Thursday, October 8, 2009

Octubre 15, 2009 / Núm. 42 / Orange County




Mercedes Sosa Dead at 74


Contenido 42

Pilar Villalba

«Si se calla el cantor...»

Aníbal Rodríguez Vera
«No aflojes negra, negra no aflojes»

Siboney del Rey
Un poema para Mercedes

Carlos M. Valenzuela
Todo cambia / A Mercedes Sosa

Salvador Pliego (México)
Oficio del cantor (a Mercedes Sosa)

Miguel Longarini
Mercedes, usted no se va

Diana Poblet
[(ELLOS Y YO)] La máxima

Luis Alberto Battaglia
A Mercedes Sosa

Marco Antonio Rosa
Recado a Mercedes Sosa

Se apagó la Voz de América, Mercedes Sosa

Gustavo Robles
A la Negra

Diego Manso
Vivir en voz

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Pilar Villalba (Argentina)
«Si se calla el cantor, muere de espanto
la esperanza, la luz y la alegría»


Silencio y dolor en los argentinos ante la muerte de Mercedes Sosa, la Negra, aquella negra de entonaciones graves, que supo destacarse como una de las voces mas importantes de nuestra historia.


Falleció Haydé Mercedes Sosa a las 5.15 horas del día de hoy [04 de Octubre de 2009], luego de un padecimiento que la mantuvo internada en la Clinica Trinidad las últimas semanas. La Negra nació el día 9 de Julio de 1935 en la ciudad de San Miguel de Tucumán, tenía 74 años de edad y una trayectoria de 60 años.

«Su voz llevó siempre un profundo mensaje de compromiso social a través de la música de raíz folklórica, sin prejuicios de sumar otras vertientes y expresiones de calidad musical. Su talento indiscutible, su honestidad y sus profundas convicciones dejan una enorme herencia para las generaciones futuras. Admirada y respetada en todo el mundo, Mercedes se constituye como un símbolo de nuestro acervo cultural que nos representará por siempre y para siempre».

Alla por los sesenta comenzaba su carrera con los irrelevantes discos Movimiento del Nuevo Cancionero y Canciones con fundamento para un público que aún no la conocía, y gracias al visionario Jorge Cafrune quien la invita a participar en un escenario de Cosquin empieza su ascendente carrera.

Entrando en la década del setenta Mercedes Sosa publica dos álbumes en colaboración con Ariel Ramirez y Felix Luna : Cantata Sudamericana y Mujeres Argentinas.

Una mujer con arraigadas convicciones políticas que supo transmitirla a través de sus cantos, como así también en su tributo a la cantante Violeta Parra, denotando su compromiso y su sentir, tan escuchados una y otra vez en la versión de Gracias a la Vida.

Estas convicciones políticas la llevaron primero a la prohibición de sus discos, y así los argentinos asistimos al silencio de sus canciones, a la censura del que piensa y artísticamente proclama el cambio y denuncia. Obligadamente tuvo que exiliarse de un país donde se exacerbaba la represión y no pudo volver hasta la década del ochenta momento en el cual se restablecía la libertad.

Desde ese entonces hasta hoy la negra cantó en contra de la dictadura y supo combinarse con distintos representantes de la música argentina, la vimos al lado de Charly Garcia, Ariel Ramírez, Fito Páez, León Gieco, Víctor Heredia, Pedro Aznar, Antonio Tarragó Ros, Alberto Cortez, Los Chalchaleros, Piero, Teresa Parodi, Rodolfo Mederos, David Lebón, como asi también fue convococada por grandes de la trova cubana como Silvio Rodríguez y Pablo Milanés.

Que más se puede decir de una mujer que pudo gozar de sus reconocimientos a lo largo de su vida y que se llevó lo más importante que puede pretender un artista de su altura y es que el público supo escucharla.

Solamente nos queda este dolor y esta canción para homenajearla: Si se calla el cantor, calla la vida porque la vida misma es solo un canto...

Tomado de Carolina Quintana / Ver / 2 /

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Aníbal Rodríguez Vera
«No aflojes negra, negra no aflojes»


A las 12:21 AM, un sacerdote ingresó sigilosamente a la Clínica de la Trinidad de Buenos Aires para celebrar un acto de extremaunción muy especial. Era la madrugada del 4 de octubre de 2009. Imperaba un profundo silencio. Pocas horas después el espíritu de la Canción libre había abandonado su cuerpo.

No, no era aquel cuerpo voluminoso e inmenso que en ciento de ocasiones había desfilado por las más prestigiosas pasarelas musicales del mundo. Era otro cuerpo, estaba desinflado, enjuto y delicado. Una sombra de lo que era.

Se nos fue la vida de la famosa cantora Mercedes Sosa, (la Negra Sosa). Ha terminado la agonía de su condición hepática pulmonar que se empeñó en resumirle sus 74 años de vida.

Frente a la clínica todavía se mantienen en vigilia permanente docenas de periodistas en espera de nuevas noticias. Su portal oficial:
Mercedes Sosa ha superado su capacidad con más de 700,000 mensajes de todas partes del globo, manifestándole su respeto, su amor y su admiración. La música folclórica de Latinoamérica ha perdido su máxima expresión.

