Friday, August 20, 2010

Julio 15, 2010, Núm. 64, Orange County





CONTENIDO 64
Carmen Siguenza
Diarios de Adán y Eva / de Mark Twain

Rubén Eduardo Gómez
La poesía despierta

Crucificciones / Libro de cuentos de Eduardo Vera

Néstor Merigo
A Amalia Rodríguez

Jaime Sabines
Adán y Eva

Manuel Cubero Urbano
La Lola: Un mito flamenco

Liliana Varela
Abrázame fuerte

Carlos López Dzur
La visión de Eva en un poema de Norma Segades

Fanny G. Jaretón
Permanencia
Demográfico
Gematices

Emilio Medina Muñoz
Para ella
¿Por qué?

Isabel Cristina Murrieta
Mejicana


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Dibujo retrato de Mark Twain

Carmen Siguenza (España)
Los diarios de Adán y Eva / de Mark Twain


El escritor estadounidense Mark Twain, además de ser el autor de títulos universales como Las aventuras de Tom Sawyer o Huckleberry Finn, también firmó una pequeña delicia, Los diarios de Adán y Eva, que se publica ahora en una edición especial con motivo del centenario de su muerte.

Una edición de este libro, irónico y tierno, sobre las relaciones entre Adán y Eva en el jardín del Edén, que se completa o ilumina con los dibujos del artista Francis Meléndez y que estará en las librerías a primeros de septiembre, editado por Libros del Zorro Rojo.

Los diarios de Adán y Eva, que se publicó por primera vez en 1906, es un obra llena de humor sobre la historia bíblica y la creación del mundo, un tema que interesaba mucho a este autor, considerado por Faulkner «el padre de la literatura norteamericana» y para el que la Biblia era fuente natural de sus pensamientos y reflexiones sobre la condición humana.

No en vano, Mark Twain, nacido el 30 de noviembre de 1835 en Florida (Missouri, EEUU) y fallecido el 21 de abril de 1910, además de dedicarse a la ficción, siempre con un trasfondo social, desde su pluma como periodista se implicó con todo lo relacionado con la situación del hombre, como lo relacionado con la esclavitud o las diferencias sociales.

Uno de los temas centrales en la obra de Samuel Langhorne Clemens -Mark Twain es el pseudónimo que eligió para dedicarse a la escritura y que significa dos brazas de profundidad, el calado mínimo para navegar- es la relación del hombre con sus semejantes, y de ahí el origen de esta pieza, que plantea en tono humorístico la relación antropológica entre Adán y Eva, o la tópicamente llamada lucha de sexos.

Así, Adán escribe en el diario: «Esta nueva criatura de pelo largo se entromete bastante. Siempre está merodeando y me sigue a todas partes. Esto no me gusta; no estoy habituado a la compañía. Preferiría que se quedara con los otros animales. Hoy está nublado, hay viento del Este; creo que tendremos lluvia.. Tendremos? Nosotros? De dónde saqué esta palabra...? Ahora lo recuerdo: la usa la nueva criatura».

Y Eva dice: «Toda la semana lo seguí y traté de entablar relaciones con él. Yo soy la que tuvo que hablar, porque él es tímido, pero no me importa. Parecía complacido de tenerme alrededor...» o «Tiene gustos vulgares y no es amable...No tiene caderas; es esbelto como una zanahoria, cuando está de pie parece una torre; por eso pienso que es un reptil».

Para Twain, que al inicio de su carrera estaba considerado un gran humorista, Eva es la intelectual de la pareja, la encargada de poner nombre a las cosas, y Adán, más contemplativo, está ocupado en buscar refugio y alimentos. Y la paternidad vuelve a crear en esta pareja nuevas dudas y caminos: «Le pusimos de nombre Caín. Ella lo recogió mientras yo estaba cazando en la ribera de Erie; lo recogió en el bosque, a unas doce millas de nuestro refugio...la diferencia de tamaño lleva a la conclusión de que se trata de una nueva y diferente clase de animal, quizás un pez».

Todo un divertimento del que el lector puede gozar contemplando también los bellos y humorísticos dibujos a lápiz del prestigioso artista zaragozano Francisco Meléndez, ilustraciones que parecen grabados con un Adán mitad reptil, mitad lord romántico decadente, o desnudo y flaco, con aire barroco y circense, o con una Eva desnuda, con un pelo surrealista interminable, pescadora de letras. Obras de arte para este texto de un Mark Twain experimentado y viajero que ha sido llevada al teatro en muchas ocasiones y con gran éxito.

Un Twain diferente al bañado por el Mississippi, quien entre otras cosas pensaba que 'el ser humano es la única especie que se ruboriza o que necesita hacerlo'.

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Rubén Eduardo Gómez (Argentina)
La poesía despierta


(Presentación del libro de Ernesto Allende, 13 de Julio de 2007, en el Concejo Deliberante de Rada Tilly)

«El sueño de los que están despiertos es la esperanza», decía Carlomagno. Y esta esperanza en la vigilia de los que aquí estamos alimenta la fuerza de la palabra poesía.

Toda aparición de un libro debe tornarse una fiesta, una celebración y como tal disfrutarse. Es una muestra de la resistencia que los hacedores - casi en silencio – llevan adelante cotidianamente, despiertos. Se levanta entonces una bandera de esperanza para los que siguen haciendo y nos alimenta en la lucha.

No hace mucho tiempo me preguntaban sobre la utilidad de la poesía en el tercer milenio. La pregunta lleva en sí misma una propuesta de revisión de la palabra servir por un lado, y por el otro obliga a pensar en el por qué escribir y leer poesía en este comienzo de siglo. Y también el por qué hacerlo antes, en el siglo pasado o en los anteriores.

Es seguramente posible pensar inmediatamente en las posiciones que se adoptan respecto de lo que llamamos cultura oficial y la independiente, en movimientos que tienen que ver con el apoyo, financiamiento y propulsión que la una – a veces en forma obscena – ostenta respecto de la otra, y como el underground resiste y genera canales alternativos, se sirve de formas y medios no convencionales para seguir con vida. Aunque no lo parezca la cultura oficial sirve a un discurso y a políticas ciertas y definidas. Digo aunque no lo parezca porque suelen extrañarse las explicaciones y los programas y el planeamiento en cuanto a lo que se refiere a políticas culturales que debieran estar claramente descriptas en cualquier plan de gobierno que se precie de tal, y sin embargo rara vez se dan a conocer, y cuando se exponen al público en general no se trata de otra cosa que no sea un detallado inventario de obras públicas.

