Monday, July 13, 2009

Antología / Cartas / Fanny Jaretón / Alas para volar



Oleo de Isabel Guerra


[FANNY G. JARETON:
Lugar de Residencia: Córdoba. Argentina. Nació el 8 de mayo de 1960. Perteneciente a los grupos de mi ciudad El Caldero de los Cuenteros, La trova del Laurel, el Andén de los Juglares; obras publicadas en diferentes antologías, Sensibilidades III y IV; De puño y Letra, antología poética editorial Brujas (2002); V Antología el Andén de Los Juglares (2004); Taller del Escriba, auspiciado por agencia Córdoba Cultura 2005; participante activa en diferentes mesas de la Feria del Libro, 2002, 2003, 2004, 2005 y 2007. Exposiciones varias en diferentes sitios de Internet.

Su poesía ha sido colaborada en diversas revistas virtuales, grupos internacionales y sus propias blogosferas poéticas. Entre las mismas están: Palabras Salvajes, Mis Poetas Contemporáneos, Muestrario de Palabras, Sequoyah, Remolinos, Más Allá de las Palabras, etc.

«Escribo empuñando el corazón, escribo para no morir».

Biblliografía:

Gustavo Tisoco, Entre_vista, Entre-Líneas con Fanny Jaretón.

Carlos López Dzur, Fanny G. Jaretón: una visión poética de su erotismo, en Sequoyah: Ver

Carlos López Dzur, El humanismo erótico de Fanny Jaretón, en Sequoyah, Ver ]


Fanny Jaretón

A modo de biografía

Con esta mano que nació para la acción, quiebro todos los viejos conceptos.
Me arrodillo en la humildad del silabeo hasta balbucear la primera palabra.
¿Dónde está Adán, Eva, la flores del huerto? ¿Dónde los ríos riando?
¿Dónde el trono, las espadas, los querubes? ¿Dónde estoy yo?

¿Quién soy? ¿A dónde voy?

Si no me reconozco en esta contemplación tan profunda, tan introspectiva de mis reservas aparentes.

Hube de Ser y vino, radiante conmensurada, sublime; primera hecha Verbo, y hubimos de estar sordos para que no pudiéramos entender en la Babel de piedra que quiso alcanzar al cielo; hubimos que aguantar las tempestades diluviando las miserias del hombre, tuvo que arder la zarza y descalzos porque era cosa sagrada, recibir del Todo a la palabra, y entonces “nos hicimos” pueblo.

La palabra que se aterraplena en mi garganta partiendo en el grito la catástrofe que a veces y a voces me provoca el latido del silencio. La palabra que a juicio y testamento quiere dejar lacrado el paso, la cadena, y al instinto que hurga, que zigzaguea que se te mete por la sangre y en la tierra fecunda para despertar su propio vuelo hecho de semilla.

La palabra torpe que martilla a fuerza de yunque y fragua los dolores que no pueden pasar sin amos, porque somos los dueños y esclavos de nuestros propios destinos. La palabra susurrada que se abre en el regazo de la madre, a nosotros que fuimos niños y que a veces nos perdemos en un miedo tan fantasmal que necesitamos del vocablo pero también de su abrigo. La palabra con que fui nombrada en el dictado de Fanny Gabriela Jareton, nacida en Córdoba- Argentina; con las espuelas que lleva el gaucho para apretarlas sobre el vientre de la noche y que la muerte no me llegue hasta que escriba mi última palabra.

Nieta de inmigrantes: polaco-rumano-español-indio, con las hormonas donde el lenguaje se trenza en hilos cárdenos de seda, para que el ajuste sea perfecto; donde la pasión, la danza, la pintura, el canto, la escritura, muestran que son sólo manifestaciones de que no soy yo la que habla, que es el alma que quiere y puja con las herramientas que el cuerpo presta para declararse viva...

No puedo decir mucho de mí, las palabras hablan por mi boca, me recuerdan que anduvieron escritas en algunas antologías, que se hicieron con el paso infante poesía itinerante y activa, mostrándose coquetas en la ciudad donde vivo y en algunas otras.

Pero vamos a darle rienda suelta a la papeleta burocrática, que se vaya lejos, no hay mejor manera de hablar de mí, que con mis decires poéticos.

Fanny G. Jareton

*

Medicina trascendental

El saber donde el sabor
de tu sepa –cepa-
bajo la mirilla de la mirada
que no tengo.
Invidente me aproximo:
unos...dos...(paso)
titubeo
antes del buen arrojo
al abismo de bipolaridad
donde las manos asesinas
me interrumpen o me escriben
cuando el litium falta.
Aún así la fitoterapia es un buen remedio,
mastico cuatro hojas –cardinales-
del trébol de la buena suerte.
Gotean mis dientes el verde de la palabra
Amor, donde me salva; a-fuega
alcoholizada y en el éter...
desvanecida (desaparezco).
Sin error ni armisticio.
La maga.

27 Mar 2005

*

Desperdicios

Encerrada en un baño de un metro cincuenta por un metro cincuenta me abandono a esta suerte pequeña, para pensar amurallada –amor- hallada– ¡cómo nos caga el mundo! Sentido práctico de los lapsus, cuando haciendo fuerzas hasta reventar esfínter, nada pasa.

¿De qué más debo desprenderme?

Tiburón intestinal donde Jonás no se come el pescado, ni el cuento, ni el verso, ni la parábola que todo lo sugiere en el arqueo de dedos encontrados para hacer sonar Tutututúuu la trompeta de lo que llamamos, Men-ti-ri-tas.

¿A ver cuántas mentiras tenemos guardadas?
No soy como Jonás que busca guarecerse.
De nada tengo que esconderme... ni de nadie.

Estoy sola y libre. Alfil, quebrando la línea del tablero, hasta el final de este juego donde le brindo esbelta un donaire saludo y jaque mate al rey. Náufrago al anzuelo desgarrando la boca de cloaca, sucia, puerca, libidinosa por meterse y urgir en los huecos donde no la han llamado, mujer.

... Silencio en la noche ya todo está en calma...Y el bandoneón que no duerme, estira el fuelle de la garganta, donde no da más para gritos, sugerencias, ni susurros, ni nada. Hacer silencio, hacernos del silencio, asirnos al silencio como una madre que intenta salvarnos entre las bombas de Hiroshima. Nagashaky recuerda: Aun se vislumbra el humo de tanta palabrería macerada en bastarda y donde nor-manda letra que valga.

¿Lo vislumbran?

Ojos invidentes de la sinrazón cabalgan por el empedrado de las horas sin herraduras para perdernos en el dolor con la que nos entierra la suerte del tiempo. Municiones de terquedad; plof-plof, y abandono.

¡Qué cagada! El desfiladero de todo lo que a uno le sobra y no queremos soltar.
Desperdicios nucleares de nuestras propias bombas de pensamiento.

Agazapada entre la niebla, mutante, escapo por los talones fantasmas para que no dejen, ni huella, ni pie; por aquí no ha pasado nadie, no ha pasado nada. No me busquen fuera ni dentro de mí. Me fugo por el bendito vórtice donde Dios me espera con los brazos extendidos y en esa generosidad incondicional, inclina intermitente su cabeza induciéndome a la elección que yo quiera regalarme; a su izquierda o a su derecha; ladrón o ángel; ¡vaya escuela de enseñanza del Amor!, donde se cuecen habas, judías y hortera en el caldero existencial de esta pobre diabla, defeca-tólica apostólica y romántica.

31 Mar 2005

*

¿Quién eres?

Toda aproximación a ser yo fue real mientras la ilusión me duró en los patios donde me jugué a ser niña. Mis ojos columpiaron este gris del otoño. Los dorados se fueron con el exilio de las golondrinas. ¿Quién pudo ser yo en este intento vago por descargar la voz en la tinta añil de algún sueño? El almendro ya no recogerá su flora, es la fauna, salvaje animal del instinto humano que me ha acorralado en esta mazmorra de cemento. Que venga el domador que quiere domesticarme, este que me ha puesto puñal incrustándome la carne de mi ánimo con bozales de alambradas de púas, que venga a mirar como ésta niña que sólo ha crecido en estatura y cambió los zapatos de tacones por las viejas guillerminas, que venga a recoger estos pedazos de cuadrillé de mi falda de colegio donde vamos las nenas buenas, que guarde esta tela de ropa interior con los gérmenes de sangre donde he sido violada.

Soñar… no cuesta nada me dijeron. Y entonces yo, que crecí rica en experiencias de desbordes dolorosos y pobre, tan pobre en afectos y propiedades –lo he perdido todo- entonces quise lograrme desde ese lugar donde los Sueños me hicieran grande. Pulsé la pluma azul y el pergamino ocre y le pedía a Dios –fuente de toda inspiración- que me enviara a quien pudiera salvarme y fue la Palabra que se ajustó a mi oficio y jugué y me he recreado en ella, he llorado de emociones intensas, las claras y de las otras; hasta que llegó el vocablo Término y en su sentido propio llevarme hasta el final de mi felicidad que a cuentas se ha poblado de “cuentos”.

Höldering, Höldering, me dices que la poesía es un juego peligroso donde se han expuesto el sufrimiento de Baudelaire, el suicidio de Nerval, el crudo silencio de Rimbaud, la huidiza representación de Lautréamont y yo aquí y ahora rompiéndome en este llanto que pareciera inquebrantable donde el Verbo que fue mi piedad en noches del insomnio.

La Palabra que tengo encarnada en las canaletas internas por donde me recorre el alma, casi de memoria, aquí caída sobre mis pies de árbol, doblada sobre la desazón de esta ingenuidad que no me ha dejado más que creer en lo bienhechor de esta especie dotada de razón, rendida sobre mi propia voz y mi canto, avasallada en la mitad de mí, de mí de mí y yo de la otra, todas estas voces mimetizadas en un coro de palabras que guardan rostros que para mi son y serán anónimos, gestas que tal vez marranas… yo que quise hacer de mi pecho un jardín de poemas para no morir podrida en el fango de la demencia.

Pero, no, no, no… bocas negras me exilian por el tragasombra de la existencia. Antes de parir una etnia de descorazonados prefiero entregarme al cero oscuro. La Nada avanza sobre mí como los alazanes de la séptima caballería con jinetes sin cabezas donde he perdido mi herradura de las siete suertes. Decapito mis falanges –una a una– con la navaja a medio filo, con la boca abierta para no apretar al dolor, que punce hasta donde tenga que ahuyentar al último sonido. Entrego mi escritura, me sepulto en vida, vaya saber en pos de qué humano argumento. Arde Juana y tú quién eres.

*

Del recorrido por los saltos al árbol de la tentación

El se recuesta oblicuo sobre el ramal del manzano donde sus hojas a medio brazo luchan por su espacio, casi perenne, si no tuviéramos conciencia de las estaciones y en ellas del tiempo. Él, superponiendo agilidad mental a intuición femenina, acepta el cabreo de tomar pezuña y polvo donde el rodeo espera a la palabra que sangrienta viene por nosotros, él empujó de una bofetada a la «soledad más negra en invierno» y me llevó a trasluz.

Buceando en las alcantarillas los miedos que galopan a puñal de espuela en el vientre de la noche, me enseña de las sombras para que el faro sea el mirador de las cansadas sirenas que regresan y regresan y regresan por los poetas mal heridos por alcohol y testamento de fantasmas.

Acéptame así, quebrada, como me presento. No busco oportunidades estelares. Necesito del testigo obsecuente, de un cómplice o traicionero; el vaivén de las hora se hace ingobernable y no quiero hablar de tiranía ni de polis. Quiero ser del paisaje donde el no ser cohabita en la cópula de cualquier salvaje, así, desnuda de intimidades llegarme hasta las puertas del silencio y sin tocar que se abran al más omnisciente.

