Sunday, August 22, 2010

Agosto 15, 2010, Núm. 66, Orange County

CONTENIDO 66


Olivier Herrería Marín
Textos y poemas / Frags.

Gabriela Mistral
Decálogo del artista

Ana Lucia Montoya Rendón
En humilde coloquio con un divino
Propongo, Dispongo y D/vago

Felipe Giménez
Lecciones sobre Unamuno (1864-1936) / Frag.
La intrahistoria, el conocimiento y la agresividad

Miguel de Unamuno
Vendrá la noche / poema

Carlos López Dzur
La creencia que vale
La fe que me gusta
La esencia de la verdad
Frag. De la abundancia, la vida y la fe

Ramón Aprendiz Fontanero (Argentina)
Mística


Julia del Prado
Humo / microrrelato

Josemanuel Maldonado Beltrán
Al filo de babel

Fanny G. Jaretón
Inmortal
De qué
Anverso

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Olivier Herrería Marín (España)
Textos y poemas / Frags.


Si quieres saber que soy, Manuel, [1} te lo diré bien clarito para que me entiendas: Soy Olivier, el olivo, fui engendrado por Olivier y Domitila, e intento SER siendo yo mismo, no pelota ni apéndice, ni vasallo, ni lame culos de nadie. Soy ATEO y como Presidente de Poetas de la TIERRA y Amigos de la Poesía (POETAP) busco que nuestra
Carta fundacional - Poetas de la Tierra sea el reclamo y bandera de los poetas que antes que poetas fueron y son niños yunteros y CIUDADANO del Mundo, personalmente soy eco-pacifista, humanista de Erasmo de Róterdam, defensor de los derechos humanos, los derechos de los niños, los derechos de los Pueblos Originarios, los DERECHOS de todo ser humano, que por serlo, es ya SUJETO de derechos, sin olvidar las DEBIDAS OBLIGACIONES de TODOS y cada cual, con nosotros mismos y con los demás.

Te diré que mi único Dios es la LIBERTAD y mi Amor la SOLIDARIDAD, que habiendo sido un crítico y disciplinado dirigente del Partido Comunista de España (PCE) desde 1.971 hasta Octubre de 1.980, rompí “amistosamente” con mis camaradas para seguir mi propio camino sin pasarme al PSOE por excesiva pudor y respeto a la rosa, por fidelidad a mi mismo, por ética política y dignidad. Te diré, deje hace 30 años el PCE sin pasarme con mis armas y bagajes al bando contrario, y al no existir Internet, Nube Roja se retiro a la reserva para contemplar las estrellas y seguir soñando en los valles y los montes sin cercas ni alambradas.

Dices que soy extremista, me pregunto ¿Si acaso sabes lo que dices? Te precisaré que si comulgara con ruedas de molino y en lo social, cultura y poesía, me integraría activamente en un proyecto de centro izquierda, pero no tengo estomago para tragar sapos y víboras, no creo en los cuentos de hadas del centro derecha, y sé por mil experiencias contrastadas, que a la hora de la verdad, los de centro, derecha e izquierda, por El Miedo a la Libertad, por convivencia, intereses económicos, simple incapacidad y cobardía, salvo aquellos que tienen alma, reaños, y lo que hay que tener, conciencia cívica, vergüenza y dignidad, hacen dejación de sí mismos para esconderse como los topos o besar el anillo cardenalicio y ponerse del lado del sol que más calienta.

No creo en ningún dictador no me fio de los uniformados que desfilan marcando el paso de la oca no comulgo con ningún ordeno y mando, pero tengo las cosas y las ideas muy claras amigo Manuel, y en el contexto actual y el escenario de la política nacional y la geopolítica mundial, sé lo que soy y lo que no soy. Sé cuál es mi sitio, yo no reniego de mi familia, mi pasado y mis orígenes, no me llamo Zoé Valdés ni Álvaro Vargas Llosa, no me prestó al juego sucio de los anticomunistas y anti socialistas que ejercen de putas y de gigolós de las Multinacionales, fieles propagandistas y mercenarios del PODER del Imperio. Y tal como funcionan hoy los partidos políticos con cierta capacidad de movilización y de aceptación en las urnas, conocidos ya sus programas y esquemas organizativos, no me interesa ningún partido y me declaro apartidista, que no apolítico.

Pero no dejaré de votar y sin ser nada extremista, mi voto (por higiene democrática) irá invariablemente para la izquierda crítica y alternativa que busca su camino para hacerse un espació en la sociedad y en los foros de debate y organismos políticos dónde se toman más mal que bien las decisiones. Y así será, salvo que un día por verdadera necesidad histórica, tenga que volver a ponerme las pinzas en la nariz y votar a cierta izquierda tradicional que se muestra tan inepta en lo comercial para alentar y dinamizar las bases y los resortes de sociedad productiva, abriendo mercados para crear más riqueza y trabajo como para poder reinvertir y repercutir parte de esa riqueza en lo social, correctamente, empezando por la cultura, enseñanza y sanidad.

Frag. de «Réplica a Víctimas del oro rojo», por Olivier Herrera Marín. Fragmento tomado de la red grupos-bolivia.

CALVINO Y TORQUEMADA

Sin los dogmas, sin las religiones,
Nadie hubiese muerto por la fe y el fuego,
Por la espada, el frío y el hambre.

Nadie moriría en Etiopía o en Somalia,
En Harlem, la India y en Bangladesh
En Tokio o las puertas del Vaticano.

Sin los dogmas, la religión sería nadie,
Los calvinistas no hubiesen salido de su cantón
Ni asesinado a Miguel Servet.

No hubiesen conquistado el Mundo
Ni tomado el poder, el oro y el control
De la Unión, de Chicago a Leningrado

No dictarían su ley desde la Casa Blanca ,
A la Casa de la Moneda y la Casa Rosada.
No impondrían su Estado Teocrático
Al Kremlin, a la ONU y al Mundo.

Sin dogmas, sin iglesias, no hubiesen existido
Torquemada, ni la Santa Inquisición.
Ni agonizarían los bosques de Europa por la lluvia ácida
Y la selva Amazónica seguiría siendo la SELVA

Sin dogmas, sin iglesias, la humanidad hubiese recorrido
la senda de los elefantes, el camino de las estrellas.
Nuestras naves siderales irían y vendrían
Desde los confines del espacio exterior.

Julio Verne, Goya y Pasteur,
Marx y Engels, Lenin y Trosky,
Hubiesen nacido en Babilonia
O en Petra antes de la era romana.