La política cultural subyace y continúa siendo la misma desde hace varias décadas aún cuando los gobiernos cambien y las distintas ideologías – o debiera decir discursos – han ejercido el poder con exacto balance final, una vez concluidos sus respectivos mandatos: escaso presupuesto, un 80 % del mismo resulta aplicado al pago de sueldos del personal – rara vez capacitado -, y el 20 % restante sirve para la gestión de infraestructura para la presentación de los artistas que son afines al gobierno. No se procura el desarrollo de ningún tipo de arte, no se sabe quienes son los hacedores, los beneficiarios son siempre los mismos y se sabe que, cual si fuera un archipiélago, las islas difícilmente se conecten entre si para formar un bloque que permita exigir mejoras en este estado de situación. No pueden los poetas, los escritores, los artistas plásticos, los fotógrafos, los músicos, los artesanos, hacer un piquete, declararse en rebeldía, hacer un paro y no crear nada mas hasta tanto las condiciones mejoren.

A la poesía no se le importa un pito todo esto, aunque sí a los poetas.
Servir es trabajar para alguien, y hay poetas que sirven y otros que no a los fines de la cultura oficial, de la continuidad de la situación mísera y degradante en la que se hace arte en nuestra Argentina.

Servir es valer, ser útil para determinado fin – el valor de la poesía, su utilidad y esta ¿en qué sentido? ¿para qué es útil? Un destornillador es útil, pero si tengo que quitar un clavo de una tabla, seguramente me va a resultar inútil -. Servir también es poner la pelota en juego, y es quizás dable pensar en esta última definición. «El juego en que andamos», dice bien Juan Gelman. Esta posibilidad de «andar en juego», de servir la palabra para su devolución y que ese ida y vuelta permita el juego, para ganar claro, aún cuando no esté bien definido quien vence y en todo caso, ¿a quién le importa?

También pensaba en aquello que Roland Barthes sentenciaba a modo de definición, de descripción y quizás de sino: los escritores eternamente estarán tratando de responder a dos preguntas claves: ¿Por qué te amo? ¿Por qué le tengo miedo a la muerte?

Y entonces si estos fueran los definitivos temas y no hubiera nada mas sobre lo que escribir, o mejor dicho, si todos los temas condujeran a responder estas dos inquisiciones, si todas las palabras conformaran las flechas, el arco, el blanco e incluso la tensión de la cuerda y la decisión tras haber apuntado para responder aquellas preguntas barthesianas, no podemos dejar de pensar en que claramente aquello de servir en este siglo, en el anterior y en cada uno de los milenios que nos precedieron se responde solito y sin mas ayuda.

Creo firmemente que la poesía está más cerca de la filosofía y, dentro de esta, de la ontología que de la literatura, en un sitial de fundamental importancia a la hora de indagar – sobre todo – en la segunda de aquellas preguntas de Barthes.
Y entonces, a la pregunta inicial, debemos decir que sí, que hasta tanto no tengamos las respuestas estamos obligados a seguir buscándolas, y de qué mejor manera que hacerlo a través de cada una de las poéticas que nos habitan y nos habitarán, conformando la propia. La mejor manera de servir a estos fines humanos de indudable trascendencia, es a través de la poesía. En ese juego andamos aquellos que vivimos con la esperanza, los que soñamos despiertos, mientras el mundo parece intentar que el ser humano deje de serlo, cambie su condición para deshumanizarse y simplemente estar.

En la presentación del libro de Nilda Barba ¿Por qué me gusta tanto?, poeta porteña que fuera también editada por Vela al Viento, otra poeta, Carina Paz, que acompañaba a la autora, traía una anécdota que me pareció debía compartir con ustedes hoy.

Contaba Carina que cierta vez en una cena entre amigos y en su casa, le preguntaron a un tan olvidado como excelente poeta, Joaquín Giannuzzi, qué era la poesía.

Gianuzzi observó que en el centro de la mesa había un arreglo floral. Tomó una rosa de allí y se la acercó a quien hacía la pregunta y le respondió con otra pregunta. Le dijo: ¿te gusta?. El inquisidor respondió «si, claro». Gianuzzi volvió a preguntar, “¿por qué te gusta?”. El otro respondió “porque tiene un color rojo hermoso y su aroma es increíble y…«Gianuzzi lo interrumpió y le dijo: «no, no te pedí que me la describas sino que me dijeras por qué te gusta la rosa». El otro dijo: «no, no sé». Gianuzzi sonrió, volvió a hacerse hacia atrás en su silla y le dijo: «eso es poesía».

Muchas gracias Ernesto, por confiar en Bogavante para la edición de Sueños y Recuerdos, muchas gracias a todos por acompañar esta presentación, y a los organizadores de este acto por la atención y disposición del personal municipal de la Biblioteca Asencio Abeijón en la persona de Ismaela López. Nuevamente muchas gracias.

Rubén Eduardo Gómez

{Nació en Comodoro Rivadavia, Chubut, Patagonia Argentina, el 14 de Noviembre de 1965. Tiene tres hijos Mateo Lautaro (1999), Mauro Lisandro (2001) y Lorenzo Tomás (2005).]

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Crucificciones / Libro de cuentos de Eduardo Vera

La Editorial Pasadizo anuncia la publicación y presentación de Crucificciones, el primer libro de cuentos del abogado y escritor puertorriqueño Eduardo Vera.

¿Qué sucedería si un día Dios (Jehová, Geoff) decidiera bajar a la tierra? ¿Qué pasaría si la Virgen María decide que ya es hora de perder su virginidad? En esta colección de relatos, Eduardo Vera presenta situaciones humanas y otras divinas en la que el juego con las posibilidades se mezcla con el humor atrevido y desafiante. Los tonos van desde lo satírico a lo trágico y demuestran que las complejidades de la vida humana son difíciles de enfrentar, no sólo en la tierra sino también en el cielo.

Acerca de la obra, la reconocida escritora puertorriqueña Mayra Santos Febres comenta: «Eduardo Vera aplica la ironía para hacer comentarios sobre nuestra sociedad en estos cuentos noveles. Utiliza el humor y la observación de tipos sociales para criticar nuestros males modernos. Su lenguaje es preciso, su maneja de estructuras narrativas es impecable».

La presentación del libro se llevará a cabo el domingo, 22 de agosto de 2010 a las 4:00 p.m. con la participación de la escritora Ángela López Borrero. El evento se realizará como parte de las actividades de La Liber en Plaza Las Américas (en el segundo nivel cerca de Macy’s) auspiciadas por el Sistema Universitario Ana G. Méndez.

