Sunday, September 12, 2010

Septiembre 15, 2010, Núm. 67, Orange County




CONTENIDO 67


Carlos Esteban Cana
En las letras, desde Puerto Rico: Libros 2010 (Primera parte)

Maria Fischinger
La historia de una emigrante
12 de octubre de 2009

Pedro Antonio Curto
El arte en la época de la muerte de la imaginación

Néstor Barreto
una teoría de las neosavianas:
una teoría de las motivaciones

Fanny G. Jaretón
Jungla

Alejandra Pizarnik
Frags.
Fronteras inútiles
Sous la nuit

Charles Baudelaire
Canto de otoño

Liliana Varela
Carta a Baudelaire

Ana Lucía Montoya Rendón
HAITI

Marta Goddio
Septiembre

Nidia Tirú Torres
A Juan Mari Bras, el Ciudadano

Elisabet Cincotta
¡Ya para qué!

Carlos López Dzur
La puerta de escape / microcuento
Cómo me declaré inmanente / poema
Presunción de un lector cósmico / cuento breve

Carlos Adalberto Fernández
El parrillero

Maritza Alvarez
Mi comienzo... o mi destino
Pájaros libres
No soy
Érase que se era
El arte de pertenecerse

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Carlos Esteban Cana (PR)
En las letras, desde Puerto Rico
(Libros 2010, primera parte)


El primer semestre del 2010 ha sido dinámico en cuanto a nuevas publicaciones. Abniel Marat, Noel Luna, Yarisa Colón, Marta Aponte Alsina, Yolanda Arroyo, José Borges, Lina Nieves, Awilda Caez, Leticia Ruiz y Doris Melo figuran entre la treintena de autores que han dado continuidad al activo panorama literario puertorriqueño.

En esta edición de En las letras reseñamos cinco, de esa treintena de libros que han salido hasta la fecha en el 2010. La intención es clara y precisa. Aquí intentamos describir, de forma breve, la emoción de turno desde nuestra óptica personal como lector, cuando nos adentramos en el universo de Miss Carrusel, Mundo cruel, Angst, A lo lejos el cielo, y Catulo o la infamia de Roma. No pretendemos, por otro lado, usurparle a nadie la experiencia de devorar por sí mismo estas nuevas publicaciones.

No queremos cerrar este boletín sin informar a los lectores del fallecimiento de nuestro entrañable amigo, y uno de los colaboradores de Taller Literario, Joel Villanueva-Reyes. Comunicador por excelencia, este periodista tuvo una trayectoria que lo llevó desde las páginas de Enlace, revista del Decanato del Recinto de Río Piedras, al periódico Diálogo de la Universidad de Puerto Rico. Actualmente Joel estaba a cargo de la redacción del Todo Bayamón y colaboraba con otros medios de índole cristiana. En Taller, fue junto a Rodrigo López Chávez, Juan Carlos Fred Alvira y este servidor, quienes integrábamos el equipo de redacción de la revista de creación que marcó la última década del siglo XX en Puerto Rico y el colectivo literario que hoy es. Con gran sentido de humor Joel dio a todos una lección perdurable acerca de cómo enfrentar las diversas situaciones de la vida. Sin duda, lo echaremos de menos.

Título: Miss Carrusel
Autora: Mirna Estrella Pérez
Género: Poesía
Editorial: Sótano Editores / 78 páginas.

Un poemario escrito con la mano firme de una mujer de hoy. No queda duda acerca de que la poesía escrita por una autora como Mirna Estrella Pérez nunca carecerá de lectores. Dividido en dos partes (Miss Carrusel y Con el labial de la abuela muerta) este libro despliega una poesía que adolece del exceso de metáforas, por el contrario, la cadencia lírica se enhebra en fibras firmes narrativas. La voz de la hablante lírica manifiesta decepción con el entorno, cierta conformidad con las circunstancias. Una atmósfera orgánica de des/ilusión se despliega por todo el poemario. Los siguientes versos del poema # 22 así lo evidencian:

Han quedado las flores
pudriéndose en los jardines.
Alguien olvidó recogerlas para ti.

Los trazos finales de las piezas sintetizan en pocas palabras lo que se ha desplegado en sinuosos versos y estrofas. Miss Carrusel es un libro para leerse quizás durante la tarde, nunca en las mañanas.

Título: Mundo Cruel
Autor: Luis Negrón
Género: Cuento
Editorial: La Secta de los Perros / 102 páginas.

La ausencia de pretensión de este libro es lo que le confiere la presencia que ha ido adquiriendo entre los lectores. Mundo Cruel muestra unos cuentos impecables, tanto en la construcción de la trama como en el uso del lenguaje. Con mano templada, sin ser barroco, quien escribe muestra la formación de un autor – y librero- que no ha tenido prisa en forjarse camino. Por lo anterior, este libro de 102 páginas casi se puede leer de una sentada. Desde el dominio del habla coloquial, como en el cuento Junito, hasta la ternura que aromatiza el cuento El jardín, Mundo Cruel se deja sentir. La caracterización de personajes en Botella, el humor en Por Guayama, y el ambiente que desarrolla el autor en El elegido, coloca este libro de nueve cuentos en sintonía con títulos de reciente publicación como Cinco minutos para ser infiel de Emilio del Carril, 8% de desk-cuentos de Carlos Vázquez Cruz y Nocturno y otros desamparos de Moisés Agosto. En cada una de las historias de Mundo cruel es palpable la denuncia en contra del discrimen contra la comunidad gay y lésbica, pero lo anterior no le impide al autor examinar los matices, con sus luces y sombras, que esa comunidad exhibe en la sociedad, tal como se presenta en el cuento que le da título a la colección.

Las ventas de este libro han ido viento en popa y ya circulan noticias de una nueva edición. Luis Negrón, quien ya había ganado notoriedad por su participación como uno de los antólogos de Los otros cuerpos, va forjando, sin prisa pero sin pausa, su lugar como escritor puertorriqueño en esta nueva década.

Título: Angst
Autor: (no se identifica)
Género: Poesía
Editorial: Agentes Catalíticos / 116 páginas.

Jerarquía Divina
3. ¿Nació Dios de la costilla de un abecedario?


Honesto y original. Aunque aquí lo original no está reñido con la tradición. Es evidente la correspondencia de Angst con La luz necesaria de Julio César Pol y con Dosis de Mayda Colón, que a su vez tienen eco de la poesía minimalista de Alberto Martínez-Márquez y los famosos epigramas de Julio César López. Adolece, eso sí, de cierta ironía meta-literaria que de tenerla acercaría este libro a los Casquillos de Capiello.

Las palomas electrocutadas sobre las vías del tren
no sabían del peso de los vagones ausentes.
(ni que matan, a canto de sirena,
con el chillido liviano que llama a su paso.)
Advertido de su existencia esperaba sonriendo,
con los audífonos puestos
y mis dientes manchados de plumas.

Angst es un festín para quien quiere apartarse del cliché, o está cansado de fórmulas recicladas. Incluso, la ausencia del nombre del autor pone en juego el rol o lugar de quien escribe, problematiza la importancia del autor ante la obra. El título Angst destila reminiscencias existenciales, recordemos que esta palabra en danés significa miedo, por lo que es evidente en todo el poemario cierta sensación de exilio en el poeta, sobre si mismo y su entorno; condición, por otro lado, necesaria para el artista que busca conocer y reconocer, bucear sus propias profundidades. Quien escribe y entra al laberinto de conceptualizar este libro se instala en una especie de faro apalabrado, a distancia saludable, para ser testigo, tal como lo planteaba el escritor Edward Said, de lo que implica su experiencia de ser humano.

Cuando el árbol

Sospecho que algo así existe, un incendio de tal magnitud,
que hay bosques de un verde suficientemente grande
como para encontrarlos riendo lo salvaje.

Lugares donde los animales no se clasifican,
ni las flores se estudian. Donde no se disecan las cosas
ni se guardan.

