Contenido 74
Francisco Vélez Nieto
Edmundo Wilson: Obra selecta / Reseña
Alicia Susana Gómez
Signos
Theodor W. Adorno
Lenguaje del sufrimiento y la irracionalidad ante el arte
Claudia Ainchil
No demasiado... demasiado...
Edgar Borges
El centenario del poeta: Lezama difícil en una época fácil
Ana Lucía Montoya Rendón
Es...
Éktor H. Martínez
Los chebisbrajos dl Ché Vicente Anaya
Carlos López Dzur
Pacto alternativo matriarca
Lo recóndito
Bendición del Acto Creador
María Elena Walsh (Argentina): In Memoriam
y textos para recordarla
La forma
Balada del tiempo perdido
El 45
Oración a la justicia
Convocatoria: La voz y la máquina: perduración y transformación
Manuel Ramos Martínez
Hijos de la Geografía
Elisa Dejistani
Somos
Espectros
Luis Alberto Battaglia
El milagro
Maritza Alvarez
Del mismo
Desafío
Equilíbrate sobre tu propio pie
Pongámos a cuenta
DIálogo de la revista «Comunidades»
con el Dr. Mario Javier Sabán sobre Jesús
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Francisco Vélez Nieto
Edmundo Wilson: Obra selecta / Reseña
[Edición y Prólogo de Aurelio Mayor, Editorial Lumen. Ensayo. Páginas 930]
«Edmund Wilson sobrevive como crítico por su infinita vitalidad y su intenso amor por la literatura»: Harold Bloom
Para Edmund Wilson (1895-1972), reconocido como uno de los grandes críticos de la literatura norteamericana, el paso de los años no ha desdibujado su prestigio, sino convertirlo en un árbol literario de hoja perenne. Fortuna entonces esta edición de su Obra selecta en español, que va rodando, es decir que, se lee como un sólido maestro de la crítica literaria comprometido con el mismo señalando que: «Es escritor que pretenda ser algo más que un eco de sus predecesores debe siempre hallar expresión de algo que no ha sido expresado con anterioridad, debe dominar una serie de fenómenos que no han sido dominados nunca»
Así, los buenos amantes de la literatura pueden disfrutarlo, encontrar en su obra crítica una hondura y transparencia en su contenido que ante esta crisis y falsedad que padecemos puede significar un arma defensora contra el empercochamiento que también en esta crisis salvaje y mundial que padecemos la literatura no ha podido salvarse.
Junto a la rica profundidad literaria de sus críticas dentro de una lista elegida entre autores sin fronteras, Proust, Baudelaire, Eliot, Pound, H James, Pushkin, Dickens, Joyce, Hemingway, su entrañable amigo Nabokov, encontramos inquietantes páginas llenas de actualidad, certeza y análisis afirmativos. Y no me resisto copiar brevemente su examen sobre La educación sentimental de Flaubert, interesante de recomendar a Obama y sus admiradores políticos de estos páramos.
«Nuestra sociedad basada en la clase media, compuesta de fabricantes, comerciantes y banqueros, de gente que vive del dinero o especula con él, lejos de redimirse por su cultura, ha terminado por rebajar e invalidar todas las armas de la cultura, política, científica, artista y religiosa, así como corromper y debilitar las ordinarias relaciones humanas –el amor, la amistad y la lealtad a la causa- hasta que toda la civilización aparece disminuida».
Señalaba Isaiah Berlín que, cuando Wilson leía un libro sabía de lo que hablaba y no sólo de libros, sino del entorno. Toda su lectura es una lección, incluso en aquellas donde el lector no pueda estar de acuerdo por pareceres de distintos criterios literarios e ideas como le sucedió con Dos Passos, motivado en parte por el histórico rompimiento de amistad ante la desilusión que sufrió Wilson – simpatizante del comunismo- tras su visita a la Unión Soviética de Stalin.
Distinta es esa otra dedicada a Henry James al que no trata nada bien; lo contrario que los altos elogios que le dedicó a Las almas muertas de Gogol igual que a su admirado Dostoyevski, autores de los que disfrutó leyéndolos directamente en ruso por su pasión por la literatura de tan rico tesoro.
Edmund Wilson escribía únicamente para el lector, su objetivo era un compromiso sin limitaciones. Como señala Louis Menand, luchó hasta conseguir despojar la cultura estadounidense de su provincianismo: Un anhelo necesario poseído de transparencia didáctica que, en esta antología rica, diversa y ambiciosa, se ha extraído con rigor y esmero de su abundante obra crítica, En ella se muestra el magisterio nada académico pero comprometido, que sólidamente situado sobre su amplísima cultura y dominio de diversos idiomas, le permitieron adentrarse en las lenguas de grandes autores con la severidad y honestidad profesional consciente de estar ante una literatura universal.
Edmund Wilson pese a sus severas críticas al sistema norteamericano, estaba convencido ya en los años veinte, que tenía que luchar para que la capital de la cultura se trasladara desde París a Nueva York por exigencia y transformación literaria. Fue igualmente un insobornable receptor manteniendo la independencia de juicios por encima de amistades y presiones editoriales. Criterio nada baladí a tener muy en cuenta en los tiempos que corren empapando diariamente de cinismo, hipocresía y a deshumanización a una sociedad huérfana poseída de la avaricia del lucro material.
Así, los buenos amantes de la literatura pueden disfrutarlo, encontrar en su obra crítica una hondura y transparencia en su contenido que ante esta crisis y falsedad que padecemos puede significar un arma defensora contra el empercochamiento que también en esta crisis salvaje y mundial que padecemos la literatura no ha podido salvarse.
Junto a la rica profundidad literaria de sus críticas dentro de una lista elegida entre autores sin fronteras, Proust, Baudelaire, Eliot, Pound, H James, Pushkin, Dickens, Joyce, Hemingway, su entrañable amigo Nabokov, encontramos inquietantes páginas llenas de actualidad, certeza y análisis afirmativos. Y no me resisto copiar brevemente su examen sobre La educación sentimental de Flaubert, interesante de recomendar a Obama y sus admiradores políticos de estos páramos.
«Nuestra sociedad basada en la clase media, compuesta de fabricantes, comerciantes y banqueros, de gente que vive del dinero o especula con él, lejos de redimirse por su cultura, ha terminado por rebajar e invalidar todas las armas de la cultura, política, científica, artista y religiosa, así como corromper y debilitar las ordinarias relaciones humanas –el amor, la amistad y la lealtad a la causa- hasta que toda la civilización aparece disminuida».
Señalaba Isaiah Berlín que, cuando Wilson leía un libro sabía de lo que hablaba y no sólo de libros, sino del entorno. Toda su lectura es una lección, incluso en aquellas donde el lector no pueda estar de acuerdo por pareceres de distintos criterios literarios e ideas como le sucedió con Dos Passos, motivado en parte por el histórico rompimiento de amistad ante la desilusión que sufrió Wilson – simpatizante del comunismo- tras su visita a la Unión Soviética de Stalin.
Distinta es esa otra dedicada a Henry James al que no trata nada bien; lo contrario que los altos elogios que le dedicó a Las almas muertas de Gogol igual que a su admirado Dostoyevski, autores de los que disfrutó leyéndolos directamente en ruso por su pasión por la literatura de tan rico tesoro.
Edmund Wilson escribía únicamente para el lector, su objetivo era un compromiso sin limitaciones. Como señala Louis Menand, luchó hasta conseguir despojar la cultura estadounidense de su provincianismo: Un anhelo necesario poseído de transparencia didáctica que, en esta antología rica, diversa y ambiciosa, se ha extraído con rigor y esmero de su abundante obra crítica, En ella se muestra el magisterio nada académico pero comprometido, que sólidamente situado sobre su amplísima cultura y dominio de diversos idiomas, le permitieron adentrarse en las lenguas de grandes autores con la severidad y honestidad profesional consciente de estar ante una literatura universal.