Eduardo Vera es abogado con maestrías en Derecho y Creación Literaria. Es autor de la novela El minuto de los Arellanos.

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Néstor Merigo (Argentina)
A Amalia Rodríguez (*)


Que nadie la viera partir.
Limpiecita, como dicen.
Ordenó las pilchas en la valija de cartón, el último cabo de rouge,
Algún retrato y la palangana.

Que es mío, sola, ese rastro de talco dulzón en las axilas, y el asco,
Que para el asco no habrá
Enjuagues, permanganato ni palanganas.

Oirás la palangana,
El chasquido del agua sobre el patio de tierra helada,
Herramienta bendita,
Pila bautismal que te devuelve a ser poco menos que una madre.

Y la Casa, como suena el pianito
Rasposo de orquesta,
La voz de las pupilas, entre risas en trance
Que endurecen a los machos y los ponen en sazón;

Y tras el biombo,
El bisbiseo de los muertos que aguardan turno en tu memoria.
El lindo anarquista que sudaba a tabaco y vino tinto fue fusilado ayer.
Y ya no habrá higiene que enjuague de jugos semejantes.
Y mirarás el brasero aún, la luz del carburo que se agota,
El vapor de la palangana y el trapo blanco,
«que con ese trapo se sabe a cebo de oveja,
limpiarás la espalda de tres indios»
Que jamás dijeron palabra y no la dirán jamás porque los tres, ayer,
También fueron fusilados.

Y pensarás que no hay qué pueda, ni el sobaco en la nariz,
Y la humedad del alcohol fermentado de tu almohada, ni
El colchón, apelmazado por la herrumbre,
Ni la química más podrida del hombre, ni el
Trago en la garganta con humores de pimienta,
Ni el beso de este amanecer malparido por la virgen de Dios.
Miró la palangana donde lavara alguna vez toda la mugre del mundo
Pero el asco estaba afuera.

Entre el desierto y el mar, qué raro que no exista,
Y este viento que no acaba nunca, que apenas si fui una santa,
Y el torbellino de rostros y de escenas, que apenas si fui una santa,
Que no hay nitrato de plata que alcance, ni en la palangana de la luna,
Ni lavajes
Que enjuaguen la pulcritud de un asesino.

{NOTA: Amalia Rodríguez, 26 años, soltera, argentina, pupila de prostíbulo. Fue una de las homenajeadas, con un poema, durante la actividad designada como La Puta Patria; . Unacelebración por la resistencia prostibularia en La Patagonia. Una asistente y colaboradora de Sequoyah, la poeta Fanny Jaretón, quien estuvo en el evento reseña así el motivo edl homenaje: «En La Patagonia, en el año 1922 el 10mo. regimiento de caballería a las ordenes del teniente coronel Varela al terminar su faena como saldo 1.550 obreros fusilados, (lleva a) los soldados a descansar en Puerto San Julián, provincia de Santa Cruz; se decide premiarlos enviándolos por tandas al prostíbulo del pueblo, conocido como casa de tolerancia La Catalana. Cuando llegan los primeros soldados la Madamma les informa que las pupilas se niegan a recibirlos y que ella no puede obligarlas. Los soldados entran por la fuerza y es entonces cuando las prostitutas armadas con escobas y palos los expulsan al grito de «Porquerías! y ¡asesinos!. ¡Con asesinos no nos acostamos!»; Ellas han tomado partido por los huelguistas, han cerrado sus piernas con un gesto de rebelión. Son ellas: María Juliache, 28 años, soltera, pupila de prostíbulo, Maud Foster, 31 años, soltera, inglesa, pupila de prostíbulo, Amalia Rodríguez, 26 años, soltera, argentina, pupila de prostíbulo, Ángela Fortunato, 31 años, casada, argentina, modista, pupila de prostíbulo y Consuelo García, 29 años, argentina, soltera, pupila de prostíbulo».

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Jaime Sabines (México)
Adán y Eva


I.

Estábamos en el paraíso. En el paraíso no ocurre nunca nada. No nos conocíamos. Eva, levántate.
Tengo amor, sueño, hambre. ¿Amaneció?.
Es de día, pero aún hay estrellas. El sol viene de lejos hacia nosotros y empiezan a galopar los árboles. Escucha.

Yo quiero morder tu quijada. Ven. Estoy desnuda, macerada, y huelo a ti.
Adán fue hacia ella y la tomó. Y parecía que los dos se habían metido en un río muy ancho, y que jugaban con el agua hasta el cuello, y reían, mientras pequeños peces equivocados les mordían las piernas.

II

-¿Has visto cómo crecen las plantas? Al lugar en que cae la semilla acude el agua: es el agua la que germina, sube al sol. Por el tronco, por las ramas, el agua asciende al aire, como cuando te quedas viendo el cielo de¡ medio- día y tus ¿Ojos empiezan a evaporarse. Las plantas crecen de un día a otro. Es la tierra la que crece; se hace blanda, verde, flexible. El terrón enmohecido, la costra de los vicios árboles, se desprende, regresa. ¿Lo has visto? Las plantas caminan en el tiempo, no de un lugar a otro: de una hora a otra hora. Esto puedes sentirlo cuando te extiendes sobre la tierra, boca arriba, y tu pelo penetra como un manojo de raíces, y toda tú eres un tronco caído. -Yo quiero sembrar una semilla en el río, a ver si crece un árbol flotante para treparme a jugar. En su follaje se enredarían los peces, y sería un árbol de agua que iría a todas partes sin caerse nunca.

III.

La noche que fue ayer fue de la magia. En la noche hay tambores, y los animales duermen con el olfato abierto como'un ojo. No hay nadie en el, aire. Las hojas y las plumas se reúnen en las ramas, en el suelo, y alguien las mueve a veces, y callan. Trapos negros, voces negras, espesos y negros silencios, flotan, se arrastran, y la tierra se pone su rostro negro y hace gestos a las estrellas. Cuando pasa el miedo junto a ellos, los corazones golpean fuerte, fuerte, y los ojos advierten que las cosas se mueven eternamente en su mismo lugar. Nadie puede dar un paso en la noche. El que entra con los ojos abiertos en la espesura de la noche, se pierde, es asaltado por la sombra, y nunca se sabrá nada de él, como de aquellos que el mar ha recogido. -Eva, le dijo Adán, despacio, no nos separemos.

