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Por Carlos López Dzur
Carlos Claussell Reyes ha escrito su primera novela, con el título «Mario Valemonde». Novela reveladora de mucha madurez política, formación vital, militancia e interés cultural, pues, el autor ha sido un líder sindical, abogado y defensor de la lucha anticolonial y anti-imperialista, asunto que es imprescindible para que haya justicia y una cultura que garantice la personalidad del Estado como nación.
Escribo esta notas para saludar a un compañero y amigo a quien admiro, festejo su obra y la continuidad con que ha desplegado sus batallas, a lo largo de más de 35 años. Soy privilegiado por leer el manuscrito antes de su impresión como libro.
En el 'valle del mundo' (vallée du monde = valemonde), en el horizonte donde su personaje de Mario ha crecido, sufrido y pervivido con esperanzas y desafiado en sus luchas), descubro un microcosmos simbólico donde el género de la novela se vuelve el vehículo más adecuado para revelar su contenido y problematizaciones. Ese 'valle del mundo' es objeto de las denuncias y percepción de transformaciones que, a través de crónicas periodísticas y una investigación que involucra todas las energías del alma, sin reservas, el personaje principal las conjunta. Mario no está solo en la tarea. Es uno de cuatro personajes en torno a los cuales comienza una historia totalizadora que implica una visión directa, con perspectiva sociológica, política y de inferencias concretas en la cotidianidad: la praxis del periodismo investigativo.
El escenario geográfico primario es Puerto Rico, isla caribeña bajo el dominio de un Imperio, cuyas ramificaciones son mundiales. No hay una mención de Puerto Rico; pero, a medida que se lee, el lector entiende que la Isla de la Fantasía, que aguarda su momento de transformarse en la Isla de la Verdad y el Decoro, no es otra que Borinquén. Los personajes que acompañan a éste, en su hazaña transformadora y conscientizante, son Ariel Bermúdez, «mano derecha» y «mejor amigo» de Valemonde, Sergio, el consejero y profesor universitario, cuya esposa Carmela, es hermana de Mario, José Arimatei, indígena mapuche, casado con mexicana y cuya familia fue víctima de asesinatos institucionalizados bajo el régimen de Pinochet.
Ellos son los «cuatro quijotes» que fundan el diario La Denuncia.
Como una «novela totalizadora», el personaje que será el narrador o el eje de la historia, al decir de George Lukács en su Teoría de la novela, «...no se puede considerar como solitario, sus relaciones con los otros y las estructuras que nacen son, como él, ricas en sus sustancias más filosóficas. Para el hombre, la obligación moral es una pura cuestión pedagógica». Entonces, considerada la novela de Claussell, es filosófica, pedagógica y su acción es política, en cuanto opuesta a «la tendencia a esquivar más que a asumir a los conflictos y las luchas exteriores».
Estos cuatro amigos periodistas encarnan y enfatizan una conducta que se sitúa en el mundo en aras de armonía, «trazar líneas netas y seguras, en función de recuperar un sistema de homogeneidad y de equilibrio». Por consiguiente, la novela se plantea la acción, no como un exceso de actividad, desplegado hacia el exterior, sino como una reflexión prudente e investigativa que deshaga «la tendencia a la pasividad, la tendencia a esquivar», como sucede en el idealismo abstracto, La estructura psíquica de esta novela no es el héroe trágico sino el hombre viviente de Homero, el hombre nuevo de Platón, que maneja un «conocimiento actuante, con su visión creadora de esencias» y que rompe el romanticismo de la desilusión, como visualizara Lukács.
En tanto es una novela de acción, tiene un estilo que recuerda la novela policíaca. Esta impresión se capta desde la situación inicial, donde se introduce el personaje principal, su vida en el hogar y la escuela. El caso es que en vez de un detective o policía tradicional el personaje es otro tipo de investigador. Periodista investigativo. Poco a poco, antes que se destaque por las pericias y haya descubrimientos de culpables, conocemos la turbiez y negatividad de su entorno.