Edmund Wilson pese a sus severas críticas al sistema norteamericano, estaba convencido ya en los años veinte, que tenía que luchar para que la capital de la cultura se trasladara desde París a Nueva York por exigencia y transformación literaria. Fue igualmente un insobornable receptor manteniendo la independencia de juicios por encima de amistades y presiones editoriales. Criterio nada baladí a tener muy en cuenta en los tiempos que corren empapando diariamente de cinismo, hipocresía y a deshumanización a una sociedad huérfana poseída de la avaricia del lucro material.
[NOTA DEL EDITOR EN SEQUPYAH: Edmund Wilson nació en Red Bank, Nueva Jersey (EE. UU.), y estudió en The Hill School y la Universidad de Princeton. Ex-reportero en el New York Sun, y ex-veterano de la Primera Guerra Mundial. Fue director de Vanity Fair en 1920 y 1921, y luegó trabajó en The New Republic y The New Yorker. En su libro Axel's Castle: A Study in the Imaginative Literature of 1870-1930 (1931) se concentra en el estudio del Simbolismo y de Arthur Rimbaud, Auguste Villiers de l'Isle-Adam (autor de Axel), W. B. Yeats, Paul Valéry, T. S. Eliot, Marcel Proust, James Joyce, y Gertrude Stein... En To the Finland Station, estudió el desarrollo del socialismo europeo, desde el descubrimiento de Vico por Jules Michelet en 1824 hasta la llegada de Lenin a la estación Finlandia de San Petersburgo en 1917 para liderar la Revolución Bolchevique.
«Las primeras obras de Wilson están muy influidas por las ideas de Freud y Marx, en cuyo trabajo estaba muy interesado. Los trabajos críticos de Wilson contribuyeron a que novelistas norteamericanos como Ernest Hemingway, John Dos Passos, William Faulkner, F. Scott Fitzgerald y Vladimir Nabokov consiguieran el aprecio del público». Ha sido muy traducido en España y en México.
De sus escritos de crítica a la política de los EE. UU. destaca s u reacción durante la Guerra Fría. No pagó sus impuestos entre 1946 y 1955 y fue investigado por Hacienda (IRS). Por la evasión de impuestos, recibió una pena atenuada: fue puesto en libertad tras pagar una fianza mucho menor de la que había pedido Hacienda (25.000 dólares en vez de los 69.000 iniciales) gracias a sus contactos políticos que Wilson tenía con la administración Kennedy), y evitó la prisión, a la que podría haber sido condenado por los diez años durante los que evadió impuestos. [...] En su ensayo The Cold War and the Income Tax: A Protest (1963), Wilson argumenta que, como consecuencia de la carrera armamentística contra la Unión Soviética, las libertades civiles de los norteamericanos estaban siendo vulneradas, paradójicamente, con la excusa de la defensa del comunismo. También se opuso a la intervención de los EE.UU. en la guerra de Vietnam].
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Alicia Susana Gómez (Argentina)
Signos
¡Hay niños en la calle durmiendo en sus cloacas!
¡ahogan sus pesares en una bolsa plástica!
¡y millares prefieren morir a esclavitud!
¡la tierra ruge bronca! ¡el huracán maldice!
¡exuda el aire turbio los últimos respiros!
¡un viento que lo arrastra penetra su jardín!
¡pero no se dan cuenta: caen su propia trampa!
¡esa estrella que miran es sólo una falacia:
se ha muerto hace años luz!
¡y truenan los volcanes! ¡y se incendian los bosques!
¡y les llueven los ácidos de guerras inventadas!
¡que el sol los atraviese! ¡les vuelva el tiro artero!
¡se ahoguen en la sed de ríos sin caudal!
¡no hay retorno posible cuando ya se ha hecho tarde!
¡se irán como nosotros!
¡en intento fallido comerán mismo barro!
¡se arrastrarán, lamiendo su cadáver!
¡y volverán el principio: aquel fuego de inicio!
¡palabra de la pacha que agoniza!
¡mientras,
hay niños en la calle que ya ni el hambre sienten!
Alicia Susana Gómez / Bitácora.
Alicia Susana Gómez (Argentina)
Signos
¡Hay niños en la calle durmiendo en sus cloacas!
¡ahogan sus pesares en una bolsa plástica!
¡y millares prefieren morir a esclavitud!
¡la tierra ruge bronca! ¡el huracán maldice!
¡exuda el aire turbio los últimos respiros!
¡un viento que lo arrastra penetra su jardín!
¡pero no se dan cuenta: caen su propia trampa!
¡esa estrella que miran es sólo una falacia:
se ha muerto hace años luz!
¡y truenan los volcanes! ¡y se incendian los bosques!
¡y les llueven los ácidos de guerras inventadas!
¡que el sol los atraviese! ¡les vuelva el tiro artero!
¡se ahoguen en la sed de ríos sin caudal!
¡no hay retorno posible cuando ya se ha hecho tarde!
¡se irán como nosotros!
¡en intento fallido comerán mismo barro!
¡se arrastrarán, lamiendo su cadáver!
¡y volverán el principio: aquel fuego de inicio!
¡palabra de la pacha que agoniza!
¡mientras,
hay niños en la calle que ya ni el hambre sienten!
Alicia Susana Gómez / Bitácora.
[NOTA DEL EDITOR: Alicia Susana Gómez: Escritora. Maestra Especializada en Rehabilitación. Mediadora Institucional. Cree que «El Arte Social es testimonio del inconsciente colectivo. Permanece y da cuenta sobre la Historia no oficial. Resiste en la trinchera de la desmemoria que impone el poder. Dedico estas páginas a quienes no especulan con él». Otros blogs suyos: Tierra, Libertad y Territorio].
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Theodor W. Adorno (Alemania)
Lenguaje del sufrimiento y la irracionalidad ante el arte
El conocimiento discursivo puede legar hasta la realidad, hasta en los aspectos irracionales que brotan de su misma ley de desarrollo. Pero hay algo en la realidad que es reqacio al conocimiento racional. Y es que esta forma de conocer le es extraño el sufrimiento porque cree poderlo subsumir y determinar, cree tener medios para suavizarlo. Lo que apenas puede es expresarlo por propia experiencia: eso sería irracional.
El sufrimiento, cuando se convierte en concepto, queda mudo y estéril: esto puede observarse en Alemania después de Hitler. En una época de horrores incomprensibles, quizá sólo el arte pueda dar satisfacción a la frase de Hegel que Brecht eligió como divisa: la verdad es concreta. El motivo hegeliano del arte como conciencia de necesidad ha quedado confirmado mucho más allá de cuanto podía él sospechar. Por eso podemos usarlo como contraargumento a su veredicto sobre el arte, a su pesimismo cultural, el cual, por lo demás, pone bien de relieve su optimismo trológico, apenas secularizado, desde el que esperaba una libertad real y efectiva. El oscurecimiento del mundo hace racional la irracionalidad del arte: es una irracionalidad oscurecida radicalmente.
Lo que los enemigos del nuevo arte llaman su negatividad, llevados por un instinto mejor que sus angustiados apologistas, es el resumen de todo aquello que oprime la cultura establecida. Hacia allá se nos llama.
La desgracia del arte, su principio de opresión, está precisamente en el placer que experimenta en ello en vez de rebelarse, aunque sea vanamente. El hecho de que exprese su desgracia identificándose con ella, nos está anticipando la debilitación de la desgracia. Este hecho, y no la fotografía de la desgracia o una falsa beatitud, es el que describe la actitud del auténtico arte contemporáneo ante la tenebrosa objetividad. Toda otra objetividad se pierde a sí misma por el camino dulzón de su propia falsedad.