IV

Ayer estuve observando a los animales y me puse a pensar en ti. Las hembras son más tersas, más suaves y más dañinas. Antes de entregarse maltratan al macho, o huyen, se defienden. ¿Por qué? Te he visto a ti también, como las palomas, enardeciéndote cuando yo estoy tranquilo. ¿Es que tu sangre y la mía se encienden a diferentes horas?

Ahora que estás dormida debías responderme. Tu respiración es tranquilany tienes el rostro desatado y los labios abiertos. Podrías decirlo todo sin aflicción, sin risas.

¿Es que somos distintos? ¿No te hicieron, pues, de mi costado, no me dueles?

Cuando estoy en ti, cuando me hago pequeño y me abrazas y me envuelves y te cierras como la flor con el insecto, sé algo, sabemos algo. La hembra es siempre más grande, de algún modo.

Nosotros nos salvamos de la muerte. ¿Por qué? Todas las noches nos salvamos. Quedamos juntos, en nuestros brazos, y yo empiezo a crecer como el día.

Algo he de andar buscando en ti, algo mío que tú eres y que no has de darme nunca.

¿Por qué nos separaron? Me haces falta para andar, para ver, como un tercer ojo, como otro pie que sólo yo sé que tuve.

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Manuel Cubero Urbano (España)
La Lola: Un mito flamenco

«Estudia, estudia al pueblo que, sin gramática y sin retórica, habla mejor que tú, porque expresa por entero su pensamiento, sin adulteraciones ni trampantojos; y canta mejor que tú, porque dice lo que siente. El pueblo, no las academias, es el verdadero conservador del lenguaje y el verdadero poeta nacional...»

. Con estas palabras se dirigía Antonio Machado y Álvarez (DEMÓFILO) a D. Luís Montoto hace ciento veinticinco años. Pues bien, a pesar del tiempo transcurrido me atrevería a asegurar que siguen teniendo tanta vigencia como entonces. Más aún, si en aquellos momentos, eran un simple consejo a tener en cuenta, hoy podríamos considerarlas una grave advertencia sobre la pérdida de nuestras raíces.

Basta echar una simple mirada a nuestro alrededor para convencernos de que, aunque el nivel de conocimientos del común de las gentes sea hoy muy superior al que se tenía en aquella época, sin embargo el conocimiento que el ciudadano medio tiene de su entorno más próximo posiblemente se haya empobrecido en beneficio de una mayor universalización. ¿Cuantos niños serían capaces, aun en el mundo rural, de identificar al 90% de las aves o de las plantas que viven en su entorno geográfico? Me atrevería a afirmar que bastantes menos que hace cincuenta años. Algo parecido podríamos decir del folclore y demás costumbres populares en general. Tienen nuestros jóvenes unos conocimientos más amplios y profundos, innegable. Podíamos afirmar que se ha universalizado la cultura y que, en muchos aspectos, poseen noticia inmediata de temas y hechos entonces impensables.

Cierto, pero… ¿conocen las canciones tradicionales que cantaban sus abuelos? ¿Recuerdan las canciones de cuna que los durmieron más de una noche? ¿Qué ha pasado en muchos lugares de nuestra geografía con las fiestas y romerías populares? ¿Siguen manteniendo aquellas particularidades que las hacían distintas a las demás?

Sinceramente, creo que estamos asistiendo a la pérdida de gran parte de nuestras raíces por parte de las nuevas generaciones con lo que ello supone de pérdida de identidad cultural e histórica.

Haciéndome estas preguntas me propuse buscar y rebuscar entre los viejos folcloristas del S. XIX tratando de escudriñar entre las raíces de nuestras viejas tradiciones y dar, si ello era posible, con alguna de esas sorpresas que, a veces, nos da nuestra tradición oral. Fue así como llegué a otro estudioso de nuestro folklore y de ese espíritu universalista y profundo que, ciñéndome a mi contexto cultural, subyace en el pueblo andaluz y su cultura: Hugo Schuchardt.

Hugo Schuchardt y Antonio Machado y Álvarez, en unión de un ilustre ursaonés, D. Francisco Rodríguez Marín, forman parte de la elite nuestros folkloristas del S. XIX, esa generación de estudiosos que revolviendo las tripas de lo andaluz y lo flamenco, devolvieron a la cultura popular parte de su auténtico valor. Un valor que hoy, por mor de las nuevas tecnologías, vuelve a estar en peligro.

Pues bien, fue a través de ellos como me encontré con la sombra de La Lola. Cierto que ya había leído La Lola se va a los Puertos; cierto, también, que en más de una conferencia oí aquello de que esa tal Lola «debió» de haber sido una señora de armas tomar, cantaora o bailaora. No menos cierto es que, más de una vez, oí decir a señores versados sobre la materia que, de forma documentada, nada, o muy poco, se sabía a ciencia cierta sobre su persona. Al menos eso fue lo que llegó a mis oídos ansiosos de saber de esa figura legendaria.

En estas inquietudes andaba cuando he aquí que un buen día, gracias a la Fundación Machado, cae en mis manos la reedición de Los Cantes Flamencos (Die Cantes Flamencos, 1881) de Hugo Schuchardt y en el capítulo dedicado a la soleá quebrada o solearilla nos pone dos ejemplos que inmediatamente me rompen los esquemas:

«A Sebilla ba la Lola,
Consolación se ba al Puerto,
la Nena la ejan sola».

Pero no es sólo la Nena la que en 1881 se queda sola. Lo más triste viene después:

«La Lola,
la Lola se ba a los Puertos,
La Isla se queda sola».

La Nena y La Isla (la Isla de San Fernando) se han quedado solas. Y no es únicamente el alemán quien se queda anonadado ante la noticia, el mismo año su buen amigo Antonio Machado y Álvarez en la Colección de Cantes Flamencos también nos hace partícipes de tan triste nueva. Y es que la Lola debía ser mucha Lola. Como para que ciento cincuenta años después nuestra Isla de San Fernando, aun sin tener noticia fidedigna de ella, se haya atrevido a recordarla mirando hacia la Bahía, hacia sus puertos que tanto la añoraron cuando nos dejó.

¿Leyenda? ¿Historia auténtica? Yo creo que podemos y debemos hablar de lo segundo. Otra cosa es que se haya convertido en leyenda por derecho propio, de modo que, posiblemente, en los últimos años de su existencia fuese ya leyenda viva.

CANTAORA

«Buscando otro cielo la Lola se va.
Me queda un consuelo:
ponerme a cantar.

Me duele el sentío de tanto sufrir,
y al ver que la gloria del cariño mío
me ha dejado aquí.

