Sunday, December 6, 2009

Diciembre 15 / NúM. 49 / Orange County




Contenido 49

Jesús Dueñas Becerra
Pablo Neruda en Cuba y Cuba en Pablo Neruda

Extor Martínez Hernández
Cuando me tronaron el elote
¿A quién le importa la insípida flor de la literatura?
(Conversaciones bellacas y menonfleras)

El Papasquiaro
Así soy
A Gloria
Del proceso moderno y de la descomposición del arte

Francisco Ortiz Feliciano
Mi llamado personal a la unidad en la defensa de la cultura puertorriqueña

Charles Bukowski
poema navideño para un hombre encarcelado

Mario Benedetti
Las palabra

Javier Monroy
Sí hay ateos en esta trinchera (aquel 11-S) ®
LOS 1O ATTTREVIMIENTOS ®

Alejandro Gil
oficio de poeta (Fragmento)

Maritza Alvarez
«Voy a hacerme un cigarrito»
Te escribo
Viva

Fanny G. Jaretón
A mi gozamante

Carlos López Dzur
Maldiciones contraculturales
La Visita de Nostalgia / 3. 4.
Plegaria para salvar un inocente
Conversación en el Monte Ararat (cuento)

Alicia Fontecilla
Cien Años de Soledad y sus mujeres

Alejandro Drewes
De otro mundo posible
Sobre esta tierra

Alfredo Collado Villanueva
LO/R\QUITA POR VÍA DE ALLEN

Arturo Cardona Mattei
La vida de un atleta

Pedro Du Bois
O Som Revisto

Liliana Varela
Buscar lo propio

José Andrés Rivas
A propósito de ‘Lunfardo en el Tango y la Poética Popular’, un libro de Eduardo Pérsico

Carlos Adalberto Fernández
Tierna historia navideña

Revistas Amigas


<><><>



Jesús Dueñas Becerra
Pablo Neruda en Cuba y Cuba en Pablo Neruda


Los genuinos poetas son los profetas de los pueblos, que hablan el bello lenguaje de la verdad, en la forma sublime de la poesía: Ángel Augier

El doctor Ángel Augier, poeta y ensayista cubano, es el autor del libro Pablo Neruda en Cuba y Cuba en Pablo Neruda, publicado por Ediciones Unión (2005), con el auspicio del Proyecto Cultural Sur, el Festival Internacional de Poesía de La Habana y la Embajada de Chile en La Habana.

En este texto, escrito con tierno afecto y conocimiento profundo de la vida y la obra de Pablo Neruda (1904-1973), el Premio Nacional de Literatura se remonta en el tiempo a la adolescencia de una de las voces líricas más auténticas de la patria grande latinoamericana soñada por Bolívar y Martí, porque, ya desde esa época, el joven Ricardo Eliecer Neftalí Reyes Basoalto (como consta en su inscripción de nacimiento) sentía en lo más hondo de su yo poético una gran añoranza por la ínsula caribeña, y concretamente, por la carpenteriana Ciudad de las Columnas, sin que aún lo hubieran embrujado el calor solidario del trópico ni la magia que envuelve a nacionales y extranjeros que visitan la capital de la mayor de las Antillas y quedan prendados de su estructura arquitectónica sui generis y de la belleza interior de los habaneros por nacimiento o por «naturalización».

El nonagenario investigador y periodista holguinero, quien conoció personalmente al laureado poeta y escritor chileno y fue su cicerone durante las visitas a La Habana del autor de Residencia en la tierra (antes y después de la alborada revolucionaria), recoge en ese texto la cálida acogida que le brindaron la intelectualidad y la prensa cubanas a Neruda, cuyo inmenso amor a la poesía era el sustrato de su acendrada vocación ético-humanista y el arma fundamental con que defendió la causa de los pobres del mundo, ya que «[…] por ser el amor su ámbito abierto/ siempre clamó por un futuro cierto:/ una vida sin hambre ni cadenas».

Pablo Neruda no solo era un excelente poeta, escritor y periodista, que puso su vasta producción intelectual y espiritual al servicio de la humanidad, sino también un sagaz psicólogo que en una sencilla reflexión filosófico-antropológica explica —con indiscutible maestría— el complejo proceso psíquico mediante el cual el hombre es el resultado de sí mismo, ya que, independientemente de la influencia de los factores bio-psico-socio-culturales y espirituales que configuran la personalidad humana, quien determina el rumbo y la orientación que el homo sapiens le da a su existencia terrenal es —en última instancia— el propio hombre.

Con meridiana claridad, Neruda le muestra al ser humano que, si su vida es un jardín floreciente o un «valle de lágrimas», el único responsable es él y no los «chivos expiatorios» que inventa para engañar al otro, pero no al yo íntimo. Desde que, en mi ya lejana juventud, leía a Martí, a Balzac, a Neruda —gigantes de la literatura universal— caí en la cuenta de que los mejores «médicos del alma» son los escritores (poetas incluidos) y que los mejores manuales de Psicología son las obras literarias que dejan huellas en el intelecto y en el mundo interior del lector y lo ayudan a “descubrir” quién es, qué quiere y hacia dónde va.

Pablo Neruda en Cuba y Cuba en Pablo Neruda se estructura en dos partes, estrechamente relacionadas entre sí: la primera registra los nacientes contactos poéticos que en su imaginación infanto-juvenil el ilustre artista suramericano estableció con La Habana, así como los andares y desandares de ese fiel amante de la geografía insular y de sus bellezas naturales, tanto en Chile como en la Perla de las Antillas y en otros países de Nuestra América y del Viejo Continente, donde ejerció la diplomacia y estuvo exiliado por oponerse a la dictadura pro-yanqui de Sánchez Videla, aunque también recibió honores y escribió una buena parte de la labor que lo hizo merecedor del Premio Nóbel de Literatura.

La segunda parte incluye la valoración objetivo-subjetiva que de Pablo Neruda como poeta absoluto (así lo percibe Roberto Fernández Retamar), hombre íntegro e incansable luchador antifascista y antiimperialista, hicieran intelectuales cubanos de la estatura de Alejo Carpentier, Nicolás Guillén, Juan Marinello, Félix Pita Rodríguez, Pablo Armando Fernández, Manuel Rivero de la Calle y el propio Ángel Augier, quienes destacan los méritos ético-estéticos y poético-literarios de la magna tarea de Neruda, junto a su fidelidad a la Revolución Cubana y a Fidel.

Los admiradores de la vida y la obra del poeta mayor de Iberoamérica encontrarán en las páginas de Pablo Neruda en Cuba y Cuba en Pablo Neruda, del doctor Ángel Augier, una suave caricia a su intelecto y su espíritu, porque en ese libro el autor evoca «[…] con [amor y] devoción […] el nacimiento, hace un siglo [1904-2004] […], de quien llegaría a ser expresión eminente de la poesía de su época [y de todas las épocas]», y —según Volodia Teiltelboim— un revolucionario convencido de que «[…] la humanidad necesita que la paz reine entre los hombres de buena voluntad, entre todos los pueblos y naciones, entre los poetas que sueñan y trabajan por el encantamiento de los días y las noches, por el triunfo de la vida [sobre la muerte]».

Tomado de
Blog: Luis E. Aguilera

<><><>



Extor Martínez Hernández (México)
Cuando me tronaron el elote


Tengo veinte años de edad, y desde que era muy chamaca padezco fiebres uterinas, o calores vaginales, como decía mi abuela. Lo que, al chile pinto, quiere decir ninfomanía, o sea que soy una mujer sedienta de placer sexual.

Desde los trece años padezco los ardores eróticos y nomás se me presenta la oportunidad le entro al placer de los revolcones. La primera vez que tuve sexo fue con un batillo que camellaba de chota en la delegación de San Antonio de Los Buenos. Era un policía sarra, macuarro, porque jamás lo vi que anduviera en patrulla; de esos chemas que piden dinero —cuota dicen ellos— recorriendo casa por casa en los barrios clasemedieros en extinción. Muy buenos los cabrones para ajerar dinero, pero nomás truena alguna bronca nunca se aparecen por los rumbos donde ocurrió el pedo. (Son como los bomberos, siempre llegan tres horas después del incendio).
Al batillo la raza de la colonia lo conocía con el apodo del Jos. Lo conocí porque vivíamos en el mismo barrio. Nunca supe ni cómo se llamaba. Pienso que José.
Este güey fue el bueno que me tronó el ejote, el que me desquintó cuando yo estaba morrilla. El Jos ya estaba peludo y gandalla, tendría en ese entonces... creo que unos veintidós o veintitrés abriles; yo andaba frisando los quince (me faltaban como seis meses para cumplirlos cuando el batillo se dio la yuca conmigo). Imagínense, se chacalió a lo bruto.

Recuerdo que a mí apenas se me empezaba a calentar la pepa, y aunque estaba chamaca aparentaba más edad de la que en realidad tenía. Estaba yo muy desarrollada y parecía una jaina de 19 años. Ya usaba chichero y algunos hombres hasta me tiraban los perros. Dos tres léperos me abordaban con piropos demasiados silvestres. Yo no me agüitaba, al contrario, me gustaba que me aventaran chingadera y media: "Mamacita, qué buena estás, te la mamo sin hacer gestos", cosas así por el estilo. Yo solamente me las curaba y, disimuladamente, les movía más las nalgas para alebrestarlos.

El Jos siempre que me divisaba, luego luego se dejaba ir sobre mí. Tenía rato que me rondaba y nomás había la quebrada me tiraba el sablazo. Cuando se abrió de capa yo ni la jugué y en chinga le capié con el cacharro.

Ahora reviro que el bato era un saturnino. En esa época mis jefes me cuidaban más que ahora, siempre me andaban vigilando para que no hiciera chingaderas. Todos los día iban por mí a la secundaria. No me soltaban ni un momento, pero yo me las ingeniaba para escapármeles. En cuanto había chance, nomás se les dormía el gallo, me salía más temprano de la escuela y me pelaba a hacer de las mías con quien se pusiera de pechito.

Un día que regresaba de la escul me topé al Jos. Me preguntó, a manera de invitación, sino quería ir con él al cine. Como soy muy aventada y no le tengo miedo al chile duro, en caliente le dije que simón. Tampoco soy muy exigente en cuestión de monos. Un trolo o un pelagatos para mí son lo mismo. Así que el estatus del galán que me cargaba no importaba. Y como el Jos era un bato piojo me llevó a un mono de mala muerte, un pinchi cinito verguero ubicado en una esquina de la calle Quinta del mero Tango. Puras películas maniaconas pasaban allí, y no dejaban entrar a menores de edad. Pero el Jos, yo creo que estaba apalabrado con el ruco que recogía los boletos en la entrada, porque ese día, después de cotorreárselo, en un iris me hizo señas para que me colara. Pasamos frente a la tienduca de los manchis y antes de que nos acomodáramos en la sala para guachar la muvi, el Jos me preguntó que si no se me antojaba algún chuchuluco de la marquetita que estaba adentro. Le contesté que simón, que me comprara unas palomitas y una root beer. Luego nos metimos a la sala para tripear el churro que estaban pasando y nos sentamos en una de las últimas filas. La película que guachamos estaba bien jodida, traqueteada y con un madral de cortes. Recuerdo que se trataba de la muvi de Flash Gordon, versión porno.

Pasaron unos veinte o treinta minutos y el Jos, jugándola al seductor modocito, comenzó a hacerme preguntas muy inocentonas: que si yo alguna vez me había aventado un jale como el que las morras actorcillas del churro les hacían a unos güeyes (les estaban mamando el fierro). Sin ruborizarme, y quitada de la pena, le contesté que no (aunque ganas no me faltaban, pensé entre mí). Al ratillo, el bato empezó a trabajar la víbora (según él para que yo cayera rendida en sus brazos). Me dijo que yo le pasaba un resto, que estaba muy bonita y que era una morra bien de aquellas, la más efectiva de la colonia. (Yo pensaba: este pendejo cómo la cascabelea para pedirme las nalgas). Y que se me declara. "¿No te gustaría ser mi novia?" Haciéndome la interesante le dije que lo pensaría, y entonces que me abraza. Yo ni siquiera me saqué de onda, ya me esperaba un proceder así. Como no pique cabra, el batillo que se me arrima y comienza a darme unos besitos cerca de la oreja. Yo me dejé querer. Enseguida procedió a sobar mis piernas y mientras las frotaba suavemente me besaba en la boca. Yo le correspondí, pues ¿a quién que le den pan que llore?

El jale que me estaba haciendo estaba chido. Con el faje que me estaba pegando se puso bien jarioso, mejor dicho nos pusimos bien jariosos. Ya bien entrados y con la hormona estilando nos abrimos del cine y a la salida el Jos paró un taxi que nos llevó a la colonia Morelos, cerca del cuartel de los guachos.

Cuando nos apeamos el Jos dijo: «Aquí vive un compa, vamos a visitarlo».

(Eso era puro paro, sus intenciones no eran otras más que tronarme el ejote).

Tocó la puerta de un depa y un ruco nos recibió. No sé qué madres le comentó el Jos al don que en cuestión de minutos éste se fletó una camisa y se desafanó. El Jos y yo nos quedamos solos y reanudamos el agasajo marinero. Me besaba el cuello, me dada mordiditas leves en las orejas, me frotaba la espalda y luego sus manos recorrían mis nalgas; las apretujaba y las sobaba frenéticamente. Acto seguido metió la mano debajo de mis pantaletas y le advertí que yo era cherry. Cuando escuchó eso guaché que le brillaron los ojitos (como queriendo hablar y decir: «¡Ay, baboso, mira lo que te vas comer!»). Poco a poco me desvistió y ya encuerada me recostó en una cama, que por cierto rechinaba de a madre que su ruido parecía el pío-pío de un pollito.

Ya bichita, el Jos se golosiaba y me besuqueaba la espalda y yo excitadísima, fascinada como novel manceba, disfrutaba sus manoseos y restregones. Estaba encantada de estar con él. Me gustaba como me trataba. Me puse jariosa, rogándole a Dios que el bato no detuviera su faena. Desquiciada con el jalesote que se estaba aventando el perro. Me abrió de piernas y colocó sus labios en mi papaya. Yo gemía de placer con el mameluco que me estaba pegando el bato.

Nada más de recordar el momento en que se bajó al agua siento calofrío y se me enchina el pellejo. Yo no dejaba de bramar a causa del deleite y el placer que él me prodigaba. Los mugidos subieron de volumen, entonces el Jos me dijo: «Ya cállate, no hagas tanto pancho. Vas a alborotar a los vecinos». Antes de que me metiera la gáver hicimos el 69.