Miro mis pies que se habían puesto grandes donde la niña no quiere crecer, pero miro mis pies y las medias donde abrigan la parte más importante del cuerpo, porque hay que caminar porque si no caminas se te echan sobre o dentro y entonces corcovas como una potra indomable, hay que caminar, girar, danzar dejar arrastrarse por la palabra, mecerlas y tener mucho cuidado porque el que habla dice y el que dice ¿cómo era el dicho de comadres y compadritos? ¿Cuántas vecinas en el pueblo en tanta soledad, solsticio que otoñal alberga la mitad de la ventana?

La otra la tienes ocupada con la carbonilla donde te me dibujas y otra vez la sombra, el frío, el muñón del arte que se ha quedado sin guante de desafío porque hoy ha perdido la batalla antes de… empezar, como si detenerse fuera una acción que dependiera de nosotros, pero me detengo.

Me recuesto mientras tus manos me secuestran, abren las piernas, se posan sobre el vientre, lánguidas primero, estetoscopio del milagro donde late en miniatura el misterio, un misterio que se hará grande cuando me dices, respira y a pluma, exhala-contráete-llora, ingéniate o tranquilízate; mis piernas están abiertas, abiertas pero quietas –cómo voy a caminarte y las recorres como volviéndote por el Origen y me gritas ahora: suelta, tose, dame la fuerza, egocentrísate, hacéte dios, hacéte nada, suelta, puja a la santa o a la puta palabra que nos parió, porque en el proceso también se valen las cabriolas, cuando has transpirado nacimiento, cuando has palpado a la muerte bajo la enagua, cuando sabes y sientes de sus partes de prohibición, cuando recorres cada vocal apretando los dientes hasta que sangre la encía o morada se ajuste a tanto dolor, se han escapado las consonantes y sin consola el réquiem es a un tempo, vacuo y soporífico; tómate de mis manos frías, acaricia para intuir a la memoria, sabe quién fue Cibeles y quien la trajo, mírame con lo oculto de tu ojo, asísteme y cólmame de tus Ausencias, ¿no ves que necesito imperiosamente encontrarme?

Se mi madre o mi nodriza pero enséñame, que aquí adentro hace mucho frío y me he quedado sin madera de tanto golpe y vacuidad.

(9/6/05)

*

PROSA POETICA

Presentación



Y uno les ruega a las palabras que despintan a mis dedos de las emociones antepasadas, timbrar el ideario que no viene antecedido de la razón, que es un violador del espacio indecible, que si digo manzana en realidad imagino tu boca llena de deseo pegándome el mordisco donde nos lleve al exilio.

Irme de aquí de las horas costumbristas, de las vulgaridades que tensan la cuerda donde nadie salvará «En la hora señalada» que el bueno venza sobre el malo para que le película no me traiga pesadillas.

Y así son los finales... de palabra, he de dejarte sin quejas ni sollozos, de los que alteran el orden o alarman a dedillo: «aquí no pasa nada».

Desapareceré, cerrando los ojos para no temer al abismo donde la vocal “a” inspirada de la mano de la hache hará en el eco la voltereta mortal de este abecedario que me persigue en diferentes idiomas para que me entiendas en la confianza donde no se me comprende.

De todas maneras, no escribo para ser comprendida, sé de antemano que nunca lo he sidO. Lo hago por la diversión de ganarle a la suerte de sensación sobre lo que pudo ser la manga de la túnica de Sófocles o Platón gritándole y pinchando en la nada, con el dedo índice la dictadura del Ser o no Ser.

Evanescencia de mí, carcajada de lo perentorio, ritmo natural de esta escritura; abierta al extremo de ingle, toso y esfuerzo la dilatación donde parirte Poema, desde este dolor tan natural donde madre me haces, donde hija me tienes, donde muerte me sepultas para nacerme tantas veces...

«Y uno le ruega a las palabras» con el pañuelo estrujando las lágrimas de la impotencia: que se aquieten, que sean señal para que no tenga que estar suicidándome en cada esquina donde borrador hace de mí la impertinente señora de lo abandonado.

Práctica por estos tiempos relegada: espontaneidad hasta llegar al desconsuelo donde me siento perdida.

Y una vez más de vos, de mí, de los otros, de los que callan para dolerme y de los que hablan para callarme o a la vuelta de la pirueta payasa pareciera ser lo mismo, siempre el mismo gagas, maquillaje blanco dibujando la sonrisa para que los niños no descubran que hace tiempo este cadáver ha muerto... de esperanzas.

Suelto toda red de vocablos cuando no encuentro tu mano para sostenerme. Me voy por la ladera del grito. Caigo lentamente en desesperado silencio.

Para que me escuches como te gusta, desde la imaginación donde me haces princesita o pesadilla.

Ya no me importa nada. Llevo la cabeza tapada con una bolsa de residuos negra, vestida en este carnaval de lo tirano.

Incomunicada y presumida, desfilo por las calles como la captora del desprecio humano cuando he perdido la carroza y el príncipe fue un sapo que después del beso se transformó en sapo, me croa siempre de lo mismo, verde se pone por no cambiar la forma, de noche explota cuando no tiene bichos, pero es que siempre los tiene, se los inventa a punta de lengua y traga uno a uno en vez de escupir las cosas que molestan.

Como estas últimas letras que adictas de mis dedos no quieren terminar de desprenderse, agito una mano y la otra, una vez y otra vez. Golpeo palma contra palma. Doy trompadas a la pared, reviento mi cabeza contra la muralla de vida, que todo lo que por inspiración se escriba se expire por esta boca del dolor.
Acallar, a-callar, ¡acallar! Lo que jamás se debió decir.

En el sinónimo de cobardía asecho la mano derecha con la cuchilla del rencor, pego el tajo, uno sólo: preciso y con valiente determinación.

Y en esta actitud animal me quedo con la mirada en trance como único gesto de satisfacción en la evidencia de mi propia revuelta.

Donde no tendré más palabras para ti para que de una vez por todas me entiendas.

***

Espacio

Desde un interior que nunca se llena cuando el vacío de pensar en vos prevalece a la distancia y el tiempo y me voy por el abismo de la tristeza, No ser absorbente, no ser absorbente, no ser absorbente, me repito, pero, ¿cómo me cuestiona la otra voz, cuando se es impregnada por toda la esencia del Hombre en su naturaleza legítima: sabio, que culto, seductor, dilecto y querible, asediado cuando busca desapego, quebrarse en la desolación cuando el becerro bala sin sentido –de estar perdido– y reconocernos en el ahíto de la alarma, me desangra ese titubeo del puñal en el aire, aire que me falta sin voz cuando me quedo sin vos.

Estas urgencias que me detienen en la bisectriz del pensamiento, te busco, te intuyo, te sueño.... te corporizas a los pies de mi cama donde me observas sin destaparme cuando vengo desnuda hacia donde estés.

¿Dónde estas? Polvo de mi desierto, coágulo donde mi sangre me embotella en lo secreto de lo cerebral, giro en una idea mediática, vos donde vos y yo donde vos, ser absorbida por la sed donde me enmudeces, no tengo nada que decir, todo se da sobre entendido, la flaqueza de esta debilidad incontenible quiebra mis rodillas y ante vos se engordan mis ganas, me inflamo y en la llaga del dolor quiero lamerte.

Succión por succión, no hablo del talión, digo, donde quiero decir, tomo de toda tu entrega, de los laberintos por donde te has metido perdiéndote para la comprensión y desde allí me alumbras, candelero de mis generaciones, eslabón donde quiero sostenerme, me invitas a las cuevas de Qumrán, y en el retorno yo te digo Hishá, soy venida o volcada del Hesh y en ese fuego quiero la retroalimentación con vos, de vos, en vos, alquimizarnos con la mirada ventrílocua, donde el Silencio nos hace a lo más sagrado, sólo mirarte, atravesar la penumbra, invidente, tacto en el ensamble donde a ahorcajadas me trepo por tu astucia.

Vos sabes... te presiento. Me lates donde me atajo con la contracción, igual te segmentas en mis fragmentos donde me quiebras en la recta de números imaginarios, jadeo apurada el tiempo del ein-sof, contigo no hay final... Principiante te observo como la niña que fascinada quiere aprenderte, enséñame de vos, como Hacerte. Intuyo en tus manos el arte de la alfarería déjame limpiarte la boca sucia donde se asesinan las palabras de tu buena furia, me gusta... me gustas en tu implosión.
Adormecer mi lengua dentro de tu vocablo, aletargarme entre tus piernas que nunca dejan de caminar por no detenerse en mí.

Ven, te prometo una noche de diluvio donde guarecer todas tus lágrimas, me aquieto a tu lado y en la contemplación... Dios me sonríe por tus ojos y me llenas de satisfacción al igual, de la que logra el asesino cuando mata.

Elimíname de mí, acábame... lícuame en tu sangre, respírame por la boca. Recuérdame el hálito divino donde fuimos creados, incúbame con tu ternura, no te alejes de mí, sueña conmigo, apesadíllame y despiértame, no dejes causas sin efectos, de todas maneras el vacío está lleno de espacios... los tuyos, me completas en la visión holonómica, siento, te siento carne donde mi alma decrece para hacerme animal, y a la vez alada transformación que me devuelve al cielo por el revés de tus ojos.
Las aguas de este río que gotea sobre tu frente marcarán el pecado de cohabitarte hermano. Menstrúo derramada sobre el plural de tu rostro, panaim, y entre luz y sombra develo la santa verdad.

A veces te veo de brazos extendidos para recibirme y me pregunto presurosa si esa es la señal hacia el final de mi viaje.

Respiro incrustada en tu pecho, me agito hecha mujer y niña y te implanto mi pulmón para que puedas oxigenarte de igual manera, quiero acunarte en mis brazos, sé mi hijo bebe de la miel de mis pechos, endúlzate de sensaciones, recuerda, presiente, tómame toda que mi cuerpo tiene el don de la profecía.

Miro la hora que no se sucede cuando pienso en vos todo el tiempo. Regrésame a mí, ladronzuelo, intrígame con el suspenso de tus puntos. Ajústame a tus raíces donde el tronco queda bien plantado, permíteme tu labio, lo beso hasta estrangularlo porque necesito de la sangre joven para mi propia causa, ganarte esta guerra, cuerpo a cuerpo y ensombrecida por el cansancio hacerte mi rehén, obligarte al pedido de rescate, arreméteme dos besos, uno en cada ojo, no me dejes mirarte, siento que podría en este minuto si permites que me siga escapando por tu punto de fuga hacer de nosotros que nos trague el horizonte y que ya nadie sepa nada más de ti.
Te quiero mío, hasta desvanecer, en la sensación de Ser Uno.

Tue, 22 Feb 2005

PD: Carlos... perdóname este texto espontáneo, pero te digo no sé qué me pasa contigo. No puedo más de extrañarte... Y en la brecha de una amistad que se sucede... eterna, quiero.

***

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No es un verbo sino un vértigo. No indica acción. No quiere decir ir al encuentro de alguien sino yacer porque alguien no viene...: Alejandra Pizarnik


He pasado estos días girando las sombras de mis ojos para redondear angustias, círculo vicioso que hace más profundo este letargo. No puedo echarle la culpa a las drogas, al alcohol o al sexo, porque de esto no me nutro para evadirme, mi dolor es legítimo, unilateral y directo, semilla-brote-gajo de mi ajustada existencia; retomo un calendario que se hace cada vez mas cruel cuando yo que te creía de vuelta y todavía que no te has ido. Partir del verbo quebrada en dos, como la madera de los evangelios no reconocidos, levanto la piedra para encontrarte, pulso la dureza por donde me pesas, no existe una condición en esta cárcel que asume mi cuerpo contra las rejas de mi mente que te dibuja de todas maneras: con alas, con estrellas, con la galera de la maga que vive frustrada porque no puede aparecerte. Los dientes que hieren sobre el labio tu nombre porque no va escaparse nada que evidencie que te necesito. Porque tú lo sabes y, sin embargo, no vienes.

