veces la tristeza me embarga, y todo por culpa de esa… ¡esa perra!

Estoy pensando seriamente en la posibilidad de cambiarte por un gato.

11.10.2009

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Cita a ciegas

El sol brilla en un cielo totalmente despejado, la temperatura se eleva hasta los treinta grados. El camino que sube por la ladera del cerro está repleta de paseantes domingueros ligeros de ropa, con lentes oscuros y variopintos sombreros para protegerse de la fuerte canícula del mediodía.

Una pareja camina orillándose lo más posible para acceder a la acogedora sombra de los árboles. La mujer, delgada y ágil, va subiendo la cuesta sin mayor esfuerzo, conversando animadamente, el hombre a su lado respira con algo de dificultad mientras gotas de sudor le escurren por la calva incipiente hasta perderse por el cuello de la camisa.

Se dirigen a almorzar a un pintoresco restaurante del lugar, agradable y fresco. Mientras comen, se observan mutuamente.

-Él le dice que es un empresario de éxito. Ella mira su aspecto desmañado, sus dientes descuidados y no le cree.
-Ella le cuenta de su vida: sus hijos, su trabajo, su pareja anterior. Él piensa que ella habla demasiado y es algo pedante. Observa el movimiento de sus pechos cuando gesticula, le gusta mirarlos.
-Él le cuenta que le gusta hacer deporte y salir a trotar. Ella observa el vientre prominente bajo los pliegues de la camisa y no le cree.
-Ella le dice que le gustan las cosas sencillas, la vida al aire libre, la naturaleza. Él piensa que ella pidió el plato más costoso del menú, debe ser gastadora.
-Él se ríe con las cosas graciosas que dice ella, la cara se le enrojece y la respiración se le vuelve un silbido. Ella piensa que quizás él no esté muy bien de salud, tal vez eso afecte otras áreas de su vida.
-Ella se ríe con las cosas graciosas que dice él. Él siente que su risa es demasiado aguda. Observa las arrugas que se le forman alrededor de los ojos y piensa que ella es probablemente mayor que la edad que dice tener.


La sobremesa se alarga hasta el momento de la despedida. Descienden por el mismo camino que recorrieran inicialmente, la temperatura ha bajado y se ha levantado una brisa agradable.

Al momento de separarse, ambos manifiestan el deseo de repetir la experiencia, ha sido una agradable velada.

-Ella lo mira evaluando los pro y los contra: decide no tomar decisiones por el momento, aunque no cree que desee volver a encontrarse con él.

-Él la mira evaluando los pro y los contra: ella tiene buen cuerpo, le gustaría intentar hacerle el amor.


La tarde avanza rápidamente y las calles se inundan de transeúntes. En algún lugar de la ciudad, una mujer vuelve a su casa sola. En otro lugar de la ciudad, un hombre solo entra a un bar.



07.12.2009

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Ian Welden (Chile)
El paseo


La pequeña niña iba cantando por la calle, impecable como un solcito recién lavado, saltando de alegría porque iba a juntarse con su papá. Su hermosa cabellera en orden y su vestido blanco impecable.

Era la primera vez que salía sola por la ciudad y tenía las instrucciones precisas acerca de donde ir, donde cruzar, que autobús tomar y donde bajarse. Debía hacerlo en la parada cerca del hermoso Cementerio General.

Tenía siete años de edad. Su felicidad era inmensa y su confianza en la humanidad era total.

Había recorrido este paseo muchas veces con su padre y conocía cada recodo, cada edificio, las estatuas tiendas y supermercados.

Su padre le había dicho que ya era "grande". Que ya podía caminar sola por el mundo pero que él igual la esperaría en la parada final del autobús. Ella sentía un orgullo profundo de ser "grande".

Iban a comprar zapatos y luego a tomar helados con torta en la pastelería La Sabrosa. En el autobús iba observando a los pasajeros y se imaginaba sus quehaceres diarios.

Esa señora es secretaria... ese señor es pintor... esa pareja joven son enamorados...

Dos pequeños de su edad le sacaron la lengua. Ella sintió un dolor en la boca del estómago... Esa niña es estudiante... ese viejo... el viejo se volvió a mirarla con ojos acusadores y le hizo una mueca agresiva. La niña se sintió un poco enferma y confundida.

Finalmente llegó a la parada donde su padre la estaría esperando y se bajó del vehículo. Pero su papá no estaba.

Habré llegado demasiado temprano, o demasiado tarde? se preguntó sintiendo un angustiante y apretado nudo en la garganta. Ya eran las siete constató mirando el reloj de la iglesia. Su padre le había dicho que iba a estar esperándola exactamente a esa hora. Intentó distraerse observando las vitrinas de los negocios pero no las podía reconocer. Y de pronto se dió cuenta de la temida verdad. «Estoy perdida».

Observó a los transeúntes e intentó elegir a alguien a quién pedirle ayuda, pero todos caminaban de prisa, ensimismados y con los ojos cerrados, como ciegos. Y fue entonces que vió al viejo del autobús detenido a diez metros de ella, mirándola con esos ojos acusadores y la mueca horrible en sus labios resecos.

Estaba oscureciendo.

La calle y las tiendas encendieron unas luces opacas y tristes y el sol se escondió definitivamente tras los edificios, campanarios y tumbas del gran Cementerio General.

Las vitrinas exhibían seres humanos destrozados, cráneos a treinta pesos cada uno, osamentas amarillas para la sopa cincuenta pesos el kilo, niñitos pálidos colgando de garfios a cién el par, intestinos delgados y gruesos a veinte pesos el medio kilo.

Corrió aterrorizada entre la multitud de seres horribles y monstruosos, y un poco mas allá el viejo corría rápidamente hacia ella con los brazos extendidos.

La niña se desplomó llorando desconsolada y el viejo se inclinó ante él levantándola enérgicamente de los hombros.

«¿Que te pasa hijita? ¿Por qué corres y lloras? ¿Estás enferma? ¿Acaso no reconoces a tu abuelo?»

El anciano la tomó de una mano y la condujo tranquilamente a la parada de autobuses donde estaba su padre. Él la abrazó y le dió las gracias al noble y querido abuelo. Los tres se fueron caminando tomados de la mano y sin prisa por la hermosa Avenida de los Despertares.

Las vitrinas se llenaron de juguetes y objetos fantásticos. Los paseantes sonreían y la pequeña niña volvió a brillar como un solcito recién lavado.

Ian Welden /
Su Blog

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El Expreso del Crepúsculo

Estaba detenido en la esquina
cubriéndome la boca con las manos
esperando la luz verde
cuando de pronto
un hombre comenzó a gritar.
Señalándome con su dedo índice
exclamando mi nombre
estalló súbitamente en llamas
protestando contra la maldición
que ha caido sobre todos nosotros
la fealdad la avaricia y la miseria.

No queriendo asumir responsabilidad
caminé rápidamente
hacia la estación de ferrocarriles
y aunque sabía con certeza
que ese hombre era mi hijo
y que habíamos compartido
el mismo dulce tunel
la misma piel y la misma sangre
porqué habría yo de incomodarme?
Era su vida
yo tenía la mía..