Pasaron más de tres horas, y ni en cuenta del tiempo que duramos matando la rata. Después de que terminamos de cochar le caímos a la col, y el güey, nada pendejo, para no meterse en broncas y que no lo fueran a torcer, me dejó a dos cuadras del cantón, diciéndome que le cayera yo primero al chante.

Cuando llegué a la cantona guaché que mi jefita me estaba esperando con una carota que parecía birote. Bufaba del coraje la ruca; estaba superemputadísima. Conocedora de los pedos en los que yo andaba, rápidamente se dio color que a su hija ya le habían rajado leña. Tal vez se dio tinta al ver mi manera de caminar, no podía cerrar las piernas al dar los pasos, el güey me dejó abierta. Mi jefa se la malició en chinga y se arrimó hacia mí y, ya de cerca, me estampó una cachetada guajolotera. Estilando de coraje, gritaba barbaridad y media, mientras yo estallaba en llanto. Después de unos putacazos más me cuestionó enciscada: «¿¡Dónde andabas, hija de la chingada!?"» Creo que ganas no le faltaron de estrangularme.
Descargó su ira propinándome putazo tras putazo, y hasta que se cansó dejó de surtirme jiricuazos.

Esta sigue siendo una de las formas más idóneas que aún prevalecen en nuestra sociedad para expiar las culpas y pecados. Pasado el primer round me bajó los calzones, casi me los arrancaba de un jalón, y empieza a pasarme revista. Auscultó mi panocha y al darse cuenta que la traía más floreada que el hocico de un boxeador derrotado por nocaut, qué me deja caer otra tanda de madrazos.

Tan cabrona estuvo la lluvia de camorrazos que no paró de trompearme hasta que no se le cansó el caballo. Para no hacer más largo el cuento, sólo te diré que a causa de la tremenda recia acabé soltándole todita la sopa. Guacarié la neta, confesándole que el bueno había sido el Jos. Y se armó un pedotote mundial. Al pobre cabrón se le arrancó bien machín. Mi jefa, que parecía que iba a reventar de lo enchilada que andaba, agarró el foneto y se comunicó con un tío que es licenciado (para serte sincera: un pinche coyote que no terminó ni la primaria y que se la pasa estafando gente afuera de la cárcel de la Ocho), y le suelta todo el borregazo con seña, pelo y detalle (y con las hipérboles de rigor).

Mi jefe andaba en el Otro Saite, por eso mi tío el abogánster fue quien meneó todo el birote para que se enchorarán al Jos. No sé que le dijo el ruco a la jefa que al cabo de un rato ya estabamos en el ministerio público. Minutos después que nosotras nos presentamos en el MP, apareció mi tío cargándose una jetota de poca madre. Su cara de cínico leguleyo tornose en un semblante arriscado. Se sentía el muy indignado (claro que nada más aparentaba). ¡Cómo si se lo hubieran cogido a él!

Una gorda cacariza de pelos pintados y de estropajo que atendía en la recepción de la agencia ministerial nos pasó a un cubículo donde se encontraba un ojete con cara de perro fingiendo que trabajaba. A leguas se le veía que era un pinche prepotente, un traumado que lanzaba miradas perdonavidas, sangre de cochi, pesado hasta no poder. Un pinche acomplejado que se la nalgueaba de muy machín, un gato que se las daba de chaca.

Me preguntó que cómo sucedió el merequetengue. Yo se la canté en los mismos términos que a mi jefa. Ya que escuchó el rollo que le aventé, me preguntó puras pendejadas y una vez que le respondí todo lo que supuestamente el chalan ministerial quería saber, entonces comenzó a teclear en una máquina la cagada que me tío y mi jefa aventaban sobre la calaca del Jos. Que fui mancillada, que me había violado y pendejadas así por el estilo...

Una vez que el mamón integró la denuncia me condujo a un cuarto mugriento que, según esto, era el flamante consultorio de la ginecóloga adscrita a la Procuraduría de (in)Justicia. Ahora a ella le tocaba revisarme el chocho. Perito declaraba ser la ruca. Una vieja prieta metida en unas zapatillas de cabaretera, más anacrónicas que las chancletas de doña Mary Castaña; y vestida con unas garras que daban pena ajena (tanto dinero que tracalean, peseteando a los parientes de los detenidos); parecía que las zapatillas las había comprado en la tienda de segunda el Montecito. En el instante que abrió la geta para disparar su alegatos, junto con las palabras que escupía, salió de su hocico un tufo bien cabrón con hedor a coladera. De seguro la ruca tenía madreado el hígado o, la puerca, se atracaba de tacos de suaperro y los empujaba con un chesco; de seguro no tomaba ni siquiera medio vaso agua durante el día.

Muy chinguetas, la culera, ordenó que me quitara los calzones. Luego me abrió de patas y revisó mi animalito con un instrumento parecido a un compás; efectuaba cálculos alrededor de mi puchi y, moviendo el artefacto, en forma circular, realizaba trazos imaginarios, emitiendo balbuceos incongruentes. Posteriormente concluyó con unos garabateos que estampó en una libreta. Vieja cochina, ni siquiera guantes usó al manosearme, y todavía firmó un documento con una pluma que dejó impregnada de olor a pescado.

Habiendo finiquitado el asunto con la sedicente ginecóloga, enseguida me pasaron con una dizque psicóloga para que dictaminara mi estado emocional, como víctima (jajajá) de la supuesta violación que le enchaquetaban al pobre diablo del Jos.
La tipa esta se cargaba una cara de arrabalera que no podía con ella; le salía lo puta hasta por los poros. A leguas se notaba que era una nalgasprontas (¿cuántos perjudiciales no se la habrán parchado?, pensé). Era más pendeja que la vieja anterior, me preguntaba mamadas que ni al caso venían. Yo le contestaba más de agüevo que con ganas. Tres horas duramos en ese pinche embrollo burocrático.

Salimos de ese muldar ya muy tarde, y antes de que llegáramos al cantón el chisme ya era del dominio público. En todo el barrio, gracias a la desenvoltura de los vecinos labieros, la farfolla del cuchiplancheo se expandió como si se tratara de una flamante primicia de la Paty Chapoy, y no cesó hasta pasados varios meses.

El mismo día, mejor dicho unas horas después que se armó el pedotote, el Jos, al hacerse sabedor del borregazo, se volvió ojo de hormiga, y pintó venado. Tenía plantón de puercos afuera de su chante. Los juras lo andaban taloneando pa enjaularlo por violín. Nunca más lo volví a guachar. Dicen que el bato se fue a Los y que jala en una gotera despachando gas, que se arranó con una gabacha.

Yo siempre me acuerdo de él porque fue mi primer bato, el que me tumbó el sello.

El Charkito / Colaboradores / Extor H. Martínez

<>

¿A quién le importa la insípida flor de la literatura?
(Conversaciones bellacas y menonfleras)


—Comparada con esa dicha, qué importa la insípida flor de la literatura.

—¡Dios mío, ésta es la verdadera catarsis! La omnisciencia del narrador es una mierda junto a esta elevación que estoy sintiendo. Pregúntenme si soy buena escritora. Me vale madre lo que se piense. Prefiero que me tengan por un putota que conoce su faena, húmeda y pegajosa.

—Esto es lo que en verdad se llama un replanteamiento exacto de «Madame Bovary». ¿Porqué no se me ocurrió antes entrarle de lleno al tema de la insatisfacción femenina? Así me gustaría empezar a novelar mi próximo libro. Y yo perdiendo mi tiempo en los debates de la carne y el espíritu.

Qué más funcional que estos argumentos tan sustanciosos. La aplicación semántica se convierte en lengua-objeto ceñida a la calva de estos tres cíclopes, hijos degenerados de Polifemo. Les exprimiré hasta el tuétano.

Oh, cherchait á savoir ce que l’on entendait par au juste par les mots de félicité, de passion, et d’ivresse.

Y yo situada en antípodas tan abstractas habiendo aquí materia tan concreta e intangible.

—Y yo que creía más en el espíritu que en el cuerpo. Esta lengua de gato te va a saber a delicias. Siempre lo he dicho, no basta la virtud.

—Hummmm
—¿Te acuerdas de aquella novela de Cortázar?
—Mmmm, siii.
—La tertulia duró casi tres horas. Sabemos aparentar bien nuestra ignorancia.
—Sí, y ya cállate. Síguele con eso... ahí abajo
—¿Te acuerdas del libro que me autografió el poeta....
—¡Ya cállate, cabrona! Lo único que me emociona de ti son las mamadas de pepa que me das. Así que deja de hablar y vuelve a tus fueros.

El Charkito / Bios / En Colaboradores

<><><>



El Papasquiaro (México)
Así soy


así soy
sin medias tintas
a ras de suelo sepulto
el agravio que me inquina
necio trashumante
verdor que clava en la hondura su pureza
de tanto amainar plumajes
extranjeros
desangro el aguarrás
mi esperma urgente
la caída
tozudez de mi altiveza

la canalla
eso soy
alma que por impura limpia todo
de tanta enfermedad me congratulo
y me voy de hocico de bruces
pero nunca de hinojos
así es el camino que recorro

les duelen mis maneras de brujo comediante
les duele mi alquitrán mi rebeldía
a mí me duele más el cuerpo blando
pero nunca retrocedo
sin embargo ni embargo
mi palabra
ni la alquilo
ni por diplomas ni medallas
ni por oro ni por miedo
así soy
qué vamos a hacerle
cabrones cabronas
no soy ni envidioso ni envidiado
un hijueputa tal vez
y al que le duela
que pruebe mis pecados...

después de la tormenta viene la calma que sólo la poesía puede proveer...
un poemazo de salvador díaz mirón, el gran orfebre:

A Gloria

No intentes convencerme de torpeza
con los delirios de tu mente loca:
mi razón es al par luz y firmeza,
firmeza y luz como el cristal de roca.

Semejante al nocturno peregrino,
mi esperanza inmortal no mira el suelo;
no viendo más que sombra en el camino,
sólo contempla el esplendor del cielo.

Vanas son las imágenes que entraña
tu espíritu infantil, santuario oscuro.
Tu numen, como el oro en la montaña,
es virginal y, por lo mismo, impuro.

A través de este vórtice que crispa,
y ávido de brillar, vuelo o me arrastro,
oruga enamorada de una chispa
o águila seducida por un astro.

Inútil es que con tenaz murmullo
exageres el lance en que me enredo:
yo soy altivo, y el que alienta orgullo
lleva un broquel impenetrable al miedo.

Fiando en el instinto que me empuja,
desprecio los peligros que señalas.
«El ave canta aunque la rama cruja:
como que sabe lo que son sus alas».

Erguido bajo el golpe en la porfía,
me siento superior a la victoria.
Tengo fe en mí; la adversidad podría,
quitarme el triunfo, pero no la gloria.

¡Deja que me persigan los abyectos!
¡Quiero atraer la envidia aunque me abrume!
La flor en que se posan los insectos
es rica de matiz y de perfume.

El mal es el teatro en cuyo foro
la virtud, esa trágica, descuella;
es la sibila de palabra de oro,
la sombra que hace resaltar la estrella.

Alumbrar es arder! ¡Estro encendido
será el fuego voraz que me consuma!
La perla brota del molusco herido
y Venus nace de la amarga espuma.

Los claros timbres de que estoy ufano
han de salir de la calumnia ilesos.
Hay plumajes que cruzan el pantano
y no se manchan... ¡Mi plumaje es de esos!

¡Fuerza es que sufra mi pasión! La palma
crece en la orilla que el oleaje azota.
El mérito es el náufrago del alma:
¡vivo, se hunde; pero muerto, flota!

¡Depón el ceño y que tu voz me arrulle!
¡Consuela el corazón del que te ama!
¡Dios dijo al agua del torrente: bulle!;
¡y al río de la margen: embalsama!

Confórmate, mujer! Hemos venido
a este valle de lágrimas que abate,
tú, como la paloma, para el nido,
y yo, como el león, para el combate.

El Papasquiaro

<>




Del proceso moderno y de la descomposición del arte

En uno de sus libros, Marshall Berman, hace énfasis en que la modernidad, como experiencia vital, es un peligro. [1] Además de constituir el terreno donde conviven nuestras emociones, nuestras aventuras, alegrías, desencantos y tribulaciones, la modernidad es el espacio donde se genera la destrucción. Esta negatividad, entendida como proceso dialéctico, será el punto de partida de nuestras hipótesis para abordar el problema del arte. Parte de esta negatividad dialéctica es la frontera por antonomasia; lo moderno.

En uno de los Poemas en prosa de Baudelaire, «La pérdida de una aureola», encontramos el primer síntoma del modernismo en el arte. El poema reproduce el encuentro entre un poeta y un hombre corriente, en un lugar de mala reputación, posiblemente una taberna o un lupanar. Ahí, el poeta, es reconocido por el hombre corriente quien lo interpela a su modo, asombrado y atónito, desconcertado, por no poder explicarse, cabalmente, el motivo de la presencia, del poeta, en un lugar en donde prevalece la decadencia y no la sublimación. El artista trata de explicar su situación advirtiendo que, ahora que ha perdido su aureola, puede confundirse entre la gente común y entregarse a una vida disipada y menos solemne [se livrer à la crapule].

El primer punto que señala Berman es el significado que posee la aureola: ¿qué representa este objeto? No es otra cosa que el alto estima en el que se tiene al arte, sobre todo si tenemos en consideración que posa sobre la cabeza de un poeta modernista y «está ahí para satirizar y criticar la creencia en la sacralidad del arte» (Berman, 156). Además la pérdida de la aureola tiene lugar en un punto en que convergen el mundo del arte y el mundo corriente, apunta Berman más adelante. Es decir, un mundo que no es sólo espiritual, sino material, físico también. Esta convergencia histórica entre modernismo (como proceso artístico) y modernización (como proceso histórico) da como resultado la desvalorización de la obra de arte.