Cantando la Lola se va por los mares.
Se va por los mares,
pero no murmure porque vaya sola.

Voy con mis cantares.
El mundo adelante voy a recorrer.
Me llevo mi cante
me dejo un querer.

Me voy a su vera con este dolor.
Entre Luna y viento colgarlo quisiera
del palo mayor.

Cantando la Lola se va por los mares.
Se va por los mares,
pero no murmure porque vaya sola.
Voy con mis cantares.
Primo de mi alma, voy con mis cantares.»

Y sigue la Lola dando qué hablar. Hojeando algunos escritos sobre aquella época, caen en mis manos las obras de Estébanez Calderón. ¡Sorpresa! Esa señora mitad leyenda mitad fantasía, de la que únicamente quedan retazos de cantes que nos hablan de ella, ha cobrado vida. ¿Nos encontramos ante un testimonio vivo de su existencia? Estébanez cita varias veces a una tal Dolores, cantaora y bailaora de tronío que sale de los puertos con varios cantaores más camino de Sevilla. El Fillo, El Planeta y alguno que otro de sus contemporáneos la acompañan, y en un Palacio sevillano (¿el del Marqués de la Ensenada?), participan en una serie de fiestas que revolucionan el mundo flamenco de la época. De allí, marchan a Málaga y toman contacto con los cantes de la Andalucía Oriental.

Es precisamente a partir de esos momentos, cuando el cante flamenco adquiere carácter de cante grande y abandona lupanares y ventas hasta invadir todo el ambiente cultural de una época.

La Lola, pues, podemos afirmar que fue, por derecho propio, junto a otros flamencos de su generación, culpable de tal cambio en el mundo del cante. La Lola, esa Dolores de que nos habla Estébanez Calderón, y de la que hasta ahora, siempre se ha dicho que fue un personaje desconocido, adquiere para el que suscribe carta de realidad.

Ella, debió de ocupar puesto tan señero, que al llegar otra figura del cante y del baile a aquel patio, cátedra de flamencología, que diríamos hoy, alguien exclamó: «Y pido y suplico que se nombre comitiva y acompañamiento de buena acogida y recibir; que ella es, sin poder ser otra, la Dolores y su comparsa de Espeletilla, Enriquillo, el Granadino, la Mosca y demás zarandajas». Y más adelante:

«...Ello es que el Planeta, el Fillo y toda la asamblea, clamaron en unísono y conjunto: «que había mucho de novedad y no poco de excelencia en tal bailadora, todo de manera que la ponía y encimaba sobre cualquier encarecimiento, salvo, empero, si era en contraste con la rubilla Carmela, a tal punto aclamada y admitida por reina del donaire y de la gentileza, y quede esto, añadieron, así sabido y asentado».

Apoyándonos pues en comentarios encontrados en varias obras de la época (entre las que, además de las citadas arriba, señalamos las Escenas Andaluzas: Un baile en Triana (1831), Asamblea General de los Caballeros y Damas de Triana (1845), las dos dedicadas al flamenco), podemos concluir que la Lola tiene derecho pleno a salir del mundo de a leyenda para incorporarse, sin género de dudas al de la realidad de la vida del flamenco.

Allí mismo, encontraremos estas palabras:

«… La numerosa y escogida cofradía con quien también nos hemos contentado y regocijado nosotros, para aumentar tanto rebato y estrepitosa alegría y dilatar más la hora de vivísima algazara que aquella noche trae consigo siempre en Sevilla, no tuvo más que trocar el sitio de su sesión, sacándolo de la casa consabida y traspasándolo al ancho ámbito del Arenal y cercanos huertos y melonares. Allí volvió a enredarse la fiesta, el baile y los cantares, dando también cada uno de por sí aventajada muestra por su persona Espeletilla y los demás continuos y familiares de La Dolores».

Para terminar, diremos que la leyenda habla de que esta Lola, destacaba en una serie de palos del flamenco, tanto en baile como en cante. Pues bien, curiosamente, estos palos coinciden con los señalados por Estébanez Calderón en sus escenas... [Anteriormente publicado en: Estrellas poéticas]

MANUEL CUBANO URBANO: Nacido en Doña Mencía (Córdoba), ha ejercido la docencia, como maestro y profesor de bachillerato en diversos pueblos de Andalucía. El ámbito rural en que vivió sus primeros años se constituye en motivo frecuente de su creación literaria, centrada mayoritariamente en el relato breve. [...} Ha colaborado con artículos de investigación y relatos en varias revistas y antologías de todo el ámbito hispanoamericano: Archivo Hispalense (Sevilla, España), Cuento cuento (Toledo, España), Magia Literaria (Mérida, Venezuela), A Contrareloj (Osuna, España), Ediciones Alomdras(Quebec, Canadá), El Bermejino (Doña Mencía, España), etc. [...] Como obra propia ha publicado cuatro libros de relatos:
«Veinte relatos de humor y una canción desatinada», «El niño-lucero y otros relatos», «Nieves Blanco y los Siete Magníficos», «Tiempo de algarrobas» y «Retratos de una isla».
Ver más biografía]

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Liliana Varela (Argentina)
Abrázame fuerte

«Mi hombro será
el bordón de tus angustias».
Migdalia Mansilla

Abrázame fuerte hasta que el aliento
me olvide y quiera deshacerse de mi,
amalgamados seremos uno
para soportar los embates de la vida.

Única efigie de valor y gallardía
los sentidos tornarán canto
las desdichas del destino,
será más pura el agua cristalina
que beberá nuestra piel.

Apoya en mí los sinsabores
hasta que consumido el fuego
no arda el pecado.

Seamos uno
orillas de un mismo río.

Liliana Varela / Colaboradores

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Carlos López Dzur (PR)
La visión de Eva en un poema de Norma Segades


El segundo texto de Norma Segades se titula Eva. Si en Lilith la referencia a la primera Madre Colectiva es enigmática, Eva es la «madre del castigo», texto que ya afirma su condena a la dominación operante. En este enjuiciamiento por Eva, ella es la que grita contra la justificación, ahora hecha con carácter más absoluto, del orden cósmico establecido y predeterminado del Ser Supremo, o de su representante, o cualquiera sea el nombre de la Autoridad creadora y controladora.

Lamentablemente, en este Amo / Padre / Orden se predetermina «la función y la misión que cada cual debe cumplir y que se transmite por la línea de mandos». [Casilda Rodrigañez, El asalto al Hades: La rebelión de Edipo: 2010].

