PRAT DELS CREMATS /
Prado
de los quemados
A Andrés el Apóstol, quien con el misterio del Grial
trajo a las
tierras eslavas la fe de los puros y perfectos,
la fe de los
hombres buenos...
Huyó a los bosques y hasta allá le siguió
la Bula Ad extirpanda. Se escondió en las montañas y allá, en el fondo, Camp
dels Cremats, observó el humo de la pira en la que ardieron 200 cátaros
nuestros en Montsegur al pie del Castillo de Monts. No obstante, además de
valiente, era uno como Ernest Hemingway
describe a los hombres que el mundo, con sus vanidades y violencias, asesina:
«Valiente, muy bueno y demasiado dulce».
Vino así de Languedoc hasta la
encrucijadas del miedo ajeno y trajo corderos y perros negrosella, y a él que
no les pedió nada, jamás... ni una bellota que del árbol cayera, lo escucharon
cuando dijo:
Vendré
como si fuera Lo Vital de la historia y la percepción simultánea de todos los
momentos y las causas de los hombres, yo, que soy la Dispersa y No la
Prometida, yo, que no tengo otro descanso que mi soledad y soy anónima como La
Diosa Oscura, como la Luna menguante. Vendré yo, la Gran Excluída de la
historia con mi cruz de Occitania marcada en la frente y la sospecha del
paulicismo que no me corresponde.
Sus ojos fueron de gato, su paso ágil en
las sombras. El mundo sigue en podredumbre y miseria y el corazón no es Grial:
es Escudo de legionarios con espada y predicadores con mentiras. Hasta los
bosques del celta llegaron. Y, entonces, Vino albigensemente sedienta desde
Albiga y Tolosa y fue bienvenida, temporalmente al menos, y los herejes de
Colonia dijeron como Eckbert: «Hos nostra
Germania cátharos appéllat».
Vino como los bogomilos de Tracia. como
búlgaro, que se cortan una de sus manos antes de robar un diezmo, Fue cuando
los llamaban los Buenos, creyentes puros en convenanza,
bautizados con el consola-memtum del
Espíritu Santo antes de la muerte.
No tardó la fecha de una Gran Represión.
Los llamaron, al fin, como antojaran: Brujos,
paganos, herejes, satánicos. Y la amenaza fue ir por ellos / por hembras y
varones / a quemarlos vivos porque renegaron y heredaron el Grial del Monte
Athos. Le hablaron sobre la divinidad del Demiurgo y ellos no creen en ningún
Demiurgo ni en la guerra ni en las iglesias mundanas.
Sencillo es el credo de los amenazados: el
ascetismo, la tranquila mirada de gatos. El amor, el voto casto. La vida
angélica en el mundo, en la niñez dulce, en crecer iluminados, por contacto con
dimensiones cósmicas y seres que a voluntad se corporizan y a veces salen de un
árbol o de un manantial.
Pero, en descrédito y por blasfemia, los
nombran sodomitas, docetistas, enemigos de Yahvé y sus Demiurgos. Y Eugenio el
Papa, Bernardo de Claraval, Enrique, Obispo de Albano, Inocencio III, toda la
Casa de Aragón con los Condes de Tolosa, los Condes de Never, Bar y Deux, todos
vendrán cuando Ella venga y con sus compañeros en faena se reúnan en el Shabat
de los adoradores puros.
La bienvenida será truncada por causa de
espada y sangre. La matanza se iniciará en Beziers y el exterminio en Muret. En
los prados de los quemados se hará la hoguera de sus cuerpos al pie del
Castillo del Arzobispo de Narbona.
03-03-1980 / CARLOS LOPEZ DZUR
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