Obligo con esfuerzo sobrehumano al animal salvaje que habita en mí, a que aguante, a que no sea esa amenaza enfurecida que pugna por arrancarte de ese sigilo con el que me observas. Porque se que estas ahí, te huelo merodeando mis sitios de costumbres, mis huecos prolongados, mis miedos... Me preguntaste tantas veces por mis miedos.
¿Debería haberte advertido de tus pasos que supe desde siempre que no regresarían al ataúd del dolor?

Aquí en mí donde se guardan todos los abandonos, mira los tengo por fecha, nombre y número, así nada queda librado al azar. La verdad es la brújula imantada que siempre regresa al mismo sitio oscuro. Y entonces tú no podrías ser distinto, también te irías, aunque quité tus cordones para hacerte tropezar, y vos que me hablabas de vida, y yo que marcaba mi garganta con el cordel de la desesperación, ajustando al grito “no te vayas”, no me dejes sola conmigo, no me dejes sola, no me abandones en esta montaña de escombros que se fue acumulando después de tantas guerras de avidez y descarno...

Apretadas mis manos en un pecho hueco echo de cenizas, con mis piernas laxas envoltura de viento, con los ojos del alma cerrados o abiertos que no importa cómo si de todas formas están hipnóticamente dormidos y con la viudez del amor en mi primavera. Me acorralo en esta suerte de desasosiego y me amparo a la ley del más fuerte, de esta que no abandonará la postura de mi propio exilio por saber que eres tú el que no me devolverás a mí porque ya me sabías muerta antes de mi propia muerte.

Fri, 18 Mar 2005

***

Deseo

Vamos a tomarnos del existencialismo para hablar de la carne.
Carne viva, en la suerte de aquel hermano que hacía de mis cuerdas vocales un violín disfónico, titubeando hacia adentro para encubrir al incesto que me obligaba de tardes.

De noche, era diferente. El olor del alcohol me empujaba detrás de la puerta, acusaba al padrastro que venía llegando a los manotazos por tomarme, bombachita de algodón manchada por la rosácea que anunció aquella muerte donde las muñecas siempre fueron las testigos sin cabezas que los psicopedagogos no llegaron a vislumbrar que no había ojos para el testigo Si hay que hablar de sexo, lo delatemos desde la invalidez que secuestran las manos que petrificadas no sienten más que un temblor que a subterráneo intenta protegerse para desmoronarse, o no, de lo que se sabe obsecuente.

Puedo atravesarte, nena, dijo, el sol, saca los reflejos del flequillo que simula la vergüenza. A veces pareciera que mi cuerpo esta en silencio desde que nació; así como algo parecido a lo que llaman la muerte. Ventaja tengo en los gestos que parecen placer donde arrima el dolor de este recuerdo.

Tacto mañoso, donde me rasga, cree entibiarme y me entorpece, me revuelco en el suelo; dice que soy potranca hábil, nunca sabrá lo que es rasparse el asco en el cascarón del ladrillo que punza otros momentos de rojo molido.

Estoy desnuda y no voy a despertarte, ni lo intentes, escorpión. Tus heridas ya no me sudan sufrimiento, he tatuado la carne con la aguja de oro para ponerle un precio a la involuntaria gestión de auto agravio, siempre llego tarde hacia mí, otros, tantos otros se han limpiado las pasiones en los charcos donde los porcinos llaman paciones.

Muevo la corva para sacudir la furia, mi alma es terca aunque parezca dócil tras los pasos de Afrodita, engaña siempre, y no hay hombre fiel o lastimoso que haya creído el otro lado del espejo donde caperucita fue la torturada, cigarrillos al infrarrojo, contra el tronco que por verde no logró arder junto a los recuerdos de pesadillas.

Pero hablamos de pasión, de sangre, queremos ver el sexo latiéndonos la babosa elocuencia del ser apetecible; como lo ven puedo abrirme y cerrarme como el bostezo de la concha pareciendo de la sonrisa la más admirable perla donde el ostracismo atestigua su belleza natural, valor neto que le ponen los hombres, sin embargo nadie va a darse cuanta jamás de lo que sufre un alma centro de proyectil donde no voy a nacerme.

Porque se trata de eso, morir, morir apuñalada, morir por la espalda, por el frente, a contra luz de los sexos, de las garras, del Jaramillo, del apéndice que revienta calculándonos ermitañamente nuestros, cuando el plural es siempre un son en el singular de lo que somos, complejidades del simulacro donde el amor se viste de mil caras diferentes.

¿Probemos cómo nos habla la mitología? Venus adolescente se renueva en el mar y el anciano se renueva en sus besos. Tiempos de frutos maduros, enternecidos por un recuerdo que jamás podrá regresar, lo pasado es historia, y las liras son de los ángeles, y los ángeles dicen que no tiene ni espalda ni sexo, pero esta iniciación es porque encarnados nos perdemos y buscamos el gozo mientras bebemos del vino rojo en el estío de nuestra encierro y así embriagados de insatisfacciones canturreamos al amanecer perdidos en las ardientes arenas, esto nos llevará, ya saben, al férvido desierto y las odaliscas quiebran sus cinturas como cáñamos y en sus pechos de dátiles nos regulan la sed, Oh vuelve el amor, en esencias afrodisíacas. Espejismo.
Y luego el habitante del lugar que no existe, soliloquia para enamorar apuntando hacia la luna, mi luna, redonda, enigmática y profunda: aunque te ocultes bajo el temblor del cielo, te encontraré, con tus pechos de manzanas esmeraldas orillando el polen de mi sexo y en tu fruto debatir el rincón donde la noche arde el exorcismo de tus besos, aun permanentes en mí que me ligan a tu diablo.

Y luego viene un poco del misticismo, llamamos a la quintaesencia para sembrarme de almendras en todas las dimensiones.

Yo me pierdo en líquenes de palabras, cuando los cuerpos son como hechos de santidad pero ultrajados en otros abecedarios regresan siendo deshechos orgánicos, al fin.
Y entre juramentos de labios entrecortados, la promesa que como ciclón en la hemorragia de esta sangre que alborotada, quiere regarse como un río que no llegará jamás a su badén porque entre dos eternidades no hay promesas que puedan quedarse atrapadas; desconecto el pie de la corriente por donde todos caminan, voy mirando hacia atrás, para prevenirme del engaño. El enemigo acusa por todas partes. El sexo vestido de amor es el análisis del despliegue de un instante, perecedero, que cae cuando maduro –pútrido- ya no aguanta más y no se aguanta más.

Por eso en esta maratón donde el Ánymus inventa al astrolabio sudor libidinoso, en la entelequia del deseo para que culmine, se atropella por llegar mientras más, pronto al orgasmo... algo se agita en alguna parte de mí, se revela al animal salvaje. Guardo mis rostros entre las manos para soñar que sueño dentro del sueño. Quiero desconocerme, deshabitarme de la torpeza humana, alejarme del céfiro que prometió el intento de sentirme vivo, habitante androgenital donde reptan los amantes cuando me resbalo de todo ello; mas elijo ponerme de pie, mirarlos por última vez antes de cortarlos en un solo tajo. Acotar lo que me fue entregado como respiración y perderme para siempre en la sensualidad esquiva donde la palabra llegó a su hora venganza.
Abandonen las miradas de mí, sodomitas y gomorreos, sólo quiero seducir a la danza de la muerte y que me lleve lejos de este infierno, desvanecer de una vez por todas en el agujero del Tiempo.

Tue, 8 Mar 2005

***

A un hombre

He despertado, de un hombre de pie de barro planté mis raíces, humedecí las pesadillas en su ombligo para enterrarme en el principio cuando todo se sabe perdido, colgada y audaz trapecié al nudo para ajustarme a las arrítmicas emociones, bajos instintos golpeándome en la puerta de la feminidad.

La caída no fue el jaspe que nos deslizaba gramínea, sino herir la vulnerabilidad de mujer que a hurtadillas me robaste; y el pecado fue de nosotras –dicen-, ¡Muy original!

Ladrón de tiempos prolongados, una eternidad inalcanzable para desnudarme de cuántas Evas me inventaron; sabor sin piel en el mordisco del auténtico fruto; pasión; pasión desbordando el cántaro donde al lodazal. Y en la Palabra...
Golem improvisado frente a un horizonte predecible.

Estalla el Caos, única bomba en la razón para establecer el Orden.
Me ordeno, recuerdo vocalizar el Verbo en límites de las medidas claras. Caprichosamente sensual, con-jugo: Yo primera, yo segunda, yo tercera; siempre para nacernos en un nosotros considerado, de vosotros dependeréis el resto, ellos ya se fracturaron.

Has quedado en mí cuando te pierdes, qué rasguño gutural podría arrancarte de esta delicada fiera que engrosa sus cauces de la incontinencia latida.

Señalo esta herida, y la otra y su consecuente; tallas que a ramalaje marcó mi hombre en el árbol de vida. Si fuéramos a crearnos en un tono, que sea el rojo, para amarte a rincón ó nada del precipicio de la muerte.

Color-dardo donde me duelas. De la tierra el manto que reposa la desprolija ternura en el molde de la última vez como la primera. Así entenderás como los círculos nos llevan girando su vertireligiosidad donde volvernos Profetas, sabedores hasta el vacío donde la palabra enloquece.

Destrozados, para accedernos en recortados pedazos donde lo poco se hace más.
Guirnalda de plenitud, donde me festejas.

Así, ay, ay, ay como el canto del angelito en la cuna de lo que duerme para siempre; párpados pesados que no quieren pisar este suelo para ir por un jardín mejor.
Hijos del aire nos saludan.

Abro el balcón. Me contento con verte en la perspectiva que me dispara el calibre de la distancia que no mata pero lo intenta... Desafía el Buda a que desalojemos la casa frente al incendio y en la inclemencia de tu mirada nada es incierto, recurrente se caminan los pasos siempre hacia el mismo exilio, perdida de vos, me tomo del murmullo donde tu voz me señala "es por aquí" donde estás, estoy. Irreverente réplica de un espejo burlón que me regresa payasesca la imagen de quien repasa sus mismas miserias, pero aquellos ojos imperturbables, relleno con el níquel de tu estado bueno te resbala a pompas sin jabón todo lo que de mí muestro.

Y entonces onánica me acaricio y en cada pétalo del rosado de los senos, se entibia la emoción paseando el rocío hacia el tallo por donde me excitas, vida.

Ahora sí que ilumina el sol por el jardín de jazmines yertos, nada ni nadie es tan capaz de guardar el aroma animal con el que me despides cada vez que narcótica te inhalo para saber que tu nube gravita en la levedad de mi cielo donde se injertan los porqués de las lloviznas cuando inundada de vos pido a los gritos ahogarme en la señal del tacto.

Alianza cerrada que a roscas de besos marcan sobre mi piel el arco iris que aprieta dulcemente el calidoscopio sabor de este Misterio.

Si estoy aquí en tu hombre es porque fuiste Hecho de Mujer.

Thu, 17 Mar 2005 00:41:07

***

Carta


Querido mío: Digo mío cuando no hay espacio en mis cuerpos que no respiren tu nombre; soy otra de vos.

Hoy es Shabat, vengo para que me bendigas mientras cumplimos la mitzvá.

A los judíos se nos ha prohibido arrodillarnos, mas esta sierva tuya que solo aprendió a contar hasta seis, aún a cuenta de llamar al ángel bello, lo que no siempre es verdadero, no quiere que le agarre el jubileo para que la dejes libre de vos.

Hónrame con tus sabios preceptos, átame sobre el brazo de tu corazón, ponme como señal sobre tu frente, porque fuerte es como la muerte el amor.

Amarte así, en el abecedario sagrado, en el que el fue sin nombre y vino a través de ti para que yo pueda ser nombrada; ven, ven, ven, susúrrale a mi memoria quién soy y de que costilla Java tomó vida en vos.