El texto Eva de Segades es la descripción del Amo, no en tanto Creador de la Vida, sino como «Dueño» aupado para admnistrarla, profanador del sueño de una las partes, en este caso, la hembra. Este es el «insolente señor de los caprichos» y, en consecuencia, el Amo Patriarcal y su simbología. Lo que la Eva, en este poema, trae a colación es el inicio de la opresión del útero, la desautorización de la simbiogénesis en la génesis orgánica, por una visión creacionista, que justificará «la esclavitud, la dominación y la jerarquía social» [Rodrigañez, loc. cit.].

Veamos el texto completo:

De la costilla que el Señor Dios había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre. Entonces éste exclamó: Esta vez sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada mujer, porque del varón ha sido tomada: Génesis 2:22-25

Útero de dolientes laberintos donde la humanidad se salvaguarda,
grito el nombre del dueño de la vida,
mientras llovizna el alba
sobre el huerto
y ha comenzado el tiempo de los pájaros.
Grito el nombre del amo de los sueños,
insolente señor de los caprichos que cinceló en un hueso mis caderas,
mis senos contundentes,
mi cintura,
mis tobillos de andar acompasado.
Grito el nombre del verbo hermafrodita que me impuso
en la noche originaria
mi credencial de hembra,
de varona dispuesta a entretejer mi dinastía con hilvanes de semen desvelado
y luego,
sin piedad,
hirió mi rostro con el amargo musgo del olvido,
me arrebató en la fiebre de su cólera,
me expulsó hacia el naciente del repudio con espadas de fuego
entre las manos.
Soy Eva.
Soy la madre del castigo.
Detrás de mi vendrán cendales negros,
y un silencio de sangre sin embriones vaciada en las arenas de los siglos
y una historia de sexos mutilados
y piedras lapidando los pezones
y puños como rocas
y puñales
y la profanación de la inocencia
y manos machacando en los morteros el secreto nutriente de los granos
y el pulso del dolor atravesando por acequias de carne desgarrada
y la muerte
acechando en los rincones
como un perro de presa que reclama su diezmo de menudos calendarios.
Grito el nombre del padre,
a voz en cuello;
increpo a su desdén,
prevengo al viento acerca de estas lunas insumisas
que habrán de continuar sobreviviendo
a pesar del desprecio
y los agravios

[Norma Segades Manias,
En nonbre de sus nombres PDF]

¿Con qué aproximación crítica y hermenéntica Segades Manías articulará a su hablante en este texto?

Destaquemos que ella deja-ser al Acaecer apropiador del mito, permite un hablante que dice «Yo soy» con el que viaja a esa punto de la temporalidad («noche originaria») que se ha hecho «presencia». Segades sabe, sin embargo, que Eva, como Lilith y el «Amo» patriarcal («amo de los sueños, / insolente señor de los caprichos»), son ideologemas judíos. Conceptos y símbolos que configuran su propia continuidad y discontinuidad. «Obras de encargo destinadas a borrar» uno de los aspectos. Si el Edén es considerado un mito celebrativo de la (re)creación de la vida, ¿cuándo lo que fue momento de continuidad y celebración se forja como lamento y por qué?

Francisca Martín-Cano Abreu también ha observado cómo para justificarse el vencimiento del poder femenino y el inicio del dominio de la Divinidad masculina y sus valores (que son los de los guerreros, los del espíritu de expansión y dominio contra pueblos agrícolas, sedentarios y pacíficos), es necesario el falseamiento; enseñorearse con caprichos, enfatizar la ambiguedad, siendo que así, a la larga, se propicia olvido, apatía y tolerancia. La mentira es una forma de robar la certeza y la convicción que hubo en la simbiogéesis pre-patriarcal:

El mito, que invierte los hechos históricos, con una evidente finalidad desacreditadora, narra que Abel (el pueblo hebreo patriarcal invasor de pastores, vence y asesina al pueblo agrícola cananeo) que se dedicaba a guardar rebaños fue muerto por el ¡asesino! Caín (agricultor) que se dedicaba al cultivo. Es un ejemplo característico que usa del típico mecanismo de inversión mítica de los ideólogos patriarcales: los que se dedicaban a cuidar rebaños / «Abel» / el pueblo de pastores con costumbres nómadas y móviles, los habituados a los cambios que viajan por vastos territorios, los sujetos de un patriarcado agresivo y violento, con grandes ambiciones, que invaden y se apoderan de los suelos ricos y fértiles ajenos, ¡son los asesinados! por los «Caín», los sujetos de una estructura social matriarcal, cultivadores de la tierra, pacíficos, sedentarios, estables, tranquilos, maternos... Así que en realidad este mito enmascara el enfrentamiento entre pueblos que tienen diferentes filosofías, pero los hebreos dan una interpretación diametralmente opuesta al hecho de que precisamente es el pueblo matriarcal (agricultor de Caín) el que termina por ser sometido, asesinado y gobernado por el otro (el patriarcal de Abel / el invasor): Francisca Martín-Cano Abreu: Mitos

Desde las voces articuladas por Segades en sus poemas, la continuidad se interrumpe «con la aparición de las sociedades esclavistas y el cambio de orden social» [Rodrigañez, loc. cit.]. Eva confirmará a Lilith. A ninguna hembra se le facilita, por más «dispuesta a entretejer» su dinastía, bajo la condiciones de cambio que se operan, que son el fin de la simbiogénesis (segón la teoría evolutiva de Lynn Margulis); ni para Lilith ni para Eva, al parecer fue posible. Y ahora es Eva quien se queja de que está siendo herida, «sin piedad», olvidada y castigada con arrebatos y repudios («fiebre de su cólera») de quien la expulsa. El grito de Eva increpa al Padre / padre, tanto en mayúsculas («verbo hermafrodita» / de Yahwé) como al biológico-tribal, acusándolos de «desdén» y «agravios».

Estamos sólo en los umbrales del «naciente» repudio, pero hay una clara consciencia de expulsión. «Una nueva era de esclavitud más devastadora de cuantas la humanidad haya podido conocer», explica Rodrigañez, y que se tiende a negar para que la continuidad de la simbiogénesis quieda borrada, dismunuída y disuelta en «el amargo musgo del olvido» que tanto Segades, como Rodrigañez, saben la herramienta más eficaz para legitimar esclavitud, guerra, tortura, feminicidio y discontinuidad.

y una historia de sexos mutilados
y piedras lapidando los pezones
y puños como rocas
y puñales.