Hoy toda la luz sería solar,
El cáncer y el sida, el dolor
Y las enfermedades coronarías
Serían reliquias del pasado,

Tema para las tesis doctorales
De arqueólogos y antropólogos,
Como lo es la cultura Maya
Y la momia de Tutankamon.

Sin las religiones y sus dogmas,
La tierra seguiría siendo el Edén.
Ni Cesar, ni Calígula, ni Nerón,
Ni Hitler ni Franco ni Mussolini.

Ni Truman ni Stalin ni Breznev,
Ni Nixon ni Reagan ni Bush
Hubiesen tenido las coartadas,
Los apoyos morales y legales.

El poder de comprar, vender y matar
en nombre de su Dios, su orden y su ley.

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LA VIDA ES EL VALOR

Enseña la vida y enseña, que la vida
Es el don más precioso, la vida es el valor.
Y si la comida se la da a un perro,
Antes es el humano sea cual sea su condición.

Enseña la vida que nadie
debe morir de sed y de hambre:
«Dad de comer al hambriento»,
«Dad de beber al sediento».

Enseña la vida y enseña,
Que el maná no cae del cielo.
«Ganarás el pan con el sudor de tu frente».

Enseña la vida y enseña
Que la mejor política del gobierno contra el paro
Es darles a los parados las tierras baldías
Y todos los medios para trabajarlas.

La vida enseña y enseña
El Estado debe apoyar la iniciativa privada
El esfuerzo y la creatividad personal,
El afán de superación social e intelectual.

Debe apoyar la voluntad de crecer y Ser
Y las ganas de vivir y trabajar.
El trabajo seguro y la paga del asalariado,
El riesgo y el crédito del empresario.

Enseña la vida que repartir la pobreza,
Si no es por cuestión de supervivencia,
Es tan solo crear dependencia,
Es alimentar y acrecentar la miseria.

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III. LA VOZ Y LA DIGNIDAD

Enseña la vida y enseña
que a los parados de larga duración
hay que darles un buen pico
y una buena pala, el capazo con el pan,
un puñado de almendras e higos secos.

Dos tomates, una cebolla y dos sardinas
Un poco de vino tinto y toda el agua
para que limpien a diario los bosques
y repueblen los montes quemados
con encinas y pinos mediterráneos.

La vida enseña y enseña
que habrían menos jetas espabilaos
si los políticos fuesen trabajadores
humildes y honestos, responsables,
demócratas, sencillos y capaces.

A los que la escuela de la vida
les hubiese dado de por vida
la prudencia y la vergüenza
El conocimiento y el sentido común
de respetar el 5º y el 7º mandamiento.

Políticos con memoria histórica
respetuosos de sus hijos y sus padres
de los huesos de sus muertos.
Políticos incorruptibles, fieles a su pueblo
y celosos guardianes del Patrimonio Nacional.

Políticos que les diesen a los aceituneros altivos,
los medios para vivir y recuperar su dignidad
que la vida enseña y enseña;
la limosna del SEÑOR en la puerta de la iglesia
O de PAPA-ESTADO es la política del Vaticano.

Olivier Herrería Marín



La Asociación Poetas de la Tierra «nace en el estado español con el propósito de convertirse en una ONG, y organizarse en los cinco continentes para defender los derechos básicos de la humanidad; la paz, la libertad, la salud, la solidaridad, el trabajo, la casa, la tierra, el amor y la vida de nuestra Madre Tierra con la fuerza y el valor de la palabra y el respeto a la diferencia que nos complementa enriquece y humaniza». Como grupo organizado declaran: «Que POETAP no es ninguna feria de las vanidades que aquí no se conceden títulos rimbombantes ni distinciones honorificas a los divinos/as dioses de la nada». POETAP establece unos objetivos generales y unas líneas directrices básicas de organización y orientación, las que se expresan en nuestra Carta Fundacional y Anexos 1º y 2º».

«En POETAP nadie da órdenes ni consignas ni se aceptan, POETAP es ante todo prospección, establecimiento de relaciones solidarias y multilaterales, presentación, coordinación y seguimiento de todos los proyectos hasta su buen fin en la absoluta confianza de que cada cual en su espacio y en función de sus relaciones y prioridades, tiempo y capacidad hará cuanto estime más oportuno y consideré que puede hacer, que sin duda siempre será lo mejor».

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Gabriela Mistral (Chile)
Decálogo del artista


I. Amarás la belleza, que es la sombra de Dios sobre el Universo.

II. No hay arte ateo. Aunque no ames al Creador, lo afirmarás creando a su semejanza.

III. No darás la belleza como cebo para los sentidos, sino como el natural alimento del alma.

IV. No te será pretexto para la lujuria ni para la vanidad, sino ejercicio divino.

V. No la buscarás en las ferias ni llevarás tu obra a ellas, porque la Belleza es virgen y la que está en las ferias no es Ella.

VI. Subirá de tu corazón a tu canto y te habrá purificado a ti el primero.

VII. Tu belleza se llamará también misericordia, y consolará el corazón de los hombres.

VIII. Darás tu obra como un hijo, poniendo en ella tu sangre de mil días.

IX. No te será la belleza opio adormecedor, sino vino generoso que te encienda para la acción, pues si dejas de ser hombre o mujer, dejarás de ser artista.

X. De toda creación saldrás con vergüenza, porque fue inferior a tu sueño.

(De libro Desolación) / Tomado de
BEC- VE MULTIMEDIOS / Gabriela Mistral - Decálogo del Artista

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Ana Lucia Montoya Rendón (Colombia)
En humilde coloquio con un divino


Divinidad me honrás con tu atenta respuesta. Ese conejo que creaste y que a muchos conejea. abusados quedan con cajas destempladas. Te pido no sigas al pie de la letra mis recomendaciones no vaya a ser se acumulen tus tareas, sin embargo con lo divino que eres, todo lo tienes refrigeradamente calculado. Eso si, fíjate que las 15 humanidades queden bien sembradas, pues sino, en la resiembra se jetean y salen de eso unos dirigentes chuecos, malandros, esclavistas, pendencieros, puñeteros que les da por ser presidentes de los planetas que dejan en desorden los acomodadores. A propósito de estos últimos dales alguna bonificación para que pongan bien lejos de todas las galaxias un planeta para esa especie de hediondos, fétidos, putrefactos, contaminadores, dirigentes zafios y hasta hembras que de esa especie hay.

Te recuerdo, mi turno de loca-lizada lo ejerzo gratis y muchas más brujerias...

Con mi venia para vos, don divino.

Abril de 2010

Ana Lucia Montoya Rendon

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Felipe Giménez (España)
Lecciones sobre Unamuno (1864-1936) / Frag.