Donde se dejan pasar la lluvia
y los ruidos como bestiecitas que mueren.
Así se hacen de nuevo tierra y de nuevo planta.

Allá de seguro habrá ríos
repletos sus cauces de un agua imposible
que aún moja solamente porque moja,

y allí todavía la gota es gota
y no quema como acá que se quiere fuego,

fuego y por tal ceniza
y a veces cuarto y a veces papel,
y siempre sin objeto voraz, desesperado y sin causa.

Este poemario destaca además por varios detalles en su diseño: la peculiaridad de las imágenes que forman los bordes de las páginas, la ausencia de números pares, la invisibilidad del título en la portada, incluso el texto en la página final, nos recuerda los experimentos o innovaciones propias del sencillo Rain o el I’m Only Sleeping del Revolver de los Beatles. El contenido de las páginas de Angst pueden destilar emociones homólogas a la propuesta acústica-electrónica del Modern Guilt de Beck.

Articulación de una primera necedad

El arte aspira a ser una silla de ruedas
obstruyendo una rampa de impedidos.

Lo único que identifica, en algo, al autor de Angst es una foto de un niño en la página final. Según mis fuentes, el escritor en cuestión podría estar vinculado a la propia editorial y colectivo responsable de la publicación del libro. De todas maneras aquí lo importante es consignar la valía de este poemario, en el que las piezas mínimas que lo conforman revelan… insinúan…

Título: A lo lejos, el cielo
Autor: Hugo Ríos Cordero
Género: Cuento
Editorial: Isla Negra Editores / 100 páginas.

Cuando Oasis sacó su disco más reciente Dig Out Your Soul no tenían que demostrarle nada a nadie. La grandeza del conjunto británico que hizo posible el Don’t Look Back In Anger o el Champagne Super Nova del (What’s The Story) Morning Glory? en el 1995 ha sido palpable en la década siguiente con la infinidad de grupos que los tomaron como grupo de cabecera. A la altura del 2009 Oasis, que a su vez tienen como principal influencia a Los Beatles, estaba trabajando en la música que ellos como conjunto, quizás por puro placer, querían escuchar.

Escribo el párrafo anterior como metáfora de lo que significa A lo lejos, el cielo para la trayectoria de Hugo Ríos Cordero. Un escritor que sacudió el primer lustro de la pasada década, tanto con En el nombre del padre, Premio Certamen de Cuento de El Nuevo Día, (2002) así como con Marcos sin retratos (2003), por el que recibió el Premio Pen Club al mejor libro de cuentos de ese año. Siete años después Ríos Cordero obsequia al lector un libro fino, elegante, donde casi nada sobra. En estas páginas encontramos, sin duda, ecos del proceso inagotable de Franz Kafka, la aparente caricia sutil del aquí no ocurre nada cuando está ocurriendo todo de Anton Chejov, tambien el Borges de narraciones que aparentan no ser en su Historia universal de la infamia.

Es un libro para ser desmenuzado una y otra vez. Minucioso en detalles que, sin embargo, no abruman. Cada nueva visita a las páginas de A lo lejos, el cielo es un proceso dinámico ganado, no un desperdicio de tiempo. Y así lo vemos en la integridad orgánica de la colección.

En el cuento que inicia el libro, Coloso, pasando por los títulos Viernes negro, El ingeniero americano Tom Parker o el propio cuento que da nombre al libro, A lo lejos, el cielo, vemos cuentos que, entre otros, se ocupan de situaciones con las que cualquier lector se puede identificar, esto sin que la ubicación geográfica y cultural impida comprenderlos. Son cuentos que afirman lo que Orhan Pamuk argumenta acerca de las virtudes que tiene para los escritores desarrollar una historia en un ámbito local; el Premio Nobel turco apunta a que lo anterior no va en detrimento a la comprensión del relato, lo contrario a lo que esgrimen algunos críticos que sólo privilegian lo universal. En la narrativa desplegada en varios cuentos de este libro es evidente la huella digital de nuestra latitud boricua.

En cuanto a los cuentos que destacan por su excelencia en los diversos elementos que constituyen al género, y que dejan a uno pegado a la página desde la primera a la última palabra, puedo mencionar los cuentos Juegos de niños, Turnos, Relato de un vampiro, Los dos Marcos, Días de sueño, Sala de espera y El callejón de los gatos. Hay historias, por otro lado, que destacan por su carácter introspectivo e intimista, como Culpas, Te observo, Las horas y Las buenas noticias. En otros cuentos, como San Valentín, La estación de los suicidas o La ventana, el escritor se sitúa en ocasiones como personaje, en ocasiones como mero observador, siendo siempre interesante la manera de describir. También tiene relieve particular como el narrador se acerca a ciertos episodios o acontecimientos en la vida de personajes femeninos: Horas de oficina, El faro, Al margen del calendario y,EM> Otra forma de exorcismo,,/EM> así lo ejemplifican. Y resalta además esa ambigüedad deliciosa que arrojan cuentos como El robo y A vuelta de correo.

Podríamos destacar, sin duda, otros aspectos que no he mencionado, como utilizar a la propia literatura como materia prima (no sé por qué Días salados se me antoja como una especie de Bartleby caribeño) o la textura que otorga a estos cuentos el paso sinuoso del tiempo. A lo lejos, el cielo sin duda llegará a su grado de perfección si le despejan ciertos errores corrección y edición, detalles menores que le quitan el lustre clásico que merece. Si me quitara el sombrero de lector y, en cambio, me colocara el de escritor hubiera concluido el libro con otro cuento, y no con A lo lejos, el cielo, quizás con una historia de corte intimista que le diera cierto cierre orgánico, como El irremediable oficio de escribir. Pero esto último lo señalo por puro capricho.

Título: Catulo o la infamia de Roma
Autor: Yván Silén
Género: Poesía
Editorial: Terranova Editores /160 páginas.

El problema con la obra de Silén es que nunca va a tener la exposición que merece. La situación política de Puerto Rico no se lo permite. Más allá del acceso que propicia el espacio tecnológico y cibernético en su lado luminoso, la obra de un Gran Poeta se pierde en la espesura si no cuenta con un circuito de embajadas e intercambios que propicien el conocimiento del acervo cultural de los diferentes países o estados que conforman el mapa internacional. Como a Virgilio en La divina comedia, tal parece que a Silén le a tocado purgar penas en el limbo.

Catulo o la infamia de Roma vuelve a colocar la obra de Yván en un lugar que solo ocupa él, en el panorama de la literatura puertorriqueña actual. Lo mismo hizo el año anterior, en otro género, con La novela de Jesús (Editorial Tiempo Nuevo, 2009). Ahora, sin embargo, regresa a la poesía que lo ha dado a conocer en latitudes lejanas al archipiélago boricua.

Aquí la poesía está en su máximo esplendor. Aunque santurrones y ortodoxos religiosos puedan persignarse cuando lean alguno de estos poemas. El Catulo de Silén tiene como base inicial, el estilo libertino de Pietro Aretino (1492-1556). La columna vertebral de este libro es la relación tormentosa del propio poeta latino Catulo con la Lesbia de sus famosos poemas, además de la presencia diversa de un mosaico de dioses característicos de la mitología romana. Desde Hera hasta Narciso, pasando por Afrodita o por Orfeo, el poeta se sirve del dinámico y diverso panorama de relaciones intensas y pasionales, propias de estos personajes, para dirigir su lírica erótica a una Lesbia, a una Amara, a una Leda. Incluso el tópico de la muerte es una constante en el poemario que gana mayor presencia en las páginas finales.

En los pasajes metafóricos de Catulo reina un lenguaje visceral, sin reserva ni inhibición alguna. Una poesía para degustarse en alta voz. Sin duda su autor fue confeccionando las poesías teniendo eso en mente; el apóstrofo entre una palabra que termina en una vocal y la otra subsiguiente que inicia con la misma vocal, lo hace evidente. Por otra parte, el poeta maneja de forma novedosa la tradición, tal como Iris Závala lo hizo en la novela El sueño del amor.