[De Theodor W. Adorno, «Lenguaje del sufrimiento». en: Teoría Estética, Taurus Ediciones 1970]
Theodor W. Adorno (Alemania)
Lenguaje del sufrimiento y la irracionalidad ante el arte
El conocimiento discursivo puede legar hasta la realidad, hasta en los aspectos irracionales que brotan de su misma ley de desarrollo. Pero hay algo en la realidad que es reqacio al conocimiento racional. Y es que esta forma de conocer le es extraño el sufrimiento porque cree poderlo subsumir y determinar, cree tener medios para suavizarlo. Lo que apenas puede es expresarlo por propia experiencia: eso sería irracional.
El sufrimiento, cuando se convierte en concepto, queda mudo y estéril: esto puede observarse en Alemania después de Hitler. En una época de horrores incomprensibles, quizá sólo el arte pueda dar satisfacción a la frase de Hegel que Brecht eligió como divisa: la verdad es concreta. El motivo hegeliano del arte como conciencia de necesidad ha quedado confirmado mucho más allá de cuanto podía él sospechar. Por eso podemos usarlo como contraargumento a su veredicto sobre el arte, a su pesimismo cultural, el cual, por lo demás, pone bien de relieve su optimismo trológico, apenas secularizado, desde el que esperaba una libertad real y efectiva. El oscurecimiento del mundo hace racional la irracionalidad del arte: es una irracionalidad oscurecida radicalmente.
Lo que los enemigos del nuevo arte llaman su negatividad, llevados por un instinto mejor que sus angustiados apologistas, es el resumen de todo aquello que oprime la cultura establecida. Hacia allá se nos llama.
La desgracia del arte, su principio de opresión, está precisamente en el placer que experimenta en ello en vez de rebelarse, aunque sea vanamente. El hecho de que exprese su desgracia identificándose con ella, nos está anticipando la debilitación de la desgracia. Este hecho, y no la fotografía de la desgracia o una falsa beatitud, es el que describe la actitud del auténtico arte contemporáneo ante la tenebrosa objetividad. Toda otra objetividad se pierde a sí misma por el camino dulzón de su propia falsedad.
[De Theodor W. Adorno, «Lenguaje del sufrimiento». en: Teoría Estética, Taurus Ediciones 1970]
[Theodor Ludwig Wiesengrund Adorno (nace el 11 de septiembre de 1903, Fráncfort, (Alemania) y muere el 6 de agosto de 1969, Viège, Suiza), filósofo alemán. Se le considera uno de los máximos representantes de la Escuela de Fráncfort y de la teoría de la Dialéctica negativa / Negative Dialektik / publicada en 1966 por la editorial Suhrkamp de Fráncfort. «La formulación Dialéctica Negativa es un atentado contra la tradición... pretende proseguir el tipo de filosofía inaugurado por Hegel en una situación diferente: el movimiento dialéctico del pensamiento no termina en una síntesis superior de los opuestos, sino que deja las contradicciones con toda su crudeza como muestra de las contradicciones reales existentes en la realidad... [...] todo pensar, incluido el ser, tiene que estar basado en alguna cosa, en 'algo'. Esto es importante ya que no podemos eliminar el pensamiento abstracto que se crea a partir de algo y que es totalmente diferente a la realidad, esto es, producimos abstracción. De un objeto en el pensamiento podemos suponer todo un corpus abstracto que parte desde el mismo objeto y lo hace infinito en el pensamiento. En esta línea critica al Idealismo desde Fichte, por «creer que el proceso de la abstracción libera de aquello de lo que abstrae, y es que, aunque lo elimine del pensamiento, lo destierra de su país natal, no lo aniquila en sí mismo». El pensamiento no puede de ninguna de las maneras separarse de lo pensado, y esto, en muchos casos, entra en contradicción con el mundo, siendo la dialéctica la forma de comprender esa contradicción. El punto de partida de la dialéctica reside precisamente en aquella crítica que hacemos de la propia razón cuando nos sobrevienen las contradicciones»].
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Claudia Ainchil
No demasiado... demasiado...
Huelo.
No demasiado amor.
No demasiado ábrete corazón.
No demasiados puentes
y expresiones de puentes.
Acueductos semi-deserticos de periodos borrosos
sin esa inmigracion de la entrega.
Quizás imperios.
No demasiado ida y vuelta .
Es una muralla atrincherada
unitario prisionero
a discreción.
Demasiado uso de la quinta propia.
Tierra del individualismo que no incluye.
Excluye progresivamente.
Nos reduce a ojos sin mirada.
Demasiado no interés en lo cotidiano
que al otro le sucede.
¿Qué sentirá ese otro? me pregunto.
Demasiado cargamento frio que paraliza.
Demasiado conflicto de paralelas
que no se cruzan.
Demasiado pensar.
Demasiado tocar puertas.
No demasiadas ventanas, introducciones de hombres .
Demasiados demasiado. Opio del alma.
Cuando me rebelo, el silencio...
Claudia Ainchil
[Claudia Ainchil, poeta y periodista, es cofundadora de la Sociedad de Escritores Inéditos e Independientes de Argentina (SEI). Socia de la SEA. Seleccionada en 1º Juegos Florales del Siglo XXI (concurso conmemorativo que se llevó a cabo en Montevideo, Uruguay con el tema «1804-2004, los versos de la Patria Grande», convocando a poetas de habla hispana y portuguesa de América, España y Portugal). Autora de los libros publicados:Comienzo de comienzos (1985), Son cosas de ángeles (1987), Amores sin zapatos (1991), Remolinos a bordo (2003) y Punto de arranque 2008].
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Edgar Borges (España)
El centenario del poeta: Lezama difícil en una época fácil
Celebrar el centenario de José Lezama Lima (Cuba, 19 de diciembre de 1910 - 9 de agosto de 1976) es abrir la puerta (de nuevo y siempre) de la literatura (necesariamente) compleja. «Sólo lo difícil es estimulante», decía el poeta.
Lezama, además de poeta, fue novelista y ensayista de fondo, de largo aliento. Leer a Lezama requiere entrega, exige talento, pues al lector también se le pide participación, inventiva. El escritor (como Lezama) convierte cada palabra en una puerta, el lector es quien articula con su talento las herramientas invisibles con las que tropieza en su recorrido. La literatura no es un objeto de consuelo ni una bolsa de plástico con la que se cubren los problemas. Al contrario, la literatura es una batalla cuerpo a cuerpo entre el individuo y la palabra.
El centenario de José Lezama Lima ha pasado desapercibido en la gran prensa y en muchos sectores literarios (que han cedido a la autoritaria presión del mercado). Y no podía ser de otra manera en una época donde se sobrevalora la palabra obvia, la frase mediocre. La historia maquillada de «personajes buenistas y malos desgraciados».
Su novela Paradiso llegó a ser comparada (por su fuerza y experimentación) con el Ulises de Joyce. Hoy, como tantos otros clásicos, Lezama es un subversivo de la palabra que atraviesa en silencio la falsa luz (cegadora) que ilumina el valle de sombras.
Publicado en ArgenPress Cultural
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Ana Lucía Montoya Rendón (Colombia)
Es...
no, nadie lo niega...
nunca más la noche vivirá en mi boca
ni mi piel llorará esa sinfónica fuga
solo exclamaré alegrías y furores
mi pecho expondré ante el ara sacro
así, la Vida lacte de ellos la dispensa
propicie a todos bendita, la abundancia
no, nadie lo niega...
adorarle es el objetivo de mil lunas
recibir de su energía la potencia
mitigar con su abrigo horrores del invierno
como joya de la corona, bien preciado
me enerva la ilusión de sus auroras
voy a él, hecha fuego, enamorada
¡no! quién osará frente a mi, negarlo?
diciembre 2010 / Ana Lucía Montoya
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Éktor H. Martínez (México)
Los chebisbrajos dl Ché Vicente Anaya
[Diarrea de los estómagos de los culturosos]
Como el arte del pasado y destinado a los elegidos, el furor para adquirir las cualidades de poeta suele ser propiciado por bufones palaciegos como el José Vicente Anaya; y a través de una «preceptiva poética» castrada por el aparato político-cultural en el que se cuaja la currícula del susodicho renegado-amansado y poeta carantoñero del 68.