Exponer a Miguel de Unamuno resulta difícil. Su obra es poco sistemática en la exposición. Su filosofía es una filosofía vitalista de lo contradictorio, irracional y vital.

Función de la filosofía: El tema de la filosofía es el hombre. El objeto de la filosofía es el hombre. La obra filosófica de Unamuno puede considerarse una antropología filosófica... El vitalismo pretende construir una filosofía propiamente vital, apegada a la cotidianidad de la experiencia humana y que someta a una crítica radical cualquier producto teórico o ideológico que se aleje de ella o que la contradiga.

El punto de partida de Unamuno es la conciencia: «El mundo se hace para la conciencia, para cada conciencia». (Del sentimiento trágico de la vida, p. 116, Obras completas, 1966, Madrid, Escelier).

El mundo es mundo para alguien, para una conciencia individual y subjetiva y carece de sentido considerado en sí mismo. [...] El hombre genérico no existe. Sólo existe el hombre concreto de carne y hueso. «Ni lo humano ni la humanidad, ni el adjetivo simple, ni el adjetivo sustantivado, sino el sustantivo concreto: el hombre. El hombre de carne y hueso, el que nace, sufre y muere -sobre todo muere».

Este hombre concreto es el que constituye el verdadero objeto de la filosofía. La filosofía es el acto de reflexión de la conciencia subjetiva de cada hombre. Esta reflexión está originada por un sentimiento que obliga al filósofo a reflexionar, pero el fruto de estas reflexiones sirve de punto de partida al lector, le sugiere, le impele a planteamientos semejantes. La filosofía debe ser un pensamiento concreto, una reflexión sobre el existir

Este sentimiento no es otro que el sentimiento trágico de la vida. El sentimiento trágico de la vida es la base de todo filosofar. Es un afán, un deseo de plenitud, de romper los estrechos límites de la existencia. Es un ansia de inmortalidad. Por otro lado es una búsqueda de fama y prestigio. Es un instinto de perpetuación.

El saber vital: La vida, la existencia es contradicción y no se deja imponer la lógica y la racionalidad. Por eso el único saber adecuado debe partir de la concreción de la existencia.

El héroe: Los héroes quieren la fama, la inmortalidad, el prestigio. El erostratismo, que viene de Eróstrato, que quiso ser famoso y quemó el templo de Éfeso. [...] Don Quijote es un ejemplo de héroe. Según Hegel es el último intento para resucitar el ideal caballeresco.

Don Quijote representa para Unamuno las siguientes cosas:
1. Es un reflejo de su propia vida y de su propio yo.
2. Es un arquetipo que encarna el espíritu de un pueblo.
3. Es una alegoría para esbozar su pensamiento filosófico.

Siguiendo a Schopenhauer, Unamuno distingue dos estratos en la realidad: lo apariencial y lo verdadero. Lo primero abarca el mundo de lo fenoménico y lo racional. Lo segundo es lo nouménico, lo irracional, oscuras fuerzas tendenciales latentes en un mundo de misterio cuyos umbrales la razón no puede traspasar.

El quijotismo de Unamuno se advierte en su frase célebre: «Que inventen ellos». Además se advierte que la temática de lo quijotesco coincide con lo esencial del pensamiento unamuniano.

En el loco (Don Quijote) el raciocinio desaparece o está muy atenuado. Esto hace que en él se presenten puros los aspectos irracionales del hombre. Por eso es el loco el tipo más indicado para taladrar en el misterio. Dicho con otras palabras: la auténtica realidad es irracional y cuanto más irracional sea el sujeto, mejor la podrá conocer.

De este modo, desaparece en el loco la oposición corazón/cerebro, fe/razón, sentimiento/entendimiento. La tragedia del hombre, la angustia, la agonía de la existencia se deben a que en él coexisten dos tipos de facultades que le presentan distintos mundos: una intelectual, que le mantiene en el mundo apariencial y otra fideística volitivo-sentimental, que le impele al mundo verdadero.

En el loco, en el hombre auténticamente loco, no existe duda, ni volición, ni remordimiento. Libre de las trabas y ataduras de la razón, se siente empujado por una fe, por una llamada interior, por una voz que le llega de lo nouménico, o de la divinidad -que es lo mismo- y le mueve a gloriosas hazañas. Sin embargo, los demás no oyen esa voz y por eso, se ríen de él. El héroe es objeto de burlas, escarnios y humillaciones. El héroe es un solitario, un incomprendido. Tan sólo eso: un pobre loco. Pero como la voz que le viene de sus entrañas también existe en los demás, aunque apagada por el estruendo de la lógica, llega un momento en el que las multitudes sienten en su inconsciente colectivo un eco que resuena a la palabra del héroe y la locura se contagia, se extiende a todo el pueblo, que sigue su llamada con lo cual la locura deja de serlo, porque el loco es un anormal, un solitario.

Si la locura se convierte en algo normal, en algo colectivo, ya no es tal locura. Don Quijote es un héroe solitario, pero es también la personficación del pueblo español, que ha escuchado su voz.

Dios: Las posturas de Unamuno con respecto al tema de Dios se pueden caracterizar como contradictorias y fluctuantes: «Mi idea de Dios es distinta cada vez que la concibo» (Ibídem, p. 162)
Del sentimiento trágico de la vida.

En Unamuno se puede decir que la creencia en Dios responde a una necesidad vital. Hay un imperativo vital que empuja a creer en Dios: la inmortalidad. La creencia en un Dios sólo se justifica desde el punto de vista de la inmortalidad del alma... Dios no es más que una proyección nuestra. Hay un cierto antropomorfismo en nuestra concepción de la divinidad. Unamuno en cuestiones de filosofía de la religión es un humanista trascendental pues considera que la religión no es más que una proyección de la esencia humana. Las distintas creencias religiosas no son sino distintos modos de reflejarse el hombre a sí mismo.

En la etapa animista se atribuye conciencia a todos los seres de la naturaleza que le rodean al hombre: «Lo mismo que un niño habla a su perro o a su muñeco, cual si le entendiesen, cree el salvaje que le oye su fetiche o que la nube tormentosa se acuerda de él y le persigue. Y es que el espíritu del hombre natural, primitivo, no se ha desplacentado todavía de la naturaleza ni ha marcado el lindero entre el sueño y la vigilia, entre la realidad y la imaginación». (Ibídem, p. 202).

En el politeísmo helénico se manifiesta evidente el proceso de humanización.

