Tuesday, July 16, 2013

LA ZONA DE EMERGENCIA / CARLOS LOPEZ DZUR


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LA ZONA DE EMERGENCIA / POEMARIO DE CARLOS LOPEZ DZUR

Indice 

Dedicatoria

De las perras analogías
Los asesinos de las analogías
Hay una centralidad axial
La unidad formal de lo sagrado
Cuando ya no oyes el eco del poder
La bestia olvidada
Lo que es capaz de hacer la bestia del olvido
Traumas después del Destete
Emergencia ante los gusanos
La Leche del Cielo
El peligro de morir desde dentro del cuerpo
El sentido de la necesidad
El sentido del apremio
La zona desértica
Los autocompasivos
La catástrofe trágica
El sentido de los sacrificios
El reverso del significado
El sentido de la celeridad
Lo peor ya pasó
La primordial sustentabilidad
Soberanía comunicativa
La herencia de la unidad trascendente
Los invasores de tu hábitat
Despojadores de tu cimiento
Teoría y práctica de la explotación
La codicia tiene sus ojos en todo
Cómo violentar la energía
En el reino de los precios
En el reino de la cantidad
En el reino de los despojos
En el reino de la culpa y el castigo
El desmentalamiento del cimiento
La virtud
Virtud preparada para el genocidio
Los espectadores incomovibles
El hedor imperialista
El sentido de la mínima energia
De la corrosión y los pueblos
Para vivir largamente
El lugar de tus corrosiones
A Nétsaj / la esfera victoriosa
Hod, La Gloria
El diferencial electroquímico
El quinto estado de la naturaleza
El hablante interior
Bienvenido a la Montaña Primordial
La seducción
Mi padre me hizo lugar
Lo que el padre distante quiere de su hijo
Interpretatio romana
Los tres elementos
Cuando fundes tu ciudad
La alquimia
Merx de tu mercan
Metamorfosis
La memoria química
La memoria magnética de los metales
La piedra filosofal
Antes que veas mis entidades en espíritu
Donde te puse
Las siete hijas de Eva
De la evolución perbiótica al sistema vivo
Alquimista precalificado
La piedra custodida por la Hidra
Transformación corrosiva
Meditación sobre el Hijo de Seth
Tipheret y el trabajo purificador
El sentido perenne de lo hermoso
Bastaron dos o cinco siglos
El mundo se volvió feo
Oxidación de la voz interior
La Fiura
De formas contrastantes y materiales
Sacar un orden futuro del caos
Calidez consoladora y misericordiosa
Degeneración
Declaracion de zona de emergencia
Declaracion de otorgamiento
Evaluación de daños
Evaluación de la demasía
Escombros angélicos
Escombros cuantificables
De los temores ecológicos
El sentido del sufrimiento
El autogestionador
Hambruna
La frivolidad acrítica
Cuando falta la unidad humana
El instante crítico
La muerte en la era del Kali-Yuga
Kali en el reino de la cantidad
Del amorfismo frío de los metales humanos
Visión de Baphomet, padre del Entendimientp
Los visitantes y la pérdida de la inocencia
Violencia doméstica 
La zona de emergencia

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La zona de emergencia / POEMARIO



El libro La zona de emergencia entra en una faceta didáctico-práctica de la poesía de Carlos López Dzur como autor: la temática ecológica y ambiental. El trabajo alquímico («Magnus Opus») de la metáfora que hila unitariamente el libro no es la del Alquimista medieval buscando una transmutación de los metales vulgares. El alquimista de sus poemas es sencillamente el hombre práctico y el hombre unitario que convierte su compromiso, responsabilidad e integración, en paso del conocimiento especulativo al modelado de hombre que se transmuta a sí mismo y se integra como sustentador y parte consciente de la Naturaleza. Este tipo de persona, si bien busca lo que él titula en uno de sus poemas 'la unidad formal de lo sagrado', es un hombre práctico, vigilante de las estabilidades posibles de su mundo o su sistema de vida e interacción social.

El alquimista que trata con fuego sus metales (e.g, mercurio, azufre, bronce y hierro) y que realiza mediciones con instrumental de laboratorio, esencialmente alude a la investigación de la realidad sustancial en su organismo y su entorno. Asunto práctico es éste. El proceso que López Dzur vigila son las formas de oxidación, en dimensiones menores y mayores, bioeléctricas y bioquómicas. Un ambiente oxidado, lo mismo que un corazón en ese estado, se convierte en la centralidad axial de sus metáforas. Nos habla de los desastres naturales, diferencias de tensión en macroespacios climáticos, así como del estrés químico en el cuerpo humano y en los metales. En momentos, la noción de metal nombra al hombre en cuanto material; pero, en su exposición, nos recuerda que ese hombre o mujer tiene un «hablante interior» y un «el dolor mercurial», que es lo que le hace errático, al romper sus estabilidades. Entonces, surge una necesidad de escuchar a «el Hablante Subterráneo / que no viene de lejos / y siempre está contigo», como nos dice en El hablante interior. Este hablante o mensajero es el flamen, voz que habla sagradamente, uinvoca e instruye, para la Mercuralia.