Y ¿cuáles son«las recomendaciones pertinentes» con las que enreda a sus melolengos talleristas el señorón Vicente Anaya? Me importa un comino y la mitad de otro. Tan sólo sé que una sobredosis de desgracia le depara a la poesía en manos de güeyes como el José Vicente Anaya; que esencializan la frivolidad del verso en el tono levantístico en la intensa aglomeración de los poetastros iluminados por la pasividad y la güevonería. Pero ténganlo por seguro que las explicaciones que vomita explicaciones en torno a la preceptiva poética no son otra cosa que afirmaciones abstractas, productos de un desorden epistemológico y de trilladas fórmulas del comadreo tertulero. [1]
El Anaya es otro payaso más de los que caen a Tijuana para estimular la negligencia literaria e hinchar el ego de gente mamona y con escasa virtud literaria. Quinientos o setecientos pesos viene a ser el monto de la cuantía para otorgar trofeo —como agencia de poetas noveles—; creyendo tonta o ladinamente que en un lapso de cinco días erradicará el analfabetismo cultural. Como si el acto creativo de la poesía se pudiera lograr por la omnisciencia de este señorón parásito, zamarreando a sus discípulos con su rico caudal experiencias, con destellos impensados e inspiraciones imprevistas. O, en su defecto, como un caso extremo de veneración por la mediocridad poética para licenciar de poetastros a una media docena de tontoculos, incapaces de distinguir la virtud estética de la exaltación bohemia.
—Qué barbaridad. Ya no hay distingo entre léperos y hombres de talento.
Y es que el Chente Anaya es de esos «intelectuales» que viven aún en un estado de interdicción política y que, por su afán de refinamiento tradicional, se vuelven representantes (mezquinos y reaccionarios) de una cultura hermética y restrictiva, de una vulgar subliteratura oficial, regurgitando expresiones estéticamente anacrónicas que resultan tan chocantes como la falsedad de sus jactancias letreras y simulacros de capilla. Paradigma del intelectual que ya no es intelectual, sino animador de la vida artística e insigne portavoz de las motivaciones momentáneas y de ocasión.
—Pero las ufanías que flotan en el aire son perfiles de comicidad dickensiana.
—Y, en su forma más burda, handicap de la cultura.
Que el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), a través del paquidérmico Centro Cultural Tijuana (CECUT), tenga a bien en designar a gente como el José Vicente Anaya, el Erasmo Katarino Yépez, el Daniel Salinas o el Luperco Castillo Udiarteen calidad de instructores de aspirantes a poetas y novelistas, es una prueba contundente de que en los organismos de la cultura oficial no existen programas viables de difusión cultural y cuando los hay, éstos son erráticos e inútiles. Lo que, en realidad, se vislumbra son cursitos y talleriadas como actos de insólita prestidigitación en manos de una mafia seudocultural que se arrastra en cámara lenta, invocando la «espiritualidad» al estilo de doña Paca, la chamana vuduísta del salinato.
Llamados a ventilar puras cuestiones de forma, son ellos parte del ejército de abadesas y peinadoras que ayudan a controlar y amortiguar los momentos de refulgencia histórica en la vida intelectual del país, creando, aceptando y legitimando la manufactura de cualquier cascajo y basura. Brincan mejor que las pulgas cuando se trata de asegurar su sobrevivencia (de canonjía y mecenazgo), estableciendo una buena relación con el poder, besándoles las patas y la pelonera —respectivamente— a la machorrita que padrotea el CONACULTA y al mismísimo FECAL (o sea, el Felipe Calderón Hinojosa).
—Y, vaya que si no son carasduras, pues a pesar de lo anterior se creen muy «creativos», «transgresores» y «contestatarios».
En las propuestas culturales no hay más que mediocridad, improvisación, engaño, apatía, manipulación, demagogia y confusión. Y gracias a batillos del calibre ético-estético del José Vicente Anaya, del Erasmo Katarino Yépez, del Daniel Salinas o del Luperco Castillo Udiarte la literatura se institucionaliza aún más, se finca en la gran falsedad y se petrifica hasta convertirse en un excremento seco. Cuando la rebeldía se cura con las píldoras del CONACULTA y se hacen mangas y capirotes con los premios y las becas, como diría Pablo de Cuba Soria, a un mismo tiempo y «a la vez no se puede ser abogado de imposibles, ser discípulo de Avicena y especular si de este lado está el poeta». Antes de tirarse a dar cursos y jugarla de maestros talleristas, lo que deberían hacer es educarse con principios de una cultura democrática.
Qué es para ellos un curso de literatura —para enseñar a poetizar o noveletiar—, sino la repetición de ideas ajenas, exégesis importada desde libros y con la teórica parcialidad de imponer una voluntad que debe ser libre y proyectada con sus propias reglas. Es una manifestación de autoridad en el pensamiento estético como es el estado o la propiedad privada en la relación de mando-obediencia, facturación de un arte dominador que legitima su falsedad y que en lugar de fomentar la creatividad la paraliza y la amolda a determinados esquemas, previamente configurados mediante un engañoso color de vida que no es otra cosa que una ilusión o fetiche, enteramente absorbida como una expectativa puramente abstracta.
Ellos, y muchos más, son los «artistas de la palabra» —escrita y demagógicamente cuchupletera— que sólo pisan la superficie de la literatura. Cuando se requiere un planteamiento crítico de especificidad, su libertad de expresión y creación estéticas se restringen a los márgenes más limitados del mensaje babélico (encriptamiento, neutralidad, simbología y abstraccionismo excesivos). Por ello recurren a ambiguas y evasivas interpretaciones, creyendo que así se desprenden de todos sus prejuicios, estigmas y contradicciones. Como si la sola presencia de la política les impidiera la inspiración poética. El quehacer literario es una tarea eminentemente cuestionadota, denunciadora, crítica y es, por ende, moral, es decir, política y estética. Pero el servicio que prestan a la patria de las letras exige a los literatos que se alejen de la política y que hilen lo más delgado que puedan, cuando de asuntos escabrosos se trate. Negar la infiltración de las cuestiones políticas significa negar la existencia de la lucha de clases.
—Que se ocupen los políticos y demás grilleros de las chocantes divergencias, pues… qué caray, los poetas están únicamente para las musas.
Según ellos, la poesía, la literatura y las bellas artes están por encima de todo interés clasista o conflicto de clase. Como si en el terreno del arte y la cultura, tanto en contenido y formas de expresión, no se desarrollara una intensa lucha ideológica y política. La cultura y sus expresiones artísticas, por estar inmersas en el proceso social, político y económico, no pueden desligarse de las características, factores y condiciones que les son propias e inherentes. Desde que la burguesía llega al poder, el arte se vuelve algo político y no se realiza de acuerdo con las necesidades reales —históricas— del pueblo, sino de conformidad con los intereses de la oligarquía, sintomática reafirmación del casticismo pequeñoburgués que se heredará de generación en generación. O sea, se afila la malicia del modo en que se ata el palo seco al tierno arbolito para que no crezca chueco. Y, mientras que los señorones prebendados no irriten ni crispen los nervios, todo está bien chévere en las pías fundaciones de los privilegios y en el protectorado de las letras.