Porque sentirte es respirar el primer latido de la existencia, pegar el balido donde el becerro viene a tu puñal por inmolación, sacrifícame entre tus piernas, apuñálame en mi zona surgente,hasta que brote mi sangre, que te tiña para marcarte como el castigado... Ven, ven, ven, regresa penitente de mí... Acuéstate una y mil veces sobre, dentro, en, contra, bajo y de costado. Recórreme los perfiles de mi sombra refriégame hasta que me des a luz.
Ay, si pudieras tocar este río en su desembocadura haría de la materia de tu tierra nuestro barro, revuélcame en vos, aprésame en tus manos y dame la forma que tu prefieras, ponme la gloria del laurel sobre el beso donde pico y victoria digan que llegamos a tierra firme para lanzarnos al vuelo más sutil que dibujen nuestros cuerpos engarzados a la luna para que llueva un cinturón cósmico de emociones.
Desnudemos al pecado, para vestirnos en la libertad de tenernos sueltos...
¡Ay, ay, ay! necesito tu cuerpo humano para que termines de divinizarme.
Ámame con las letras que le faltan al vocablo que yo te daré a conocer la acción del Silencio.
Siénteme. Me muevo en el espacio ajustada donde me contienes, apenas para que tu sangre no palpite acelerando los finales, con tigo el Alef descubre el portal dónde más allá fuimos principiados, eres mi tovabou cuando perdida no puedo ver detrás de la niebla donde te ocultas, y a veces pienso que no quieres lastimarme con tanta luz que irradias, que me vienes, despacito y por eso te trepas por mis piernas como rayos que se estiran al abrazo del dios Sol, cuántas deidades orbitándonos en un mundo que no tiene ni pie ni cabeza...

Si todo es tan sencillo, todo se limita a pronunciar tu nombre, tu sagrado nombre donde me creas y me recreas a cada instante.

Hoy no tiemblo hoy... acuosa me proyecto en la mikvé donde quiero que te bañes, sumérgete en mí, acaríciame leve, embísteme como un toro hasta espumarme, ahógate en mí, fúndete incorpórate en mi sangre, seamos de un mismo líquido, amniótico donde nacernos, puja yo respiro, expande donde yo contraigo. Implosionemos juntos para crear el mundo, el verdadero mundo que nos merecemos, un vos en mí, un yo en vos, para rotar nuestros ejes en la locura de inventarnos en el UNIverso que golpea y bambolea hasta despertar enternecida nuestra memoria a cuenta de todo lo que aún debemos pecarnos; desde el exilio de vos donde te escribo estas letras para que en la oralidad donde me pronuncias intentes regresarme. Fany

Fri, 4 Mar 2005

***

Podría...

Podría rezarte de pie o de rodillas, pero esta vez elijo hacerlo de costado, volcada sobre el ala izquierda para apretar al máximo las fibras desencajadas del corazón rebelde.

Así, arropada con la proximidad del calor que emana tu cuerpo, piel que blanca-cobre de soles donde corsarias manos te arrebataron al hombre para ser mi dios dorado, quietecita allí soportando mi espalda a tu pecho, nicotina agitada en apretados resuellos de la palabra suspirada, tabaco-chocolate en el áspid que las lenguas, se intercambian de lateral ternura en la desesperación por alcanzarnos, de tomarnos como un nudo marinero, ciego, firme, en azules cobaltos, me giras en esos vaivenes de caricias circulares, mi redondez en las ancas de la yegua sigue el acoso de tus manos (imploro la piedad, apretando mis ojos, mientras mis dedos ajustan el pellizco a tus tetillas y aferro a dientes comprimidos el abecedario con que empieza y termina tu nombre).

Y no quiero, te juro que no quiero… pero me obligas con tu encanto, que sabes, a abrir el ventanal de mi alma por estos ojos claros, por estos ojos que de miel se revolotean blancos en el hazmerreír que entre gozos y llantos me suelda la garganta por donde me has quebrado.

Y te siento, hombre mío, en estos pergaminos donde te he dejado marcado a flechas y cruces rojas, entre religiones nuevas donde el diablo-dios debe conocer el camino exacto por donde retenerme en el agitar despacio. Rásgame por el revés de tus uñas guitarreras, saca mi mejor sonido, arrincóname con eso acordes de languidez y armonía gitana, con esa música de fiesta bandida.

Quiero ser tuya desde la madera, la resina, las clavijas, quiero ser el eco de la caja de resonancia que gesticula loca, loca y aterida todo el canto, —el canto todo– desgarra mi cuerpo tan fuerte hasta que agotes mis voces calientes de nostalgias. Quiero que me toques hasta que hagas saltar mi última cuera, hasta que al final sólo puedas resucitarme en flauta, soplándome en la boca todo tu halito de vida, madera y chocolate, tabaco y rumba, blanco- esperanza.
Podría… Si tú quieres.

Tue, 8 Mar 2005

***

¿Me preguntas quién soy?

Respiro donde el aire se hace inagotable, rúja, dice, rúaj de este espíritu que me ha traído hacia vos desde la primera vez que la sincrónica manera de llamarnos hermanos como Abraham le provocó a Sarah cuando era todavía parte de Sarai, y supe que veníamos cambiando pie por sombras y te leí de la piel hacia dentro, te leí, percutiendo los tambores de mi vientre te llamé con mi voz sorda, con la tekía gdolá; busqué en tu golem la sabia verdad. He temblado en muchos de los rincones de tus letras, arrebujada en la sombra de lo que al fin quiere venir…


Abre tu boca de fuego, que se haga el milagro, repásame en el árbol de vida, que el kabalá se cumpla en los doce caminos donde voy a circundarte, que los panderos festejen con júbilo lo que siempre supimos, no hay religión donde religarnos, cuando es la membrana que te jadea en la sístole de todas las babeles y en todos los caminos romperemos del alfabeto la Lengua arcaica para que aprendas a deletrearme de nuevo. He explorado como una loca mesiánica esta Sed por Saber, y me hice del temascal del trueno, y he danzado con los sufíe. Fui jazanit con los trece hombres de los más severos, me han hecho parte del misterio.

He conocido del secreto de las flores, le pedí a las plantas que me entreguen del Adn verde su secreto, serpiente tono siete serpenteando en el Calendario Maya, tauro en mi tenaz costumbre de sensualizarme en la vida y en la Vida te vengo llamand. Arrima tu oído… el abuelo, mi zeide, parecida historias donde los pogroms ardieron nuestras casas y también he quedado huérfana con un solo zapato y el que he perdido, una de dos, o ha quedado junto a la montaña de los campos de exterminio como la mitad de mi familia o está en tu pie que me viene caminando el gastado dolor que sostiene al poeta o al ketub y no ha reparado en mis manos que te laban la cicatriz de una intemperie agostándonos la arteria del corazón agitado, siempre corriendo para llegar a ningún lugar.

Me preguntas quien soy… una humilde obnubilada que a espejo ha despertado al conejo y a Alicia en la maravilla de sentirme reflejada en todos los aspectos donde escribes como me inscribes, muchas veces siento, que desde siempre lo haces para mí.

Baruj a Shem el cruce de vértebras por donde vengo a recogerte, prepárate, regresamos de nuestro exilio al Paraíso y esta vez sin pecado, abrigados con las pieles de nuestro encantamiento, desnudo de trabas y desenfados.... Sensiblemente… Fany-Dafna.

24 Dec 2004

Beso andrógino

Despavorido el paisaje del entorno, se esconde entre las hojas que mece el viento por no ser testigo del bien y el mal. El paraíso y el infierno no es más de lo mismo, la serpiente que muerde su cola en ese instinto de cerrar el círculo, entonces fue ahí que a imagen y semejanza de tu redonda boca donde nos dibujo proyectando el Beso Sagrado, beso donde una boca se come a la otra ensimismadas por reconocer en sí su Ser andrógino.

Deja tu boca descubierta. Que la espuma corra sobre el silencio y el fuego inmaculado. Mi boca cubierta de lanza y cinta toca la tuya... Apenas te rozan los labios para que la cueva excéntrica deje ver el vertiginoso paso de la culebra lengua que a latigar de rojos te provoca...

Mojados están los labios, mojados de espuma y labio, mojados de aceite y silencio, mojada la sed de los pechos. Tanto viento sobre la soledad. Abanicar sobre el cuerpo, cierro y abro las piernas para despeinar tantas horas de dolor, imprimo en tu piel mi aliento caliente de sed...
Nuestro cuerpo es como un paisaje de hojas inmóviles, cuando se humedece con sudor amargo, es carne madura, carne del tiempo, carne sola, que la noche recibe.

Empujo a un costado la luna, no quiero una gota de luz que enturbie mirarte desde las sombras, te toco, cauta, insolente, genuina como la semilla de lino que se mete en lo hondo del surco hasta ver apretar todo su color y aceitoso sabor.

Allanar todo el dolor en las salivas para mojarlo, para tocar con sus filos el beso, la membrana de la ternura.

Tanta hambre que laceran las bocas, las nuestras; bocas que muerden, succionan, chupan, beben, las otras bocas, los otros dientes.

Tanto puñal, tanta cortadura, espada, con la sangre del amor, con la simiente, sobre la mancha, sobre la carne.

Así, sólo el "haga" de la boca, sobre la herida abierta, sobre los pliegues. No había impudicia en tanta sed, con tanta boca solitaria, con tanta lengua. Desgárrame en pétalos opacos, desvuélveme el centro de mi esencia, descóseme las arterias y pálpame en los rincones nunca hechos. Guaridas desarticuladas con júbilo y mordedura, velos ardiendo sobre los hombros, tanta quemadura de besos y afectos, tanto pecho de angustia buscando un lecho emancipado hacia la libertad, que nada pide, que da sólo por el placer de ver el goce en el reflejo de unos mismos ojos.

Abramos la carpeta asfáltica del cielo, llévame por las escaleras del infierno incrústame tu piélago de dolor y hombría, hazte curvilíneo en mí. Y en tu planicie, tu eterna planicie camino sobre hojas de sándalo, azahares marchitos de otros huertos… piso sudor amargo de tus espacios, el territorio que es carne, saliva y germen, crepuscular roció, semilla de afecto.

Implosión de un latido. Germinar de la semilla, apertura de la carne, el recorrido del sol gritando en la alborada; la piel madura, cae, cae. Cae, el mango del hacha, el leño, el ombligo, caen mis manos debajo de tu espalda para acorralarte entre dos sexos durmiendo la tierra temporariamente herida.

La desnudez de tu cuerpo, con dureza que es silencio, despojo de las guerras, refugio de las penas, seda del polvo, herida sobre la blancura, labios de sangre, sangre de la vida, labio sobre el pezón abierto, lactancia de la noche, marea del viento sobre tu cuerpo, a través de tus ojos, imagen divina del fruto, la casa luminosa sobre tu cuerpo y el efecto nunca previsto.

Tantos aromas disueltos en el viento, de la penumbra, luna del movimiento… Surgimos en esta marea de espumas, este fluido de lenguas, rompiendo la seda de las carnes, en medio de estos cuerpos solos, hacen de tu pecho el estero de los amparos, el fulgor siempre despierto, el perfume extendiéndose sobre tu vientre.

Y me abro toda, como un puño cediendo que pide de a poco, imploro tus caricias que son a mi medida: las llevo por todos los confines de mi cuerpo marcando ocupacional residencia de tus aromas y fluidos. Quieta como un pequeño animalito que mira entre las hojas al cazador despiadado, te miro con dos crisoles de azabaches ojos y espero tu estocada, valiente, en un solo desplomar de tiros, siempre bizarros y precisos.

Te movías, viento sin boca. Llegabas con el mosto del verano. Te habías manchado con el frescor de los viñedos. Acudiste, presurosa, música y lamento del infortunio.

Apreté tu cuerpo, manzana del clamor del mar, apreté la vida, entrepierna abierta, boca del hambre... la lengua se posó sobre los corales, la sábana goteaba, ya vencida... apreté tu cuerpo de humareda, el frío de la lengua sobre la lengua, pezón y puñal violento, estilete secreto sobre los labios.