En el valle del perspectivismo, hay conflictos y conoce a un quinto sujeto / amigo truncado / que ocasiona en su vida muchos conflictos (es el ex-compañero de Colegio, Oscar Rivera Troncoso) y al sexto, personaje clave de la novela, Michael Quilinchini Toboso. Una vez comienza la labor que Mario, con sus amigos verdaderos, se imponen, la novela se vuelve un acelerado proceso en que lo oculto advendrá a la luz y los crímenes impunes en la sociedad que los rodean serán visibles.
A esta altura, en la definición de la novela totalizadora, incidiría otra cualidad. Es novela de tesis. La obra explora cómo el periodismo de investigación tiene un importante rol que desempeñar en la democratización de la sociedad, pero, al mismo tiempo, en una sociedad de crisis, mediatizada por el (neo) colonialismo y, por ende, insuficientemente democratizada, la existencia del periodismo de investigación es precaria y riesgosa. La investigación más ambiciosa y desafiante que hace el grupo editorial La Denuncia que fundara Mario concierne a un fenómeno de ocultamiento que relaciona a Oscar, alias Gabriel, El Látigo, con los crímenes de estado, aquel alumno malandro y expulsado del colegio que una vez conociera.
En lo más amplio de la óptica que brinda 'el valle del mundo', está el Gobierno Imperial con sus socios de la mafia y el Código de Valores Fundamentales de la Nueva Inquisición que criminaliza a pueblos y al ciudadano de la calle. El capitalismo contemploráneo ha sido exitoso en originar una cada vez mayor desigualdad económica, convirtiendo la democracia en una etiqueta para esconder la dictadura de unos pocos y la protesta en mera pataleta.
A través de recursos documentales y estilísticos, el autor Clausell Reyes concluye las tesis:
(1) con frases irónicas y ocurrentes se refiere a personajes, instituciones y lugares, da epítetos anecdóticos, e.g., Ministra de Dios Mariquita Despojo, Iglesia de los Ultimos Segundos, Judas de la Educación Pública, el Imperio de Apolo, Teatro del Absurdo de la Colonia, Universidad de Venus, Aprendiz de Don Corleone, islita Inocencia (Puerto Rico), Mario 'Sherlock', Carmela 'Watson', Señor Azufre, etc.
(2) epistolarios (e.g., las cartas de Oscar Rivera desde el Army, o de sus amigos cuando se distancian y fundan otros periódicos paralelos a la misión investigativa de La Denuncia), archivos y cotejo de fotos, consultas de documentación pericial.
(3) citas de los articulos o reseñas publicados en La Denuncia; técnicas interrogativas de entrevista
(4) la alusividad a leit-motivs clásicos, pictóricos, literarios o bíblicos
(5) «Arma secreta» (la intuición), siendo que Mario y Ariel tienen el «don de tener pensamientos integrados», así como José, que posee dones de 'visionario' o chamán. Como Mario, siente el deseo de «denunciar el engaño de este sistema de mierdam que escoge a sus mejores jóvenes para pervertirlos y enajenarlos de sus verdaderos problemas» [CCR: «Mario Valemonde», p. 52]
(6) Hay episodios que Claussell narra, con lenguaje de connotación onírico-surreal, y que representan momentos de despersonalización paranoica o delirios pesadillescos de uno que otro de sus personajes. Al contar la detención de Michael por asesinato, el autor relata, «Michael era un personaje sacado de una novela de misterio» [CCR: p. 261]. Indica que;
El resultado de las habilidosas investigaciones sirve para sustanciar las siguientes tesis y probar las hipótesis:
* Cómo el capitalismo corrompe, a partir de la niñez o primeros grados colegiales:
* En torno a la crítica a la formación en la carrera de Comunicación Pública, dice el personaje de Mario:
La solución del caso de El Látigo y otros esclarecimientos, (que son verdaderas aventuras detectivescas), llenan de prestigio a los cuatro quijotes, pero también asoman riesgos de muerte y constantes amenazas. No es trivial decir que la profesión del periodista es una de las que ocasiona mayores pérdidas de vidas por asesinato. Capturar capos del bajo mundo es tan peligroso como hacerlo entre la clase política y empresarial encumbrada.