Me colgué del Expreso del Crepúsculo
cuando el sol terminó de caerse
y encontré en el carro comedor
a muchas almas solitarias como yo.
Le pregunté a una mujer silenciosa
oculta en la oscuridad:
«¿a dónde vamos?»

Me contestó amablemente:
«Vamos a buscarte a ti»
no comprendí su respuesta
hasta que volvió el rostro
y amigos, lo que vi
casi no puede ser descrito.

Dos pantallas en miniatura
incrustadas en sus ojos
"observa tu futuro"
me dijo sonriendo.
Un film comenzó a rodar
fantástica tecnología
no había censura
alguien estaba siendo devorado
y ese alguien era yo.

Me puse de pié en el pasillo
cuando el Inspector exigió ver mi pasaje
intruseando en mis bolsillos.
Llamó a sus subalternos
con un revolver metido en mi boca
«este hombre no tiene pasaje
este hombre no tiene vergüenza
este hombre no tiene derechos
al infierno con é!».

Sus uniformes eran negros
pequeñas calaveras blancas
impresas en sus guerreras.
El Inspector clavó su boca en mi naríz
hedía a uranio enriquecido
su aliento a basura nuclear.
No me quedó más alternativa
que llorar, orar y rogar
cuando de pronto me sonrío
y tomándome de mis nalgas
me dijo coquetamente
«ahora sé un buen muchacho
y bájate los pantalones».

Atónito y desesperado
salté por una ventana
y corrí por calles atestadas de sombras
hasta llegar a la Ciudad de la Nueva Era
la más gigantezca sobre la faz del planeta.
Me oculté en los sótanos
del Gran Mall Imperial.
El aire era sofocante
multitudes lloraban sus miserias
una criatura se vovió a mirarme
imaginen mi sorpresa!
Sus ojos eran dos pantallas en miniatura
por favor, no de nuevo!
«Observa tu futuro»,
me murmuró sonriendo.
El film no estaba censurado
la tecnología era genial
la muchedumbre compartía osamentas
y esos huesos eran los míos.

Ian Welden

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Éktor Henrique Martínez Hernández (México)
Pirujeando en la «Tijuanita»


Ahora solamente cargaba unos cuantos chelines en la roñosa billetera. Quién lo hubiera imaginado, había sido yo el dueño de una pesada marmaja que valió madre en seis meses. Los siniestros amores cuestan un alto precio y son efímeros.

Por falta de morlaca la relación erótico-pasional llegó hasta donde llegó el último dólar. Lo mejor era pintar venado para otros lares. Ya nada había qué hacer en Hermosillo.

Por lo que ya se sabe, las circunstancias en que se encontraba la Raquel no eran dignas de jactancia vocinglera por acrisolados «logros» que se obtienen en la vida. No, más bien lo que su alma develaba era pesadumbre y animo acongojado.

La doctora taloneaba el billete en la puteada, y no precisamente en un bulo de categoría, sino en el jardín Juárez, un parque donde crecen verdes enredaderas y pechugonas rameras; un lugarejo mejor conocido como la «Tijuanita».
De aquella exitosa mujer, decente, talentosa, trabajadora, responsable y disciplinada en sus quehaceres personales y profesionales, ya sólo divisaba el bulto de una piruja trituradora de falos.

—¿¡Qué, jefa!? ¿Cuánto me cobra por aventarle un paliacate? —le preguntó a la Raquel un jovenzuelo de escasos 16 años, estudiante de preparatoria, como lo evidenciaban las libretas escolares que portaba.

La Raquel todavía estaba buenera, pero el billete que aperingaba por soltar soltando el relingo en la «Tijuanita» (o jardín Juárez) estaba medio cacicón. El grueso de la clientela cogelonesca, compradora de manceba satisfacción, se integraba por gendarmes inferior jerarquía, albañiles, tamemes y uno que otro universitario bajado de la sierra de Cumpas, Ures, Caborca o de la Colorada. Estos eran los que, en su mayoría, formaban el listado de su nómina putaril.

Se elegía a Belcebú en lugar de Dios en la hora de invocar para que cayera algo clientela. Y una cosa no se puede negar: la doctora tenía su pegue pal arrimón; y ni siquiera los más roñosos le hacían el fuchi, ya que al guachar las tamañas bolotas que por detroit y por delante la ruca se cargaba, cualquier cabrón temblaba de lujuria.

—¡Tripea las ubres que tiene esa pinche puta, carnal! —le dijo, sorprendido, un bato al compa que lo acompañaba, cuando se toparon con la ruca.

—¡Chup, chup! ¡Slurp, eslurp! —le piropeaban a la fémina.

Pero como no traían firula solamente les esperaba lo mismo que al chinito: nomás milal.

—¡Qué pinchi borrachera láctea me iba pegar con esas tetotas!, pero ando raiz, sin un quinto.

—¿Qué me ves, pendejo? —le reclamó la doctora al mirón menos prudente, y éste le contesta: —Es que te pareces a una vieja que busco pa terminarme de criar.

—¡Pendejo!
—¿Pa qué andas de exhibicionista, culera!
—¡Pinchi puta, cara de guajolota con chorro!
—¡Tu puta y reguanga madre, joto, que ya quisiera tener chupones como los míos!

¡Las chichis de tu puta madre que te aventó al mundo, de seguro han de ser dos picadas de mosco! ¡Y tu pinche padre, marica, ni cuenta se ha dado porque le gusta la verga!

Semanas más tarde, demasiadas, la Raquel ya no se hundiría en encorajinamientos del calado antes descrito; y no sería porque la pelusa se hubiera amansado en tales menesteres tan braveros, sino porque soltó las amarras que la tenían anclada al parque la «Tijuanita».

La jaina mudó sus encantos a la frontera de arriba; y, tras un proceso de convencimiento por parte de una de sus colegas suripantas, le cayó a Tijuana. Viaje que se lo cuajó después de 10 años de putería.

Así que cuando la Raquel cuando aterrizó en el mero Cagüilazo ya frisaba los 60 abriles.

Hastiada y huyendo como quien se escapa de la persecución de un ejército de abejas africanas, la Raquel salió de Hermosillo, y lo hizo sin despedirse de sus colegas. En realidad, trataba de huir del algo de lo que fatalmente nadie como ella puede esquivar.

Las ratas de un barco, aunque estén en todo su derecho de abandonarlo no lo pueden ejercer. Todo esfuerzo será en vano, también se ahogarán. Y ella no será la primera rata que logre salir viva del barco ese, a punto de hundirse.

Salió de Sodoma para entrar en Gomorra.

Cuando la Raquel abordó el autobús que la llevaría a Tijuana, el chofer de la burra, al guachar el trasero de la doc, sintió unas inmensas de sobarle las tepalcuanas. Y es que —a sus sesenta años de edad— la ruca todavía estaba de antojo. Si el bato que piloteaba el bus la hubiera conocido dos decenios atrás, en el tiempo que yo me la andaba fletando, el güey, de cincho, que se habría cagado pa dentro.

Me cae que sí. Pero con ese culo, la ruca ya no estaba en condiciones de competir con las paraditas que rifaban en la Zona Norte de Tijuas; morras entre los 15 y 20 abriles.

