Wednesday, June 1, 2011

Junio 2011 / Núm. 77. Nueva Etapa / Puerto Rico



Número Previo
CONTENIDO 77

Carlos López Dzur

Fragmento de novela: Las Hienas /
«Las amarguras de Aníbal»
El poema que bendice
Oubao Moin / Isla de la sangre

Enrique Ramírez Aguilar
Florecer

Paula Corroto
El capitalismo entierra la literatura rusa

Dmitri Back
Literatura rusa actual

Chester Swann
Terror en el Patio Trasero
(Área de Liquidación Controlada, para América)

Francisco Antonio Ruiz Caballero
Selvas de Xión

Constantino Mpolás Andreadis
Hebe Unhart
Como si los personajes

La Twitteratura: breve, concisa, rápida y accesible
@anaivelisse / En Revista Literaria Online Libro a Libro

Juan Manuel Pérez Álvarez
Parte el mundo de nuestro corazón

Graciela Wencelblat
sin títulos / poemas breves

Liliana Varela
De la tumba y la muerte

Graciela Maturo
La tentación del abismo en la obra de Oscar Portela

Oscar Portela
Claroscuro / frag.

Alejandro Drewes
Frente a tí, Gaza

Arturo Cardona Mattei
Apocalipsis

Fanny G. Jaretón
Después del Diluvio

Carilda Oliver Labra
La vecina muerta
Anoche
Busco una enfermedad que no me acabe...
Vísperas de boda

Philippe Jacottet
La voz
El ignorante
Caminata al final del verano

Leonora Carrington y el surealismo

Gustavo Marcelo Galliano
La cita



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Carlos López Dzur (Puerto Rico)
Fragmento de novela: Las Hienas / «Las amarguras de Aníbal»

* * *

En su primer discurso, al año de tomar la Gobernación, Aníbal Acevedo Vilá escuchará las evaluaciones y sabrá «qué es cosa buena», como dice La Macarena. Se están burlando de él, el Gran Jefe Rojo, hasta los tontos. Le llena el hígado de piedritas.

El hizo dos cosas que mortificó a la oposición, al Cuartel Azul: En 2005, atacó la obsesiva pretensión de tres unánimes delegaciones políticas en la Asamblea Legislativa para efectuar un plesbicito. Antes movilizó una manifestación vociferente ante las escalinatas del Capitolio. Forzó a que el PNP le aprobaran un presupuesto, o él cerraría la Legislatura, con el pueblo por testigo. Y bien, le aprobaron migajas... y, con ello también, se advino la sombra pegajosa del estatus...

«Amarrar votos ideológicos con esa patraña de solucionar definitivamente el problema del estatus», lema que se apuntala con una hipocresía militante que el oportunismo utiliza para venderse como liderezgo de colores patrióticos. Habrá que hacelo alguna vez, mas él reconoce que el país, clásica colonia; no debe moverse apuronadamente al costo que lo hace... él se pone al lado de los soberanistas del Partido. La base está entendiendo paulatinamente la idea. Según espera, La Pava entrará al proceso de adquirir lo que le falta. Sólo que éste es mal momento. Dijeron que era el Gobernador que todo lo propone para luego. Un gobernador demorante y demorado.

Precisamente, cuando tomó el mandato administrativo, su Gobierno tuvo que suspender sus funciones por dos semanas por falta de recursos económicos. ¡Qué mal comienzo! Un Gobernador de la colonia en penuria, obligado a reconocer la bancarrota. El régimen de las Vacas Flacas del que Fortuño hablara en secreto y sigue hablando desde Washington advino, desde hace tiempo; pero es ante él que el fenómeno se presenta a ponerle dedos en la llaga y desacreditarlo. La miseria colonial golpea al Gobernador como a una pera. Golpea su lema: El Nuevo Rumbo Al parecer, el atrecho de las vacas flacas,

En este primer discuso del 2006, Aníbal no dirá que tan jodidas están las cosas que no hubo dinero para pagar a los chupasangres de las burocracias estatales. Hay mucha botella vacía en el Gobierno. Gente-lacra. Se bebieron la leche y piden más. Parásitos. Se sobreordeñaron las vacas de las Arcas Insulares. Y no hay ubre que aguante una crisis que desató Romero Barceló cuando sugirió a Washington el fin de las exenciones contributivas 936, la base económica misma del estadolibrismo.

El jefe Rojo tuvo y tiene, por tanto, que movilizarse en las peores condiciones para buscar dinero / llenar garrifitas de ordeño / donde quiera que haya una vaca con ubres promisorias. ¿Y quién ayudará? La Legislatura, no... pues llena de francotiradores azules, es gente de oposición. La preside José F. Aponte, quien cree que Acevedo es un utópico sacado de los delirios trashumantes del socialismo anterior a Proudhon, Owen, Fourier, Saint Simon & Cía.. Aponte no ha leído nada de esa teoría; pero acusar, como si lo hubiera hecho, lo hacía sentir importante. Un verdadero presidente cameral. Se llena la boca de tales frases cada vez que oye a Berríos o a Acevedo Vilá, u otros cuasi-melones verduzcos.

«Heterogéneas y antinómicas utopías, profecías y otras yerbas bíblicas de lo irrealizable en los trechos del reformismo social». «¡Putas! ¿Qué mosca le ha picado a éste?» Ahora le toca a Aníbal tener que oírlo. De seguro dirá exactamente así, como lo expuesto, y añadirá: «el Gobernador habló sobre un Puerto Rico ideal. Para él, es fácil soñar. Es un especialista utópico-futurista que construye un castillo en el aire que no responde a la pregunta básica: ¿De dónde saldrán los recursos para esas ideas, esos sueños?»

Aponte atacará de paso al nuevo partido (uno que swe organiza en los márgenes del PPD) y dirá que le arranca el mondongo de los sámagos a éste. A Acevedo querrá preocuparlo con la idea por si no se da cuenta. «¿De dónde cree que saldrá esa gente que Rogelio y el partido que inscribe, con Coelho y Travieso, congregarán? ¡Ah, sí. Saldrán de La Pava». Dirá qie son buitres enviados a que le coman el corazón al Partido / La Pava. Mas Aníbal fingirá que no pierde la calma. Este berrinche que tiene es en privado antes de salir al Capitolio.

Tendrá que entender que no es otro enemigo sumado al PNP rosellista. Aponte sí es un buitre asqueroso. Los coquíes de Rogelio Figueroa y el PPR «si en algo coincidimos con pasión», es en que no vale la pena apresurarse a solicitar y repetir un evento que siempre es una pérdida de tiempo: clamar que se autorice el plesbicito... unir lo que no se puede unir, preferencias de status, «ya que estamos tan despedazados como los héroes clásicos, mismos que los amarran a los despeñaderos desolados, en islas perdidas y les mandan los buitres a comerles los hígados».

A Doña Piti / Luisa Gándara / no le gusta ver a su esposo, en este ensayo del discurso que dirá en la Legislatura. Durante el ensayo de leerlo, desde la mañana a la tarde, le antecede un proceso de angustia, trasfondo de pesimismo y se queja, susurra unas cosas amargas, y la entristece cuando alude a buitres y hienas, hasta dentro de su propio partido. Se anticipa a las críticas aunque sabe que si hay condiciones de desastre en la patria los aspectos inmediatos de ese desastre los creó la plana azul. «Ese cuartel de desestabilizadores». Ese fue el mensaje que creyó darle con la manifestación en el Capitolio. Creyó probar que tenía convocatoria y que es más aguerrido y obstinado que las Cámaras Legislativas que lo sabotean y obstruyen para que el Ejecutivo no gobierne.

Del caso de Rogelio indica y ya ni le importa: «Haga lo que haga, seguro que restará votos no al cuartel penepé, a nosotros mismos; pero es lo que merecemos». Es que está amargado. El sistema político que impera es una encerrona que no ofrece opciones al país. Se las ofrece a los hijos de los políticos y hay dos opciones: Puerto Rico como una caterva de pordioseros o una de entreguistas.

Por la mente le pasa la imagen del hijo de Cuchín porque medio-leyó que se quejaba de que «los penepés usan el status para fomentar la división entre los puertorriqueños» y Juan Eugenio tiene razón; pero, si tuviera la oportunidad de decir a los vástagos de Cuchín / los dos Hernández Mayoral / lo que piensa, Aníbal les diría que los populares también hacen lo mismo: «usan el miedo al estatus para fomentar la división entre los puertorriqueños y una cosa peor... sostener este sistema de partidos de administración colonial; partidos de pordioseros y entreguistas. Partidos que no tienen otro fin que invertir en dar carreras políticas a los hijos de los fundadores y perpetuar la estructura de partidos en la bicameralidad y las muchas agencias innecesarias, con funcionarios que ni pintan ni raspan».

Doña Piti lo oye que maldijo la Ley Orgánica Foraker del 12 de Abril de 1900, con la que se nos creara la Legislatura (con 35 cómplices. o futuros «batateros», el modus operandi del ultraje entreguista, que es la colonia); al igual, La Foraker creó el Comisionado Residente, sin voz ni voto. El Bueno Para Nada. En el año de 1917, esta ley fue modificada por otra: Jones–Shafroth Act.. Y francamente, se agravaron los males. En consecuencia, empujado por los nervios del pre-discurso y el mal rato que lo espera, Acevedo Vilá la maldijo. «Que se joda también».

Al pedir un poquito de calma, con miedo que lo oyesen diciendo esas cosas, la Primera Dama lo persuade de que servir a Puerto Rico del 2005 hasta el 2009 es un privilegio. «Ya te han honrado con ese voto de confianza. Eres y serás el Gobernador más joven del país».

«Y el más amargado».

«Te has aguado la fiesta tu mismo. ¿Por qué no piensas que hicíste que se te aprobara el prespuesto después de todo?».

«No, Piti. Me aprobaeon migajas».

«Not gave you self-pity neither for nobody pity!, Hannibal! Be a Savior! Amárrate a tu nombre de guerrero salvador».

Aníbal Salvador siente su boca amarga como bilis. Había sido electo en la contienda del 2 de noviembre del 2004 con sólo 3,000 votos de ventaja. El Gobierno anterior de los Azules fue tan corrupto. Tiene su gente en el poder cameral y son prepotentes. Siente que lo persiguen en muchas frentes: el Tribunal Federal con la candidata Rodríguez es uno. El poder del FBI es otro. La cacería de brujas encendida por el Cuartel Azul, otro de los frentes.

Y él creyó que era valiente; que, años antes, lo fue ante la Marina de Gierra de Vieques. El convalidó inclusive el gesto de los pipiolos y él mismo parecía un melón, demasiado verde para ser la blanda pulpa del pepedeísmo. «Ni una bala más», decía el Dr. Rubén Berríos, el pipiolo. Acevedo acudía a actos de desobediencia civil como quien también quiere cámara y closep up en este brete de historia. «Y conmigo, sí conmigo, mi liderazgo, conmigo y los soberanistas de Miranda y Collado Scharz, avanzamos a ese clamor antes y después de las elecciones de 2000. Exigimos que cesaran los bombardeos en la Isla Nena».

Algunos dicen que tales fueron gesticulaciones. Pintura y capota. De hecho, fueron demasiados años de blandenguería y claudicaciones. Parece un poco tarde para que convenza a muchos en las facciones de izquierda.

Durante este primer año no se ha pronunciado por la unicameralidad. «¿Qué dirá en el mensaje sobre la necesariedad de acabar con los batateros? si parece que está salvándoles el empleíto a los suyos, a esos chupasangres de presupuestos y que ahora ni son la mayoría en ambas cámaras...

Odia que viciosamente se utilice el Tribunal Federal para el Distrito de Puerto Rico, «involucrando a jueces federales en sus bribonerías», en sus persecuciones. Que en Borinquen se politiza todo. El Fiscal Federal Gil Arbona ha dicho: «La corrupción tiene nombre y apellido: Partido Nuevo Progresista». Hay dos jueces federales, distanciados de una ética de apolticiasmo y no partidarismo que, aparentemente se ligaron al PNP al solicitar al director del FBI en Puerto Rico que investigara a funcionarios de los gobiernos del PPD. Y Acevedo Vila está que truena. El Tribunal, lo mismo que el FBI, «deciden por nosotros, interfieren canallamente en lo nuestro». Han retirado la alfombra roja de debajo de los pies que ante nos puso.

Que Acevedo Vila impugna la putrefacción en su partido. Otra cosa que alegan. Le piden que se guarde la petición de una Legislatura cortada a la mitad. «Si así pasara, nunca más en la historia se haría una amenaza bochinchera como ésta: Gobernaremos sin el Ejecutivo», así le dijo el Cuartel Azul. Gobernaremos sin el Ejecutivo. Y se creyó valiente ante las nuevas parálisis del miedo. Se llevó a sus maniatados legisladores, en marcha hacia la Legislatura. Produjo una manifestación de pueblo con la orden: «¡A cerrar el Gobierno! Que se vaya el no quiera dejarnos trabajar. A ver cuánto duran porque no va a cobrar nadie. A eso vienen a cobrar, pues no cobrará nadie. Sin paran la aprobación del presupuesto, yo detengo una y cada una de las funciones. Y no imprime un cheque. No habrá sueldo para nadie; pondré de brazos caídos al personal del Gobierno». / Carlos López Dzur

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El poema que bendice
Y los bendijo Dios; y díjoles Dios: Fructificad y multiplicad, y henchid latierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces de la mar, y en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra: Génesis 1: 28

Les dejo mi bendición y es un claro poema
de trabajo para que sean prósperos.
Lo que fructifica guarda en sí su ley oculta.
Multiplica lo que no es visible:
la esencia de mi bendición.

El poema con que les bendigo no es una espada.
Es una herramienta de trabajo, la más honesta
que les puedo dar. Es magia de sentido para escarbar
el fruto; es un anzuelo para que pesquen el pez
y es un árbol de amor para que hagan nido las aves
y así conozcan misterios lejanos de otros cielos
y oigan trinos de pájaros hermosos.