En Cantora, su último disco producido en mayo de este año participaron varios cantantes famosos. El mismo está nominado con tres premiaciones para los Grammy para este año. Debe resultar ganadora.

Por pura imaginación, creo escuchar un concierto celestial en el que participan: Violeta Parra con gracias a la vida. Chavela Vargas con «ay Zandunga». Toña la Negra con su «Oración Caribe». Joan Báez con «I wish you were here» y María Martha Lima interpreta «cuando un amigo se va …»

Mientras, en un humilde hogar de la ciudad de San Miguel de Tucumán de Argentina donde nació la Negra, una viejecita todavía sostiene en sus manos un rosario y murmura «no aflojes negra, negra no aflojes».

/ Mercedes Sosa: Letras

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Siboney del Rey (Venezuela)
Un poema para Mercedes


[El mundo de la poesía, y la canción popular de nuestros pueblos, nos llena de dolor y luto, la partida de Mercedes Sosa. Una legendaria mujer de luchas, de batallas, de combate por la vida, por la justicia, por la esperanza, por la dignidad de los pueblos... a través de su canción. Canción que hoy estará presente en los corazones de quienes cantamos sus letras.

Vaya para ti, mujer de mil cantos, de mil alegrías, de mil recuerdos... este poema, como un homenaje a quien abrazamos la vida, el sentimiento, las luchas, el amor al prójimo... hecho canción y poesía].

'Ella es la negra buena
y la madre cantora
y la voz transhumante
de la Argentina que llora'


[Fragmento de Canción para Mercedes,
de Alí Primera-Cantautor Venezolano]

UN POEMA PARA MERCEDES

¡Cabalga por el inmenso cielo
en el lomo del Unicornio Azul!
¡Ahí va Mercedes por la conquista de la gloria,
la alegría, y la eterna victoria!

Cantos,
poemas,
flores,
y luces de mil colores,
la reciben junto a Violeta Parra,
Víctor Jara,
Pablo Neruda,
Alí Primera,
Roque Dalton,
Mario Benedetti,
Carlos Puebla,
Atahualpa Yupanqui,
El Indio Araucano,
El Legendario Grupo Madera…

Con gritos de justicia,
y en honor a la memoria de aquellos mártires, y heroínas,
que dieron su vida al defender su patria,
con dignidad y esmero.

¡La Negra Mercedes
con su voz impactante y tierna,
trascendió por las fronteras de un mundo
que soñaba la unidad y el despertar de la patria buena!

Todos los afrodescendientes,
e indios de mi pueblo,
cantan y danzan,
para que tengas descanso eterno.

Tu voz se extienda en las multitudes,
a quienes sembramos la flor de la justicia,
de la esperanza,
y de la paz,
¡que por siempre brillan!

Un batallón de mujeres
que jamás olvidan sus muertos y desaparecidos.
¡Esas son las Madres de Plaza de Mayo!
Con su firmeza, irán siempre contigo.

Mercedes:
Eres La Negra buena
de la patria cantora,
la voz solidaria de los pueblos,
que lloran por sus desgracias afrentosas.

Cuando las garras del imperio,
no dejan que un grito justiciero y valiente,
hagan defender los derechos
de sus hombres y mujeres.

Mercedes:
¡Tu canto prevalecerá en millones de seres,
Hasta la victoria siempre!

[Poema hecho por Carretera vía al Estado Lara.-Venezuela. Madrugada del 05/10/09 ]

Siboney del Rey, Cónsul en Caracas de Poetas del Mundo

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Carlos M. Valenzuela (México)
Todo cambia / A Mercedes Sosa


Dicen por ahí…,
todo cambia.
Digo yo,
con su partida
si ha cambiado
todo, todo...,

Se fue la mujer
que con su voz
envolvió
el dolor del pueblo
latinoamericano,
en sus manos
mostró la fuerza
contenida de los pueblos
sojuzgados,
en su mirada
por el mundo llevó
el olvido de los pueblos
del color de la tierra,
y en su sonrisa
suave como tierna melodía
encontrabas mensajes
de esperanza.

Todo ha cambiado
se ha ido gran mujer
para cantarle aquellos
que en dimensiones diferentes
aguardan su llegada.

¡Gracias a la vida!
Por privilegiarnos con Mercedes.
Un artista de altura
de grandeza inigualable
por su humildad y sencillez.

¡No más su canto fuerte!
no más sus puños en alto
no más su suave sonrisa
no más Mercedes Sosa…,
adiós, adiós, adiós.

Se fue para no volver
la gran cantante,
la sensibilidad hecha mujer.
Mujer que le cantó a su pueblo
llevando en su cantar
el dolor del oprimido,
la alegría del hermano
se fue, para no volver.

Mercede Sosa…,
Solo le pido a Dios
tenga misericordia de tu pueblo,
que no le deje de arrullar tu voz
y tenga en su memoria
tu canto y tu sonrisa.

Se fue, se fue, se fue
Mercedes...
la que defendió su identidad
orgullosa de ser también latina.
Como la cigarra que se va
ella también se ha ido y
¡Hoy… todo cambia!

