Las Casas de la Judería, en Plaza Santa Maria La Blanca, Sevilla, en zona que fuera una judería en tiempos antes de la expulsión de los judíos bajo los Reyes Católicos.
Contenido 72
Carlos López Dzur
Experiencias de socialización (frag. de novela)
Upshurn / Para el primer corte de pelo
Javier Aparicio Maydeu
El maestro olvidado
Adriano Corrales Arias
Carta a la esposa
Carlos Adalberto Fernández
Como los panes
Milagros Hernández Chiliberti
Sobaré las heridas de tu costado izquierdo
Oscar Portela
Nerón habla
Miguel Angel Morelli
pensar el ser, nombrar lo sagrado
(aquel que cuando nombra no necesita palabras de este mundo)
a esta hora y en algún lugar del mundo
Fanny Jaretón
Detrás de estos ojos
David Antonio Sorbille
La honestidad del poeta (ensayo)
Long-Ohni
Soneto de la despedida
Por si fuera posible
Máximo Simpson
La bala perdida
Alexander Vórtice
Pavor permanente
Ana Lucía Montoya Rendón
En un futuro
Liliana Varela
Carta al alma de un amigo
Lamento existencial
Pedro Du Bois
Construir
Reinstalar
María del Pilar Martínez Nandin
Estrellas sin cielo
Alejandro Drewes
NADA
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La Casa de la Judería / En Sevilla
Carlos López Dzur (PR)
Experiencias de socialización
En una conversación de sobremesa, están los hijos de Dskoja, la usurpadora, y el ladrón de su marido que con cierto tema no cesa. Taladra. Dos famosos toreros, Manuel Benítez y Paco Camino, en una corrida en Aranjuez se pelearon a puñetazos. Un hijo de la Vieja Coja (perdón, Dskoja), Pachi, el gargajero, tiene 14 años de edad y la madurez del klotz. No me gusta ni que me dirija la palabra. A tres días de conocerlo es insufrible. Me pica la cresta y me pone agresivo.
Mas yo aprendí, ya no en iedish de los polacos de Obispo, otro nombre para referirlo: Pachi-Toli. Es que me espetó el término desconocido y provocó risa y ya sé que significa, Toli: tonto, estúpido, pendejo. Es lo que él piensa sobre mí, desde que así me dijera durante un primer paseo por la Ciudad de Sevilla. Toli porque todavía no he visto una película en el cine. No he pagado por una taquilla y, en realidad, nunca he bailado. Ni he tenido churri (novia) ni, en verdad, amigos. Mas, si es cierto que el mono es sabio y menos 'toli' que lo que aparenta, le puse este calificativo como si fuera su apellido. Le digo Pachi-Toli cada vez que puedo para que se mortifique con su propia burla.
De la forma más natural e ingenua, él ha pasado a ser Pachi-Toli y ahora dos de sus hermanitas, me repiten. Están pendientes a cómo le digo, a todas mis chanzas.
Se había echado a reír, a mis expensas, sus amigos y él como la voz cantante porque jamás he pisado otra escuela que mi casa. Aprendí, con Mamá y Andrés, mis únicos camaradas, a hablar con la verdad, con sinceridad, con el corazón y esta familia no lo agradece. Se creen muy modernos, civilizados; creen que vengo de la ruralía, o me críe entre muleros. Veamos este momento. Han interpretado que me crié entre vacas y animales de la Hacienda de Ceiba Mocha, propiedad de mi tío. En balde, les dije que la visité pocas veces.
«¿Has ordeñado una vaca?», pregunta Pachi.
«No. Me habría gustado».
«¡Que cabreo! Está de pena», dice una hermanita de 15.
«¿Has recogido uvas? ¿A qué palo has subido o trepado en el monte?», algo extraño tiene la pregunta que mantengo silencio. Hay burlas en el ambiente.
El ladrón de su padre se come las orejas de Mamá, enfadándola con cuentos sobre toreros, y la prole de los Fulanos, me pide que hable, «si no te han comido la lengua», sobre la vida en Cuba y que explique qué es lo que entiendo por una vida sencilla, siendo que nunca fui a una escuela pública o privada. No tengo ni el certificado de primaria.
«Ergo, a los diez años, bueno, casi yoguirín, eres un toli».
«Será, Pachi-Toli, será eso».
Lo que está «cool» en España, lo que gusta a los bakalas como ellos, es música electrónica británica. Bakalao de la banda de rock psicodélico Pink Floyd. «Que España tiene televisión», me informan. Y yo que estuve a punto de decir que, en las pocas veces que miré de TV («Cuba también», dije) y hojeé revistas españolas del mercado, me tocó ver una película de una niña muy dulce, llamada Marisol, «Rayito de Sol». ¡Qué bueno que no la mencioné! Me habrían asegurado que soy un agonías.
No hay cómo darle gusto a esta familia. Todo lo cree agónico, o cursi. Pero, al menos, la Usurpadora concluyó que soy majo, una guapura, me dijo. Miraron a Mamá: «Pero sin berneta, nadie es chorbo». Ni chorba. Futuramente, significaría que el atractivo se hace obvio con automóvil.
«A pie es ir de culo», ríe el mayor.
Estoy aburrido al punto que quisiera la prisa de las horas, irme a la cama y sentir que Mamá me acaricia. Tengo un canapé en el cuarto, pero, me acomodo al lado de mi Camarada dulce. A veces creo que los latidos de su corazón son sones de La Habana.
Hay diez viviendo en la casa, además de nosotros. Casi todos tienen una habitación para ellos solos (son seis recámaras: una, la matrimonial). Nos dieron la que solía darse a la servidumbre, cuando Joachim vivía, antes de morir su esposa, mi abuela materna. Mamá me habló sobre esta casa, su esplendidez, sus tragedias, la vez cuando la sorprendí escribiendo cartas para su envío a España. El asunto es que nunca recibía una respuesta. Al menos, 18 años sin que contestaran. Sabía que algo pasaba. Se imagino que Dzkoja abandonó la casa. Una vez al casarse, con su actual marido, fue lo que dijo que ocurriría y ya no hubo cartas suyas, excepto los deseos de Mamá porque telefoneara. Ella sabían el número en La Bodega y ni llamó para dar el suyo. Lo que hizo fue cambiar el número de contacto suyo en España. Engañar. «Creí que no vendrían ya más por la Revolución, o que murieron». Fáciles pretextos.
Es terrible que se conozca la soledad en una casa de diez espantajos como éstos. Imagino la frustración que Mamá siente, e imagino cómo ella amplifica la frustración cuando imagina la mía y, en verdad, esa noche le confesé que si tuviese un helicóptero, a mi disposición, como el que utiizamos de la Base Ramey a Guacio, pilotearía para irme a Punta Borinquen, o cualquier parte, menos en medio de esta legión de demonios. Ví que ella se preocupó cuando le dije que Pachi-Toli y el hermano mayor, de 18, el Vago, fuman marijuana, sólo que le llaman porros / cheches. El mayor inhala farlopa.
«No permitas que te ofrezcan, menos consumas de esas porquerías. Mantén la distancia», me dijo Mamá angustiadamente. Aprobé su consejo y la ví meditabunda, distraída en su pensamiento que se voló muy lejos. Según me dijo, más tarde, viajó al recuerdo de las nubes, a la intimidad on Dios, al Shemini Atzeret..