Todas las bestias que se mueven en la Tierra
son Mi Conocimiento, estudiénlas, utilicen su fuerza
porque las bestias son mansas, si las ama el hombre,
hermosa es toda la zoología y nada es más generosa
que un árbol y una bestia y nada es más dulce
que un pájaro... Cuando les bendigo, mi palabra
le dicen «Señores», o que sean como padres,
y lo protejan todo, debajo del cielo, «señores» les dije
para que no estén solos y la bestia sea su enemigo,
o razones para un miedo diverso; «sojuzagad»
les dije al miedo que le tenga a ellas
porque hice bestias enormes; pero, tu poema
puede sentarse encima del caballo,
puede pasear sobre el elefante, su fuerza
puede ser un motor que te sirva para mover
las piedras, con bueyes puedes arar los campos.

Todo lo que puse en derredor tuyo, toda geografía,
con la idea de que sea amiga productividad
y digo como fruto lo puse, mas no hagas indigno
mi fruto, no sea que te maldiga el mismo fruto
que te come, el mismo animal que te ayuda,
la misma semilla que se pudre, naturalmente,
para que haya flor desde lo oculto.
Aprende a leer mis bendiciones.

Por eso te doy el dominio del Poema
y lo pongo en el Edén de Tu Texto.
No hagas mofa del Dominio con que bendigo
pues el más santo de mis secretos.

15-04-2000 Del libro Estéticas mostrencas y vitales [Tercera Parte: Tránsito entre hienas]

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Oubao Moin

Oubao moin, isla de sangre,
Caribe turbulento,
en cuevas de rojos ríos
me alcanzó el desamparo.
¡Más pobre que la rata
está mi geografía en regolaje
de quemón y chasco!

Con espada se atravesó mi pecho.
El imperio de ácaros, ciegos
por su maldad, sin decoro, gordos,
impetuosos, predecibles
como tupíes y caraibas traicionan.

Visitan este rincón donde la dicha
estuvo y la abundancia y el reposo;
ahora todo es rebujo y botín,
hecatombe, olor a muerte.

Isla mía, los mimes llueven
como lloros de almas ajadas,
vencidas, impotentes,
y el cielo ya no es claro.

Nos cayó la macacoa, Yukiyú.
En cáncano de mar, en escapada,
ancianos y niños palidecen,
se desmayan, y los golpean arrecifes.

Del caney secuestraron mis caciques.
En cadenas, a brujos de cálida poesía,
ví y quedé yerto; con espadas
y sabuesos a mis valientes se mata.

En carrandanga nuestro dolor
se apila y como a bobos de Coria
a esclavitud y burla, a trabajo,
a látigo, a inquina, forzaron
a mujeres y pequeños,
a los débiles por años.

¿Qué vestido queda a la esperanza
si la belleza huye, qué harapo
describe al generoso ágape
si el espíritu se apaga
como en espejo opaco?

A ésto es lo que llaman
la Hecatombe.

Carlos López Dzur /

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Enrique Ramírez Aguilar (México)
Florecer


I

Y entonces el reptil
fue un barco en el desierto.

II


Y naufragó como una orquídea salvaje
en la ciudad.

III


Y el barco fue como crestería
en los cambiantes templos de las dunas.

IV


El reptil descendió del barco que fue
y el barco arribó del reptil que vino.

V


Y desde entonces la tempestad
ya no fue lo que era en soledad.

VI


La tempestad fue canto originario
de la sagrada tierra compartida con otro ser.

VII


Y el reptil habló las arenas y estas fueron fruto.

VIII


Y los frutos hablaron al barco y este fue aliento.

IX


Y el aliento habló al reptil y este fue hombre.

X


Y el hombre habló a la tierra y esta fue mujer.

XI


Y la mujer habló al hombre y este fue feliz.

[NOTA DEL EDITOR: Enrique Ramírez Aguilar se presenta: «Poeta y pintor autodidacta. Nació en el ignífero agosto de 1983. Bajo el signo de Leo ruge. De padres humildes. Niño solitario y melancólico. Genio precoz. Penetrante indagador de la realidad. Filósofo del lenguaje, que ha buscado desde su adolescencia la resignificación del mismo. Sereno rebelde indómito. De feroz espíritu poético que lo ha llevado a crear a sus 27 años lo que él ha llamado Poeticuántica, ya que el lenguale establecido no es adecuado para sus rugidos visionarios. Poeta telúrico, denso y complejo. Árbol encarnado en hombre... Hombre solo por el cuerpo, árbol por todo lo demás. Imaginante de elevado registro. Visionario de críptica escritura. Poseedor de una caligrafía ondulatoria. Agudo físico lírico. Biólogo místico. Habitante geográfico de Zamora, Michoacán, México. Dibujante de meticuloso trazo hiperrealista. Creador de imágenes oscuras. Ilustrador de sus propios poemas. Altivo dibujante provocador... Pintor de encendidos colores. Publicado en periódicos locales. Publicado en antología internacional de poetas Zamora, Michoacán. Publicado en la revista Red Door Magazine de Nueva York. Difundido en xtasy radio. Difundido en blog poético. Aún así, casi desconocido. Fantasma del mundo, pero certera realidad poética y de elevado talento dibujístico y pictórico. Árbol estudioso del fenómeno llamado hombre»].

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Paula Corroto (Madrid, España)
El capitalismo entierra la literatura rusa


La nuevos escritores rusos se presentan en la Feria del Libro de Madrid y critican la censura económica que sufren en su país.

«Rusia es más capitalista que el mundo capitalista. Ahora los editores sólo apuestan por los libros comercialmente exitosos que no necesitan promoción». La queja es de la escritora y ganadora del Booker ruso Olga Slavnikova. Está sentada en una de las terrazas del parque del Retiro y se siente muy enfadada. Según ella, su país, inmerso desde las últimas décadas en el sistema económico occidental, está tirando a la basura los talentos literarios por motivos de beneficio económico. «Al menos durante el sistema soviético, si alababas al régimen podías publicar y si no, como eras disidente, te pagaba occidente. Ahora, si haces un trabajo literario no te paga nadie», añade aún irritada.

Bienvenidos a West Way of Life. Las cifras y los hechos confirman el estado actual de la industria editorial rusa: la tirada media está en 3.000 ejemplares y de los derechos de autor apenas se puede vivir. Ni siquiera siendo un autor traducido. «Yo recibo unos 4.000-5.000 euros de Gallimard. Con eso no hago nada. Un escritor es como un cosmonauta. Te tienes que buscar actividades paraliterarias», señala Slanivkova.

A ella, sin embargo, le gusta nadar a contracorriente. En el año 2000 puso en marcha el premio Debut para menores de 25 años con el fin de llevar a las librerías el trabajo de la nueva generación rusa. Ahora acaba de llegar a España El segundo círculo (La otra orilla), un compendio con los mejores relatos distinguidos con este galardón, que se ha presentado esta mañana en la Feria del Libro. Son textos que, como señalan los escritores premiados Aleksei Lukiánov (Solikmsk, 1976), Gula Jirachev (Gunib, Daguestán, 1985) y Víctor Puchkov (Noginsk, 1985), sin este apoyo, se hubieran quedado en el limbo virtual. «Yo lo tengo claro, si no vendo el texto, lo cuelgo en Internet», confirma Lukianov bajo el contundente sol madrileño. Slanivkova le mira con ceño fruncido. No cree del todo en el poder de las nuevas tecnologías: «Sí, la red se está convirtiendo en el espacio para los jóvenes. Pero creo que es peligroso. El arte es jerárquico y es la edición la que ayuda a mejorar el trabajo de un escritor. Está muy bien que todos acabemos leyendo ebooks, pero los textos tienen que pasar por una editorial seria para mantener el nivel literario y la exigencia», alerta.

Sin el fantasma soviético: A pesar de esta censura (económica) sobre los libros, los escritores jóvenes se han encontrado con un país que ya no concibe el discurso literario como arma política. Nada que ver con la persecución que sufrieron sus compatriotas Boris Pasternak o Vladimir Mayakovski. «El poder considera a la literatura algo marginal. Sólo le preocupa lo que se dice en la televisión», manifiesta Puchkov. «¡A Putin en realidad sólo le interesa el espionaje exterior!», añade su colega Lukianov. De ahí que ellos no tengan ningún problema (tampoco moral) para escribir sobre el pasado de su país sin nostalgia (lo soviético no es trendy como se esfuerzan en mantener los empleados de los puestos turísticos de la plaza Roja de Moscú), pero tampoco con resentimiento.

Retratan a su generación, a su sociedad -la música, la informática, Google- pero sin olvidar que muchos de sus familiares aún vivieron con intensidad la URSS y la Perestroika. «Ahora estoy escribiendo sobre la industrialización de los años treinta, que es la época que vivió mi abuela. Yo no quisiera vivir en una aldea soviética, porqué sé lo que es vivir en un pueblo, pero no me parece justo cubrir de mugre nuestro pasado. Decir que la vida de nuestros abuelos fue en vano es injusto», sostiene Lukianov.

Por supuesto, la inmensidad de Rusia y sus diferencias políticas e históricas provoca que no en todas las ciudades y pueblos las temáticas sobre el pasado sean recibidas de la misma manera. Gula Jirachev, nacida en el Daguestán, próximo a Chechenia, no tuvo el caluroso apoyo de sus vecinos tras la publicación de sus relatos. «Yo escribo sobre las gentes del Cáucaso, sobre el ambiente de la calle, y hubo a muchas personas que no les gustó lo que decía. Primero, porque era mujer y parece que sólo los hombres pueden describir lo que se vive en la calle. Me llamaban mediomujer. Y segundo, para muchos estaba blasfemando. Quizá esto no sea censura, pero es una reacción preocupante», observa.

De momento, estos tres autores, que hoy se han cobijado bajo el sol matinal, tienen sobre sí el paraguas de Debut, pero para dar el salto, como insiste Slavnikova, aún les quedan algunos años como cosmonautas.

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Dmitri Back (Rusia)
Literatura rusa actual

Me gustaría hablar sobre ocho puntos principales. Podéis imaginaros que estáis en una presentación de power point y encima de mí aparecen las diapositivas.

Creo que es el periodo comprendido más o menos entre el año 86 ó 87 y hasta ahora. Es la perestroika y todo lo que la siguió. La perestroika tiene una denominación positiva y es así pero respecto a la política pero respecto a la literatura este fenómeno tuvo unas consecuencias muy complicadas.

Y es que en 85-89 apareció la así llamada la literatura de retorno, es decir las obras que habían estado prohibidas y no se habían podido publicar oficialmente anteriormente en la Unión Soviética (en los años 85-89 todavía estábamos en la Unión Soviética). En esos tres o cuatro años encima del lector cayó una avalancha de obras que se fueron creando a lo largo de los setenta u ochenta años anteriores.

Voy a poner algunos ejemplos. Anna Ajmatova se había publicado pero su poema Requiem no lo había sido. Lo mismo ocurría en referencia al Doctor Zhivago de Pasternak. Pasternak no estaba prohibido pero su novela 'Doctor Zhivago' ni siquiera se mencionaba.

Las obras de Evgueni Zamiatin –Nosotros y las demás obras– fueron publicadas por primera vez en esos años. Ya es otro tipo de literatura –literatura escrita en ruso en el extranjero– que estaba totalmente fuera del alcance del lector soviético.

La así llamada literatura “de campos [de trabajos forzados]” –Solzhenitsin, Shalámov, Zhigulin y otros– se publicó en esos años. La más importante de esas obras, Archipiélago Gulag, se publicó en la revista 'Nuevo mundo' durante un año entero.

También la literatura de los años 50 y 60, de la época del deshielo de Jrushov, –las obras de Dudíntsev, Granin, una de las novelas de Alexander Bek, dos novelas de Vasili Grossman– en gran parte vio a la luz por aquel entonces. De todos esos escritores se publicaron algunas obras pero una gran parte de su creación llegó a nosotros solo en los años 80.

Andréi Platónov es tal vez el prosista más relevante del siglo XX. Las principales obras suyas fueron publicadas también en esos tres o cuatro años, como La Moskva feliz, La excavación, Chevengur, El mar joven.

Y si contemplamos los años 70, en esos cuatro años desde 85 a 89 se publicaron todos los escritores que pertenecían a la literatura underground. Voy a nombrar muchos escritores y muchos títulos, probablemente no todos os resulten conocidos, lo siento pero es imposible prescindir de ellos, en eso consiste la principal complicación de esa conferencia. En los años 70, por primera vez se publicaron autores como Vsevolod Nekrásov, Serguéi Gandlevski, Alexander Eriómenko y muchísimos más. Se puede decir que todos los conceptualistas –no estamos hablando de los pintores sino escritores aunque muchos de ellos eran a la vez pintores– también fueron publicados en esos años. Los principales de ellos son Dmitri Alexándrovich Prígov y Lev Rubinshtein. En aquellos mismos años por primera vez se publicaron Sorókin, Pelévin y otros autores a los que luego se les solía encasillar como postmodernistas.

En esos años se publicó la traducción rusa del 'Ulises' de James Joyce. También se publicaron las obras de Freud, Nietzsche etc. Eso hace más completa la visión de un gran volumen de literatura que superaba las posibilidades de cualquier lector.

¿A qué llevó todo esto? ¿Qué es la literatura actual rusa? A finales de los años 80 debutaron escritores de todas las generaciones –la generación de Ajmátova y Gumiliov, la de Grossman y Pasternak, la de Prígov y Rubinshtein– ¡menos los escritores que acababan de cumplir 20 años! Y surgió otra generación perdida pero perdida no debido a la falta de la libertad, como lo fue a lo largo de los ochenta años anteriores. La literatura contemporánea rusa en estos años había muerto, dejó de existir porque las revistas gruesas no publicaban las obras recientes sino solamente la literatura de retorno. La literatura actual empezó en el momento en que se cayó en cuenta de que la llegada de la libertad no había llevado al orden normal de cosas que consiste en que un joven debuta, da a conocerse, llega al lector y vive la vida normal de un escritor profesional. No fue así.