Así que la cosa no iba a ser muy fácil para ella. Bueno, pero una ventaja sí tenía sobre esas leandras: la Raquelona era una experta consumada en el arte de la cochadera y, además, poseía un aparato cochador que —si bien, ya no servía para maquilar chilpayates— funcionaba al ciento por ciento a la hora aventar pajuelazo. Un poco resecón al iniciar el enjuague, debido a los efectos de la menopausia; lo cual representaba un detalle muy mínimo, pues para la lubricación del chango sobran las cremas y jaleas. Y que lo digan los que ya se habían acostado con ella.

Ardorosa y turgente, la Raquel aún mantenía su soberbia figura femenina; y a pesar de la edad avanzada, despertaba ardientes pensamientos en el prójimo.

Minutos antes de que amaneciera, y durante una madrugada de verano, la doctora, después de 13 horas de viaje, llegó a Tijuana.

No sé si aquí seré mejor o peor de lo que soy —pensó, mientras caminaba siguiendo, casi por inercia, los pasos de la gente que se disponía a salir de la central camionera.

—¿Le puedo ayudar con su maleta? —le preguntó un ruco acarreador de equipaje.
—No, gracias. Yo la puedo cargar —le contestó.
—Le creo, señora. Que le vaya bien.
—Muchas Gracias. Que Dios lo bendiga.

El primer coraje que su bilis registró fue por causa de los taxistas:

—Pinchis ratas. Ciento cincuenta pesos al centro. Tan pendejos los babosos. Tomaré un pesero».

En cuanto se apeó de la burra, ya metida en las entrañas de la ciudad, entró a formar parte animación callejera, el jolgorio y de todo el movimiento que suscitaban los obreros, los estudiantes, los comerciantes y los trasnochados que obedecían las ordenes de una día más de rutina o francachela. Era la segunda vez que estaba en Tijuana, la primera fue cuando vino a un congreso de siquiatría, cuando recién había egresado de la universidad. Pero aquella vez no pudo darse cuenta del aspecto enfermo que mostraba la ciudad: harapientos tirados en las banquetas, borrachos tumbados en la parada de los taxis, pirujas rumbo a su casa, malillones corriendo hacia ninguna parte en busca de la cura, malandrines a expensas de chingar a quien se le duerma el gallo, etc. Semejante espectáculo no la inmutó; son los convites de una noche de farra, algo normal.

Para ella eso era inaudible e invisible. Lo único que le caía como patada de mula en la boca del estómago, era ese pinche olor a mierda que brotaba de las alcantarillas.

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chivatón/yonqui/tecato/jaipo/pinchota

Los poros revientan en sudor
En la frente hay tres relámpagos horizontales
El semblante arroja una claridad cadavérica
El espíritu parece despojado de su gloria
La pureza del alma deformada por la fiebre
Nube sucia trastornada con sangre
Una bayoneta de hechicera penetra la piel
Sólo él sabe que la luz se quiebra en las venas
Después que la oscuridad lo ha desgarrado
Aparece un clímax sin voluntad, distraído
Y la melancolía se funde en un roído milagro hecho envidia
Brazo atornillado con paliacate, liga o cuerda
Para injertar la cobarde inocencia del veneno
Elixir o suicidio apretado con los puños
Borroso naufragio de la muerte
Ella se sienta tranquilamente a esperar el próximo cliente
Franjas que ya no se distinguen
Todos los conductos han sido pinchados
Cuello, muslos, pies, debajo de la lengua, atrás de las orejas
Solo quedan como refugios los cuartos de la confusión clínica
No hay otra forma de retoñar y después volver a los mismos caminos
Y ¿cuándo no hay caballo que cabalgar?
Entonces atascadas náuseas girando en la desesperación
Tufo de mundo vaciado en la pestilencia
Descolorida carne perfumada en la basura
La muerte espera sentada, cruza una pierna y enciende un cigarro
Y Dios ni siquiera balbucea ni defiende a sus ángeles intoxicados
Deja que el Diablo les queme sus alas
Eléctrico resplandor de un vicio detestado
Fina locura de la vulgaridad
El arrepentimiento se ha desfigurado
Cuánta dicha perdida en los dolores
La madre ve a su hijo y se le desgarra el corazón
Ni las plegarias a la virgen le funcionan
Y cualquier reproche al hijo descarriado
No es más que una dialéctica pasada de modo
Nadie llama a la muerte, pero ella espera
Solamente Dios es capaz de dominar la congoja
Rebuscada lejanía del sueño suplantado por el insomnio
Con espantosa felicidad que cesa y revive
Huesos tropezando con el dolor
Ojos y pómulos saltados
La sonrisa está lesionada
El labio inferir cuelga y escurre una baba
Rectitud salvaje oxidada en el delirio
Vendrá otra vez la fantasía
A darle de patadas a la realidad
Obligado asunto de repetir el caballazo
No hay repugnancia ni remordimiento
Cada quien se labra su destino
Y hace de su culo un papalote
Mientras dure, disfruta tu efímera eternidad
Presagio y sugestión miden la ilusión
Pero es una mujer que no podrás hacer tuya
El miedo le ha cortado las alas
Chispeantes alaridos buscan la locura
Ya no hay puerta a la plegaria
Y Dios lo sabe cuando se arruga el cansancio
Sólo dinero hay ensartado en la angustia
Hipodérmico beso del infierno.

1985. Revista «Prop», número 5. /
Colaboradores / Extor H. Martínez

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Arturo Cardona Mattei (PR)
La verdad


El hombre lucha por la verdad.
Por ella sufre y se desvela.
Reta y muere por lo que ella representa.
Llena de luto la tierra abierta.
Y la verdad se esconde en mil veredas.

La verdad es esquiva, no se presenta.
El hombre la pinta de colores en su libreta.
El filósofo la empuja por sendas desiertas.
El poeta la toca con su pluma y se deleita.
Y la verdad se ríe paseando en su cometa.

Libros muchos en su nombre hacen fiesta
Y de teorías absurdas pizarras se llenan.
El hombre vacía tinteros y luego se acuesta.
En noche larga su mente hace apuestas.
Y la verdad se esconde entre verdosas palmeras.

El político tonto en ella no se recuesta
El negociante avaro la odia y la desprecia
El religioso indigno la tuerce con su lengua
Pocos la alaban, muchos la hacen leña
Y la verdad se muere esperando por el profeta.

¿Qué es la verdad?, preguntó un inquieto Pilato.
Y el hombre que estaba amarrado quedó mudo y parco.
El poderoso monarca romano tembloroso se fue de su lado.
Quedó solo, perplejo y malhumorado.
Y la verdad fue puesta en un madero y crucificada.

Muchos siglos han pasado.
El hombre ha subido a la Luna.
Y al fondo del mar ha bajado.
Y su inquietante pregunta aún cala en sus labios.
Y la verdad en valle de lágrimas se ha transformado.

Blanca verdad, el manto de la apostasía te ha manchado.
La mentira farisaica en vuelo alto se ha encumbrado.
Tribunas y altares de tu savia han tomado.
Pero todos de ti se han olvidado.
Y la verdad es puesta en el banquillo de los acusados.

La verdad es de una sola pieza.
En una sola dirección ejerce su mando
Sólo hay una prístina fuente que puede tanto
Pero el hombre sigue ciego y desamparado
Y la verdad pacientemente canta como el gallo.