Hermosillo, Sonora, a 5 de octubre de 2009

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Salvador Pliego (México)
Oficio del cantor (a Mercedes Sosa)


Arte de la tierra, madrigal de los obreros,
donde hierven los hornos sus adoloridos hombros
y los mazos respiran el sudor de los aceros.
El vértigo que encaja arde como la soldadura roja
penetrando en las holladas manos,
y una voz lamenta sobre láminas prendidas sus horarios ciegos.

En los carbones revientan su esperanza y agonía
como los vaciados de un metal que funde la pupila.
Ahí sus almas lastimeras forjan los cantos de metal y fuego
mientras lloran su dolor de hierro a las planchas en proceso.

Desde el fondo, el horno funde la música y el pecho
y, entretanto, la fábrica musita en los lingotes su canto tucumano.
La voz retumba en los moldes del obrero: manifiesto de caldera y jornalero.
Y la rebeldía desgañita su tristeza en el crisol abierto del metálico sonido.

Salvador Pliego

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Miguel Longarini (Argentina)
Mercedes, usted no se va


La Negra, es la voz que está incorporada
en los oídos y corazones del pueblo.
Se ocupó de ser eterna;
de ser símbolo nacional,
de ser madre espiritual;
Se nos metió adentro.
Mercedes, usted no se va;
Tal vez, le llevarán algunas alforjas
que siempre uno lleva
“cuando va cargau de más”,
Pero usted está aquí, con nosotros,
los humildes de corazón,
los que no podemos ser guachos
de Cantora; de la Canción con Todos.
Usted es el 9 de Julio, nuestra Independencia.
Aquí estamos, sus compañeros del verde fuego
dispuestos a seguir soñando ese tiempo;
El tiempo de TODOS, que es su mismo canto.

04/10/09 /
Miguel Longarini / Bitácora

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Diana Poblet (Argentina)
[(ELLOS Y YO)] La máxima


Íbamos por octubre soleado cuando Ella se detuvo hoy no fuimos Radicales ni Peronistas tampoco de River ni de Boca ni el Obelisco ni la Casa de Tucumán hoy dejaron de demolernos los antagonismos y por un instante sólo fuimos nosotros, los desnudos los doloridos, los huérfanos, nosotros los todos los militantes, los pacatos, los grandiosos, los simples, los utópicos, los políticos, los esperanzados, los suicidas, los oficinistas, los cartoneros, nosotros los todos juntos por esta única vez y vos dormida ahí, en el Congreso Nacional y el cielo se cae a pedazos diluvia sobre tu sombra relámpagos que te buscan en el Salón de los Pasos Perdidos tableteo de rayos rugiendo el dolor de tu partida esta noche madrugada de lunes 5 que fuimos a llorarte a cantar aquello de Silvio Rodríguez que vos sembrabas

SI NO CREYERA EN LOS QUE LUCHAN AY QUÉ COSA FUERA
QUE COSA FUERA LA MAZA SIN CANTERA

Y acá estamos ahítos de pena recostados en nosotros mismos somos un ejército replegado, porque has partido Mercedes aunque nos esperes ahí en esa esquina de lumbre que a veces en tus recitales supo tener el alma.

Y ahí va Mercedes: "Gracias a la Vida "..."Salgo a caminar por la cintura cósmica del SUR" Para que America se abrace, se encienda, rompa en fuegos. Sea posible.

Tomado de
Obelisco / Resumen nº 1919

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Luis Alberto Battaglia (Aregentina)
A Mercedes Sosa


Cómo decirte negra esta tristeza,
Mercedes magia, lucha, sol,
Mercedes libertad, emoción,
fuego
que enciende la esperanza.
Cómo decirte que quedamos solos
si no estás, que Argentina ya jamás
será la misma.
Vos que fuiste el milagro y en tu voz,
en tu milagro vos fuiste poesía.
Decirte negra te queremos tanto
que el alma está en orsay como decía
el tango; decirte aunque es muy tarde
negra, negra que no te vayas todavía,
que tengo hecho alma el llanto
y que al borde del grito y del espanto
sufrimos la imposible despedida,
que cuide de tu luna, que te mime
ese celeste y blanco que fue tuyo
y vibra en cada canto.
Si ya no estás ¿a dónde fue la vida?

4-10-2009

L. A. Battaglia / Extasis poético / Battaglia / Paginantes

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marioantonio rosa [Puerto Rico]
RECADO A MERCEDES SOSA


traje para ti una hoguera de geranios
una voz de lucha, cimientos de cadenas rotas
las lluvias que te imaginaron la palabra
la guitarra rota que sigo amando como a una sombra
el monumento muy pequeño de peces hablando de tus sueños
y un concierto a los mares

hoy no pude estar triste
desperté y todos tus sonidos en mi cuarto
levitaban una pintura sin espacios
no sé cómo de esos álamos en tu voz
el sol siembra por tu frente las alas
tantas tierras Mercedes, tierras en melodías
la campana del niño, mullida y tranquila como un beso
los copihúes en pedazos de cristal, la sal nocturna
donde invocabas tu piel para las aguas,
tantas aguas Mercedes, tantas aguas
el Ecuador en arenas, la plácida herida de La Patagonia
los puentes de maíz de Guadalajara, la piedra de sol del Quetzal
todos nosotros con lumbres de tu escenario
para que nunca nos llegara una mentira, para hablar libertad
y conocer de los pájaros el diluvio de los viajes

hoy mi café está soñoliento
he leído el cuerpo entero del Amazonas con Neruda
Huidobro no creía en las estrellas, Cardenal imanta brújulas
llenaba con Julia de Burgos una luna de árboles
y llegaste tú al firmamento
y en mi cuarto los infinitos me llevaron

contigo.
marioantonio rosa

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Se apagó la Voz de América, Mercedes Sosa