Walter Benjamin entendió, mucho más que el propio Marx, este proceso de reproducción del arte. [2] Mientras las superestructuras (bases materiales de un sistema económico) homogeneizantes y polarizadas sigan siendo las que obedecen el dominio del capital y los medios de producción, las infraestructuras (derecho, literatura, filosofía, religión) seguirán apuntalando el interés de preservar las condiciones desvitalizadoras del status quo. El orden social seguirá siendo determinado por estas superestructuras cuyo único fin es, y seguirá siendo, acrecentar cada vez, con más fuerza, la alienación del individuo. Así, entendemos que un hombre alienado es aquél que se reduce a su mínima exponencia y deja de reconocerse como tal, perdiendo por completo su bidimensionalidad, deviniendo en un ser uniforme, unidimensional para utilizar el concepto de Marcuse Herbert. [3]

Ahora bien, este proceso que desarticula al ser humano es fácilmente trasladable al terreno del arte, toda vez que ésta es causa y efecto primario de aquéllo; si entendemos el arte como un producto cultural, en consecuencia humano. Adorno, en su obra inacaba Teoría Estética, ya se planteaba este problema, en las primeras líneas no podría plantearnos un panorama más desolador: «Ha llegado a ser obvio que ya no es obvio nada que tenga que ver con el arte, ni en él mismo, ni su relación con el todo, ni siquiera su derecho a la vida» (Adorno, 2004). A pesar de este esbozo fenomenológico, parece que Adorno no pudo dejar en claro cómo ocurría este proceso. Quizá por falta de tiempo o, simplemente, por no apreciar correctamente el fenómeno, de ningún modo por indiferencia. Pongamos el caso de la fotografía y su reproducción mecánica. La fotografía al reproducir una parcialidad real o ficticia, vuelve al estatismo reproductor de lo natural.

A ese estado inconsciente y automático en el que el artesano sólo funge como operador de una maquinaria, de tal modo sistematizado, trastocando su naturaleza viva por una inerte, de objeto convertido en medio, de instrumento y ya no un fin en sí mismo: mercancía; es lo que la ortodoxia denomina alienación y que, en palabras llanas, determina la obra en un artículo desprovisto de cualquier pulsación estética. De tal modo que el artista no es artista sino instrumento y, la obra, no es arte sino mero artificio. En la fotografía el momento solitario y único de la creación pasa casi desapercibido, se resume a un simple clic insustancial. Lo que desprende sensualidad en una fotografía, es decir, lo que nos hace sentir, puesto que no negamos el poder de transmisión, es la evocación de un sentimiento que nos identifica con la obra, pero, de ningún modo, la fotografía en sí. No es el fotógrafo. Es nuestra experiencia. En la fotografía el espectador es el que da fuerza a la imagen. No al revés.

Prueba de ello es que hasta por un error, o un descuido, se puede captar una imagen que, de ninguna manera, se tenía la intención de crear o reproducir y ser exhibida en una exposición. De ahí que la intencionalidad se desvanezca, mejor dicho, ni siquiera exista. Aquí la unicidad de la obra carece de asidero. El momento irrepetible de la creación se difumina para dar paso a un convencionalismo técnico. Una vacuidad acorde al proceso moderno de transformación.

Acorde, asimismo, al medio sociológico que nos impone su vorágine velocidad y desaparición de las esencias dejando a su paso una simple estela de imágenes borrosas y fragmentarias. La razón humana es sustituida por una razón técnica. Así ocurre la fragmentación de la realidad. El individuo escindido por sí mismo, por el proceso histórico y por su creación a la que ingenuamente llama arte.

Hablar de arte en la actualidad conlleva el grave peligro de eludir este aspecto totalizador de los medios de producción. El arte se ha reducido a una mercancía patrocinada por la industria cultural, a su vez, manipulada por una clase dominante. Si bien es cierto, el aspecto espiritual, no se encuentra desahuciado por completo, es menesteroso aceptar que la realidad artística está anclada en un manglar de fantasmas melancólicos y hediondos. Por ello que el arte moderno ya no genere, como dice Canclini, [4] nuevas tendencias, vanguardias o líneas estéticas innovadoras que provoquen en el espectador el alumbramiento para despertarlo de la ensoñación en la que vive. El arte obedece las mismas leyes de la oferta y la demanda; en ella intervienen los mismos medios: promotores, editoriales transnacionales, museos, marketing, consumo.

De hecho se puede hablar hasta de fines profesionales antes que de fines estéticos. Existe la concepción del escritor antes que la de la obra misma. Esto es lo que se enseña en las universidades y con este fin se moldean alumnos.Por sobre la obra se persigue la profesionalización del individuo. En la frontera (Tijuana) la profesionalización ha arribado como uno de los grandes ocasos del arte. Hay artistas que pretenden vivir para sostener a sus obras, en lugar de que estas perduren en el tiempo por sus propias fuerzas.
__

Bibliografía Consultada

Adorno, Th. W. Teoría Estética. Obras Completas, 7. Trad Jorge Navarro Pérez. Ed. Akal. España. 2004.

Bartra, Roger. La jaula de la melancolía. CONACULTA. México. D.F. 2002.

Berman, Marshall. Todo lo sólido se desvanece en el aire. La experiencia de la modernidad. Siglo xxi editores. España. 2004.

Berumen, Humberto Félix. De cierto modo. La literatura de Baja California. UABC. Mexicali. 1998.

García Canclini, Néstor. Culturas Híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad. Grijalbo. México, D.F. 2004

Valenzuela, José M. Por las fronteras del Norte. Una aproximación cultural a la frontera México- Estados Unidos. FCE. México, D.F. 2003

[1] Marshall BERMAN, Todo lo sólido se desvanece en el aire. España. 1988, pp 2-27

[2] Ver Walter, BENJAMIN, El arte en la era de su reproducción mecánica.Madrid. Edit. Taurus. 1973.

[3] Para entender mejor este proceso dentro de la frontera leer el ensayo de José Manuel Valenzuela Arce, Metáforas y debates teóricos sobre la frontera Mx- Eu, en su apartado “Procesos socioculturales de la frontera”. Ver bibliografía.

[4] Cfr. Culturas Híbridas. Néstor García Canclini. México, D.F. 2004 pp 62 ss.

El Papasquaro

<>

uno

¡Vámonos arrancando vértebras!
Déjame entrar en tu historia
Como por el ojo de una aguja
Que mi canto sea el himno
de las putas y de los muertosdehambre
que mi glande desgrane a cuajos
lo que comes ¡lechosa!
que tu voz sea navaja de afeitar
sobre los soldados inquietos de mi escroto
/eso pido/
que me ames profundamente
como un potro herido en la montaña.
/Tú/
Que estás hecha toda de peligro
Y de mariposas muertas

El Papasquiaro

<><><>

Francisco Ortiz Feliciano (PR)
Mi llamado personal a la unidad en la defensa de la cultura puertorriqueña


Ayer (domingo 24 de mayo) asistí a una reunión la mar de interesante, acudo al igual que otros tantos al llamado de acción que se impone ante el cuadro de atentados, agresiones y peligros que se cierne sobre nuestro pueblo en su misma personalidad: la cultura puertorriqueña está nuevamente bajo ataque, esta vez el nubarrón tóxico es inmenso, pretende taparnos el sol, envenenar nuestro futuro, secarnos, estamos ante un reto de pura supervivencia…

El salón de la UPAGRA se llenó a capacidad, seguía llegando gente, amigos, hermanos, seguíamos sacando sillas hasta que no habia donde meter más y entonces de pie, cercanos, un abrazo colectivo, un animal grupal de muchas caras y gestos enlazados... a los que fueron gracias, a los que querían ir, igual gracias, los que no podían por conflictos también gracias, y los que no, les digo no estábamos todos los que somos pero los que estaban son de verdura y raíz, esto se propaga, se extiende, se pega, pues gente, la agenda estuvo excelente, apretujada de deseos, rabia y pura adrenalina, el tema intenso, en crecimiento, voces hambrientas de expresión, abriendo espacios a la vez que entrelazando visiones y pasiones diferentes pero perfectamente compatibles, pues hay que seguir sembrando solidaridad y sensibilidad ante el dolor, la tragedia humana y los atropellos... pocas noticias buenas... las luchas emancipadoras son y serán cuesta arriba, a eso vamos… abonando, desyerbando, como he dicho somos enredadera, nos metemos por los huecos, saltamos de tronco a tronco, florecemos aunque no nos inviten, aunque seamos flores marginadas e impostergables, nos pisan y volvemos a nacer…

El silencio entre acordes hace suculento la llegada del arpegio, es un secreto de la música, los versos y el amor saben que esperar es parte del juego... contoneando, vibraciones recorriendo, suspiros cuajando en cantos… el caldo se espesa… pero por ahora de la secuencia de imágenes surgen versos, palabras, frases... mientras renacen esperanzas que ciertamente nunca habían muerto, solo estaban un poco descuidadas las ilusiones, olvidadas, metidas en cajones, favor no me malinterpretes, me refiero a las esperanzas y las ilusiones empolvadadas de que hay gente deseosas de compartir su mundo para defender nuestras formas, maneras, antojos, colores, manías, gustos y sabores de ser, ver, creer, brincar y saltar, amar, gritar, cantar y rezar...

Tengo una idea, que más que idea es como que una imágen borrosa de que podamos de alguna manera ayudar a encauzar varias conversaciones y compartir hasta pesadillas sobre qué podemos hacer la gente que nos duele la conciencia social y respiramos la cultura para propiciar un movimiento amplio de solidaridad y justicia social... Y mi idea es aliada de la tuya… y las nuestras de las de los otros y aquellos también… y el coro crece, los cuerpos se calientan, el baile se esparce…

A lo mejor parte del asunto es pedir que todos los que estamos en el tirijala de creernos los que tenemos la razón (agarrada por el rabo) bajemos un poco el tono y nos dejemos de estupideces y chiquitas, y echemos el resto por acomodar nuestras estridencias a la necesidad de la armonia de voces, no salirnos de la clave.. deja ver qué sale, deja ver… y si es disonante es porque somos disonantes todos…

Ahh y sería un perfecto embustero si no confieso que me gustaría algún día volver a compartir de la humanidad que se hizo sugestión, tentación, seductor embeleco unitario y anhelo en ese convite y de cierto pronto, entonces amigos veremos como se le zumba a la rumba...

Vamos por partes... cierra los ojos y mira, somos muchos más que dos, muchos más.. sobre si dices, si dijo, si dijimos o no dices lo que sea que sea o debe ser, mientras hables la verdad y con el corazón, lo otro es 'pamplinería'... lo primero es lo primero: ¿cuánta envidia, mala leche y sectarismo ehh? …lo que pasa es que como me dijo mi madre, un poco de talento, mucha inspiración y entrega, es lo que hace la diferencia, amor, trabajo, solidaridad y compromiso, no hay carambola ni plante... sacude, zafa diablo, esa mala onda, atrás, ese rencor, ‘bídate, perdona y pa’ encima… ma’ lante hay gente y son buena gente, nuestra gente que espera que nos dejemos de mierda y nos pongamos a hacer lo que tenemos y tengamos que hacer…

¿Ves porqué es diferente? …aunque no me entiendas en gran parte se trata de abrirnos hasta más, exponernos, descubrir nuestros secretos, temores, buscar entre las sombras y las esquinas aunque ni siquiera sabes qué buscas en ocasiones, enterrar nuestras mentiras y superar errores... es un voto con la sinceridad y fe en que en este proceso podemos hacer, decir o escribir algo que tenga sentido... claro que hasta asusta, claro que puede hasta doler pero ese es el camino, nuestro camino y debo insistir que caminemos hasta sin saber a donde vamos a llegar o si de verdad vamos a llegar pero no nos detengamos... nuestra sinceridad, la verdad de nuestras voces es lo que hará que el pueblo nos acompañe, nos recoja en su regazo y hasta nos proteja…

eyy no trato de recetar nada, de hecho estoy casi seguro que lo que puedo decir puede ser completamente irrelevante para algunos, tonto para otros.. pero por lo menos yo me di cuenta que esconder las emociones a la larga es peor, no necesriamente se trata de decir o contar cosas maravillosas y hermosas, pero si buscar la forma o manera de expresar nuestros sentimientos, los míos, los tuyos, los del otro... pero repito estoy totalmente descalificado para digamos orientar o consultar… de hecho lo que trato es de hablar de mi mismo y sucede que hablando de mi a veces hablo de todos o si acaso de otros, si acaso en algo, puede ser un poco, puede ser bastante... quizas eso tenga significado para alguien, y como ayudar, ayuda, me ayudo yo...

24 de mayo de 2009 /
Ortiz Feliciano

<><><>



Charles Bukowski

Charles Bukowski (1920-1994)
poema navideño para un hombre encarcelado


hola Bill Abbott:
me parece muy valioso que distribuyas mis libros
allá en la cárcel, mis poemas y cuentos.
si puedo aligerar la carga de algunos de los tipos con
mis libros, bárbaro.
pero la literatura, sabes, es difícil de asimilar
para el hombre ordinario (y para el extraordinario también);
a mí no me gusta la mayoría de la poesía, por ejemplo,
por eso escribo la mía de la manera que me gustaría leerla.

la poesía pareciera que se está volviendo mejor, más
humana,
la claridad del lenguaje tiene algo que
ver con eso (w. c. williams vino y le pidió
a todos que aclararan el lenguaje)
luego
vine yo.

pero escribir es una cosa, y la vida
otra, pareciera
que hemos mejorado la escritura un poquito
pero la vida (nuestra y ajena)
no pareciera estar mejorando gran
cosa.

quizás si escribiéramos lo suficientemente bien
y viviéramos un poco mejor
la vida mejoraría un poquito
como para que no dé vergüenza.
quizás los artistas no han sido lo suficientemente
poderosos,
¿quizás los políticos, los generales, los jueces, los
curas, la policía, los cafiolos, los hombres de negocios han sido demasiado
fuertes? no me
gusta esa idea
pero cuando miro a nuestros pálidos y preciosos artistas,
actuales y pasados, me parece que es
posible que sí.

(a la gente no le gusta cuando hablo así.
Chinaski, cortala, dicen,
no sos tan grandioso.
pero, carajo, no estoy hablando acerca de ser
grandioso.)

lo que estoy diciendo es
que el arte no ha mejorado la vida como
debería, ¿quizás porque ha sido algo demasiado
privado? y a pesar del hecho que los viejos poetas
y los nuevos poetas y yo
hemos tenido todos problemas idénticos o parecidos
con:
las mujeres
el gobierno
Dios
el amor
el odio
la indigencia
la esclavitud
el insomnio
la deportación
el clima
las esposas, y así
sucesivamente.

ahora me escribes
que al hombre de la celda de al lado tuyo
no le gusta mi puntuación
como pongo las comas (especialmente)
y también la manera en que divago
para decir algo con precisión.
ah, él no se da cuenta de la intención
la cual es
liberar, humanizar, relajar
y aún así hacerla tan real como sea posible
a la palabra en la página. la palabra debe ser como
la manteca o la palta o
el churrasco o los biscochitos calientes, o los anillos de cebolla o
cualquier otra cosa que sea realmente
necesaria. debería ser casi
posible que agarres las palabras y
te las comas.