Si es la nada el ultimo refugio que me queda, entonces humilde y silente me dirijo hacia el espacio de la Nada, esperando ver la muerte en cada herida de la carne.

Beso del hambre hasta la médula... sentirlo en la punta de los labios, sentirlo, coral deshecho, lo sientes en el origen de tu vientre... tú, carne del latido, llamabas al viento, alas, y el viento venía y era manso, seda, beso. Arrebujada pienso en el batir hacia atrás de mariposa y soy capullo de seda entre tus manos. De vos depende mi vida o mi partida para siempre.

Tu cuerpo húmedo de ternura es gracia y aliento derramado, no permitiría que tus lágrimas cayeran, divina sombra enamorada, un aroma cálido de tus miembros crecería como una marea de sangre... Alas del hambre sobre el labio.
El labio, la piel de bronce, maldita hechicera, me conjuras de las esencias todas, las caras, las que son cosechadas con la exploración de nuestra propia leyenda, con las manos de apetencia, con las uñas del niño que raspa la pared de ilusiones. Así caminamos los cuerpos en este ir y venir donde la arteria excitada nos marca el ritmo, y te ajustas a mí desde el obligo, me figuras el número del ocho y sos la transfiguración de la serpiente que dibuja el sentimiento pegajoso de dos cuerpos que ensimismados zigzaguean todo el tiempo en dos impulsos de atormentada locura. Gemido sibilino que se hace Uno en el murmullo tibio de la soledad de la noche, cuando una boca se cierra mordiéndose en el pecado original de un original pecado saldándose a- la: Iniciación.

Sun, 13 Mar 2005

*

Dónde mis pasos...

Voy por mis fragmentaciones, esquirlas de un atardecer donde se ha perdido el rumbo.
Necesito recuperar la memoria ancestral, buscar el calor alquímico, entrar en la esencia, decir mamá con la boca llena de peces y en el naufragio pueda pedir a empeño las branquias para poder salir a flote.

Hermana, papá, abuelo, la bobe… del árbol del Saber, conocer y trepar al árbol de los muertos. No voy a consolarme estrumpidamente y al agrieto en el fruto de la resignación, ahora seré bosque, un asilo donde guarecerme de las botas donde el Capitán ultraja sin contemplaciones y entonces tarareo con mis ojos perdidos por más tiempo de lo prudente, la canción partisana que me lleve a la victoria. El Pizmón, leños y cafetera, ardiendo otra vez los recuerdos.

Dios mío, detén el filete de niebla, mándame pájaros negros que coman de los ojos. Ya no quiero ver tanto dolor y en el abandono, donde no tripulantes, no mujeres, no niños, no barca, no madera de salvación… no ratas, en el más aviento y oscuro grito donde la noche es el único todo, saber que ésto sólo sirve para nada, para que después de entregar la canasta colmada con lo de mi mejor, regresamos de la peregrinación con las piezas prodigadas, con el torniquete a cuento de cada mordedura donde nos envenenó la más bella, a cuenta de carretera, exilio y asimilación…

Busco la reparación del consuelo, precipito los pies debajo de la pérgola de lona donde los feriantes nos muestran de las frutas, verduras y peces frescos, hierbas amargas y de las otras, el vino que es kasher y en lo sagrado, Dios mío, ¡qué ha pasado!... que ha pasado y en el movimiento del tiempo o, mejor dicho, en nuestra inclinación por él.

Ya no vuelve a ser como entonces, prisas por ordenarnos radiantes a la mesa de la celebración. El manto litúrgico ya no cubre la cabeza, porque el abuelo que se sentaba rey en el lugar del privilegio donde paciencia y sabiduría, donde piernas largas y fuertes nos demostraban en el sí se puede traspasar las guerras y reunirnos en paz y en familia, de la pequeña a la mayor, escala que hoy tristemente se ha guardado en el nido de la ausencia.
Los inmigrantes pobladores de los campos del maíz sostuvieron el arado y el buey a mano alzada y en la otra el Torá donde el rezo no los abandonaba y la lluvia vino por ellos en cada sequía donde por corazón y mundo fueron salvos.
Tengo en la empuñadura derecha el desprendido dolor que me ha dado origen y en la izquierda la promesa que Ruth le hizo al agnado «Tu pueblo será mi pueblo, tu Dios mi Dios». Voy al Templo ahora. Estar en un ghetto no es siempre tender la alambra que nos separe. A veces es ceñirnos al cinturón donde el rescate en la evocación busca y llama a protección. Hurgo con los sentidos: la nariz en el rapé prestado, las manos rozan a las escoltas que en el banco de rezo quedan entregadas a la oración; necesito tus manos, abuelo, la caricia suave y segura, la nutrición con que labraste mis horas de niña. Los ojos elevan la mirada a la cúpula mayor, el entrerejado primoroso del vitral deja aparecer al haz de luz por donde necesito que se haga el milagro, se retratan los sellos donde las doce tribus se hacen Presente, yo debo pertenecer a la número trece, la perdida que golpea cada vez más fuerte en mi corazón.
¿Dónde estoy? ¿Quién soy? ¿Cuándo? Martín Buber, Spinoza, Amós, Salomón, Bialik, Hertzel, dijiste, «Si lo queréis no será una leyenda», yo te digo, te respondo desde este mi lugar pequeño, un grano tirado a la vera del camino, con humildad te respondo, sumida en las propias y más íntimas contemplaciones, Sí lo quiero, quiero ser eslabón, cadena, donde los encastres hablen de libertad, donde el anillo me despose a un lugar de pertenencia.

Otros sonidos me despiertan, los bulliciosos donde los pies de niños corretean en el descanso de las escaleras. Los niños siempre son perdonados, siempre son festejados. Quiero recuperar a mi niña, ¡que alguien me quiera!, colgarme de tu delantal abuela, meter la mano corta junto al punta de pie cuando pierdo mi cabeza dentro del tarro donde guardas las exquisiteces de miel y amapola, amasadas con el calor del recuerdo.

Verte tras las Luminarias, yo frente de vos, haciendo del segundo tenso del misterio la plegaria. Y mientras haces con tus manos tan blancas la pureza de las figuras rituales, tapas tus ojos, atraes los círculos eternos y dices en tu idioma seguro Baruj Atá Adonai.

Yo balbuceo tras tu voz de ángel, Baruj Atá Adonai, no comprendo el dialecto pero estoy segura que estás pidiendo algo bueno, abuelita. y desde entonces repito cada noche por lo bueno, pero lo bueno de entonces ya no está, ya no hay júbilo, ni mesa con el inmaculado mantel, ni vino de ceremonia, ni familia.

Seguramente que este Dios (no deja verse) dice que por protegernos de que el rostro se nos arda, pero yo estoy tan fría que no me importaría quedar incinerada en una fuente diferente que no sea el holocausto de congoja y agobio donde hoy me busco y no puedo encontrar más que un nicho de cenizas.

Ya estoy grande, me dicen. Por lo menos, el cuerpo se ha crecido. Recojo el cabello en un rodete como el de la Bobe. Recuerdo su postura santa y la imito. Cubro la cabeza con la mantilla de bordado sagrado y rezo como entonces, sin entenderlo, pero segura de pedir por lo bueno y en el milagro que se haga, “Baruj Atá Adonai”, Amén sela.

Mon, 28 Feb 2005

*

Te espero

Cinco de la madrugada donde te espero. Te espero siempre. Ha despertado la fiebre que me sube desde las piernas cuando algo me avisa, vengo y te leo o lo intento. Los ojos se nublan... no los ojos se perlan en gotas que comulgan con el amor que nada tiene que ver y tiene que ver con el sexo, el sexo del saxo donde me sabes a música de boca de bronce.

Abrásame en la ternura que tienes, se mi madre... respiro, el nudo de la garganta por donde me tasca, respiro, respiro empujo; como dices... Hay que sobrevivir. Dáme tus ojos, dáme la luz. Tiemblo. Estoy temblando cada vez que siento que te alojas en mi. Te siento detrás mío ahora, respiras pegado a mi espalda sólo por pegar tu corazón a mis vértebras y hacer de nosotros un sólo esqueleto, compacto, eréctil, para verticalmente alto sostenerme, sostenme hoy... Hoy que lo necesito... ¿Por qué tiemblan también las manos? ¿La congoja se escapa por las manos? ¿la muerte acusa por el temblor de las manos?

¿Es real que el oído es el último sentido en desconectarse? Ven, susúrrame dulce, háblame así como lo haces cerca, tan cerca mío. Tiemblo. Ya la fiebre arde mis piernas escalonan al nido del vientre. Le he contado estos síntomas a la chamana y me dijo qué... yo lo tomo a broma pero que ese golpe que recibí cuando me ¿exorcizaron?) es que despertó mi kundaliní y no lo se manejar... me dio un libro para que reconozca mis síntomas y aprenda.

No quiero aprenderme de los libros, jamás lo hice. Enséñame, Carlos. Respírame en la boca hoy de tu hálito divino. Necesito entender que todavía estoy viva. Que estoy aquí en este plano. Que la guerrera que siempre fui prevalece. Que la justicia de Dios también debe ser perspectiva en los hombres, que Dios está y no me abandona aunque baje los brazos (nunca me lo permitieron) aunque hoy baje los brazos en ofrenda que todo lo acepto, porque sé que EL me lleva por el buen camino, aunque los hachazos me los marca pegándome sobre la raíz del alma.

¿Estás ahí verdad?
Ajústame. Sé en mí. Préstame tu camisa, el hombro de tu camisa. Enjuágame los mocos, decíme niña. Dame tu pecho para ahogar el llanto que nunca me permito. Sé mi escuadra para contener la regla que no me viene. Sonrío cuando me dicen que el espíritu santo me ha engendrado. Que yo soy un milagro. Te mostraré el poema que, desde que lo recibí de manos del Poeta, no me viene la menstruación... y creo que en él ha operado el milagro. Desde entonces ríe, vive de nuevo, se acorta su palidez... yo, que siempre tengo una palabra de aliento para todo el mundo y a flor de labios una sonrisa, me he olvidado de reír para mí.

Muéstrame tus dientes, Carlos, ¿cómo era el reflejo de nácar? ¿Y el beso? He perdido la memoria del beso...

Empieza por mi frente, dame uno en la frente, para tener presente, en la levedad, la textura de los tibios labios... luego descansa y respira, abráxame... yo soy grande en las cosas sencillas... No pido mucho, hoy reconozco una cuota, pequeña de amor, cada día.

¿Por qué tienes la facultad de hacerme hablar tanto con esta voz mía que desconozco, con esta pilluela que siempre se oculta? ...porque le fue prohibido de niña mostrar las debilidades. Mi padre decía: «El ser humano siempre da un poquito más de lo que puede». Avanza...

... pero estoy cansada, ya no puedo más....y cada vez que bajo los ojos buscando las huellas que no me conducen a ningún lugar, cuando se que Itaca... pues al levantarlos por la bisectriz del lentamente...allí estas tú, y otra vez, la tibieza, la ternura, la inteligencia que inmanta, que provoca, que me sacude suicida contra la muerte para resucitarme en vida y una vez más.

¡Gracias, Carlos! no te muevas de aquí, no me dejas, sé mi madre. Dáme tu pezón, aliméntame de tu saBia... las manos se serenan... ya no tiemblo. El ardor de las piernas desapareció, ahora sólo una punzada que titila en la vagina es la indicación que todo está en orden. Que debo despedirme de vos hasta un rato... el que vos me indicas que debo seguir a tus pies en este lento trasmigrar de la vida que hoy tanto me duele.
Decirte gracias una vez más... no, no me repito. Es sólo un fallo de mi manera de no poder despedirme ni con el corto vuelo que hace el desapego para el reencuentro cada vez más firme, más tenso, mas nosotros en un ti de ese vos donde me haces yo.