La cantante argentina Mercedes Sosa (http://www.mercedessosa.com.ar) murió a las 5:15 de este domingo 4 de octubre a los 74 años de edad. Víctima de un problema hepático, sufrió en los últimos días una disfunción renal con complicaciones cardiorrespiratorias. La llamada Voz de América y también La Negra, estuvo internada desde el 18 de septiembre en una clínica de, Buenos Aires. Entró en coma el jueves 1 de octubre, y el viernes 2, cuando los médicos determinaron que no podrían salvarla, recibió la extremaunción.

Canción con todos, Alfonsina y el mar, Gracias a la vida, Como la cigarra, La maza y Duerme negrito son algunas de las canciones que convirtieron a Mercedes Sosa en la voz emblemática de Argentina y de Latinoamérica.

El domingo, la despedida del pueblo argentino se hizo patente con una fila que abarcaba más de medio kilómetro desde el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso de Argentina (http://www.congreso.gov.ar), donde se inició el velatorio a las 12 del día. Miles de seguidores esperaron durante horas para entrar a la sala donde, tras un cordón, reposaba el cuerpo de la artista, y circulaban sin detenerse ante el cajón abierto, separado del público unos metros.

El viernes le habían dado la extremaunción y sus familiares difundieron un mensaje tranquilizador a sus fanáticos: «Está en paz y no sufre ni sufrirá», dijo su hijo, Fabián Matus. En el comunicado con el que anunciaron su muerte, fueron los mismos parientes quienes la calificaron como «la más grande artista de la música popular latinoamericana». Sus restos serán cremados hoy en una ceremonia íntima en el cementerio de Chacarita.

En los días previos, Matus insistió en que su madre no había tenido ningún dolor ni sufrimiento. «Son instantes de oración, esto tiene que ver más con una situación de vida. Ella ha vivido a pleno sus 74 años, hizo prácticamente todo lo que quiso. Mercedes siempre ha sido un símbolo de libertad. Ahora, nosotros, la familia, pedimos solamente ser nosotros los que estemos a su lado».

En la esquina del Palacio Legislativo los integrantes de la Federación Juvenil Comunista (FJC, http://www.lafede.org.ar) pegaron sobre las paredes papeles en blanco, pusieron fibras que todos usan y nadie lleva, y crearon un espacio improvisado para quienes quieran dejar sus testimonios. Una bandera de la federación, en tela roja pintada con aerosol, ubicada sobre uno de los vallados que impiden el acceso al tránsito, rezaba: Gracias a tu vida, que nos ha dado tanto”.

Al velatorio se presentó la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, con rostro adusto y vestido negro, acompañada por su esposo y antecesor, Néstor Kirchner, y su jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. La mandataria acarició las manos y el rostro de una cantante que fue su amiga personal y que la apoyó incondicionalmente en su carrera política.

También se abrazó al hijo, la nieta y el sobrino de Sosa, y lloró cuando un coro espontáneo interpretó la sentida zamba Lunita tucumana, dedicada a la provincia en donde la artista nació hace 74 años. La mayoría de sus ministros ya se encontraba en el Salón de los Pasos Perdidos, el lugar que fue elegido para rendirle un último homenaje a la querida artista, cuya muerte conmocionó a miles de personas.

Fernández adelantó su regreso a Buenos Aires, ya que se encontraba en la patagónica provincia de Santa Cruz, en donde suele descansar los fines de semana. Apenas aterrizó en la capital, la presidenta firmó el decreto para declarar un duelo nacional por la muerte de “La Negra”, por lo cual hoy las banderas de los edificios públicos se colocarán a media asta.

El canciller Jorge Taiana reveló que había recibido llamados de condolencias de la mayoría de los países latinoamericanos. «Mercedes fue una gran embajadora de la cultura argentina, el sentimiento de pesar nos trasciende a nosotros, hay una conmoción muy grande en la región», dijo.

Sosa trabajó con todas las grandes figuras del folklore latinoamericano, pero también con los otras generaciones másjóvenes. Este año lanzó Cantora, un disco doble con un DVD que rápidamente trepó a los primeros puestos de los rankings locales y recibió tres nominaciones a los Premios Grammy. Pese a haber fallecido, competirá elpróximo 5 de noviembre en la categoría folklore con Kimba Fa, de la peruana Eva Ayllón, Folklore, de la también argentina Soledad, Ya no le camino más, de Walter Silva, y D’palo pa’rumba, de Muñequitos de Matanzas.

En este último trabajo, Sosa grabó canciones junto a los músicos más reconocidos de la escena iberoamericana, como Joan Manuel Serrat, Luis Alberto Spinetta, Caetano Veloso, Shakira, Gustavo Cerati, Charly García, Calle 13 y Joaquín Sabina. Sus problemas de salud le impidieron poder presentarlo públicamente en un show.