La verdad del hombre es fragmentada.
Solo sirve para cubrir faltas.
Es cambiada como prostituta bien pagada.
En ella todos lavan sus manchas.
Y la verdad cae temblorosa en su cama.

¡Mira!, la verdad está en su palacio.
¡Vive y con alegría ha resucitado!

10 de diciembre de 2009 / Caguas, Puerto Rico

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Carlos López Dzur (PR)
El anarquista perfecto


El quisiera vivir toda la vida para dar
a los Abram de su comarca,
a los herederos del sol,
las manos de attar,
la esencia de las rosas.
El quisiera llevar los rayos de luna
a la tierra astral y vital de las sodomas,
pero no será de ese modo.

Lo besará la muerte.
Evitarán a golpe de traiciones
la bondad de todos los milagros.

Desde una cena, le tenderán una celada
con pan de levadura.
Y con vinagre, en vez de vino,
restregarán su boca.

Lo crucificará un paradigmático suicidio
en nombre de la Historia que maldice a sus poetas
y atropella a sus profetas más hambrientos.

El escuchó a Eliseo, temeroso de los sirios,
y protegió a Ezequías contra Senaquerib.
El dio a Agur la moderación de sus deseos.
Estuvo en la paciencia de Job
y fue en la lealtad de Peniel para Jacob.
Al suplantador bendijo con una paradoja.
Premió a la viuda inoportuna por su perseverancia.
Fue carpintero entre los humildes
y pescador de almas perdidas
y pastor y zapatero y exorcisó
cada tipo de naufragio y limbo tenebroso.

... pero lo van a colgar entre ladrones
porque se atreve a llamarse a sí mismo
el Cristo, Hijo del Hombre,
Dios hecho carne, primogénito
de la creación, pan de vida.

El desafió a los escribas
y a los sabios autojustificados en santidad
les llamó sepulcros, ciegos de grandes ciencias,
baturros, chantajistas, cagatintas, embusteros.
El cambió los esquemas a los ortodoxos.
Por eso tendrá su última cena.

No volverá a comer del shabat de la alabanza
entre los vivos ni probará los vinos la sustancia del deleite
con sufridos y golpeados.
No darán a que él pruebe ni sopas de lentejas.
Ni un mendrugo; antes le cortarían la lengua
o sacarían de cuajo sus dientes;
son capaces de hacerlo.

A su muerte se nombra el Escarmiento,
el Calvario, el Nuevo Orden protectivo
para que otros no se atrevan a imitarlo.

*

Prerequisitos para emular la última cena

Si usted quiere tener su última cena
o ser suicida, en sentido crístico y sublime,
si la fama y la prebenda
y la cuenta de banco y su prestigio en magazines,
muy citado, es lo de menos para usted,
si quiere su calvario,
sea sincero ante su apostolado.

¡Hable sin miedo!
Atrévase a ser el último antes que el primero.
El mundo está ya abarrotado con muchos
billies (grahams), jimmies swaggarts,
gente que inaugura a presidentes
y consultan a cada instante la venta de boletos,
el mundo está muy lleno de tembladores
y mayorías morales, virtud acartonada,
ministros con amantes y secretarias, putarracas,
escritores de religionismo y bazofiadas
metafísico-iluminadas, milagreros
que con bribonas chantajistas cingan
(se van a gozarse y a reirse a escondidas
en lo secreto de santuarios y moteles),
que no hacen falta más de ellos.

No sea uno más.
Muera para ese mundo vano.
Sea mejor un salvador auténtico.
Defienda a desahuciados, marche en las calles
como un vil comunista de los viejos,
váyase a Guatemala y vea 36 años
de matanza fratricida,
financiada con dinero americano.
Vaya a Chile y sea testigo de Allende asesinado
y con él, la democracia verdadera.
Vaya y escupa a generales, predíqueles.
Son mataindios, torturadores, matoides
y demónicos capos de la droga...

Fíltrese por túneles, vaya a Tijuana.
Sufra entre indocumentados.
Cruce el desierto y lleve agua.
Recoja osamentas secas
de niños y mujeres, pollos abandonados.

Mire a los rostro de las madres de desaparecidos,
a esposas de abandonados, a herederas de dolor.
Limpie las mejillas de ellas,
aún lloran en la Plaza de Mayo,
Aún están vacías sus alacenas.
Vea a los niños de las calles
(saciados de thinner en las alcantarillas),
pero hambrientos, huérfanos, maltratados...

Confirme cómo están las prisiones:
llenas de juventud traicionada, cholos,
negros, golfos de una pobreza que desafía
todos los rezos de los blancos y piadosos.

Vea que no es fácil vivir con el salario mínimo
y pasarse la vida refraseando versículos,
con un placer vacío que, en el fondo,
no tiene certidumbre ni agonía.
Los papagallos rezan y los venados saltan
por el mismo motivo que ellos.

Ante esos payasos del púlpito, no se hinque.
A sus generosos sueldos y grandes movimientos,
the revivals
no contribuya más ni con centavos.
Están impecablemente vestidos y apantallan,
pero son cizaña chapucera,
filfa, levadura, sepulcros blanqueados,
hedientes en su fondo interno.

*

Cómo se hacen los milagros

Haga milagros de optimismo.
No se quede en la sombra del rincón,
acobardado, dése por completo,
cuando tenga que elegir si la guerra es moral,
si es justo matar los inocentes
por quitar un estorbo del camino.

Cuando no tenga una piedra
para descansar la cabeza soñadora,
repita que el incógnito Príncipe hecho de pan
y complot de suicidio, también conoció
las aguas dulces, las tuvo dentro de sí
como valor, como esperanza y rito.
Con fe conjuraba montañas,
abría los mares; la oración multiplicó
los peces, reinvindicó la vida en la sustancia.

*

La consciencia de los culpables

¿Dónde se ha ido Dios? ¡Yo os lo voy a decir! ¡Nosotros le hemos matado, sí, vosotros y yo! Todos nosotros somos sus asesinos! Pero, ¿cómo hemos podido obrar así? ¿Cómo hemos podido vaciar el mar? ¿Quién nos ha dado la esponja para borrar el horizonte? ¿Qué hemos hecho cuando hemos separado esta tierra de la cadena de su sol?: Federico Nietzsche

Habrá quienes te escupan nuevamente
y te pidan las nalgas. Ellos duelen menos.
¡No hagas caso, la traición que duele
es la que dice...
Maestro, hermano amado... y, a tu espaldas, te escarnece,
clava su puñal trapero
y deforma lo que has comunicado.

Déjalos en sus gotas
de nunca-amor-adiós hasta siempre,
que los sumisos de obediencia
y piernas largas renquen en la calle.
Que les duelan sus pasos.
La bestia rubia también tiene que morir.

Sigue tú como el terco que avanza
y siega, sin cegar, y pón tu aroma de Attar
donde ellos su mera podredumbre expiden.
Déjalos gemir, con úlceras propias
a sus culpas; no dejes que vuelvan
a patearte los riñones; asume Tu Dolor.
Que ellos asuman el suyo.
Ellos son los asesinos.
Tú sólo eras un sol y el horizonte.