(debe de haber algún vivo en alguna parte
por allí
que dirá
si es que lee alguna vez ésto:
"¡Chinaski, si quisiera una cena voy y
la pido!")

como sea
un artista puede divagar y aún así mantener
la forma esencial. Dostoievski lo hacía. él
normalmente contaba 3 o 4 historias marginales
mientras contaba la que era
central (en sus novelas, claro está).
Bach nos enseñó como poner una melodía encima de
otra y otra melodía encima de
esa y
Mahler divagaba más que ninguno que yo conozca
y yo encuentro gran significado
en su pretendida falta de forma.
no dejes que los chicos de la forma y la regla
como el tipo de la celda contigua
te las pongan encima tuyo. sólo
dale un ejemplar de Time o Newsweek
y estará feliz.

pero no estoy defendiendo mi obra (ni de vos ni de él)
estoy defendiendo mi derecho a hacerla de la manera
que me hace sentir mejor.
siempre pienso que si un escritor se aburre con su obra
el lector va a
aburrirse también.

y no creo en la
perfección, creo en mantener los
intestinos libres
por lo que coincido con los que me critican
cuando dicen que lo que escribo es un montón de mierda.

estás condenado a 19 años y 1/2
yo vengo escribiendo desde casi 40.
seguimos adelante con nuestras cosas.
seguimos adelante con nuestras vidas.
a veces escribimos mal
o a veces vivimos mal.
todos tenemos malos días
y noches.

a ese tipo de la celda al lado de la tuya debería mandarle
Las Obras Selectas de Robert Browning para Navidad,
eso le daría la forma que él está buscando
pero necesito la plata para el hipódromo,
Santa Anita abre el
26, así que dale un ejemplar de Newsweek
(los muertos no tienen futuro, ni pasado, ni presente,
sólo se preocupan por las comas)
y ¿puse adecuadamente las comas
aquí, Abbott?

Charles Bukowski (USA, 1920-1994) /
Biografía / Poems / Poemas / Bibliografía

<><><>



Mario Benedetti / En Sequoyah

Mario Benedetti (Uruguay)
Las palabras


«No me gaste las palabras
no cambie el significado
mire que lo que yo quiero
lo tengo bastante claro
si usted habla de progreso
nada más que por hablar
mire que todos sabemos
que adelante no es atrás
si está contra la violencia
pero nos apunta bien
si la violencia va y vuelve
no se me queje después
si usted pide garantías
sólo para su corral
mire que el pueblo conoce
lo que hay que garantizar
no me gaste las palabras
no cambie el significado
mire que lo que yo quiero
lo tengo bastante claro
si habla de paz pero tiene
costumbre de torturar
mire que hay para ese vicio
una cura radical
si escribe reforma agraria
pero sólo en el papel
mire que si el pueblo avanza
la tierra viene con él
si está entregando el país
y habla de soberanía
quién va a dudar que usted es
soberana porquería
no me gaste las palabras
no cambie el significado
mire que lo que yo quiero
lo tengo bastante claro
no me ensucie las palabras
no les quite su sabor
y límpiese bien la boca
si dice revolución».

Mario Benedetti / En su muerte

<><><>



Javier Monroy (Perú)
Sí hay ateos en esta trinchera (aquel 11-S) ®

‘I CAN KILL CAUSE IN GOD I TRUST’
Do the evolution’ - PEARL JAM

Madre las piedras tiemblan a mi alrededor
Me queda poco tiempo
Mis alas están por quemarse por voluntad del padre sol
La torre 1 ya es sólo sombra y polvo como
La gloria de los emperadores ebrios
Los ácidos hirvientes de cables y fierros
Se confunden en mi carne estofada
Mientras se ahogan desesperos allá al fondo
Por qué no te dije te amo (o eso creo)
Por qué renegué del consejo sabio del abuelo
Por qué no emprendí ese viaje a Nepal
Por qué no guarde mi cuerpo para mejores días martes
Es tarde ya para el control mental
Para detectar mi centro
O dibujar un verso zen sobre el techo calcinado que ahora me abraza
La memoria es una oxidada hoja de afeitar
Estas agujas de arriero encarnadas bajo las uñas me impiden rascar la tierra para seguir adelante
Cuánto daría madre por tener aquí mi álbum de fotos mi gato ‘tomy’ mi Gatorade y tu mano despejando mi frente del barro que se agolpa como esta gente que huye. Cómo si fueran a dar una película de Buñuel
o si Betty boop repartiera autógrafos
(Quiero mi leche caliente con ovaltine
Y un libro de H.G. Wells con dibujitos)

Si no alcanzo a saborearlos
Dejo estas líneas para los padres de la patria profanada
házlas tuyas y bendíceme

«La esencia de la pólvora siempre maridó bien con tu sangre poluta
Nunca fueron suficientes esos dólares agujereados por sheriffs a destajo
Los ecos de babilonias dormidas arrullaban tu cuna de calavera
Para qué esperar revoluciones aladas
En las alcobas de los infantes internacionales
Era mejor diseñar tumbas en sótanos de pentágonos y poliedros infectados
Por la usura de los viejos dragones
Sin sanjorges que les hicieran sombra
Márchome pues con mis hermanos de polvo
Adonde no más me veras
Sino en tus sueños protervos
Que me placeré de recrear
Cada noche hasta que pruebes el ágrio sabor de mis gusanos».

Siempre quise derribar mi propio muro
Ahora me iré con él adonde se alínean
Los adobes de plasma en el fondo del mar impune
Desde allí contaré a las walkirias sagradas para ver cuál ha de guiarme

Se me agota la saliva madre
Aléjate de esas coaliciones de cartón
De esas cadenas sin noticias amarradas al mendaz destino de los trogloditas

Termino ahora de arrancar estas mis carnes colgajas
Debo estar presentable

No me olvides madre ahora que me apresto a fundirme con mi prójimo hermano
Con ese último ateo al que adoctriné
Volando ya sin alas hacia el cóctel lúcido embedido del creador
en medio del aire benevolente de afuera
Para volver a ser hasta siempre
polvo de estrellas

<>



LOS 1O ATTTREVIMIENTOS ®

1. Amarás a Dios para que nos procure todas las cosas.
2. No tomarás creyendo que Dios es vino.
3. Santificarás las recaudaciones en cada fiesta y me las guardarás.
4. Hornearás a tu padre para tu madre.
5. No matarás la fe de convertirte en asesino.
6. No comentarás tus actos con impuros
7. No robarás limosna más que la necesaria.
8. No levantarás mis falsos patrimonios ni me mentirás
9. No desistirás de alimentos ni deseos impuros
10. No compartirás mis bienes ajenos

[NOTA DEL EDITOR: Ésta es ima alusión a los conocidos Diez Mandamiento Alternativos que el etólogo británico Richard Dwkins, profesor de la Universidad de Oxfor, popularizó en su libro El espejismo de Dios (The God Delusión, 2006). Cualquier similitud con la Tabla consignmada en el catecismo vigente de la Iglesia, es coincifemcoa crifa, pura y dura].
Javier Monroy: Publicado originalmente en Letras Kiltras

<><><>

Alejandro Gil (Argentina)
oficio de poeta (Fragmento)


demanda

una vez, por mi oficio,
me cuestionaron mi visión de la realidad,
de los valores de jerarquía
con que se mueve
este insano mundo

alegato 1

caían las velas
de los trasatlánticos
sobre inmensas olas de cemento
peatones y peces,
alborotados y enfermos
de pavor,
daban alaridos y
burbujas
no cabía en la espuma
o escombros
polvo alguno
o lágrima

crónica de los hechos

yo oficiaba de distribuidor
de imágenes y textos
sobre un futuro papel
que iba a ser impreso
con lo que yo organizara
(diseño gráfico, lo llama el mercado)

alegato 2

era, en su andar,
la primogénita del Nilo
dulce, suave y áspera
mujer arena
arena de mujer
de entre nuestros labios
salían perlas
cultivadas de amor
de batallas ancestrales

[Alejandro Gil nació, se crió y desarrolló. Lo primero en Salta. Lo segundo y tercero en Tucumán y en Tucumán. Luego a los 40 migró a EE.UU. Ya había publicado unos cuantos libros de poesía en Tucumán. Ya había hecho unos cuantos espectáculos integrando la poesía, la música y el teatro. Ya había hecho radio de poesía. Había pintado. Había creado a Chaco y Saire, unos personajes de historieta. Ya había hecho videos de poesía. Ya había representado a Tucumán en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Ya había ganado un concurso de afiches sobre Borges. Ya había dirigido tres antologías de jóvenes escritores, publicadas en los años 80. Ya había hecho muchas cosas más que no recuerda. Y sigue haciendo. Pero no sabe para qué sirve un currículum vitae. Es un pibe, en el 2009 tiene 45. Y es abuelo].

<><><>



Maritza Alvarez (Chile)
«Voy a hacerme un cigarrito»


Víctor, tal vez este sea el último homenaje que se te brinda,
o el primero de muchos, hombre de canto, de risas, de amores
y sufrimientos, de luchas...«¡Sopla como el viento la flor de la quebrada!»...

Hoy se te vela, hoy se puede.

Tu voz es sentimiento de hombre simple, voz campesina, hombre de barro, de ese que bien conocía Luchín, de pies desnudos, de contacto profundo con la tierra... frágil y sensible pero fuerte y determinante a la hora del trinar por la vida.

Vibras en el aire mientras te escribo, aleteando tus alas como un colibrí.
«El derecho de vivir en paz»... ese que no conociste es el que se te reconoce a ti hoy, es un derecho póstumo que se te quiere regalar. Recíbelo Víctor, «¡Levántate y mírate las manos!»... «Para crecer", dijiste, «estréchala a tu hermano"...

Víctor: «Juntos iremos unidos en la sangre, ahora y en la hora de nuestra muerte, amén!».

Maritza Alvarez / En Colaboradores

<>

Te escribo

Te escribo
mientras las estrellan reinan en el universo perfecto y celeste
ufanas ellas de tanta belleza regalada

Te escribo
porque es cierto que te tengo a cada momento
Porque es verdad que a cada rato te amo y te recuerdo
porque quiero creer en un mañana
así sean 10 minutos juntos, quiero vivirlos contigo
sin arrepentimientos que opaquen este idilio

Te escribo
porque quiero disfrutar lo que eres ,amor
Quiero adherirte a mi retina melancólica y brumosa
Quiero saber que existes y que es cierto todo lo que vivimos
de lejos, tan lejos, en esta correspondencia loca y agresiva
brutal y sensitiva
llena de amores y distancias
llena de besos y palabras

Maritza Alvarez

<>



Viva

Presionada
como tuerca que aprieta la llave del agua
que gotea, atrevida y contrariada

Eufórica
como torrente de aguas
que potentes caen estruendosas
en las cataratas de Iguazú

Asesina
Como el dolor que tantas veces vuelve
A mis sienes enfermas
Febriles
Impacientes del futuro
Que se pinta lejano

Rauda
Como niño que sale de la escuela
Y llegando a su casa tira sus libros
y la disciplina
Esa que te enseña conductas aprendidas
Y se lanza rápido a sus juegos y aventuras

Imprevista
Como la lluvia de Noviembre
Que nos sorprende en Primavera
Y moja la tierra
Limpia los montes
Y despeja las brumas del cielo

Atónita
En la sorpresa callada y serena
La que llega envuelta en sobres
Con sellos nórdicos
De un país celeste
Atestado de fríos otoñales

Muy tuya
Semi reflejo de causas perdidas
Asteroide caído en la luna
Satélite que sorprende a los ovnis
Tratando de retratar tu vida y la mía

Espejo vivo
Traje nuevo
Revista leída y gastada
Números de mi clave
Navegación secreta
A otros rumbos y otros mares
Recién nacido
Llanto primerizo
Brazos que sostienen
Besos que nunca sacian
Sala de espera
U.T.I. del amor
Cama que suena
Seuda libertad de los amantes
Esperma que corre
Óvulo que fecundó

Maritza Alvarez /
Colaboradores

<><><>

Fanny G. Jaretón (Argentina)
A mi gozamante


Amigosamante amigosamente
hemos abierto el canal de la memoria
donde el silencio guarda los silencios eternos
para que habremos de nombrar a las cosas
por los que las cosas no son.
Pusimos los oídos sobre el corazón
de lo que nos fue mostrado
que para eso hemos sido traídos hasta aquí.
Porque hemos llegado: hasta aquí!
Y ahora con paso seguro
de no rasgarnos las falsas vestiduras
de no rasgarnos el alma
así como acostumbran los otros
a tratarnos como hilachitas serbias.
Me resisto a poner los ojos de dulzura
en la maldad.
Por eso desde el exilio
donde fueron a parar nuestros huesos
nos recojo de las soledades
nos recojo nos guardo
para el tiempo de la misericordia
con el número par que te enhebra a mí.
Con el arabesco donde tu boca me hila
y lleva cocida la construcción y el delirio.
Lleva y trae la esclava de tu mano
el velo de la Novia
que te cubre como al dios antiguo
como al gran guerrero
como aMarteVenus
porque el amor de amigo
ha triunfado sobre los torrentes de vanidad.
Porque vengo a vos con el aroma
que desprenden las vírgenes sagradas
las que temblamos frente al verbo asombroso
donde tu boca me respira y sólo eso:
vida vida vida.

Fanny G. Jaretón / Una visión poética: Fanny G. Jaretón

<><><>


Carlos López Dzur (PR)
Maldiciones contraculturales

A Todd Gitlin, presidente en 1963 de la SDS, Students for a Democratic Society, grupo que ayudó a organizar la primera manifestación nacional contra la Guerra de Vietnam


Compañero, tú si eres fiel y raro y único;
tú si estarías en esas listas negras y grabaciones rojas,
tú, como el único santo, ¿recuerdas?
entre esos 100,000 comunistas activos que Hoover
concluyó que viven o lucran en los medios: escritores,
radio-bembas, guionistas, ministros, profesores,
activistas, funcionarios, embusteros,
bien que se consagran, tal vez sabes,
hijos de la chingada.