Nacida en San Miguel de Tucumán el 9 de julio de 1935, Haydé Mercedes Sosa inició su carrera a los quince años con el seudónimo de Gladys Osorio. Radicada en 1957 en Mendoza en los años cincuenta a raíz de su casamiento con el músico Manuel Oscar Matus, con quien tuvo dos hijos (Fabián y Ada), lideró junto a su esposo, y Armando Tejada Gómez y Tito Francia, el movimiento de la nueva canción desarrollado a mediados de los años sesenta, que en Argentina se llamó Movimiento del Nuevo Cancionero.

Aunque pasarían inadvertidos sus dos primeros discos, La voz de la zafra (1962) y Canciones con fundamento (1965), este último se volvería con los años el disco emblemático del Nuevo Cancionero. La consagración popular le llegó ese año de 1965, cuando Jorge Cafrune la invitó por iniciativa propia a subir a cantar al escenario del Festival de Cosquín, el más importante de su país.

Por esa época lanzó con su voz la obra de los compositores tucumanos Pato Gentilini, el Chivo Valladares y Pepe Núñez, inmortalizando canciones como Tristeza de los Hermanos Núñez. En 1967 hizo una exitosa gira por los Estados Unidos y Europa y en 1970 incluye, en su disco El grito de la tierra, el tema Canción con todos, de Armando Tejada Gómez y César Isella, que ha sido considerado como el himno de América Latina.

A comienzo de los años 70 publicó dos discos conceptuales en colaboración con el compositor Ariel Ramírez y el letrista Félix Luna: Cantata sudamericana y Mujeres argentinas. También hizo un tributo a la cantautora chilena Violeta Parra.

Simpatizante de Perón en su juventud, apoyó las causas de izquierda a lo largo de su vida. Tras el golpe de estado del 24 de marzo de 1976, permaneció en el país a pesar de la represión y del hecho de que sus discos fueran prohibidos, hasta que en 1979, en un concierto en La Plata, fue detenida en el propio escenario y el público asistente arrestado. Se exilió entonces en París y después en Madrid. Poco antes había muerto su segundo marido.

Volvió a Argentina en 1982, poco después de que el régimen militar de Jorge Rafael Videla se viera obligado a iniciar el traspaso del poder a un gobierno civil, tras la Guerra de Malvinas. En esa ocasión realizó una serie de conciertos históricos a sala repleta en el Teatro Ópera de Buenos Aires, que se convirtieron en un acto cultural contra la dictadura, a la vez que un hecho renovador de la música popular argentina al incluir temas y músicos provenientes de diferentes corrientes musicales, como el folklore, el tango y el rock nacional. La actuación fue registrada en un doble álbum que constituyó un éxito de ventas y uno de los discos destacados de la historia musical de su país.

Como productora, organizó uno de los espectáculos más importantes presentados en la Argentina: Sin Fronteras, que reunió en el estadio Luna Park de Buenos Aires a las argentinas Teresa Parodi y Silvina Garré, la colombiana Leonor González Mina, la venezolana Lilia Vera, la brasileña Beth Carvalho y la mexicana Amparo Ochoa, además de la propia Mercedes.

Durante los años siguientes continuó dando recitales exitosos dentro y fuera de Argentina, actuando en estadios y en los escenarios más grandes y prestigiosos como el Lincoln Center, el Carnegie Hall —donde recibió una ovación de 15 minutos—, el Mogador de París y el Concertegebouw de Ámsterdam, el Teatro Colón de Buenos Aires, el Coliseo de Roma y otros.

En 1992 cantó en la Quinta Vergara (en Viña del Mar) y en el Estadio Chile (en Santiago). En 1993 volvió a Chile para participar en el Festival Internacional de Viña del Mar. Representó a las voces de América en el Segundo Concierto de Navidad realizado en la Sala Nervi del Vaticano. Fue la más aplaudida en ese espectáculo realizado para el Vicariato de Roma y el papa Juan Pablo II.

Siguió siempre ampliando su repertorio, y grabando en varios estilos. Fue convocada por artistas internacionales como Joan Baez, Andrea Bocelli, David Broza, Chico Buarque, Luz Casal, Gal Costa, Lucio Dalla, Nilda Fernández, Alfredo Kraus, Tania Libertad, Pablo Milanés, Nana Mouskouri, Milton Nascimento, Luciano Pavarotti, Silvio Rodríguez, Ismael Serrano, Shakira, Sting, Cecilia Todd y Caetano Veloso, entre otros.

También colaboró, en diversas oportunidades, con músicos argentinos de la talla de Pedro Aznar, Alberto Cortez, Charly García, León Gieco, Víctor Heredia, Roberto Goyeneche, David Lebón, Los Chalchaleros, Fito Páez, Teresa Parodi, Soledad Pastorutti, Piero, Ariel Ramírez, Antonio Tarragó Ros, Rodolfo Mederos, Atahualpa Yupanqui, Julia Zenko y otros.