Catulo o la infamia de Roma es un libro con 154 páginas de poesías (el 154 siempre me remite a los sonetos de Shakespeare). Sucede que los 106 poemas que lo integran casi llegan a la misma cantidad del corpus Catuliano y algunos podrían señalar que es demasiado largo, pero, para utilizar otro equivalente musical, lo mismo dijeron del White Album y hoy El disco blanco es la obra maestra que todos conocemos.



Sobre Silén (en la foto) se puede decir lo mismo que aquel inciso de la «Analecta», del Confucio traducido por Pound, que reza: «El hombre que conserva vivo lo viejo y sabe reconocer la novedad, ese, llegado el caso, puede enseñar». Sin duda Yván Silén es un docto en la buena poesía y su Catulo o la infamia de Roma lo puede confirmar.

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María Fischinger (Perú / USA)
La historia de una emigrante


Nací en un hogar que se consideraba genuinamente peruano. Mi padre, el
Dr. Adrian Cáceres Olazo, era hijo del Dr. Andrés Miguel Cáceres que murió mientras ocupaba una de las plazas de senador del departamento de Puno. Andrés Cáceres era hijo del último capitán general de la guarnición española del Depto. de Puno, el Sr. Juan Domingo Cáceres, que como era requerido para ejercer ese tipo de puesto era nacido en Extremadura, España.

La guerra de Independencia dejó huellas muy profundas en la primera familia de Juan Domingo Cáceres. Los hijos de la primera esposa se alejaron de la casa y algunos optaron por usar el apellido materno. Juan Domingo era intransigente y no dejo abiertas las puertas a una posible reconciliación familiar. Andrés Miguel, mi abuelo, era el último vástago del segundo matrimonio y nació después de la independencia de Perú.

La casa en la que nací perteneció a Juan Domingo y era imposible evitar no encontrar huellas de su presencia y de su origen. Las pertenencias de la madre de mi padre, Doña Flora Olazo, igualmente hablaban de su origen español, su único hermano mayor, Florencio Olazo, murió en el combate del dos de mayo, luchando por la independencia del Perú. Mi abuela también escribía el idioma vasco ya que sus recetas y su diario estaban escritos en ese idioma. La historia de la familia Olazo me resulta muy interesante pero prefiero guardarla para otra ocasión.

Desde pequeña noté que existían dos tipos de personas, las que pertenecían al grupo de mis padres y otro tipo de persona que no hablaba el castellano, que vestía y actuaba diferente. Mi madre y algunos de los viejos, los llamaba los colonos, sigo dándole vueltas a esta palabra y sus implicaciones.

Me fue imposible no notar que una persona que pertenecía al grupo de los nativos era tratada como un seres inferiores, no eran admitidos en ningún establecimiento público aun cuando mostraban que podían pagar por sus gastos.

A un nativo se le cerraba la entrada a los restaurantes, a los cines y ni que decir a los bailes de los clubs sociales. No existía ninguna ley que estableciera esta regla, pero era aplicada en toda ocasión.

Hoy que estoy lejos y el viento me ha tirado a otras costas. Me doy cuenta de que mi familia es el resultado de una emigración antigua. Mis raíces no eran las nativas. Los verdaderos descendientes y dueños de las tierras pertenecen al grupo que ví menospreciado por no adoptar la cultura occidental.

Septiembre 3, 2010

II.

La sombra de mi padre es la que todavía busco para descansar. Recuerdo lo bien que me sentía cuando me tomaba la mano para caminar hacer alguna de sus diligencias. El siempre estaba envuelto en algún proyecto comunitario o organizando algún evento cívico. Su hobby era la quinta y me sentí tan halagada cuando me compro una tijera de podar y un serrucho pequeño igual que el suyo.

La oficina de abogado de mi padre estaba en la entrada de la casa y arriba de ella estaba su biblioteca. Allí fue donde pase la mayor parte de mis momentos libres.

Desde pequeña sentí una urgencia de estar cerca de mi padre, sabía que no tenía mucho tiempo para gozar de su presencia; cuando yo nací, mi padre ya había cumplido los sesenta y dos años. Tenía un carácter fuerte, era estricto pero a la vez tierno y justo, era el alma del hogar, nunca escuche que una mentira o una grosería que saliera de sus labios.

El año que me gradué de la secundaria mi padre comenzó a preparar su testamento y nos dijo que él no vería esa navidad. Le pidió a mi hermana que estaba casada con un americano que me llevara con ella a USA. Uno de mis hermanos hablo con un amigo que pertenecía al cuerpo de paz americano y que enseñaba en el normal San Juan Bosco para darme clases particulares de inglés y así fue que conocí a Tomaz Fischinger.

Salí de Perú con mi hermana y su esposo. Llegamos a la casa de sus padres en Nespelem en la reservación Colville del estado de Washington.

Cuanta diferencia del hogar que deje al hogar que me recibió. ¿Había yo dejado el tercer mundo para llegar al primero, o era al contrario?

Las clases de ingles de la secundaria y aun las que me dio Tomaz no me preparan para la invasión de sonidos que atacó mis oídos. Me costó nueve meses para poder comprender y responder en el nuevo idioma.
Mi padre murió en octubre de ese año y yo me casé con Tomaz mi profesor de inglés.

Una peruana en Eslovenia /

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12 de octubre de 2009

En la tierras nuevas y extrañas
un cataclismo sacudió la humanidad,
Dos culturas se encontraron
y una casi elimino a la otra.
¿Como no commemorar este evento?
¿Acaso no recordamos el aniversario de la muerte de la madre?
¡Cuan lejos de la realidad nos encontramos!
¡La ocupación aún no ha terminado!
Esas tierras estan gobernadas por los hijos de extranjeros.
La lucha muda sigue en pie.
Declarar muertas e inexistentes a las naciones nativas
deja limpios y exhonerados de responsabilidad
a la generación del presente
que acusan desvergonzadamente de INSURRECCIÓN
a los verdaderos herederos de la tierra,
cuando defienden sus derechos y su cultura.
¿Dónde esta la dignidad?
¿Dónde quedo la justicia?
La resistencia pacifica
persiste por los siglos,
se desliza por la tierra
imponiéndose sobre la violencia
que destruye y maltrata,
persistentemente ignorada por el resto del mundo.

Maria Fischinger

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Pedro Antonio Curto (España)
El arte en la época de la muerte de la imaginación


En un artículo publicado en plena guerra civil española (hay que ascender las artes hacia donde ordena la guerra) el poeta Miguel Hernández escribía: «Los hombres de la pintura, la escultura, la poesía, las artes en general, se ven hoy en España impelidos hacia la realización de una obra profundamente humana que no han comenzado a realizar todavía. Yo veo a los pintores, los escultores, los poetas de España empeñados en una labor de fáciles resoluciones, sin el reflejo mejor de los problemas que la situación de este tiempo ha planteado».

Con este artículo y el poema Llamo a los poetas planteaba una crítica a los artistas por lo que consideraba una actitud poco comprometida por lo que se dilucidaba en el conflicto bélico, la necesidad de vencer al fascismo. Pues mientras él participaba en primera línea, realizando recitales en el frente y hasta ayudando materialmente, creía que la actitud de los que se quedaban en la retaguardia tenía poco de combativa. Si tenemos en cuenta que la gran mayoría de intelectuales y artistas apoyaban la causa republicana, incluso de fuera de España, que se celebró un Congreso de Intelectuales Antifascistas con tal causa como bandera, que pensaría Miguel Hernández de la situación que hoy se produce, con un arte dominado por la mercadotecnia a todos sus niveles.