Mi pensamiento estuvo en algo más terrenal. A una de las dos niñas de la familia, que duermen juntas, en recámaras del segundo piso, las suele acompañar al colegio, lo que llamaría la niña más hermosa que mis ojos han visto. Ya la he visto tres o cuatro veces. No entra a la casa; habla con las amigas en los jardines. Parece que tiene su que la lleva y la trae. Es un hombre de uniforme. O puede que quien la acompañara sea un guardia. He querido preguntar a las dos chistositas de la casa sobre quién es ella. No estoy seguro. Una tarde oí que la llamaron Jacinta.
El segundo sábado que pasé en la casa, los jóvenes me invitaron a dar un garbeo, ¿qué? Una mera vuelta o paseo. Mamá, a quien lo de garbeo se le antojó, droga o sabe Dios qué, dijo que este día es suyo y de Ha-Shem. Ví su celo fue porque recordó que con: El Vago que inhala farla, no. Es cocaíno. Dijo que no fuera para protegerme de este modo de una mala gente..
«Hay que utilizar cada excusa disponible para que no estés con ellos», me decía a la sorda. Me habría gustado ir, no por simpatía o deseos de socializar, sino porque esta vez El Vago se acompaña de sus dos hermanitas. No es usual que vayan con las hembritas de la casa. No es posible que sea a nada riesgoso. «Es caminar, pasarla estupendo, darle marcha, nada de alpiste». Mas Mamá se impuso y preguntó por libros que otrora. Joachim tenía en su enorme biblioteca. «¿Qué hicieron con sus libros?», preguntó Mamá. «Tal vez en alguna caja en la cochera. Es cosa de buscar con tiempo. Déjalo que vaya, señora Riga».
Sabía que era el Sábado de Dios para ayunar y meditar en El.
«Los sábados no salgo», dije.
«No seas faldero. Ya salíste de Cuba. Aquí hay libertad», dijo El Vago.
«Ven para que flipées con nosotras».
Se fueron lamentándose de que se me haya criado como un agonías, friki raro». Oía sus mofas.
En realidad, Mamá me dio el tema para que orácemos. Orar por la unión en la diferencia. Orar por nuestro peregrinaje de Cuba a Sevilla y por hallar unión en el octavo día, momento de bendición que en la Tradición es llamado Shemini Atzeret, el Día Octavo, día extra de intimidad con Dios que no se puede compartir con todo el mundo durante la Sucá.
No era aún la Fiesta de las Cabañas o los Tabernáculos, mas había una urgencia de este día. «Escucha, copiloto. Medité sobre nuestra situación en la casa. Es hora que, como Camaradas, digamos cómo sentimos... ¿Sientes tú que vagamos por el Desierto y que, aún esta casa que fue de mi padre terrenal, tu abuelito, es provisional? Para festejar una cosecha verdadera, el lugar no es aquí... ¿Cómo bendeciré a mi pequeño, si este ambiente es hostil y no tiene santidad? ¿Sabes cómo me siento aquí? Como en el falso reino de Meléj».
Vencerás, Ietzer hará, / o ya has vencido, o poco te falta para hacerlo, / vencerás a quien ponga una piedra labrada / como muro en la puerta del justo, pared cuadrada / (señal que a Ella / Isla / Amada / dirá: «no vengas»). / Cuadrarás todo, con ciencia empirista, /con relativismo saduceo, protagoriano, preferirás el gusano al pan trenzado, / endulzado en miel, violarás / a Florinda la Cava, a tu hermana Tamar, / enseñarás la tierra de tu heredad / al enemigo, dirás santo y bueno, / a lo que no lo es... / Entonces, la Serpiente ya no circulará / porque tú lo decretas como Herodes Antipas / y pedirás la cabeza del varón del Isod, / el hombre magestuoso y de buen impulso / y hollarás la cabeza de su Naara, / a la Madre / Amma / a los hidras / hiedras / de las internas formaciones. / Con blasfemias a las diosas / bealot de Itra, abundancias de Izri /creerás en tu propio Encubrimiento, / Alamat, tu falso reino de Mélej. [Carlos López Dzur: De Teth
Oyéndola entendí que la casa, tal vez toda Sevilla, es nuestra morada temporal. Pese a su belleza es una choza que cobija a ladrones. Desgraciadamente, a falta de pureza y unidad bajo su techo, ya no es nuestra casa. La visión mayor es que somos para la vida eterna y la transfiguración. Mamá me dijo que, en cierto modo, yo soy el 'egregio extranjero', el peregrino, como ave de paso, que regresa. «No eres un peregrino cualquiera», me dijo.
Sentirse egregio tiene su significado. El extranjero es bienvenido y admirado por apto. Hay muchos peregrinos, o nómades, en el mundo, en desiertos, en caminos trillados; pero, a no todos se les admite como egregios. Distinción importante. El extranjero egregio, aunque el mundo no lo vea, camina de la mano con Dios y sabe la importancia de su peregrinación. No va por el mundo con el pregón de que morirá, que es ave de paso, sin rumbo cierto, como el pariah. El sabe de la eternidad. Me dijo que esa metáfora del «estraño visitante» está contenida en la poesía de Novalis.
«Mas mira cómo me llaman los Dskoja: Freak / friki. Estrafalario».
«Los vulgares y extravagantes son ellos; pero, tú los vencerás y los juzgarás conforrme a sus méritos. Sólo para gente como tu, para tí el Creador ha creado el octavo día cuando los primeros dias de la Sucót termina. Cuando sea el tiempo de irse, sólo a gente como tú, Dios provee algo aún mayor, más esplendoroso. que esta choza por la que ellos se pelean», consolaba ella.
Leímos la Torá en aras de los significados ocultos de cierto evento padecido por los antiguos israelitas y que, aún hoy, se conmemora en la Tradición Judía como la Fiesta de los Tabernáculos, una de sus tres más importantes Shalosh regalim. «Esta es nuestra primera oportunidad de dar gracias por los frutos de la Cosecha del año: No creas que son pocos, hemos sobrevivivido el terrorismo que hay en Cuba... Hemos conocido lasCuatro Especias de la que habla la Torá y que significan la bendición que une a todos la hombres: el que no tiene aroma, pero sí gusto sabroso (como la rama de la palmera); el es que es fuerte de aroma, pero soso (como el mirto), el que ni aroma ni sabor tiene (como el sauce y la persona que tiene aroma y sabor agradable (como el citrón) y es quien mejor representa al Observador Cauteloso, al extranjero egregio, al de más conocimiento... Camarada, yo te veo como el citrón. A citrón me olía Malká y Andrés... y con olor al Ché Guevara, llegamos... Cuando venga el Día de Fiesta de la Sucá, ya Dios / como Fuente de Todo y quien alberga a todo tipo de criaturas, aún en la precariedad y les halla Guías y les envía la Gran Palabra de la abundancia y el consuelo, nos habrá dado otro nuevo lugar para vivir».
¡Qué manera tan extraña y maravillosa tiene Mamá para leer estos versículos de Exodo 23:16 y Deutoronomio 16:13. E interpretar los cuarenta años del peregrinaje en el desierto, después de la salida de Egipto y la conducción por Moisés, tiempo en que que se residió en premura y bajo frágiles cabañas. Mamá Sara me dice cómo sueña con el pasaje de Levítico: Moisés da orden, recibida de Dios: Tómese la madera de los árboles de hadar y ramas de palma y construya estos habitáculos para que todo israelita los viva por siete días, «a fin de que las futuras generaciones, sepan que Yo hice que el pueblo de Israel viviera en cabañas cuando los saqué de la tierra de Egipto».
«¿Regalarías la casa a esos ladrones?»