De los reconocimientos que ha recibido sobresalen el Gran Premio Camu-Unesco 1995, otorgado por el Consejo Argentino de la Música (http://camu.org.ar/) y por la Secretaría Regional para América Latina y el Caribe; del Consejo Internacional de la Música de la Unesco (http://www.unesco.org/); el Martín Fierro 1994 al mejor show musical en televisión; el Premio de la Unifem (http://www.unifem.org), organismo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU, http://www.un.org) que la distinguió por su labor en defensa de los derechos de la mujer; el Konex de Platino 1995 a la Mejor Cantante Femenina de Folklore y el Konex de Brillante a la Mejor Artista Popular de la Década, así como el del Consejo Interamericano de Música de la Organización de los Estados Americanos (OEA, http://www.oas.org/).

Fue condecorada con honores en el año 2005 por el Senado argentino con el premio Sarmiento en reconocimiento a su trayectoria artística, su compromiso social y su constante lucha en materia de derechos humanos. También ganó premios Grammy Latinos y Premios Gardel. En 2008, el gobernador de Mendoza, Celso Jaque, la nombró embajadora cultural de Mendoza junto al grupo Karamelo Santo. También se desempeñó como Embajadora de Buena Voluntad de la Unesco para Latinoamérica y el Caribe.

Tomado de
Letralia / Fuentes: BBC • Clarín • Notimex • Wikipedia

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Gustavo Robles
A la Negra


“Romperá la tarde mi voz, hasta el eco de ayer
Voy quedándome sólo al final
muerto de sed, harto de andar
Pero sigo creciendo en el sol, vivo”
Veo a mi madre, al principio de mis años, haciendo los quehaceres del hogar, esparciendo su ternura en cada rincón. Mis ojos pequeños abiertos al asombro, y mis oídos recibiendo música como olas, inundándolo todo: ahí ya estaba Mercedes, con su voz incomparable.

“Mi razón no pide piedad, se dispone a partir.
No me asusta la muerte ritual
Sólo dormir, verme borrar
Una historia me recordará, vivo”
Mi viejo agitando el fuego en la parrilla, los domingos, abonando el ritual del asado, de la familia, del amor y la amistad, y mis juegos y mi admiración revoloteando alrededor, mientras una zamba retumba airosa en la mañana, estremecida por esa garganta privilegiada, siempre presente.

Crecí escuchando su canto, y esa maravilla habitó todos mis lugares y mis tiempos. Raíz en mis padres, ramas en mis hijos. En verdad, no tengo recuerdos que no estén atravesados por su compañía. Ir a verla era una fiesta que invitaba a la emoción. Mis padres me inculcaron el amor al arte y –sobre todo- a la música. Por eso me alentaron a animarme con la guitarra. El folclore fue la vía práctica, y allí estuvo como siempre la guía luminosa de La Negra. “Balderrama”, “El jardín de la República”, “Criollita Santiagueña”, “La arenosa”, “Alfonsina y el mar”, “Canción de lejos”, fueron primeros amores de principiante.

Con los años se profundizó la razón, se expandió la consciencia, y entonces empecé a detenerme en las letras. Siempre me había llamado la atención la adoración casi reverencial de mi Vieja por ese disco de fondo celeste con la foto de una joven Mercedes en la tapa: “Hasta la Victoria”. “Le canta al pueblo humilde, nos canta a nosotros” me dijo mi madre. Entonces entendí el valor de canciones como “Plegaria para un labrador”, “Campana de palo”, “Los hermanos”, “La pobrecita”, la misma “Hasta la Victoria”.

“Que tiemble el verdugo opresor
El buitre insaciable del Mal”
Llegaron a mí, a través del puente de notas tendido por ella: “Cuando tenga la tierra”, “Gracias a la vida”, “Camino y piedra”, “Zamba del riego”, “Canción con todos”, “Zamba para no morir”, entre otras que como avalancha esclarecida aportaron a mi formación como sujeto. Mercedes era una musa que cantaba con estirpe sin igual la razón de las penurias y la esperanza de todo un pueblo. No sólo era la más alta expresión de calidad artística, revolución dentro de nuestro folclore, amalgama de la infinidad de matices que hacen a nuestra cultura suramericana, lo que despertaba admiración: era el contenido abrumador de su repertorio. Se puede cantar muy bien, y sin compromiso alguno. La Negra era la negación de lo vacuo: era luz, incluso en la más profunda oscuridad. Por eso no sólo estaba rodeada de los mejores músicos, sino que cantaba a Tejada, a Hamlet, a Violeta, a Neruda, a Jara, a Sampayo, a Atahualpa.

¿Cuántas conciencias ha despertado su voz? ¿cuánto grito proletario, cuánta lucha libertaria, cuánto puño cerrado rebelado a la opresión?

Algunos le achacan posturas equivocadas. Algunos, desde esa izquierda dogmática y chiquitita –muy chiquitita- que quienes aspiramos a una izquierda grande, popular y de masas, debemos dejar atrás.

Le endilgan, despechados, el abandono de ciertas estructuras políticas iluminadas que, mientras ella era censurada, perseguida y amenazada, al punto de sufrir el escarnio del exilio, su burocracia proclamaba un pacto cívico-militar con la más sangrienta de las dictaduras. Hay que tener cara para acusarla…

“Todavía cantamos, todavía pedimos, todavía soñamos, todavía esperamos.