En México únicamente se han registrado 74 asesinatos en los últimos 13 años y 17 desapariciones; «los asesinatos de periodistas y presidentes municipales se incrementan cuando las organizaciones criminales se confrontan unas a otras; hay una fuerte correlación entre la presencia de organizaciones criminales, y el homicidio de este tipo de víctimas» [Viridiana Rios, Tendencias y explicaciones al asesinato de periodistas y alcaldes en México: El crimen organizado y la violencia de alto perfil, Harvard University, 2012]
La lectura posible en esta novela tiene una óptica de mayor amplitud para explicar la violencia de alto perfil. Aquí es el imperialismo y su influencia mafiosa la que ha apoyado con mano de hierro las feroces dictaduras antipopulares y utiliza recursos homicidas para desestabilizar países, para destruir su cultura y sociedad, la personalidad del Estado-nación, aprisionar a mujeres, negar todo cambio progresista e instaurar una dictadura religiosa o nuevos fundamentalismos.
El personaje de El Látigo, en Puerto Rico, asume el rostro de un «Gobernador impostor, corrupto y asesino» que se oculta bajo muchos nombres: Oscar Rivera Troncoso, el político Gabriel Carruchini, y su propio hermano Michael. El robo de identidad, la impostura, aquí es un delito de fraude y traición a toda condición humana normal y destapa la caja de Pandora. Después de todo, no es el Poder Invencible. Es sólo un golem.
Cómo Claussell trata la intríngulis conspirativa y las sucesivas personalidades de este personaje es la destreza ponderable y lúcida que cuaja como metáfora de El Látigo. Es un construcción síquica y político-social fascinangte. «El Látigo», narra el hablante omnisciente por boca de Mario, es «un sorprendente experimento construído por el Imperio» y, como tal, puede asentarse en la Isla del Encanto, como en cualquier país aliado del Imperio de Apolo. Es el funcionario fascista que funge su honorabilidad desde la democracia y las relaciones publicitarias de una estructura de simpatías e imágenes, poses y apariencialismos.
El último detalle de esta tesis revelada en La Denuncia, es cómo se entrena, se selecciona, se instala este impostor o demócrata fraudulento y el mismo Imperio mismo lo quita y reemplaza. Un funcionario como el Látigo, aún cuando el sistema fue quien le abre las puertas, es prescindible. La descripción novelesca explicita cómo para su idoneidad se cambian no sólo el apellido, sino la fisonomía a através de cirujanos plásticos, Pafra que fuese clon de Gabriel Carruchini, Oscar, el jovenzuelo «abusador y pendenciero», lo asume, aunque su genética es de «asesino evidente desde niño», o es la imagen de «Demian, el anticristo» [CCR: p. 280], Sju inteligencia y cultura es superior. Mario lo conoció como co-alumno suyo en el colegio. Y supo de cómo, al quedar expulso de la escuela por 'vender resultados de exámenes', después se reclutó como soldado, «en las áreas de conflicto, en las cuales debía salir airoso».
La (anti) moral demandada a este personaje, «el fabricado» incluyó «no permitir al candidato flaquear ante las adversidades. Debía ser leal aún cuando sus actuaciones contra los subalternos no fueran del mejor agrado del fabricado y constituyeran violaciones a la moral y de los derechos civiles de los intervenidos» [CCR: p. 282],
«No podía tener lástima por el prójimo y tenía que cumplir órdenes aunque eso representara matar a inocentes cuando se lo solicitaban, situación que se dio en innumerables ocasiones... El uso de la tortura o hasta llegar al asesinato. Debía mantener silencio y discreción ante las denuncias de atropello de otros y estaba obligado a denunciar a quienes protestara, tornándose al fin y al cabo en un ser servil. Esa prueba de fuego fue lo que convenció al gobierno de que el candidato seria ideal a la causa para la cual habia sido elegjdo» [p. 283].
Pero quien pone, quigta. Oscar es traicionado por una confesión indiscreta del demencial Michael y por el abandono o retiro protectivo que le daba Karla Channel, espía francesa en servicio del Imperio o la Mafia del Imperio. Habían impuesto esta mujer a Oscar como parte de un acuerdo. Mas Oscar dejó de servir.