*

La cruz del poeta

¿Cómo nos consolaremos, nosotros, asesinos entre los asesinos? ... ¿No es excesiva para nosotros la magnitud de semejante acción?: Federico Nietzsche



Sacaré del madero mi cruz de poeta
y la llevaré por el mundo:
«¿No véis oscurecer
cada vez más, cada vez más?»
De una retaguardia de piadosos transmundistas
seré la burla, sujeto de su Olvido, ya que el olvido
también duele y revienta, iré adelante no
como Simeón, el Cireneo, que no lo olvide él...

¡La cruz es mía!
Besaré a las rameras que ninguno procura.
A ellas lavaré sus pies, han sido fieles
al placer que satisface, a los nobles apetitos.
Animaré a los que tienen por inquietud
la bancarrota, sumaré alegrías
como ceros a un cheque y que lo cobren
como audancia millonaria, con riquezas
de atman-buddhi, sin menor cuantía.

Echaré mi red a la mar, no pescaré fascinaciones.
Quiero dolores que sean como perlas
y que valgan la pena
y ostras que hayan sido heridas por el sol
no por residuos del estanque.

En la casa del luto, levantaré al que duerme.
El trabajo es alegría, tapiaré los sepulcros
del que muere en el bolsillo cada día
y del Seol de los miserables
haré miseria y lanzas que visiten
sus costillas; ellos han de ser los frágiles
entonces y los dolidos y explotados
los robustos de piernas largas y ágiles
como las niñas campesinas
de los bosques.

Indice: El Libro de Anarquistas


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Consejo del Emir de Córdoba a Mauregato

Usted es muy joven e inexperto para entender todos los aspectos del amor, la verdad y la belleza, sin los cuales no puede existir la convivencia y ese río caudaloso que es el Ser Real, que es el quinto nivel del Alma. Así se origina Iejidá (unidad), para Ietzer, la fuente que nos da los impulsos, propósitos, pensamientos y sentimientos. «Ietzer» es, claro está, sólo la fuente del Alma, pero, la convivencia del ego propio con los ajenos egos viene de la madurez de la propia unidad... ¿Para qué quiere usted ser un príncipe de los egos obstruyentes, Ietzer HaRa / de las gentes anárquicas que no saben conducir el Carruaje Divino de su ley hacia la luz y energía espiritual del Viviente, Jaiá / unicidad viviente / que crea mundos contínuamente, para el disfrute de la consciencia? ¿Ha tenido usted la experiencia de escuchar la suave voz de silenciosos ángeles, como la que escuchara Elías y Mahoma?

Ayúdeme usted. Voy a sembrar una palmera en el jardín de este palacio. Lo haré con mis propias manos. Esta planta será mi símbolo de Iejidá y del triple crecimiento de la memoria que de mí ha de tenerse, no el Bagdad de los absidas quienes no entienden mi presencia. No oraré por ellos porque no escuchan ni creen. Todas las palmeras que crezcan en la tierra que llaman la Iberia serán símbolos de Abderramán, el que separó la voz de la anarquía y buscó el silencio para que pudiera la dulzura florecer. El fruto de la dulzura es como el dátil que se come para el descanso y en sumisión de buena consciencia. Buena consciencia es la que construye su alma espiritual, el Príncipe real, no el alma de ego inflado. Me han dicho los tahires de mi palacio que «Iatzar» significa construir. No sólo construir el buen Yo, la consciencia benévola, creativa y organizadora, construir la Comunidad y la buena inclinación («Ietzer HaTov»).

En mi territorio, cada etnia ha de ser sumisa, cortable como el dátil. Por eso voy sembrando este símbolo para la posteridad y comenzamos la construcción de la Gran Mezquita de la Unidad. Los judíos la llaman su templo de Lejidá y mis ministros y gobernadores en las siete provincias del emirato, caldíes, jueces de las ciudades y el consejo coránico, el Templo de la Integración bajo las leyes de Mahoma. El secreto de este gobierno de convivencia, apréndelo, amigo mío, es que doy su lugar a los los muladíes (cristianos conversos), a los mozárabes (cristianos que me pagan tributo por la protección y permanecia que se les da en territorio musulmán) y los judíos, hoy plenamente integrados... Escucha qué bien conozco las doctrinas que, allá en Asturias, se persiguen o fueron perseguidas por tu padre, Alfonso el rey... Ellos no han tenido paz en Aragón. Los persiguen; pero, escríbase y lleva nuevas al norte de que Abderremán I, les hace bien. Les escucha. Aprende del Ruaj / Espíritu / y la vitalidad de las emociones de los judíos.

Aprende para tu gobierno que recién empieza, Mauregato, que yo soy como Ciro, el Gran Persa, que siendo rey del mundo, de Persia a Babilonia, hizo generosas concesiones a los pueblos sometidos, y que en muchos casos, de buen grado, se sometieron a él, porque vieron su enseñanza social benefactora, organizadora, aunque al inicio fuese férrea y bélica mi presencia. Abderramán hará lo mismo: Al pueblo anárquico e insolente les pido tributo, los recluto y les impongo una aceptación de la guarnición permanente que enviamos. Los asirios y babilonios, en los tiempos de Ciro, hicieron mucha deportación masiva de los vencidos. No Ciro ni yo. Cuando se van de Al-Andalus, yo les permito regresar a su tierra, si es cierto que la aman. Les doy buena ley. No los pacifico por ambición. La tolerancia requiere de paz.

Sí sé que es usted inexperto e impetuoso, por ser joven. Bien que sé, por igual que, con humildad, declaraste que eres el bastardo, hijo de criada árabe, de Alfonso I, el rey. Mas eres valiente y observas a quienes son los enemigos dentro de tu casa y tus regiones. Me habló usted sobre los condes Don Arias y Don Oveco y cómo utilizan el pretexto de tu bastardía, como si fuese blasfemia y vergüenza ser hijo de mujer árabe. Mientras así piense la realeza de Asturias, me pagarán tributo. No serán parte de la Unidad ni de la Convivencia, porque inmundicia / Ietzer HaRa / mala inclinación / son sus objetivos, por más disfrazodos que estén con las delicias sofisticadas de su mundo social y cultural. Dí a los judíos que yo los quiero en colegios, no sólo recaudando las rentas de sus opresores ni como cofres de blasfemia.

Sea usted un gobernante comprensivo. Toda alma viviente se debate entre la ansiedad y la amargura. No todas comprenden que la meta es transformar la oscuridad en luz y que donde hay tinieblas hay que hacer deslindes. Lo deficiente provoca amargura, se resiste a la aceptación y a admitir el cambio de la voluntad. Entonces, hay miedo y ansiedad. Se ven amenazados y no entienden que aún dentro del mal, hay una esperanza, una bondad, la dulzura de la nueva transformación. Usted vaya al Palacio de su padre y siembre una palmera para que su sombra y su baya de dulzura sea de todos.

También a mí se me llamó el usurpador, Mauregato. En su caso, a la muerte de Silo y en la viudez de Adosinda. Los condes de la xenofobia y la anti-morería propusieron la elección de quienes son como ellos... Eres valiente al decir: «Aunque sea bastardo, aspiro al trono. Yo deseo lo bueno y la paz con el Sur árabe». No escucharon tus razones diplomáticas. Fue cuando me pedíste ayuda y te la dí. Fue necesario. A Alfonso, hijo, lo forzaste a que huyera a Álava. No tuvíste que matarlo; pero cuídate. Ellos no lo pensarán dos veces para matarlo a usted.