Desde este hablante interior, desdoblamientro del poeta, es que saldrán los mensajes concretos en torno a la materia del libro La zona de emergencia. El temario no puede ser otro: los peligros de emergencias, desastres, violentación de las energías, invasión de hábitat, despojamientos, desmantelamientos del cimiento, corrosión, instantes críticos, tormentas eléctricas y solares, ventiscas, nevascas, contaminación o crisis ambiental, hambruna, lo caótico, el sentido de fealdad y de 'oxidación de la voz interior'. Cada uno de estos peligros son señales para lo que metaforiza como se hace en el Vedanta, señales de la llegada de la Kali Yuga. 

Estas descripciones poéticas de una crisis material, socio-política y espiritual del mundo, tienen una dosis de política y misticismo. El pensamiento de López es ecléctico y, desde el poemario, se entiende el amalgamiento de con tres importantes corrientes que René Jean Marie Joseph Guénon, autor que influye significativamente este libro, mencionara como la Sabiduría Perenne / Spohia perenniis. Hay una deuda de López con la especulación judeo-kabbalística, el hinduísmo y los sincretismos islámico y orientales de Guénon. 

Se vale que indiquemos el por qué de su título antes indicando que no es un libro alarmista ni predicativo de ninguna doctrina que no haga otra cosa que abrir su propio gozo simbolista; mas el poemario es didáctico en el sentido de que es una defensa del ambiente, al que asocia una esfera sefirótica llamada Belleza, como destaca el poema Tipheret y el trabajo purificador. La búsqueda de La primordial sustentabilidad tiene que hacerse con una purificación de la conciencia, mkisma que incluye la comprensión de El sentido perenne de lo hermoso, la autogestión y la apertura al Deseo de Recibir y de Otorgar, concepto judaico que López Dzur priorizó temáticamente en su anterior libro Teth, mi serpiente.

Descrita lopezurianamente la «zona de emergencia» consiste en cierta territorialidad desprovista de la «vigencia contínua-vinculante» de la «Gran Tríada» de la que su producto más fino es el Hombre Universal, único que puede ser genuinamente solidario y oír el eco del poder sagrado. El hombre sin sentido sagrado es monológico, se oye siempre a sí mismo en su ego, se comporta como hiena, equívocamente y todo símbolo es su monólogo. 

«no eres 
más que sorda representación
de narcisismo, no tienes poder
de analogía, siquiera
la de inversas direcciones»

[CUANDO YA NO OYES EL ECO DEL PODER]

Este hombre universal busca el Claror, esto es, luz para que no se vuelva «burla por el naturalismo / y sicologema de entes caprichosos / y chisme sobre cosa». El poema es un canto a la diversidad y multiculturalidad, sin la cual el hombre es se vuelve rival de su otredad. No sale de sí mismo o del narcisismo de su espejo. En la Zona de Emergencia, no se respeta el «centro primordial sagrado». Se pierde amor por la fauna. En un texto como La bestia olvidada se comienza a explicar la secuencia de crueldad y cacería mal orientada de los pueblos carnívoros y predatorios y las respuestas de la víctima animal.

La primera emergencia que se cuenta en el poemario es Emergencia ante los gusanos. López habla sobre la dieta con la advertencia: 

Sustentable es sólo
la dieta libre de sufrimiento animal
y ajena a envenamiento humano, 
sustentable es sólo el canto
en el Beganó. 

Provee enseñanzas del sabio judío Rabán Gamliél, en el sentido de que «Quien aumenta su consumo de carne, aumenta en gusanos»: El Beganó es la enseñanza judía en torno a dieta vegetariana y los huertos. En el análisis de López, el primer Olvido / desencadenante de crisis en el mismo Huerto del Edén / fue el de las enseñanzas de Beganó / la horticultura. En la tradición védica, el intento de degollar una vaca apunta al consumo de carne, sin las precauciones debidas y aún beber leche que otros animales preparan para sus crías, asunto que López discute en  Emergencia ante los gusanos, Traumas después del Destete, La Leche del Cielo y El peligro de morir desde dentro del cuerpo.

Por otra parte, el primer escenario que se nos presencia para juzgar el sentido de urgencia y riesgo es el desierto (La zona desértica). El sentido oculto del desierto es que aún allí, zona árida y seca, es posible la mutación de crisis, «es posible forjar la mejoría», «la continuidad y desarrollo de Tikkún» (corrección). A López Dzur no le interesa la condena a determinados escenarios de peligro. Más interés manifiesta por lo que, por conducta, se daña en ellos creando 'reinos de culpa y castigo'. El sujeto humano es quien hace su historia corrompiendo lo hallado o lo dado. Hay una mecanicidad de lo lesivo: «Todo retorna, todo se repite / en el sistema mecánico de la Historia Corrupta». Se cosecha el daño generado o las osadías irresponsables. En qué consiste la actividad humana que crea deuda y culpa, se elucida en el poema, esta vez utilizando las enseñanzas de la Tradición del Vedanta:

¡Qué larga es la edad de la yugular herida
oh Kali! ¡Quién volviera a la Era Krita, 
primera edad del mundo, su edad de oro, 
y viera su rostro inmaculado de Verdad 
y la sonrisa de su Justicia!

... pero este es el reino de la culpa
y el castigo y aún el esclavo que sufre
pregunta, sin respuesta, ¿por qué sufro
realmente y qué hice? Y basta haber nacido 
en reino de codicia, junto a acumuladores,
vecino de los que de sencillez, 
humildad e inocencia, se alejan...

[En el reino de la culpa y el castigo]


continúa / frag,
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