Sensible, Fany (escribiéndote entre dormida, a párpado cerrado, para no despertarme de este sueño donde me meces, ternura).


Thu, 3 Mar 2005
*

CÓMPLICE Y CASTIGO


Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala,
es el silencio de la gente buena:Gandhi
No voy a ser cómplice, me resisto.

No es de esa forma que puedo relacionarme con vos, no es con la que elijo hacerlo ahora, ahora que he reaccionado y me he dado de frente con el camión del amor que sos y me atropella en todos los sentidos; aquí y ahora declaro, que ya no sé hasta donde el escritor y hasta dónde el hombre, hasta donde yo y hasta donde yo;

ya no sé si la que te escribe es la del seudónimo o la del apodo con que íntimamente me nombrás; no escribiré más, rompo este oficio que creí que me alivianaba, este arte donde era la equilibrista inconciente, la lúdica sin límites donde me gustaba jugar a la "palabrita", hora con esta ruleta rusa entre las manos, auscultando el gesto de la expresión "mi vida-mi vida" con la que te llamo D-E-S-E-S-P-E-R-A-D-A- M-E-N-T-E .

Ahora veré la forma de concretarme en vos y no sé muy bien si será desde la tierra, donde decís que preferís verme muerta, muerta de amor será?, o desde el cielo, donde éste ángel que te dona sus alas para volar reviente con la granada de tu amor entre los pechos.

Lo difícil se hace frágil, lo difícil no es vivir,
sino haber encontrado por quién vivir, así y de este modo, habiendo permitido al hombre de fuego pasar el umbral de mi boca y ahora cáustica porque un fuego sólo puede ser alimentado con otro fuego no sé hacia que rincón de la impotencia correr a estallar.

Monday, February 9, 2009 3:06 AM

*

Lugar

Tenía que ser
en el vacío
-estar llena-
de tus espacios.

Fri, 25 Feb 2005

***

Talión


Boca partida
en la venganza
con que tu lengua
usurpa mis rencores.

***

Prudencia

Lentamente
bajas
donde mi boca
te detiene.


Tue, 8 Mar 2005


*
En la visión de la lujuria


Parpadeo en la visión
de la lujuria
con la boca del pecado.
Muerdo en la resignación
el oscuro camino
que me lleva a tu infierno.

*

Perspectiva

Tu boca dibuja
la tentación
de mi sonrisa.
La otra cara del llanto
que quiebra esta
punta del lápiz
donde ahora te
invento.

*


Tu boca

… llave que desvela
todos los secretos.
Cuando me obtienes,
la lengua-puñal
amenaza traición.
Tiemblo, rendida,
a lo que tú quieras.
¡Insinúas lo que ya sé!
Dispuesta y sin reserva
me entrego ahí, donde
me abres.

***

Donde me pro-boca


(entre nichos, dichos de muerte) ...

Si una mujer no te ha llamado hijo de puta alguna vez, es que no eres un hombre: Pablo G. Bao


Si juegas a condenarte
con esta rusa
de tu suerte -la ruleta-
el cuarenta y ocho.
¡Parla ahora!
Hembra en tu boca
dispara...

***

Muerte y resurrección

Observo
mis piernas regadas de sangre,
los zapatos, el piso
digno escenario donde persistir.
Los médicos –ya todos sabemos–
fríos, dicen: estás nadando en sangre.
Caliente, más caliente que nunca
(la siento bañándome todo el cuerpo)
nado, a veces chapaleo, me hundo
y hasta emerjo del mar de poesía.
No seas caprichosa, me dice preocupado.
No, no... soy poeta, usted no entiende.
Me voy o vengo...
aquí al torrente donde palpito
congéneres dispersos
en el mismo mundo
donde nos navegamos
con la misma corriente
a veces en contra, otras a favor.
Estiro estas letras, sin botellas
ni alarmas, no soy escandalosa.
Apenas un aviso que algo está pasando.

Estén alerta.
No tengo el corazón imperturbable
como en el que repara la ciencia.
¡Soy poeta!
Suena el teléfono...
La amiga que recuerda
la cita con el doctor.
Lo sé, estoy segura,
¡es mi amiga!
Tampoco puede deducirme...
(no es poeta, tan sólo es amiga).
Sonrío, con el sabor metálico,
por la boca donde me sabe el mundo.

Quiero hacer una mueca,
que la deje tranquila,
pero todo se desvanece...
me sube el hormigueo juguetón,
este que me entretiene,
me lleva a ser niña...

Quiero escribir ahora, no me molesten,
pero el cansancio me rinde
sobre el teclado,
es como un sueño dulce,
dulce y calmo como la muerte.
Mientras escucho algún ultimátum
con la ambulancia...
Otra sirena qué roja me despierta,
como siempre,
allí del otro lado.

Y entonces escribo.
Escribo hasta dormirme
o tal vez sueñe que lo estoy haciendo.
Esta vez las fuerzas parecieran vencerme
es por eso que ajusto a la palabra,
le pego rebenques.
Le imploro que trote,
tengo que llegarles,
a mis amigos poetas,
pedirles una mano.

No dejen de escribirme, si el corazón me falla
y me lleva la ciencia,
a ese lugar tan gélido
donde nadie comprende
como nace, anda, vive,
muere y sangra
el rugir del poeta.


24-3-2005

***

Me propones el mártir-moño

Atas las viejas costumbres
para que me suelte.
Libre de tus demonios
Lilith converge por los dos.
Andrógina
ofrezco el glande galáctico
para que hagas temblar
tu en verga dura
Siendo –redondo el mundo–
circulo en el circular
de tu PÍ
Razones matemáticas
me hacen aceptar
–a la sin razón–
Uno sobre dos
quebrados
al misterio del origen
cuando el árbol de Vida
nos tienta jugosos
en el fruto de la prohibición.
Saberte es un buen principio
donde terminarte.
Encarnados en el Ein-Sof.

***

Sin título

Te quiero.
Llévame a un temazcal.
Ardamos en un hinippi,
abramos las cuatro puertas,
seamos dos del Uno,
amén en la descarada furia
que me ha dado
este Hambre de tenerte,
siempre en libertad.

Fri, 4 Mar 2005

***

Somos

Dos animales encelados.
Múltiplos de bestias en lujuria.
Dos hambres de la vida.
Dos orgasmos perpetuos.
¿Cómo podremos separarnos?
¡Cómo! ¡Cómo! ¡Cómo!...

Tue, 29 Mar 2005

*

Eutanasia

Y aun dormida
-de corazón y esfínter-
tendré respiración
para quererte.


Fri, 25 Mar 2005

*

Hoy Viernes Santo

Se cumplen diez años
-en la administración judicial-
de la herencia que me dejaste:
Drogas, saltimbanquis, cacos
y el secreto que te llevaste a la tumba.
Del martes 13 que te marchaste, me queda:
el dulce sabor donde descargaste
tu irónico humor de diablo.
Y hoy me recuerdas, padre.
¡Me lo recuerdas!
-mientras te recuerdo-
que eras un viejo santo.
Lloro en la sonrisa histérica
la genética que hay en mí.
De reojo miro el 13 del calendario
especulando que caiga en viernes.
Prefiero regresar
por Martes
y en pie de guerra
me recuerden
día y hora de la Pasión).

*

Noche

Sacudida atroz
de mis temblores
bancarrota que me lleva
a la carencia de mí.
Amenaza la lluvia
y yo espero.
Espero que me libere.
¡Oh! desobediente en Noé
merecérmelo.
Ahogo una lágrima
en la hoja de laurel
y vuelo promesa.
Cuarenta noches.

Sat, 16 Jul 2005

*

Cenizas

Y esparciré
lo vedado,
el cuerpo
de cada carta
donde morí por vos.

Sat, 16 Jul 2005

*

LEVÁNTATE ANDA

Yo y Lilith sobre tu cuerpo crucificándote
decimos hasta aquí hemos llegado.
Hasta aquí,
médano de tu boca estrujándote
el beso final.
Reflejándonos todo el ardor
en esa belleza severa
tus ojos que no nos hace sombra
llagas en la piel el fuego de tus manos
el tam-tam salvaje llamando a tu fauna
león, tigre, buitre, lobo estepario
¿hay más?
Sí, todos los insectos inyectándome
las malas palabras para bendecirte
cuando se termine dios y
pedir el infierno, el cálamo maldito
pedir el desborde de los relojes
pedir tu amor como consecuencia
donde el infinito debería terminar
en alguna parte de tu cuerpo sempiterno
clavar el estandarte de
es aquí donde vengo a morirme:
tu sexo firme lleno de riquezas
para mi pozo que no tiene fin
ni renuncias
ni promesas.
Por que es hasta aquí,
hasta aquí donde hemos llegado
raza maldita los hombres de tu casta seductores
que vinieron a arrancarnos el amor envuelto en el celofán del deseo
que vinieron para dejarnos partidas
por eso somos dos, desde siempre,
las que comparecemos sofocadas
en tu cuerpo sin religión.
Precipítame, precipítanos, en la pirita
de nuestras renuncias
porque es en el martiricidio de tu cruz
donde hasta aquí hemos llegado!

* * *

PORFÍA

Señor:
Tú que reinas en el cielo
como en la tierra
dime que no es cierto
lo que mis ojos oprimidos
están obligados a ver sin renunciar.
Dime Señor, que no son esas niñas
que apenas dejan sus muñecas
las mismas que ofrecen sus boquitas
las manos, lo otro en prostitución.
Dime Señor, que el pan duro de cada día
que nos dan los basureros ecológicos
son el manjar de esos niños que piden
y piden y que por más que piden
"les será dado" dijiste Señor.
Dime que no es verdad,
¡que no puede ser verdad!
que los cuerpos de niños mutilados
que se ven en primeras planas
de las noticias ¡todas Señor!
sirven de escudo para sus mayores,
esos monstruos de pie de barro
que con imá-gen-es de sangre de su sangre
se sepultan manchando la verdad con impudicia.
Dime, Señor, respóndele a este corazón probado
tantas veces por la fe
que cuando anunciaste que los niños vinieron
para salvar al mundo
no te referías a esta barbarie.
Dímelo, Señor ¡dímelo!
Vuelvo al futuro
para que Ese que Eres y que prometiste
me hagas mirar la vida lejos del dolor.

*

AMEN-AZA

"…Im eshkajej…" : Salmo 137


Me tenés agarrada con tu religioso e insufrible
punto final y principio de "la cosa"
como si fueras el dios luminoso.
No te das cuenta que en la oscuridad de tu espesura
el imbrico salto al encuentro sexual
no compromete a nada.

Un poco de anestesia reptil
para inyectar en la manzana del acaso.
Seguís estudiando sobre ética, estética
contando los adjetivos de mis malas palabras
en el ábaco de tu amenaza:
foja de acero cero
miles de cuchillos clavados sobre mi carencia
la debilidad de ser mujer proclive a la soltura
me hace tirar de la cuerda sobre el esternón
de: ¿a ver hasta dónde querés llegar?
Irónico, sabueso que rastrea sobre lo prohibido,
no lo vedado, sino lo que no me querés dejar alcanzar
por capricho.

Aunque quieras negarme de tu mundo
no podrás renunciar de mi juego.
Monsieur o Gourmet te tengo cocinado
a la más alta escuela do zamba.



Al Mesías


Oriento mis manos en posición de rezo
sobre el candil de tus ojos
te imploro: !Hor, Hor!
Froto mis latitudes de alumbres.
No es con sangre hoy
el holocausto que te ofrecemos
es con la alabanza con que te tañen mis caderas
es con el júbilo de mi pandero demencial
que te festejo
es con la copa de tus labios donde iain
me pierde justificada.
He preparado como cada noche
tu silla que te espera.
Y como en las Harbaat a Kushiot
es que se responde:
porque es en esta noche y no otra
que te aparezcas.
Viniste mi Mesías
te he reconocido por la señal de tu aura urgida con amor
por el galope que trae tu agitación de caballo blanco
por el salvajismo tan natural con el que me derribas
cuando te ofrezco del pasto de cognición.
Formas con la policromía de tus besos
el pacto del arco iris
prometidos fuimos de ser salvados de otro diluvio
pero me llovés sin barrera por el revés de las pieles
y mi corazón relampaguea cuando tu ternura me toca.
Me aferro a tu pecho tabla de mi salvación.
Sobre el horizonte donde me detiene tu mirada
aprehendo de la esperanza de estar vivos.