«Ellos nunca serán felices porque me han robado; pero yo no sería feliz si los mando a la calle... Estos son tiempos en que la precariedad / temporalidad / de la vida prueba nuestra fe, perio Dios mira si admitimos la necesidad con humildad. Acuérdate del dicho: «Vanidad de vanidades, todo es vanidad». Sin embargo, no te digo que no hay que luchar. Lo que te digo que tú y yo tendremos que ser como el Extranjero Egregio de Novalis, o el Peregrino Estraño de la Torá y de la bella Oración de los Ushpizin» (palabra aramea, que significa invitados exaltados / o huéspedes egregios de las Cabañas).
En colectivo, durante el Shabat, Mamá me habló sobre los Siete Pastores o Guías espirituales de Israel (Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, Aarón, José y David). En la tradición judía, en cada cabaña se permitía la entrada a un visitante egregio que aprovechaba, su alojamiento esa noche con sus anfitriones, para compartir un mensaje o lección de tipo espiritual. El significado oculto del evento está contenido en los Himnos de Novalis. Cuando una persona, puede instruir a peregrinos, o sus anfitriones, es como el huésped / extranjero / egregio. El tiene que instruir la Gran Súplica de la Gran Palabra. Esto es lo que Novalis hace, en su tono lírico, en la Noche de la que se siente buscador, hijo dialogante e instruído para un peculiar Hoshana Rabbah. «Hay que estar pendiente a nuestros siete ángeles, co-Piloto», decía Mamá cuya fe cada vez era más grande.
Entre los rezos y rituales de estos siete días de la Sucot, uno está descrito en Levítico 23:40 y se canta con la recitación descrita en los Salmos 113-118: «Y tomen el primer día ramas con fruto de árbol hermoso, ramas de palmeras, ramas de árboles frondosos, y sauces de los arroyos, y regocígense delante del Señor su Dios por siete días». El Arbat Minim utiliza el lulav, una hoja de palma cerrada; el etrog o citrón; los hadasim y las aravot u hojas de sauce. Estas tres plantas pueden significar tres tipos de judíos; pero, aún más universalmente, tres partes del cuerpo humano qus se deben consagrar: la espina dorsal (con las ramas de palma), la boca (con la hoja del sauce), el ojo (hoja de mirto) y el corazón con el fruto del ettog o citrón, que tiene aroma placentero.
Mamá quiso estar en contacto con las Cuatro Especias y prepararse para los venidero, de modo que le dijo a los Dskoja: «Cuando Joachim, mi padre vivía, por amor a su viuda y su parentela, mantenía la casa muy hermoso. Es cierto él pagaba un jardinero y aún él se ponía a acicalar los paslllos porque dan a la calle y la gente juzga, desde fuera por la apariencia... He hablado con mi hijo, ya que ha perdido el ciclo de enseñana pública, y seremos él y yo los que nos encarguemos del jardín ahora».
«¡No podemos pagar un jardinero!»
«No estamos pidiendo que se nos pague. Sólo que contribuyamos a mantener el jardín que había en la casa. Ya no es como el que tuvimos. Esos patios dan lástima. ¡Hasta latas de cerveza hallé tiradas! Saquemos de las cocheras, palas y tijeras; vienen dos jardineros gratuitos. Mi hijo es fuerte y ama las flores. ¡Vamos! Desde hoy trabajaremos!»
Mamá trabajaría con las Cuatro Especies porque para la Fiesta de la Sucá hay que estar preparados.
Carlos López Dzur / Frag. de la novela «Las juderías»
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Upshurn / Para el primer corte de pelo
al Rabi Akiva y a los 24,000 estudiantes
de la Torá fallecidos tras la plaga y la destrucción del Templo
Alumnos de los ríos de la vida,
en todo lo terrestre está el luto y la plaga,
el hambre y la destrucción por la muerte.
Todas la cosas de la física manifestación
de lo que habrá de verse con los ojos
y llorarse o discernirse es Lamed
y es acción, Mano, experiencia sensorial
del universo, y antes de cortarse el pelo
para avanzar, Niño del Libro,
como infante hacia una adultez maravillosa
y digna del afeite de la barba y el casamiento
y los gozos, hay que recoger ramas
y encender un fuego,
porque hay una Llama Eterna
y la designaré Ner Tamid
y en el Libro de Vida,
a la luz de la Gran Hoguera,
hay otro secreto, escondido en el fuego.
Alumnos, mientras crucen los ríos
por sumideros de aguas amargas,
por orillas de tierra seca
o por fondaderos de mala plaga,
no olviden que también hay las fuentes
con aguas cristalinas
y Torat Jaim, libro de vida y alegría.
Todavía son mis niños en el camino
que les llevará a la experiencia de Existencia.
Mas no son autosuficientes. Esa es la esencia
de la mano que tiene su porción de lo sensible,
pero no todas las partes, no la unidad.
Esa es la mano que se lleva
a los ojos y se limpia las lágrimas,
esa es la mano pequeña e inexperta
que no aprende aún a palpar
toda la energía espiritual que puede entrar
al mundo en el trigésimo tercer día.
Sólo se es adulto en el tercio final
de la Cuenta de Omer...
Aprendices de la Anarquía, anuladores
del poder coercitivo del dolor sobre sus vidas,
lo que se da tras el latido de lo ingrato:
Etz Jaim Hi, es un árbol de la vida.
Es Lag Baomer que entra al Shavuot
y limpia las plagas y el duelo de los 33 días.
Han sido 24,000 los muertos,
todos ellos mis discípulos, todos ellos
quienes vieron la Destrucción del Templo
entre Pesaj y Shavuot,
durante el período de Omer.
Pero, buenas nuevas... reciban el upshurn.
Corten su pelo por primera vez.
Entremos a Lag Baomer,
ya que Lamed sonríe y Guimel también.
Hay que activar el fuego,
la hoguera para Lag Baomer.
La enseñanza oculta espera:
Kabalat Torat Hanistar
– el día de la Presencia,
el día del fuego de Shejiná
Quien quita el luto, la plaga, la dispersión
y nos hace adultos en los ríos y cruces
de la vida. La Unidad.
23-06-1981 / Carlos López Dzur / Carlos López Dzur / Miembro de Poetas del Mundo
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Javier Aparicio Maydeu (España)
El maestro olvidado
La magia de Cortázar tal vez hizo que muchos de los lectores de su Rayuela tuviesen por fruto de la ficción, a la manera borgesiana, a ese escritor, Juan Filloy, que el autor argentino cita con devoción en su novela. No se trata, sin embargo, de un escritor inventado por otro, ni de un personaje de novela que se asoma a la realidad escribiendo novelas, ni siquiera se trata de un heterónimo de Borges. Filloy, lo sabemos ahora de la mano de la reedición de Siruela y del prólogo de Mempo Giardinelli, sí fue en cambio un escritor de carne y hueso que devino tan secreto, tan abstruso, tan enigmático y hasta tal punto recluido por la artificiosa realidad de su ficción y por su lenguaje omnímodo, que su vida real vino a convertirse en biografía literaria, y el hombre mudó en asombroso personaje de novela.
De bíblica longevidad, en sus 106 años. Filloy cultivó todos los géneros, incluso los que él mismo hubo de inventarse, coleccionó palíndromos como un naturalista, leyó con placer a autores tan remotos como él -uno de ellos, el catalán Raimon Casellas-, dibujó caricaturas, desplegó el diccionario entero en sus libros («cascarudo, tincazo, macana, churque»), acuñó los vocablos que necesitaba y no existían y decidió que todas sus obras se titulasen con siete únicas letras, como en un ejercicio del Oulipo avant la lettre.