Los dioses no sólo se mezclaban entre los hombres, sino que se mezclaban con ellos; engendraban los dioses en las mujeres mortales, y los hombres mortales engendraban en las diosas a semidioses. Y si hay semidioses, esto es, semihombres, es tan sólo porque lo divino y lo humano eran caras de una misma realidad. La divinización de todo no era sino su humanización. (Ibídem, p. 202)...En lo que propiamente se distinguían los dioses de los hombres era en que aquéllos eran inmortales. Un dios venía a ser un hombre inmortal, y divinizar a un hombre, considerarle como a un dios, era estimar que, en rigor, al morirse no había muerto. De ciertos héroes se creía que fueron vivos al reino de los muertos. Y éste es un punto importantísimo para estimar el valor de lo divino. (Ibídem, p. 203

El paso del politeísmo al monoteísmo se debió, según Unamuno, a que se establece una cierta monarquía entre los dioses. Había un Dios supremo que paulatinamente va acaparando la adoración del pueblo... De este Dios único se apodera la razón, es decir, la filosofía, y se llega así a un Dios lógico, racional, el ente supremo, el motor inmóvil. Pero este Dios no es más que la proyección al infinito del hombre abstracto, del hombre no hombre. Es un Dios-idea, un Dios falso. Por eso todos los argumentos para demostrar su existencia fracasan.

Y es que al Dios vivo, al Dios humano no se llega por el camino de la razón, sino por camino de amor y sufrimiento. La razón nos aparta más bien de El. No es posible conocerle para luego amarle; hay que empezar por amarle, por anhelarle, por tener hambre de El, antes de conocerle (Ibídem, p. 208)

Este Dios deseado, anhelado, amado, fruto del sufrimiento, es la proyección al infinito del hombre concreto, de carne y hueso. Es el yo total, conciencia infinita que abarca y sostiene las conciencias todas. Este Dios al que se llega por medios no racionales es el sumo irracional.

Si reflexionamos un poco sobre este concepto de divinidad que plantea Unamuno, veremos cómo en el fondo está latente la sustitución del Logos o Idea de Hegel por la Voluntad de Schopenhauer, una fuerza de tipo tendencial que subyace a toda la realidad... Sin embargo, nuestro autor juega con dos posibilidades: o es Dios algo muy semejante a la Voluntad citada o es un simple sueño del hombre que no se resigna a su destino.

La existencia: Hemos establecido un triple plano antropológico: el hombre concreto, de carne y hueso, sujeto y a la vez, objeto del filosofar, el héroe, hombre superior; Dios como proyección al infinito de nuestro yo.... «La voluntad, saliendo de la noche de la inconsciencia para despertar a la vida, se siente como individuo dentro de un mundo sin fin ni fronteras, en medio de otros innumerables individuos, todos anhelando, penando y errando, y como después de un ensueño angustioso, se refugia de nuevo presurosa en la antigua inconsciencia». (Schopenhauer)

Unamuno es un filósofo existencialista. El hombre es un ser lanzado al teatro del mundo, situado en la tragicomedia del existir. Vacilando entre la luz del ser y las tinieblas de la nada, el sujeto se debate en lo nebuloso de la vida y se pregunta si todo no será más que un sueño.

Tomando como punto de partida la existencia, el estar ahí del hombre concreto, podemos avanzar hacia un mejor conocimiento de dicho hombre y plantearnos interrogantes sobre su ser (¿es real o ficticio?) y sobre su actuar respecto a dios (¿hay en el hombre libertad o determinación o es todo puro azar?), y respecto a la sociedad (¿cuáles son sus relaciones con los demás individuos?)

La filosofía de Unamuno surge de la necesidad de pensar el lugar del hombre en el mundo. El ser humano, consciente de estar arrojado por definición en un mundo que le envuelve, que le ofrece posibilidades y se las condiciona, se sabe reducido a existencia: literalmente, a estar fuera de sí siempre volcado sobre el mundo. Es lo que los fenomenólogos llamarán ser-en-el-mundo.

Y esa existencia, ese ser enfrentado al mundo, se sabe a su vez libre y responsable de sus actos. No encuentra una justificación de su comportamiento en una esencia previa, que le obligue a actuar de una manera dada, sino que se sabe reducido a su libre forma de existir. No podemos reducir lo vital a esencia alguna: el hombre sólo tiene existencia, y ha de desarrollarla con plena voluntad de poder sin dejarse coartar por los falsos presupuestos de la metafísica tradicional. Lo que importa es la existencia del hombre concreto; por eso dice Unamuno, citando a Obermann: «¿Y quién eres tú? (...) Para el universo, nada; para mí, todo».

El procedimiento que caracteriza a todo existencialismo es no estudiar primero la esencia y luego la existencia, como hacía la filosofía tradicional, sino al revés: partir del hecho del existir para, acto seguido, profundizar en el ser. [...] Entonces, ya puestos a definir la existencia, Unamuno comienza afirmando que el hombre es un ser expósito y ello por las razones arriba señaladas.

El ser expósito del hombre se expresa de las siguientes maneras:
La vida es sueño: el ente de ficción.
El recurso onírico no era nuevo en la filosofía. Descartes consideraba el sueño como uno de los motivos de duda para poner entre paréntesis todo el ámbito del conocimiento. Pero en Descartes se trataba tan sólo de una duda metódica, es decir, de un medio para salir del escepticismo, para adquirir un cierto grado de certeza, una cierta seguridad respecto a la existencia de uno mismo y de toda la realidad circundante.

La postura de Unamuno es diametralmente opuesta a la del filósofo francés. La duda introducida por el recurso del sueño no nos libra del escepticismo. De lo que nos libra es del dogmatismo, del realismo ingenuo, de la certeza absoluta.

Unamundo establece un triple plano ontológico, tres grados escalonados del ser:

1. Los personajes literarios de ficción. Son soñados por su autor y por sus lectores cada vez que los leen.
2. El hombre, soñador y soñado por Dios, objeto del sueño de Dios.
3. Dios, que sueña al hombre. Un mundo sustancial, soporte de todo lo existente.

Como resumen de lo que afirma Unamuno sobre el hecho de que la vida según él sea un sueño, podemos concluir:

1. De algún modo también es ficticio el hombre en cuanto objeto de un sueño de Dios.
2. Cuando un hombre se muera, se convertirá en un ente de ficción como los demás.
3. Incluso entonces podrá ser menos real, si influye menos sobre los demás hombres o se olvida antes.

