Saturday, April 12, 2014

A DANTE ALIGHIERI, VIAJERO DE FLORENCIA

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A Dante Alighieri, viajero de Florencia y Beatriz


Si el yo es una determinación del Dasein,

entonces debe ser interpretada

existencialmente: Martin Heidegger


A mitad del camino de la vida,
hallé la erranza, selva oscura.
Una que pudo ser un monte de palabras,
una casa en el soluto de temporizaciones.

Bajé al desfiladero creyéndome
un viajero de Florencia y poco menos que dios.
En algún instante santo y pío,
soldado mortificado por las muchas miserias.

El lobo que en la estepa aúlla
e imagina su Ultratumba por capricho.
Añora el cielo purificador
y las danzas con Beatriz,
la ninfa del estero.

En algún paraíso la quise hallar,
añorándola también como los viejos zorros.
¿Dónde fui por quererla con incrédulas palabras?
Allá, donde aún se lamenta y se adeuda certidumbre,
donde el clamor se vuelve salvación y rito.

2.


A mitad del camino de mi vida,
te hallé y eras el ritmo de mi propio corazón
y eras el movimiento y afán por desarrollo necesario.

Eras mi noche en la pupila y tú, que pegas en mis ojos,
Beatriz, y yo yendo, avanzando, resuelto
con soberbia; así te ví y supe lo que existe.

«Baja al charco donde no hay ambición desmesurada»,
me dijíste,
«que tu cabeza sea como un pez
nervioso, manso, huidizo de ese Yo
despótico y dogmático».


Cada encuentro con el encanto misterioso e inefable,
que vuelva a comprenderse desde las aguas
del puro movimiento y no sea sangre
ni empeño de dominio.
Entonces no sería un pez
en el fondo del pantano.

          3.


Beatriz siguió danzando.
Esta vez estuvo fuera de los pozos.
¡Tan feliz me sentí que pensé.

¡Ay dichoso yo! mi ser de azogue,                           
encantado en plenitud, tan vivaracho!

Entonces, vino la fiera de la Envidia
para atormentar esa alegría.
Con puñales me cercaron.
Y quise ser un soldado nuevamente.

¡Es que la Cura se manifiesta en el Besorgen!,
me dijo. Los cuidados necesarios
mientan a los otros: Eres, al fin y al cabo,
ser-en, ente con tratos
con lo que son-ahí.

Ni en el infierno! ¡estaremos solos!
Somos lo emergente.

4.


El miedo de perderte fue
la amenaza mayor urdida por los otros.

Beatriz, te imaginé arrebatada nuevamente.
Ida, tragada en nueve cielos móviles
de Maya, y dije:
¡Te he pedido,
finalmente, para siempre!

Te hundiste en el Empíreo inmóvil
donde ya no se puede codiciarte.

«Esta es la fiera impura; no te engañes.
Que no creas que te amo si te amo.
No me codicies más, hazme libre.
Voy a estar en tus voces, no en tus egos.
No vivo en las selvas del capricho.
Vivo en la sustancia de tus necesidades».


6-12-1978

 

 * 

      El venenoso vino del Olvido innatista

 

      «No, no vayas hasta el Leteo, ni exprimas,

      de las fuertes raíces de la árnica, su venenoso vino»:

      John Keats, Oda a la Melancolía 

 

Ahora que tienes el Yo innato, te envaneces.

Crees que bastaría lo empírico, adquirido,

tus vísceras de activo narcisismo.

Tienes el Qué que tal vez ni querías.

El mecanismo para jugar al 'Existo'.

Antes fuiste mezquino, melancólico...

conformista con el qué y el cómo de los hechos,

pero... formulador inhábil del por qué

y todavía te pregunto: ¿supiste ya

de otros rumbos y el dónde

que te brinda su espacio? ¿supiste

del Saturno y la Guadaña que doma

a los dogmáticos que beben

de las raíces de árnica

las delicias del ego?...

 

        01-08-2002

 


     El escéptico

 

Decías: «Es más grande mi duda que el abismo».

En este trecho final, en descontrol llegaste,

te lanzaste en balsa a vorágines

de desconocimiento, baboso constructor

de propagandas de plácemes

y aún, tu Yo falsario creyó del proceloso mar,

la sola imagen de la Nada amarga

que dejaste, y ahora... el nihilismo

de Jeshván y el Abbadón del extremo.