Aclaro: tú no te vendes, tú no cambias
ni reculas ni engañas, no te escondes...
y, por eso, yo quemé tus cartas.
No contesté ninguna.
Que en nada pueda yo comprometerte.
No. No. No es que te haya obviado.
No, es por no herir o ignorarte.
Tú eres mi Zen viviente.
Tu eres mi cábala y pan diario.
Mi zarza ardiente del Horeb.
Con alguien te comparo y perdóname
(puede que seas más, a medida que crezcas);
hoy por de pronto, potencialmente eres
Todd Gitlin, a quien amé, lo sabes.

Aquí estoy, cuando más necesito y a la memoria
me vieno tu nombre, mi auxilio. Tu imagen.
Eres, de momento, un poco de mi pan.
Eres apasionado; Carlos, y Nostalgia te quiere,
te quise y, sin embargo, sé cuándo y cómo
hay que quererte. Sin ser estorbo a tu paz.

«¡Qué poca cosa es el hombre!», mal(digo)
marx-diciente, y cómo he temido
que te hagan daño, poeta,
porque siempre hablaste como gente grande,
como el hipster, tú, mi imberbe apasionado...
¿Y sigues, poeta? ¿O ya no? porque quisiera
que un día, si te place, tomaras de mí un poco de memorias.
Y hagas versos, putos versos de hedonismo, vitales versos,
versos mostrencos, sobre cómo se envilece
una mujer [poca cosa somos, perversos somos
cuando más queremos amar y servir y sincerarnos].

¿Sabes? Yo soy buena para las maldiciones;
yo me he cagado en todo el mundo, en todo el mundo,
Carlos, menos en tí. ... porque yo soy mujer y la vulva
me salva del hambre; pero, mi Luna me ovula
días plenos para recordar cómo eres,
días para maldecir como maldigo:

(1) al padre mío que me obstruyera y cuyos esbirros
tuvo para que vengan a golpear, a robar allí
o acádonde tuve un techo, un mobile home con mil consignas,
si en vano espera que, por su mugre propseridad,
vaya y suplique, otra vez le maldigo;
(2) si doy amor y, en su propia esclavitud me recluye
el mismo negro que liberto, mira cómo mi boca que bendices,
amigo mío, se exalta, yo maldigo, Carlos, porque somos
perversos aunque el Amor y la Paz cantamos
y el amor nos juega mal y la paz nunca viene...

Tú no me falles, yo no doy nada,
pero a nadie quito. Quiéreme así, niño de mi alma.
Niño del Libro, niño del Loto.
¡Cómo quisiera que existiera un pueblo de profetas
con la palabra en llamas del Horeb.
Salmistas como tú.


2.

De los tempranos Sesentas, maldito sea el movimiento
Draft Goldwater y las campañas de Reagan del '68
y el regreso en campaña en el '76 ¡cagado sea!
a la cloaca y consigo vaya como asqueante desperdicio
the growth of conservatism.
La Ultra-Derecha Americana.
Maldije ya la Guerra Fría y
The Big Business,
The Religious Right
y sus chivatos,
el anticomunismo.
Asco me dio, como si pariera una mula,
los yafos, Young Americans for Freedom,
colegiales de la Nueva Derecha recelosa
(más morones que ellos no conocí a ninguno).
Son («the New Right»), obstruyentes de asalto
del SDS (Students for a Democratic Society),
aplastadores de la Nueva Izquierda necesaria.
Con el ala moderada de los republicanos
Eisenhower-Rockefeller, o los bravos «rednecks»
que impulsan a Goldwater, al fin de verlo electo,
hago lo mismo / me les cago en sus reputas ínfulas
y les maldigo con el mismo fervor
que al libertarianismo antiestatizante
y el anticomunismo estatizado.

Carlos, ríete. Con ellos me estoy limpiando el culo.
Hoy madrugué llena de maldiciones, Carlitos.
Lee. Tú no hagas caso. Sigue con lo tuyo.
Lee mientras yo cocino con mi mente en la Derecha Cristiana
a la que mi padre le aporta $$$ mucha lana y Reagan lo agradece.
(¿Sabes? mi padre me parece un puercazo igual
que Jerry Falwell, herederos, biblia en mano,
de la industria del odio, el apocaliptismo, el Fin del Mundo,
las hogueras en clíniacs de aborto, asesinatos en frío
y un lenguaje envidioso ante voces clericales…
Los invitan a Casa Blanca, ojalá sea al infierno
y Richard Viguery, a direct-mail wizard,
a quien tanto maldigo y las nalgas le quemo
junto a sus listas computarizadas
de traidores a la patria y mercenarios del voto,
de mi padre es amigo, sí… amigo de su dinero,
porque esos buscones sólo son pidiones, rateros.
No tienen amigos como tú. Y nunca tendrían
una amiga como yo.

Carlos López Dzur; Bios / Blog personal

<>



Plegaria para salvar a un inocente

Este inocente está abaleado de candores.
Se está desangrando su memoria.
Posiblemente, no resiste un suero de Alétheia.
El ser está desencajado y los ojos están comidos
por olvido. Por eso es un cadáver inseguro
de si ha muerto; por eso, herido, va echando
tumbos por la inercia y no sabe preguntar
si algo ha querido, o nada quiso,
del supransensible paisaje de su tumba.

Hay que trajearlo de Sein aunque sea
con parches de algún Ego cogito;
hay que darle un sujeto aunque no sea el suyo.
Posiblemente, no hay muleta que lo yerga
ni alpagarta que él pueda pisar
(tantas son las huellas del prejuicio
que su ignorancia es miedo
a las patas rajadas
y distorsión, su angustia.

Este inocente no tiene la mirada limpia.
Un balazo de sed lo dejó bizco,
una torsión de fe le dio santa ignorancia.
Le han matado a su Dios antes que sepa
que existe; lo ha parido un agujero negro
en un campo de Higgs de incertidumbre
y verá sólo fantasmas de molicie.

Pero hay que revivirlo como sea.
Estos inocentes compran la Técnica
del mundo, son la materia prima
de la ganancia en serie
y su ser es la verdad de lo oculto.
Por ellos es que existe la verdad impensada;
por su causa es que no se capturan
los ladrones y son ellos los únicos
en la especie.

Que no se extinga. Traigan un botiquín
de Primeros Auxilios.
Es un perdonavidas inocente.
Un negligente necesario.
El cree que sabe, pero no sabe nada.
El calcula que vale tres carajos
de subjetiva humanidad y que perdona
transgresiones. El eterniza al niño tonto
aunque ya es un anciano.

Vengan piadosos enfermeros, hijos
de la máxima putada, vengan sacerdotes,
burlones de plegarias, hay que salvar
al inocente. Al simple que no tiene
otra culpa que estar vivo; al que observa
lo irreal y asegura que existe.

3. La visita de Nostalgia

Nostalgia, a cuarenta años de no verte,
te abriré la puerta, te sentaré a mi lado.
Díme tus razones de hoy, las de ayer, sin olvido.
Ya sé que cumples años, mujer, y no es la misma gente
la de Berkeley ni Stanford.

Abre esa bendita boca que vio a mudos y sordos,
a tiesos y callados, a cobardes y abúlicos,
esa boca que se enfrentó a su padre
y lanzó su herencia al tubo.

Tu boca que se cansó de mentar la indecencia
y llamar al carajo por su nombre...
(entonces quisiste decir el alma, el espinazo estéril,
la vulva-madre-higuera, seca y yerma,
donde, por placer, sólo gime y nace el sinsentido).

Te hartaron, lo sé. Lloraste mucho
y desde un rincón de Haight-Ashbury, en San Francisco,
conspiraste; ya no lavarías la ropa del violento
ni reciclarías el silencio del canalla.

La niña modosa, la obediente,
la brillante ewhiz-kid, se fue para la mierda.

Como al beatnik, la contorsión te vino.
Como un jazz en boca negra te llenó el rechazo.
La moralidad de clase media, me dijíste,
es cada vez más lenta, hipócrita, conforme, malsana
y te edificó esa soledad que marcó tu rostro
en medio del confort y el reglamento.

Y los modales al carajo y la crica al viento.
«Esta soledad que a medias sigue hoy,
no se va, no se va nunca y aún me da grima»,
dijíste. Tú cantas; hoy te falta la guitarra y una pareja
que se consagre a tu ternura, a tu irreverencia,
y cuarenta años de mitos de un jardín de Eva.
Tu utopía comunal, ese imposible
que la droga echó abajo.

Ya veo, Nostalgia. Eres más pobre que nunca.
Tú que lo tuvíste todo y lo tendrías si te hubieses callado
todo el odio, todo lo desbocado que avanzó
contra Goldwater, McCarthy, Nixon...
«Estoy sola otra vez, Carlos»,
«sola y muchas veces sola, pero, sigo siendo
Nostalgia, rebeldía,
pesadilla del Establecimiento».

4.

Hice lo que pude para que ella ría... yo poco puedo,
temo a ser insolente. Y ella dice: «Pendejo tú
que te casaste; pendejo tú, con la fe de por medio».
«¡Me hartan, me hartan!» Almas de fuego frío,
alientos de indiferencia caprichosa,
sangre cobardemente coagulada,
con silencio, mudos, interiormente ciegos,
con cuchillos de palo,
«me hartan, envenenan, me matan».

Nostalgia, dejaste la estructura establecida;
salíste como se sale del espanto y todo lo echaste abajo,
«hasta a mí me dejaste», le recuerdo.
«Pero te quise. Aprendimos tanto».

Vomitaste la clase, la iglesia, el gobierno,
todo lo que reprime desde sus aparatos jerárquicos.
«Yo aprendí contigo», le digo. Recuerdo.
Dijíste adiós a los cadáveres vivos.

Y hoy vienes,
con los sueños balsámicos en la mochila,
dolidos, todavía polvorientos y pateados,
y hoy vienes y me visitas. Yo creí
que me ibas olvidado.

Todavía tiene sueños como guardados
a prisa. Siempre, niña de la prisa, te llamo.
Memorias recogidas de la yerba,
ideales todavía apaleados, sospechosamente objetados
por nuevas estructuras de jerarquías que no sospechan
que el Edén se construye, paso a paso. Ellos no creen
ni en corazones jóvenes que cantan y huelen a semen.
Pero yo te abro la puerta, Nostalgia.
Entra y cuéntame sobre todo lo que amaste:
Comienza con Bob Dylan, Janis Joplin,
John Lennon, Marcuse metido entre tus libros,
y mucho Zen y Dharma, y ese vagabundeo
y ese comunalismo, ya que dondequiera
te metes y duermes
y amas, Nostalgia.

Yo simplemente puedo recordarte
y abrazarte como ayer y darte el adiós
cuando lo pidas.
De prisa vienes y te vas.
Tú, sin libertad, te aburres.
Tú eres un ave eterna,
presurosa,
sin dueño.

07-03-2002 /
Carlos López Dzur; Bios

<>

Conversación en el Monte Ararat

Durante la llamada Peregrinación / o ritual de Hajj, celebración del Eid al-Adna, un matrimonio estadounidense se infiltró. Buscaba pleitos. No fue con corazón de aprendiz. Encarnaba la pasión islamofóbica. El marido es un suizo emputado porque los musulmanes se están quedando con Europa y él es nacionalista. «Eurocéntrico, etnocentrista, o como quiera que lo definan». Tan nacionalista y eurocéntrico, alguno dudará que lo sea porque se casó con Dorothy. Esta es la activista, judía newyorkina, pro-sionista, cuya familia está pudrida en dólares. Se casó viejola, pero con varios doctorados. El suizo vive de ella. La sodomiza porque por ahí es que les gusta.

Ella es una humanista con colmillos. Tiene una cátedra universitaria y maneja redes de grupos feministas, coaliciones culturales de las más diversas índoles, gentes que cantan muy claro el proyecto: «Ni en Norteamérica ni en Europa queremos los nuevos califatos, burqas ni turbantes». Está contra la influencia de los mahometanos. Contra la mutilación genital de las mujeres. Contra la poligamia. Contra el maltrato de las féminas. Contra la pedofilia. Contra el Islam y todo lo que huela a orientalismo. Contra la persecución de los Gays, Lesbians y Queer people. Es un estuche de monerías.

En este día sagrado en que tres millones de moros en el mundo, tres millones como mínimo, peregrinan a La Meca y con el Eid-ul-Adha rememoran las comunes raíces abrahámicas de las tres principales religiones del mundo, en esta reunión de árabes que, al menos, una vez en sus vidas, se citan en La Meca y distribuyen alimentos entre los desafortunados, este dúo se metió para sembrar cizaña. Y no se dio cuenta el muchacho con quien se estuvo metiendo

Una pareja temeraria, recauda-pleitos. Una furiosa urraca, quien no entiende los símbolos, ni los judeocristianos ni los que ofreciera Mahoma, cuando se codificara: Que Ibrahim sacrificaría, con voluntad tenaz, a su hijo Ismael al llamado de Allah, que así lo pide. Es la misma obediencia de Abraham en el Monte Moriah. El, otro patán, adorador de mitos vikingos, ex-neo-Nazi. Facho peludo, con el tolete que a la gringa bisexual le gusta por el ano. Son dos tal-para-cual.

«La gente en Norteamérica vacila, se espanta ante el hecho de que su Dios puede que les pida un hijo para su gloria. A sus ejércitos, a sus huestes pentagonales, a la Patria, estas familias entregan sus hijos sin chistar. Que los maten, o instruyan para obedecer y matar, sí, pero que a cambio obtengan medallas, préstamos, privilegios, beneficios de veteranos, cash y una bandera. A Dios no le sacrifican nada que sea de la dignidad misma de la vida. No saben, digo yo, lo que signfican las ofrendas de holocausto espiritual», WOW musitó Dorothy y se han topado como un musulmán fervoroso. Es quien se expresa de ese modo. Lo vieron que besana la tierra de La Meca y, según se inclinaba en rodillas para cumplir con el beso, la pareja observadora se tentaba con el deseo de darle una patada por el culo. Y fue Dorothy la que se surtió de mañas para hacerlo. Tiene el corazón muy ponzoñoso e hipócrita. Fingió que sacudía su zapato para alzar el talón y golpear las nalgas del árabe que rezaba. Distraído por la patada, él la descubrió a sus espaldas, haciéndose la desentendida, pero, sin mirarlo a la cara. Lo hizo con el rabillo siniestro de sus ojos.