Las revistas gruesas: La revista gruesa rusa –y no solo rusa– no quiere decir que se trate de una revista voluminosa y que pese mucho, no. Es una revista que publica novelas por partes, así la definiría yo. Tradicionalmente, a lo largo de muchos años desde que se fundó la primera revista rusa Biblioteca para la lectura, la revista gruesa rusa siempre estuvo en el centro de literatura. En ese sentido no hay mucha diferencia entre las época de antes y después de la revolución de 1917. Para hacerse un escritor profesional había que dirigirse, ante todo, a la redacción de una revista gruesa. Así ocurrió con Dostoevski y también así ocurrió con Bulgákov, antes de que cayera en desgracia.

Estas revistas siguen existiendo, tienen sus tiradas y creen en su misión, y eso me parece muy bien, sigo publicando en todas las revistas gruesas y las quiero mucho a todas. A mediados de los 80, las tiradas de las revistas más conocidas –Mundo Nuevo, La Bandera, La Estrella, Nevá y otras– se dispararon hasta el millón y medio de ejemplares. En aquella época yo junto con mi hermano estábamos suscritos a 28 publicaciones mensuales. Ahora su tirada ha disminuido y es menor que la de Biblioteca para lectura en el siglo XIX que era 7.000 ejemplares y ahora la tirada de estas revistas ha bajado hasta 3 ó 4.000 ejemplares. Luego, su formato está muy pasado de moda. Nosotros ya estamos acostumbrados a llevar un libro pequeño de bolsillo. Y además publican solo una parte de la novela, y junto a ella hay versos, algún artículo, algunas fotos, y todo eso no se compagina bien uno con otro.

Desde los años 90 domina otra forma de presentación del texto: la forma editorial. Ahora en el punto de mira están las editoriales. Lo más interesante y lo más importante para aquel quien quiere entender algo en la literatura actual, es conocer la política de las editoriales y las preferencias de cada una de ellas. Todas las grandes editoriales de la época soviética –como El escritor soviético, Literatura de ficción, El Contemporáneo y otras similares– han desaparecido. En su lugar han surgido otros monstruos, voy a nombrar solo dos: AST y EXMO. Estas dos editoriales juntas tiran del 35 a 40% de todos los libros, no solo de de ficción, sino de cualquier tipo.

¿Está bien esto o está mal? Mi respuesta será ambigua. Porque si en la época soviética una persona decía que tenía tres libros de poesía, se podía pensar o que era un grafómano que canta logros de la agricultura soviética o el papel dirigente del Partido o que era realmente un buen poeta. Pero cuando ahora uno me dice que tiene 20 libros de poesía, para mí esta información es igual a cero. La política editorial en Rusia (igual que en otros países de Europa, ahora tenemos más rasgos parecidos que diferenciadores) es una mezcla de un interés comercial y ambiciones personales cuando se edita por cuenta propia.

Internet también ha sustituido a las revistas gruesas. Diré una cosa paradójica: las revistas gruesas viven en Internet. La versión electrónica apoya a la de papel. El portal http://magazines.russ.ru da acceso a los contenidos de las revistas “gruesas” rusas.

El papel central de la literatura: Es un concepto específico. En Rusia durante los últimos cien o doscientos años tradicionalmente se daba mucha importancia a la literatura, y de un escritor se esperaba todo a la vez: que fuera artista, profeta, psiquiatra, político, economista... Así fueron Púshkin, Dostoevski, Bulgákov, Solzhenitsin.

Es muy difícil inventar algún nuevo dicho pero yo lo he hecho. «El poeta en Rusia es más que un poeta» es una frase de Evgueni Evtushenko. Entonces yo he inventado otro dicho: «El poeta en Rusia ya no es más más que un poeta». Evtushenko no estaría de acuerdo. Sigue convencido de que la situación normal en un país es aquella en la que el pueblo llena los estadios no para ver fútbol sino para escuchar la poesía.

Yo personalmente creo que cuando la gente va a los estadios a escuchar versos, eso es señal de que algo no funciona bien en la sociedad. Yo creo que cada uno tiene que dedicarse a lo suyo, es decir el pastelero a hacer pasteles, el zapatero, zapatos. La situación actual es muy difícil para literatura porque ésta se ha acostumbrado luchar por la libertad, contra la no libertad y contra los males y ahora, cuando muchas cosas ya están permitidas, mucha gente ya no tiene nada que hacer.

Rusia no es más más que un poeta, el papel central de la literatura se sigue conservando en Rusia. Mis estudiantes de postgrado hicieron un estudio sobre qué lugar ocupan los proyectos literarios en los diferentes sectores nacionales de Internet. En comparación con diferentes países del mundo resulta que en Rusia el porcentaje de proyectos literarios en Internet es mucho mayor que en otros países. Y es mucho menor el número de proyectos comerciales.

Y una conclusión más. Existen dos opiniones acerca de la situación de la literatura actual: unos creen que la literatura está en pleno auge, otros, que está en plena decadencia. ¿Por qué se puede decir que literatura está en decadencia? Porque hay muchísima literatura comercial, muchas obras de baja calidad y literatura ya no está en el centro de búsquedas morales, religiosas, etc. Estoy convencido de lo contrario: la literatura está en auge y está floreciendo –cada género literario a su manera, luego hablaremos de eso–. La literatura está atravesando lo que puede llamarse el siglo de bronce. El criterio para llegar a esta conclusión es muy simple: la existencia de muchísimos textos de excelente calidad. Otra cosa es que sea difícil destacar alguna 'cúspide', una cima de literatura como lo eran en el siglo XIX Púshkin, Gógol, Dostoevski, Turguénev, Tolstóy. Eran como cimas en comparación con las cuales todo el resto de la literatura parecía una llanura. Ahora es muy difícil destacar a alguien. Unos dirán que los últimos 20 años ha sido la época de Solzhenitsin o, por ejemplo, Fazil Iskander –escritores convencidos de que la misión de literatura es fortalecer los cimientos morales–.

Claro que los principios de Sorokin, Pelevin, Akunin, son muy distintos, evalúo a estos tres escritores de manera diferente a cada uno pero no cabe duda de que, por ejemplo, Sorokin y Solzhenitsin no encajan uno con otro de ningún modo... Para otros, es la época de Dontsova y Ustínova. (A propósito, Tatiana Ustínova ayer tenía un encuentro con el primer ministro Putin, formando parte de una delegación de escritores.) Acabo de nombrar algunos autores de la así llamada literatura de series, son autores que producen muy rápidamente textos de la calidad relativamente baja destinados a ser leídos y olvidados.

Aparte de la existencia de los textos de calidad, hay varios criterios más para poder demostrar un desarrollo relativamente alto de la literatura actual. En primer lugar, existe un fuerte movimiento de festivales y ferias literarias, y no siempre los festivales están ligados a las ferias. Este movimiento está muy desarrollado en Rusia. Voy a poner solo un ejemplo. Existe un festival denominado la Bienal de poetas en Moscú. Se celebra cada dos años y suelen participar más de 200 poetas. Esa semana todo Moscú está cubierto con carteles con citas de sus versos ¡es asombroso! El siguiente festival va a tener lugar muy pronto, en noviembre. Es curioso que su comisario sea el presidente del comité de Educación y Ciencia del Ayuntamiento de Moscú, el poeta Evgueni Bunimovich.

En la Rusia actual se conceden muchos premios literarios, más de una veintena, y también es una faceta importante en la vida de literatura actual. Voy a nombrar cuatro premios. El Booker ruso que derivó del premio Booker inglés en 1992. El premio Libro grande que tiene entre sus fundadores grandes empresas, holdings de los medios de comunicación e incluso las administraciones. El premio “Poeta” por el conjunto de una obra literaria, ya se ha otorgado cinco veces. Uno de sus laureados está en esos momentos en Madrid, es la poeta Olesia Nikoláieva, por cierto, autora del libro CCartas españolas. Nombro los premios donde participo de una manera u otra. Y por último, el premio Nos, fundado por el hombre más rico de Rusia, Mijaíl Prójorov, él cree necesario invertir en poesía. El nombre del premio es la abreviatura de las palabras rusas nueva literatura, y a la vez, naturalmente, hace referencia al relato de Nikolái Gógol La nariz («nos» en ruso).

Ahora vamos a recorrer los grandes géneros de literatura rusa actual. Aquí voy a nombrar muchos nombres, tal vez sea un poco aburrido, o tal vez no.

Obras de teatro: No soy experto en teatro pero doy clases en una escuela superior de arte teatral y voy a hablar de mis experiencias como espectador más que como profesional. Desde mi punto de vista la corriente más brillante de la dramaturgia de los últimos años es el así llamado “nuevo drama”. Es una dramaturgia de vanguardia que quiere borrar todas las fronteras entre la sala y el escenario. Esos dramaturgos utilizan la técnica del así llamado verbatim que es una palabra del mundo de ordenadores que explica mucho. [verbatim es la utilización directa de los textos “documentales”: chats, entrevistas, etc.] Una de las obras más famosas que utiliza esta técnica representaba un chat leído desde el escenario por los actores. Eran comentarios de usuarios reales dichos en los días en que sucedió la toma del colegio en Beslán, en Osetia. Desde el escenario sonaba, digamos, la verdad, es decir lo que había comentado sobre aquel suceso la gente normal, eran opiniones muy diferentes, a veces indecentes, a veces incluso fuera de la ley. Conversaban personas que no se conocían entre sí, simplemente contestaban al comentario de alguien. La globalización, la violencia, el terrorismo, esos son los temas dominantes de esa corriente de dramaturgia. No tan solo los atentados políticos sino también la violencia que penetra en nuestra vida en el día al día. Dos teatros recién fundados presentan esas obras. Son el teatro “Práktika” y “Teatr.doc”. Ocupan semisótanos en el centro de Moscú. A esa corriente pertenecen Mijaíl Kúrochkin, los hermanos Durnenkov, Vasili Sigarev, Pável Rudnev, Elena Isaeva, el muy brillante Iván Vyrypaev –el autor de la obra «Oxígeno»–, los hermanos Presniakov. Nombres muy conocidos para los moscovitas. En el mismo contexto también tengo que nombrar a Evgueni Grishkovets. Probablemente le conocéis, estuvo en España de gira. Sus espectáculos son monólogos, es al mismo tiempo dramaturgo, actor, director de escena. Ha sido alumno mío.

Lo que he contado del “drama nuevo” parece mágico y ahora va a seguir una revelación. Como en “Master y Margarita” de Bulgakov: los espectadores han visto una sección de magia negra y luego piden explicaciones. Ahora viene la explicación. La literatura actual funciona de tal manera que precisamente en la posición más débil se encuentra la vanguardia que está luchando contra las normas burguesas, anquilosadas. Esta violación de las normas, esa ansia por lo chocante, por el extremismo en el escenario, muy rápidamente se fosiliza, se vuelve habitual y pierde su atractivo, se convierte en el canon.

Estoy convencido de que en Rusia acaba de terminar el siglo de bronce de poesía rusa porque el número, la densidad de publicaciones en los últimos ocho o diez años es comparable con la del siglo de plata de los principios del siglo XX, aunque no creo que entre nosotros se encuentren nuevos Mandelshtam, Blok y Pasternak. Todo empezó en el año 2000 ó 2001 cuando surgió la competencia entre dos grupos literarios. Uno se llamaba Vavilón (Babilonia) –www.vavilon.ru–, el otro se formó alrededor de la revista literaria Arión, este nombre está basado en un poema de Púshkin y fue la primera revista dedicada exclusivamente a la poesía en la nueva Rusia. Ahora hay por lo menos otra más que se llama Vózduj (Aire).

El título Arión tiene alusiones a Pushkin, a la creación inspirada, mientras Vózduj tiene alusiones a Mandelshtam. Es muy emblemático porque Mandelshtam –que ha muerto en los campos de Stalin– había percibido la poesía como «aire robado», según sus propias palabras. Es aliento que está prohibido y que sin embargo surge a pesar de las prohibiciones.

Me gusta la aparición de la materia
cuando después de dos o tres
o incluso cuarto alientos entrecortados
viene la respiración enderezadora...”


¡Es una aliteración asombrosa! [Una aliteración que en una traducción literal no se aprecia.] Guénrij Sapguir tenía un poema que se entiende en cualquier lengua sin traducción. Se llamaba El mar y se leía de esa manera. [Son varios sonidos semejantes a expiraciones que no hay manera de escribirlos adecuadamente en las lenguas europeas.]

Pero volvamos a hablar de Vavilón y Arión. Para Arión en la poesía no ha cambiado nada, el poeta tiene la misma tarea que en los tiempos de Púshkin o la de Tvardovski, tiene que quemar a los corazones con el verbo. Para la revista Vavilón lo más importante era la rebelión, la lucha social, la protesta. Está claro que los poetas de Arión son de la orientación tradicional y los que publican en Vavilón son vanguardistas.

En la poesía actual rusa ahora trabajan unos cien poetas muy interesantes de lo cuales treinta o cuarenta son especialmente destacados.

De la generación más veterana puedo nombrar a Oleg Chujóntsev e Inna Lisnianskaya. Son personas que tienen más de 70 años y siguen activas. Son grandes poetas contemporáneos.

Son muy activos los poetas de la generación del grupo Tiempo de Moscú que existía en la Universidad estatal de Moscú a finales de los 70. Son varios poetas entre los cuales los más importantes son Serguéi Gandlevski, Bajýt Kenzhéiev y Alexéi Tsvetkov. Kenzhéiev vive en Montreal; Tsvetkov, en Nueva York. Son muy distintos, podría dar dos conferencias sobre cada uno de ellos. Voy a decir un par de palabras de Gandlevsky. Su obra ya se estudia en los institutos... He recordado para siempre cuándo nació él al haber leído su frase: «Yo nací en el año en el que murió Lolita». Es al año 1952. Sigue la poética de los akmeistas, con lenguaje muy sencillo, sin trucos vanguardistas, sin niebla simbolista.