La democracia hipócrita permite ciertos grados de libertad de prensa, pero, al igual que los grados de transparencia oficial, varía la profundidad y la facilidad o dificultad para realizar periodismo de investigación. Darío Klein ha escrito en sus ensayos El papel del periodismo de investigación en la sociedad democrática lo que en esta novela, tan colorida, dramática y conmovedoramente, Claussel expone. Si bien desde los '7O, hay legislación favorable a la transparencia pública en los puntos de mayor poder del Imperio y la documentación o estadística custodiada o elaborada por la administración se enriquece con un llamado Freedom of Information Act (FOIA), que garantiza específicamente a los periodistas acceso a todos los documentos del Estado que no estén clasificados como secretos, la posibilidad de solicitar acceso a lo secreto es acercarse a la boca del lobo y la transparencia pública que ofrece el sistema democrático es cuestionable y poco común.
Darío Klein y Ted Smith en un artículo crítico sobre el papel de la prensa, titulado La mordedura del perro guardián (1991), concluyó que «la prensa es la única institución norteamericana que no se somete jamás al pleno rigor autocrítico del periodismo de investigación». Claussell con su novela, especialmente, en los capítulos finales, vaticina la llegada de ese momento en que Puerto Rico ofrezca «los primeros periodistas de la colonia del Imperio Apolo» que puedan ser «acusados de ese delito / cargos de sedición / por decir la verdad». Y ese tiemplo está llegando... O llegó, con los cuatro quijotes de La Denuncia.
UNA NOVELA CON TESIS Y MUCHA INTRIGA: MARIO VALEMONDE DE CARLOS CLAUSSELL REYES
Por Carlos López Dzur
Carlos Claussell Reyes ha escrito su primera novela, con el título «Mario Valemonde». Novela reveladora de mucha madurez política, formación vital, militancia e interés cultural, pues, el autor ha sido un líder sindical, abogado y defensor de la lucha anticolonial y anti-imperialista, asunto que es imprescindible para que haya justicia y una cultura que garantice la personalidad del Estado como nación.
Escribo esta notas para saludar a un compañero y amigo a quien admiro, festejo su obra y la continuidad con que ha desplegado sus batallas, a lo largo de más de 35 años. Soy privilegiado por leer el manuscrito antes de su impresión como libro.
En el 'valle del mundo' (vallée du monde = valemonde), en el horizonte donde su personaje de Mario ha crecido, sufrido y pervivido con esperanzas y desafiado en sus luchas), descubro un microcosmos simbólico donde el género de la novela se vuelve el vehículo más adecuado para revelar su contenido y problematizaciones. Ese 'valle del mundo' es objeto de las denuncias y percepción de transformaciones que, a través de crónicas periodísticas y una investigación que involucra todas las energías del alma, sin reservas, el personaje principal las conjunta. Mario no está solo en la tarea. Es uno de cuatro personajes en torno a los cuales comienza una historia totalizadora que implica una visión directa, con perspectiva sociológica, política y de inferencias concretas en la cotidianidad: la praxis del periodismo investigativo.
El escenario geográfico primario es Puerto Rico, isla caribeña bajo el dominio de un Imperio, cuyas ramificaciones son mundiales. No hay una mención de Puerto Rico; pero, a medida que se lee, el lector entiende que la Isla de la Fantasía, que aguarda su momento de transformarse en la Isla de la Verdad y el Decoro, no es otra que Borinquén. Los personajes que acompañan a éste, en su hazaña transformadora y conscientizante, son Ariel Bermúdez, «mano derecha» y «mejor amigo» de Valemonde, Sergio, el consejero y profesor universitario, cuya esposa Carmela, es hermana de Mario, José Arimatei, indígena mapuche, casado con mexicana y cuya familia fue víctima de asesinatos institucionalizados bajo el régimen de Pinochet.
Ellos son los «cuatro quijotes» que fundan el diario La Denuncia.