«¡Ay, qué apenada me siento! ¿Le azoté la costilla, es eso?» El árabe piensa: «No se haga la pendeja. Dio un talonazo en mi culo». Mas dominó los ímpetus, como si un ángel fuese su anîs / amigo íntimo / y ante una mujer quisiera ser luminoso como el Azhar y cumplir un decreto de Ashraf, muy honorable.

«Por andar distraída fue, por no pensar ni fijarme, por el dolorcillo que me produjo un pedruzco, metido en mi zapato... ¡Ay, qué apenada me siento!»

El hizo una reverencia. Era un joven, educado en Inglaterra. Arabe rico, auténticamente religioso. A la mujer le dio, finalmente, el margen de la duda. Mas siguió con la sospecha que había insinceridad en el corazón de quien utilizara su talón para golpear fuertemente su culo. Y, testigo mudo de este incidente que pasó inadvertido, estuvo el cómplice que ella presentó como su esposo. Un suizo enorme, barbado, con ojos azules que parecían de cobalto. Un fulanazo ceñudo, rollizo de piel rojiza, ante el cual el joven se vio mucho más flaco, endeble, que lo que realmente era. Habría preferido que él dijera algunas frases como atenuantes o cortesías, como son: «¿Qué hiciste, mujer? ¡Ten más cuidado! ¡fíjate donde pisas! ¿Por qué te quitaste el zapato y estás a pie pelado!» Mas el silencio fue provocador, odioso...

Se puso en pie. Y Dorothy vio que el árabe era joven y espigado. Tenía un rostro amable y lampiño de muchacho. Le preguntó su nombre y lo convidó, porque somos turistas norteamericanos, a que pasaran a una cafetería cercana, El Monte Ararat, que se llena de contínuo de puros turistas extranjeros, ingleses y canadienses, sobre todo. «Descansemos un poco. El sol me ha sofocado», dijo la mujer. Se abanicaba los senos.

En el camino hacia la cafetería, donde Dorothy había dejado un grupo de amigas de sus redes de activismo social y altruísmo, fue que él dijo: «Mi nombre es Afîl Ahmad». A su llegada, Dorothy hizo señales a sus amigas para que enciendan grabadoras y hagan discretas fotos. Es curioso. Este incidente no estaba planeado en grupo. Mas la mente de Dorothy fue avieza. Improvisó las bonituras, casi sin palabras. Sentó al árabe delante de su esposo y ordenarom el café y los panecillos. «Lo haré hablar, eh!» Es un aviso en clave a sus compinches del gremio feminoide. Y espera que ésta sea una divertida bonitura (así llama a sus provocacionas )y que las gringas de su camada vean por qué es bueno el turismo intercultural y su didáctica. Aquí, pensó para sus adentros, «oigan cómo doy cátedra a estos árabes asquerosos».

«Supongo que el nombre que me dijo no tiene traducción al inglés, que percibo que lo habla usted perfectamente. Como un británico».

«Mi nombre es compuesto y tiene traducción. Afîl significa Casto, no necesariamente 'modesto'. Ahmad significa adorador fervoroso».

«Interesante, interesante».

El suizo no quiso decir su nombre. De sus labios apuró, con ironía, que el suyo implicaría nobleza. «Nobleza blanca». Y, ante lo dicho, Alfl aprovechó para explicar que Alâ significa exactamente eso, nobleza y que a él le habría gustado llamarse Alâ`al.dîn. Sí; como el Aladino de la Lámpara maravillosa. «Aladdino significa la nobleza de la fe». Ah, chi jí chi já. «¡Qué interesante!», reitera Dorothy, quien desconocía esos hechos porque jamás leyó el Corán y sólo sabe estadísticas que recogen los 'pundits' de la politología. Tanques de pensamiento. «Por algo, para aprender un poquito más, hago estos viajes». Turismo cultural.

Ni modo que digan que son provocadores profesionales. Acusadores han surgido en New York que se lo espetan. Donde quiera que haya una reyerta, un incendio, un corre-corre, a ese par se les puede ver después de su discreta grabación en vídeo. A esta parejita de cómplices le encanta suministrar imágenes confirmadoras de la pésima seguridad que es el turismo en Medio Oriente. Vaya usted a saber, pero, odian a Jordania, a los paquistaníes, casi siempre es gente de piel oscura. Su herramienta principal de trabajo es el descrédito y Dorothy, al utilizar sus credenciales de PhD en truhanerías, pasa la información que recauda, con hartas fotos y grabaciones ilícitas al Centro Internacional de Investigación Sobre Mujeres, organismo que calcula que, actualmente, hay 51 millones de niñas desposadas que viven en países musulmanes.

Hecho es éste que Dorothy dice que le da tristeza, precisamente porque son niñas hasta prepúberes y a veces casadas con adultos, o viejos cascarrabias que las golpean. Dice que el 29% de esas criaturitas, ya casadas, están en Egipto y sus esposos las maltratan. «Un 26% sufren un abuso similar en Jordania».

«No me sorprende, en realidad. Lo interesante es descubrir qué exactamente se ha medido con la estadística y, sucesivamente, cuál es el uso que se le dará... El maltrato infantil, en casi todo el mundo, es similar», comenzó a decir el jovenzuelo. Ese carilampiño que va camino al doctorado en Sociología, aunque no ha cumplido aún los 25 años, apuntó lo siguiente: «Usted lo debe saber mejor que yo. Más de 3 millones de casos de maltrato infantil se informan cada año en los Estados Unidos. Las estadísticas que conocí son del 2007. Unos 5.8 millones de niños estaban involucrados en 3.2 millones de reportes de maltrato infantil en los EE.UU. ese año. En los países de Oriente Medio, se desposa a una niña. Esto sucede y la costumbre perdura. Se desposa a una niña, sin el consentimiento de ella, pero no significa que la niña se la han ofrecido a cualquiera. Se concede a quien pueda cuidarla y tenga medios suficientes para darle una vida de seguridad, protección y alimento... Yo estoy casado de ese modo. Estoy casado desde la edad de 18 años y mi esposa tenía sólo diez cuando mi boda se realizó. No. No se me dijo que vaya y la ultraje cuando sólo tuvo diez. Que me surta con ella mi Luna de Miel. Mi esposa es aún vírgen y tiene 16 años en la actualidad. Cuando yo termine mi doctorado en Londres, iré a su cama. Será mi mujer entonces. Desde que ella tuvo diez, come y duerme en la casa de mis padres. Se víste, se educa, se divierte con la herencia que mis padres han separado para mí. Como usted verá, yo soy parte de esa estadística de las 51 millones de niñas casadas. Lo que le puedo asegurar es que yo no soy un golpeador ni un pedófilo. No soy parte de esa cifra del 26 por ciento que usted mencionara... Me pregunto, ¿en qué país la situación para una niña o un varoncito es peor?»

«Cuando estudiaba el caso de los EE.UU., supe que casi cinco niños americanos mueren diariamente como resultado del maltrato. Tres en cada cuatro de esos niños son menores de la edad de 4 años... Y me pregunto: por qué son tan acusadores los estadounidenses, tan inclinados a mirar la paja en el ojo ajeno y no la biga en el suyo, si ellos mismos calculan que entre el 60 al 85% de las muertes debidas al maltrato no son siquiera anotadas como tales en los certificados de defunción. Ocultan el crimen con hipocresía, mientras apuntan con el dedo al Medio Oriente... Un país, donde existe el informe de que se comete un maltrato a una niña o un niño cada diez segundos, no tiene facultad moral para decir que el árabe es el más criminal y su Profeta Mahoma es el culpable, porque a la muerte de su anciana esposa Khadijah se inventó la pedofilia y atrajo a su lecho a once esposas y otras muchas concubinas... Okay, hablamos de fechas tan antiguas como 619 dJC... En la familia estadounidense, hay mucho ultraje sexual y pedofilia. El 68% de los niños maltratados y agredidos sexualmente lo fue por miembros de su familia y ésto cualquiera sea el nivel socioeconómico y la religión; sea pobre o rico, educado o cuasi-analfabeto, sea negro o sea blanco, caucásico, con ojos azules o mediterráneos... ¿Habrá país que tenga que separar de su presupuesto de gastos $104 billones de dólares como costo anual resultante de su crisis de maltrato y negligencia infantil, los trastornos sicológicos que sufren cuando ya son adultos, el ciclo de repetición de esa violencia, la propensión a las drogas y antidepresivos en que caen, por haber sido agredidos durante su niñez y educados con sentimientos de culpa y vergüenza?... Dígame: ¿cuántos niños tiene su país en cárceles, o en pandillas, o matándose entre ellos en las calles? O tratados como adultos porque no hay misericordia para ellos».

«Usted sabe, desde que mi esposa menstruó en mi casa, siendo niña, tiene el anhelo de que yo esté con ella, me lo ha pedido; yo le escribo con devoción y ternura; pero, espiritualmente, yo sé que no tengo el derecho todavía a poseerla, o serle el macho... porque yo creo en el ritual de Eid al-Adna. Es lo que celebramos hoy, ¿lo entiende?»

«Cuando Mahoma dijo que Allah pidió a Ibrihim el sacrifio de su hijo, así como a Abraham se le pidió a Isaak, en holocausto, Allah aún me pide la ofrenda. Esa ofrenda es espiritual, En mi caso es que yo respete al hijo de la alegría y le ofrezca su tiempo y lo crezca en la posteridad para Allah. El hijo que yo doy a Allah es ella, mi niña-esposa, educándola en santidad hasta que tengamos sexo. Por de pronto, mi ofrenda es mi castidad. Ese es mi Ismael interior. En consecuencia, yo me amarro el deseo, me contengo para que aún el mismo amor de mi carne, sea delicia espiritual. Es Allah quien pide a la doncella, a la vírgen para Su Delicia... ¿Dirá usted que el árabe es perverso, o más pedófilo que el varón de su país? ¿Ha pensado cuidadosamente en tal cosa? Las familias educadas en mi país acceden a que sus hijas se casen bien; las ayudan a elegir un esposo».

En Norteamérica, en promedio, hay niñas entrando a la prostitución entre las edades de 13 y 14. A veces lo hacen voluntariamente, a veces por necesidad ocasionada por la adicción a drogas. Ha leído sobre tales casos: más de 13,000 adolescentes, entregándose al sexo por drogas o dinero y es triste. Son niñas o niños en séptimo, octavo, noveno grado, quiemes no completarán los cursos de un diploma de secundaria... Son más de 650,000 niños / niñas / intercambiando sexo por dinero, en país que habla sobre la excelencia de los valores morales occidentales, mientras publicita exageradamente la depravación de la cultura islámica y la lujuria sarracena...

Dorothy tiene la cara tiesa. Tal parece que una ametralladora le ha perforado el cuerpo de pies a cabeza. No callará a Afîl, el Casto... y pensar que urdió esta encerrona en Monte Arafat's para descabezarlo y coméselo en escabeche. Creyó que estaría en ventaja sobre el muchachuelo. «Usted ni siquiera ha estado en los EE.UU.», se reprocha. Y, por identificar a un sujeto que sea chivo expiatorio, encuentra a la etnia afroamericana. «En Norteamérica, amigo musulmán, hay dos grupos, propulsores de ese tipo de violencia y lujuria: el de los negros mandingos y el de los machos hispanos». Latin lover stereotype.

El estudiante clarifica que, cuando los niños experimentan abandono y violencia en su infancia, ausencia de figuras de autoridad y sufren menosprecio intrafamiliar, ses cuando están más propensos a riesgos, independientemente de cual sea su raza o cultura. Esos niños son 59% más proclives a sufrir arrestos en la adolescencia, 28% más propensos al arresto al adultecer y, probablemente, 30% más tentados a la onducta delictiva y comisión de crímenes violentos. «Sí. He estudiado casos de hombres negros, con una historia de maltrato infantil. Entre ellos, hay mayor inclinación a intimar con prostitutas que el mismo hispano y el hombre blanco».

Dorothy acusó a los afroamericanos de ser chulos de putas por excelencia. Dios las cría y ellas se juntan. Cuando se estudia a las prostitutas, el mismo patrón se observa. Más cómoda defendiendo a las mujeres de la misoginia, Dorothy arguye: El 57% de las prostitutas ha sufrido violencia en la niñez. El promedio, en sus vidas, ha sido tres victimarios diferentes, desgraciando sus emociones. El 49% de las prostitutas, utilizadas para elaborar estudios concretos de epidemiología, admiten que la violencia machista contra ellas se inició cuando ellas eran niñas. «Eso me da la razón. Esto ya habla sobre la relatividad de su queja contra el varón del mundo árabe que desposa a niñas. Claro, no todo el que toma por esposa a una niñita en el mundo árabe es para darse el lujo de ser el golpeador o quien la induzca a placeres pedófilos, aprovechándose de la delicadeza y belleza de sus cuerpos femeninos. Cuando una niña se reconoce casada, sabe que estará más protegida. Tiene la autoridad protectiva de sus padres, su nueva familia con el esposo, se siente más segura ante los extraños... Afirma un sentido de pertenencia y comunidad... En Londres fue donde descubrí que el mundo occidental y, especialmente, Norteamérica es más perverso y la niñez está menos protegida y más ansiosa».

«Tenía usted que ser árabe. Lo dice porque le gustaría que se despenalizara la prostitución y la pedofilia».

«¿Quién dijo? No, Por supuesto que no».

«Entonces, no es un buen musulmán. Se supone que siga el ejemplo de Mahoma, quien se casó con una niña de seis años, ¿no es cierto? ¿Y no dijo que se casó usted con una de diez cuando tenía usted 18 años de edad?»

«Pero le dije... un compromiso matrimonial no es correr a encimarse sobre el cuerpecillo delicado de una niña. Es un compromiso con protección a quien será tu amada. Es separar anticipadamente tu pareja... ¿Crees que Mahoma, quien hablaba con los ángeles, sería tan cruel de desflorar a una niña de seis años? Eso lo hace el varón impío de hoy. cuyos valores de comportamiento no son espirituales, sino basados en la masculinalidad hostil y el dominio sexual y sicológico con resentimiento a la mujer... El árabe piensa que la mujer es linda y que desde pequeña es hermosa. Se debe separar desde niña y cuidar. Te casas con ella para que sepan otros hombres que la honra de esa niña está asociada al que es su marido y nadie debe tocarla o faltarle el respeto, sin atenerse a consecuencias muy graves. No se le educa para que pase de mano en mano, como en Norteamérica que cambias de esposa, por divorcio, y ye casas 4, 6 o más veces».