Tsvetkov es un poeta muy diferente, no escribió durante 17 años. Un amigo mío que es director del departamento de ruso en la Universidad de Oxford dice que Tsvetkov es un nuevo Brodski. No sé si es así. Pero lo sí que sé que es tal vez el más potente poeta metafísico ruso de ahora.

Siguen escribiendo los poetas conceptualistas, son de la misma edad más o menos que los poetas del grupo Tiempo de Moscú. Se trata de Timur Kibírov y Lev Rubinshtein.

También podemos hablar de la nueva poesía social. La practican poetas que tienen entre 30 y 40 años. Es un intento de reavivar a Nekrásov cruzado, tal vez, con Jarms. Voy a nombrar –puedo nombrar una decena– a cuatro que me parecen muy interesantes. Andréi Rodiónov. Su protagonista es un marginal de los suburbios de Moscú, ofendido por la vida, descendiente de proletarios. María Stepánova. Elena Fanáilova. Mariana Gueide. No sé cómo tomarían el hecho de que les agrupe. Son poetas muy brillantes que se inclinan por escribir sobre cosas que no son muy típicas de la poesía.

Aparte, me gustaría mencionar a varios poetas que, en realidad, parten de la poesía de Arión. Son más jóvenes que yo pero me resultan los más cercanos por su modo de pensar, son más bien tradicionalistas: Maxím Amelin, Inga Kuznetsova e Irina Ermakova. Hace años Maxím Amelin escribió: «Tengo treinta años pero me parecen, trescientosK, entonces yo escribí: «Tengo cuarenta y dos pero me parecen, treinta». Maxím Amelin trata de rehacer la forma de escribir del siglo XVII, versos silábicos, una forma muy arcaica.

Puedo seguir mucho más pero solo voy a marcar algunos puntos más en el “mapa”. En los últimos años se han dado a conocer de manera muy notable poetas como Fiodor Svarovski, Anna Russ, Borís Jersonski. Un par de palabras sobre Borís Jersonski. Vive en Odesa, en el ámbito de otro idioma. Es muy típico que muchos poetas rusos de ahora se han encontrado fuera de Rusia y viven rodeados por gente que habla otro idioma. Borís Jersonski es una especie de Kafka ruso-judío-ucraniano. Su obra Álbum de familia es uno de los acontecimientos más grandes de la poesía de los últimos años. Para mi personalmente esa situación me resulta muy interesante, el ruso es mi segunda lengua y mi lengua materna es el ucraniano. Lo que ocurre ahora en el punto de encuentro de diferentes poesías, de diferentes lenguas de los pueblos que pertenecían en su día a la Unión Soviética, es muy interesante. Como exotismo os voy a recitar un poema del genial poeta ucraniano, ya fallecido, Vasily Stus.

También existe una corriente religiosa y una de sus representantes, Olesia Nikoláieva, se encuentra ahora en Madrid.

LA PROSA: Lo más importante que ha sucedido con la prosa rusa es su acercamiento a las editoriales. El público considera escritor a la persona que escribe por lo menos un libro al año y este libro entra en la lista de aspirantes a algún premio literario.

Si podemos nombrar algún grupo que ahora tiene muchísima influencia es la así llamada prosa joven. La estrella más brillante de ese grupo es Zajár Prilépin. Es una persona que vive en Nizhni Nóvgorod, publica en Moscú, viaja mucho por todo el mundo y tiene tendencias izquierdistas. Canta al nuevo movimiento revolucionario de Rusia. Otras personas que forman parte de este grupo son Denís Nóvikov, Serguéi Shargunov y Mijaíl Tarkovski, este último nieto del famoso poeta Arseni Tarkovski y sobrino del director de cine Andréi Tarkovski. Durante los últimos 22 años vive en Siberia y se dedica a cazar martas cibelinas. Por eso tiene derecho a renegar de la vida burguesa de Moscú, de la vida contemporánea y a escribir lo que piensa.

Ya he dicho que la editorial más grande de Rusia es AST y sus autores están siempre en el punto de mira de todos. Entre ellos, el clásico recién fallecido Vasili Aksionov quien estuvo en la emigración y volvió a Rusia ya después de la perestroika. Otro de ellos es Alexander Kabakov, uno de los prosistas más importantes de la Rusia actual. También Olga Slávnikova, laureada con muchos premios, autora de la novela 2017.Mijaíl Shishkin quien vive en Suiza. Aparte de estos también nombraría a Dmitri Býkov. Trabaja en un periódico, es autor de ocho libros de poesía, de cinco novelas, presentador de televisión, autor de varios libros de biografías de unas 800 páginas. Tuvo mucha resonancia su biografía de Borís Pasternak.

Podemos decir que en la prosa actual por fin hemos terminado con un tema que llamaba la atención de los escritores durante los últimos treinta años. Es la diferencia entre la Unión Soviética y Rusia. Yo siempre pongo un ejemplo que funciona en todos los países, menos, tal vez, en los Estados Unidos. Coged a cien personas y preguntadlas: ¿Cuántas han nacido en un país y viven en otro? Saldrán unos cinco, siete o a lo sume quince de las cien personas. En Rusia, las cien.

En cierto sentido Rusia es un país de emigración, todos hemos emigrado de la Unión Soviética a Rusia y sin ni siquiera haberlo querido. Por eso el protagonista de muchas obras literarias –si miramos el panorama literario de hace unos cinco años– era una persona de edad más o menos entre 40 a 55 años, que intentaba a unir las dos partes de su vida: la de la Unión Soviética y la actual. Entre los autores que siguen trabajando en ese paradigma, en ese círculo de temas –y no por eso son menos interesantes– están Dina Rúbina, Vladimir Makanin –un clásico vivo–. En lo que se refiere a la literatura más actual –la de este año y la del pasado año– es un mar sin orillas, hay un gran número de nuevos nombres. No voy a nombrarlos solo quiero mencionar una novela: El puente de piedra de Alexander Térejov. Es una novela-investigación, muy voluminosa, que el autor escribió durante muchísimos años y fue un proceso difícil en el que yo fui testigo de cómo esta obra iba acortándose, todo eso resultó muy interesante.

Ha pasado desapercibido un cambio en las relaciones entre la literatura rusa de la metrópoli y la literatura rusa de la diáspora. Los escritores que escriben en ruso en el extranjero se han encontrado en una situación totalmente nueva: pueden tranquilamente y sin ningún tipo de traba publicarse en Rusia. Muchos de los nombres que he mencionado hoy, pertenecen a gente que vive en Canadá, en los Estados Unidos. En general, la emigración, como concepto, ya no existe. La pregunta que nos podemos plantear es: ¿Hay un acercamiento entre la literatura rusa de Rusia y la literatura rusa escrita en el extranjero?

Y, para terminar: Aquí voy a decir brevemente con qué fenómenos sociales bordea literatura.

Últimamente se hacen muchas películas basadas en las obras clásicas de literatura. A una o dos películas acertadas les corresponden muchos intentos fallidos que hacen daño a las obras clásicas, como, por ejemplo, Maestro y Margarita.

La literatura bordea con fenómenos como un grupo musical que se llama Pushkin band. El protagonista es el escritor Andréi Bítov. Acompañado por improvisaciones de jazz (con los músicos Alexander Alexándrov, Vladimir Tarásov y otros) Andréi Bítov recita borradores de Púshkin. Sabemos que Púshkin tachaba muchas palabras en búsqueda de la expresión más exacta. Y, conociendo el producto final, es muy interesante ver como Bítov recrea el proceso de acercamiento paulatino hacia la perfección.

La última frontera es la relación entre la literatura y el poder, porque vuelve a plantearse este asunto. En los tiempos soviéticos el Partido dirigía a literatura y la Unión de los Escritores era una especie del Ministerio de Literatura. Guardo hasta ahora el carné de miembro de la Unión, con Lenin en la cubierta y la policía hasta ahora le tiene respeto... Ahora vuelve a la agenda el asunto de los «encargos» a los escritores por parte del Estado. El Estado vuelve a posicionarse respecto a literatura. El ejemplo es el encuentro de una delegación de escritores con Pútin que ya he mencionado antes.

[Nota del Edirir: Traducción basada en una interpretación oral hecha por Tatiana Sóboleva de la Conferencia de Dmitri Back, profesor de literatura y crítico literario, pronunciada en Madrid, el 8 de octubre de 2009 en la Universidad Complutense con motivo de la Feria de editores Liber, en la que Rusia fue el país invitado].

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Chester Swann
Terror en el Patio Trasero
(Área de Liquidación Controlada, para América)

Llegarán en bandas bravas, como estampida salvaje
Arrasando la esperanza, pisoteando nuestras flores.
Con su fanfarria siniestra y sus aceros traidores
Con sus banderas en ristre, y cerebros con blindajes.
Exigiendo su tributo, usurario en porcentajes
Llegarán según costumbre, con su aura de invasores.
Ejecutivos siniestros, faltos de ética y valores.
Con sus bancos en Off Shore, robándonos sin coraje.
Plantarán sus subsidiarias, como maleza sedienta
Sus empresas absorbentes, devorarán los sudores.
Calentando las cabezas de cipayos servidores
Cebándose en nuestras sangres, anémicas e irredentas.
Tan sólo por ser sureños, debemos pagar las cuentas
Tan injustas cuan infames, que dejaran los traidores
Con préstamos pro bolsillo, conque engordaran arcones
No dejando nada en caja, porque todo lo revientan.
Giremos, sudacas, todos unidos hacia la izquierda.
Cierren oídos a cipayos, neoliberales, bocones.
Impidamos entre todos sus nefastas intrusiones.
Y sus recetas salvadoreas mandémoslas… a la mierda.

Chester Swann / (de «Himno Blasfemo»)

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Francisco Antonio Ruiz Caballero (España)
Selvas de Xión

Selvas de Xión. Amapolas antropófagas, pétalo cuchillo, cuchillo pétalo, hilo de seda, escalpelos púrpuras, tigres verdes, panteras de fuego, lirios de metal oxidado, luciérnagas radiactivas, arañas iridiscentes, guacamayos de plata, árboles de color naranja, libélulas negrísimas, trompetas grises, cuernos de neutronio, enanos gordinflones, de tez amarilla y translúcida, de ojos azules y cobardes, que cazan mariposas gigantes y guacamayos de oro, con flechas envenenadas con henna, durmientes duendecillos cabezones, de corazón de cristal, largos efebos delgadísimos, císneos, capaces de desollar delfines vivos, turquesas fúlgidas, verdes antocianos, flavonoides rojos, logaritmos de topacio fundido, clepsidras de aceite de ámbar, xilemas y floemas llenos de miel venenosa, leche podrida, magnolias rosas, en las que crecen gusanos amarillos y caracoles horribles, moluscos con tentáculos múltiples, sangre de cisne.

Selvas de Xión, impenetrables selvas de cardos contrahechos, deformes, devorados por coleópteros ámbar, selvas en las que habitan panteras de fuego, que tienen garras de cristal azul, que cazan bueyes verdes, y jabalíes con escamas de pez, estanques y lagunas de absenta verdísima, en los que se bañan nereidas de ojos rosas, con mariposas de luz negra, con riberas de hiedras doradas, perfumadas de un incienso magnífico, que penetra en la pituitaria y deja ciego al hombre, yesos y granitos púrpuras sobre los que descansan iguanas violetas, nereidas que cantan como crisoberilos refulgentes, bellísimas nereidas de cabello amarillo y voz de cristal, grillos azules y fucsias, que tintinean en noches calientes aromadas de azaleas de oro.

Selvas de Xión, desiertos amarillos con una arena de oro, en los que de trecho en trecho crecen polihedros metálicos, prismas, dodecaedros, cubos, formas geométricas de piritas cupriformes, auríferas, cuárcicas, cuyo roce más leve produce la muerte. Playas azules y negras, a las que llegan algas rosas, vivas, que se agitan nerviosas, medusas de color naranja, gaviotas negras, malignas, con ojos azules en los que hay paraísos llenos de dientes, playas negras, a las que llegan náufragos íncubos, con labio leporino y doble hilera de colmillos, sedientos de sangre, con la epidermis llena de bubas, y ángeles rubios, soberbios, con mirada lasciva y mala, con puñales curvos de mango de oro labrado y perlas, y playas azules, de arena índiga, en las que crecen cactus naranja, de espinas venenosas, zarzas que no temen a los lagartos de piel de acero.

Flores extrañas, extravagantes, raras formas de lirios y orquídeas, geranios arborescentes, pelargonios exquisitos, gigantescos, azules y rosas, palpitantes, cargados de polen naranjísimo, muy venenoso y salado. Desiertos boreales con icebergs negros. Ruinas de múltiples Cartagos, edificios desplomados que se mantienen sobre columnas torcidas, cúpulas de malaquita, rotas, hundidas, barrancos en los que crecen orquídeas negras, balaustradas y frontispicios con dragones gigantes, de oro macizo, fuentes de las que brota la sangre negra, pavorosas Troyas incendiadas, arbotantes y contrafuertes que sostienen muros ciclópeos, de mármol rosa o verde, pináculos en los que anidan dinosaurios pteriformes, ruinas en las que hay bacanales de íncubos, con falos macizos, y pezones con galactorrea, que se penetran sin descanso y se chupan, en una eterna y repugnante orgía, ángeles que lanzan flechas de fuego negro sobre Apolos diamantinos, de cabello azul, tatuados con arañas rojas y verdes, súcubos de genitales femeninos y torsos sin pezones, condenados a la horca. Selvas de Xión. Caballos bicéfalos, centauros de oro verde, sirenas de piel naranja, música para un asfodelo rojo, tauromaquia incorrecta, tiburones y escarabajos, columnas de topacio que soportan templos a un Zeus deforme, bellísimos arcángeles asesinos, insoportáblemente hermosos, con el corazón como la brea, fríos como los sepulcros, sepulcros, cactus, banderas.