Con todo esto, Unamuno expresa la indigencia ontológica del ser humano, su fragilidad, su insuficiencia. De ahí surge una necesidad angustiosa por asegurarse, un ansia de buscar un agarradero para no caer en el abismo, una garantía para afirmar al existente ante la irrealidad del sueño. [...} Hay tres afirmaciones o pistas para sujetar al hombre a la realidad y salvarle del naufragio:

Edo, ergo sum. Como, luego existo. El alimento nos une a las cosas exteriores, nos vincula a ellas. Rompe de algún modo nuestra inmanencia. El origen del conocimiento está precisamente en el hambre, en la necesidad de alimentarse. Amo, ergo sum. El amor nos amarra a los otros, a las demás personas que constituyen nuestro mundo, aunque el verdadero amor es el penetrativo, el que une las entrañas de dos seres, el amor sexual.

Sufro luego existo. Por el dolor conecta el sujeto con el fondo de su conciencia. [...] Pero además, por medio del dolor, la conciencia descubre su limitación, su contingencia, su condena al espacio y al tiempo, y experimenta una avidez ontológica, una necesidad de liberación para volver al infinito. Por el sufrimiento el alma entra en contacto con la divinidad, con ese mundo misterioso de lo nouménico.

Estas tres expresiones corresponden a la estructura instintiva del ser humano:
Edo, ergo sum: instinto de conservación.
Amo, ergo sum: instinto de perpetuación.
Sufro, luego existo: también instinto de perpetuación: el hombre busca en la divinidad la garantía de la inmortalidad.

La vida es teatro: el mito de la libertad. Aquí surge el problema del libre albedrío, que está estrechamente conectado con el de la entidad. Si el hombre queda reducido a un ser de ficción, al mero objeto de un sueño, resultaría muy difícil salvar su libertad. Por eso afirma el personaje de Unamuno, Víctor Goti en el prólogo a Niebla: «...estoy firmemente persuadido de que carezco de eso que los psicólogos llaman libre albedrío, aunque para mi consuelo creo también que tampoco goza Don Miguel de él».

Pero como mejor expresa este problema es comparando la vida con una representación teatral. Según Unamuno, hay un doble determinismo en este gran teatro del mundo:
a) Determinismo social: Cada uno sólo piensa en la galería, en las reacciones de los demás. Lo cual condiciona nuestro comportamiento.
b) Determinismo teológico o fático: Cada uno viene a este mundo con un destino previamente trazado, a representar su papel, sin poderse salir del guión.

Pero, en realidad, esa cuestión del determinismo humano, en la que coincide con Schopenhauer, no pasa de ser una mera hipótesis o posibilidad.

Cuando el hombre afronta su existencia -y aquí sigue Unamuno a Kierkegaard-, se da cuenta de su absoluta responsabilidad y de la absoluta soledad de quien ha de decidir a cada instante de su vida y su actitud en el mundo. Si somos plenamente libres porque nada puede condicionarnos, somos también responsables. Esa responsabilidad reside en las propias decisiones que libremente a cada instante tomamos, y en la necesidad de decidir nos sentimos abandonados frente al mundo, solos, ya que no hay un Dios, ni esencias, ni valores eternos que nos sugieran cuál puede ser la decisión adecuada. Tal es la fuente de lo que, desde Kierkegaard, llamamos la angustia existencial: la angustia que experimenta el hombre sólo frente a ese mundo en que continuamente ha de decidirse.

Entonces, se ve, que en otras ocasiones Unamuno plantea que el hombre es libre y plantea el problema de la decisión entre varias alternativas.

La vida es lucha: el cainismo: Decía Darwin que la vida es una lucha por la existencia: lucha con el medio, lucha de unos vivientes con otros, lucha sexual... También Unamuno recoge estas ideas y plantea una lucha entre unos seres y otros. Se fija como siempre en los seres humanos. La vida se convierte en un campo de batalla disputándose migajas del ser. Odios, envidias, celos, dominio y absorción de personalidad definen la dialéctica de las relaciones que se entablan con el otro, el antagonista de nuestro existir.

Otro aspecto interesante es la lucha sexual. En Darwin los machos se disputaban a las hembras. En Unamuno es al revés. Las mujeres, movidas por un intenso instinto de maternidad, se enfrentan entre sí y utilizan a los machos com seres abúlicos, como zánganos de colmena, cuya única finalidad es hacerlas madres. La relación Siervo-Señor se hace aquí evidente, pero con la particularidad de que el siervo es el varón y la mujer la que ejerce el dominio.

Felipe Giménez. Profesor de filosofía de IES

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Miguel de Unamuno (España)
Vendrá la noche


Vendrá de noche cuando todo duerma,
vendrá de noche cuando el alma enferma
se emboce en vida,
vendrá de noche con su paso quedo,
vendrá de noche y posará su dedo
sobre la herida.

Vendrá de noche y su fugaz vislumbre
volverá lumbre la fatal quejumbre;
vendrá de noche
con su rosario, soltará las perlas
negro sol que da ceguera verlas,
¡todo un derroche!

Vendrá de noche, noche nuestra madre,
cuando a lo lejos el recuerdo ladre
perdido agujero;
vendrá de noche; apagará su paso
mortal ladrido y dejará al ocaso
largo agujero...

¿Vendrá una noche recogida y vasta?
¿Vendrá una noche maternal y casta
de luna llena?
Vendrá viniendo con venir eterno;
vendrá una noche del postrer invierno...
noche serena...

Vendrá como se fue, como se ha ido
-suena a lo lejos el fatal ladrido-,
vendrá a la cita;
será de noche mas que sea aurora,
vendrá a su hora, cuando el aire llora,
llora y medita...

Vendrá de noche, en una noche clara,
noche de luna que al dolor ampara,
noche desnuda,
vendrá... venir es porvenir... pasado
que pasa y queda y que se queda al lado
y nunca muda....

Vendrá de noche, cuando el tiempo aguarda,
cuando la tarde en las tinieblas tarda
y espera al día,
vendrá de noche, en una noche pura,
cuando del sol la sangre se depura,
del mediodía.

Noche ha de hacerse en cuanto venga y llegue,
y el corazón rendido se le entregue,
noche serena,
de noche ha de venir... ¿él, ella o ello?
De noche ha de sellar su negro sello,
noche sin pena.

Vendrá la noche, la que da la vida,
y en que la noche al fin el alma olvida,
traerá la cura;
vendrá la noche que lo cubre todo
y espeja al cielo en el luciente lodo
que lo depura.

Vendrá de noche, sí, vendrá de noche,
su negro sello servirá de broche
que cierra el alma;
vendrá de noche sin hacer ruido,
se apagará a lo lejos el ladrido,
vendrá la calma...
vendrá la noche....