En Occidente, cuando hay pobreza, la misma familia empuja a las niñitas a la prostitución. Hace apenas diez años leyó, hoy son muchos más los casos, que en Colombia habría más de 35,000 niñas practicando la prostitución... «En su país, señora Dorothy, el reclutamiento de niñas para la prostitución comienza a la edad de 12 años... No creo que haya un país que haga más inversión y malgasto de dinero en la pornografía infantil que el suyo. No creo que haya país que disfrace la prostitición tanto como su país: escort services, massage parlors, clubes de playboys, negocios de phone sex, strips clubs, etc. y, finalmente, no creo que haya mayor cantidad de turistas sexuales interesados en las dizque delicias de la pedofilia, el exotismo erótico, las bailarinas nudistas, que los que brinda Norteamérica con sus voyeurs, viejos rabos verdes y gente sexualmente obsesiva y de masculinidad hostil... pero ustedes están hablando sobre mutilaciones genitales y novias en la Tierra de Hamas, novias núbiles de siete años... y yo les digo, puede que sea cierto o puede que sea falso que, cada año, tres millones de niñas musulmanas son objeto de mutilación genital. Que sea cierto me parece horrendo; pero, voy a decir cuál es la peor mutilación que en los EE.UU. y en Occidente se practica, la mutilación sicológica. La negligencia y el maltrato infantil. La prostitución temprana, utilizándola como materia prima para crear capitales».

«Occidente prostituye a sus mujeres. Tal vez no les hiere el clítoris, pero las orilla al menosprecio del varón. Por eso hay tantas lesbianas entre sus pueblos y ciudades y abundan divorciadas y adúlteras para quienes el sexo es una venganza, una aventura, suplicio de orgasmos fingidos, competencia de sexualidad enfermiza, todo menos placer y amor... Yo conozco a gente que jamás ha leído el Corán, mas desfiguran las enseñanzas. Malinterpretan sus símbolos. Los judíos me comentan sobre una cautiva, Reihana, la judía a quien Mahoma amaba; pero no pueden decir más. No leen el Corán; pero, sí leen que el profeta tenía aún, a los 53 años, la resistencia sexual de treinta hombres. Hablar de Mahoma es su chiste. Su ideal semita de masculinidad... Los enemigos del Islam, cristianos neoevangélicos, me han comentado el caso de Aisha, esposa favorita de Mahoma. Hija de Abu Bakr, el mejor amigo del Profeta y su más fiel seguidor, ¿y qué con Aisha? Que el profeta, cuando ella cumplió seis años, se la pidió a Abu Bakr en matrimonio... En Norteamérica en particular y en Occidente en general, en situación similar, lo que el viejo rabo verde haría es que violar la niña con engaño y, si se descubriera el secreto, cuánto la chantajea para que no diga nada, vendrá la tragedia. Se matará al ultrajador y a la niña por dejarse tocar, a ella que no tiene culpa».

«Con el tiempo, la niña se enmalece, pierde su dulzura. Será la que venda sus fotos en la internet para ganar dinero. O haga porno movies. Se dedicará a la prostitución, una vez pasa por trastornos post-traumáticos... Mahoma sabía sobre cómo seducir, no lastimar, sabía esperar y adorar un cuerpo, así como Gandhi. Eran tántricos... Aunque ahora hay putas de gusto declarado, sin pudor. Vedettes de la cama, gente que pone precio al orgasmo y es exhibicionista, que va a los show de TV a jactarse de sus lujurias... Cuando Mahoma se casó con Aisha, él dejó que la niña sea niña, que crezca y ella llevó sus juguetes, incluyendo sus muñecas, a su nueva tienda... Así recuerdo yo a mi esposa. Una niña de diez años... y, como Mahoma, confieso que he fantaseado con su hermosura y el día en que pueda quererla, no ya como a una hermana, seré dichoso y conoceré la satisfacción bendita de mi sensualidad».

Al Mudo Suizo, dechado de Nobleza, al fin, le dio con abrir la boca. Comenzó a reirse idiotamente hasta que dijo: «¿Entonces, es usted virgen?» Las carcajadas incomodaban a otros clientes de la cafetería. «Lo soy y no me es vergüenza», dijo el estudiante. El suizo apuntó que, tras no creer tal afirmación, si de veras es masculino, árabe digno de llamarse tal, «o miente, o tiene quien le dé sexo, sea varón o hembra». Para él, no se puede sobrevivir sin sexo y el estudiante casto lo escuchó, viéndolo cada vez más impertinente. Lo clasificó como homosexual latente.

«Usted, perdone, pero no habla como un árabe, sino como un mariconazo».

«Se equivoca y me ofende».

Ahora sí le pidió a los dos una disculpa. Entiende que fue alevosamente que Dorothy le dio una patada por el culo. Su marido se quedó inmutable, con una sonrisilla misteriosa. Quien llama a los islámicos invasores, a Afîl Ahmad lo devalúa con la variedad polisémica de epítetos en torno a la mariconería. Dorothy calla.

«He sido respetuoso. Le he dado mi tiempo. Le he tratado como amigos. Quiero que me pidan una disculpa por las ofensas que les escucho... sino de aquí no salen vivos».

«¿Es una amenaza?»

«Lo que usted quiera que sea».

«¡Este árabe nos amenaza de muerte!», gritó la mujer. Echó a sonar la alarma, diciendo que son americanos. Turistas americanos. Vio cuando el jovenzuelo se levantó como rayo y se puso en guardia.

«Que sea de pie la disculpa. La espero».

All, otros comensales, los menos prepararon las cámaras de vídeo. La mayoría buscó dentro de sus bultos sus llaves, o dinero, «a pagar pronto y a correr». Sucedió en cuestión de segundos. Advino esta atmósfera mala: Aquí arderá Troya.

Se cansaba de esperar. No había disculpa.

El joven Casto no está armado. Y aquella voz de «nos amenaza de muerte» se extiende como tormentoso aire. La iracundia. La gerencia avisó a la policía. No hizo caso omiso al primer grito de auxilio: «¡Se nos amenaza de muerte!» Por su parte, Afîl Ahmad ha gritado en árabe, levantando sus manos al imaginario Cielo: «Será Allah Quien me hará justicia». Fue lo que quiso decir, aunque usó las palabras equivocadas porque el Suizo dudaba de su hombría.

El Suizo observó que Afî bajó desordenadamente sus manos y las introdujo bajo su túnica de algodón o thawb. Buscaba, en realidad, la billetera para pagar e irse, porque probó de la taza de café servido y comió el khobz' sin levadura. Fue y pagó. Se regresó a la mesa. El ofensor ya tenía en el bolsillo una pistola que sacó de un bolso de turista, donde tenía hasta su cámara fotográfica. Lo observa cómo alza las manos otra vez. Se ajusta el 'ghutra' en su cabeza. Mas el ofensor piensa que busca un arma escondida bajo el pañuelo. No le dio tiempo a despedirse ni bajar las manos, haya sido inocente lo que estuvo haciendo. Le pegó un tiro a quemarropa, coreando con Dorothy: «Un terrorista nos amenaza de muerte».

Derrumbado al pie de la mesa, está el cadáver del temido terrorista.

09-02-2009 /
Carlos López Dzur; Bios / Blog personal

<><><>


Macondo

Alicia Fontecilla (Chile )
Cien Años de Soledad y sus mujeres


«No malgastes pólvora en gallinazos»….Las palabras de Gabriel García Márquez cruzan años de distancias y de libros acumulados en mi memoria, iluminan un instante de mi presente, volviendo a recrear la magia de ese libro maravilloso, escrito con maestría inigualable desde el principio hasta el final: Cien Años de Soledad.

Los personajes femeninos adquieren vida propia, Úrsula Iguarán, en un repentino rapto de lucidez, sacudiéndose los trapos de colores que cubren su senilidad, tratando de recuperar los rosales cubiertos de polvo, el tiempo que se ha tragado irremediablemente la alegría del caserón. Fernanda Del Carpio, con su fría y seca dureza, tapiando las ventanas para aislarse del exterior, de la luz, de la vida. Amaranta destilando su amargura, estirada y altiva en su soltería autoimpuesta, el corazón llevando una venda eterna, al igual que su maltratada mano. Petra Cotes, afilada y sensual, gata montuna con un corazón de vocación perdularia, amando sin tregua, con la fidelidad impávida de las mujeres a sangre y fuego. Meme, desobediente y recalcitrante en su amor sin esperanzas, perdida la visión y la cordura en una nube de mariposas amarillas. Rebeca Buendía, escaldada por la soledad y aislada del mundo, convertida en una anciana de cráneo pelado, reclamando a Dios por el fantasma del gigante de otros tiempos que llega a su puerta marcado con una cruz de ceniza.

De todas, me quedo con la alegría estrepitosa de Pilar Ternera, puta vivaz y desenfadada que de joven espantaba las palomas con su risa estruendosa, y en su vejez, gorda y solidaria, ayuda a los amantes extraviados a encontrar la ruta directa hacia el lecho gozoso, con la sabiduría de los que viven con el convencimiento de que no hay mayor felicidad que la de una mano ansiosa recorriendo la piel ardiente.

04.12.2009 /
Alicia Fontecilla

<><><>

Alejandro Drewes (Argentina)
De otro mundo posible

De vegades la pau no és mes que por: Raimon

1.

De otro mundo
habla el poema
de otro mundo que una vez
fue posible

de lo que perdimos

habla para siempre
de las viejas gastadas banderas
de los negros vientos

de la sempiterna
paz armada, de los gordos
funcionarios de la ONU
y de Cartas obsoletas
del llanto por la tierra

quemada de Persia
y de las hordas saqueadoras
con terror a veces habla el poema

sin desclasificar.

Colaboradores

<>

Sobre esta tierra

I

Pero este lugar fue uno
y sagrado. Y creíamos
en aquello que salva

De otro tiempo, del fuego
en la carne
los mártires
nos hablaban

II

Nos quedan algunas palabras
la heredad que azota
el dios de los vientos
los campos quemados

el desierto infinito
aún por delante
el dolor de los otros:

una mujer o su sombra curvada
detrás de un chador

Una historia de balas y bombas
y gemidos: quien tenga oídos
escuche ahora su bárbaro canto

escuche, escuche!

Alejandro Drewes

<><><>


Federico García Lorca (1898-1936)

Alfredo Collado Villanueva (PR)
LO/R\QUITA POR VÍA DE ALLEN *


Las cinco de la tarde
Ya es totalmente de noche.
Y porque es día de semana nadie muere
bajo los cipreses que no existen

en la ciudad de ladrillos
y cartón, con cemento barato,
que se cuartea por la menor lluvia.
Bienvenido, poeta, a Manhattan.

Sacaré tu culo abaleado
de paseo, para recuerdes
las barras de loquitas maquilladas,
pero con corbatas de lacitos.

Los bares ilegales en Harlem
donde te codeaste con negros estupendos,
y los tristes paseos por los parques
llenos de putos y policías.

Las tiendas trágicas, donde maricones
ancianos hacían la quincalla
mientras lloraban el pasado perdido,
la visión de dos poetas malditos

que marcaron indeleblemente
con el carimbo de sus muertes.
Que cambiaron la ruta del poema
hacia el abismo necesario.

22.11.09 / avc

* Allen Ginsberg

Alfredo Collado Villanueva / EnColaboradores

<><><>

Arturo Cardona Mattei (PR)
La vida de un atleta


Fuerte, bravo, despotricado
Con ánimo de devorar todo a su lado
Veloz en su carrera iba empeñado
Siempre queriendo ser el primero
Para ganar medallas de barro

Cuerpo atlético, color bronceado
Pies ligeros de largos trancos
En su mente un sólo pensamiento
Que lo movía como relámpago
Derrotar al otro, al que estuviera a su lado

Sudor profuso, corazón agitado
Máquina hecha para saltar obstáculos
Así fue creciendo, así fue aclamado
De medallas llenó su pecho
De medallas quedó crucificado

Aquel atleta murió muy temprano
Su ego se elevó al cielo
Su espíritu quedó encarcelado
Por sus hazañas fue idolatrado
En el yugo de la fama quedó aplastado

Fama, medallas y dinero
De mujeres gloriosas siempre acompañado
Pero la vida le jugó un mal rato
Hoy sólo tiene una humilde sala
Y un viejo caucho donde se ve recostado

Atleta indulgente de promiscuos encantos
De piel bronceada, de cabellos largos
En tu alcoba te espera la soledad
La que te escucha sin mover sus labios
Es tu compañera en tus últimos años

Atleta prominente que brilló en el espacio
Tu Sol se apagó negándote sus rayos
Tampoco hay Luna en tus noches de espanto
Tus pies ligeros hoy se ven descalzos
Tu fama es negrura que no te da descanso

La fama, la risa, el oro, todo se ha confabulado
Haciendo de tu vida un doloroso holocausto
Galáctico tu empeño, terrenal tu fracaso
¡Mira! tu gloria se fue al camposanto

5 de diciembre de 2009 / Caguas, Puerto Rico

[Así son los ídolos aclamados por
una muchedumbre que orbita en
la más abyecta ignorancia].

Arturo Cardona Mattei

<><><>

Pedro Du Bois (Brasil)
O Som Revisto


A porta presa
em pedra
aguarda a força
do vento.

A mão revisita o tampo da mesa
e a cabeceira reduz o espaço
entre o passado
e o aparente
esforço: fechar a porta
na passagem
do corpo.

O som revisto da pedra
enquanto retirada.

(Pedro Du Bois, A Infinitude dos Sons)

<><><>

Liliana Varela (Argentina)
Buscar lo propio


Debajo del techo no había nada: Jorge Luis Estrella

Cabizbajo buscó a tientas la llave de luz; debía asegurarse, ver por sí mismo su entorno.

Trastabilló una o dos veces, lo que demostraba que su dominio existía, que aún conservaba lo que le era propio.

Las yemas de sus dedos oprimieron el botón y todo resplandeció.

La habitación entera mostró ante él, sus pertenencias, sus muebles, su feudo.

La mueca de su sonrisa se transformó en rictus amargo al cabo de unos segundos…¡todo había desaparecido! Sólo quedaba él bajo ese gran techo que parecía reírse de su suerte.

¡Qué equivocado había estado!... sin ella nada valía, incluso él era la sombra de un cuerpo que ya no estaba –ni jamás volvería a estar.