Selvas de Xión. Ergástulas llenas de orquídeas de cristal violeta, ergástulas donde efebos de veinte años se entregan a la orgía, concupiscencia de nudibranquios marinos, Apolos llenos de esmeraldas, Reinas de una Namibia oscura que transpira madreselvas en su piel, afrutadas copas de ginebra, matorrales llenos de espinas, extraños lirios de fuego verde, simios y monos sin vello que cazan muchachos desnudos. Incubos monstruosos con narices deformes, cíclopes y súcubos, arpistas ciegos que tocan melodías malditas, sobre las que galopan caballos verdes, nenúfares que exhalan aromas indescifrables, braseros ardiendo, hogueras en torno de las cuales danzan los escorpiones, sacerdotes que extraen de plantas extraordinarias venenos a la luz de la luna, copulas de hormigas con libélulas, copulas de arañas con mariposas, copulas de aves de plumas iridiscentes, luminarias azules y violetas, fuegos negros, humos rojos, bermellones granates achicharrantes, mortalmente calientes, hirviendo de sol o hirviendo de luna o hirviendo de estrellas. Planicies desérticas donde se grita Dios mil veces y responde el eco: ¡¡¡¡náusea¡¡¡¡¡. Quimeras que devoran lagartos. Muchachos que doman quimeras. Dragones de terciopelo amarillo. Selvas impenetrables en las que solo hay zombis, con los rostros destrozados por la lepra, y perros con doble dentadura, que te persiguen por laberintos de granito esmeralda. Minas de oro. Oscuras minas de oro donde miles de esclavos luchan contra serpientes bicéfalas. Danzarines que bailan sobre trapecios barrocos. Marañas de lianas y juncos, ranas con lunares violetas, libélulas del tamaño de un brazo humano, libélulas del tamaño de elefantes, arañas descomunales, tarántulas lirio, talamos llenos de prostitutas salvajes, siempre ansiosas, ninfómanas, que se bañan en fuentes de aguamiel dorada. Selvas de Xión. Templos recargados de flores a una Virgen iracunda, que mata con la mirada a quien osa sostener su vista. Aguilas que arrebatan corderos por el aire, y los degollan en vuelo, mientras la sangre cae como una lluvia de sanguijuelas, como gusanos y lombrices violetas, ávidas de deseo humano. Travestis perfumados, que lucen vestidos de novia, vestidos dorados, vestidos ámbar. Clepsidras de miel de eucalipto. Ejércitos de Sodoma enterrados en la arena. Asesinos con los ojos verdes. Muchedumbres que sacrifican con gusto sus hijos a Moloch. Espartas de placer. Ninives de orgasmo. Jerusalenes de Lujuria y sexo. Romas de deseo. Selvas de Xión. Batallas de gallos. Concupiscencia de cisnes, exquisitez de Césares. Calígulas de adulterio, Carlomagnos de Sodoma. Estancias para dormir mil años. Huitxilopxtlis de demencia.

Selvas de Xión, Selvas de Xión, tucanes dorados que espolvorean su oro sobre las aspidistras. Coelos rosas y amarillos, largos coelos de hojas exóticas, inmensos coelos naranjas y fosforescentes. Pequeños poneys amarillos de cabellera azul, rosas de espinas, inmensas rosas de espinas, lacerantes y ciegas, feroces y criminales, rosas negras y azules, colibríes de cuatro alas naranjas, cangrejos con cuatro pinzas doradas, que suben en masa a los árboles para comer huevos de vencejos iridiscentes. Acantilados de perfume, escabrosos tajos profundos sobre arroyos salvajes excavados en la roca, en los que anidan golondrinas rosas, Amazonas de ojos de pupila naranja, con pezones amarillos, que se esconden entre las moreras de hojas gigantescas, y en cuyas bacanales uránicas se bebe un vino delicioso mientras la música describe una gardenia a Safo, música lésbica, llena de cintas verdes y violáceas, tornasoladas a la luz de la luna, pentagramas sobre los que se sostienen icebergs de almíbar perfumado. Selvas, selvas, profundas selvas fantasmales, habitadas por hombres de epidermis transparente, de cristal, a los que se les ven los órganos internos, las glándulas, los intestinos, y panteras también transparentes, con colmillos de plata negra. Hombres lobos con dobles penes y mujeres lobos con doble vagina, y uñas pintadas con jeroglíficos árabes, capaces de desagarrar un corazón de cuajo. Rinocerontes de seis cuernos, arañas de nueve patas, no simétricas, en un logaritmo esquizoide, serpientes emplumadas, de dobles cabezas, que paren vivas a otras serpientes, hogueras que dan frío, hogueras sepulcrales, cuyas llamas no producen calor sino frío, llamas negras, de agua, que congelan, que no queman, monstruos cuyas sombra está viva, monstruos en la espesura cuya misma sombra está viva y mata, pavos reales rojos y pavos reales rosas, de cresta amarilla, con mil ojos de color fucsia, urogallos verdes y azules, abejas amarillas que liban flores de néctar salado, Dráculas de amor carnal, vampiros de ojos violetas, selvas de Xión. Efebos que estrangulan gallos vivos, Centauros que devoran carne humana, asfodelos de pétalos de fuego, profundidades oceánicas habitadas por hormigas, caballitos marinos verdes parasitados por hormigas amarillas, corales que crecen arañando, serpientes marinas con cuernos, largas anacondas tricéfalas. Medusas cisne, medusas tigre, medusas escorpión. Abrahames que sacrifican a sus hijos aunque el ángel diga:¡¡¡ detente¡¡¡, Saturnos implacables, crueles Saturnos despiadados, Tronos de oro macizo sobre los que Cronos inmola su descendencia, con paroxismo y violencia, jades amarillos. Lagos llenos de estrellas que reflejan un cielo sin estrellas, negro y profundo como una brea densa, llamaradas frías, que hielan, y agua que arde, y toros de cuatro cuernos. Selvas de Xión.

Francisco Antonio Ruiz Caballero

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Dos poemas de Constantino Mpolás Andreadis
HEBE UHART III


no se parece
ni siquiera a ella misma
escribe como una diosa haragana
como una alfombra gastada
como una escalera de una hoja
no será que en eso escribe como un globo
como una araña tan inmóvil que parece un cielito
como una silla bailada por isadora
no será que en eso escribe como isadora
o sea que no escribe sino que baila
y encima
no sabe bailar
y escribe
como si supiera bailar
y por eso
es que si es isadora es porque es hebe
y si es duncan
es porque es uhart?
a la mierda
como dice ella
como escribe ella
cómo escribe
esta mujer
que en eso es un hombre
y no escribe como un hombre
ni como una mujer
sino que escribe
como escribe
no como si fuera silvina
pero sí como si paseara al perro que paseaba silvina
que silvina sacaba a pasear
con sus grandes
anteojos negros
todas
las noches?
la verdad es que parece mentira
por lo menos
yo no puedo por ahora decir más

Poemas en el blanco

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como si los personajes
se diluyeran
y las palabras
se apropiaran de ellos

como sin nombres
como borrados
o como si sus nombres
los borraran

y ellos fueran espejos
quiénes
de ese candor
o enguantado relámpago

que en el relato
se hace relato
o como si volviera
del relato

limpio
como cae un fruto
que una mano recoge
y es la mano

Constantino Mpolás Andreadis

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La Twitteratura: breve, concisa, rápida y accesible
por @anaivelisse / De Puerto Rico / Libro a Libro

En Puerto Rico, pocos escritores utilizan el microblogging como una plataforma de creación. Desde hace par de años se hacen experimentos creativos al respecto, pero no es hasta unos cuantos meses atrás que el mundo hispano ingresa más activamente al #trend de la #twitteratura o el intento de lograr piezas memorables en #140cc.

El pasado mes de febrero, el Instituto Nacional de las Artes de México acogió la inicitiva de un grupo de twitteros para lanzar un ciclo de conferencias sobre los 140 caracteres que permite Twitter como una plataforma para la microficción. El objetivo del ciclo fue «discutir, describir, especular, criticar, siempre alrededor de la idea de la tuiteratura», comentó el escritor Alberto Chimal, mediante nota de prensa. El ciclo 140 caracteres también abordó otros temas interesantes sobre el ejercicio literario en Twitter, como la creación de una personalidad virtual, palíndromos y juegos literarios, la relación de Twitter con otras artes y medios, género y literatura, entre otros.

En marzo, concluyó el concurso Twitteratura de “nuevas narrativas”. El mismo, que tuvo lugar a través del perfil de @Hipermédula, la plataforma web que lo organizó, contó con la colaboración de algunos Centros Culturales de la AECID de América Latina, y se aceptaron participaciones en portugués y español.

Hace apenas unas semanas, en México nuevamente, La Cámara Verde, periódico de poesía de la UMAN se organizó alrededor del Twitter para leer y reescribir el cuento Es que somos muy pobres de Juan Rulfo mediante el concurso Tuitrulfo. El dictamen del jurado fue breve, como de buenos twiteros y entre las líneas seleccionadas se encuentran las de la puertorriqueña Xiomara Feliberty (@Xiomara), especialmente los dos últimos tuits, con la vaca queriendo vivir y Tacha queriendo morirse para no tener que quedarse sin nada, indicó el jurado al resaltar la calidad de los tweets de @Xiomara.

Sin embargo, la twiteratura no es un fenómeno del 2011.

La editorial Pengiun publicó hace dos años el libro Twitterature, de Alexander Aciman y Emmett Rensin, un volumen que reinterpreta los clásicos y los concentra en #140cc. El libro incluye grandes nombres de las letras universales entre éstos, Dante, Shakespeare, Stendhal y Joyce y los reduce a 20 tweets cada uno, un ejercicio de síntesis extraodinario. Estos dos jóvenes universitarios lograron el gran acuerdo comercial e inmediatamente tendieron un puente entre las miles de páginas que componen las obras de los escritores seleccionados y los 20 tweets en las que se transformaron y, de paso, el nuevo grupo de lectores jóvenes cuya vida no es posible sin las redes sociales y la interconmectividad.

En Puerto Rico, pocos escritores utilizan el microblogging como una plataforma de creación. @elidiolatorre y @Xiomara han dado el paso adelante para explorar la tecnología como un espacio de laboratorio creativo en donde todo debe concentrarse en#140cc o menos.

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Juan Manuel Pérez Álvarez
Parte el mundo de nuestro corazón

Parte el mundo de nuestro corazón,
en nuestra boca la palabra renace,
y la justicia es una mano tendida.
El silencio educa la voz,
y la voz construye lo existente
de las ruinas de la memoria antigua.
Errante viaja por el mundo el espíritu,
y cuando lo alcanzamos somos astros de luz
en un cielo coronado por el espejo
de la llama de nuestro corazón.
No se pierde el resplandor de la mirada
en el cielo temporal sostenido
por la columna invisible del amor,
porque su luz alcanza a unos y a otros
aboliendo la distancia que los une,
sobre el monte de la comprensión tendida.

(29 de Mayo, 2011 / De Propiciación)

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Graciela Wencelblat (Argentina)
sin títulos / poemas breves

Le quitaron el nombre
desprendieron de ella
todas las palabras.
Calzada con sandalias de llanto
camina como loca
como una brisa desasida del aire.
Suma sus huecos
recicla los momentos de ultraje
desgarra el nudo
para que se desate toda la memoria.

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Atrancada
entre ladrillos rotos
la fuerza del instinto
recorre las enredaderas del cuerpo.
Oye llantos lamentos
que no puede acunar.
Le sobran los brazos
no sabe
podar las incertidumbres
enhebrar la ternura.

Esa soledad dibujada a pulso la intoxica.


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Liliana Varela (Argentina)
De la tumba y la muerte

Era tu pálida tumba:
luna oscura y de luto, aquel augurio del destino,
corazón en espada atravesado.
Era también cerrar nuestro libro:
sus hojas marchitas, su contenido de espadas y cuchillos.

Cómo y Cuándo...
el desierto, el ansioso buitre, mis suspiros de llanto y pena,
la vacía mirada.

Y tu ausencia:
como volcán de lava contenida,
como tormenta que azota la llanura.

¡Oh amor, amor!
Mi espíritu te busca de cielo en cielo,
qué estrella ahora habitas, dónde mora tu recuerdo...
¡Qué he de hacer para alcanzarte!
el cruel silencio de tu voz me arrincona en la tristeza.

Contadme:
Dónde brilla esa luz que tus manos irradiaban,
En qué siniestro confín del mar se replegó tu sonrisa,
Quién custodia el tesoro que antes era mío.

¡Y el dolor coronó con sus espinas!
ultrajada el alma se fragmenta y desquicia.
¡Oh el lamento duele más que una llaga!
¡Oh esta ausencia pesa más cada día que pasa!

¡Venid a mí Mar de lo terrible!
¡Inundadme con tu sal la existencia!
Derramad la furia agreste de tu bravío oleaje sobre mí

Hundidme en tu lecho cual solitario coral herido,
Llevadme al fondo a dormir el sueño eterno!
A vivir junto a él y amarlo dulcemente.

Quiero compartir su nicho de estrellas marinas
y enraizar con algas nuestros amorosos huesos
¡médula a médula! en frágil concierto...

¡Llevadme ya mismo!
así nacerá un nuevo verso...

Liliana Varela / De la Serie Influencias / 2007

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Graciela Maturo (Argentina)
La tentación del abismo en la obra de Oscar Portela

Oscar Portela
pertenece también en su talante vital y en su obra toda, a esa legión que no solo es americana sino que reclama el derecho a serlo plenamente. Esto no lo priva, sino que por el contrario lo obliga a un diálogo permanente con el mundo de las ideas, a una elaboración profunda, desde su acá, de toda incitación filosófica y de todo estímulo creador.

Su confrontación con el deconstructivismo de Jaques Derridá, será pues una confrontación creativa, poética, capaz de extraer de su ejercicio dialéctico abierto a últimos confines de la razón su cuota instauradora de sentido, su nueva imago mundi.