Como una «novela totalizadora», el personaje que será el narrador o el eje de la historia, al decir de George Lukács en su Teoría de la novela, «...no se puede considerar como solitario, sus relaciones con los otros y las estructuras que nacen son, como él, ricas en sus sustancias más filosóficas. Para el hombre, la obligación moral es una pura cuestión pedagógica». Entonces, considerada la novela de Claussell, es filosófica, pedagógica y su acción es política, en cuanto opuesta a «la tendencia a esquivar más que a asumir a los conflictos y las luchas exteriores».
Estos cuatro amigos periodistas encarnan y enfatizan una conducta que se sitúa en el mundo en aras de armonía, «trazar líneas netas y seguras, en función de recuperar un sistema de homogeneidad y de equilibrio». Por consiguiente, la novela se plantea la acción, no como un exceso de actividad, desplegado hacia el exterior, sino como una reflexión prudente e investigativa que deshaga «la tendencia a la pasividad, la tendencia a esquivar», como sucede en el idealismo abstracto, La estructura psíquica de esta novela no es el héroe trágico sino el hombre viviente de Homero, el hombre nuevo de Platón, que maneja un «conocimiento actuante, con su visión creadora de esencias» y que rompe el romanticismo de la desilusión, como visualizara Lukács.
En tanto es una novela de acción, tiene un estilo que recuerda la novela policíaca. Esta impresión se capta desde la situación inicial, donde se introduce el personaje principal, su vida en el hogar y la escuela. El caso es que en vez de un detective o policía tradicional el personaje es otro tipo de investigador. Periodista investigativo. Poco a poco, antes que se destaque por las pericias y haya descubrimientos de culpables, conocemos la turbiez y negatividad de su entorno.
En el valle del perspectivismo, hay conflictos y conoce a un quinto sujeto / amigo truncado / que ocasiona en su vida muchos conflictos (es el ex-compañero de Colegio, Oscar Rivera Troncoso) y al sexto, personaje clave de la novela, Michael Quilinchini Toboso. Una vez comienza la labor que Mario, con sus amigos verdaderos, se imponen, la novela se vuelve un acelerado proceso en que lo oculto advendrá a la luz y los crímenes impunes en la sociedad que los rodean serán visibles.
A esta altura, en la definición de la novela totalizadora, incidiría otra cualidad. Es novela de tesis. La obra explora cómo el periodismo de investigación tiene un importante rol que desempeñar en la democratización de la sociedad, pero, al mismo tiempo, en una sociedad de crisis, mediatizada por el (neo) colonialismo y, por ende, insuficientemente democratizada, la existencia del periodismo de investigación es precaria y riesgosa. La investigación más ambiciosa y desafiante que hace el grupo editorial La Denuncia que fundara Mario concierne a un fenómeno de ocultamiento que relaciona a Oscar, alias Gabriel, El Látigo, con los crímenes de estado, aquel alumno malandro y expulsado del colegio que una vez conociera.
En lo más amplio de la óptica que brinda 'el valle del mundo', está el Gobierno Imperial con sus socios de la mafia y el Código de Valores Fundamentales de la Nueva Inquisición que criminaliza a pueblos y al ciudadano de la calle. El capitalismo contemploráneo ha sido exitoso en originar una cada vez mayor desigualdad económica, convirtiendo la democracia en una etiqueta para esconder la dictadura de unos pocos y la protesta en mera pataleta.
A través de recursos documentales y estilísticos, el autor Clausell Reyes concluye las tesis:
(1) con frases irónicas y ocurrentes se refiere a personajes, instituciones y lugares, da epítetos anecdóticos, e.g., Ministra de Dios Mariquita Despojo, Iglesia de los Ultimos Segundos, Judas de la Educación Pública, el Imperio de Apolo, Teatro del Absurdo de la Colonia, Universidad de Venus, Aprendiz de Don Corleone, islita Inocencia (Puerto Rico), Mario 'Sherlock', Carmela 'Watson', Señor Azufre, etc.
(2) epistolarios (e.g., las cartas de Oscar Rivera desde el Army, o de sus amigos cuando se distancian y fundan otros periódicos paralelos a la misión investigativa de La Denuncia), archivos y cotejo de fotos, consultas de documentación pericial.