En el poema Eva, Norma Segades nos menciona la «y la profanación de la inocencia». Sin embargo, en la visión que Segades nos ha presentado de estas dos figuras / nombres sagrados, Lilith y Eva, la transgresión no viene de un agente extrahumano. No hay ninguna Serpiente que busque a Eva ni perversa inclinación de parte de ella a renunciar a la felicidad y a la seguridad por preferencia viciosa por la incertidumbre. Tampoco hay la noción de una Manzana Prohibida ni una disputa conyugal en la que ella vencerá, haciendo que Adán se subordine por el amor a Eva.

Tal contexto puede explicar los pasajes del El Paraíso Perdido de John Milton, donde la transgresión de Eva genera la ira de Dios y el primer exilio arquetípico del Edén para iniciar una historia profana de éste. Inclusive una historia dolorosa del parto, el trabajo (enajenado) y la convivencia, en adición, la consciencia de muerte, culpa y desobediencia («el sentimiento trágico de la vida», del que hablara Unamuno). Si preguntamos por la causalidad de lo que en los textos de Segades ocurre, las respuestas son otras y tienen que ver con un desequilibrio de poder. Ni siquiera Segades plantea la existencia, o no existencia del matriarcado ni si los valores que predominan son los de las sociedades agrícolas pacíficas, o si los valores de una sociedad ganadera (Abel, como pastor de ovejas), se vuelven peligrosos.

Lo que sí se desprende de los dos textos segadianos es que han comenzado los vendavales de los «amores migratorios» (como dice en Lilith) y, más poéticamente, en el segundo texto sobre Eva, se dice: «ha comenzado el tiempo de los pájaros», lo que si relacionamos al hombre, mienta por igual hábitos migratorios, en lo que puede ocurrir si ampliamos el contexto, el acaecimiento histórico de un nuevo tipo de sociedad en que ya no se festeja la vida.

La arqueóloga Marija Gimbutas, al analizar este proceso de transición de la Edad del Cobre a la del Bronce y que sucedió mucho antes de lo que se pensaba (sucedió entre 3500 y 2500 a.c.), nos pone en antecedentes de lo que pudo significar ésto para las sociedades agrícolas pacíficas. «El paso de la dominación de la mujer por la fuerza bruta (se captura a la mujer tras destruir por la fuerza lo que emana de ella), a la sumisión voluntaria de la misma (la mujer se considera salvada cuando se destruyen las monstruosas emanaciones de su cuerpo» [Casilda Rodrigañez Bustos, loc. cit.] Recordemos que estos mitos de la desaparición del Paraíso Terrenal, el Edén, las Diosas Madres, etc., datan de estos períodos.

La aludida protección que el varón daría a la mujer resultaría a la postre remedio insuficiente frente a la violencia en el sucesivo patriarcado. Cuando ha sido justificada la actitud hiperprotectiva del varón, esposo o jefe tribal, hay que tomar en cuenta esta observación de Francisca Martín-Cano

«Y para evitar la provocación de los violadores, para que no estuviesen expuestas al rapto y para evitar que se expusieran a peligros, que implicasen el riesgo de morir y por tanto el abandono de su prole, que correría igual suerte, se impondrían a las mujeres restricciones en su libertad de movimiento y se les prohibiría el desplazamiento lejos del hogar, por caminos solitarios; se las encerraría, con lo que significa de limitación cultural y pocas posibilidades de cambio. Y con la limitación de la libertad femenina, se fue pronunciando más el estado de sometimiento. Y consecuencia de ello sobrevino la revolución patriarcal y en unos pocos siglos la subordinación femenina» [Mitos].

Vivimos, en la actualidad, el patriarcado y lejos de amainar la violencia, la tendencia a crecer. La pregunta no es hoy si las descendientes de Lilith / o Eva, son representantes de una «humanidad previa» a la adquisición de la conciencia humana, pero la violencia prosigue. Tampoco es el quid de la cuestión de si una mujer por manifestar «rasgos como la independencia, la autonomía, la autopertenencia, la confianza en el propio criterio, el sentido crítico, la vinculación con el propio ser y el propio deseo» [Francisco Diez de Velasco, Paloma de Miguel, loc. cit.], la hacen censurables y peligros manifiestos para la sociedad patriarcal. El verdadero asunto, tal como lo expone Norma Iris Cacho Niño, en Militarización y violencia feminicida: el patriarcado al extremo (CEPRIDL 2009) es que:

La violencia estructural contra las mujeres tiene raíces históricas, culturales y políticas profundas que atraviesan muchos niveles y tienen diversas expresiones. La falta de acceso a oportunidades, el fortalecimiento de los roles tradicionales, los estereotipos de género, las condiciones de trabajo diferenciadas, el abuso y hostigamiento sexual, son tan sólo algunas de las manifestaciones de esta violencia.

La violencia contra las mujeres conjuga las condiciones de opresión, la misoginia y el sexismo. Es un ejercicio del poder masculino mediante la fuerza para someter y controlar a las mujeres y se ejerce en los ámbitos privados y públicos. La violencia contra las mujeres no es natural ni íntima; existe una responsabilidad social que sostiene al sistema patriarcal por medio de la violencia de género, así como una responsabilidad institucional que favorece las condiciones sociales, económicas y políticas que garantizan la violencia sistemática contra las mujeres».

Los feminicidios son la manifestación extrema de la violencia estructural económica, política, social y de género. [Militarización y violencia feminicida: el patriarcado al extremo]


Bibliografía

Norma Segades Manias, En nonbre de sus nombres PDF.

Casilda Rodrigañez Bustos,
El asalto al Hades: La rebelión de Edipo: 2010]. Libro disponible en PDF en la internet.

Francisca Martín-Cano Abreu:
Mitos

Norma Iris Cacho Niño, Militarización y violencia feminicida: el patriarcado al extremo [CEPRID, 13 de diciembre de 2009] Ver

Carlos López Dzur / Bios



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Fanny G. Jaretón (Argentina)
PERMANENCIA


Cada noche enciendo una vela por ventana.
Me aliso untando flores de golondrinas.

Canto y canto con el jileveo
que me presta el RuySeñor mientras el Campeador duerme.
Cada noche miro hacia su costa,
miro si el bote BienEra para conmigo.
Miro si el faro se ha encendido con aceite de promesas.
Cada noche miro hasta deshilar las noches tejiendo el mañana.
Cada noche con sus días
me escapo de la pérdida que quiere ser ley del hielo.
Observo con ojo aquí- allá las noches diferentes/separadas
cuando nos dormíamos para soñar.