Que nos den la esperanza de saber que es posible
que el jardín se ilumine con las risas y el canto de los que queremos tanto”

Algunos, desde posturas que pretenden ser de izquierda, con una soberbia que provoca repudio y aislamiento de las mayorías populares, rechazan todo lo que no sea a su imagen y semejanza: son los que quieren uniformar el pensamiento, son los cultores del dogma, los que, tal vez sin darse cuenta, van en contra de la esencia humana y de las ideas que dicen defender. Son los que no entienden el sentir del pueblo, son los que no entienden que todo acto tiene causa y consecuencia. Ven la realidad como una fotografía.

La Negra era así, como era, auténtica, solidaria, comprometida con los más humildes, hija de una vida dura –y a veces cruel- que la fue moldeando. ¿Que cometió equivocaciones? Seguro, como todo ser humano. Pero su humanismo y su consciencia intuitiva la hacían, en la mayoría de los casos, en los conflictos sociales, estar del lado correcto.

Cuando tenga la tierra, la tendrán los que luchan
los maestros, los hacheros, los obreros.
Ella soñó y luchó, a su manera, por un mundo diferente al que vivimos: un mundo sin miseria.

Por eso, ella cosechó el amor que sembró en los pueblos.
Y vivirá siempre en sus corazones
Su voz será eterno grito de libertad

No ha de matarme la muerte, seguiré
iré topando las sombras y andaré
por las picadas de siempre
hecho bramido en los erkes, sin adiós
No ha de matarme la muerte, jamás
Gracias, Negra querida

Hasta la Victoria Siempre

Gustavo Robles

5-10-09 / Publicado en Bosque de Palabras.

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Diego Manso (España)
Vivir en voz

Mercedes Sosa fue una de las cantantes populares más emblemáticas del siglo XX. Su voz llevó el pulso trágico y heroico de Latinoamérica alrededor del mundo. Aquí, una evocación.

1. La muerte siempre es ajena y, a veces, pero sólo a veces, consiste en una función biológica de los cuerpos amados. De los muertos amados, porque los demás se olvidan en la articulación de un pésame o en el remate de una noticia, nos quedan las menudencias que destrozan el corazón, el orden de los objetos en un cuarto cerrado, y nos queda cierto impulso, recóndito al principio, que confirma nuestros modos de acentuar una palabra, alzar la mano para componer un gesto o escoger, entre cientos, una perspectiva para la mirada. De los muertos apenas se avienen los rastros. Nada más. No balconean desde una nube ni recorren esferas innominadas ni aguardan con batas blancas el veredicto de un tribunal. Nadie va a ningún lado, todos somos parte de un mismo y único engrudo. Nuestros muertos son lo que somos, aunque vivir se trate, mayormente, de escurrirse a través de esa evidencia. Ahora que Mercedes Sosa está muerta y que los fastos necrológicos insisten en repetir las conjeturas de algún catecismo y machacan con la noción de eternidad, como si existiera certidumbre de cosa semejante, corresponde allanar las distancias: de los muertos nos separa una escasa milésima de segundo.

2. El canto es una potestad femenina que, salvo las excepciones a la regla (se me ocurren Carlos Gardel y Ney Matogrosso), los varones cultivaron con recato. En ese sentido, Mercedes Sosa fue una de las cantantes populares más grandiosas de la historia del mundo. Tal vez la última, por mero azar cronológico. En Argentina todavía no nos dimos palmaria cuenta, más allá de las aquiescencias de última hora, que siempre funcionan más como un pedido de disculpas que como una apuesta crítica. Sólo Ella Fitzgerald, Nina Simone, Amália Rodrigues, Edith Piaf o Elis Regina le son en rango comparables. Todas inventaron algo y todas discurrieron sobre su invento para, más tarde, comentar el origen con las heridas de la voz. Amália, por caso, concibió la forma de cantar la música orillera de Portugal, la revolucionó después para gloria y también escarnio, y regresó, hacia el final de su vida, al repertorio del autor Frederico Valério ("Confesso", "Que Deus me perdoe") para quitarle los ornatos de la juventud y afirmarlo como nostalgia o despojo del dolor. Mercedes otro tanto: fundó el movimiento Nuevo Cancionero "para dejar de robarle a la gente del pueblo su tesoro" literario musical, visitó géneros ajenos al folclore argentino a partir de la década de los ochenta (hasta grabó canciones indignas de su figura) y tornó en los últimos años hacia el revisionismo sensibilizado que se comprueba en los discos Acústico (2002) y Corazón libre (2005). El primero, recoge algunas piezas sustanciales de su discografía inicial, como las pasmosas Zamba del chaguanco (Hilda Herrera y Antonio Nella Castro) y Canción de las cantinas (Manuel J. Castilla y Rolando Valladares), en versiones que parecen enmalladas por la rumia de los tiempos. Su voz ya era allí la definitiva, la de la vejez. ¿Qué extraño erotismo descansa en las voces viejas? Escuchemos si no, el dúo de Mercedes con Eduardo Falú en Tonada del viejo amor y tratemos de encontrar la revelación. Está allí, un paisaje de cuerpos desnudos y mustios que reposan unos sobre otros, sujetos entre sí por las pobres hilachas del amor.