(3) citas de los articulos o reseñas publicados en La Denuncia; técnicas interrogativas de entrevista
(4) la alusividad a leit-motivs clásicos, pictóricos, literarios o bíblicos
(5) «Arma secreta» (la intuición), siendo que Mario y Ariel tienen el «don de tener pensamientos integrados», así como José, que posee dones de 'visionario' o chamán. Como Mario, siente el deseo de «denunciar el engaño de este sistema de mierdam que escoge a sus mejores jóvenes para pervertirlos y enajenarlos de sus verdaderos problemas» [CCR: «Mario Valemonde», p. 52]
(6) Hay episodios que Claussell narra, con lenguaje de connotación onírico-surreal, y que representan momentos de despersonalización paranoica o delirios pesadillescos de uno que otro de sus personajes. Al contar la detención de Michael por asesinato, el autor relata, «Michael era un personaje sacado de una novela de misterio» [CCR: p. 261]. Indica que;
«La noche a anterior a la negociación, el asesino se vio soñando, fllanqueado por miles de monstruos desarrapados y malolientes, cada uno con cuchillos filosos igual que los utilizados por los chefs para cortar carnes. Luego, una caída al piso y cada cual fue enterrando con saña en su propio cuerpo el utensilio de cocina» [CCR: p. 200].(7) Además de la disciplina, por boca de Mario Valemonde, se enfatiza en la importancia que tiene para el éxito periodístico «la paciencia de la observación» y los «cuestionamientos sencillos, pero ingeniosos». [CCR: ps. 220 y 248]
El resultado de las habilidosas investigaciones sirve para sustanciar las siguientes tesis y probar las hipótesis:
* Cómo el capitalismo corrompe, a partir de la niñez o primeros grados colegiales:
«El dinero había corrompido a esos niños ingenuos que ahora en su juventud se vanagloriaban de lo que poseían. El automóvil último modelo, cadenas oscilando en su cuello, recortes al ras y miradas desconfiadas hacia el recién llegado fueron la clave para despertar del letargo de años de ignorancia» [CCR: p. 51]* La clave del periodismo y el capitalismo:
«Los periódicos, que viven de los anunciantes, jamás cuestionarán con un buen análisis en sus editoriales y en sus noticias la realidad cruda del consumismo porque ellos dependen, viven y disfrutan de tal consumismo. Nunca cuestionarán los males del capitalismo y la mal llamada democracia,porque se les caerá su imperio, Muy por el contrario, resaltarán los valores de quienes nos impulsan a comprar, comprar y comprar: ahi está la clave del periodismo. El editor, figura tenebrosa de ese medio informativo, tendrá a su cargo la incisión de esa parte que le perjudica su entorno económico y jamás dejara que un periodista sagaz o analítico cuestione o critique la mano que le da de comer a él y a la empresa. Ahi está la esencia de la mal llamada libefrgad de prensa, la cual ni es ni libre ni ética ni nada. Es un recurso más para mantener al pueblo en la ignorancia. La lucha sera cuesta arriba, me dije, pero si el Quijote combatió a los gigantes, ¿por qué no yo?» [CCR: p. 52]
«Los periódicos comerciales, con tal de ganar adeptos en ambos lados con propósitos economicistas, daban la razón en sus editoriales, en ocasiones a unos, y en otros casos, a los otros, según el que realizara la conferencia de prensa. Claro, si se dependía de la venta del periódico para el único fin de obtener ganancias, lo razonable y lógico para esos mercaderes era que a su mayor venta, mejores beneficios. La mentira, la desinformación, las degfsnsas de los intereses económicos son los mejores atributos para ganar adeptos comerciales que garanticen el bienestar económico de la empresa periodística y de quien la regeentea» [CCR: p. 60].No por otra razón la profesora Quesada decía que entre los principales obstáculos para el desarrollo del periodismo de investigación, y está el factor económico. «La inmensa mayoría de los periódicos del mundo carecen de una independencia económica real que les permita librarse de todas las ataduras y compromisos» y «determinados grupos económicos o determinadas áreas de la sociedad (incluidas las empresas públicas que distribuyen publicidad oficial) quedan fuera de la mirada inquisitiva del periodismo de investigación. O sufren la ya rampante exclusión si son suficientemente críticos (Quesada, 1986, p. 90).