Cada nochylunia con mi aliento que se debilita
corto al brillo que oscurece las figuras del principio
Y es entonces que le veo aparecer
coronado de Rey, paso que por mí espera
Oscilando en el silencio que me cimbra,
como una extensión del tiempo
mis brazos que responden a la luz
por la causa de la sombra.

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DEMOGRAFICO

Los niños son la causa de la muerte.
Pero la muerte tiene razón
para el qué de los niños.

Al silencio nunca lo dejaremos sólo
si es una canción del mañana que lo trae.

El número de habitantes que guarda
la isla de vida, se aleja hacia el mar.
Amadar, anadar…

La Fenixbustión nos arrumba
de incertidumbre.

<>

GEMATICES

Dalí habrá pintado para llenar el espacio?
Qué espacio de nuestra vida
dejaremos huerto de colores?
Qué existirá entre el espacio que llenamos
y el que queda desierto todavía?

Seremos malamente radicales Imaginando oasis?
Seremos el filtro de un pétalo para inscribir al mundo?
Seremos la raíz para enterrarlo?

Como los dos estamos ciegos de confesiones
es mejor tocarnos oyendo al agua de millones de años.
Oyendo el líquido amniótico seminal
como un jadeo de vapores azules
que atraviesa la oscura y sedienta esmeralda.

De Trece en Trece: En torno a tus poemas, Fanny

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Emilio Medina Muñoz (España)
Para ella


Te deseo como al agua derramada
que acompaña a los guijarros por el lecho,
que me abraces con pasiones a tu pecho
y me unas al sentir de tu mirada.

Hoy es dia de la fecha deseada
que se cumple aniversario de este cielo;
me has dejado los amores en consuelo
y delicias de tus manos delicadas.

Me he soñado abrazado y derrotada
de placeres jubilosos de alegria,
suspirando por sentirte enamorada.

Otro tiempo comienza en este dia;
mi deseo es amarte eternamente,
mientras oigas el agua del torrente.

17 Agosto 2010

<>

¿Por qué?

De los mares he tomado las espumas,
y sus bellas caracolas irisadas,
al sacarlas del agua son dañadas
por lo gajes de la vida o por las brumas.

El poeta pensó que enamorado
le llegaban de la vida los placeres;
en horrores ha vivido los quereres
y ahora ruge como el viento huracanado.

Una estela va dejando el barco airado
en las aguas tenebrosas del olvido,
con sus velas desplegadas sin sentido.

Esperando la galerna emocionado
con la muerte susurrando ya en su oido...
va mostrando a un amor muy deseado...

4 Julio 2010./
Emilio Medina

[El poeta Enilio Medina Muñoz es colaborador de los gripos Muestrario de Palabras, Revista Papirolas, Objetivo Poetas, La Voz de la Palbra y distintas comunidades de escritores y poetas. Destaca por una poesía melodiosa, rímtica, en metro tradicionales. Ha escrito su Autobiografía en verso e ilustrada (
Ver]

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Isabel Cristina Murrieta López
Mejicana


Yo soy MEJICANA, así. Con jota.
Como me lo enseñaron mis ancestros.
Soy mejicana, así con la jota
Con la que se escribe jodidos
Como están todos los de mi tierra
Con jota, con la que se inicia Justicia
La desconocida que buscan en la Sierra

Mejicana, con jota, esa letra
Que divide la palabra mujer.
Esa, con la que la matrona
Me enseño a pujar, para parir
Esa con la tejo las palmas

Para hacer el huari, el sombrero
Y hasta el petate para dormir
Soy mujer. Serrana como mi'apá.
¡Mejicana¡ No uso la x,
Como remedo de identidad:
«Mexican curios»
Que ya no saben lavar, ni coser…
Les da vergüenza
hacer tortillas y tostar el café.

Yo… la X, no la quiero.
En México, no la quiero.
Porque me trae la ingrata imagen
de los migrantes que murieron
en el desierto, en la frontera
buscando Patria, buscando vida
para sus hijos y sus ancianos.

La X, de México…me da tristeza.
Porque me deja el sabor amargo
de los que mueren cada día
Consumiendo o vendiendo droga
Entre venganzas de los malvados
que con mi tierra, con mi gente
Con nuestra sangre se enriquecieron
Sin importarles nuestro dolor.

La X, en México: me da vergüenza.
Por las mujeres que fallecieron
Y en Ciudad Juárez aún no hay justicia
Por lo contrario, ennegrecieron
Los horizontes del porvenir.
Me da rabia mirar la X
Porque con ella envilecieron
los derechos de ciudadanos
Que la plasmaron en un papel
Confiando que con su voto
para sus ángeles,
sus niños mártires
Justicia, solo Justicia iban a tener.

No. Yo… ¡Soy mejicana¡
Así. Con la jota
Hija del sol y de la tierra
Hermana del viento
Y los animales del bosque…
De los indígenas de mi pueblo
Que todavía escuchan
Las voces del río,
De las piedras

Del Cuadernillo Mejicana / Coleccion Suenos de Verano / SIPEA.

[Isabel Cristina Murrieta: Escritora sonorense nacida en Nácori Chico, estudió la especialidad en Salud Pública del IMSS en coordinación con la Universidad Autónoma de Sinaloa. Cuenta con diplomados en Docencia y en Investigación, así como con diferentes cursos monográficos de Educación Continua. Ha asistido a varios cursos, talleres, simposios, jornadas, congresos, mesas redondas y encuentros de salud en el primer nivel de atención, en muchos de los cuales ha sido ponente. Además se ha desenvuelto en la Docencia.

De ascendencia Opata, es Especialista en Salud Publica y ha incursinado en la Política de su paìs, ex-Diputada Local en su Estado, luchadora social, sindicalista, escribe desde su infancia y tiene el poemario 'Zatachy', conduce el Programa radiofónico:El Rincón Bohemio y es representante de la Editorial ORBISPRESS en México, colabora en Culturadoor y lo ha hecho en la Revista Contrastes de Sonora y en otros medios locales. Ha ocupado diferentes cargos directivos políticos a nivel municipal, estatal y nacional. Actualmente labora para IMSS.

En el campo literario ha sido colaboradora en distintos medios estatales y nacionales, ha participado en varios talleres de periodismo, creación literaria y musical, participante activa de un programa radiofónico de tinte literario; coordinadora adjunta del evento literario anual Horas de junio y secretaria general del Parlamento Hispanoamericano de Escritores.

[ Ver más:
Sistema de infomación cultural y Poetas del Mundo].

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