Thursday, January 15, 2015

A ANA MARBURY HUTCHINSON

*
A la primera activista de los derechos de la mujer,
a la primera acusada en una corte de Massachussetts,
juzgada por sedición, exilada y difamada en una sociedad
dominada por los hombres y el apetito de la guerra,

a Ana Marbury Hutchinson

*

¿Qué sería del mundo, cómo su triste porvenir,
si no nacieran mujeres como tú, Ana?
¿Qué sería de la memoria, la historia,
el quehacer, el derecho, si no hubiera
una anita / una Anota / vigorosa, elocuente,
anarca, individualista, azotadora, valiente
como el vientre que en dolor, pare y pare,
una y otra vez, la vida? ... ¡la vida!

¡Vamos, me refiero a la vida espiritual,
a la mujer que observa, a las que oyen
con cuidado profundo, mas carecen
de la voz para expresarse...

       2.

Dilo, claro, tú no has tenido miedo jamás.
El Gobernador Winthrop es como los incompetentes
(obispos y ministros de la Iglesia de Inglaterra
por la que tu padre sufrió muchos arrestos)
y se llenó de amargura durante un año
en la celda, en la umbría cárcel...
y hoy, por desgracia, Ana, te toca.

Una corte general que debiera respetarte
por sencilla, amorosa, solidaria,
tolerante, elocuente, educada,
en Massachussetts reunió a los perros:
jauría de 49 poderosos machistas veteranos,
ilustrados en las artes de censura,
en las ciencias de la ventajería y juntos,
estrepitosamente, han ladrado que te vayas.

La ley a las mujeres las doma con silencio.
Obedece, calla, tranquila...
y hay algunas, como tú, que se adhieren
a la fe y una gracia de Dios que da permiso
a que hagas, a que digas, a vivir,
a desafiar el mundo si te place,
a subvertir el orden, si lo quieres.
Dios da permiso y agallas, ¿verdad?
Tú eres de ésas. Desde niña lo sabes.

      3.

Tú sí que aprendiste a parir como coneja
niños como palabras y palabras como niñas.
Cualquiera puede comunicarse
directamente con Aquel que nos ama
y no quiere otra cosa, sino el amor reciprocado.

Ana, eleva más la voz y repite estos sermones
que está tu audiencia prendida
y tú la guías del éxtasis a las babas.
Las mujeres te adoran. Dijeron
que a donde vayas, todas se van contigo...

El ministro es uno más. Sin ayuda de él,
mujer, reza y pide, así como lavas pañales,
y no te ayuda un hombre, así como curas heridas
y sufres... Todo lo que Dios comunique,
tuyo es como un don, mujer, así lo
ha querido Dios para mí, Ana Hutchinson.

      4.

Todo lo habrías esperado menos esto.
Que te llamen hereje y mala madre.
Has criado 15 críos y mírate,
otra vez esperando...
Que te juzguen por decir lo que sientes.

Que te digan el 22 marzo 1638:
As a woman, you're not fit for our society.

Haznos el favor: Vete, vete...
esto sí ni lo esperabas.

CARLOS LOPEZ DZUR

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PARA DEFENDER A, ANA, Y RECORDAR A SUSANA

Para defenderte
porque es mucho lo que se dice contra ti,
siempre abogados faltan, ninguno está.
Se ausentan, se esconden...

... pero, gracias, dIste el ejemplo.
Y con bravura se te recuerda erguida
ante Winthrop y los señores más poderosos
de toda la bahía.

Pusíste entonces
el corazón en la balanza...

Hoy les informo que ha muerto tu semilla
y que Susana se cría entre indígenas
y no quiere volver a sus iglesias.
Ella ama al captor, ellos la aman
a ella, sólo porque tiene el pelo rojo
y una carita con pecas...

Vengo a decir que Ana fue asesinada
en Nueva Amsterdam; se acabó el problema
de herejía. La mataron los indios que ella
amara mucho y efendia
como el cuáquero Williams.

Se esconden hasta de Dios,
se escondieron detrás de una viciada mayoría.
Ana, les digo que ya has muerto
y todavía se esconden.

*
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LA XENOFOBIA DE LA EPOCA

No pueden estar solos como tú, Ana..
Su consciencia no es libre,
no saben estar a solas y llorarte...
Se ocultan, se concilian en horda
como lobos arminianos, cebados en jactacia
de sus obras, mordiscos, traiciones...
Se dedican a exacerbar la xenofobia,
la hecatombe, el genocidio.

Para defenderte nadie...
(excepto el Corazón con gracia,
tu nervio y tus collejas, Ana).

Mucho dolor en solitario absorbíste,
con el alma en la boca y en muerte presente.
Tu corazón en vilo  levantó su mano
y su oración. Invocaste todo lo que precede
en tu sufrir para que se fortalezca otra justicia
(esa amor desinteresado, valiente
del que fuíste vigía).
Ese amor que tú salvas para el pueblo.

Tú sí sabes de qué hablo, Ana.
A ti se te ha golpeado demasiado.
Te han herido donde más duele
y, sin embargo, amas.

No quitarán tu amor por tus colonos.
No arrancarán al indio bueno de los brazos.
Si acaso tuvieses enemigos,
son gratuitos y cobardes,
demonios malnacidos que se turnan
en el foro a llamar cual buenas obras
y opinioes sus criterios mezquinos,
sus odios fortificados.

*
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TE VI EN LA CORTE AQUELLA TARDE

Te vI aquella tarde rumbo a la Corte.
Iba un séquito de ministros a tu lado.
Recuerdo tu barriga de parto y la calle en silencio.

Ahí va The Dissenter, the outspoken witch,
AHI VA LA HEREJE, se dijo.
A  juicio de los conservadores,
eras una bruja de Lancanshire.

Se alegrarán con tu muerte, Ana.
Se han burlado al decir: «Dios la castiga
y fue la mano y la causa del indio
la que dio su destino».

John Winthrop es quien te acusa todavía:
«Intolerable fue a la vista de Dios,
dijo: Mrs. Hutichinson sobrepasa
lo que a mujeres se permite y, por blasfemia
dijo que Dios habla, directamente a su oído:
---Oh Puritans! She is a lier.
—God would not speak to a woman!

Para defenderte, ¿quién estuvo
y te brindo su apoyo?
Yo, en espiritu.
Tu poeta, quien tu vida investiagara.

He visto a Susana, la huérfana del cabello rojo
como hoja de otoño que a los indios fascinara,
la única que vivió cuando avanzaron
los Siwanoy yendo a quemar tu casa.

Hasta, por el panico, el mismo Dios te pedía que murieras.
Todo arrasaron como la última burla para tu vida, Ana.
Asesinaron en 1643 cinco de tus renuevos
y a Will, tu esposo, un poco antes
y arrancaron de tus brazos a la más pequeña.

Yo la ví, Ana.
Y para consolarte te dijo que está bie.
Esta vva y los captores la quieren.
Toma ese consuelo
con esta flor que pondre en tu tumba.

*
*

PARA DEFENDERTE Y CONSOLART6E

No te lamentes de los indios a los que díste defensa;
entiendes su odio; los despojan,
los esquilman, los humillan, los que dicen
que son civilizados y que hacen buena obras.
Pero Susana está bien.
Con sus captores se quedó y, ¿sabes, Ana?
no quiere irse a hacer vida con los blancos.
Con colonos que vengan de Inglaterra

El odio y la matanza sobreviven;
pero también tu memoria
y los hombres con miedo
y el dedo en los gatillos
y la biblia en silencio.

04-08-2005 / CARLOS LOPEZ DZUR

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