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LA PRETENCIOSA HEROICIDAD,
SEGÚN LA DIJE A MI HIJO
«Y, sin ninguna limitación, de acuerdo con tu propio albedrío, en cuyas manos te lo hemos brindado, decidirás por ti mismo los límites de tu naturaleza. Te hemos colocado en el centro del mundo para que puedas observar desde ahí con mayor facilidad lo que está en el mundo»: Pico della Mirandolla, Oración sobre la dignidad del hombre
Te dije que el Occidente que conoces en América hizo de la heroicidad tu chantaje presente.
Entraron en la casa del nativo-americano como sus opresores. Al norte del Río Bravo,donde había 2,000 lenguas y tribus generosas arguyeron la existencia de rivales,nunca socios posibles, igualitarios, multiculturales. Las describieron como castas inferiores, pueblos anómalos, reacios al progreso ,ingénitamente primitivos, que ha de ser‘the whitemen burden’’.
Primero exterminaron sus bisontes, adquirieron las mejores pieles,estatuyeron que a la Buena tierra corresponde la llegada de colonos e invasores con más grande extensión de valles; a cambio, de utensilios de hierro con el trueque le crearon su despojo,hasta que, engatusados, por barriles de licor; la Tribudel Sioux, más lista, aprendió a criar caballos.
Los iroqueses, presunto pueblo tonto, adquirieron profusión de rifles en el intercambio (¿a quien quieren que mate, lo pregunto? El Navajo, ovejas antes de ser expulsado y sujeto al desprecio y el acoso.
Ahora hay muchos indios debajo de la tierra con un tiro en la espalda.O en medio de los ojos. Cada pueblo encontrado tiene una historia triste, malamente contada.
Te dije, André, que se las pasan en prédica de rivalidad y pendencia en sus círculos internos, y se llaman héroes cuando son canallas y salen en cacería de guerra,o casi siempre al robo, guerra que buscan fuera de sus fronteras porque ya al nativo le quitaron todo.
Al sur del continente, pasa exactamente lo mismo. Se declaran los héroes de la película, aunque maten con cuchillo de palo, No hay lágrimas de consciencia. Sólo codicia y sudores de temeridad y arrebato.
*
LA MUJER QUE ME ESPERA
A la Galicia Profunda, cuna primitiva
y difusora de los druidas en la edad prerromana
«Cuando dos almas gemelas se encuentran
y se reconocen, nada físico del mundo podrá impedir
su amor espiritual»: R. Donald Papon
Me vivifica una bruxa en Mondoñedo.
En bosques de robles y encinos,
hizo un jardín y, desde su ventana
y la casa que rige, como reina,
me observa cuando paso,
peregrino que busca a la Hija del Tzadik,
con su tesoro.
Cuando la luna está llena, ella derrama jarras
de su olor sagrado sobre profundos arroyos
y sigue la pista de mi silencio
por los verdes prados.
Lobos aúllan, invasores de Galicia
y del Cantábrico, pero mi bruja
cuida mi vida, celosamente.
Con estrellas me marca el camino
y no dejará que los salteadores me opriman
por el Camino de ocas.
Ella me propicia y medita:
«Roma flecha al enamorado, a quien inicia
su viaje y, desde lejos viene, por mis besos.
Roma mata a los druídas y a las almas gemelas
de los tiernos amantes; Roma enciende
las hogueras, con un amor animal
que castigamos. Activas y guerreras».
08-11-2000
*
LA RESPONSABILIDAD DEL CAMINANTE
El caminante no se escondió de sí mismo
porque las palabras que encontró parecieron
gastadas, inútiles, sombrías.
El era la consciencia.
El fue junto a un camino, abierto para sí,
como proyecto a vivirse. El no dijo:
Te negaré camino.
Estaré quieto bajo una piedra inerte.
El caminante tenía un destino y las jaurías
lo buscaban, oliscándolo hasta debajo de las peñas.
Pero asumió los riesgos, se encaró al que muerde,
al que tiene en su hocico lo inútil, las iras
de la renuncia y la carencia de ser.
El caminante supo que el camino le espera.
No podrá ni suprimirlo ni ignorarlo.
No lo salvarán ni las orillas. No estará
seguro ni detrás de los matojos.