Oscar Portela, con el talento y la creatividad profunda que viene desplegando en su obra, recobra órficamente el valor genesíaco de la tiniebla, no para gozarse en un universo sígnico despojado de realidad, sino para incorporar plenamente a su visión, el polo negativo. He dicho de él - y lo han afirmado otros -, como de Ramponi, Castilla, Solá González, que son poetas nacionales por venir de su región, sin que esto se entienda como un mero apuntar a lo descriptivo o lo folklórico.

Hay un pensamiento en la poesía de Portela como la hay en la de Novalis, Goethe, Huidobro, Neruda, Molinari. Un pensar hecho de intuiciones, percepciones, afectividad, pulsión, intelección.

No es la suya la vía de un tanteo onírico o de una vaguedad sensorial, sino la riqueza de un intelecto amoroso que no renuncia en ningún momento a la tarea de comprender. Ejercicio activo de la memoria-desmemoria, del saber- que acrecienta el no saber, del juego de la presencia y de la ausencia.

Lo diurno y lo nocturno alternan vivamente en la poesía de Portela; digamos que en sus últimos poemas, se inscribe decididamente en la vertiente nocturnal. Y no es la primera vez que asoma lo nocturno en su poesía. La noche, la oscuridad, la ausencia, la concavidad del no ser, es un latido permanente en los ritmos con que este lenguaje se manifiesta.

En esa entrega total al conocer y al ser, no puede eludirse el paso por los infiernos, la morada en el desierto de donde se vuelve con la aridez de la pérdida o con la riqueza del encuentro. Es la salida a lo abierto, el momento de riesgo que significa entrar en lo vedado. El caso de Portela nos autoriza a pensar que no es América el ámbito donde los signos se fecundan en el antí-logos de las superficies textuales que se entrecruzan como diría Kristeva, sino el lugar auroral donde las escrituras se consumen y se consuman, es decir, se realizan.

Discípulo de Nietszche, Heidegger, Derridá, Deleuze, Blanchot, Klossowsky y Bataille, Portela da aliento a una deconstrucción arrasadora, acepta el desafío de las cifras, se hunde en la babélica superposición de los discursos, pulveriza los signos de infinitos lenguajes.

Espera finalmente el «golpe de gracia» de la imagen final, el poder de los nombres y enfrenta audazmente lo demoníaco, en un trance de desnudamiento absoluto. Se desnuda de velos y redes, del recuerdo y la voz, de los colores y de los ritos. Pretende dejar de lado cuanto a existido, su palabra y vivencia, para albergar en si la no-vida de las escrituras, la concavidad de la muerte, el Eros sombrío de las nupcias con la nada.

Una apetencia de absolutez lo lleva a la frecuentación de abismos, transposiciones, migraciones, autodestrucciones, de las que sale vivo, renovado, ave fénix. Oscar Portela percibe claramente como el poema mismo es vida y muerte, construye su propio sarcófago formal que es necesario cerrar y abrir continuamente porque esos nombres a de borrarlos el «adviento».

Un estudio de la expresión poética de Portela mostraría la naturaleza ritual y religiosa de su lenguaje, donde se manifiesta permanentemente la búsqueda del Uno, la realización de una minuciosa liturgia, la intensidad de la plegaria, que asume también la forma de blasfemia.

El suyo es un verbo incandescente que expresa el dolor de la noche de la razón. La voluntad del Angel Exterminador que tiene sed de absoluto y despojamiento. Se propone buscar algo más que el «acuerdo de los sonidos y las natalidades», avanzar más allá, en la negación de la negación misma y se ofrece como víctima, canta a las bodas con la muerte purificadora: «muerte que nos proteges contra el exilio del cielo», como un ángel maldito entregándose a un destino inexorable. Su pasión, como toda pasión intensamente vivida, es salvadora. La intensidad amorosa de la entrega lleva en sí misma su escala de reencuentro. Se siente despeñarse al ritmo musical del versículo, se percibe el jadeo de ida y vuelta en el trabajo poético, se descubren tesoros que la marejada viene a depositar en la playa.

La lucidez del poeta es el primer ejemplo del vigía que atiende a cada dádiva del mar: nada abolirá el movimiento del azar. Aunque Oscar Portela haya tomado sus impulsos más íntimos de los filósofos citados, su impulso más profundo le viene de su propio lenguaje, de una cultura que es muerte y resurrección de una tradición cuyo padre es Orféo; en este punto el canto
mismo se hace escala salvífica.

Las palabras, las imágenes, son el hilo de Ariadna que han permitido al poeta héroe sobrepasar las orillas de la desmesura, para ofrecernos una obra que es al fin sólo el cuerpo, el sema, las huellas de la aventura poética.

La palabra de éste gran poeta argentino, es siempre una palabra plena, es decir el signo de una vida interior incesantemente fecundada por la pasión y la inteligencia. Se da en ella un doble movimiento de fuga y pertenencia que nos hace pensar en aquella metáfora marechaliana del pez en el anzuelo.

Fuga hacia lo abismal y abierto, hacia la nada que atrae con la fuerza de un sol oscuro, y es también una de las formas de lo sagrado. Pertenencia al mundo encarnado, a la tierra, a la corporeidad destinada a sentir sus dones. Protagoniza así ese retorno al Origen que Heidegger llama Khere y que no puede ser comprendido simplemente como vuelta, ni tampoco como regresión, sino como transformación espiritual y apasionado reclamo del sentido de la vida. Se trata de la conversión del poeta a su ser más profundo, del despertar del yo trascendente, cuya búsqueda era, según Novalis, la más profunda tarea del artista.

Así las imágenes, desgranadas en escala semántica y musical, se ofrecen como escalera de realización, siempre en camino de ida y vuelta, entre el tiempo y la eternidad, entre el ser y la nada, entre el goce del mundo y el sordo llamado de la muerte. El poema es remanso de felicidad en que se revela la plenitud del instante, y es a la vez el hueso en que la sed vuelve a despeñarse inagotable. La obra espléndida de Oscar Portela pertenece a la poesía americana con sus mejores fueros.

Tiene el carácter ritual de una ofrenda en que el oficiante va desvelando el misterio cósmico y la secreta ambigüedad de su propio rostro. Un duelo interminable dicta estas elegías que se desempeñan como una cascada lacerante de gemidos y plegarias, doradas por los resplandores del ser que se oculta entre detritus arrastrados por el tiempo. El poeta correntino entrega a la música las notas amargas de su interrogación por la aventura del vivir, del conocer, amar, y morir, en una petición de absoluto que expresa la sed viceral del viajero sobre la tierra.

Su poesía adquiere el valor de balance vital, testamento, pregunta que cala hasta lo profundo del ser, despedida del mundo y de sus dones. Es también un reclamo por la dignidad del hombre.

Oscar Portela sé autoconfigura como el existente que ha llegado a una meseta de desolación, perdido el bagaje de los deseos y esperanzas que dan sentido a la vida. Su memoria, que arrastra briznas del Paraíso de la infancia, agitado por el viento de los palmerales y el amor de la madre, se siente ahora mutilada y golpeada por huracanes de cenizas.

«Sólo soy un pasajero del hambre» –dice: «Y aquello que alabé, aquello innominado que ilumino mi verbo y acaricio mi alma con las dulces promesas de los frutos más dulces, escarnio fue y castigo, y condena y exilio de mí mismo y del tiempo que hice temblor y canto». Su mirada solo advierte ahora:

«sal en los sembrados donde vertí mi sangre,
pobres temblores y aleluyas, pobres hosannas caídos
en la indigente estéril tierra de mi patria!»


Apocalíptica conciencia de destrucción del mundo, intensa noción de la finitud, reclamo ante el Dios oculto y silencioso.

Las elegías que componen sus últimos libros desgranan con lúgubre pasión el sucesivo vaciamiento del amor, el deseo, la esperanza, la voluntad de vivir.

Vedme, espectral en sueños,
despedirme del canto con que aromé mis horas...


sentencia Oscar Portela en ambigua afirmación sobre la poesía.

Las palabras, negadas e imprecadas, que siguen siendo el nexo del poeta con el origen y el sentido. Rodeado de sinrazón, penetrado por el sentimiento de vacío y ausencia, la palabra es todavía el humus sagrado en que el rapsoda mora, se expresa, muestra sus llagas, reposa. Látigo u consuelo, el canto sigue siendo una tierra más real que la tierra que se destruye ante sus ojos. No nos extrañe pues que las palabras sean el centro de la meditación de Oscar Portela, oscilante entre la búsqueda del lenguaje y el retorno a una realidad preverbal.

Afrontar la destrucción de la palabra, el desgajamiento del nombrar adherido a su corazón.

Ay de vosotras, garzas voladas por el agua del deseo,
a qué llamar por mí, en mi nombre de muerto,
pues quien respondería y en nombre de
qué imágenes a las visitaciones
que ahora me reclaman
desde un presente sin presente?

Las palabras se revelan inconsistentes, lejanas a la presencia que las funda, lejanas a toda certidumbre. Sudario, naufragio, ausencias virtuales del blanco y del azul que recuerdan a Mallarmé, imágenes de lo no imaginable, pueblan el mundo de Portela, tenso entre los polos del Paraíso perdido y la destrucción del Fin de los tiempos.

Desde el sentimiento de la absoluta soledad rememora los días felices, los goces, los paisajes liberados a su fragilidad efímera, los seres amados. Pero la poesía, desde antiguo, halla en sí misma su propia respuesta y recompensa. El puro acto de confiar a la palabra la desolación y él vació, comienza colmarlo con la furia descendente del verbo. Misterio de la creación, diálogo con lo absoluto emprendido por el poeta – demiurgo que alcanza el nivel de su propia develación. Surge en su propia voz la visión abarcadora del cosmos que desborda su propia e incomprensible belleza. Y el desgarro existencial llega a engarzarse en visiones deslumbrantes de epifanía.

Oscar Potela nos entrega, con el gesto de un dios exiliado y rebajado del reino, y con implícita alusión a la larga dinastía órfica de los poetas que en Occidente han compartido la herencia mítica y la lucidez critica dentro del poema. Su espléndido lenguaje surge denso de originalidad, riqueza semántica, fluidez coloquial y profusión imaginística. Portela utiliza expresiones como desta o questa, dignas de Garcilaso; incluyen vocablos poco usados como por ejemplo zureo o peto, sin caer en alambicamiento; varía infinitamente el método de la metáfora en actividad creadora que no osaríamos reducir a un conjunto de «recursos poéticos».

La poesía que alcanza es lanzada en el alto nivel de la oda o la elegía y participa de una energía musical que pone en marcha conjuntamente a la inteligencia, la sensibilidad y la imaginación.

El poeta asume constantemente la primera persona, en afirmación lírica del yo, y al mismo tiempo se configura como sujeto omnipresente: Es sombra, espectro pasajero, temeroso y osado coreuta de los dioses, desalojando de mí desterrado, conterrado, pantera, tigre. Se identifica con Orfeo buceando en el misterio del tiempo, descendiendo al Hades, descubriendo en la música de su flauta el sentido de su propia vida y muerte.

Víctor Hugo escribió con sabiduría: A quoi tient l’abîme? Attendons: Oscar Portela se entrega a la angustia existencial, crea su verso desde la pasión y el desgarro, renace desde las cenizas de su muerte como el fénix mitológico, a través del canto. Hoy asistimos a los signos manifiestos de su madurez vital en el dolor y la oscuridad de una experiencia límite, que con los poemas de Claroscuro, alcanza a poner a prueba sus propios límites.

Desde este instantante le es irrenunciable recordar a vivos y muertos, proclamar la orfandad de la criatura humana, reconocer la fuerza augural de su propio canto.

Oscar Portela se mueve en un mundo donde toda cosa visible se desmorona ; persigue, sin embargo, el rastro de lo permanente. Sabe que su misión es la fidelidad a ese rastro, que se manifiesta en el mundo y más allá de él, en su palabra.

Está destinado a auscultar incesantemente su propio corazón para ofrendarlo en las aras del sacrificio. Dotado de una lucidez espectral, se reconoce como oficiante en un final de época que tiene visos de catástrofe.

La palabra de Oscar Portela se eleva como una salvaje plegaria, mezclada de blasfemia, para decirnos el despojo y la destrucción que se inician en su propio cuerpo. Construye un arca para la salvación del mundo, como lo proponía el cristiano Dostoievsky. Intenta nombrar los restos del naufragio, tender el exorcismo de la memoria para impedir que el viento final arrase con lo que queda de humanidad sobre la tierra. Tal el contenido de estos poemas que nos avasallan y acongojan, pero también nos iluminan.

CLAROSCURO

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Oscar Portela (Argentina)
Claroscuro / Parte 1

El duro pan de soledad
El zarpazo del tigre agazapado en la noche
El invisible en el día,
La sed del infinito que se agota
En el infierno del desierto,
La sangre coagulada vuelta
A sus orígenes, el sudor y el miedo
Y el cansancio que el trivial comercio
Con la efímera eternidad del verbo
Se hacen oscuras obsesiones,
El yo condenado a sabiendas y el cobre de la
Campana del crepúsculo
Que llama a reunión de vivos y de muertos
Y que harás hoy sombra de sombras
Que finges no conversar con las augustas
Sombras de los muertos
Tu que sigues el camino que termina
En el corrupto circulo que se repite
una y otra vez una y otra vez
vox clamantis in deserto y la campana
llamando al ángelus y la madre
traslúcida mirando desde la luna
la soledad donde se acunan las mortales
caricias de los sueños sigue sin embargo
sigue muriendo que en tu principio esta tu fin
aunque aquí no existan ni principio
ni fin sino la corrupción que los segundos
preparan en silencio para que el circulo
se cierre y nada como el alud de las montañas
se cierne sobre ti.
Difícil despertar, difícil entrar a la casa de
Las sombras donde los ángeles
Son los daimones que la obra puso
Para verter en ella el veneno que
El tímpano y los ojos la atávica memoria,
el gusto de la luz y todo aquello
Que extraviado está, hagan del duro pan
errancia del nonato, los dientes del vampiro
que lucen marfilíneos a la luz de las aguas.