3. Un cantante popular es la representación de sí mismo, de allí nace la empatía que le profesamos. Un cantante popular no es un cantante pop porque no precisa colocar énfasis alguno sobre su identidad ni cubrirse de embozos. Un cantante popular es un ser arremangado frente al mundo. «Canto así porque soy comunista», me dijo Mercedes cierta vez y fue título en Ñ. Un cantante popular es siempre un misterio de interpretación porque no existe en él nada que delate la impostura. Un cantante popular es un prodigio de ascesis interior. Un cantante popular es apoteósico a su pesar, no sobredimensiona la marca de la acción, es acción misma. Un cantante popular arroja su voz; un cantante pop sólo la impulsa. La voz de un cantante popular es trasunto de una interioridad y no técnica pura aplicada a la emoción o a sus signos consensuados. Un cantante popular es heroico por oposición al silencio. Así, Mercedes fue una cantante popular en la acepción profunda. Revisar su primer disco (que no se trata del clásico Canciones con fundamento, como creen algunos, si no de otro que lleva simplemente su nombre) devela que entre aquella Mercedes y la última, mucho más allá del derrotero que siguieron sus graves, late el mismo pulso. ¿Quién tuvo tanto swing para la chacarera? ¿Quién se apoyó como ella en los estribos de una zamba? A veces, se nace sabiendo.

4. Que Mercedes nació quince días después de que Gardel fuese, en Medellín, carboncitos. Que Mercedes partió al exilio luego de cantar Cuando tenga la tierra y de que la policía se la llevara presa junto a todos los presentes de un boliche de La Plata. Que Mercedes nació un 9 de Julio y que su madre oyó, mientras la paría, las salvas de los festejos por la Independencia. Que sus anécdotas, de inmensas oraciones subordinadas, transcurrían de aquillá sin miramientos: de pronto en la estepa rusa, de pronto en una horrible callecita limeña, como si el planisferio cupiese en la palma de una mano y los mares se contuvieran en un vaso... Son razones para el mito que se edificará al costado de la voz. Porque siempre importará más la voz que el mito. Porque Mercedes no necesitó morirse para ser milagrosa.

5. Barthes ensayó una definición preciosa para la voz: mixtura erótica de timbre y de lenguaje. La voz es, ni más ni menos, una prolongación del cuerpo en el espacio. A la voz interior, en cambio, nadie la conoce, salvo nosotros mismos, que la atesoramos como un magma. «Estos son la soledad de la noche, el contorno de mi cuerpo sin las caricias que extraño, mi desorden de papeles, mi dialecto de la infancia, mis saquitos de té y mi calle», nos decimos –incluso en presencia de extraños– pero nadie nos escucha. Sólo nosotros sabemos cómo suenan esas palabras, qué ecos estallan detrás del pronunciamiento de la mudez. Está nuestra voz social y está nuestra voz interior. Sin embargo, ahora mismo, cabe pensar que aquello que Mercedes consiguió durante toda su vida de cantante fue descorrer el velo entre esas dos zonas independientes. Cuando canta Mercedes, entonces, escuchamos nuestra voz interior. Una de las pocas epifanías capaces de conjurarse en un mundo que suele negarlas. Mercedes reinventó la intimidad del canto en tiempos donde resulta arduo encontrar un rincón donde estarse solo sin dar explicaciones.

6. La muerte no conduce a ninguna parte ni se precisan retornos cuando quedan inmanencias. Carece de importancia el motivo, pero he llorado en brazos de Mercedes. Y ella en los míos. La anécdota nos es privada. Lloramos largamente abrazados una tarde de otoño con mucho sol, frente a ese balcón que se ve en la foto. Un balcón lleno de plantas, que Mercedes adoraba cuidar. Yo le dije que la amaba y ella también me dijo que me amaba porque en ese momento era cierto. Estábamos hermanados en ese abrazo, que aún me dura. Nos llorábamos a nosotros mismos y no fue patético ni triste. Apenas nos conocíamos, pero fue necesario. Ella recordaba esa tarde tiempo después: cómo lloramos juntos, recordaba. Cómo lloramos juntos... Hay encuentros resistentes a las despedidas. Que cada cual enumere los suyos. Por suerte, el amor no es tumor: no se extirpa ni mata. Matan la idiotez y el olvido. Mercedes ya no está en ningún lado, sólo en los discos. Y en nosotros, que no somos negligentes ni idiotas. Una mano sobre el corazón: es acá.

Mercedes Sosa Básico [San Miguel de Tucumán, 1935 - Buenos Aires, 2009]

Grabó alrededor de cuarenta discos y con su voz inmortalizó temas como Gracias a la vida. Interpretó a los más importantes de la canción popular latinoamericana como Atahualpa Yupanqui y Violeta Parra, y a músicos de rock como Fito Páez (en el disco Yo vengo a ofrecer mi corazón, de 1985) y Charly García (Alta fidelidad, de 1997). Sus últimos discos, Cantora 1 y 2 (2009) incluyen duetos con cantantes de diferentes extracciones, desde Luis Alberto Spinetta a Teresa Parodi y de Shakira a Caetano Veloso, entre muchos otros. [giecoleon]

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