3-12-2002
LA RESPONSABILIDAD DEL CAMINANTE
El caminante no se escondió de sí mismo
porque las palabras que encontró parecieron
gastadas, inútiles, sombrías.
El era la consciencia.
El fue junto a un camino, abierto para sí,
como proyecto a vivirse. El no dijo:
Te negaré camino.
Estaré quieto bajo una piedra inerte.
El caminante tenía un destino y las jaurías
lo buscaban, oliscándolo hasta debajo de las peñas.
Pero asumió los riesgos, se encaró al que muerde,
al que tiene en su hocico lo inútil, las iras
de la renuncia y la carencia de ser.
El caminante supo que el camino le espera.
No podrá ni suprimirlo ni ignorarlo.
No lo salvarán ni las orillas. No estará
seguro ni detrás de los matojos.
3-12-2002
*
LA META
Voy, en cuanto puedo, hacia una meta.
¡Tantas metas me ha propuesto este mundo,
ahí-a-la-mano! Y elegí solo una.
Quiero un mundo al que yo diga:
¡Es digno de ser mío!
A duras penas, trazo el camino.
Voluntad tengo, pero lo sé…
mi equipaje es poco.
Y la noción de arranque,
la que con ella madrugo,
es que soy ser finito,
granito de mostanza.
A la verdad se va, como a la muerte, solo.
Quiero ser hombre extendido,
un poco más grande y ni disperso
como el espacio visual, marcado por mi paso;
al final que se diga: Iba en camino
y conoció territorios
y lo acechó como sombra el tiempo.
El fue por la verdad. Lo conjugó la tristeza,
pero él no anduvo quieto.
No lo amarró la pereza.
Ni se sintió vencido y, al final,
no se sintió pequeño.
2.
La verdad que yo quiero, no será gloriosa.
Si lo es, no sé qué sea,
pero: ¡qué bueno!
Ayuda extra no estorba.
Bienvenida.
Mas la verdad que sea precisa, concreta,
y verificaré su consecuencia, su efecto.
Que no sea exceso de dolor.
Si la mentira impone el yugo, el dolor que atontece.
¡Ay, que no sea mi verdad la angustia inmarcesible,
la compresión que estrangula!
Una verdad consoladora me basta.
Una faena que sea sonrisa para mis labios,
nuevo aliento y compañía.
Soy un hombre sencillo y mi ambición
es un poquito más de andar por mi camino,
un poquito más de consciencia
en este ser-ahí del mundo mío.
3-12-2002
Voy, en cuanto puedo, hacia una meta.
¡Tantas metas me ha propuesto este mundo,
ahí-a-la-mano! Y elegí solo una.
Quiero un mundo al que yo diga:
¡Es digno de ser mío!
A duras penas, trazo el camino.
Voluntad tengo, pero lo sé…
mi equipaje es poco.
Y la noción de arranque,
la que con ella madrugo,
es que soy ser finito,
granito de mostanza.
A la verdad se va, como a la muerte, solo.
Quiero ser hombre extendido,
un poco más grande y ni disperso
como el espacio visual, marcado por mi paso;
al final que se diga: Iba en camino
y conoció territorios
y lo acechó como sombra el tiempo.
El fue por la verdad. Lo conjugó la tristeza,
pero él no anduvo quieto.
No lo amarró la pereza.
Ni se sintió vencido y, al final,
no se sintió pequeño.
2.
La verdad que yo quiero, no será gloriosa.
Si lo es, no sé qué sea,
pero: ¡qué bueno!
Ayuda extra no estorba.
Bienvenida.
Mas la verdad que sea precisa, concreta,
y verificaré su consecuencia, su efecto.
Que no sea exceso de dolor.
Si la mentira impone el yugo, el dolor que atontece.
¡Ay, que no sea mi verdad la angustia inmarcesible,
la compresión que estrangula!
Una verdad consoladora me basta.
Una faena que sea sonrisa para mis labios,
nuevo aliento y compañía.
Soy un hombre sencillo y mi ambición
es un poquito más de andar por mi camino,
un poquito más de consciencia
en este ser-ahí del mundo mío.
3-12-2002
CARLOS LOPEZ DZUR
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