En realidad, Caterva (1937), la novela de los clochards que tanto impresionó a Cortázar, trufada de lúcidas lecturas de la vida y de sentencias sabias («la verdad está articulada por mil mentiras menores. Por eso es venenos», página 349), le da la mano a la vanguardia literaria más virulenta, aquella que sacude y estimula el lenguaje hasta que no hay más protagonista en el texto que el lenguaje mismo, como hiciera Joyce una década antes y harán más tarde Gadda -viene a menudo a la memoria El zafarrancho aquel de Vía Merulana leyendo las páginas de Caterva, Lezama o Perec. Filloy, que es de la broma tanto como el creador del Ulises, experimenta con el lenguaje y disfruta haciéndolo, se harta de parodias (la de la nana, en la página 17, no tiene desperdicio), creacionismos e ironías descarnadas, escribe de forma multilingüe, juega con las jergas y el habla oral, y le acaba brindando al lector una crónica cómica de la vida trágica de los vagabundos urbanos, las «linyeras», vestigios humanos en un mundo moderno tiranizado por la máquina (dialéctica, por cierto, muy propia de la vanguardia histórica, cuya impronta es palmaria en esta novela frenética y descabellada, pero eminente). Sabio, impúdico y paródico hasta el extremo, Filloy se puso el mundo por montera y, como Henry Roth, como Céline, como Bernhard o Pavese, ante la tentación de escribir para inventarse vidas, prefirió que su vida no fuera otra cosa que escribir.
De El País.com
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Adriano Corrales Arias (Costa Rica)
Carta a la esposa
hablame como siempre / decí
que me querés / ¿soy en tu vida
remordimiento?: Juan Gelman
Estoy sentadito en un banco de niebla
pensándote conversándote extraviado
conversándome pensándome cautivo
separado de vos por la lluvia
el enjambre de cipreses
la punzada de la tarde
aquí reinventándome la fantasmagoría de las palabras
la magia del trance vértebra tras vértebra
en la piel de la herida perpetua la posibilidad del vuelo
pajarito / machete
que volás con mi muerte alrededor de la mesa
al acorde de las horas
intento un gesto para tu cabello de lentejuelas
rostro de cristal azul
para tu voz adormecida en el teléfono
intento un desabroche del duelo en la cintura de tus ángeles
espuelita de mango en la noche de gangoche
para patrullar mis cementerios
intento pero retrocedo intento en el mangle de tu deseo
litoral encrespado por el temporal de tu vientre
ola que rueda y muere y rueda por todo el universo
espera la luz del encuentro en el fragor de los cuerpos
dentro de tu sexo de astros empapado por la semilla de polvo
la nieve amarilla del tiempo
retrocedo pero intento retrocedo cisne calcinado en los abetos
canto de rosario de reyes destronados estrella del sur palma venus
cascada de más estrellas astros estrellas que persigo
para descubrir nuestro pesebre sin mulas ni bueyes sino musgo hierba seca
ciudad fragmentada de los diciembres
rehuyo entonces pero peleo rehuyo
empapelo las paredes con estos ideogramas
parpadeos gritos contraespalda caballo desbocado
en tu falda salto lanza salto
caigo
viacrucis de luciérnagas vasos botellas velas apagándose
cristus rotos
vírgenes guardadas en anaqueles con azafrán de medianoche
olor a azufre sudor hierbabuena pasos en la otra habitación de arena
golpeo finta golpeo finta
paredes de humo
puertas de avena
golpea bajo golpean arriba golpeamos en el centro
sombras en la caverna me llevan
caigo
caigo
caigo
caído
mi descanso es una camilla sin descanso una camilla de niebla
no descanso los miércoles ni los sábados
tu santo es mi santo grial mirasol en el portal en el oratorio
en el altar de flores papel crepé con su mantelito de gamuza
mirame como rezo en tus rodillas me poso nuevamente en tus pechos
beso tus manos tus ventanas tus pies beso todo tu cuerpo
lo beso en la noche del milagro
paseo por tu jardín de alucinaciones con riesgo me incendio
paseo pero el milagro no sucede
sucedo fuego transparente interno externo
no me digás que sos arrepentimiento
decíme que me querés pero no en tus secretos
en tus viajes de notas muertas en tus cadáveres
no por teléfono decíme que me querés
como en aquél pueblo donde ahora dibujo incinero manoteo
detallo una vez más tus pechos tus volteretas en la almohada del silencio
para no despertar a la niña que llevabas por dentro
dormida a nuestro lado
decímelo suavemente ¿tenés remordimiento?
para ser como soy palabra de mis palabras
aguacero del recuerdo pasadizo de lo venidero
fantasma de tus desvelos ¿no me lo decís?
por construirme un hogar de palo en la selva de mis quimeras
un tálamo de viento en los devaneos del verso
almohadones de chocolate sábanas de menta
con tu nena en el escaparate o en la mesa del domingo
con mi desayuno a cuestas ¿no me lo decís?
no me digás qué somos: ¿remordimiento?
sino qué seremos en esta avenida de ausencias
palomita de mi tristeza más oblicua
aguatera de mis fiestas de ceniza
qué seremos si esto somos: remordido remordimiento
abríme con tus decires para poder contarte mis insomnios
caminatas por la hierba
ronda en la madrugada de tus ecos
abríme con tu abrealmas para contarte más de cerca
cómo me caigo por dentro y peleo intento rehuyo peleo
pellizcando las noches para no recibir más que miradas
soliloquios de mi sangre donde me vierto
cerrame pues para no abrirte mis senderos de incienso
alumbrados apenas por tus ojos tus dedos de lucero
cerrame partera del barro poneme unos barrotes
pero decíme cómo seremos
si no me decís que me querés qué soy en tu vida
¿algo más que remordimiento? ¿algo más?
cerrame pues como la madrugada que gotea golpea
se planta en mi acecho por los pasillos de las serpientes
cerrame / abríme - abríme / cerrame
curame con tus hierbas poné tu imagen sagrada al sol a orar por nosotros
por nuestros pecados nuestras dudas nuestras deudas
abríme / cerrame - cerrame / abríme
para que navegués mis páginas retrocesos en letras negras
perfumes malogrados café que no se asienta
vení a esta hoguera de febrero vení tomá mis manos maestrita
consolame con el desconsuelo que no consuela
saboreá estas lágrimas cuchillos apagados en la distancia
apagame / encendeme / apagame / encendeme
decíme que no me querés que me querés que no
que yo soy otro el otro
alguien que imagina tu vuelo los martes o los jueves
tus figurillas de arcilla en la casa sin paredes
las cariátides del último pabellón que no conoceremos
el piso de candela la escalera en flor el cielo en duermevela
decíme con tus dedos de agua apagame en este incendio oceánico
apagame o encendeme o apagame con tus guerreros del viento
pero decíme si hemos sido somos seremos arrepentimiento
con tus manos tus sueños con tus cantos tus anzuelos
porque me ahogo me esfumo porque me quemo
decíme
Del libro Profesión u Oficio, Ediciones Andrómeda, 2002,
de Adriano Corrales Arias: nacido en Costa Rica, en 1958.