Ergo, su plan de vida como literatos orgánicos tiene como respaldo una cultura pequeñoburguesa de supuesta neutralidad política, es decir, la cuestión estética se considera como la fuente de su genuino apoliticismo. Derrotados por la consunción (pasividad que es abulia o rebeldía reprimida) y, habiendo perdido ya el último velo de decencia, no cejan de pronunciarse por un arte y una literatura neutros, apolíticos, ajenos al partidismo y a la militancia. Con su libre ejercicio de espíritu (que, en realidad, es un aprisionamiento) están contribuyendo a perpetuar la misma servidumbre de antaño; y sólo les queda mirar al mundo con ojos de cosecheros. Todo sea por la caza de las prebendas y relaciones ventajosas.
—¡Me cago en la ceguera de Jorge Luis Borges!
POR DONDE DESAGUAN LAS FINEZAS Y OTRAS MIL VIRTUDES
José Vicente Anaya, mostrando un almidonado gesto de solidaridad, aunque más preocupado por ganarse algunos adeptos y de paso, meterse en la buchaca unos cuantos chelines, acepta la encomienda —que, en realidad, es una orden que le fue dada por su «dador», a efecto de que desquite el cheque que recibe como becario emérito — para repujar el susodicho «taller intensivo de creación poética».
Aprovechará la ocasión para exaltar las virtudes de los funcionarios de las instituciones de la cultura, entre jocosas anécdotas, charritas y refranes, rutilará espiches acerca de lo importante que resulta para México que PEMEX se abra al capital privado, hará referencia a sus éxitos alcanzados como poeta y traductor, platicará de su gran experiencia que ya se volvió inercia. Y en esa batalla trivial de la enseñanza, mientras estructura los preámbulos de las disertaciones que expondrá a sus pupilos, el bato-vate, traductor de los beats, se topará con las suculentas curvas de alguna melolenga aspirante a poetisa y la hormona se le calentará tras sucesivos tacos de ojo; entonces, el ruco, atosigado por una fiebre lúbrica casi incontenible, mirando piernas, muslos y nalgas, comenzará a caldearse, imaginándose que a esa tonta con sueños de ser poeta, después de que le soba la entrepierna y le lame los pezones, le sube la falda hasta el ombligo y le baja los calzones hasta las canillas; enseguida, y aventando hacia un lado y hacia otro los tomos del «Diccionario de la Lengua Española», el «Webster’s New World», el «Diccionario de retórica y poética» de Helena Beristáin y algunos empolvados libros de Ramón Menéndez Pidal, Vargas Vila y unas revistas de «TvNotas» y «Vanidades», entreveradas con algunos números de ediciones atrasadas de «Tierra Adentro», tiende a la chamaca, panza arriba, abriéndola de piernas y con las patitas al cielo, sobre un escritorio, imitación nogal, hecho de aserrín prensado y con las esquinas despostilladas; por el ajetreo, saltan al piso algunos volantes de publicidad del cine omnimax, panfletos de talleres de fotografía, de tributo a Inés Arredondo, de la película «El perro andaluz», del taller «Juguemos a leer», del «Ciclo de conferencias» del doctor Marco Antonio Samaniego, del «Taller literario» de Teresa Palau y Martha Parada, entre otros fláyers y folletines. Recostada la jaina, el creador emérito, agarrándola de las ancas se la arrima y a lienzo crudo le apunta el bichorazo; «—muérome por metérsela» —se dice a jeta cerrada; y entonces que se la deja cayetano, pompeándole padelanteipatrás, duroidale, pajueraipadentro, clausurando todo pronunciamiento de palabras, solamente gimiendo, mugiendo onomatopeyas y, a veces, maullando como gata, contorsionando la cadera, moviendo requetebien las nalgas, intercalando gritos con murmullos casi infantiles.
Y es que, a pesar de su pirujez, la morra todavía está apretadita; por eso (y por sus chillidos de rata alebrestada), el vate alucina que se está cogiendo a una niña. Luego la ilusión se interrumpe cuando la suata, con un quejido medio suelto y medio apretado, que inútilmente trata de reprimir, acaba diciendo: «—Auuch, te viniste adentro de mí, Vicente». Una vez que los desbragados calenturientos terminan su afer cogelonesco, en tanto que el uno se sube el zíper del tramado y la tontuela que quiere ser poeta se acomoda los chones y se da una manita de gato para que no la pillen de nalgasprontas, por sucesión cronológica abandonan la salita que les sirvió de improvisada lobera (un saloncito de estar que sirve como refugio para intercambiar chismes, pegarse unas rayas de cois, chatear a escondidas o aventarse un coyotito para reponer el desvelo); finiquitado el cuchiplancheo, y aún con el semblante pálido, don Chente Anaya entrará al aula donde impartirá el curso de poetización, poniendo una carita de «aquí no ha pasado nada», y meterá la baisa dentro del morral en el que se carga su material didáctico, consultando las tarjetas en las que trae apuntadas algunas citas y reglas de la preceptiva estética para hacer fuerte el cursillo (que, al fin de cuentas, no le servirán ni para chingadas madres); un tanto fatigado por la cháchara literaria, restregándose las puntas de la barba, procurará hacer caso omiso al pensamiento libidinoso que se le regresa a la mente de utópico cochador y que le está jodiendo la memoria como un pesado flashback de imágenes que se alternan y se arrejuntan con una rapidez muy similar a los movimientos de un juego de naipes; muecas, ojos desorbitados, pantaletas, glande, humedad entre las verijas.
Pero lo que tiene más persistencia es el closap del trasero redondo y carnoso de su alumna y que gustoso tentaleaba, mientras limaba y limaba la varilla, jadeando y jadeando sin decir palabra, extasiado y boquiabierto, con la ilusión de que esa frenética concupiscencia se le hiciera de piña y rábano. «—¡Basta ya de malos pensamientos!» —le grita muy por dentro su alter ego. «—¡Cálmate, Vicente!, que ya no estás para esos trotes» —se autodice en sus adentros el “emérito”. Y es que don Chentillo, quien sin duda es un mujeriego como el don Juan de Moliere, es sobre todo un hombre de la buena sociedad y que —según lo relata Stendhal en La muerte de Giacomo y Beatrice Censi— antes de entregarse a la inclinación que lo arrastra hacia las mujeres guapas procura ajustarse a un cierto modelo ideal. Finalmente, al darse cuenta que poco más de media docena de sus educandos están ya dormidos, el men la malicia y carraspea fuertemente para despertarlos; luego que los pupilos se desapendejan, el tícher retoma la punta del hilo de su disertación e inicia la clasecita de arte poética; entra de lleno en el tema, catequizando que la materialidad inmediata del verso místico es sentir cardos en el alma y florecitas en las entrañas, maceradas luego en alcohol y otros destilados de agua loca. Eso sí, todo con un verba refrenada por la tipología de la crítica moderada y con mucho respeto.
—Recuérdese que el ruco no actúa por cuenta propia, sino como una de las tantas mulas de carga de la ideología dominante.
Padece la enfermedad del servilismo cultural y, beatamente, quiere ocultar su arribismo burocrático. Pero, lo cierto es, que preso está en las redes oficiales del estado empresarial, como presas estaban las Antillas en los tiempos de la «West Indies Limited» (poema de Guillén, 1934).
—Ay, qué tiempos aquellos en los que mimetizaba el grito pelado de Antonin Artaud, cuando leía su poesía de 1968, cuando hacía suyas las consignas de Edgar Morin, mientras se azotaba palmaditas en el pecho y los ojitos se le sartreaban de la emoción y se le emblanquecían de modo muy parecido a los de Mister Bean.
