Sunday, September 29, 2013

CARLOS LOPEZ DZUR: LAS VENGADORAS / EL FANTASMA / DE EL LIBRO DE LA GUERRA / MISA CONMEMORATIVA







LAS VENGADORAS

Yo era la Fiera monstruosa,
con 200,000 cabezas que mordían
tus ocho millones de habitantes...
Ni sabías el daño de tenerme
(me alimentabas); pero yo, ardía como la anemia
en bolsillos de tus ciudadanos,
en quejas de tus obreros pobres, Portugal.

Yo, la verdadera anemia en el fisco
ocasionada por tus gastos: SOY LA GUERRA, 

fiera desmesurada, Implacable del Alecto, 
la peor de las Erinias. y mordía en ti, 
te daba pobreza y a tus soldados en África
( 200,000 hijos tuyos) devoraba...

Los retuve en Angola, en Guinea y Mozambique,
te los traje heridos, aunque quise matarlos
y desde 1961 les hice guerra sin tregua,
desgaste, entrampamientos, asaltos,
pánico, en todos los rincones africanos.
Les pagué con la misma moneda
con que operan sus represores,
sus guardias, sus torturadores.

Ustedes se creyeron invencibles.
Mataron un millón de negros como moscas,
dispersaron 1.7 millones de niños, ancianos,
mujeres, aldeanos temerosos,
hacia otros estados vecinos y Tisífone
pidió, compadecida, la venganza:
«Esto debe acabarse».

2.


Fue en septiembre de 1964 -- que yo formé
el Frente Liberante; vi a los intrusos de Sur África.
Entraron a desestabilizar aún más
el gobierno colonial de ultraje y su rapiña.
Financiaban ya que impera el caos; perjuran
que se justifica continuar en Guerra Fría
y poner mas bayonetas al escarnio

Por eso intensiqué la insurgencia subversva, 
no mjenos de 13 años. Sería hasta que te rindas 
y te largues del África, misma que explotaste 
desde el tiiempo de los Magallanes; 
yo, como guerra, fui el dolor creciente 

de esclavos armados en Ckikunda. 
Traje la cabeza vengadora de los asesinatos.
Y la Megera seductora que es Infiel
a tu colonialismo y premia con la victoria
a los oprimidos. Apenas te vencí, Portugal.

En 1974, me entregaste el poder detentado
sobre mis tres naciones: las Erinias, al fin,
socavaron tu reino y te quitaron
a Angola, Mozambique y Guinea-Bissau.
Aún falta más, pueblo asesino.
Iremos a donde están tus cómplices,
Sur Africa y Rhodesia, despertaremos
los muertos, les daremos castigo.
De la noche, aunque duerman, sacaremos
reinvindicación, cumpliremos vengarnos...

09-01-2002 / CARLOS LOPEZ DZUR


*


 EL FANTASMA

Era una vez el Viento que parecía tener voz
y no tenía. Aún su ronquido poderoso
dijo: «No soy una persona, no se forma
en mí esqueleto». Aún lo imaginaban temeroso,
destrozador y represivo, pero sólo era el viento.

Descrito fue como agente imprescindible.
Es útil para mover un molino,
pero el fantasma desaparecía por todas partes.
En todos lados anduvo y se le supuso su origen.
Entonces, dijeron que el Viento-Fantasma
era la gran resistencia, algo que desafía
y no siempre está ausente, 
algo que no es institución,
porque traiciona, no es fiable, 
subvierte su sentido.

Y sospecharon que a veces no sabe hacer,
ni forjar nada, no sabe amar, no puede.
aunque siga siendo el fantasma que obsede.
Lo llaman influencia potencial, prohijado
por X o Y agente, pero nadie es Dueño del Viento.
Ni ha mirado con atención su cara,
ni sus ojos y asegura con verdad de labios
que hay que neutralizarlo para siempre.
Si es como la guerra, es tan sólo un fantasma que se teme.

07-02-2000



*



MISA CONMEMORATIVA




World War One was like no other war before in history: the first mass global war of the industrialised age, a demonstration of the incredible power of modern states, the story of the birth of 'total war': Dr. Stephen Badsey


La tarde. Son las 6:00 y la luz quiere evadirse

como si llegara un puñal de lo oscuro
con su luna menguante.

El sacerdote festejará del Imperio.

Comenzará el Eulogio de la tropa.
Sin esa sangre derramada no habría Progreso.