Poemas de Miguel de Unamuno

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Felipe Giménez (España)
La intrahistoria, el conocimiento y la agresividad


Todo lo que se ha dicho del individuo es aplicable a la personalidad de un pueblo... Existe en él un elemento corpóreo que contribuye a definir a dicho pueblo. Me refiero al paisaje y al paisanaje. El terruño y sus gentes, compenetrados y en cierto modo identificados. El paisaje hace al paisanaje y no sólo en un sentido terrenal, material, sino especialmente en el aspecto psicológico y espiritual.

Hay también en cada pueblo un ideal, un proyecto común, una vocación que es necesario discutir porque sólo siendo fiel a ella puede el pueblo alcanzar su grandeza y su felicidad.

Unamuno distingue entre historia e intrahistoria. La primera es una expresión de sucesos. La segunda constata hechos permanentes que informan la cultura de un pueblo.

El hambre como origen del conocimiento> La conciencia aparece desdoblada en dos instintos básicos: el de conservación y el de reproducción, llamado también de perpetuación. El uno busca la pervivencia del individuo. El otro, la de la especie.

Vinculados a estos dos instintos básicos, aparecerán otros como los gregarios («homo homini agnus»), o los tanáticos (canibalismo, agresividad, sadomasoquismo).

Origen trófico del conocimiento: Distingue Unamuno entre el conocimiento natural y el conocimiento de lujo. El conocimiento natural sirve para conocer lo necesario para la vida del sujeto. El conocimiento de lujo es el conocimiento inútil, desinteresado. Hay que distinguir pues entre una necesidad de conocer para vivir y un deseo de conocer por amor al conocimiento mismo.

Los órganos sensoriales conocen todo lo que el hombre necesita para su vida y sólo esto. [...] Por una parte, los sentidos están organizados y coordinados para que aporten la cantidad de conocimiento imprescindible para asegurar la subsistencia del ser humano. Por otra parte, hay una cierta restricción en la materia percibida.

Dos razones: 1. Los sentidos son órganos de simplificación de la realidad que eliminan de la objetividad aquellos aspectos que no necesitamos para sobrevivir. 2. La segunda razón es que si un sentido deja de ser necesario, se atrofia o desaparece. Y esto sucede a nivel ontogenético y a nivel filogenético.

El instinto de conservación o hambre, valiéndose de los órganos sensoriales nos pone en contacto con el mundo, el que responde a nuestras necesidades,el que existe para nosotros.

Por otra parte este conocimiento es en cierto sentido una creación de la única realidad posible: la de la conciencia: Unamuno, como Berkeley, considera que la realidad de la cosa reside en ser conocida, en ser captada por un sujeto consciente.

El sentido fundamental y primero es el sentido del gusto. El comienzo del conocimiento consistiría en utilizar la impresión gustativa que nos produce una cosa que nutre como signo de esta misma cosa. [...] Precisamente por esa razón podríamos diferenciar una sociedad, una realidad de otra teniendo en cuenta los distintos sabores y efectos que produen en nuestro organismo.

La sensibilidad trófica actúa presentando en primer lugar una sensación oscura, una sensación de falta. Es decir, notamos que carecemos de algo, de una parte de nuetra normal sustancia química.

El origen psicológico de la noción de sustancia equivaldría a una proyección de nuestra propia sustancialidad. El hombre comienza a sentirse yo, una sustancia, una persona gracias a la cenestesia de su cuerpo. Pero al captar por el hambre una ausencia en mi cuerpo que se corresponde con una ausencia en el alimento, atribuyo a éste una sustancialidad semejante a la de mi cuerpo.

Agresividad trófica: el canibalismo: El hombrfe implica una agresividad. Pero a veces más que de agresividad sería conveniente hablar de tanatismo.

El instinto de conservación implica repulsión-atracción respecto a la muerte.

El canibalismo, la interfagia sería la expresión máxima de esta bipolaridad. Considera que no hay asociación más íntima que la que se traba entre el animal que se come a otro y éste que es comido por él, entre el devorador y el devorado, e insiste en que la culminación del amor es la antropofagia.

Los instintos lúdicos y el amor: Toda actividad comienza en el niño con el juego. El hambre es la primera fase del conocer. Lo siguiente es la actividad, cuando las cosas pasan a ser ahora de complemento de nuestro organismo a prolongación de nuestro organismo. La conciencia se asienta en un cuerpo por medio de la actividad se despliega en el mundo exterior, mientras los instrumentos con los que actuamos se vuelven prolongación de nuestros brazos y manos. Surge así una dualidad entre el yo y el mundo, o entre el yo y mi cuerpo o entre mi cuerpo y mi mundo.

El instinto de reproducción aparece como amor, que es también hambre, deseos de inmortalidad, de plenitud.

«El amor sexual es el tipo de generador de cualquier otro amor». Es un ansia de perpetuarnos sobre la Tierra, es un modo de buscar un relevo ante la muerte. Lleva emparejada una especie de resurrección en otro que continuará nuestra existencia.

El amor siempre está conectado con la muerte. En el mismo acto del apareamiento hay violencia, agresión. A medida que se unen y confunden los cuerpos se separan las almas. Al abrazarse se odian tanto como se aman. El amor es lucha.

Ambos amantes buscan en la sexualidad el propio placer, la satisfacción personal, la posesión del otro. Y al mismo tiempo, sin pensarlo, ni proponérselo, están logrando su perpetuación.

Hay otro tipo de amor que nace del dolor y de la muerte del amor carnal. Es un amor espiritual que separa los cuerpos, pero une las almas.

Este amor sólo se da cuando los seres humanos se sienten partícipesp de un mismo sufrimiento. Este amor tambiéne es posible entre cualesquiera seres humanos que compartan una desgracia.

El sujeto que sufre se conoce mejor a sí mismo, llega a ahondar en lo profundo de su alma y se ama al mismo tiempo que se compadece. De ahí surge un sentimiento de amor hacia todos los seres humanos e incluso a toda la Naturaleza, a la que siente también finita y temporal como él.