Y éstas eran las consignas que palurdiaba en aquel entonces, cuando el ahora arrepentido anarcomarxista tenía una edad promedio de 20 años:
«Empero, el secreto de la juventud es éste: vida quiere decir arriesgarse a la muerte; vida quiere decir, vivir la dificultad» [Edgar Morin, texto citado por José Vicente Anaya en «La poesía que leíamos en 1968», La Jornada Semanal, No. 239, 9 de enero de 1994].
—¡Qué bien! Mas al cabo de los años, el entonces contraculturoso Anaya, mandó a la goma toda su supuesta herencia iconoclasta y de lengua se comió un chingatamadral de tacos.
LOS GATOS PARDOS DE LA CULTUROSADA OFICIAL
Si de libertino pagano, el africano san Agustín se convirtió en cristiano al escuchar los ecos del cielo y las súplicas de su progenitora, santa Mónica, luego-entonces —como dirían los empiristas leguleyos—, ¿porqué don José Vicente Anaya habría de continuar siendo un renegado prángana sesentaiochero y no estar en lo más alto del «cumulus» de becarios eméritos, en ese santuario de los literatos «aureolados» por la mano dadivosa? ¿Son las transformaciones propias de la edad o la simple metamorfosis de la crisálida? Debo suponer que para él, tal conducta no es política ni moralmente reprochable; es… ¿cómo dijéramos?... Ya sé: una especie de virtud antigua, mas no una alianza con el poder. De cualquier manera, en la casa del potentado todo es perdonable y el pasado comunistoide o anarcojipesco es algo secundario, una bagatela. Pero, ahora en adelante ya saben a qué atenerse, los tránsfugas ya no harán lo mismo que antes hacían.
[Aclaración: tampoco es necesario dar instrucciones ni prohibir, porque la advertencia es tácita e implícitamente a priori, desde el momento que el “emérito” recibe la dote y la canonjía institucional].
[Aclaración bis: que manifiesten sus gustos, predilecciones o repugnancias, incluso el tono áspero, pero que no sean muy atrevidos en ciertas cosas].
—Ni modos, la cuesta es ardua y el camino está lleno de cabras y cabrones.
Un dato digregador: nomás durante el salinato, poco arribita de 700 intelectuales salieron a subasta pública. Ese sexenio fue uno de los mejores embutidos en el que sacaron tabla e hicieron raja gobierno y sujetos pensantes. Y el asunto de la «cotización» se ventiló en silencio y sin ruido, como la llegada de la vejez en vieja solterona (aunque cabe destacar que el embrión ya se había gestado desde tiempo atrás). Por razones personales y por la situación histórica, la predisposición ya estaba coagulada (haiga sido como haiga sido, ya sea por el derrumbe el socialismo real, ya sea por el excesivo distanciamiento entre la teoría crítica de izquierda y la acción práctica, ya sea por el hermetismo abstracto de los postulados marxistoides, ya sea por las tendencias esotéricas y el aislamiento social de los académicos, ya sea por la liberación de la carga significativa en la densidad de la palabras, etcétera).
Y después que a don Chente le pase la digestión de los tacos de lengua que se chutó, le caería bien echarse unos cuantos clavados a las páginas del «18 Brumario de Luis Bonaparte» para que critique sus propias ilusiones y clarifique el rumbo actual de sus coordenadas. En don José Vicente Anaya se verificó concretamente la conocida paradoja borgiana de «quien se aleja de casa ha vuelto».
Escritores, artistas e intelectuales, luego de ondear las banderas de lo inverso, cuales viles camaleones se transformaron y en un idioma que no era el suyo dijeron: «tout a fui» (que en mexicañol quiere decir: todo se ha ido o chingó a su madre). El progresismo de los rebeldes sesentaiocheros fue puramente declarativo, una simulación que dio pábulo a que se les acusara de inconsecuentes y vendidos.
—Como en el caso de Edipo cuando encuentra a su padre, así fue el efecto retroactivo de la ideología dominante sobre el pensamiento radical de los años de mozalbete de José Vicente Anaya.
NOTAS O GÜEVOS DE COCHI
1. Sobre este vate, el lector o la lectora puede echarle un oclayo al «Vertedero de cretinadas», sito en elcharkito.blogspot.com, posteado con el cabezal «JOSÉ VICENTE ANAYA O EL HAMBRE DE LOS PIOJOS EN UNA PELUCA».
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Carlos López Dzur (Puerto Rico)
Pacto alternativo matriarcal
¿Qué te parece si hacemos un mundo
donde no hayan corazas, espadas afiladas,
flechas de cazadores?
Un mundo donde vayas con el hueso desnudo
y limpio el muslo sobre el que Hefestos
se derrama. ¿Qué tal? si al espacio en pleno
dejamos que siga siendo ruralía
y no exista la palabra guerra, lamento,
industra, escudo, arpón y daga...
Aún menos, viudas escondidas, solitarias...
ni asomo de la cabeza de un varón fornicario
que pida la sangre derramada de las vírgenes
y violente a tus hijas, tus hermanas
o sea el ladrón de tus ovas, o larvas asexuadas.
¿Qué tal? Crecer para el oficio del tejido,
bordar ventanas, redes geométricas,
células que parezcan escalerillas al cosmos,
hilados con saliva de abundancia,
creación aracneológica.
¿Qué tal que yo, desafiando tu agenda, no siendo yo
la enemiga, la rival que desde Lidia enoja
al ateniense que bendices y le asignas como rey
al hijo indeseado, Erectonio, que tal
si fuera yo quien vengue la hefestura incestuosa
con el Ath, la Esencia, con veneno sutil
de mi ponzoña, toxina del No,
escorpiónico Sí con que Selket alecciona.
¿Qué tal mi universo geométrico,
ordenativo, desde la voz del corazón
que «hace respirar las gargantas»,
porque hebras de seda extraigo
de mi propio cuerpo, a partir de mí?
02-09-1980 / Carlos López Dzur
<>
Lo recóndito
Claudia Ainchil
No demasiado... demasiado...
Huelo.
No demasiado amor.
No demasiado ábrete corazón.
No demasiados puentes
y expresiones de puentes.
Acueductos semi-deserticos de periodos borrosos
sin esa inmigracion de la entrega.
Quizás imperios.
No demasiado ida y vuelta .
Es una muralla atrincherada
unitario prisionero
a discreción.
Demasiado uso de la quinta propia.
Tierra del individualismo que no incluye.
Excluye progresivamente.
Nos reduce a ojos sin mirada.
Demasiado no interés en lo cotidiano
que al otro le sucede.
¿Qué sentirá ese otro? me pregunto.
Demasiado cargamento frio que paraliza.
Demasiado conflicto de paralelas
que no se cruzan.
Demasiado pensar.
Demasiado tocar puertas.
No demasiadas ventanas, introducciones de hombres .
Demasiados demasiado. Opio del alma.
Cuando me rebelo, el silencio...
Claudia Ainchil
[Claudia Ainchil, poeta y periodista, es cofundadora de la Sociedad de Escritores Inéditos e Independientes de Argentina (SEI). Socia de la SEA. Seleccionada en 1º Juegos Florales del Siglo XXI (concurso conmemorativo que se llevó a cabo en Montevideo, Uruguay con el tema «1804-2004, los versos de la Patria Grande», convocando a poetas de habla hispana y portuguesa de América, España y Portugal). Autora de los libros publicados:Comienzo de comienzos (1985), Son cosas de ángeles (1987), Amores sin zapatos (1991), Remolinos a bordo (2003) y Punto de arranque 2008].
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Edgar Borges (España)
El centenario del poeta: Lezama difícil en una época fácil
Celebrar el centenario de José Lezama Lima (Cuba, 19 de diciembre de 1910 - 9 de agosto de 1976) es abrir la puerta (de nuevo y siempre) de la literatura (necesariamente) compleja. «Sólo lo difícil es estimulante», decía el poeta.