Cuando yo vine a estas tierras, dejando lejos a Bagdad, con sus omeyas y conspiraciones, también luché contra enemigos tenebrosos, el emir Yusuf al-Fihrí y sus hijos, con sirios partidarios de los abasíes y bereberes anárquicos. Y no me duele haberlos vencido con las armas. De otro no entienden. Son los animales tribales y furiosos. Esto es lo triste del poder ante los pueblos... Siempre he estado en guerra con emires, abasíes y cristianos, como el Reino Astúr-leonés; pero, soy persistente. Soy Maestro de la Ley Islámica y guerrero... Conquisté Zaragoza, combatí a los francos de Carlomagno y a vascones. Mas hoy me son fieles los bereberes y cristianos conversos, mozárabes y muladíes. Yo soy quien gestionará la convivencia en la siete provincias del emirato. El que traeré universidades a la Iberia árabe.

Los cristianos unitarios, conversos al Islam, me asesoran y piden que sea yo la voz del adopcionismo que Roma arguye que es la herejía poderosa por la que hay que matar o quemar en hogueras... Entiende ésto bien, agradecido Mauregato, quiero una comunidad de etnias unidas por una visión de convivencia. Aquí los unitarios (quienes me han cedido la vieja basílica visigoda de San Vicente para que yo construya la Mezquita) piensan que Jesús no es dios, ni que hay tal cosa como la Trinidad. Como los judíos esperan cierto profeta, quien anunciado por Jesús, completará el mensaje de paz... No voy a exigir que dejes el cristianismo ni que pagues impuestos a mis arcas... pero, intercambiemos las ideas. Participemos del Alba del Al-Andalus... Trae a Córdoba cien cristianas que sirvan a la Mezquita. Serán invitadas de honor a las ceremonias inaugurales; una vez cumplan su misión, que vuelvan a Asturias si desean. Además les eximo de tributos a todos los asturianos a cambio de tal visita como emisarias de buena voluntad. Cien mujeres que oren en el Templo, Mauregato. Sólo eso. Orar por al-Andalus y regresar a su tierra después de hacerlo. Por ello pesaré el alma de reino.

[Y el rey Mauregato se fue muy feliz por los consejos de Abderramán y, como uno de los primeros edictos dictados: Anunció el intercambio. Regresará él con cien mujeres de Córdoba, vírgenes árabes y mozárabes con velo, a aprender la doctrina del adopcionismo y enviará a cien vírgenes asturianas a la Mezquita del Emirato.

El primero que se enojó, al escuchar estas cosas, fue el Beato de Liébana, seguido de ex-adopcionista de Elipando, Obispo de Toledo. «El rey Mauregato nos cambia las doctrinas», dijeron los condes Don Arias y Don Oveco, instando a propaganda de rebelión definitiva, con mucha islamofobia. Se reunían en secreto con monjes de León, con aliados de Carlomagno, y en un descuido de aquella guerra sucia, de insultos y de alarmas mentirosas, asesinaron al rey. Prefirieron que se pagara con tributos financieros y se iniciara una reconquista con la guerra.

El rey Bermundo, el sucesor, no siguió el pacto. Unos años más, ya muerto Abderramán, en tiempos Alfonso II el Casto, ya se entra en batalla con los moros para evitar su pago. El grito es Reconquista. En la batalla de Lodos, murió el capitán moro Mugait, y en Córdoba se dice: «Volvamos a comenzar de cero».]

16-06-2000 / Leyendas históricas y cuentos colora'os /



Ramón Pedregal Casanova (España)
Palestina Libre. Poesía de resistencia

A la vuelta de la esquina en la periferia de las ciudades los niños, llevan ya mucho tiempo recogiendo libros, cuadros y piquetas de tiendas de campaña, para construir la barricada capaz de bloquear el avance de las Tinieblas: Samili al-Qasim

¿Por qué? ¿Por qué el gobierno español dispone que su ejército realice maniobras militares con el ejército judío sionista? ¿Por qué el gobierno español vende armas a Israel siendo un Estado que nunca ha cumplido ninguna de las resoluciones de la ONU? ¿Por qué el gobierno español compra aviones al Estado racista e imperialista de Israel? ¿Por qué el gobierno español colabora en la suspensión de ayuda europea a la población palestina?

En estos días el Estado sionista de Israel, corta el agua, la electricidad, el gas, a la franja de Gaza, territorio de 360 kilómetros cuadrados donde tiene recluidos a 1.500.000 de palestinos (un millón y medio) con el fin de matarlos por inanición o conseguir que se vayan y ocupar así el territorio. Ningún gobierno de los denominados democráticos, incluido el gobierno español, dice nada. ¿Es ésta la Alianza de Civilizaciones? El Estado sionista de Israel, Estado racista, imperialista, religioso absolutista, tiene muchos colaboradores, muchos gobiernos que callan o que mienten, ninguno de ellos, incluido el gobierno español, exige el cumplimiento de las resoluciones de la ONU, de las Leyes del Derecho Internacional. ¿Qué intereses les llevan a querer hacer desaparecer al pueblo palestino? ¿Por qué?.

Ha salido un libro de poesía, Palestina Libre. Poesía de Resistencia, editado por Paz con Dignidad y Asociación Interpueblos Comité de Solidaridad con los Pueblos, patrocinado por el Ayuntamiento de Rivas Vacía Madrid (participación ciudadana) que recoge poemas de un buen número de poetas palestinos. Sus nombres tienen relieve en la relación internacional de grandes poetas: Fadwa Tuqan, Tawfiq Zi-yad, Jabra Ibrahim Jabra, Kamal Nasir, Ibrahim Tuqam, Mahmoud Darwish, así hasta 17 grandes poetas, poetas que son miembros de un movimiento de resistencia a través del arte. Su lenguaje sencillo, pulido, limpio, con ritmo pausado y emoción que desborda en el lector, es muestra de eso que en literatura se denomina «la palabra justa», y también muestra de la palabra que busca la justicia; el lector de lengua castellana sabrá apreciar la primera y también la segunda.

La poesía árabe, dulce y sentida, se encauza aquí en pos de la liberación, en lucha contra el nazismo judío, mostrando el sentimiento del pueblo palestino que estos poetas, ellos mismos pueblo, sienten y han sabido recoger y transmitir. Vida, palpitación irresistible que llega desde el exilio, desde el interior del monstruo israelí, y desde los aislados territorios, campos de concentración de 3 millones de palestinos, denominados Gaza y Cisjordania.

En Palestina Libre. Poesía de Resistencia se nos presenta la poesía palestina desde los tiempos de la ocupación inglesa, poesía social y rebelde contra los colonialistas, para adentrarse, bajo la invasión judía imperialista, en el lenguaje de signos interpretables en los tiempos en los que la persecución encontraba resistencia limitada, y llegar al crecimiento de esa resistencia con lenguaje directo, simbólico y de conciencia, y en ocasiones crítico con sus dirigentes.

Entre los poemas se encuentran dibujos muy significativos, capaces de contener los problemas cotidianos de la población, su autor es Acacio Puig, ilustrador de esencialidades.