[Adriano Corrales (nacido en San Carlos, 1958) es poeta, ensayista y narrador. Ha publicado Tranvía Negro (poesía, Editores alambique, 1995, Ediciones Perro Azul 2001), La suerte del Andariego (poesía, Ediciones Perro Azul, 1999), Los ojos del antifaz (novela, Ediciones Perro Azul 1999, Ediciones Piel de Leopardo, Buenos Aires, Argentina, 2002), Poesía de fin de siglo Nicaragua- Costa Rica (Compilación, Ediciones Perro Azul, 2001), Hacha encendida (poesía, Revista Fronteras, 2000, Ediciones El pez soluble, Caracas, Venezuela, 2002), Profesión u Oficio (Poesía, Ediciones Andrómeda 2002), Caza del poeta (Poesía, Ediciones Andrómeda, 2004), Balalaika en clave de son (novela, Editorial Costa Rica, 2005). Es profesor e investigador del Instituto Tecnológico de Costa Rica y dirige la revista cultural Fronteras. Ha sido organizador de múltiples encuentros de escritores y poetas a nivel nacional y centroamericano y ha participado en diversos encuentros y festivales, entre ellos el XII Festival Internacional de Poesía de Medellín. Blog]
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Carlos Adalberto Fernández (Argentina)
Como los panes
En Buenos Aires vas al muere. Pero no es una ley. Hay quién gana, o al menos sale hecho. Sí, claro que cuesta, pero a veces la suerte ayuda. Mirá Nicolás y la Elvira, quién diría, pendejos, inocentes, tozudos. El, fantaseando con el mundo del tango, de los guapos, no sabía más que pasodoble, todo lo demás de oídas y en la radio. Pero se vino a Buenos Aires «a hacerse un nombre», volver triunfador a Tapalqué y morir en la casa familiar, que la aventura era sólo para ganarse un respeto que en pueblo no le daban. Sin estudios, ni plata, consiguió que un gallego lo dejara dormir en la panadería, al lado del horno, en un catre que ni para arqueólogo. También podía consumir pan y facturas. A cambio de esobajar las bolsas de harina, llevar los canastos, limpiar y hacer de sereno nocturno. Pero tenía libre jueves y domingo, por la tarde: igual que las siervas. Claro, qué planes te quedan el día libre. Pasarla bien, olvidarse del futuro, de que en una horas vuelta a la noria. Buscar ruido, risas, un levante al paso, lo que sea.
Así conoció a Elvira. En el Parque Retiro, a la entrada de los Autitos Chocadores. Tuvo que soportar a la amiga toda la noche -excepto el Tren Fantasma, dos vueltas— y acompañarlas al andén del Mitre. Pero quedaron en verse el próximo domingo.
Esta vez lo llevó al Juancho, medio oficial panadero, que abandonó su mirada de Cristo en el Calvario al ver a la acompañante de Elvira, una nueva. Al segundo juego se separaron, para encontrarse en el andén.
—Agradeceme, te saco el lastre. Pero mojá, pibe, no pierdas el tiempo. ¿O a qué venimos al Parque, a los jueguitos? Resultado: Nicolás franeleando frenéticamente en un asiento de un vacío vagón del ultimo tren de la noche, mientras Juancho y la amiga fumaban relajadamente en el andén.
—No. No mojé. Pero quedamos en vernos el domingo. A solas. Vamos al cine.
—Qué casualidad, nosotros nos vamos a un telo, las funciones que aguante. Para la próxima decile a tu Elvira que traiga acompañante, otra; ésta ya se me gasta.
El domingo... Si. Hicieron el amor, detrás del horno, sobre unas bolsas de harina. «El milagro de los panes», decía Elvira, que ya había decidido que éste fuera el acto inaugural de la fundación de una familia prolífica conducida por un varón de fama entre los guapos de Tapalqué. Porque se dijeron todo, se contaron hasta los miedos, la soledad ciudadana que corroía esperanzas y encerraba al presente con muros de precariedad e incertidumbre. Pero soñar, a su edad, todavía era posible y era creíble la simpatía de la suerte. El futuro era, todavía, de ellos. Por eso cuando, al pasar por el Abasto un guasón se propasó con Elvira y le cuestionó a él su hombría, sin dudar un instante se internó en el mercado, reclamando a los gritos la presencia del ofensor.
Fue una pelea rápida, violenta y final. El nombre de Nicolás Bardales se hizo famoso. Y al poco tiempo Elvira supo de su embarazo.
* * *
—Lo que decía. Con voluntad y algo de suerte los sueños son posibles. ¡No sabés la recepción en Tapalqué! Los aplaudían, les tiraban flores, un triunfo que ni soñado, che. Aún ahora, los domingos, alguna flor le dejan.
—¿Alguna flor?
—En la tumba, digo.
—¿Por qué?¿cómo terminó la pelea?¿lo mató al otro?
—No le duró ni una finta. El Nicolás, digo. Pero cuando él sintió la daga reclamándole la muerte en cada víscera, se le prendió de un mordisco a una oreja. Y así murió, colgando de la oreja de otro que estaba a los alaridos. Un poco ridículo, pero como un guapo.
¿Y Elvira? Fundó una familia, con Nicolasito. Claro que viuda y huérfano tuvieron que volver a Buenos Aires, ella como «Doméstica con hijo. Todo servicio, cama adentro». Cada tanto saca la foto de papá y mamá, tomada uno de esos domingos, en la plaza, coloreada a pincel.
Carlos Adalberto Fernández / En la Voz de la Palabra / EnBellvigraf / Entrevista a Carlos Adalberto Fernández
[Carlos Adalberto Fernández, narrador y poeta argentino. Autor de Mundos orilleros, de malos, malevos y malandras, Consiga Historias del Bajo y otras evocaciones y otros... Obtuvo un premio en el II Concurso Literario: Pecados Capitales en el «Abasto» (21/09/2005) por el cuento El parrillero. «Descubro en mis cuentos dos líneas: los códigos orilleros de Borges y algunos tangos y las atmósferas como la del cuento que se publica, que no sé de donde vienen». De su experiencia de lectura formativa, dice: «Siempre leí. Antes de terminar primero inferior leía a mi madre libros de la biblioteca familiar: Azabache, La cabaña del tío Tom, Los tres mosqueteros… En mi adolescencia opiné, discutí, escribí, como tantos invasores de la Avenida Corrientes de los 60´. Claro, Sartre, Camus, Schopenhauer me cambiaron el punto de mira literario. Y luego la necesidad de ubicarme en el mundo (yo, mi pasado, mi gente) me llevaron por otros rumbos»].
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Milagros Hernández Chiliberti (Venezuela)
Sobaré las heridas de tu costado izquierdo
El ruido acumulado en el silencio
es implacable regicida
del ardoroso amor
que se va tornando ajeno,
para armar el patético escenario
de dos desventurados.
Se nos han adormecido los motivos
para acariciarnos
con palabras sin texto.
Se nos extraviaron las formas
de la ilusión
con mordiscos de fresa.
Se nos han desteñido los colores
del retozo
con piernas enlazadas.
En tus sonidos ya no encuentro,
la cristalina carcajada
de saberte mi dueño.
En tu mirada se perdió el paisaje
del oleaje conjugando
nuestros vientres mojados.
Sin embargo
se resisten a morir las fragancias
ya olfateadas en el camino mutuo,
pululantes en la médula
de la reflexión retrospectiva.
Una de estas tardes,
una noche silente
o un raudo amanecer,
me fingiré chiflada,
me creeré en el albor
de nuestro lecho;
cruzaré tus linderos;
me atreveré a abrazarte,
con el miedo callado
pero la piel gritando;
disculparé tus culpas,
suspiraré en tu pecho,
sobaré las heridas
de tu costado izquierdo
y olfatearé tu amor
sin reclamos, sin dudas.
