LA PATRIA EN LA ESQUINA PASIVA, TRAS LA PUERTA
Jesed está implícito en jas d’leit, esto es,
en el tener compasión [de aquel que ruega
a tu puerta]. El es la dalet, tu prójimo.
tu hermano, el que no posee nada propio
y viene a sumergirse en el acceso de Tu Puerta.
Bitul Bimtziut Mamash, El Zohar.
En el sendero de forjar su patria y reconocerla
cuando no se está presente, en la patria
donde se te llamaría no sólo vecino,
extranjero, quien pasa, uno que va de largo
y se pierde en la esquina,
hay unos pocos que te examinan en tu sangre,
en tu esencia y te sueñan
como fragmento que tu futuro lo hermana
Son verdaderos patriotas.
No vocingleros sobre tierra política.
Hay quienes no sienten la patrias
en su cimientos. La teorizan como un mero escenario
que mañana se cambia con la lealtad a un nuevo amo
o a la vieja hegemonía de los más poderosos.
Así es la gente de esquina, vasijas en la sombra
a las que nadie rescata, puertas
que jamás se abren, bocas que jamás saludan.
Ellas mismas dan el puntapies que lastima.
Ellas se desactivan de la vigencia
del amor posible y su utopía.
No hay patria sin conciencia colectiva,
sin disposición de sacrificar la propia vida
por la del pueblo y salir de las esquinas
del menospreciador y de quien ni aporta
ni autonula su ego en el proceso
del Bitul Haiesh. anulación egoica.
Tras la puerta, en la esquina de olvido,
la patria se pierde. No da acceso.
Jesed está implícito en jas d’leit, esto es,
en el tener compasión [de aquel que ruega
a tu puerta]. El es la dalet, tu prójimo.
tu hermano, el que no posee nada propio
y viene a sumergirse en el acceso de Tu Puerta.
Bitul Bimtziut Mamash, El Zohar.
En el sendero de forjar su patria y reconocerla
cuando no se está presente, en la patria
donde se te llamaría no sólo vecino,
extranjero, quien pasa, uno que va de largo
y se pierde en la esquina,
hay unos pocos que te examinan en tu sangre,
en tu esencia y te sueñan
como fragmento que tu futuro lo hermana
Son verdaderos patriotas.
No vocingleros sobre tierra política.
Hay quienes no sienten la patrias
en su cimientos. La teorizan como un mero escenario
que mañana se cambia con la lealtad a un nuevo amo
o a la vieja hegemonía de los más poderosos.
Así es la gente de esquina, vasijas en la sombra
a las que nadie rescata, puertas
que jamás se abren, bocas que jamás saludan.
Ellas mismas dan el puntapies que lastima.
Ellas se desactivan de la vigencia
del amor posible y su utopía.
No hay patria sin conciencia colectiva,
sin disposición de sacrificar la propia vida
por la del pueblo y salir de las esquinas
del menospreciador y de quien ni aporta
ni autonula su ego en el proceso
del Bitul Haiesh. anulación egoica.
Tras la puerta, en la esquina de olvido,
la patria se pierde. No da acceso.
CARLOS LOPEZ DZUR
No comments:
Post a Comment