* * *

Nosotros

Tuve un pensamiento
Quiero ser buena, obediente.
Voy enroscando la clave de mí
Sin pensar por qué.
Sobre la bandeja de tus manos
Es cuando más me perteneces.
Cuando la pasión se desea.
Si alguna vez te hice morder de la carne prohibida
A golpes de infierno y locura,
Puedo hacer lo posible y lo imposible
Acuchillando el impedimento de sentirte hombre
Sobre mi espalda los ojos tristes
Sin culpas
Mirando mi inconsciente.
Donde el infinito debería terminar
Es aquí donde vengo a morirme
En alguna encrucijada inmortal.
Los muertos que respiran, son consecuentes con mis ganas.
Mientras me desnudo
Frente al instante del dolor y duda
Lo difícil se hace frágil.
Hoy me he perdido
En el hueco de lo eterno...
El paraíso en la punta de tus dedos.
El amor es una flecha venenosa
Clavada para siempre.
Ansia del deseo contrapuesto.
El que se escucha con los ojos.
No corras como escapándole a la muerte
Bajo la sombra del olvido
Hasta tu última gota
en esa belleza severa.
Cuando se termine Dios
Hasta que tiemblen tus huesos verdes
Invocaré a todos los poemas que nos dieron vida
¿Hay más?
El miedo no existe
Por qué no has de creer en el Paraíso prometido.

*

ME GUSTA

Me gusta que me hagas natura
de la manera natural con la que me descubres desvelo de lo que está por venir.
Me gusta que me hagas contranatura
lo que salamanca no da vos me lo prestás
y hurgas con tus uñas de hurón
el cansancio de mi pasado
traspasas con tu pena lo que me apena
llegas a mi hueco y en el vacío
se lanza el grito de perdición.
Me gusta que me pares virginal para los tiempos nuevos.
Me gusta que nos nombremos cada día
como si fuera hoy, como si fuera ya
este tropel de urgencia por pertenernos.
Me gusta.

Sunday, February 8, 2009

*

Y ME QUEDO

Digo siempre adiós y me quedo:
VICENTE HUIDOBRO

Las manos silban una canción en los bolsillos
como si no hubiese nada por qué preocuparse
la melodía suena a Francia:
París y tu bohemia y Baudelaire.

Esa asignación pendiente que tenés con el apremio
pero no hay nada que te arrime a lo temido
para qué correr la liebre tras la mirilla de lo oportuno.
Caminás como si fueras en el barco con la marea de pensarme
Caminás seguro de alcanzarme, quedándote quieto.
Caminás sobre tus pies de alas
sin poder volarme de tu lado.
Celebrás la victoria de la noche,
brindas con un « mi Pompadour»
pedís por la sopa de trufas y apio para ir
"calentando los espíritus
y las pasiones".

Hundida en el hueco de mi sombra
que a veces se detiene aterrada frente a tus ojos
me tirás el flash de una sonrisa cualquiera
lejano o cercano a mí no te conmovés.
Esquirlas que laten a este cuerpo inseguro
una mecha de palabras incendiarias
explota por mi boca.
Reniego de haber nacido enamorada de vos
a veces me gustaría ser tu nombre
para saber como te llamás
o el color de tus labios para sentirme un poco pálida.
Juro que el adjetivo más adecuado para tu sujeto es rufián
y me ganas por la cintura, me atas a tus pasiones,
me enredas a tus piernas
y ya no puedo caminar.
En retaguardia o en rebeldía escribo, como éste,
poemas estúpidos o decido marcharme para siempre
pero me quedo.
Epa! A dónde vas, vos, hombre mío?

Sunday, February 8, 2009

*

ELUCUBRACIONES

Pasa por mi sexo la sangre
de otras sangres
un grito, una rebelión de pájaros
que quiere atraparse
en la jaula de tu cuerpo.
Navegar aquí-allí
tensión donde la duda asecha a la muerte
«si fuera ella».
Pero si ella fuera
tan poco pasional
de pie pálido
manos hilando los árboles
que geniales y lógicos
perdieron tantas hojas,
bajo la sombra de lo que nada es
te espera el peligro de ésta ahogada.
Garra el manotazo de desposesión
porque no hay otro, no hay
si juntos fuera demasiado…
Pero juntos tampoco alcanza.
Cual es el intersticio
por donde la idea lo abarca todo.
Pala excavando la incapacidad
de éste poema que intenta decirnos.
Si juntos fuera lo todo
cuando el corazón late desbordado
Si juntos fuéramos, fuéremos, fuésemos
el verbo que nos demarca hoy
después de la noche de revoluciones
retomando al gemido del parto Inicial
en nuestros nombres ensamblados
pero lo no.
Sunday, February 8, 2009
*
SHOFARTEINU
Pides de la manguiná de mi alma
para sustentar el cálamo de arena
raspa la enfermedad del estúpido
dice: el hombre necio no quiere entender,
ni el insensato, tu nombre

La farisea traiciona el ideal del amor
cuando te llama "mi amor" delante del am.
Vamos a duplicarle la condena
deberá caminar el desierto 40 años más
pero de rodillas, arrastrará su cuerpo- el del pecado-
hay que depurar a las generaciones del vicio,
nadie tiene derecho de ensuciar tu digestión:
no comerás de la cerda, ni posarás los ojos en ella.

Maldita ah; del polvo de la tierra
su lengua es el primer ladrillo
que desacomodó la Babel.

En ella todo es destrucción, negación y genocidio.
Nadie que no entienda del verdadero amor
llegará hasta la torre de tu bien hallado
nadie que no entienda que no eres amor de mí
sino que eres El Amor
y que será por boca del amado la elección
donde los círculos de sintonía se expandirán
por donde la piedra tembló su centro.

Daniel ha soñado contigo Amado
ha visto como metiste la cabeza en el león
y saliste ileso; debes entender que es hora de la ofrenda
se hará con frutos de la primicia y agua bendita
sanarás por ellas y te deleitaras en la danza con el sol
tus ojos granates brillarán más que el de los ángeles
y yo cantaré por mi bien amado con simjá y deleite
hasta que las sombras engañosas caigan
y que nadie se atreva a molestar en la ceremonia
donde la respiración iajad me hará saber
que hay un día más y otro día más y otro día siempre.

Tuesday, February 10, 2009

*

Pacto

Te propongo un pacto:
desenchufar todos los electrodomésticos
aquellos que no nacieron para ser domesticables
hasta las pulgas del perro
la sarna con pica
la gangrena que se avanza
el chancro que nos ahonda
la vinchuca que nos chupa y chupa
y todo imbécil que se cree necesario
vestidos con nuestra orfandad a cuesta
en el shteitl donde las calles se desnudan
piadosas pegan el grito:
¡déjenos en paz!
déjenos labrar la pena de domingo
enterrar el pan del hambre de cada día
los vicios ajenos que nos hacen culpables
por esta endemia de sociedad caliente
tostándose el culito en la sorna.
De un verde masticable sin alfabeto
rumiante y silenciosa va la esperanza
nos miramos de reojo
ella, vos y yo tres contactos
que hacemos sin enchufe.
Volver a lo prehistórico
cuando el fuego se hacía
chocando apenas las dos piedras
como estos corazones nuestros
que tienen frío.
Es hora de escapar de la intemperie
pasá, yo te propongo
tomar el tren de viajarnos lejos,
muy dentro nuestro; vivir despacio,
rudimentarios de todo lo que sobra.
Para habitar el mundo no se necesita
más que dos bocas hambrientas
la tuya en la mía
para decirnos, para besarnos, para morirnos
en nuestros dos, Uno, de poco a poco.

Thursday, February 12, 2009

*

Sin título

Dos versos apenas hilvanados
de tu santa escritura y arde mi rostro
todo panaim es fuego
plural de una misma caricatura
iemina u smol / palanca o sede se dé en tus cuatros vientos virginales
la rosa que gira en mis cardinales campos
desde tu cuarto cómplice y urbano
siento viajar tu sangre por mi crota letra
mendiga del saber que tú enriqueces.
La abeja de mi beso clava en tu boca sibilina
el verbo ternura en tu piel de antes.
Yo sé que estas pensando justamente en eso:
regresar al embrión de la Palabra
cuando mis ojos eran palimpsesto en los tuyos
gemido, tras gemido desnuda el alma.
Yo sé de la agonía que te provoca
ver ensuciar la espuma de lo que no se ha dicho
por los dichos de muerte que el enemigo asesta
con los torpedos de sombra y sus manos de cesación.
Con mis manos colmadas de cariño-iad a tu iad-
escribo estos versos, regreso por tus ojos ausentes
preguntando a la Luz , lastimada de urgencia
donde pongo el Keter de oro y piedras
si mi Rey se ha cansado de cabalgar
la selva de lo bestiario
Invoco geshem para que enjuague tu desfallecimiento
pido a los ángeles que intercedan por tu memoria
recuperes el aroma a yerba buena
nacida anhelante desde el fondo de mis besos
recuperes tu voz de agua alegre
sobre la sed de las piedras
y me calmes, me lleves por tu río rió
sobre el Silencio aquel.

Thursday, February 12, 2009

*

¡De pie!

Tiembla Nínive.
Sodoma se arde sobre su mismo funeral.
Para Gomorra no hay quien tire nada a su gorra.
Fusilados van masticando la pólvora de su ira.
¿Nos plantan los cardos de la envidia sobre la frente?
¿Nos raspan con la pómez de la ignorancia?
Estas siendo testigo de algo nuevo
desde que el mundo es mundo?
Levántate, ponte de pie
porque has venido a clamar por la boca del amor
Sé que tus pasos no serán de plomo
conozco tu voz, la gracia te hace tañer
tranquilo, tranquilo.
Pero levántate y canta
que nosotros marcharemos jubilosos
tras de ti hacia tu ciudad de zahab.

Friday, February 6, 2009

*

Armada hasta los dientes
SECUELA (escrito en 1945)


Él trae el hambre que le dejó la segunda guerra mundial
por eso cuando cocina
ajusta con precisas gotas de aceite de oliva la carne
repasa con rodajas de pan el plato extinto por terminado
bebe la copa de vino y al último sobro
eleva los brazos al cielo
agradeciendo lo divino.
Cuando me hace el amor
fricciona mi cuerpo con el mismo aceite,
de la misma manera, me acaricia hasta traspasar
lo querido por hallado
y al acabar me abraza abarcando la dimensión de lo absoluto.
A veces me da por pensar que no todo lo que te deja la guerra es tan malo.

*

SIN TITULO

Llamas llamarando al mismo fuego de Jana
Otra vez abriendo el jalón de la indulgencia.
Por el ventanal de tus ojos sonríe la serpiente
cascabelina me detengo frente a tu conjugación
Básica. Y Desde el basís es que pido:
Ponlo de pie mi Señor, que se levante y ande.
Ande por los surcos donde un hombre de rodillas buenas
Flexibles, dóciles te reverencia para honrarte con su semilla.
Beber de su Jok, para que se haga justicia.
Pareciera que en esta tarde de paseos por el gran Edén
todas las palabras que vienen a nuestras bocas son de inicial
donde los jalonim nos abren a los sueños.
Veo la caravana donde el polvo levanta a Jana Senesh;
A Jana la morá que enseña con tanto amor a los conversos.
Converso con-verso contigo.
tienes que expulsar toda la bilis
Que verde tallaron nuestros huesos
La memoria, el amor del incesto que todos castigan
y nunca sabrán que hay una instancia incondicional
para sentirnos libres.
Corro por la liebre de tu boca,
como una fiebre de utensilio
que raspo en el ánfora de tu extrema vida
y te invoco, rogándote, devuélvele todo a esta gente;
pueblo nuestro, es tu oportunidad, aquí ahora
En el Presente comunicativo, que seas vos el que de muestra
del paso abismal, amor constante y pasión sin carne.
Mi boca llena de pasto, se hace jugo, absorbe de mí
Quiero que te sanes en mi Templo
mamando de la ofrenda del Amor.