Desde que en los años sesenta las vanguardias sociales y artísticas empezaron a retroceder, en que la industria se ha ido haciendo con el monopolio casi total de los diversos campos creativos, la entrada en el siglo XXI por parte del mundo artístico está dominado por la falta de ideas, la incapacidad de transgresión y el servio a un público adocenado. Las vanguardias ahora son modas efímeras que buscan pronto el cobijo de los dos refugios fundamentales que hoy se dan: El de papa-estado por un lado, el de la industria comercial por el otro. En ambos casos el dominio del posmodernismo los conduce a un mismo fin: adecuarse a un discurso acomodaticio con la realidad existente, no perturbar, no hacerse preguntas, vivir en un placido limbo aunque sea vestidos de malditos. Porque lo cierto es que hay manga ancha, que la capacidad de asimilación es más sibilina que nunca. Hasta los grafiteros y raperos, artes emergentes y casi clandestinas, se les pone alfombra roja.

Vivimos en una sociedad en crisis de valores sociales, políticos, culturales, personales... con el vacío como mayor emblema, en un cruce de muros caídos y muros invisibles, donde el caos lo domina todo, pero ese caos es ordenado en las pantallas de los tecnócratas que saben de el mucho más que los artistas. No en vano son ellos quienes dominan el discurso y las ideas. Son los dueños del producto y de cómo se produce, de cómo se distribuye, de quien lo escucha y como lo escucha, los que moldean el gusto para ver como se lee un libro o ve una película.

En el pasado los burgueses pagaban con un algún espíritu filantrópico a los artistas y hasta cierto punto se dejaban influir por sus ideas. Hoy pagan para que hagan lo mismo, pero son ellos los que dan las ideas y a veces hasta crean al artista. El Miguel Ángel actual no impone sus pinturas a la curia eclesiástica, sino que debe acomodarse a lo que los sistemas modernos le imponen en un croquis del que no pueden salirse. Y si no lo hace siempre existe otro Miguel Ángel a la cola. Ante esto, ¿cuál es el futuro del arte? Debo reconocer que soy escéptico o pesimista, el arte subversivo, ni siquiera el crítico, gozan de buena salud. El capitalismo ha sabido crear una maquinaria de hacer chorizos y venderla como industria cultural. Lo peor del caso es que compramos chorizos como arte de vanguardia y ni siquiera nos enteramos. En una época donde más personas y sectores sociales tienen acceso a la cultura y el arte, mayor conocimiento, posibilidades inimaginables, hemos retrocedido hacia la vanalización y la estupidez.

La democratización del arte está siendo demoledora. La masificación del producto creativo mediante el consumo o incluso con la moda de las votaciones, está haciendo florecer los productos más nauseabundos. Se podrá echar la culpa a las campañas publicitarias y la televisión, pero eso se ha terminado convirtiendo en un discurso fácil aunque lleve parte de razón. De la imaginación al poder hemos pasado a la muerte de la imaginación, al menos como se entendía escrita en aquellos muros. Es cierto que su valor sigue existiendo en mayor o menor medida, la pulsión creativa, pero no deja de ser una gota de agua en el inmenso océano de la producción capitalista. No sé cual es la alternativa, cuales son los caminos, si es que existen, sólo que militar en la belleza, quizás sea la única forma de que el arte del siglo XXI no sea un producto de consumo más en un mundo adocenado.

Cortesía de ArgenPress, Cultural

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Néstor Barreto (Puerto Rico)
una teoría de las neosavianas
una teoría de las motivaciones


milton
una exploración del sustrato teratropizado

un clisé singular
un cuervo

mi primer amigo el cuerpo del machismo
junto con otis por el otro lado

¿qué me pasaba?
una teoría de l@ únic@ como un coro

con aquella nota
tatarabuela de ésta

una teoría del ser dios nos perdone
el hastío como suspensión

la cobija devuelta a su fundamentalidad
a riesgo de un racionalismo de texto

una teoría errada de la libertad chupada hasta el palito
una constante

ebullición pero en
el cráter vecino

un silencio browniano
capaz de capar

un ejemplo un abrir y cerrar de ojos
una mueca de qué más

un decir a la manera
de los sin fe algo capaz

de tocar fondo
sin aire

eche bobi doris nidia
una teoría del bienestar [antes del accidente]

de l@s posibles entonces
un mundo pre iván pre pureza salpicada de traición

a la riopedrense
una teoría de la frialdad risible por lo defensiva

y un grado en actuación con desempeño distinguido
en l@s irresponsables una obra de la que sigue siendo coautor[a]

reprimo una carcajada
por no desentonar y porque nadie se reiría conmigo

yo creo
de semejante firmeza

me dejé de chiquilladas cuando ingresé en la torre
ahí fui parte de algo que no sé lo que fue

todavía la intensidad era tal y el dolor no dominaba
y era a tal grado invisible que llegué a llorar

ya estoy acostumbrado y llorar cuando ocurre es rara vez
algo me puede estar esperando

casi seguro de que mi práctica sería más significativa
en el campo de lo simbólico

cuando me vi en jaque y cuando vi las consecuencias de las salidas
tuve que preguntarme ¿se explica o voy a tener que doblarme?

tuve que sacarme de la manga un as o un comodín o algo
y mira la suerte que tuve

la flora y la fauna del campo de lo simbólico su geología y clima
así me las aprendía las enseñaba torpe como pocos

le saqué belleza a lo rudo nunca le vi la tostada al blanquitismo
el ocaso de mi deseo es el sueño erótico del equivalente al de tres faunos

pregúntale a cualquiera si no me supe escurrir
no la he cagado tanto [pero no estoy tan firme]

no busques referencias
cuando me tienes al frente

casi posibilidad del lenguaje
me preocupa que no [me][te] haya tocado

espero el alud en cuaquier momento
trato de mantenerme en la falda pero también depende

prefiero que me pienses mal guía
a que confío en la oración

hubiera querido haber vivido en un mundo de ideas originales
y el poema se presta

hablando en el fondo están los días en que eran indistingibles las cosas vivas
de las no [días de horribles hendiduras que aun no sanan] cuerpos ramírez

de cinturas altas [faltos de registro] y este es el dedo que se quema
en la insania del punto hazmerreir hasta de los culones

cuentan lo que saben [no dominan] y a mí es que me roban la cartera
de tu culpa el diagnóstico es reservado [ha caído hasta el río]

sana sana culito de pana si no sana hoy se considera traición
ya habían hecho esa película [sin peces] ahora pactan

quizás firma con nueva jersey [el clima corta]
pasa lo mismo que ahora [sin besos]

una teoría se solapa a otra
y por supuesto no se conocen todas

la de la fosilización define el resultado tratando de reducirlo
a huellas sin contenido y se riega

estoy en contacto con el deterioro del futuro
por lo que hace tiempo no lo uso

tengo el sabor tengo la broca tengo en babor la proa
cuando menos lo espere estoy seguro que reaparece

me lo ha hecho antes
no hay ninguna razón

una teoría del diseño diseño es valoración
colocación es topología creación topogénesis

puede que igual no sea indiferente [está por probarse]
yo lo que sé cabe aquí sin problema

una teoría de la jerarquía del espíritu vs el panismo
tirad@s sin pensar [hech@s con el rabo]

la palidez la soltura la sensación de algo aparte
la trompa hace años alejada del caramelo

pasando ahora el guayacán ahora aprehender
lo que es firme

en la recua de l@s más desgraciad@s
¡qué costumbres cumbres!