Los amigos de la poesía tienen en Palestina Libre. Poesía de Resistencia una lectura que les conmoverá. Los amigos de Palestina, con éste libro, serán más amigos de Palestina. /
Ver

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Luis Arias Manzo
Petición al movimiento poetas del mundo


CHILE: Me dirijo a todos los poetas del mundo que se han integrado a nuestro movimiento, y han permanecido unidos a esta familia, ya sea de manera activa o pasiva. Me dirijo especialmente a los poetas de Europa por ser el lugar del mundo que tiene una economía fuerte comparada con los países del tercer mundo y donde nuestro movimiento tiene una presencia relativamente importante. Y de España, por ser el país europeo donde mejor se ha consolidado nuestro movimiento.

Participar en nuestro movimiento no tiene costo alguno, eso lo saben todos los poetas del mundo. Siempre hemos mantenido el espíritu de «participación voluntaria» y así ha de seguir siendo, pero muchos se preguntarán de qué se financia el Movimiento Poetas del Mundo. Esta legítima pregunta amerita una respuesta, y quien mejor que su fundador y secretario general aclare este punto.

No estamos ligados a ningún gobierno o institución política, ni religiosa, ni de ningún tipo. En lo económico, somos totalmente independientes, no recibimos ayuda financiera de ninguna institución, ni pública ni privada. Para funcionar nos autofinanciamos gracias al apoyo de algunos poetas que lo hacen de manera voluntaria [y son realmente pocos] y de mis propios esfuerzos, que también son muy limitados, incluso he tenido que sacrificar mi propia tranquilidad y postergar durante más de un año una cirugía por falta de tiempo y de dinero. Vivo de una pequeña pensión que el Estado chileno me da en reparación a una injusticia que se cometió conmigo en tiempos de la dictadura militar, y del alquiler a estudiantes de algunas habitaciones de la casa que arriendo en el centro de Santiago [Chile].

Entonces se preguntarán ¿Y cómo se financian los viajes del secretario general? Muy simple, viajo cuando se me invita con pasajes y estadía pagados, a veces en excelentes condiciones, otras en pésimas, pero respondiendo siempre al Manifiesto Universal de Poetas del Mundo que dice: “…El poeta no dejará de visitar ningún barrio para llevar su palabra…” [Artículo 8], no me fijo en las condiciones que debo viajar, lo que importa es llegar allí donde nos invitan. Los poetas que ya han sido mis anfitriones saben de qué estoy hablando.

Pero ha llegado el momento en que debo recurrir a ustedes para solicitar un apoyo financiero; el movimiento ha crecido mucho más de lo que algún día soñé y ya no puedo empujar este carro solo, o casi solo… Precisamos que los poetas QUE SI PUEDEN, nos ayuden con un aporte económico, y por muy modesta que sea esa ayuda, nosotros siempre la vamos a saber agradecer. Este llamado es para lo inmediato, para más adelante tendremos las herramientas para que el autofinanciamiento se regule y se controle como debe ser, en eso ya estamos trabajando con algunos poetas entendidos en esta materia.

En mi mensaje de fin de año daré una cuenta sobre el resultado de este llamado y entregaré detalles de lo que será la «organización de poetas del mundo» país por país y también a nivel mundial.

Créanme que no me ha sido fácil tratar este delicado tema, pero me he visto en la obligación de hacerlo porque necesitamos seguir avanzando y yo solo no estoy en condiciones de hacerlo.

A los poetas del mundo que crean que es preciso entregar esta ayuda económica, les presento aquí las formas en que pueden hacerlo:

a] Por Paypal [con tarjeta de crédito: VISA, MASTERCARD, AMERICAN EXPRESS, ETC…] A través de: http://www.apostrophes.cl/stipos.asp?iType=146

b] Giro Bancario a mi cuenta en Chile:
Apostrophes S.A.
Banco: BBVA
Nº Cuenta: 0504-0074-0100026558
Santiago - Chile.

c] Por Western Union a nombre de Luis Arias Manzo.
Santiago – Chile [en este caso dar aviso del envío señalando código del envío, nombre y país de quien hace el envío]
E-MAIL: info@poetasdelmundo.com

d] Por Giro Postal a: Luis Arias Manzo / Santa Rosa 276-E / Santiago / Chile.

¡Recibe un saludo fraternal y mi eterno agradecimento!

[Luis Arias Manzo es el fundador y Secretario General del Movimiento Poetas del Mundo /
Ver]

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Luis Roberto Makianich (Argentina-USA)
La Navidad Oculta


Para esta época del año el espíritu navideño suele flotar en el aire, escondiéndose en los copos de nieve que se precipitan sobre la ciudad, albergando con su gracia las cúpulas de los edificios que ostentan su majestuosidad, rasgando el cielo nocturno con las afiladas espadas de sus pararrayos e iluminando la noche con sus elocuentes guirnaldas, que chispean un silencioso canto a la festividad dibujada en los pómulos rosados de los niños, exhuberantes de su alegría intermitente; las veredas reflejan la colorida proyección de los escaparates, atrapando sus miradas alocadas en su propia fascinación.

Cuando la nieve llega al suelo, ese espíritu contenido en sus cristales forma una espesa capa que protege a ese mundo con su helada coraza, pero también lo aisla de ese otro universo subterráneo y paralelo, que subsiste bajo las alcantarillas, desde donde exhala un último aliento que se condensa en su calabozo.

En ese otro lugar, los habitantes tienen sus propia fiesta cobijados bajo el asfalto, y arrullados por los trenes que estremecen todo con su arrolladora vibración, aunque pareciera que sus tiempos son diferentes, y el afiebrado andar de los caminantes sobre la capa de nieve se espeja mas pausado en quienes se cobijan con ella, como si se congelaran sus movimientos y cuando el tren subterráneo cesa su jornada, la festividad comienza sobre las veredas en tanto el submundo apaga la luz de sus velas.

Solo un tenue resplandor asoma desde el fondo del túnel, en una de sus minúsculas cavernas adyacentes, flanqueada de las vías del tren por una cortina rudimentaria, hecha con sogas y arpillera. Es la guarida de Daniel y Facundo, un niño y su perro que habitan la cripta desde hace treinta y cinco años del calendario canino. Daniel no conoce exactamente su edad, aunque solo recuerda los últimos cinco, desde que huyó del hospicio y conoció a Facu, porque antes de eso, su mente no registra evento alguno.

Una lámpara de kerosene ilumina su cara con irregular intensidad, resaltando sus mejillas exultantes con los ojos puestos en un catálogo de vibrante colorido, anunciando las ofertas de una gran tienda de juguetes. Su fiel amigo lo observa con sus ojos humedecidos y pretende no saber lo que acontece, luego de varios años de haber enterrado el mito del gordo colorado que ahuyentaría sus penas con un paquete envuelto en azul y con un moño dorado. Lo que sí sabe Facundo, por la mirada de su amigo, es que esta Nochebuena será diferente, no por causa de la providencia sino porque intuye que Daniel tiene un plan, y que no lo incluye a él.