Friday, February 6, 2009

*

Desfollando

Busco en tu amor indescifrable
el decimocuarto trozo de tu cuerpo.
Mis caderas llamadores obscenos
de los que se esconde Dios
acompañan el ritual.
Cal, canto y arena
Sangre en la arena
Regocijo de esa sangre en la arena
Enterradura asperjando esa tierra de tu limo en la arena
hasta agotar el sol y esa sed de ese sol desollado en ese sol
la voz irreprochable, refulgente, estallada.
Voz de flauta que me lleva en su viento
a encontrar tu sexo perdido.

*

Diapasón

Quiero por un momento tener mi corazón en calma.
Poder escribirte tenues melodías de otoño.
Acompañar con la mirada suave, a la más suave
la gimnasia de mi amor por tus laderas.

Pero viene tu voz, tu voz que me arranca de mi pecho
y empieza el sesgo de lo natural a convertir mis formas.
Animal de mis caderas que se ciñen
al infierno donde reinan los encantos,
aquellos de los que muchos, tanto escapan.

Hasta aquí no llegan los ángeles llamantes.
Hasta aquí no llega luz, no llegan emisarios.
Hasta aquí solo; solos y sólo vos y yo
en el polvo degradado
donde de ceniza y fuego se sepultan
los bramidos de estos huérfanos sin rostros.

ooo-000-ooo

Palabra de honor


Me duele la garganta y el presupuesto.
No puedo saldar las cuentas con el grito de la parición.
Hay pesadumbre inviolada,
sucesiones de marcas que nos señalan y nos recuerdan
y esta situación tóxica que me separa de vos.

Al fin, todo llega, como tiene que llegarnos la muerte
me alcanzaste con zarpas de desilusión.
Una mentira sobre otra mentira te construyen
tu piedra fundamental donde otras te festejan.

Yo no, estoy ocupada en cosas necesarias:
taladro los recuerdos, fijo este punto y coma
donde paso de vos hacia otra parte,
ahora me toca a mí:
¡Vivir para creerlo!

Mi ojo te persigna en tres señales:
apunto a tu dignidad por si la tuvieras
a tu pecho si es que algo resiste
a tu destino como hebra de lo que quedó.

¡Mira de frente a esta verdad que te precisa!
a estos nervios anudados al cayo de la cubierta
a esta mujer que te creyó para amarte
dudo que puedas mantenerte yergo como un Dios
o como un hombre-poca cosa- frente al desafío.

Todo y nada
el peso de realidad desmantela tu cortejo.
Incendio con este mismo fuego de la pasión que te ofrecí
el holocausto donde hago arder tus desfiguradas presencias.
Solapa del desencanto; pliego tu nombre por última vez
y te doblo como un vudú en la esquina del olvido
rumbo al para siempre donde se jura por Dios.

2 de Jun, 2009

VIEJA COSTUMBRE

Para tomarse la sopa
hay que meterse la cuchara bien al fondo.
No hacer ruido.
Cuidarse que no esté calientita.
Para tomar la sopa
elijo los fideos letra
empujando tu nombre con mi hambre.

DESMEMORIA

Hoy me he perdido.
No recuerdo la fecha
ni la dirección de casa
ni el teléfono donde deba llamarte.
Hoy me he olvidado de todo,
casi de todo.
En mi cabeza vibra
-encarnado-
venenoso aguijón:
tu nombre.

<>

CAMPORAL

¿Vos crees en la luz mala?
¿En la luz mala que soy?
Miráme profundo
hasta quedarte ciego.
Miráme hasta tocarme
con tus ojos por dentro,
hasta que tiemblen tus huesos verdes
hasta que el refusilo de ganas
nos haga estallar
y desaparecer.

<>

LOS OTROS

He salido a pasear a mis ojos
pero éstos no me contemplan.
Pierden la capacidad de la esperanza.
Sufragan con el voto ciego.
Arremeten con la fusta de la rendición.
No son éstos los que me acostumbraron a la ternura.
¡No son estos! ¡No son éstos!
¿Dónde están los que te llevaste prendidos
y no quieren mirar?

<>

Tu amor para llorar y hundirme para siempre

Y si buscáramos la forma
de tenderle una trampa
al animal que asecha por costumbre
al ojo avizor de tanto desengaño
a la vergüenza que arenga estas miles de mentiras
que nos conforman lastimosamente para conformarnos.
Y si buscáramos la manera
de sospecharnos sobre las respiraciones:
la tuya y la mía en un retorno constante
el temblor de la sangre descociendo lo absurdo
el tambor, la madera, el pájaro fugaz.
Y si buscáramos perdidos
más perdidos que nunca
la instancia de encontrarnos
tus ojos, la caricia, la forma de renuncia
la liebre de mi fiebre que corre por tu boca
buscando el modo de enloquecer
ahí muy dentro tuyo
donde quiero morirme.

<>

EVANESCENCIA

Un sueño dulce, muy dulce
que cada noche viene a buscarme
me invita con el paseo de la ilusión.
Dice: “allá todo es más cercano
y abriga el viento en los rincones”
Me da su mano para el consuelo.
Me mira con la ternura que nació el mundo.
Yo, que con tanto ardor de palabras necias
me voy quemando
no digo nada, sigo los pasos que me conducen
hacia el alivio que necesito.
Entrego el cardumen de pensamientos
para el océano de la nostalgia
y en el silencio que me sepulta
cae mi peso con impotencia
me entrego mansa muy mansamente
estoy cansada…

<>

HIPOCONDRIACA

Tengo miedo
de ser tu cero a la izquierda
que no recuerdes mi nombre
sin que tu dedo señale
los bordes por donde me respiras.

Tengo miedo
que aun después de entregártelo todo
recuentes los servicios no necesarios
como si yo fuera una planilla de mal uso
y no una vital pasión en tu costumbre.

Tengo miedo
que soltando el sollozo
no emigres con mis penas
y reemplaces los tiempos duraderos
cuando estalle tu amor en el olvido.

<>

CONVIDO

Allá lejos donde te fuiste
¿Viste algún pájaro salvaje
que te recuerde a mí,
un manto mojado
una hierba virgen
una noche sin preguntas
el relámpago de una respiración
cortándote el abecedario?
Regresa…
tengo tanto paisaje
que mostrarte.

<>

EPITAFIO
Y fue alas para volar

<><><>

IRREVOCABLE

Esta palabra
que me ha extenuado tanto/todo
a quién le he entregado mi vida
dará agitada / El Salto.
Podrá hacerme Inmortal.

<>
INTRINCADO

Cuál la palabra que al amor en vida
sobrevive
si la muerte es la única certeza
que nace con el germen.
Qué letras mirarán
aquellos labios ciegos
para poder adivinarte.

<>

Cómo he de llamarme

¿Uno nacerá de un Deseo?
Imagino la libidinosa Sed de la Montaña
y tus minerales dorados
que riegan los pies.
El calor octogonal
inflamando el Sentido del Hombre.

Una Letra golpea el umbral de tu boca.
Sediento/enceguecido/ mas turbado
en la hecatombe
no quieres salir a recibirme.

<>

IDENTIFICACIÓN

Aquí no está lo buceado
y yo me ahogo de nadie:
Álvaro Olmedo

Expropiada de vos sola venzo al olvido.
No sé quien fuiste antes de prevalecerme.
Con tu guirnalda clara rompiste mi luto.
De mañana no sé.
He perdido la memoria
en el anteproyecto de atrapar la promesa
para completarnos en lo indivisible.
Expropiada de vos
canto río lloro grito me revuelco.
Pierdo las pisadas de la ausencia.
Tiemblo en el temblor del miedo.
Me unto en el plasma del hombre
que fue mi curador.
Pero el parto nació de culo.

Asfixiada en el cordón de la ignorancia
no sé con quién, no se nadie, no se
quién soy.

Fanny G Jaretón / October 25, 2009

<>

Cuervo / Rey

Que no
que no te peguen los espantapájaros
con su pico de estambre
sus piernas de palo
que todo lo rompen
a pesar del vuelo.
Que no
al paso, la huella
de tu lento caminar
que me conduce a la muerte.
Que no sea
Que no seas
el espejo de la noche que me infierna
la ceniza de todos los nombres
que fingieron cuidarme.

Fanny G Jaretón

<>

LA PUTTANESCA

Qué tendrá Italia que yo no tenga.
¿Olor a pececitos muertos
en callados en mi pecho?
¿La mafia Nostra
que mata al amor a traición?
¿Los escapularios de los montesinos
donde siempre te me escapás?
El viento que sopla directo
-Hambrienta la sombra-
que viene abierta sobre el lecho.

Y después querés que te crea
"Charly" cuando me cantás
Venecia sin ti.

Fanny G Jaretón / Dom, 25 de Oct, 2009 10:01

<>

PRONOMBRE RELATIVO

Esta sucesión de mi boca
nombrándote nombrándote nombrándote
para acrecentar al cielo
o desdibujar la bisectriz donde el pájaro pierde su anchura
Hay un antes y un después después que tu cuerpo vino a rescatarme
temblé en vos, en la ranura me hiciste saber del horizonte
incorpóreo de seres de cosas.
Esos jardines que se me destaparon por tus ojos.
La memoria ambigua que hoy viene a predecirnos.
Elegí soportar el abandono de mí
para que tomaras mi forma.
Cómo decirte por alusión lo que el látigo del vocablo ajusta.
Decirte, si el presente es ese paso tan apretado a vos
que me ahonda en la intensidad de quererte
la esperanza me deja ver en tu perfume
que siempre es mañana.
Amor cuchicheándome por las orillas.
Vos me devolviste las orejas para escuchar el silencio.
Los pezones aureolares donde tu ausencia me rodea.
Láctea la vía donde debamos perder la cabeza.
Debamos dejar de debernos.
Sentir el roce con las lenguas que sostienen verdades.
Atormentado mío el secreto que nos guarda.
Así cuando me haces así y así
para desconfeccionarme.
Y vos, que me decís que le tenés miedo al punto
donde mis pupilas dilatadas te amenazan
hacia el abismo de la Locura
Y yo, que te recuerdo que es en tus ojos que me miro
y en tu tacto que muerdo tanta distancia prolongada.
Cual es la medida del tiempo entre nosotros.
El diagrama de ven ven amor mío
que nos contiene.
Cual el halito de vida que no nos interrumpe.
Cual la mano que aprieta nuestros orgasmos
para nacernos una vez más, Siempre.

Fanny G Jaretón / En Muestrario de Palabras 2 en 12:39 -2009

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Juguemos en el Bosque


Regreso a la inocencia absoluta
a la absoluta unidad

El error es la leyenda dolorosa decía Lautréamont
por eso prefiero remitirme más lejos
allá por donde todo lo in imaginado empezaba con:
Había una vez…
esa boca que agitaba los sobresaltos míos
para comerte mejor decías
y esos ojos que de la noche profunda
me devolvieron la transparencia del alba
para mirarte mejor me decías
y esas orejas que de buena forma supieron desobedecerme
y no sostener mis no cuando en realidad querían mis sí
para internarte mejor me decías
y esas manos perdurables de recuerdos revoltosos
para desordenarte mejor decías
y tu sexo el vaivén cargado de mareas
estremecido buque de embriaguez
río ancho y hondo de mi espíritu
para dejar de decir
para encontrar la Verdad.

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