qué bruces hechas para caer de
que va a explicar libertad para qué

pero ni empieza
el elefante se hace trizas antes casi de ser

recordado y nos vemos las vejeces en la cara
mira a este desgraciado y trata de no aprender del

su par que no se puede
su reiteradamente negada ferocidad

[con su teoría de ponerse fuerte brotándosele del escote]
se va aponer a creer en curas a estas alturas

llamad@s lo que no se recuerda [ves lo que irrita]
una teoría de la disposición [pólen burocral]

bajo su fronda centellea de nuevo
igual le pega el dedo [mira de donde viene]

conciente de que una cosa es orbitar otra muy diferente es no tener
qué querer

yo soy de la opinión cuando la opinión hace conmigo lo que siente que necesita
yo no dejo a ninguna opinión mandar en mi masa

encefálica y trabajo en placeres secos corrientes y aéreos porque son los
que mejor van con mi carácter

me cansé ya de tratar de personificar a alguien mejor
tanta generalización no se sabe en que teoría se origina [te la digo: de la textura]

van de la mano pulpa y marca que halles sentido es una casualidad complicada [pero no si lo animamos todo]

trama urdimbre madeja malla
parecería un culto al lienzo por el lienzo mismo

pero y si yo estuviera escribiendo así [simulando la coexistencia]
y tuviera una teoría de la sinceridad un pie en el bote

de lo real como no haya sido visto [bueno ahora]
un paso en la dirección imprevista una vuelta a lo bobio

que escondae o no que manifiestae o fallae
que tú entiendas o no [¿apareciste?] hoy

una desorientación engañosa una soprano fañosa
un cargo que hubo que inventar un discurso de repuesto

viendo que el que usas pistonea
un tubo por el que corre un alma con culo

un día verde total que se derramará devorado por lo
mejor de dos mundos

tirad@ en los canjes a ver si sobrevivía
una teoría del récord[ar] que no todo lo que brilla es oro

ni lo que apesta
estiércol [una teoría de la transitividad]

si ahora tú estás en el parque yo no juzgo
tu indigencia

yo también tuve mi teoría de alejarse
y he experimentado el interminable día por fin desplomarse

o sea que puedo formar mis asociaciones
casi sin esfuerzo

con una teoría contraria a la tapadera

un discurrir de ecuador
cuando se sabe bien que de ecuador no tengo el vuelo

aún una teoría de la vehemencia y un tono que persuade
cuando no irrita

y postra al sentido que piensas porque hablóte y demuestra
lo que no creí a veces lo que no ví

hasta que era tarde [sólo para mí] que inventé falsas indiferencias
para paliar

una parianía efectiva todo ajeno todo ya hecho todo ya asignado
todo estamentado por reinos

yo no digo nada tengo una teoría al caer [y otra en planes]
teorías de la rompedera

poema. una teoría de las neosavianas . de silencio . nb . 2010 [fabricándose]

[BIOS: Néstor Israel Barreto Alvarez. Poeta, Arquitecto de Información, 24 de mayo 1952, Santurce, Puerto Rico. Estudió Literatura Comparada en la Facultad de Humanidades de la Universidad de Puerto Rico y Pintura en School of Visual Arts en Nueva York. Ha laborado en Quimera Editores, Centro de Investigaciones Urbanas CARIMAR y en la Escuela de Artes Plásticas en Diseño Tipográfico Digital. [...] Poesía: Eva, Romances, seudorromances y seudoseudorromances metropolitanos, 1984, Imago, Sicoramas, Mensajes y Aforismos, 1986, Alas de Perro Cocido, 1995, Legión, Poema 2006 Pánico, 2001, SÍ, 2006. Ver:
Néstor Barreto }.

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Fanny G. Jaretón (Argentina)
Jungla


«hay destrucciones necesarias»: Arthur Rimbaud

Mon es monosílabo
un mono sapiens que no sape nada
de nada
y otra vez mono aprende al revés
mono quiere manzana de mano mona
mona de mono es muy mona
monona la mona
pensando en monito bananadel
banana mono no tem carozo
carozo de chañar muito ben in climadulterio mona
hormona mono gusta hormona mona
homónima mona de ese animus anominus
memononamemoriona límbica... piter piter y can trepus
erectus
para mona
mon mon mormodesmorona mona contra el contrafuerte fuerte de mono
calentomonimus homónimo mono hieronimus bosch mono in mano mona
maniatado mano mono sin mona
mono querer mona
banana mono para mona
mono hipogluslenguamonima para curalemonticulus
monasmoras de almamora la mona tumona
mimona mimosa mi mona
monamour tu mona al monomasmono del parnaparaisomontado
en el montemonticulos de amormonitus
amortiguá tu mono
desbocamonado
enloquemonecido
tu mano en tu mono
mano a mano
en mon pen di del
tam tam tam tambores de deseo en la selva de tardanzaramono
tam tam tam
taquicorazón de mono por mona
tam tam tam corazón de mona
pétalos tam tam tam pétalos tan tan tan pétalos mona
mono mancha mona
liana tam tam tam bien muy bien como enseñar mono
liana de mono para diana la mona
tam tam tam bien mono-loco-motora por mona
montando mona
mono montando
mona montando
a -mon-tonando
mono remenda mona
zurcida mona al pingo mono
mono caballo salvaje
mono león
monoaural mono
monoleon monoleonperro monoleonjauría
mono rugido león mono hombre lobo mono mandala
mandala de manos monos
ritmos de tam tam
gongo gongo gongo
olfato omonotopéyico al woi
África mía África mía África mía
al son son mono-Son Ser del tam tam.

En Colaboradores / Fanny G Jaretón / Alas para volar

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Alejandra Pizarnik (Argentina, 1936-1972)
Frags.


cuidado con las palabras
(dijo)
tienen filo
te cortarán la lengua

...

no tientes a los ángeles de las vocales
no atraigas frases
poemas
versos

Fragmentos de: Árbol de Diana (1962)

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Fronteras inútiles

un lugar
no digo un espacio
hablo de
qué

hablo de lo que no es
hablo de lo que conozco

no el tiempo
sólo todos los instantes
no el amor
no

no

un lugar de ausencia
un hilo de miserable unión.

Alejandra Pizarnik

<><>

Sous la nuit

Los ausentes soplan grismente y la noche es densa.
La noche tiene el color de los párpados del muerto.

Huyo toda la noche, encauzo la persecución y la fuga, canto un
canto para mis males, pájaros negros sobre mortajas negras.

Grito mentalmente, me confino, me alejo de la mano crispada,
no quiero saber otra cosa que este clamor, este resolar en la noche,
esta errancia, este no hallarse.

Toda la noche hago la noche.
Toda la noche me abandonas lentamente como el agua cae
lentamente. Toda la noche escribo para buscar a quien me busca.

Palabra por palabra yo escribo la noche.

De Textos de sombra y últimos poemas, 1982

Alejandra Pizarnik: Biografía y poemas

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Charles Baudelaire (Francia)
Canto de otoño




Vida de Baudelaire: Sus calaveradas horrorizan a su familia burguesa, especialmente al probo militar que es Aupick. A pesar de que su padrastro le apoya, rechaza entrar en la carrera diplomática. No quiere ser sino escritor... Para alejarlo y librarse de este joven conflictivo, su familia lo envían a Calcuta, pero Baudelaire, nostálgico y enfermo se detiene en la Isla Mauricio y regresa a Francia... En 1842, nuevamente en París, entabla amistad con Thèophile Gautier y Thèodor de Banville... Reanuda su vida bohemia y ejerce de dandy. Vuelve al ambiente de los bajos mundos. [...] Baudelaire escribió sus primeros poemas a la vuelta de su viaje del Caribe aunque en un principio se dedicó sobre todo a la critica artística. Fruto de esto fue la publicación en 1846 de algunos de sus ensayos, llenos de sensibilidad y de penetración, bajo el titulo de Los Salones. [...] Descubre la obra de Edgar Poe, que muere poco después y a quien no pudo conocer, a pesar de considerarle su alma gemela. Poe se le asemeja, y, durante diecisiete años, va a traducirla y revelarla. Así comienza a ganarse el reconocimiento de la crítica. [...] Conoce a Marie Daubrun, muchacha bonita y honesta, actriz del Teatro de la Gaîte, que sostiene con su trabajo a su familia. El poeta sentirá por ella un amor platónico o una amistad idílica. Le dedicará el poema Canto de otoño. [...] Cuanto escribió hasta su muerte no sobrepaso este trabajo, Las flores del mal, son solo un complemento a su obra. [...] Empieza la época de sus enfermedades que durará hasta su muerte. Sufre trastornos nerviosos y dolores musculares. Se ahoga, sufre crisis gástricas y una sífilis contraida diez años antes reaparece. Para combatir el dolor, fuma opio, toma éter. [...] Nervioso, enfermizo, arruinado y desconocido, unido siempre a su mulata alcoholizada y luego parapléjica, Baudelaire arrastra una vida de fracasado... Miserable y con sífilis, su existencia es una gran ruina. Su salud está ya completamente minada y en 1866 sufre un ataque de parálisis general que lo deja casi mudo. Su madre viaja a Bruselas y de regreso a París interna a su hijo moribundo en un hospital. [...] Paralizado, mudo y medio imbécil, sobrevive varios meses hasta que el 31 de agosto de 1867 muere tristemente a los 46 años, en brazos de su madre en el mismo hospital en el que estaba ingresado. Fue enterrado en el cementerio de Montparnase, junto a la tumba de su padrastro, a quien siempre odió. [
Extracto biográfico]

Canto de otoño

Pronto nos hundiremos en las frías tinieblas;
¡Adiós, viva claridad de nuestros menguados estíos!
Escucho ya caer con resonancias fúnebres
La leña retumbante sobre el empedrado de los patios.