A la muerte vas y dudas

que el Yo innato te bendiga:

«No entregará la idea del infinito.

La sustancia no tiene su por qué

ni yo creo en otra cosa que

en supuestos evidentes

por sí mismos... Esta basura de mi yo es

lo único que tengo y, al parecer,

es lo único posible que nos sirve».



        03-08-2002

 
*

           Del hervor amargo de su ruta

 

Aquí, en Mar Jeshván, hervor amargo.

Aquí, hacia la Estigia va con Caronte el Barquero.

Le acompañan las modestas almas

de la masa, obedientes y obstinados milicos.

 

Se aferran al poder terrenal que conocieron

y no por vida nueva, van por lo mismo.

Como cuando clavaron su aguijón

con violencia innecesaria,

como cuando llegaran aquí, a Jeshván,

con su vieja perspectiva de lo blanco y lo negro.

 

Vienen a multiplicarse, ya anunciaron,

y a seguir en impulso su noción de ser.

al fin de cuentas, inventar al enemigo.

Su grupo no da treguas

ni hará migas con ningún otro:

el mundo es siempre su mundo oscuro

y para su beneficio... es uno profanamente

desperspectivado. yoico, univiario.

 

Viajan en barca de infierno.

Estas semillas del humano-escarabajo

de la abandonada esfera.

Gentes cuyas emociones se espesan.

Apenas fluyen y en agua de Jeshván

su barca  sobre la Estigia

no avanzará con la prisa

de remos que forjan marejadas.

 

Al final, se abisman contra orillas extremas.

Se atoran en cañocales entre sus excrementos

y golpean  accidentes y límites del tránsito.

Entonces expiden su olor nauseabundo.

 

        10-08-2002

 
*
 

     El Hombre-Escarabajo

 

¡Qué apetencia de poder y control

a toda costa tiene la colonia

del Hombre Escarabajo,

al que la muerte atrapa y conmina!

 

No es la merecedora, Caronte la aborrece.

No es la mejor auspiciada...  el demonio

la ignora, pues no se aferra al tikún

ni busca un centro. El equilibrio,

el resplandor, la estrella de su noche.

 

Es como quiere ser, controladora,

y terca, la que no cambia,

y alma que ostenta desde su venganza,

su compulsión de cizaña,

obstinado odio-amor.

 

Y no ha sabido vivir con tolerancia

ni dejar ir a quien no lo ha querido.

No perdona. Y quiere perpetuarse.

 

De nada vale su intuitivo poder,

su sexo intenso, si no navegará

por rumbos de transformaciones.

 

        03-08-2002

 
*
 

          El exterminador

          

      Opis dicta est coniux Saturni per quam

      uolerunt terram significare, quia omnes opes

      humano generi terra tribuit. (Festo 203.19.)  

                          

Ante ojos y sentidos del Yo sensual

(vivarachos y ebrios de Opalia y Opiconsivia),

fragmentaré el poder de esos ojos

almas que urgieron ley por causa de empirismo.

 

Ahora que se regula, se especula todo,

y la probabilística de cifras se cargan

al matemático conteo, fragmentaré esos sentidos,

ante el Caelus de remotísimos Titanes

y galas de uranofobia.  Envíaré al que pone

fin y destruye, o refrena o acaba.

 

Ante la hembra que elija el enviado,

para su cetro ctónico, daré una espiga de trigo

y será administradora de la justa abundancia.

A su esposo daré la Guadaña, mi decreto

para fragmentaciones. Arbitraje

que refrene al sensualismo...

 

Es el antiguo mandato que recibiera Cibeles,

la Tierra misma, al residir en el tellus de los límites,

Fui quien puse una hoz en la mano de su hijo.

... porque el Yo sensual se volvió vivaracho

sólo pendiente a Opalía. Y sus ojos y sus sentidos

ebrios, egoístas, codiciosos, traidores.

 

Esta será la ley de quien bajara al Lacio,

bienvenido por Jano, rey de mortales

e instaurador de la Gran Saturnalia.

Va el exterminador cubierto por un velo...

Y como su barba larga y blanca

se extenderán sus años,

se curvará su espalda por tal peso,

cifra de tiempo indeterminada

para su existencia. Como la muerte

ha de llevar la guadaña en mano.

¡Pobres de los mortales que no lo obedezcan!

 

      28-08-2002

 

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