(Frag. de Claroroscuro / de Oscar Portela)

[NOTA DEL EDITOR: Oscar Portela es escritor y periodista profesional, que ha ejercido lpor más de cuarenta años. Es asesor cultural de la Camara de Diputados de la Provincia de Corrientes (Argentina). Ha publicado poemarios y ensayos filosóficos. Licenciado en Letras, Literatura y ex-profesor de la Fundación Juan Torres de Vera y Aragón].

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Alejandro Drewes (Argentina)
FRENTE A TI, GAZA
(v. 2)

Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros y los disolutos, y los homicidas, y los idólatras, y cualquiera que ama y realiza la mentira. Apocalipsis, 5. 22-15.

Insepultos huesos tuyos
sobre esta Franja arrasada
como flores de otro mundo
segados yacen. Sí, aquí yacen.
Brevemente cantamos
una vez a tus días sin paz,
por tus calles
los últimos fantasmas
nos dicen algo al oído
y se crispa nuestro paso
en mitad del inaudito
viento vertical de las bombas.

Turbios recuerdan los ojos
Antidon y la ruta de Alejandro
veloces barcas fenicias
en la curva cenital de los imperios
bajo el ojo celeste
de los antiguos dioses navegantes:
en cambio apenas ven ahora
el mismo mapa del Infierno.

Avanzan los negros ejércitos
hacia la ciudad sin murallas: es la hora
en la qibla del último rezo. Y luego, bajo
la tierra común sólo apenas
esconder a los últimos niños.

[Nota Editor: Alejandro Drewes es poeta, crítico y traductor. Es el fundador del grupo difusor y revista AERA]

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Arturo Cardona Mattei (Puerto Rico)
Apocalipsis

Palabra que infunde pánico
En un mundo torcido de ideas
Guerra, fuego, sangre
Hambre, locura y ballesta
Toda la tierra sembrada con brotes de miseria
Montes con sus cumbres derretidas
Incinerando la humanidad perversa
Apocalipsis de Hollywood
De líderes religiosos que nos envenenan
Así van engañando a toda una humanidad
Que vive huérfana de la palabra serena

Apocalipsis es guerra santa
La venganza de Jehová contra el que peca
Guerra selecta que mata al malvado que no se regenera
Es la oportunidad última
Donde Dios usa su linterna
Alumbrando derroteros infinitos
Que ofrece a la humanidad entera
Apocalipsis es la guerra justa y santa
Que cubrirá todos los pueblos de la Tierra

Apocalipsis nos revela
Planes nuevos para el planeta
Un gobierno divino que se abre
Con promesas de un garante que no ceja
Apocalipsis es la esperanza
Que fue trastornada por Adán y Eva
Aquello que se perdió en el Génesis
Apocalipsis lo rescata
con promesas de trascendencia

Apocalipsis revela persuasivas ideas
Esperanzas electrizantes que son eternas
Son promesas fieles y verdaderas
Pues Dios no puede mentir
Su santidad así lo demuestra
Apocalipsis es la guerra última
Para borrar al irreformable de la Tierra

Apocalipsis no es guerra de hombre
Donde muere el justo y el impío que se rebela
La guerra del hombre daña y contamina
El agua, el aire y la tierra
La guerra de Dios es justa
Porque solo mueren los que lo detestan

Apocalipsis es la magnánima guerra de Dios
Que barrerá del mundo sus tristezas
Y sembrará nueva semilla
Trayendo al hombre el gozo de nuevas fiestas

Apocalipsis…faro de luz enhiesta
Donde una nueva humanidad
Tendrá por delante una vida eterna

¡Mira!, voy a hacer nuevas todas las cosas
La turbulenta humanidad ya no se encuentra
Un gobierno eternal tomará de la Tierra las riendas

31 de enero de 2010 / Caguas, Puerto Rico

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Referencia
Fanny Jaretón (Argentina)
Después del Diluvio

Esta vez voy a abrir la boca a punta de tu lengua, la fiel testigo y portadora donde tu palabra que dice y sabe, me fue arañando desde el dolor al miedo e inquisidora o inquieta se ensambló dentro de mí y ajustándola entre paladar y cielo voy a lloverte como nunca antes te han mojado.

Repaso tus ojos y el tajo donde tu mirada rompe al horizonte, en tu afán de conquista de buscador incansable vienes por el secreto, del secreto guardo en la alfarjía de mis manos el aroma de flujo caliente donde hice a la fotosíntesis como la dama de la noche, rojo el viscoso diluyente entre piernas y escarnio dio sus sacudidas al exprimo del color de arcilla, de algarrobo y sauce, mira el sauco glauco del milagro, una gota, sólo una gota para amantarte, tu boca orbicular se detiene en la presión única e intransferible donde me haces agotar todo mi llanto, el llanto todo. Y en esta agua y las otras, afluente voy a tu cauce, caudal de atemporales melodías, cántame susurrado, aproxima y pega tu boca enmoracida, de la planta donde vi al estío y quebrada la rama ante mi roce perdido, me ofreció en dos varas cual piernas la rapdomante manera hacia donde caminarte.

Te sostuve en la madera firme y con manos inquietas hurgamos de lo mismo, pasión y gloria, conocimiento y abismo, caerme, caer, caer, caer en vos y entre lamentos no lamentarme de sol y primavera; ábrete capullo a la sed del instinto, recógeme con tu prado de artesanía, la espina de la noche se ha quedado clavada en mis labios y la esencia de la rosa elixió sobre la arena de mica.

Refléjame en tu espejo de gnosis. Quiero verme en tus perfiles, todos, haceme buena, mujer completa, apágame la sed, a testigos de pájaros, vuélame con el roce de tu pico o la mansa caricia de una sola pluma, de la punta de ella, o del suspiro.

Bajamos al útero de la tierra, me dices que Apocalipsis las cuevas intraterrenas son los lugares más seguros donde debamos guardarnos y como un topo me encarno debajo de tu piel, y tú tan seguro me tiemblas donde tiemblas y nuestras piedras chocándose hasta estallar el fuego, ahora llegó el Tiempo, vos que confiabas en milenium y yo que te dije de la Magia y ahora tu lava derramándose conmigo, con mito, dentro, ahora eyaculatoria palabra que intentas encerrar contra tus dientes carceleros y tu gesto en los ojos que avizoran libertarios y de tu mirada de impotencia cual Goliat frente a esta David o hija de la tribu, de la salvaje que ha venido a moverte para revolcarnos y ser fango y en el lodo, vos que sos el creador y en la palabra me marques con el Emet sobre la frente y me hagas de Verdad, tu verdad.

Amarga estoy en tu café de nocturno, revuelves con la cuchara de plata a oscuras y los dedos de luna nos refleja en la embocadura cerrada cual Llena y lobuna en el despertar de esta maga, ven observa cual es el testamento y testimonio donde tu marea me eleva tras la espuma, me levantas y me sumerges, en el placer de tu gozo, no, no te fatigues, que siga la lanza pegándome en el centro certero, que siga la estaca clavándome sobre los puntos vitales, pulsos y otros tantos, que siga que siga hasta desangrarme para poder regar la tierra sobre tu llanto y hacerme raíz puente flora y fruto dónde tú, árbol, te yergues refulgente y sabio. Concédeme en el tiempo de vendimia beber de tu vino sagrado. Y en la celebración volverme pájaro portando en el pico la hoja del laurel donde has salmado, mirada poniente, hacia la tierra de la libertad prometida.

Fanny G. Jaretón

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Cortesía del blog El Aguacate

Carilda Oliver Labra (Cuba)
La vecina muerta

La casa era como ella: un pálido juguete,
y estaba limpia y triste bajo el número siete.

No quiero recordarla... Me hace daño la orilla
de su vestido blanco con una vieja hebilla.

Allí, inocentemente, cuando abría la puerta,
era un sueño borroso, una lámpara incierta:

algo que le pedía protección a la muerte.
Sus ojos... ¡pobres jos como de flor sin suerte!

parecieron mirarme hacia adentro una vez.
Vivió junto a nosostros con el susto del pez.

Recién casada y sola, lavaba los manteles
y lavaba su alma. Siempre le fueron fieles

la timidez de novia y la ventana eterna.
La tarde sobre ella era una tumba tierna.

No conocí su nombre. No lo sé todavía...
Pero después de muerta la llamaré María.

(1951) / Más poemas

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Anoche

Anoche me acosté con un hombre y su sombra.
Las constelaciones nada saben del caso.
Sus besos eran balas que yo enseñé a volar.
Hubo un paro cardíaco.
El joven
nadaba como las olas.
Era tétrico,
suave,
me dio con un martillito en las articulaciones.
Vivimos ese rato de selva,
esa salud colérica
con que nos mata el hambre de otro cuerpo.

Anoche tuve un náufrago en la cama.
Me profanó el maldito.
Envuelto en dios y en sábana
nunca pidió permiso.
Todavía su rayo lasser me traspasa.

Hablábamos del cosmos y de iconografía,
pero todo vino abajo
cuando me dio el santo y seña.

Hoy encontré esa mancha en el lecho,
tan honda
que me puse a pensar gravemente:
la vida cabe en una gota.

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Busco una enfermedad que no me acabe...

Busco una enfermedad que no me acabe
sino el dolor constante de la vida:
algo para fingir que estoy dormida
detrás de este temblor de escarcha grave.

Busco un agua cósmica que lave
la lágrima terrible que me oxida;
busco el morir distinto, y voy herida
por la pena vulgar que nadie sabe.

Y así me marcho, sonriendo a todos,
luminosa de gracia y desventura,
con el secreto horror hasta los codos;

callándome en el verso y en la prosa,
para que escriban en mi tierra dura:
esta mujer ha muerto de dichosa.

Ver más poermas de esta autora

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Vísperas de boda

Voy perdiendo los días de estar sola conmigo,
los días recién buenos ahora descubiertos,
ahora que se van,
y una tristeza hija de mi tristeza grande
me borra lentamente las ganas de soñar;
y nace como un miedo,
un miedo a ser distinta, un miedo a ser normal,
un miedo a ser como otras: calladas y domésticas,
bondadosas, saludables quizás;
un miedo contra esposos, contra cortinas puestas,
un miedo incontenible de tener un dedal.

No sé de qué me escondo, de qué males escapo
ni qué lágrima extraña me llama desde el mar;
pero es que quiero ahora tener el mundo dentro,
volverme sólo tinta sobre el papel cordial,
caer como centella, parir como una araña
y amar, amar, amar.
Pero es que quiero ahora cubrirme con la noche,
crecer en la ternura, ser astro o animal
pues brama el infinito sobre mi propia carne
y siento como un beso de la inmortalidad.

Cuando tomo la pluma ya estoy acompañada
de alguna estrella absurda que no se va a apagar;
así, llena de gente, de historias increíbles,
de ramos de violetas,
de duendes que no hablan, de nubes y retratos
me reúno conmigo como algo natural.
Todo me deja entonces lejana, distraída,
especialmente tonta,
y a veces en la cama puedo no ser verdad.
Y estoy casi feliz y apenas me sonrío,
bailando como lluvia y amable como el pan...
Por eso en estas vísperas del día de mañana
(adiós, mi libertad)
hago como quien rompe promesas y contratos
y muere de jamás
pues soy una criatura ajena a compromisos
y temo por mis alas que sí saben volar.

[NOTA EDITOR: Carilda Oliver es una oeta cubana nacida en Matanzas en 1924. Integrante de la Escuela de Poesía Grupo Cero dirigida por el poeta Miguel Oscar Menassa. «La poesía de Carilda Oliver Labra ésta llena de amor desesperado, de un desamor erotizado, pero repleto de imágenes deslumbrantes, dentro de una sentimental cotidianeidad», observa uno de sus críticos. Oliver estudió Derecho en la Universidad de La Habana ejerciendo la profesión en su ciudad natal, donde además dictó cursos de dibujo, pintura y escultura. Es una de las más sobresalientes poetisas de hispanoamérica, ganadora de importantes premios literarios: Premio Nacional de Poesía en 1950, Primer Premio y Flor natural en el Certamen Nacional, ganadora del Certamen Hispanoamericano organizado por el Ateneo Americano de Washington para conmemorar el tricentenario del nacimiento de Sor Juana Inés de la Cruz, Premio Nacional de Literatura en 1997 y Premio Internacional José de Vasconcelos en el año 2002. Entre sus obras se destacan: «Al sur de mi garganta» en 1949, «Memoria de la fiebre» en 1958, «Versos de amor» en 1963, «La ceiba me dijo tú» en 1979, «Desaparece el polvo» en 1983, «Calzada de Tirry 81» en 1987, «Se me ha perdido un hombre» en 1993 y «Libreta de la recién casada» en 1998].

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Philippe Jacottet (Suiza)
La voz

¿Quién canta allí cuando todos callan? ¿Quién canta
con pura y apagada voz ese canto tan hermoso?
¿Será en las afueras de la ciudad, en Robinson,
en un jardín cubierto de nieve? ¿O aquí cerca
alguien que no esperaba que pudiéramos escucharlo?
No nos impacientemos
ya que el día no viene precedido, ni mucho menos,
por el pájaro invisible. Pero permanezcamos
en silencio. Una voz sube, y como el viento de marzo
le otorga fuerza a la envejecida madera, nos llega
sin lágrimas, más bien sonriendo ante la muerte.
¿Quién cantaba allí cuando se apagó nuestra lámpara?
Nadie lo sabe. Sólo al corazón que no busca
ni la posesión ni la victoria le será dado oírlo.

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El ignorante

A medida que envejezco, crezco en ignorancia;
a medida que más vivo, menos poseo y menos reino.
Un espacio a veces de nieve o a veces brillante,
mas nunca habitado, es todo lo que tengo.
¿Dónde se halla el que lo legó, el guía, el guardián?
Permanezco en mi habitación y al principio callo
[silencio doméstico, instalador de un poco de orden]
escuchando las mentiras que se alejan una a una:
¿qué queda de todo eso?¿qué le impide al moribundo
dejarse llevar por la buena muerte? ¿Qué fuerza
le hace hablar aún entre sus cuatro paredes?
Yo el ignorante, el inquieto, ¿llegaré a saberlo?
Pero ya sé realmente quién es el que habla,
y su palabra penetra con el día, aunque algo vaga:

«Como el fuego, el amor sólo establece su claridad
sobre el error y la belleza de los leños en ceniza…»


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Caminata al final del verano

Avanzamos sobre peñascos cubiertos de conchas,
placas hechas de libélulas y arena,
caminantes enamorados, sorprendidos de su propio viaje,
cuerpos provisorios, reencuentros sin fortuna.