Todo el invierno va a penetrar en mí ser: cólera,
Odio, estremecimientos, horror, trabajo duro y forzado,
Y, como el sol en su infierno polar,
Mi corazón no será más que un bloque rojo y helado.

Escucho temblando cada leño que cae;
El patíbulo que erigen no tiene eco más sordo.
Mi espíritu se asemeja a la torre que sucumbe
Bajo la arremetida del ariete infatigable y pesado.

Me parece que, mecido por este chocar monótono,
Clavarán con gran prisa en alguna parte un ataúd,
¿Para quién? —Ayer era verano; ¡he aquí el otoño!
Este ruido misterioso repercute como un adiós.

II

De tu lánguida mirada amo la luz verdosa,
Dulce beldad; pero hoy todo me es amargo,
Y nada, ni tu amor, ni tu alcoba, ni el hogar,
Valen para mí lo que el sol radiante sobre el mar.

Y sin embargo, ámame, ¡corazón tierno! sé maternal
Hasta para un ingrato, aún para un perverso;
Amante o hermana, sé la dulzura efímera
De un glorioso otoño o de un sol poniente.

¡Breve tarea! La tumba aguarda; ¡Está ávida!
¡Ah! Déjame, mi frente posada sobre tus rodillas,
gustar, añorando el estío blanco y tórrido,
Del otoño el destello amarillo y dulce!

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Liliana Varela (Argentina)
Carta a Baudelaire


Bs As. 9 de setiembre 2010.

Mi querido Charles:

¿Te preguntarás el porqué del querido el porqué de la lívida hipocresía de osar equipararme a ti, del ansía de acercar incongruentes líneas de tiempo sólo para que las podredumbres de nuestros jardines se fusionen.

¡Pregunto y mi osamenta no responde! ¿Habré de creer que el calificativo previo a tu nombre me fue entregado entre pesadillas por los demonios que me habitan y no perdonan el latido de esa roca que me inunda de la vida que no
quiero?

Poco importa la fuente cuando los ojos son cuencos vacíos.

Heme aquí… buscando olvidos en los etílicos vahídos que no logran saciar la sed; cegándome la vista con tus letras cargadas de roja tinta que me hieren placenteramente.

¡Ay!, y te siento el patíbulo donde he de colgar la despreciable cáscara que arrastro como mortaja. ¡Y Me siento unida a ti con el mismo lazo de muerte con que la parca nos tironea hacia el infierno en el que Satán mismo nos es indiferente!

¡Tú, que viviste en el spleen que hoy habitan mis días! Sal del mismo infierno yofréceme el silencio con que se visten tus huesos.

¡Apiádate de la miseria en que el poeta reencarnado en Lilith implora!

Porque no hay peor oscuridad que la del luminoso discernimiento, no existe más horror que el abrir los ojos a diario con la esperanza del no poder hacerlo.

«Semper Eadem» exclamaste en uno de tus versos… quizás esculpiste con tu sangre la frase en alguna orquídea negra de tus flores del mal; da igual.

Mi Pierrot interior se inclina ante tu nombre y besa tus despojos con el mórbido encanto de la envidia.

¡No habrá necrofilia que robe el corrupto secreto de tu sapiencia!

He de sorber el opio de los días hasta que el caprichoso acto de la tumba recién excavada asile este cuerpo que ya ha muerto hace tiempo, pero aún camina, vaya a saber por culpa de qué extraña inercia.

Me despido, mi querido Charles, sin haber dilucidado el misterio del adjetivo aplicado. O tal vez sí pero aún sin reconocerlo.

Liliana Varela / Poemas / Poema oscuro X / En mis Poetas Contemporáneos / Biografías en Muestrario

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Ana Lucía Montoya Rendón (Colombia)
HAITI


Un poco de sal
la necesaria
pa que aguante la carne
carne en la calle tendida.

Una pizca imaginaria de azúcar
sobre el dibujo de una taza de café.

Un periódico amarillo en la olla de la sopa
de lágrimas anegado y adobo de suspiros
esa, la abundante comida antes que acabe la tarde.

Depredado mundo agónico
destemplada música de fondo
es el réquiem entonado por niños moribundos.

Taja el aire un responso desgarrado
que como daga punza la carne manida.

Y los cuervos...
no encontraron alimento, porque...
comieron sus muertos aquellos los vivos... muertos!

Donde están aquellos ojos tristes
que obesos siempre miran llenos de alimentos?

Por que no vomitan un plato
ese que les sobra y arrojan todos los días?

Enero 2010 /
Colaboradores/ Ana Lucía Montoya Rendón

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Marta Goddio (Chile)
Septiembre


Nadie puede quitarle a septiembre
este olor a primavera desangrada
Por sus venas abiertas
sigue andando Salvador

Nadie puede devolverle a septiembre
el trino de tanto pájaro caído
Por los cielos grises del olvido
los sigue buscando Salvador.

Nadie puede evitarle a septiembre
la rebelde turgencia de los brotes
En todo lo rojo y en todo lo verde
se hace presente Salvador.

Marta Goddio / En Blogsite de Silvia Loustau

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Nidia Tirú Torres (Puerto Rico)
A Juan Mari Bras, el Ciudadano


He tenido el honor, la bendición, de haberle conocido y admirado. Nací y me crié muy cerca de donde él nació y vivió.

He tenido la bendición de escuchar sus sabias palabras en persona y ver su ejemplo de vida, de integridad, de total entrega a sus ideales patrióticos y humanos sin tregua en su lucha por ellos no empece la persecución, la crueldad, los atentados de muerte

y el asesinato de su hijo. Seguirá siendo ejemplo de lo que es un ser excepcional y espero sea reconocido en mi patria como el prócer que más ha contribuído a nuestros derechos ciudadanos en la segunda mitad del siglo XX lo que se le es irónicamente reconocido mucho más a nivel internacional. Descanse en un lugar privilegiado querido maestro.

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Elisabet Cincotta (Argentina)
¡Ya para qué!

«los muertos no necesitan mas que su propia fosa»:
Ana Lucía Montoya Rendón

Se llevó el viento palabras
la lluvia bruñó la caricia
fue de sal la imagen

tarde la verdad
a tiempo la mentira

la herida buscó restañarse entre otras heridas
la cópula incesante no fue bálsamo ni olvido

de vuelta al encierro brotaron soledades

el sol quiso y no pudo amanecer

para qué ella se pregunta
si su equipaje quedará borrado
desaparecido el dolor
y la vida pasado

cavó su propia fosa
sólo le resta vestir la mortaja
esperar el graznido final
ya nada más necesita

Elisabet Cincotta / En Colaboradores

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Carlos López Dzur (PR)
La puerta de escape / microcuento


Un laberinto de espejos techaba el lugar. Arriba, en ocasiones, distinguía ciertas luces, formando letras y símbolos. Como quien lee un letrero de neón, figuró cómo relampagueba el mensaje; MAAT. En otras alturas luminosas y círculos profundos, creyó leer Wyrd. Y aún, Heirmarmene. O la palabra Destino.