Lezama, además de poeta, fue novelista y ensayista de fondo, de largo aliento. Leer a Lezama requiere entrega, exige talento, pues al lector también se le pide participación, inventiva. El escritor (como Lezama) convierte cada palabra en una puerta, el lector es quien articula con su talento las herramientas invisibles con las que tropieza en su recorrido. La literatura no es un objeto de consuelo ni una bolsa de plástico con la que se cubren los problemas. Al contrario, la literatura es una batalla cuerpo a cuerpo entre el individuo y la palabra.
El centenario de José Lezama Lima ha pasado desapercibido en la gran prensa y en muchos sectores literarios (que han cedido a la autoritaria presión del mercado). Y no podía ser de otra manera en una época donde se sobrevalora la palabra obvia, la frase mediocre. La historia maquillada de «personajes buenistas y malos desgraciados».
Su novela Paradiso llegó a ser comparada (por su fuerza y experimentación) con el Ulises de Joyce. Hoy, como tantos otros clásicos, Lezama es un subversivo de la palabra que atraviesa en silencio la falsa luz (cegadora) que ilumina el valle de sombras.
Publicado en ArgenPress Cultural
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Ana Lucía Montoya Rendón (Colombia)
Es...
no, nadie lo niega...
nunca más la noche vivirá en mi boca
ni mi piel llorará esa sinfónica fuga
solo exclamaré alegrías y furores
mi pecho expondré ante el ara sacro
así, la Vida lacte de ellos la dispensa
propicie a todos bendita, la abundancia
no, nadie lo niega...
adorarle es el objetivo de mil lunas
recibir de su energía la potencia
mitigar con su abrigo horrores del invierno
como joya de la corona, bien preciado
me enerva la ilusión de sus auroras
voy a él, hecha fuego, enamorada
¡no! quién osará frente a mi, negarlo?
diciembre 2010 / Ana Lucía Montoya
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Éktor H. Martínez (México)
Los chebisbrajos dl Ché Vicente Anaya
[Diarrea de los estómagos de los culturosos]
Como el arte del pasado y destinado a los elegidos, el furor para adquirir las cualidades de poeta suele ser propiciado por bufones palaciegos como el José Vicente Anaya; y a través de una «preceptiva poética» castrada por el aparato político-cultural en el que se cuaja la currícula del susodicho renegado-amansado y poeta carantoñero del 68.
Y ¿cuáles son«las recomendaciones pertinentes» con las que enreda a sus melolengos talleristas el señorón Vicente Anaya? Me importa un comino y la mitad de otro. Tan sólo sé que una sobredosis de desgracia le depara a la poesía en manos de güeyes como el José Vicente Anaya; que esencializan la frivolidad del verso en el tono levantístico en la intensa aglomeración de los poetastros iluminados por la pasividad y la güevonería. Pero ténganlo por seguro que las explicaciones que vomita explicaciones en torno a la preceptiva poética no son otra cosa que afirmaciones abstractas, productos de un desorden epistemológico y de trilladas fórmulas del comadreo tertulero. [1]
El Anaya es otro payaso más de los que caen a Tijuana para estimular la negligencia literaria e hinchar el ego de gente mamona y con escasa virtud literaria. Quinientos o setecientos pesos viene a ser el monto de la cuantía para otorgar trofeo —como agencia de poetas noveles—; creyendo tonta o ladinamente que en un lapso de cinco días erradicará el analfabetismo cultural. Como si el acto creativo de la poesía se pudiera lograr por la omnisciencia de este señorón parásito, zamarreando a sus discípulos con su rico caudal experiencias, con destellos impensados e inspiraciones imprevistas. O, en su defecto, como un caso extremo de veneración por la mediocridad poética para licenciar de poetastros a una media docena de tontoculos, incapaces de distinguir la virtud estética de la exaltación bohemia.
—Qué barbaridad. Ya no hay distingo entre léperos y hombres de talento.
Y es que el Chente Anaya es de esos «intelectuales» que viven aún en un estado de interdicción política y que, por su afán de refinamiento tradicional, se vuelven representantes (mezquinos y reaccionarios) de una cultura hermética y restrictiva, de una vulgar subliteratura oficial, regurgitando expresiones estéticamente anacrónicas que resultan tan chocantes como la falsedad de sus jactancias letreras y simulacros de capilla. Paradigma del intelectual que ya no es intelectual, sino animador de la vida artística e insigne portavoz de las motivaciones momentáneas y de ocasión.
—Pero las ufanías que flotan en el aire son perfiles de comicidad dickensiana.
—Y, en su forma más burda, handicap de la cultura.
Que el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), a través del paquidérmico Centro Cultural Tijuana (CECUT), tenga a bien en designar a gente como el José Vicente Anaya, el Erasmo Katarino Yépez, el Daniel Salinas o el Luperco Castillo Udiarteen calidad de instructores de aspirantes a poetas y novelistas, es una prueba contundente de que en los organismos de la cultura oficial no existen programas viables de difusión cultural y cuando los hay, éstos son erráticos e inútiles. Lo que, en realidad, se vislumbra son cursitos y talleriadas como actos de insólita prestidigitación en manos de una mafia seudocultural que se arrastra en cámara lenta, invocando la «espiritualidad» al estilo de doña Paca, la chamana vuduísta del salinato.
Llamados a ventilar puras cuestiones de forma, son ellos parte del ejército de abadesas y peinadoras que ayudan a controlar y amortiguar los momentos de refulgencia histórica en la vida intelectual del país, creando, aceptando y legitimando la manufactura de cualquier cascajo y basura. Brincan mejor que las pulgas cuando se trata de asegurar su sobrevivencia (de canonjía y mecenazgo), estableciendo una buena relación con el poder, besándoles las patas y la pelonera —respectivamente— a la machorrita que padrotea el CONACULTA y al mismísimo FECAL (o sea, el Felipe Calderón Hinojosa).
—Y, vaya que si no son carasduras, pues a pesar de lo anterior se creen muy «creativos», «transgresores» y «contestatarios».
En las propuestas culturales no hay más que mediocridad, improvisación, engaño, apatía, manipulación, demagogia y confusión. Y gracias a batillos del calibre ético-estético del José Vicente Anaya, del Erasmo Katarino Yépez, del Daniel Salinas o del Luperco Castillo Udiarte la literatura se institucionaliza aún más, se finca en la gran falsedad y se petrifica hasta convertirse en un excremento seco. Cuando la rebeldía se cura con las píldoras del CONACULTA y se hacen mangas y capirotes con los premios y las becas, como diría Pablo de Cuba Soria, a un mismo tiempo y «a la vez no se puede ser abogado de imposibles, ser discípulo de Avicena y especular si de este lado está el poeta». Antes de tirarse a dar cursos y jugarla de maestros talleristas, lo que deberían hacer es educarse con principios de una cultura democrática.
Qué es para ellos un curso de literatura —para enseñar a poetizar o noveletiar—, sino la repetición de ideas ajenas, exégesis importada desde libros y con la teórica parcialidad de imponer una voluntad que debe ser libre y proyectada con sus propias reglas. Es una manifestación de autoridad en el pensamiento estético como es el estado o la propiedad privada en la relación de mando-obediencia, facturación de un arte dominador que legitima su falsedad y que en lugar de fomentar la creatividad la paraliza y la amolda a determinados esquemas, previamente configurados mediante un engañoso color de vida que no es otra cosa que una ilusión o fetiche, enteramente absorbida como una expectativa puramente abstracta.