©SorGalim / Milagros Hernández Chiliberti
Ingeniera de Sueños
[Milagros Hernández Chiliberti nació un 16 de marzo en Altagracia de Orituco, población llanera del Estado Guárico-Venezuela, a los pies del majestuoso y natural pulmón de la Cordillera de la Costa, hija del noble pintor y poeta Miguel Hernández y de la distinguida dama Susana Chiliberti, fundadores de una virtuosa familia de artistas... A los veinte años de edad obtuvo el título de Profesora en Lenguaje y Literatura, posteriormente se especializó en Dialectología de la Lengua Española, hizo una maestría en Gerencia de Sistemas Educativos y estudios doctorados en Lingüística. Sin embargo, afirma que su mejor título es el de madre y sus mayores logros son sus hijos, Francisco Javier y Daniel Vicente... Actualmente se desempeña como Profesora en la Universidad Simón Rodríguez y en la Universidad Nacional Experimental Libertador.
Es Presidenta de la Sociedad Venezolana de Arte SVA, Cónsul de Poetas del Mundo en el Estado Guárico de Venezuela, Embajadora de la Paz en Venezuela del Círculo Universal de Embajadores de la Paz de Ginebra – Suiza, y
Presidente Ejecutiva Colegiada de la Unión Hispanoamericana de Escritores (UHE): Autora de aproximadamente 500 poemas, 60 ensayos, 4 novelas y 8 textos educativos, en su mayor parte inéditos, algunos editados parcial o totalmente, con reproducción limitada al ámbito interno escolar con intenciones didácticas y sin fines de lucro]. Blog / En UHE
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Oscar Portela (Argentina)
Nerón habla
Travestido, con el pálido rostro
oculto por velos y afeites de tristes prostitutas
vistiendo ricas túnicas y ajorcas Nerón camina
por los lúgubres pasadizos ocultos de la fastuosa Roma:
busca los lúbricos placeres con que olvidar el mundo
de marionetas que rodean su corazón cansado de la miseria
y la locura del poder que lo rodea. Camina en busca del olvido
de la traición rapaz y del ludibrio de la codicia oculta en los pasillos
del palacio. Madre y esposa, generales venales, senadores representando
la comedia de los repúblicos honestos que solo viven para aumentar
caudales mientras Roma hiede de pobreza, prostitución y muerte.
Mientras se desliza en la penumbra de callejas inmundas
sabe que también el se irá como los sueños de los gramáticos
griegos y nada quedará de ese mundo sino el vacio en que se hunde
la historia toda. ¿A que ser sabio y estratega triunfal de tanta
corrupción y la senilidad de senadores jóvenes que juran amor
al incorrupto imperio? Conspiradores de una fatalidad que acepta
su alma frágil llena de hiel y de venganza? Sabe el Emperador
que está solísimo desde que lo abandonó Petronio. Entonces,
en mitad de la noche, el hijo de los Dioses jura que Roma, indigna,
arderá entre las llamas. No hay victorias ni derrotas para quien
ama a los aedas, solo sombras y un destino supliciado por aquel
a quien se prometió paraísos y solo sal se puso en su camino y
luego el viento cual cómplice y augur se lleva nieblas y cenizas.
Canta Nerón: el sabe que lo fatal espera y así será en toda época.
Los hijos de los Dioses y todos los imperios caerán en olvido y una
sonrisa cruza su falso rostro de Dios y de profeta.
Universo de Oscar Portela / Páginas de Oscar Portela
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Miguel Angel Morelli (Argentina)
pensar el ser, nombrar lo sagrado
más allá de estos cielos despiadados por encima de sus huecos y sus dioses
otros mundos nos esperan para ser:
como mudos testigos de viejos naufragios
aguardan un pensamiento que los roce
la boca que les preste sus palabras el ojo que los descubra como soles nuevos
como estrellas que jamás han existido
y sé, también, que dentro de estas cuatro paredes que levanta la locura
hundidos y expectantes ocultos en sus propias naderías
otros mundos nos revelan lo sensible y luego huyen, se evapora
eluden la luz cada que el verbo los atrapa cuando la efímera razón lo toca
<><>
(aquel que cuando nombra no necesita palabras de este mundo)
aquel que cuando nombra no necesita palabras de este mundo
porque su eternidad es apenas un instante de puro presente
y sin dolor prescinde del pasado o del futuro
aquel cuyas razones jamás comprenderemos
porque nuestra propia razón es apenas un fragmento de la suya
aquel que en su silencio nos llama y en su vigilia nos sueña
y se desvanece en el aire cuando llega la mañana
<><>
a esta hora y en algún lugar del mundo
a esta hora y en algún lugar del mundo
un hombre triste velará su propia sombra
en oscuros trenes que llevan al infierno
se le habrán ido los ojos y la boca
a esta hora y en algún rincón del mundo
alguien que lleva mi nombre me estará pensando
Blog personal de Miguel Morelli
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Fanny Jaretón (Argentina)
Detrás de estos ojos
Una gata que soñó ser Cleopatra
engarzada en la piedra del Misterio.
Una ecuación perfecta
entre tu ardor y mi hambre.
Un tropezón que cualquiera da
estremecido en la fiebre del otro
el desboque del otro
la irracionalidad en el espejismo del temblor.
Detrás de estos ojos que no te quieren ver
se eleva el polvo de la infancia que envuelve
a la caprichosa gemidora, en el pedido incestuoso:
<>
Miedos y deseos rompiendo el muro de los ojos
que no son los míos ni los tuyos;
porosos que confluyen en la visión imaginaria:
Ojos de ternura que dar, ojos mordiéndonos la piel
lamiendo piadosos la soledad, ojos malditos que apuñalan
al gemido para matar todo síntoma de placer y dolor
tras el dolor del placer, ojos sedientos de lujuria
saciados con el vino de tu boca; resueltos
que se abisman a saltar y a meterse en el centro del centro
de tu llama, como una hipnosis en ese estado de dirección:
Eres mío, eres mío.
Ojos de Viernes, santificando la paz que nos llegará
cuando todo lo demás se haga olvido.
Ojos tartamudos sin poder nombrarte completo
porque la luz donde ese hombre que sos, está
me lleva al hormigueo de la sangre, a la expulsión
del espíritu del pájaro, al miedo de desear lo que no pueda tener
cada noche consecuente con mi incontinencia de vos.
Ojos atados al capricho tuyo,
a lo que me pidas sin pertenecerme, al nicho del silencio,
al bosque cuando el lobo está y sin embargo no está.
Ojos desdoblados en la borra del café que quieren adivinarte
en lo oscuro, en la obsidiana, en la ronda de la locura.
Ojos sonambulistas que van derecho hacia vos precipitándose.
Ojos cohibidos de derecha a izquierda, porque al revés se animan a todo,
al idioma sagrado, el de lo oculto; por pertenecernos.
Ojos de sernos en el cepo del para siempre sin que nadie lo sepa
aunque todos lo sepan porque no se puede ocultar lo que Es.
Ojos de amor, devanándose en la hebra del amor,
zarpa y celo rompiendo el deslumbramiento
penetrándonos en el grito abrasador
con la intempestuosa voz decisiva.
El humanismo erótico de FGJ / Alas para volar / Los ángulos de la locura
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David Antonio Sorbille (Argentina)
La honestidad del poeta
Para los que creemos que la poesía es una manifestación libre de nuestra voluntad creadora, entendemos que el compromiso esta determinado por la honestidad del poeta. Al respecto, René Menard decía: «Quédate solo y desnudo frente a tu poema si no quieres vestirlo de cenizas o perderlo en el rumor».
Por eso, la temática poética no implica una estética o una definición genérica, que se anteponga al compromiso esencial con la poesía.