El era criatura sintiente, con poco entendimiento; pero, estaba sola, rodeada por muros rugosos, pasillos repitiéndose en arreglo sin límites y, para tentarlo escaleras para que suba a puentes levadizos, con sigilo de sus pisadas. A ratos descubría oscuros abismos, sepulturas y, ante el riesgo del desequilibrio y caer y matarse, buscaba un rincón y dormitaba, dizque que por ahorro de su energía. El laberinto, a pie pelado, parecía un arenal con abrojos o pedazos de pizarral o lajas cortantes. «Mejor ni caminarlo», meditaba.

En el lugar hay puertas falsas, con paredes, obstructivas por destino. «De aquí no saldré jamás. No hay escapada», aseguró; aunque se sabe observado por quien lo alimenta día a día para que siga vivo. Y aunque no es agradable vivir así, cautivo y solo, él come. Hambre no pasa y se cree listo, subsistente por comer y beber en este laberinto. Ha estado preso y van años de confinamiento, injustificado proceso, porque no sabe el delito. Ni cómo llegó allí ni cuándo ni por qué... Y en este sistema, o este cosmos, sólo existe Otro Ser que emite su voz y da Su Nombre, Hashgaja: Divina Providencia, pero, ¡qué terco el preso es! Y odioso. Cuando Hashgaja le habla tan quedo en la noche, no responde. No dialoga y le dice: «Déjame dormir. Estoy cansado y aquí todo es oscuro». El reo es un idólatra del pasado y no rogará ni por más alimento a quien se dice Proveedor.

Hashgaja le ha dicho que hay un más allá del Laberinto. Le escribe en ese Cielo, semiluminoso, con que le llama a mirar hacia la Altura, los letreros de su salvación. Si dejara el Egipto personal de su pasado, si ese tiempo lo disolviera en su presente, sabría que su vida es un recuerdo que lo obsede. La prisión es sólo una memoria de su pensamiento. La luz infinita precósmica le llama. Es la única que rompería su atadura. Lo haría libre. Lo elevaría por encima de las estrellas.

Pero él, reo idólatra, redujo la Divina Providencia a la animalidad de la bestia que come, duerme y no dialoga con el Cielo profundo, el laberinto de espejos que lo techa en el medio y le dice: «Yo soy la Puerta de Escape. Yo elevo al hombre por encima de las estrellas y disuelvo el karma, la soledad y la tristeza».

Carlos López Dzur

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Cómo me declaré inmanente

«...la indivisa divinidad que opera en nosotros»:
Jorge Luis Borges

Lo primero fue hallar la zorrera
que la injusticia tapó.
No lamentarme.
¿Se puede de veras quitar el espacio,
puede alguno que haya urdido
que no saliera vivo
con mis propios pies...?

Luego respirar el aire,
e inventar pasadizos,
rascar con uñas o dientes, pero,
cavar los agujeros y que se mueva el aire
como la hormiga invisible, como lo subterráneo.

Nací en un mundo de sustancia,
esfera natural, maravillosa como es,
a la postre será mi sepultura.

El mundo es vida, pero también la muerte.
Es acierto y trampa. Mire usted:
yo hice una zorrera y hoy,
la tapiaron, quizás porque dormía y no se oyeron
ronquidos. Vaya inmanencia la de mi madriguiera.

II.

Significará que la inmanencia
me une a cosas inseparables
(la muerte alojada conmigo
como naturaleza)
y yo no dependientes de lo externo.
Yo soy e paisahe y la fosa.
Como muerto protejo la vida
y la vida es una estancia medular
de la muerte en el hueso.

Y mira lo que significará
la inmanencia, que venga otro alguien
más canijo que el Yo mismo y te diga no salgas
a buscar compañía, no salgas.

Ha de ser que la soledad es buena,
o celosa; yo recuerdo cuando anduve
fuera de mis zorreras, uno le estorba al prójimo
si no tiene algo que dar; apenas se quiere
el favor de darte en compañía.
Uno es nacido para su propia sombra.
Significará que la inmanencia me une a mí,
a nadie más que a mí.
Condenado a saber que nadie me quiso.

III. Superación de la soledad
.
Unión esencial e inseparable por naturaleza,
la inherencia ... y yo que quise ser velludo
y tener una de esas / simias / erectas / que miden
la hombría por la urdimbre de pelos y que no tienen
otro afán que el inmanentismo absoluto de lo visto
y el historicismo alcanzado de los golpes
falocrático garrote de rivales
que su amor pelean,
intrusos del medio que se quedan
con ella y con todo.

¿Significará que ya no sirvo para vivir
y la inmanencia, no trasciende a nada
ni existe alguien-ajeno a mí,
uno / a / que me amara?

IV.

Inmanente porque vivo en un laberinto
(formado por todos los desgastes de mis dedos,
confundido por toda la sangre que me cansa.
No sé que ocurrirá si quietamente espero
(¿han de querer salvarme a quienes
dije: Son los otros, trascendentes?)
no sé si vale la pena que siga
la pista de mis uñas en lo oscuro.

No sé si la vida tiene otro secreto
para sorber las estrellas; no sé si son deseos
lo que hallo en el piso,
flores bajo el pie, que a veces brillan
o a veces hincan o enceguecen.

No sé si hay orden, o sucesión, o retroceso
y, sin embargo, busco como si yo fuese
el agua, busco en el dolor de mi propia
muerte que es la que mueve mi cuerpo.

V. El triunfo

Me declaro inmanente. A la revelación
la perdí; la dejé caer, no supe dónde,
pero estoy en pie por ella.
Fue un simulacro mi abandono.
Ser inmanente es lo mejor que me queda,
asumir que tapiaron el paraíso,
para que vuelve y lo ame como
si amara a Ariadne misma.

Haré que se abra la puerta de salida.
Haré que alguien vuelva a quererme.
Que haya reciprocidad y memoria unicursal
con puerta ya jamás secreta
y que no sea la muerte en vano.
Divinidad será este dominio multiforme,
solitario, finito, del laberinto del mundo
que entretiene o mata
si no luchas.

Teth, mi serpiente /
Carlos López Dzur / Biografía CLD

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Presunción de un lector cósmico

The information of the DNA must be copied onto some sort of messanger molecule that will carry the information from the DNA to the spot in the cell... A triplet of bases along the DNA molecule...

No se imagina cómo es ver ésto a todo color. Un ser-ahí crístico. O sea, encarnar el Verbo, llevar la Mente o la Divinidad al juanete, a las uñas enterradas, a los callos, al codo... a todo lo que es llamado la Miseria y la Enfermedad, es cumplir el ejercicio mágico. O sea, donde los mares internacionales son los influjos tróficos, el agua del Helicón fluye hasta las tulangas que te comíste ayer, pero que hoy son mierda... Así es qie leo la curiosa prensa de la excreta visible e invisible. También otros nacimos cagados por la changa

No digo que yo escriba con los códigos genéticos, que me sepa el abecedario del Cosmos, pero ya sé leer... allí donde se hará una proteína, una cadena o tripleta de Padre, Hijo y Espíritu Santo, estoy de embajador gozosamente, como residente del lugar de la recreación y la alegría. El instructor, como el instruído, sino chupa para su propia delicia, en vano arrecha el pene.

A los que irán a los Lugares de Atormentados, como redentores, se les enseña un lenguaje de sabiduría. Aprenden a ver la sustancia de los sueños y a leer las tintas invisibles de la Luz, aunque sean plebeyos y prietos como los macehualli. El sabor oscuro fue primero que la imagen blanca.

Al comulgar con lugares angostos, aún feos, se nos compensa por la obediencia y se nos da la virtud de leer de la certidumbre que el Caos contiene. Hay quien no cree en la certeza de las cosas que se esperan, gente que no lee la Fe. Jamás tendrán ni imaginación ni sabiduría.