Felipe Giménez. Profesor de filosofía de IES

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Ana Lucía Montoya Rendón (Colombia)
Propongo, Dispongo y D/vago


ha pensado usted en mirar cómo me veo a mi misma? ha imaginado la cara que pongo cuando miro detrás del espejo? cree posible que pueda juntar las partes de esa visión para describirlas en más o menos unas cuántas palabras de colores o en unos colores apalabrados que se yergan para indicar el sentido de cada arista, de cada concavidad, de cada convexidad y al final, el discurso sea un perfecto diagrama del collage de Tiempo y Espacio que me invade? ha barruntado si puede acomodarse en la horma que le presento cuando exhibo un dedo, o una mano, o mis senos o, en caso extremo, cuando me planto sobre mis columnas para indicarle que avanzaré paso a paso al compás de los estertores de mi vientre? cree tener el temple para soportar el fuego que me sobrecoge a mi y a mis palabras cuando le susurro algún verso que gotea como al descuido para que deje de mirar a la Noche como ajena y se adentre en mi laberinto de sinestesias, en el enredo de pelos de reloj que conforman el tic tac de mi corazón criado en lúgubre orfanato? piense en cómo podría ser el ingreso sin inscripciones, sin matrículas al espacio que he reservado desde antiguo, mi espacio de hembra primitiva de siempre, sin manzana, sin tentadores atributos, solo la umbría estancia donde no hay distractores, y usted, en la plenitud de los elementos se funda en mi éther, suyo, mio? cree soportar la batalla de Sol y Luna que se libre ante usted cuando enervados los yoes, a mansalva lo lancen desde la altura de sus propios intereses hasta mi y empiecen a comerle la carne, los deseos, la mente y el alma? cree, tiene la coraza, sino para enfrentarlos, si, al menos para soportar sus embestidas? ha aprendido a galopar en montura de fuego sobre mares picados de ambiciones y represiones? es capaz de descender conmigo al fondo del pantano para acariciar las barbillas de la raíz profunda del loto y luego emerger inmaculados a dormir a la sombra de los pétalos de sus flores? considera que podríamos libar en misma copa prohibida y aprender el secreto del salto al vacío libres de castraciones?... observe mi rostro, no el que está frente a usted, no! ese es de yeso y aserrín, mire el que está detrás de ese, allí, en él, al rededor de los ojos, las ojeras... las del derecho le contarán de mis vigilias mirando al cielo, las del izquierdo son los desvelos descendiendo a los mismísimos infiernos... es por eso que tengo casi atrofiado el diestro y desproporcionado el zurdo... porque solo desde el Averno puedo decirle todo esto que siento que afinca el límite de mi cordura a punto de reventar... así, de tal manera, si se decide a avenirse con todas mis propuestas, a usted le espero en... pues... donde elija , no me importa en qué universo!

julio 2010

Ana Lucía: Artistas de la Tierra / El Rincón de Ana Lucía

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Carlos López Dzur (Puerto Rico)
La creencia que vale

«El que el objeto de la fe sea inaccesible a nuestros sentidos es lo que le atribuye mayor valor»: Miguel de Unamuno

Quien quiere creer a Dios lo ve en un seto.
La Virgen compasiva llora en las grietas del muro,
gotea lágrimas hasta de orina en los techos.
Cada quien inventa el objeto de la fe
como le place

Subyace a lo fenoménico algo más profundo
y hasta el tonto lo sabe: lo nouménico.
Uno quiere ser inmortal y que haya un lugar,
una morada, donde ir cuando se es pobre y viejo.

Por eso se inventa a Dios hasta con porquerías
y la inmortalidad se esconde como duende
cuando más se la clama. Parece que primero
hay que morirse, o sufrir a chingadales.

Del libro
El hombre extendido

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La fe que me gusta

Creer en Dios es anhelar que lo haya y es, además, conducirse como si lo hubiera: Miguel de Unamuno, en Del sentimiento trágico de la vida

Me gusta la fe del perro cuando se rasca
las pulgas; yo abro mi boca, lengua afuera,
como el perro el hocico y disfruto la rasquiña
de rastrear fe no en esencias, no,
no en cielos abstrusos ni entelequias.
La que me duele y me excita
garrapata ha de ser en el pellejo.

La fe me la sé como un instinto.
Me duele o me regocija en la existencia misma.
Con la fe, ladro como perro,
maúllo como gasto.

Y ya me gusta la fe irracional de bestia.
La me hizo un viejo zorro.

03-11-1981 / Del libro
El hombre extendido

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La esencia de la verdad

No creo que la verdad sea un lujo.
Una lindura estética que mejor luciría
en las urnas de museos o en galerías
del plácido sabihondo, mecido en los en-síes
de lo Absoluto; yo las verdades
que ansío, si se dijera que alguna busco,
son tan sencillas, prácticas, consoladoras
que se caen de relativas de las manos.

Mi verdad es aquello que sirva,
esto es, a mí y a todos.
Que al manejarla mi voluntad diga:
«Te tengo; ya no me jodes, travesura.
Duras que son de atrapar, hijasdeputa».

Las verdades que valen la pena, digo,
a más simples mejor. Sean o no,
objetos del entendimiento.
Cuando más valen es porque satisfacen
las carencias: el dolor de perderlas.

Todo lo generoso, Verdad le llamo
en este mundo ahito de mezquinos/
Todo lo que hermosea y dignifica la dura fatiga
de trabajo, en este reino de escasez
cada vez más desigual y separante,
verdad sea que ansío.

02-07-1981

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Frag. De la abundancia, la vida y la fe

Te enseñaré a pedir en nombre de la Vida,
amigo. Comienza por llamarla compañera.
Bendícela llamándola mi Amada.
Antes de dejarte mi fe como persona,
llámala Vida, novia eterna del hombre.
Varón amado, la hembra.
Vine a dejar la fe como mensaje.
Tú diras, si la recibes o la dejas.

Escucha cómo yo la invoco.
Bendigo la fe, sea mucho lo que venga por su medio,
o venga ella, por de pronto, con sus manos vacías.
Bendigo la fe porque ya es vida.
Y la vida es el presente del comienzo.

Agradezco a la fe porque ella es dharma
e inspira la entrega de todo lo que merezco.
La fe que hace comprender que el Ser es ya el alma,
y quien la tiene la toca, la despierta, la conmueve.
Aprende el alma de la fe y la fe del alma, amigo
porque vale más que la abundancia material
que coloca a tu paso, porque la fe
da todo como si fuera una madre generosa.

Bendigo la riqueza antes que la tenga y bendigo
la riqueza que tengo; la bendigo cuando viene
y la bendigo cuando se va. Bendigo
la riqueza de la fe porque llena a la cartera vacía,
fructifica en la tierra estéril, conforta
a la boca seca y cura a la mano tullida.
La fe que materializa es bendita, emergente.
La fe que espiritualiza es doblemente sublime y divina.

Quien quiera, por la fe, el beneficio del amor
que la sustancia, ámela como se ama
a la madre buena, a la hermana,
a la novia, a la esposa con nobleza;
ámela como si padre fuera,
o hermano, o hijo, o verdadero amigo.
Aprecie a quien tiene fe y los ricos en fe
lo amarán y harán negocios por causa de la fe.