* En torno a la crítica a la formación en la carrera de Comunicación Pública, dice el personaje de Mario:
«... me percaté de la ausencia de formación histórica, politica y social de la que adolecían. En el aula existía una carencia de pensamiento crítico, de sensibilidad, lo que contrastaba con la necesidad de crear periodistas eficientes con un alto grado de responsabilidad con el pueblo pobre y desinformado. Más parecian una extensión de llos dueños de los periódicos que con sus actitues frustraban las aspiraciones de una prensa libre y justa, Aprenndí que mis condiscípulos habían sido tragados por el capitalismo como les pasó a mis progenitores y al Jonás tragado por la ballena, con la diferencia de que los primeros no habían tenido la suerte del segundo y prolongaban indefinidamente su permanencia en las entrañas del animal. Eran una especie de clones deshumanizados que repetian como zombis lo aprendido de su creador. No se planteaban que un trabajo no es un abandono de la dignidad y el decoro» [P. 40].* Otra tesis que se plantea desde La Denuncia es cómo manipula el Imperio las decisiones de sus subordinados con el viso de la voluntariedad:
«La pérdida de la vida de voluntarios es una opción masoquista cuando la guerra no guarda relación con la comunidad y sólo nos empujan a ella por consideraciones económicas. La vida no tiene precio y la sangre derramada por nuestros soldados repfresenta crímenes de guerra, en la que el invasor queda impune. En cierta medida, el sistema colonial, el cual resulta ser la mas grande violación de derechos humanos existente, es pafra nuestra patria un Teatro de Guerra, transportado a otras tierras. Estamos ante un cuadro del tfraslado portátil de la guerra, que comienza en la colonia con la intervención extranjera y termina en el país intervenido» [CCR: p. 96].Otro detalle que muestra la proximidad de la novela de Claussell a la novela policíaca clásica es que la vida de los protagonistas peligra en la medida que están por dar con los culpables o autores materiales e intelectuales en la materia.
La solución del caso de El Látigo y otros esclarecimientos, (que son verdaderas aventuras detectivescas), llenan de prestigio a los cuatro quijotes, pero también asoman riesgos de muerte y constantes amenazas. No es trivial decir que la profesión del periodista es una de las que ocasiona mayores pérdidas de vidas por asesinato. Capturar capos del bajo mundo es tan peligroso como hacerlo entre la clase política y empresarial encumbrada.
En México únicamente se han registrado 74 asesinatos en los últimos 13 años y 17 desapariciones; «los asesinatos de periodistas y presidentes municipales se incrementan cuando las organizaciones criminales se confrontan unas a otras; hay una fuerte correlación entre la presencia de organizaciones criminales, y el homicidio de este tipo de víctimas» [Viridiana Rios, Tendencias y explicaciones al asesinato de periodistas y alcaldes en México: El crimen organizado y la violencia de alto perfil, Harvard University, 2012]
La lectura posible en esta novela tiene una óptica de mayor amplitud para explicar la violencia de alto perfil. Aquí es el imperialismo y su influencia mafiosa la que ha apoyado con mano de hierro las feroces dictaduras antipopulares y utiliza recursos homicidas para desestabilizar países, para destruir su cultura y sociedad, la personalidad del Estado-nación, aprisionar a mujeres, negar todo cambio progresista e instaurar una dictadura religiosa o nuevos fundamentalismos.
El personaje de El Látigo, en Puerto Rico, asume el rostro de un «Gobernador impostor, corrupto y asesino» que se oculta bajo muchos nombres: Oscar Rivera Troncoso, el político Gabriel Carruchini, y su propio hermano Michael. El robo de identidad, la impostura, aquí es un delito de fraude y traición a toda condición humana normal y destapa la caja de Pandora. Después de todo, no es el Poder Invencible. Es sólo un golem.