La fe es la instrumentación del codón y asunto de mecánica cuántica. La fe es creer en los movimientos de los ángeles taquiónicos. Una reserva caótica, milagrosa e impredecible. Pero ni él ni yo somos ángeles taquiónicos. Sólo somos hermanos cagados por la chingada. Somos lujuriosos empedernidos.

02-05-1982 / Cuentos para esoteristas y otras menudencias / Microrrelatos /

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Carlos Adalberto Fernández (Argentina)
El parrillero


Unas tres horas antes comienzo la preparación.

Riñones... Son grandes, el día anterior los fileteo y pongo a macerar en mi adobo exclusivo. Choricitos... morcillitas... Todo mano de obra de este servidor. Me gusta encargarme de todo el proceso, desde el de matarife hasta el de parrillero.

El de criador... Naturalmente no me es posible. Al menos no pensé nunca en encararlo. Pero soy un meticuloso y paciente seleccionador. No hay nada como recorrer los lugares de aprovisionamiento, evaluar concienzudamente las piezas posibles, imaginar los cortes y las achuras que se pueden sacar, los sabores a obtener.

Carnes... pocas pero selectas, de las partes más tiernas.

Preparo el fueguito. Nada de combustibles ni papeles impresos. Y leña de la buena, no exageremos, esa la compro.

La ejecución es aparte. Es un rito de comunión entre victima y victimario (después de todo, comés o te comen). Cuando sacrifico, y aún después cuando troceo, un vínculo sagrado nos une, un vínculo que se consumará en la ingesta. El bocado y el comensal se funden en el acto sagrado de la parrillada.

Tengo clara conciencia de ello; tanto que los sobres que pongo en la heladera (es un decir, tengo un maquinón de 20 pies y freezer independiente) tienen su etiqueta donde constan los datos que describen las características, siempre intransferibles, de la pieza. Digo etiqueta, pero no menosprecien. Hace referencia a una ficha, detallada y extensa, de lo que pude recabar desde la selección en la granja, la captura (no vaya a creer, no es una simple adquisición tipo Me llevo ésta, envuélvala para regalo), es incierto y peligroso, un día me tropecé con otro parrillero intentando apropiarse de mi selección, me propuso partir los trozos, pero mi sacerdocio no es comercializable.

Esparzo las brasas, separo alguna para el fuego muletto, pongo la parrilla y encima los primeros trozos. Lo hago a lo grande, para solemnizar el acto, pero a no olvidar que soy el único invitado.

Y, naturalmente, el de comensal. Exclusivo. Sólo yo disfruto del producto de mis virtudes artesanales, yo diría artísticas. Aquí entro al altar. Con cada bocado releo la etiqueta y su correspondiente ficha. Es como si intentara aprehender y absorber el alma del ser en deglución. A veces me pregunto si el alter ego, que lo es en ese momento, vive lo que está pasando por mi glotis, y participa del mismo karma.

Cumplidas todas las etapas y puesta la mesa, con un buen vino descorchado, ya es el momento de comenzar a...

Una violentísima explosión derriba la puerta de acceso e ingresan al patio varios policías acorazados y fuertemente armados. Sólo un gesto del parrillero, levantar la mano en la que sostenía el cuchillo, para cubrirse más que otra cosa, y una andanada de plomo lo agujerea como para que la sangre pueda elegir el camino de salida.

El Principal se acerca lentamente, lo tantea con el pié y dice:

-¡Puta que costó encontrar al caníbal de Almagro! ¡Por suerte el nuevo vecino nos jodió tanto con el olor a parrillada que nos hizo sospechar!

Bitácora / © Carlos Adalberto Fernández

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Maritza Alvarez (Chile)
Mi comienzo... o mi destino


¿Y cómo acabé en este lugar?
No lo sé…

Rendida estaba yo a tu rostro
a tu risa y tu talante
y de manera tan sensiblemente descriptiva
a esa manera provocadora de acercarte

No soporté tu aliento en mi cuello
sólo sentí como el fuego se elevaba
de mis pies a mi cabeza
fue como un azote!
trastornando mi alma por completo

Poderoso tú entre los mortales
te negué en mi mente tantas
y tantas veces
pero ya ves…aquí me tienes
esperando de ti
tus caricias y tu arrojo

Mujer sin voluntad me descubro
y simulo delante tuyo
geminiano ser de doble ánimo
tu alter ego se eleva nuevamente
dejándome tirada en el suelo
después del amor…

Estoy pensando y sintiendo
si tus besos y caricias…
si la hoguera que arde en nosotros
cuando nos amamos…
si el sentirme más mujer que nunca
en tus brazos y en tu piel…
valen los momentos desoladores
que vivo, en momentos como éste

Cómo acabé en este lugar!…
No lo sé…

<>

Pájaros libres

Pájaros libres son las lágrimas
que resbalan de una canción
de un sentimiento que abortó
de la noche que pasó

Pájaros negros que se meten en el alma
buscando bocados de susurros
granos indigestos que atorarán los sueños
interrumpirán las luces
y acabarán en un pañuelo

<>

No soy

Como no soy lo que tú crees
déjame ser lo que ya soy
a qué mostrar una mujer distinta
si en la noche de luna asomo transparente
y nada puedo ocultar de los astros

Como ya te he dicho lo que soy
en todas las oportunidades que he podido
no quiero inventarme una mujer distinta en la mañana
y deshacerme de ella cuando anochece

Como puede venir la desventura del desaliento
y la desilusión resbalando de tu boca y de tus ojos
quiero mostrarte lo que soy en la grandeza de mi ser
y mostrarte el modo en todas mis pequeñeces conscientes

Como no soy lo que tú quieres
me abrocho el calzado y me voy
sembrando mis caminos para no pasar hambre
Caminaré irreprochable para mi misma
y en las estaciones de trenes me dormiré

Como no soy lo que tú necesitas
te dejo mi traje de enfermera siempre dispuesta
que puede volcarse cien por ciento a tus carencias
que puede hasta escuchar día a día tus canciones
sin cansarse, pero lo que olvidas es a veces se gastan
en melodías que entumecen en el frío del desatino
y desafinan en la desatención a mi alma

Pero como para ti todo eso está muy bien
me voy porque no soy lo que tú crees
no soy lo que tú quieres
ni soy lo que necesitas

<>

Érase que se era

Érase que se era unos amantes
que doblados del frío de la vida
de la escasez de roces
de la escasez de ternura
intentaban hacer calor
día tras día
vez tras vez
esperando las sombras
alquilando cuartos
con el peso del mundo sobre ellos

Érase que se era la locura
que cubrían las sábanas y las paredes
su mente no era libre
(la de ella)
día tras día
vez tras vez
esperando no sé qué del alma
(la de él)
respetando tiempos de stress
con el peso de sus miembros sobre ella

<>

El arte de pertenecerse

Pedacitos de vida que van creciendo
mezclando los amigos humanos
con los otros...

Prolongaciones vuestras al reconocerse
vida a vida, y piel con piel,
cada día el arte de pertenecerse

Yo llevaré una rosa...
hay que esperar
que todavía hay tiempo
hay que perseverar

Pedacitos de existencia, Dios mío!
en mis pupilas vespertinas
siempre juntos, aunando fuerzas
para levantar la vida
esa vida tuya que se iba
se iba
enfebrecida de cariño y la tarde que dormía

Y nuestras complicidades,
y la calle,
y la tarde,
y pedacitos de amor,
repartidos en los días.

Yo llevaré una rosa.
Hay que esperar,
que todavía hay tiempo
Debemos perseverar.

Maritza Alvarez / En Colaboradores

<>000<>000<>

3 comments:

  1. Muchas gracias por la publicación.
    Abrazos.
    Maritza.

    ReplyDelete
  2. Felicitaciones Maritza Álvarez, tu poesía tiene la fuerza del huracán y la ternura de una gacela.

    Ian Welden.

    ReplyDelete
  3. Felicitaciones amiga!
    Otro pasito dentro de tu bello andar poético.
    Un abrazo de tu amiga manchado que, se demora, pero siempre sigue tu ruta!

    ReplyDelete