2009 /
Liliana Varela / Biografía

<><><>



José Andrés Rivas (Argentina)
A propósito de ‘Lunfardo en el Tango y la Poética Popular’, libro de Eduardo Pérsico


No abundan los intelectuales que nos hablen con el conocimiento de Eduardo Pérsico sobre el Tango, el Lunfardo y otros perfiles de nuestra manifiesta identidad.

Al comienzo habrán sido dos hombres en una calle del suburbio, o la necesidad de pasar un secreto de modo que ningún otro pueda entenderlo. Una frase oída y luego cambiada o modificar un nombre porque la palabra usada no servía o alcanzaba. Los orígenes pueden haber sido muchos y que las expresiones después se confundieran y formaran ese lenguaje marginal no en los libros pero sí en las palabras cotidiana Con el paso del tiempo los eruditos las aceptarían y serían corrientes en el comercio lingüístico de nuestra tierra, si al fin el lenguaje está en la calle y no sólo en los diccionarios y enciclopedias.

Aquí el autor define al Lunfardo como «un código entre dos sin que se entere un tercero», y esta definición sugiere un juego de dobles significados, el de escabullir y mostrar otra moneda para que alguien se lleve la equivocada. Y de esto sabe mucho el autor, ya que su largo ejercicio en el cuento y la novela se basa en decir lo que no digo, falsificar y confundir al lector; para llevarlo por otro camino y también darle testimonio de una vida y un tiempo del que no podemos escabullirnos. En última instancia, de ser nosotros mismos, porque más allá de los disensos y los apremios, el Lunfardo es todo eso: pasión por las máscaras, devoción por las palabras heredadas para luego traficarlas o deformarlas, ejercicio de transgresión basada en una profunda exaltación del individuo, su derecho a decir que no y poner mala cara. Y si a esto se agrega la frecuentación personal y de los textos de Jorge Luis Borges, -a quien Pérsico le dedicó un cuento ambiguo y delicioso, Laberinto de Gardel y el Inglesito- bien se explicaría porqué escribió este ensayo al que agrega un glosario con más de mil vocablos de la lunfardía.

Las demás razones tienen que ver con su fascinación por el tango y tanto que al final de su prólogo remeda el chanchán de nuestra música ciudadana. La experiencia es muy simple: basta con pedirle a cualquiera que haga la onomatopeya musical del dos por cuatro y repetirá el mismo chanchán como final. Signo valioso en una época en la que al tango lo deforma la gente que viene de otra música, o que quiere modernizar a Mozart o a Bach, hacerla fácil como diría algún entusiasta olvidando que entre otras virtudes, los tangueros ya tomaron la precaución de que su música fuera inmortal. Y cualquiera que se acercó alguna vez al lunfardo sabe muy bien que esa música, el tango, y ese lenguaje fueron siempre juntos como una pareja que mueve airosamente las «tabas» al mismo tiempo.

Eduardo Pérsico recuerda una anécdota de Nicolás Olivari, que también se le atribuye a Roberto Arlt: a los dos se les adjudica que por haber crecido en un suburbio fabril no tuvieron tiempo de aprender el lunfardo. La respuesta es sutil, ingeniosa y no exenta de justificaciones. Y aclara además que el lunfardo no es apenas una forma de decir y de nombrar la realidad para que sólo los iniciados la reconozcan, o sólo un lenguaje marginal secreto y grosero unido a lugares y conductas de mala fama, sino también una forma de vida. A esto se debe su permanencia en el tiempo y su empecinamiento en convivir con la vida cotidiana de los argentinos. En este terreno son y somos muchos los iniciados que antaño provenían del malevaje, del mundo marginal, de la vida rea y prostibularia que se resistía a ser absorbida, porque hoy el lunfardo está en todos nosotros como la sangre y los huesos. Y hasta en esa forma de amar, tener y sentir que poseemos todos sin saber de donde nos viene y se apodera de nosotros.

La razón puede ser también el absurdo de querer hacer un país y una ciudad que se parezca y no se parezca a ese país de la imaginación, sobre una pampa sin límites ni orillas visibles. Este afán de exiliados y nostálgicos de otras tierras que quisieron que ésta fuera la suya, y de su esfuerzo por recordar una patria que habían perdido y que al paso del tiempo ya no era la misma. Y hasta con cierta rebeldía a ser devorados por los hombres que todavía se dicen mejores y más cultos...

Calle, suburbio, marginalidad son algunos de estos rostros. La tentación de un lenguaje secreto de hacer que el tercero no entienda porque el asunto es entre nosotros dos y el deseo de ser quienes somos en la forma de nombrar las cosas de todos los días. De todo ello está hecho el lenguaje que Pérsico recoge en este estudio casi informal y nada presuntuoso, pero seriamente ilustrativo. Las palabras de su minucioso Ensayo nos acercan a un intelectual en la materia, consciente que ese perfil arrabalero es inherente a los habitantes de este país y no sería fructuoso ni soportable desechar semejante valor cultural.

Un valioso libro que se une a la nutrida obra literaria de Eduardo Pérsico en poesía y narrativa, y para apreciar mejor a este excelente escritor argentino.

[El doctor José Andrés Rivas, (UBA), es Académico Correspondiente de la Academia Argentina de Letras. (2009).]
ArgenPress

<><><>



Carlos Adalberto Fernández (Argentina)
Tierna historia navideña


—¡Ma, Pa! No se muevan de aquí, que yo voy a terminar la sorpresa y los llamo. -Y sin dar tiempo a sus padres para preguntas o retos, Rosa se fue corriendo rumbo al gallinero.

—Nunca vimos a la nena tan comprometida en las fiestas navideñas, viejo. Es la primera navidad que la vemos involucrada en el tema. Qué lindo ¿No, viejo? A los 18 años le entró la religiosidad.

— Ojalá que no termine devota de todos los santos de estampitas, como vos, Eulalia. Pero qué querés que te diga, me da mala espina. Todavía tengo presentes sus palabras, todos los años, para estas fechas; «Estupideces. Fábulas».

— Es una edad de grandes cambios, Reinaldo. El mes pasado ¿te acordás? Nos asustamos con el ataque depresivo, todo el día llorando, sin hablar con nadie, sin comer; se encerraba en el gallinero, de día y de noche. ¿Te acordás de la vez que casi tirás la puerta? Y ella te paró con el rastrillo. Ese día llegamos a un punto sin retorno. Suerte que aceptó que la atendiera el médico de cabezas y ahí cambíó.

— Me pidió que le contara la historia del niñito Dios, de la virgen María, del milagro de la concepción... “¿Vos crees en eso, Pa? ¿Quién fue, el Espíritu Santo? ¿Y José, se la aguantó?” Y así me tuvo, todo el mes pasado, no hace mucho.

— Bueno. Ya veremos. Esta sorpresa que nos prepara, algo debe tener que ver. Entrando y saliendo del gallinero, a las escondidas, trayendo cosas. Decí que el médico dijo que no interviniéramos, que la nena ya iba a expresarse acerca de sus conflictos, que si no, vos ya hubieras destruido el gallinero. También vos, con tu rigidez no le permitís mostrarte su mundo, decidir por sí sola…

— ¡Pa! ¡Ma! ¡Vengan!

Bueno, paremos, Eulalia. Vamos a ver qué hizo.

— Viejo…

— Sí. Te prometo que sea lo que sea, no la voy a contradecir ni desautorizar. Después lo consultamos con el cabezólogo.

§

Eulalia y Reinaldo ingresan al gallinero, un sucio lodazal por el que se desplazaban erráticamente varias gallinas y algún gallo. Siguieron hasta la zona techada, con filas de estantes de diversa altura, nidos, bebederos, etc. Al fondo, iluminado por varias lámparas, un rincón, en una de cuyas paredes figuraba un cartel “PESEBRE”. Diversas figuras de cartón delineaban a los Reyes Magos, José, María. Y encima de una cama de tamaño normal, un niñitodios tradicional. Pasto y estrellas –de cartón con papelitos brillantes- intentaba completar la escena bíblica. Por el suelo, en distintos lugares, varios animales de distinto tamaño y material (perros, corderos, mula, camellos, osos, un rinoceronte) completaba el entorno.

Transcurrido un tiempo de estupor, Eulalia balbucea:

— ¿Hiciste... un… pesebre?¿Y para qué otro, si en el comedor tenemos uno, el que hacemos todos los años y ya està gastado y gris que da lástima, pero es nuestro pesebre?

— Porque no es un pesebre conmemorativo, Ma. Es un pesebre real, donde se va a repetir el milagro bíblico, Pa. –a Rosa le brillaban los ojos, la emoción le hacía temblar la voz. A Reinaldo le hizo temblar la voz una emoción parecida a la furia, contenida por su promesa («Otra vez me toma de boludo, ésta. Y la madre se va a tragar el verso, porque diga lo que diga la Rosa, va a ser verso»).

— Se va a repetir el milagro, en esa cama. –Se puso irònico, única conducta posible, que al menos alejaba la explosión acostumbrada. Porque esa cama, con sábanas, almohada, diversas mantas, almohadones, significaba algo que desde ya no le gustaba.

— El misterio de la Inmaculada Concepción, Pa, Ma, es para nosotras, las mujeres, la liberación de la maldición del sexo como origen de los mayores pecados de la humanidad. María, una mujer cualquiera, engendró un hijo sin tener relación con hombre alguno. Era pura y siguió pura.

— Hija, estás hablando como si fueras obispo, y sabemos que te cuesta leer el cartel de Prohibido Escupir.

¿Qué es lo que te pasa, hijita? –la voz de la madre daba claras señales de que iba a creer todo lo que su hija dijera, muy especialmente si se ha dado intervención a la Virgen.

— Estudié, padre. Necesité explicarme lo que me pasó y lo que me está pasando, Y fundamentalmente, necesito explicarlo a Uds.

— ¿Dale, qué es? –las venas en la sien del padre sobresalían, en un flujo torrencial de sangre.

— Pa, Ma. Nunca he tenido relación con un hombre. Permanezco pura. Te lo juro por el Niñito –dijo señalando al bebé descolorido-. Pero, tal vez por un milagro, por un misterio insondable del Cielo, estoy embarazada.

Un silencio mortal pobló el gallinero. Hasta las gallinas callaron. Luego los hechos se sucedieron vertiginosamente: La madre, madre al fin, se abalanzó sobre su hija, la abrazó, la estrujó, llorando a océanos. Virgen o no virgen, le estaba por dar un nieto. El padre agarró una pala y entró a golpear en todos los rincones, debajo de todos los muebles (especialmente la cama), gritando “¡Salí de una vez, desgraciado! ¡Usaste a esta virgen tanto que ya pasaste la garantía de los mil kilómetros! ¡Ya antes de conocerte tenía un record más largo que el viaje de Magallanes! ¡Salí, Espíritu Santo! ¡Salí!” Rosa gritaba que su virginidad había sido reconquistada con arrepentimiento y oraciones, como María Magdalena, que hacía como… un montón que no tenía relaciones, que el ser que estaba en su vientre –que si era varón lo llamaría Jesús y si mujer Inmaculada- había sido concebido sin pecado, y que seguramente había un designio divino y que se iban a casar porque el Beto la quería y creía en la inmaculada Concepción y en su fidelidad de ella. –Cuando dijo esto, reptando por entre los muebles volcados asomó el Beto, algo magullado, gritando «¡Me caso, prometo que me caso!».

Reinaldo se sentó sobre un estante, al lado de la bataraza, y así permaneció varios minutos.

— No voy a discutir esto. Para mí está terminado. Se casan y listo. Eso sí: recomiendo que no comenten el milagro porque no lo va a creer nadie –Uds. saben del escepticismo de la gente, a vos, Rosa, te van a aplaudir las prostitutas del bajo, a vos Beto te van a dibujar con cuernos como colmillos de elefante, y a vos, Eulalia, bueno, con que te den el nieto qué te importa. –Rosa y Beto se estrechan tiernamente. Reinaldo los mira y prosigue- Eso sí, de acá hasta que llegue nieto, a esta mujer no le tocás un pelo, porque aunque a la gente le ocultemos la verdad, en esta casa vamos a tener una virgen.

© Carlos Adalberto Fernández /
Blog

<><><>

REVISTAS AMIGAS: Con el nombre Ortiz Feliciano, la bloguera es una varias plataformas creativas o proyectos o «retos digitales» como Roberto Ortiz lo llama. Otro es su Taller de Derechos Civiles & Humanos, que es «un foro de libre expresión y defensa de los derechos humanos», que tiene entre sus premisas: «Todos los seres humanos son libres e iguales en dignidad; toda persona tiene todos los derechos y libertades, sin distinción de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, o cualquier otra condición; todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad. Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre. Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles. Todo ser humano tiene derecho al reconocimiento de su personalidad jurídica. Todos somos iguales ante la ley y con derecho a igual protección de la ley e igual protección contra toda discriminación. Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado. Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal imparcial. Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, y a todas las garantías necesarias para su defensa. Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la propiedad, libertad de pensamiento y de religión, de expresión; incluye investigar y recibir informaciones y poder difundirlas, sin limitación por cualquier medio de expresión», entre otras.

Su bloguera, la primera de las menciondas, bellamente ilustrada, trata desde su particular punto de vistas, temas paralelos: Entre ellos: abuso policíaco y cómo se lucha contra él; nos brinda episodios de historia puertorriqueña, desde la Rebelión de Lares en 1868 a la Masacre de Ponce y patrones represivos del FBI en Puerto Rico. Algunos interesantes artículos discuten perspectivas sicológicas y sociopolíticas del colonialismo y la identidad culturale en Puerto Rico, e.g., Crisis o tragedia... ser o no ser del pueblo puertorriqueño y Crisis, esquizofrenia, realidad y derechos humanos.

Confieso que es uno de las bitácoras más interesantes por el material de sus artículos, lo que trata con brillante profundidad y que, si bien se concentra el Puerto Rico, comparte información internacional relativa a las guerras en el Mediano Oriente y los aspectos controversiales del derecho internacional en la Guerra de Gaza.

Ortiz Feliciano, de 56 años, residente en Puerto Rico, se define como un librepensador y, además es un inspirado poeta..

<><><>

Sequoyah 35 / 36 / 37 / 38 / 39 / 40 / 41 / 42 / Edición Especial: Día del Poeta Virtual / 47 / 48 / Colaboradores


No comments:

Post a Comment