Cómo Claussell trata la intríngulis conspirativa y las sucesivas personalidades de este personaje es la destreza ponderable y lúcida que cuaja como metáfora de El Látigo. Es un construcción síquica y político-social fascinangte. «El Látigo», narra el hablante omnisciente por boca de Mario, es «un sorprendente experimento construído por el Imperio» y, como tal, puede asentarse en la Isla del Encanto, como en cualquier país aliado del Imperio de Apolo. Es el funcionario fascista que funge su honorabilidad desde la democracia y las relaciones publicitarias de una estructura de simpatías e imágenes, poses y apariencialismos.
El último detalle de esta tesis revelada en La Denuncia, es cómo se entrena, se selecciona, se instala este impostor o demócrata fraudulento y el mismo Imperio mismo lo quita y reemplaza. Un funcionario como el Látigo, aún cuando el sistema fue quien le abre las puertas, es prescindible. La descripción novelesca explicita cómo para su idoneidad se cambian no sólo el apellido, sino la fisonomía a através de cirujanos plásticos, Pafra que fuese clon de Gabriel Carruchini, Oscar, el jovenzuelo «abusador y pendenciero», lo asume, aunque su genética es de «asesino evidente desde niño», o es la imagen de «Demian, el anticristo» [CCR: p. 280], Sju inteligencia y cultura es superior. Mario lo conoció como co-alumno suyo en el colegio. Y supo de cómo, al quedar expulso de la escuela por 'vender resultados de exámenes', después se reclutó como soldado, «en las áreas de conflicto, en las cuales debía salir airoso».
La (anti) moral demandada a este personaje, «el fabricado» incluyó «no permitir al candidato flaquear ante las adversidades. Debía ser leal aún cuando sus actuaciones contra los subalternos no fueran del mejor agrado del fabricado y constituyeran violaciones a la moral y de los derechos civiles de los intervenidos» [CCR: p. 282],
«No podía tener lástima por el prójimo y tenía que cumplir órdenes aunque eso representara matar a inocentes cuando se lo solicitaban, situación que se dio en innumerables ocasiones... El uso de la tortura o hasta llegar al asesinato. Debía mantener silencio y discreción ante las denuncias de atropello de otros y estaba obligado a denunciar a quienes protestara, tornándose al fin y al cabo en un ser servil. Esa prueba de fuego fue lo que convenció al gobierno de que el candidato seria ideal a la causa para la cual habia sido elegjdo» [p. 283].
Pero quien pone, quigta. Oscar es traicionado por una confesión indiscreta del demencial Michael y por el abandono o retiro protectivo que le daba Karla Channel, espía francesa en servicio del Imperio o la Mafia del Imperio. Habían impuesto esta mujer a Oscar como parte de un acuerdo. Mas Oscar dejó de servir.
La democracia hipócrita permite ciertos grados de libertad de prensa, pero, al igual que los grados de transparencia oficial, varía la profundidad y la facilidad o dificultad para realizar periodismo de investigación. Darío Klein ha escrito en sus ensayos El papel del periodismo de investigación en la sociedad democrática lo que en esta novela, tan colorida, dramática y conmovedoramente, Claussel expone. Si bien desde los '7O, hay legislación favorable a la transparencia pública en los puntos de mayor poder del Imperio y la documentación o estadística custodiada o elaborada por la administración se enriquece con un llamado Freedom of Information Act (FOIA), que garantiza específicamente a los periodistas acceso a todos los documentos del Estado que no estén clasificados como secretos, la posibilidad de solicitar acceso a lo secreto es acercarse a la boca del lobo y la transparencia pública que ofrece el sistema democrático es cuestionable y poco común.
Darío Klein y Ted Smith en un artículo crítico sobre el papel de la prensa, titulado La mordedura del perro guardián (1991), concluyó que «la prensa es la única institución norteamericana que no se somete jamás al pleno rigor autocrítico del periodismo de investigación». Claussell con su novela, especialmente, en los capítulos finales, vaticina la llegada de ese momento en que Puerto Rico ofrezca «los primeros periodistas de la colonia del Imperio Apolo» que puedan ser «acusados de ese delito / cargos de sedición / por decir la verdad». Y ese tiemplo está llegando... O llegó, con los cuatro quijotes de La Denuncia.
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