Una hora de descanso en las terrazas bajas del litoral.
Palabras sin demasiado eco. Destellos de hiedra.
Caminamos rodeados por los últimos pájaros del otoño
y bordonea la flama invisible de los años en el madero
de nuestros cuerpos. Agradecimientos sin embargo
al viento que entre las encinas no sabe callar.

Abajo se amontona la bastedad de los muertos antiguos,
la precipitación del polvo que antaño fuera claro,
la petrificación de las mariposas y los enjambres,
y en la parte baja del cementerio semilla y piedra,
las bases de nuestro amor, de nuestras miradas y quejas,
lecho profundo del que se aleja de noche cualquier temor.

Arriba tiembla lo que aún se resiste a la derrota,
arriba brillan las hojas y los ecos de alguna fiesta;
antes de hundirse a su vez en los cimientos
los vencejos fulguran encima de nuestras casas.

Luego llega por fin lo que podría vencer nuestro infortunio,
el aire más ligero que el aire y en las cimas la luz,
tal vez las palabras de un hombre evocando su juventud,
oídos cuando la noche se acerca y que un vano ruido de guerra
por décima vez viene a molestar la exhalación de los campos.

Philippe Jacottet (Suiza, 1925)

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Leonora Carrington y el surealismo


MEXICO:
Muestras de la obra Leonora Carrington se están exhibiendo en el Acervo José F.Gómez dentro de la Biblioteca de Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca. Ella falleció, recientemente, a los 94 años en la Ciudad de México el 25 de mayo del 2011.

Nace el 6 de abril de 1917 en el pueblo de Chorley, en Lancashire, Inglaterra. En el año 1936 ingresa en la academia Ozenfant de arte, en la ciudad de Londres. Al año siguiente conoce a quien la introdujo indirectamente en el movimiento surrealista: el pintor alemán Max Ernst, a quien vuelve a encontrar en un viaje a París y con quien no tarda en establecer una relación sentimental. Durante su estancia en esa ciudad entra en contacto con el movimiento surrealista y convive con personajes notables del movimiento como Joan Miró y André Breton, así como con otros pintores que se reunían alrededor de la mesa del Café Les Deux Magots, como por ejemplo el pintor Pablo Picasso y Salvador Dalí.

En 1938 escribe una obra de cuentos titulada La casa del miedo y participa junto con Max Ernst en la Exposición Internacional de Surrealismo en París y Ámsterdam.

Previamente a la ocupación nazi de Francia, varios de los pintores del movimiento surrealista, incluida Leonora Carrington, se vuelven colaboradores activos del Kunstler Bund, movimiento subterráneo de intelectuales antifascitas.

Leonora Carrington tenía solo 20 años cuando conoció a Max Ernst en Londres. Entonces el pintor ya contaba con 47 años y con bastante fama como surrealista. La gran diferencia de edad, el hecho de que Ernst además estaba casado, así como sus posiciones surrealistas radicales hacían que esta relación no contara con la anuencia del padre de Leonora. A pesar de ello, la pareja se reencontró en París y pronto se fueron a vivir a la provincia, al poblado de Saint-Martin-d’Ardéche, en una casa de campo que adquirieron en 1938. Hasta hoy se conserva en la fachada de esta casa un relieve que representa a la pareja y su juego de roles: «Loplop», el alter ego de Max Ernst, un animal alado fabuloso entre pájaro y estrella de mar y su «Desposada del Viento»: Leonora Carrington.

La vida tranquila y feliz de la pareja en este sitio duró solo un año. En septiembre de 1939 Max Ernst fue declarado enemigo del régimen de Vichy. Tras su detención y prisión en el campo de Les Milles, Leonora sufre una desestabilización psíquica. Ante la inexorable invasión nazi, se ve además obligada a huir a España. Por gestión de su padre es internada en un hospital pisquiátrico de Santander. De este período la pintora guardará una marca indeleble, que afectará de manera decisiva su obra posterior. Leonora describe, en su obra autobiográfica (En bas) los pormenores de esta dramática historia.

En 1941 escapa del hospital y arriba a la ciudad de Lisboa, donde encuentra refugio en la embajada de México. Allí conoce al escritor Renato Leduc, quien terminará ayudándola a emigrar. Ese mismo año contraen matrimonio y Leonora viaja a Nueva York. En 1942 emigra a México y en 1943 se divorcia de Renato Leduc. En México, la pintora restablece sus lazos con varios de sus colegas y amigos surrealistas en el exilio, quienes también se encuentran en ese país, tales como André Brton, Benjamin Péret, Alice Rahon. Wolfgang Paalen y la pintora Remedio Varo, con quien mantendrá una amistad particularmente duradera.

Fue ganadora del Premio Nacional de Bellas Artes, otorgado por el gobierno de México en el 2005.


Aguafuerte, en sepia: Leonora Carrington: Sopa de pollo, 1985

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Gustavo Marcelo Galliano (Argentina)
LA CITA ©

Los golpes en la puerta fueron contundentes. Precisos. Potentes.

Él se preguntó porqué no habría tocado el timbre. Comprendió entonces que ella sería muy especial. Tanto como él anhelaba. Tal vez algo chapada a la antigua. Pero nadie que golpea así una puerta puede ser desapasionada, pensó. Y esto lo excitó. Se apresuró a abrir. Antes de girar el picaporte, trató de alisarse el cabello con la mano. Sabía que ella vendría, pero el tiempo se escabulló más rápido que lo planeado. Remoloneó en la cama. Se demoró en la ducha. Y se inquietó ante la posibilidad que ella lo creyera un desconsiderado.

Abrió la puerta y quedó perplejo. Ella lucía bellísima. Mucho más hermosa de lo esperado. Totalmente diferente a como él la imaginara. Quizás un poco más oscura. No de una oscuridad lúgubre. Una oscuridad intrigante. Pero no sería un obstáculo. Nunca la oscuridad lo ha sido. Tanta belleza para tan poco tiempo, quizás resultara excesivo, pero imposible de rechazar. Ello tampoco sería obstáculo.

El vestido negro, bien ceñido al cuerpo, le sentaba de perlas, a pesar que las perlas más preciadas fueran las blancas y el vestido de brillante negrura. El detalle de los guantes de seda resultaba magnífico. Alta y delgada. Delicada y misteriosa. Se dio cuenta entonces que una gota de sudor le recorría la espalda. Una de aquellas gotas quese brotan tibias, pero se desbarrancan heladas.

En la penumbra bajo el dintel, ella lo miró fríamente, a la vez ansiosa. Él hizo el ademán gentil para que entrase. Ella agradeció con una leve mueca, un movimiento de cabeza, e ingreso lentamente, desplazándose sobre sus tacos aguja. Pié delante del otro pié en cada paso. Ondulante. Sugerente.

Él necesitaba ser un caballero diligente, a pesar de estar despeinado. Le invitó a sentarse, le ofreció una bebida. –“Diet”- escogió ella.

Luego él la convidó un cigarrillo. Ella aceptó de buena gana.

- “Lástima que el tabaco mata”-, comentó él, algo nervioso. – “Ese es el secreto de su éxito”-, respondió ella, mientras exhalaba una boconada de humo que en espiral ascendente, se alejaba hasta estrellarse contra el cielorraso de yeso.

- “Te deseo ahora” – exclamó ella sin cabildeos, sin dejar de mirarlo. Y su voz redobló seca y tajante en la sala, como convirtiendo un deseo en orden.

- “Me halagas... pero terminemos el trago... aún es temprano” – respondió él.

- “Nunca es temprano” – dijo ella con tono seguro. – “Simplemente es o no es. Y no me gusta perder tiempo en lo que no es”-.

- “Vamos... dame la chance de unos minutos... luego me tendrás” – suplicó él, en tono calmo. Ella se incorporó del sillón y camino hacia él. Sus pasos no retumbaron en la sala. Se paró a su lado, y con una mano comenzó a acariciar sus cabellos, de por sí despeinados.

Él suspiró profundamente. –“Veo que eres persistente, nada te detiene ¿verdad?”- murmuró mientras entrecerraba los ojos. Su respiración comenzaba a acelerarse. Su corazón pasaba del tranquilo paso al enérgico trote del centauro.

- “Es mi esencia. Nada ni nadie me detiene cuando lo deseo. Jamás” – fue su lacónica respuesta. Y por un instante él pudo observar un dejo de nostalgia o remembranza en el duro rostro de ella. Pero solo fue un instante. Y los instantes se esfuman en la nada.

- “¿Lo prefieres aquí... o en el cuarto?”- consultó ella ya impaciente, aunque con voz muy pausada, tranquilizante. Seguía penetrándolo con la mirada. Ella manejaba el juego. Cada lapso. Cada pausa. Ambos lo sabían. Él era pura adrenalina.

- “En el cuarto, por supuesto”- respondió él. – “Es más práctico, me gusta lo clásico” -

- “De acuerdo”, disparó ella, mientras el brillo de su sonrisa tornaba pícara la penumbra por un instante. Pero los instantes... Lo tomó entonces de la mano y se dirigió hacia el cuarto. Ella llevaba la iniciativa decididamente, a pesar de ser la primera vez que visitaba la casa. Eso le agradaba a él. Dejarse ser llevado, aunque sea por una vez, resultaba plácido.

Al llegar la habitación, ella giró y se quitó los zapatos. Luego fue el turno de las largas medias de seda, descendiendo por sus estilizadas piernas. Y el enérgico trote del corazón de él se fue convirtiendo en imponente galope de semental en celo. Luego se acercó hasta que ambos cuerpos quedaran casi unidos, de pié. Y casi apoyando sus labios contra los de él, preguntó: -“¿En el piso o en la cama?” -; Él sintió que la sangre hervía en las venas. Sintió como si estuviera desbarrancándose desde la cima más alta, hacia el abismo más profundo. Hacia una pendiente eterna. –

“Creo... que... en la cama estaría bien...”, respondió él titubeante. Y esta vez no por metódico. Simplemente porque ya era hora. Y cuando es la hora, ya no debe abundarse en palabras.

- “Eres un clásico... claro, eres un hombre. Las mujeres suelen tener más imaginación” – exclamó ella, mientras se quitaba los guantes de seda. Y el morbo del
comentario hizo que él sintiera un hormigueo en el estómago. Su pecho era ya un corceldesbocado.

- “¿Algo más antes de hacerlo? “ – preguntó ella mientras él se acomodaba en la cama, algo tenso, un tanto nervioso. Muy nervioso.

- “Sí... dime tu nombre” - respondió él.

- “No, ese deseo no es posible. Puedes llamarme como desees. Debo confesar que me excita ser llamada de tantas diferentes maneras. Pero no habrá posibilidad de negociación con esto. Usa tu imaginación”- reflexionó ella.

- “De acuerdo... música entonces. Me encantaría escuchar de fondo una suave música”- dijo él. – “Dime el tema que prefieres y serás complacido” – consultó ella, mientras el vestido negro dejaba de ceñir y caía, dejando al descubierto su total desnudez. Bestial desnudez.

- “El... el Ave María” – respondió con un dejo de vergüenza.

- “Eres un pervertido... y eso me fascina”- respondió ella, lujuriosa. Ya era tarde y cada minuto contaba, debía apresurarse.

La música comenzó a poblar los silencios, muy tenuemente hasta perpetuarse plena, invadiendo de pentagramas y nostalgias el cuarto. Ella colocó su desnudez sobre la de él. Desnuda. Acarició su rostro. Besó sus párpados. Y él se entregó totalmente. Se dejó llevar. Libre ya de remordimientos y pecados se dejo llevar. Ya era hora. La hora. Hora de dejarse llevar.

- “¿Estás preparado?” – preguntó ella haciendo alarde de tino y calma. “¡Claro, vamos pronto de una vez!” – fue la respuesta, que por primera vez demostró seguridad.
Los labios de ella se posaron sobre los de él. Fue solo un instante. Un eterno instante.

Como una succión apasionada. Ella humedeció su abismo en deseo. La noche fue testigo. Retraerse suavemente contra la soledad y embatir a fondo, contra el hastío. Entornar los ojos a lo que vendrá. Él se estremeció. Su cuerpo se convulsionó durante
un breve lapso. Y fue entonces la hora. Luego del cimbronazo procedió la calma. Él se
quedó quieto, muy quieto. En silencio y sin movimiento. Y comenzó a enfriarse lenta,
continua, progresivamente.

Ella se incorporó y se alejó de la cama. «Tarea cumplida» se dijo, mientras se dirigía hacia el baño. Se lavó los dientes tan blancos como perlas. Con el cepillo de él.

Y se lavó las manos. Con el jabón de él.

Luego de peinarse, se vistió y volvió a calzarse y colocarse los guantes. De seda. Plena.

Ya era la hora de visitar otro cuerpo. Otra forma. Otra rutina.

Antes de cerrar la puerta del cuarto, se dio media vuelta un instante para dedicarle una última mirada al cuerpo que fuera de él. Yacía tendido sobre la cama. En su rostro parecía reflejarse una mueca, mezclaba de sorpresa y tranquilidad. Sólo un cuerpo más, cuerpo ya sin alma. Inmóvil y pálido. Tan pálido.

Ella cerró la puerta y se encaminó hacia el ascensor. Ya en descenso consultó en la diminuta agenda su próximo destino. No había tiempo que perder.

-“No es tarea fácil la de ser Muerte”- se dijo, resoplando levemente, a sí misma. -“Nunca hay descansos”-.

Se sintió apesadumbrada, pero así era ella.

Perseverante, eficiente y solitaria.-

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