«Esta vez debo salir solo», le dice su amo, mientras le coloca el collar y anuda la correa contra un hierro retorcido que emerge de la pared de concreto. Dobla la revista, la guarda en el bolsillo trasero de sus pantalones y se coloca un abrigo que ha guardado para la ocasión, capaz de cubrir los harapos que viste usualmente. Escupe en su mano y se aplasta el pelo contra su cabeza para lucir mejor, abre levemente la cortina y echa un vistazo hacia afuera intentando que su ausencia pase desapercibida, hasta que abandona el refugio.

Al subir por las escaleras del subterráneo se encuentra con Catalina, una indigente con el cabello desgreñado.

«Yo en tu lugar no saldría este día», le dice la anciana mujer.

«¿ Por...?», replica Daniel con aire altivo.

«“Es solo un consejo, hoy es uno de esos días en que los niños salen en familia, y si te ven puede que te lleven...»

-«No a mi...», responde aún en tono presumido, como si tuviera todo planeado, y continúa subiendo hacia la cálida luz de las marquesinas que lo atraen como a un insecto volador, acelerando su paso conforme asciende y de pronto, se ve envuelto en un torbellino de transeúntes que revolotean sobre la vereda en todas direcciones con sus hijos tomados de la mano, conformando una multitud de familias móviles arrasando cuanto regalo encuentran en los escaparates. Un policía lo ve deambulando entre la gente y se le acerca diciéndole:

«Hey, muchacho... ¿Estás perdido?»

Daniel horrorizado grita lo primero que le viene a la mente:

«¡Papá...!», mirando hacia una familia que acaba de pasar por su lado y escapa de la situación tomando de la mano al último eslabón, una niñita de unos cuatro años de edad, que lo mira asombrada aunque lo acepta sin forcejear, en tanto el oficial queda perdido en la multitud y los chicos se sueltan de las manos para entrar con sus padres a una tienda de regalos, ocasión que Daniel aprovecha para hacer lo propio y desembarazarse del grupo, regalándole una sonrisa a su ángel salvador que lo saluda con la manito mientras él se esconde en un tipi armado en uno de los exhibidores internos de la tienda, donde permanece oculto hasta la hora del cierre. Mientras tanto, saborea en la revista que guarda en su bolsillo, lo que será su nochebuena, con su nueva familia de juguetes, que lo amarán toda la noche hasta que el reloj cucú cante las doce, de su primera navidad acompañado.

Los altavoces le dicen que el momento ha llegado y la gente empieza a abandonar el lugar dejando todo ese mundo imaginario a su disposición, desde el momento en que las puertas se cierran y los sonidos enmudecen ante la llamada de su ansiedad. Daniel sale arrodillado a través de una abertura en la carpa y por un instante, su fantasía empieza a tomar posesión de la juguetería; su entusiasmo lo desborda y corretea por todo el lugar tomando y arrojando cada muñeco que le salga al cruce, entablando un combate con cada soldado de plomo que lo amenace y descargando toda su agresión acumulada en sus años de soledad. Pero al final de la guerra, como en todas ellas, la sensación de victoria no se parece a lo que él hubiese deseado y nuevamente se encuentra solo entre un millar de juguetes abatidos en lo que fuera su campo de batalla.

El silencio se apodera del catastrófico escenario hasta que escucha un rasguido en la vidriera y puede ver la desaliñada melena de su perro Facundo asomándose con la apariencia de haber ganado su propia pelea, a saber por su correa destrozada. Daniel siente que otra vez los cristales lo separan del mundo al que desea pertenecer y tomando un objeto contundente, lo arroja hacia el vidrio que le impide volver con Facu... y pasar las navidades en familia.

[Luis R. Makianich es arquitecto, argentino, graduado en la Universidad Nacional de Buenos Aires (FAU) en 1978. Publicó su primer libro de relatos cortos Figuras de Sol, en 1972. Se desempeño como investigador del patrimonio urbano, en ICOMOS (International Council for the Preservation of Historical Monuments and Sites) en 1976. Se desempeñó como docente en la cátedra de historia de la arquitectura del arq. Jorge Gazaneo, en 1978 y en diseño arquitectónico en las cátedras del arq. Hector Angeluchi, 1980 y del arq. Jorge Goldemberg, 1987-2001. Realizó múltiples concursos de arquitectura y artes plásticas, en los que obtuvo diversos premios, y realizó varias publicaciones y exhibiciones, destacándose la exhibición del proyecto para el Nuevo Museo Nacional de Bellas Artes, en el Palacio Errázuriz, y posterior publicación en el anuario de La Academia Nacional de Bellas Artes, en 1978, así como exhibiciones de pinturas en La Alianza Francesa, Fundación Fortabat, 1986, 1987 y 1989 y Centro Cultural San Martín, en 1986. Compuso y escribió varios temas musicales de corte popular, desde 1972 a la fecha. Realizó cursos en la carrera de Diseño de Imagen y Sonido, en la Universidad Nacional de Buenos Aires (FADU), 2001.

En la actualidad, vive en California, USA, donde trabaja como arquitecto y artista plástico, y realiza guiones cinematográficos y relatos cortos ilustrados, desde 2002 a la fecha].

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Revistas amigas: La revista Alejandría [Literatura para ver] del novelista, periodista y poeta Agustín Gribodo, reúne cuentos, poemas, crítica y artes plásticas. Fue fundada en 2008. Diseñada con buen gusto y muy buenamente enlazada con lugares afines. Se entiende porque Gribodo (bonaerense, nacido en 1958) es también artista plástico. Integró el grupo de artistas plásticos La Vía, con el que ha montado muestras colectivas en el Gran Buenos Aires y la Capital Federal. En 2008, en el Centro Cultural Borges, presentó la muestra «Roberto Arlt en el tiempo». Esta vez, junto con Huadi y Alberto Ciupiak. Entre sus libros: el poemario «Memoria de los Anhelos» (Ed. Botella al Mar poesía,1982); «El Llanto de Aquiles» (Ensayo sobre la creación poética y la obra de Antonio Aliberti, 1993) y la novela corta «El tiempo mata» (Ediciones de la Cultura , 2009).

Algunos artículos que han sido publicados en Alejandría son: Borges y el Minotauro, Macondo, esa tierra mágica, Historias de cronopios y floggers , Gutenberg, la Biblia y el calefón, Woody Allen y la originalidad de Wernicke, El estilo literario y la oscuridad, Mario Benedetti: gracias por la tregua, La literatura y el valor de las palabras, lo que muestra el alcance de calidad, actualidad y contenido, del sitio. Entre los colaboradores, están José Antonio Cedrón , Conrado Yasenza, Walter Iannelli y Rolando Revagliatti, los cuentistas Ricardo Rubio, Mario Capasso, la pintora Vanesa Giordano, Simón Esaín, Sebastián Olazo, Gustavo López, Rubén Liggera y Stella Alvarado, quienes con sus aportes nos sirve de ejemplo del atractivo de una bloguera imperdible. Otra «Gente de Palabra» que pasa por Alejandría incluye a: A.Caro Berta (Uruguay), Alejandro Schmidt, Alicia S. Gómez, Andrés Aldao, Carlos Gargallo y otros.

Recientemente, en la «Columna de Novedades», el fundador del blog, Agustín Gribido, presentó el tema «Cultura, medios y propaganda», artículo de Agustín Gribodo. La columna reseña libros, revistas como «Lilith» y presenta concursos.

Para escribirles: http://agustingribo do.blogspot. com/

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