Busque la riqueza que da la fe, no la que da
el delito y el crimen, porque riqueza injusta,
la del robo, se va más rauda que ninguna.
Proteja la fe que el arte provee, ame la fe
de las creativas fantasías; poetice la fe,
hágale himnos, píntela con escenas
del alma enternecida.

La fe profunda es misterio. Es sabiduría.
Es presenciar la Luz de las Serpientes
que vuelan en los cielos en naves luminosas
de Vimanas. También la fe es sonora.
Veloz a veces, sutilmente audaz.
Visita desde la identidad unitaria
de lo oscuro; pero serpentea como dragón
electroquímico, en dualidades cósmicas y humanas.

Frag. 4.

Por la ausencia de fe, yo conozco mi límite.
Pero con fe lo reparo y lo digo a la fe: Perdóname.
Sin la fe, yo callo mis defectos, pero con la fe,
soy tan valiente que confieso mis crímenes
y no quiero delitos. Sin la fe no sé soñar.
Con la fe, produzco y el amor de la fe
me da servicio y soy obrero
y mi riqueza crece.

Sin fe, apenas me pago a mí mismo,
adeudo a mis acredores; con fe, soy más valioso
y me sobra para dar a todos y el Universo
me acredita como el mejor de los medios
para más dispensaciones.
El dinero viene sin esfuerzo.
Mi casa jala amigos.
Es amor de mi convocatoria.
Es poder de mis generosidades.
Mi fe cierra miserias.
Espanta males.
Mi fe es mi guardia protectora.
Ejército defensor de mis naciones.
La mejor arma contra el espionaje
es la fe; la Constitución eterna
de mi patria con verso de fe
se escribe; la articulo con la inocencia
de mi boca y con ella me justifico
ante el mundo.

01-09-2000 / Del libro El hombre extendido

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Ramón Aprendiz Fontanero (Argentina)
Mística


Si en tus jardines cuando yo muera,
cuando yo muera, brota una flor;
si en un celaje ves un lucero,
ves un lucero que nadie vio,
y llega un ave que te murmura,
que te murmura con dulce voz
abriedo el pico sobre tus labios,
lo que en un tiempo te dije yo:
aquel celaje y el ave aquella
y aquel lucero y aquella flor
serán mi vida que ha transformado,
¡Que ha transformado la ley de Dios!

Serán mis fibras con otro aspecto,
ala y corola y ascua y vapor;
mis pensamientos transfigurados,
perfume y éter y arrullo y sol.

Soy un cadáver, ¿Cuándo me entierran?
Soy un viajero, ¿Cuándo me voy?
Soy una larva que se transforma.
¿Cuándo se cumple la ley de Dios
y soy entonces, mi blanca niña,
celaje y ave, lucero y flor?

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Julia del Prado (Perú)
Humo / microrrelato


La mujer sentada en el portal teje su historia a través de ese humo silente, mientras espera el tren que recoja sus pasos para ir a contempla el sol de Colán y hallarse a sí misma en el anochecer cuando encienda otro cigarro Lucky Strike, a los pies de la luna de Paita.

Piensa ella mucho en las musarañas y el humo volátil le señala la inmortalidad del zancudo y el cangrejo retrocede pa’tras, pa’tras, pa’tra.

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Josemanuel Maldonado Beltrán (España / Puerto Rico)
Al filo de babel


Déjame que dedique esta tarde deslumbrada
al temblor implícito de tu abrazo
la cadencia deliciosa
que ameriza en tus caderas
y el abuso del amor
para encontrar el nervio
invisible de tus neuronas
devorándome
hasta vivir por ti

erigir-te un poema universal y transparente
con ese acento que tuyo que subleva
la sangre al filo de babel
por toda la anchura de esta tarde deslumbrada
a la que hemos sido emplazados.

8 de mayo de 2010 / Josemanuel Maldonado Beltrán

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Fanny G. Jaretón (Argentina)
INMORTAL


Debería escribir un mito sobre nuestro amor
para poder permanecer en la memoria colectiva.
Si bien literatura y mito son una misma cosa…

Ahora dudo.

La escritura no tiene que ver con un invento.
Ni siquiera con frases acomodadas.

Hay que liberarse de la propiedad de las personas.
Ir hacia arriba por su Santo Aire.
Tener que raspar de la piedra la piedra
socavar la lápida del ego hasta cegar la repulsación.

Encontrarnos en tu cuerpo, hecho ceniza
en el cuerpo de nuestro amor.

Y entonces sí. Para darle fin inmortal
sin decir palabra, armarnos hasta el olvido.

Hay momentos en qué
no se puede soportar las gotas de insistencia
diluidas en arsénico resbalando por la boca.

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DE QUÉ

De qué me sirve decir:
habrá gente muriéndose, habrá gente muriéndose
si yo estoy a viva muriéndome
sabiendo que sin vos
sin tu palabra que me nombra
me traduce, me da envión, emplumón
y alas
me da y me da soporte de somnolienta
me da coraje me da corazón espía
me da brocal, me da incompetencia;
el replanteo, el espacio para le memoria.
Sin vos sin temor de discutir Aquello
porque sos el librador del capital para los Piadosos.
Sin vos contemplador de las nubes despellejándose
sin posibilidad de lluvia.
Sin vos reflejada en el techo de la esperanza
que aun guardo para el día de la resurrección de nuestros días.
De qué me sirve decir que en algún lado habrá gente muriéndose
cuando sin vos estoy más muerta que la misma muerte.

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ANVERSO

Esta es mi herida
Las dentelladas donde las puntas agudas me hirieron
De ser lastimada, soy lastimada
Desde la esperanza Original, así es la cosa.
Todo este tiempo busqué la experiencia
Que me revelara a ser desposeída
Maniatada a la virtud de los falsos pecadores
A parir y a parir con dolor cada una de mis letras
Que florecen por Arboles y me paran frente al Hijo
De mi espíritu Santo. Puedo decir
Me rindo cada vez, cada vez que el Aire
Arrastra una hormona llena
De amor vacío.

Fanny G Jaretón / Entrevista a Fanny Jaretón / Mis poetas contemporáneos / El humanismo erótico de Fanny Jaretón / Fanny G. Jaretón: una visión poética de su erotismo / Alas para volar / Mis poetas contemporáneos / De Trece en Trece: En torno a tus poemas, Fanny

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EDICIONES DE SEQUOYAH: 62 / 63 / 64 / 65


1 comment:

  1. Me ha satisfecho infinito todo lo leído en esta publicación, gracias por compartir, Dn. Carlos.

    Gracias también a todos lo escritores expuestos.

    Gracias Ana Lucía por publicar esta revista en el grupo de NADAYNADA.

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