Es así, como desde esta perspectiva, el poeta encuentra su autenticidad, en la lealtad a ese principio por el cual siente en su propia piel, la calidad de un esfuerzo que lo enaltece.
El pensamiento abstracto no existe frente a la necesidad, y solo el interés determinado por una acción espontánea, es la función finalista del espíritu.
La realidad es vulgar, y por lo tanto, el acto creador debe proceder a poetizarla, a darle la necesaria expresividad.
«La vida -decía César Vallejo- es una cosa. El arte es otra cosa aunque se mueve dentro de la vida. Y la simulación del arte no es arte ni es vida. Los seres ordinarios y normales viven en la vida. Los artistas viven en el arte. Los falsos artistas o seres artificiales no viven en la vida ni en el arte».
En este contexto, estimo que debe encararse la actividad del poeta, sin desconocer que la palabra continúa siendo un instrumento que guarda para sí, el íntimo valor del misterio. La poesía, al fin y al cabo, es el puente en donde las voces creadoras de la humanidad, producen el mayor de los designios en el devenir de nuestros espíritus solidarios.
[David Antonio Sorbille: Escritor argentino nacido el 10 de febrero de 1950, en la Capital Federal, donde reside. Fue cronista literario del periódico El Pueblo. Sus poemas, cuentos y ensayos, fueron publicados en diversos medios culturales nacionales e internacionales. Obtuvo el 2° Premio de Poesía por su poema A los Viejos Inmigrantes en el Primer Concurso de Cuento y Poesía «Monte Castro» y el Primer Premio por su poema A Juan Gelman en la Antología Poética Libre (Ed. 3+1). En el 2001 publicó su segundo libro de poemas Los senderos del alma y Los muros herméticos y otros relatos (Ed. 3+1). En el 2007 escribe las novelas La Memoria del Olvido y El Oficio del Tiempo, y coparticipa en el ensayo La Guerra Olvidada. En el 2009 publica “Semblanzas Recobradas” (ensayos y poesías – Ediciones AqL) y en 2010 Los lugares comunes y otros relatos (Ediciones Aql). Ver más].
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Carlos López Dzur / Miembro de Poetas del Mundo
Long-Ohni (Argentina)
Soneto de la despedida
¿Acaso hay un destino mejor que mis dos brazos?
¿Un futuro más alto que mi ambición de rosas?
Descuida. El alma enciende el sueño en que reposas
y hace hoguera de olvido con todos los fracasos.
Se ve ya el lacerante fulgor de los ocasos
ardido el sol y mustia la hilada de las cosas
que en la hacina del tiempo fue huerto y mariposas
devenidas memoria, fragmentos en cedazos.
Hoy que ya atardecida despierta la alabanza
y ominosa es la noche que el céfiro sentencia
es bueno apacentarse con hierba más benigna
pues poca vida queda de disfrute y bonanza
de pan tibio en la mesa, de amor y complacencia
para que al despedirse no haya lágrima indigna.
Long Ohni / Blog
<><>
Por si fuera posible
Quedan las cicatrices
pero una voz ampara
a los que están desiertos
y resuena el silencio de todo lo perfecto.
En el tiempo del agua y de la tierra,
de los dorados frutos y los huertos
eras el jardinero bendecido
por el soplo de luz y las estrellas
consteladas en torno a tu armonía
fraguaban tu corazón con pulso cierto.
La sangre no era entonces sino vino festivo,
alegre compañero de la poma
que pendía madura con su misterio adentro.
Ahora que canalgan sobre el barro
los hijos de los hijos, y nosotros,
desertores del siglo que nos lleva,
tentamos en la sombra la luz de la palabra
que se ha llevado Eros en su carcaj de plata,
ahora que en Olimpia y en Megara
queda el eco del mármol silenciado,
nosotros, los huídos, reiteramos el beso,
el pálpito, el abrazo, la memoria
del hombre antes del hombre, ya concluso
por si fuera posible renacernos.
Long Ohni / En Adamar / Traducciones de algunos de sus poemas al alemán
[Silvia Long-Ohni, poeta, traductora y crítica de arte argentina, residente en Buenos Aires, ha sido colaboradora permanente [1967-70] en la revista Inédito, dirigida por Mario Monteverde; asistente - ayudante [1974-80] en el Taller Literario de Syria Poletti, también asistente [1998-99] y Secretaria Académica [1999-2001] en el Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, Secretaría de Cultura de la Nación. Entre sus publicaciones se cuentan Tiempo y Lugar [1981], en la Revista mensual de la U.C.A.L.P.; obra poética publicada en la revista web ADAMAR [Madrid], dirigida por Dolores Escudero y Antonio Mengs. Su novela El Árbol de las Flores Amarillas ha sido publicada en formatos impreso y virtual en Palma de Mallorca, Gran Canaria [España, 2003]; y ha sido puesta en escena en adaptación teatral, dirigida por Sergio Aguirre y Manola Nifosí, julio de 2003, en el Centro Iniziative Teatrali de Firenze, en versión italiana. Pertenece a la organización Poetas del mundo].
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Máximo Simpson
La bala perdida
Vibra en la contingencia,
y es casual, improbable,
aleatoria, fortuita.
Nadie sabe su origen,
la fuente o arrebato que la impulsa;
acaecer absoluto,
triunfo y esplendor de lo instantáneo,
una bala perdida atraviesa los jardines,
destroza las ventanas, desbarata la siesta,
los gestos, las conversaciones.
Aunque es favorita del azar,
y ambiguo su destino,
ha elegido su meta,
y sin ira, sin odio, sin amor, sin tristeza,
llega certeramente al corazón.
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Alexander Vórtice (España)
Pavor permanente
Menéame los sesos con tu baile de simulación.
Soy el que soy porque tú lo hiciste bien:
agarraste mis ojos con la navaja del abandono
y mi ego se convirtió en orgullo y decencia.
Sin miedo alzo mi brazo y rozo el cielo
azul-eternal, solicito a Dios
un minuto más de vida para sacar mis armas
y volarle la cabeza a la injusticia del día a día,
al político que me mintió
por unas horas más de poder.
Menéame el cuerpo herido de insenciridades
y yo agarraré tu miedo y lo convertiré
y en pavor permanente.
Alexander Vórtice / La Coctelera
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Ana Lucía Montoya Rendón (Colombia)
En un futuro
Y entonces qué
qué del entorno gris y del dolor
qué de las uñas surqueras
qué de los campos de trigales del futuro
qué del pan amasado con furia
qué del abrazo que nunca llega al desvalido.
Luenga cabellera cubre mi pecho
pezones duros
lactan al hambriento
-lujurioso mundo-
erectos escriben retazos de la Historia
en muros de deseos y de náuseas.
Entender las marcas de los tiempos
comprender el origen...
pero para qué si no habrá eco
no habrá quién escuche este lamento.
Oídos sordos,
mentes dormidas
pies clavados en cruces indiferentes
aleteos vanos de palabras raídas,
poses académicas sobradas,
desperdicios de arrogancia pútrida
le dan melo al desdentado.
Debatirse entre amor, responsabilidad y orden
reptar subterráneo entre las normas
metas babosas puritanas
tiras de sudorosa carne enloquecen de ansiedades.
Especímenes con cerebros desecados,
cráneos que sirven solo de floreros
ramo de ideas planas, enjutas.
Hiedras aferradas a la piel maman la pingüe cordura
migas de una sociedad sumisa.