A los enemigos, con sus manos armadas,

Dios es quien los ataca. Blasfema.
Cuando haya que serruchar al adversario, 
Dios que tenga el arma de los cortes.
Sea quien barra.
Al rival que se le pague con el exterminio.

«Y Dios te recluta, pepiniano. 

Dios te da el Teniente a Guerra»,
dice el prelado. Blasfema.

Y es lo que se hizo en este primer ciclo,

en Grandes Guerras. 

Que la democracia triunfe

sobre las expansiones imperiales.
Que los pueblos digan: «Guerra Total.
Esta es mi guerra. Guerra del Pueblo».

2.


Y lo admitiste y en Corea y en Vietnam 

lo Total inició los corolarios; que inclusive
hay que acabar con las Camisas Negras
y los líderes pardos como Albizu; 

pacificar a comunistas, en las selvas, 

a los nacionalistas a pedradas, 
en los ghetos, 
todo cuanto sea enemigo del Imperio, 
merecerá guerra total,
toda la ira,
toda la sangre.

El Sacerdote viene como una Fiera Santa.

Con un bolso de ajos que espanta a las izquierdas.
Con la voz de Pantaleón Chiviricuí gritando 
rimas como si fuera De Diego.

O aquel amigo local, Moncho La Lira,

tan elocuente al que Rodríguez Cabrero
el ex-Alcalde, despreciara como al diablo.

3.


Se hablará acerca de valientes que ya no están

presentes. Son parte de obiturios 
y cámaras mortuorias
que en refrigerados pedazos 
aguardan ser cenizas 

... porque ya no son cuerpos.

Se hablará de que en Pepino Dios tuvo un héroe
el jovenzuelo Font, cadete y capitán
que se murió en la Francia.

Se hablará de Arcadio Estrada, aquel más feo

que el hambre, que para evitarse los roces
con Tite, el legislador, edificó el Paralelo 38
y en las parcelas hizo elogios furibundos 
a la victoria contra el Japón agresor, 
traicionero y canalla.

Allá, en medio de la loma del talabartero,

el Maestro Ponce, yergue el Jacho
y habla, abanderado en rojo vivo
de esperanza a quien lo quiera escuchar 
en Pueblo Nuevo.

Esto lo saben Felino y Nito, el hombre bueno,

quiérase o no, viene del Imperio,
y la familia se va quedando sola y rota
y en luto. La base de la historia viene renca,
viciosa, amarga, y la sociología es este dolor sobrante:
misas para estas cajas de cemento
que llaman urbanizaciones, 
misas para estos prados secos
porque nadie los siembra, 
misas para estos cines
con películas de espionaje y mata-indios
y putas-endemoniadas y machos
que jamás se cansan del sexo.

4.


Los muertos se encomiendan a tu Seno Abraham

(pero, ¿quién que sepa si Abram allí los quiere?)
¿Y qué sabe el Cura Aponte sobre Abraham 
si es un nalga de cabra, suplefaltas,
entre acólitos tapachines y embusteros? 

¿Qué sabe de conducir a difuntos

al descanso del Más Allá, si es él 
por la inmanencia bruta, está aferrado 
al opio de la vida cañonera, ser de artificio?

Al paraíso de Santa Teresa él también la conjura,

una vez que depongan las armas, 
a la eidética de lo que urge unas formas, color, 
visiones, cuando falta sustancia, los llama.

Ojalá que Aponte se ahorre las palabras.

Cansada ya está la muerte de haberlo escuchado,
tanto tiempo en el Pueblo y estos días 
de guerrerismo impetuoso fundan
los calendarios y portadas en periódicos.

Pero hay que enterrarlos y allá, 

verborreico, encomienda
a los Divinos el saldo de patriotas
pepinianos. Los veteranos.

Allá, a la senda sobrenatural de los muertos,

caídos en batalla, les manda. 
Duda que exista el Valhalla.

Seguramente, por bombardeos y memorias de ira,

lo que existe es el valle de brasas,
donde todo se deforma y alarga 
como si fuera el humo etéreo, oscurecido, 
del pincel de El Greco.

Pero, finalmente, se ha sentido feliz.

Amén sea por todo lo jodido.
Amén sea por todos los misántropos.

El celebrante es un ministro de duelo.

Y tendrá que decir adiós
a todos, adiós a lo total,
adiós al pueblo perdido.


05-07-2006 / De EL LIIBRO DE LA GUERRA


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