Pregonero tembo empeñado en aullar, les habla,
y genuflexos creen que les habló el Divino Esperado
Desde la cúpula
diestras y siniestras se mofan de la tropa
les marcan el eterno compás idiotizante
con sus líneas marciales avanzan por todos los flancos
anunciando posesion sobre la razón de esos mansos mensos.
Maestros de chusma acéfala
cabezas empacadas en bolsas de celofán,
fardo negro como negro el evangelio
¿La Buena Nueva de una raza prematura
gatea entre las sombras?
¿Vendrá con las testas exprimidas?
Jugo amargo que de todas ellas fluirá
para rociar con ese líquido nuevos jardines del ensueño
donde quizás los girasoles no giren,
solo asciendan a buscar el cielo
mientras el infierno los apuntala con ahínco.
Medrosa víctima
girará vertiginosa y perdida,
hija de apáticos parásitos.
Ufana se tongonea la Vida
pasa revista, toma nota,
registra la buena cosecha,
suficiente recolecta mal usada,
porque con mendrugos alimentan a la fatigada turba,
aquélla que de tanto ayunar olvidó el estómago,
en cuyo abdomen palpita la esperanza
y en su pecho abierto se digieren sentimientos.
Allí, en esas cavidades viscerales
donde crece frondosa la rabia
como cáncer mestastásico
por no poder ser, hacer, sentir y presentir
allí se genera la raza del futuro.
¡Qué bella es la inocencia del soñar despierto!
08/08/2009 / Ana Lucía Montoya Rendón
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Liliana Varela (Argentina)
Carta al alma de un amigo
Deja que digan los necios
que el perro no tiene alma;
¡Qué puede saber el humano
que destruye lo que ama!
Deja que piensen que fuiste
un instrumento de diversión,
un juguete para un niño,
un arlequín ante el dolor.
Que crean que loca , exagero
porque lloro tu partida,
porque aún guardo tus recuerdos
enlazados a mi vida.
Que te entilden cualidades
como la bella amistad,
y que a la vez te nieguen
una mísera humanidad.
¿por qué un asesino tiene
derecho a un más allá
y tu derecho prohiben
aunque no tengas maldad?
¿por qué no pensar siquiera,
que tuviste un corazón?
un alma que contuviera
todo aquel inmenso amor.
Deja que piensen lo que deseen.
Deja que subestimen mi pesar,
porque sé que en un día
no muy lejano,
te encontraré en el más allá.
Y aquel día ya no importará
lo que digan,
seré feliz a tu lado: lo sé.
seas mascota, amigo o enigma
sé que por y al fin: te tendré.
Liliana Varela / Entrevista / Otros poemas en Cirandas de Letras / Blog de Liliana Varela
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Lamento existencial
Es ante tí cuando doy tumbos. Reniego
este milagro de nacer e invocar en Tu Nombre:
Carlos López Dzur
Débil, insolente, egocéntrico pregunto:
¿por qué me has hecho razón?
porqué has sembrado en el alma
el deseo de ser más, de ser superior
cuando el límite es tu misma existencia.
Me has dado más preguntas que respuestas
me has hecho diferenciar lo salobre de lo dulce
y hoy juzgas mi queja como herejía
sintiendo en el pecho el pecado del enfrentarte.
Para qué la palabra, para qué la compleja
maravilla del cosmos que todo lo abarca
para qué un universo que no sabe de fronteras
si la mirada se acorta en el horizonte.
En Mis Poetas Contemporáneos / Liliana Varela / Libros / Ediciones Muestrarios
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Pedro Du Bois (Brasil)
CONSTRUIR
O telhado impede
a natureza
o piso
concede aos pés
a maciez
as portas, bifurcações
do acaso: entrar
sair
ficar na soleira
voltado ao tempo
original da hora
janelas permitem observar
a rua pelo lado de fora.
Pedro Du Bois, inédito
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REINSTALAR
Reinstalo a vida
e a remeto ao final:
o mágico e o profeta
duelam crenças
a carta marcada
indica a morte
reinventada: vida
na sucessão
da hora
induzida
ao desconhecimento
a vida se distancia
no espaço em acreditar
e descobrir do truque
a artimanha: desvanecer
em barulhos diários de antigas
reconstruções.
Pedro Du Bois, inédito / Pedro Du Bois: Blog / Literatura sin fronteras
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María del Pilar Martínez Nandin (México)
Estrellas sin cielo
Cayó su luz a las profundidades,
Algo se quebró y la tierra fue su abrigo,
Quedaron acomodados en su entraña…
Pero solo la mina fue testigo.
Agosto cinco… se vistió de negro
En el desierto de Atacama…
Y lo que era una tragedia…
Cambio de muerte a… Esperanza
Treinta y tres caracteres afloraron
Y el pozo hablo por los mineros,
En la noche oscura de la tierra
Estaban intactas las sonrisas.
Treinta y tres velas encendidas
Jugaban a no apagarse en la desdicha,
Corazones y mentes alejaron los miedos
Se abrazaron… pensando en sus familias.
Conocieron el cielo y el infierno,
No se dejaron arrastrar por el abismo
Fijaron en lo alto su esperanza…
Y fue Dios su aliado y su camino.
Añoraron el viento, el sol, la luz,
Su antigua realidad, su cuento de hadas…
Animaba a sus almas a seguir,
Alumbrando esa noche eterna… helada.
Afuera la oración de los amados,
Un mundo que contempla la tragedia,
Un gobierno preocupado y ocupado
En sacar con vida a sus estrellas.
¡Que admirable corazón cuando el amor lo llena!
Y se vuelve al caído, al hermano,
No escatima esfuerzos ni recursos
Y unido a la pena…da la mano.
Setenta días de angustia…
Setenta días de prueba…
Adentro ya no hay salidas,
Afuera construyen puertas.
Adentro todos se apoyan,
Afuera todos trabajan…
Cuando la cabeza piensa,
Cuando las manos actúan,
El universo conspira…
Se empieza a forjar la hazaña.
¡OH! Chile como te admiro,
Franja pequeña en el mapa…
Aumentan tus dimensiones,
Cuando la vida defiendes,
Cuando a tus héroes rescatas.
Que gran lección para el mundo,
Buen presidente Piñera,
Olvidaste jerarquías…
Y fuiste a romper la piedra.
Acampaste en el desierto
Para abrazar tus mineros,
Las lágrimas y tu gozo
Son el gozo de tu pueblo.
Que gran trabajo chilenos,
Un doce de octubre…
Descubrieron nuestra América,
Hoy este doce de octubre,
Ustedes tienen la gloria…
Con su odisea chilena,
Humanizaron la historia…
María del Pilar Martínez Nandin
Correo mar_nandin@hotmail.com
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Alejandro Drewes (Argentina)
NADA
para andar esta jornada
sin errar Jorge Manrique
Y las rotas entrañas
y el viento que sopl
en plena cacería
Las palabras se han dicho
para siempre
a salvo han de quedar
del olvido y la cizaña
No son para idiotas
ni lectores de domingo
ni para el ocio insolente
son. Digo: qué sabe nadie
de los ojos que recorran
mi epitafio. De los árboles
a cuya sombra el cuerpo
ha reposado. De soledades
hablaba, del silencio
que cruza de nieve los campos
del poema. De una puerta
brutalmente clausurada.
De aquel tiempo irreparable
y los restos de la fiesta
de los otros. De los ojos tuyos
amada, temblor y silencio.
Y al fin deste viaje llegar
apenas a esta inmensa Nada.
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Núm. 70 / 69 / 65 / 62
Felicitaciones Carlos por esta cada vez más maravillosa revista; no sabía que estaba, eres muy generoso.
ReplyDeleteun beso grande
Liliana