Ellos, y muchos más, son los «artistas de la palabra» —escrita y demagógicamente cuchupletera— que sólo pisan la superficie de la literatura. Cuando se requiere un planteamiento crítico de especificidad, su libertad de expresión y creación estéticas se restringen a los márgenes más limitados del mensaje babélico (encriptamiento, neutralidad, simbología y abstraccionismo excesivos). Por ello recurren a ambiguas y evasivas interpretaciones, creyendo que así se desprenden de todos sus prejuicios, estigmas y contradicciones. Como si la sola presencia de la política les impidiera la inspiración poética. El quehacer literario es una tarea eminentemente cuestionadota, denunciadora, crítica y es, por ende, moral, es decir, política y estética. Pero el servicio que prestan a la patria de las letras exige a los literatos que se alejen de la política y que hilen lo más delgado que puedan, cuando de asuntos escabrosos se trate. Negar la infiltración de las cuestiones políticas significa negar la existencia de la lucha de clases.
—Que se ocupen los políticos y demás grilleros de las chocantes divergencias, pues… qué caray, los poetas están únicamente para las musas.
Según ellos, la poesía, la literatura y las bellas artes están por encima de todo interés clasista o conflicto de clase. Como si en el terreno del arte y la cultura, tanto en contenido y formas de expresión, no se desarrollara una intensa lucha ideológica y política. La cultura y sus expresiones artísticas, por estar inmersas en el proceso social, político y económico, no pueden desligarse de las características, factores y condiciones que les son propias e inherentes. Desde que la burguesía llega al poder, el arte se vuelve algo político y no se realiza de acuerdo con las necesidades reales —históricas— del pueblo, sino de conformidad con los intereses de la oligarquía, sintomática reafirmación del casticismo pequeñoburgués que se heredará de generación en generación. O sea, se afila la malicia del modo en que se ata el palo seco al tierno arbolito para que no crezca chueco. Y, mientras que los señorones prebendados no irriten ni crispen los nervios, todo está bien chévere en las pías fundaciones de los privilegios y en el protectorado de las letras.
Ergo, su plan de vida como literatos orgánicos tiene como respaldo una cultura pequeñoburguesa de supuesta neutralidad política, es decir, la cuestión estética se considera como la fuente de su genuino apoliticismo. Derrotados por la consunción (pasividad que es abulia o rebeldía reprimida) y, habiendo perdido ya el último velo de decencia, no cejan de pronunciarse por un arte y una literatura neutros, apolíticos, ajenos al partidismo y a la militancia. Con su libre ejercicio de espíritu (que, en realidad, es un aprisionamiento) están contribuyendo a perpetuar la misma servidumbre de antaño; y sólo les queda mirar al mundo con ojos de cosecheros. Todo sea por la caza de las prebendas y relaciones ventajosas.
—¡Me cago en la ceguera de Jorge Luis Borges!
POR DONDE DESAGUAN LAS FINEZAS Y OTRAS MIL VIRTUDES
José Vicente Anaya, mostrando un almidonado gesto de solidaridad, aunque más preocupado por ganarse algunos adeptos y de paso, meterse en la buchaca unos cuantos chelines, acepta la encomienda —que, en realidad, es una orden que le fue dada por su «dador», a efecto de que desquite el cheque que recibe como becario emérito — para repujar el susodicho «taller intensivo de creación poética».
Aprovechará la ocasión para exaltar las virtudes de los funcionarios de las instituciones de la cultura, entre jocosas anécdotas, charritas y refranes, rutilará espiches acerca de lo importante que resulta para México que PEMEX se abra al capital privado, hará referencia a sus éxitos alcanzados como poeta y traductor, platicará de su gran experiencia que ya se volvió inercia. Y en esa batalla trivial de la enseñanza, mientras estructura los preámbulos de las disertaciones que expondrá a sus pupilos, el bato-vate, traductor de los beats, se topará con las suculentas curvas de alguna melolenga aspirante a poetisa y la hormona se le calentará tras sucesivos tacos de ojo; entonces, el ruco, atosigado por una fiebre lúbrica casi incontenible, mirando piernas, muslos y nalgas, comenzará a caldearse, imaginándose que a esa tonta con sueños de ser poeta, después de que le soba la entrepierna y le lame los pezones, le sube la falda hasta el ombligo y le baja los calzones hasta las canillas; enseguida, y aventando hacia un lado y hacia otro los tomos del «Diccionario de la Lengua Española», el «Webster’s New World», el «Diccionario de retórica y poética» de Helena Beristáin y algunos empolvados libros de Ramón Menéndez Pidal, Vargas Vila y unas revistas de «TvNotas» y «Vanidades», entreveradas con algunos números de ediciones atrasadas de «Tierra Adentro», tiende a la chamaca, panza arriba, abriéndola de piernas y con las patitas al cielo, sobre un escritorio, imitación nogal, hecho de aserrín prensado y con las esquinas despostilladas; por el ajetreo, saltan al piso algunos volantes de publicidad del cine omnimax, panfletos de talleres de fotografía, de tributo a Inés Arredondo, de la película «El perro andaluz», del taller «Juguemos a leer», del «Ciclo de conferencias» del doctor Marco Antonio Samaniego, del «Taller literario» de Teresa Palau y Martha Parada, entre otros fláyers y folletines. Recostada la jaina, el creador emérito, agarrándola de las ancas se la arrima y a lienzo crudo le apunta el bichorazo; «—muérome por metérsela» —se dice a jeta cerrada; y entonces que se la deja cayetano, pompeándole padelanteipatrás, duroidale, pajueraipadentro, clausurando todo pronunciamiento de palabras, solamente gimiendo, mugiendo onomatopeyas y, a veces, maullando como gata, contorsionando la cadera, moviendo requetebien las nalgas, intercalando gritos con murmullos casi infantiles.
Y es que, a pesar de su pirujez, la morra todavía está apretadita; por eso (y por sus chillidos de rata alebrestada), el vate alucina que se está cogiendo a una niña. Luego la ilusión se interrumpe cuando la suata, con un quejido medio suelto y medio apretado, que inútilmente trata de reprimir, acaba diciendo: «—Auuch, te viniste adentro de mí, Vicente». Una vez que los desbragados calenturientos terminan su afer cogelonesco, en tanto que el uno se sube el zíper del tramado y la tontuela que quiere ser poeta se acomoda los chones y se da una manita de gato para que no la pillen de nalgasprontas, por sucesión cronológica abandonan la salita que les sirvió de improvisada lobera (un saloncito de estar que sirve como refugio para intercambiar chismes, pegarse unas rayas de cois, chatear a escondidas o aventarse un coyotito para reponer el desvelo); finiquitado el cuchiplancheo, y aún con el semblante pálido, don Chente Anaya entrará al aula donde impartirá el curso de poetización, poniendo una carita de «aquí no ha pasado nada», y meterá la baisa dentro del morral en el que se carga su material didáctico, consultando las tarjetas en las que trae apuntadas algunas citas y reglas de la preceptiva estética para hacer fuerte el cursillo (que, al fin de cuentas, no le servirán ni para chingadas madres); un tanto fatigado por la cháchara literaria, restregándose las puntas de la barba, procurará hacer caso omiso al pensamiento libidinoso que se le regresa a la mente de utópico cochador y que le está jodiendo la memoria como un pesado flashback de imágenes que se alternan y se arrejuntan con una rapidez muy similar a los movimientos de un juego de naipes; muecas, ojos desorbitados, pantaletas, glande, humedad entre las verijas.
Pero lo que tiene más persistencia es el closap del trasero redondo y carnoso de su alumna y que gustoso tentaleaba, mientras limaba y limaba la varilla, jadeando y jadeando sin decir palabra, extasiado y boquiabierto, con la ilusión de que esa frenética concupiscencia se le hiciera de piña y rábano. «—¡Basta ya de malos pensamientos!» —le grita muy por dentro su alter ego. «—¡Cálmate, Vicente!, que ya no estás para esos trotes» —se autodice en sus adentros el “emérito”. Y es que don Chentillo, quien sin duda es un mujeriego como el don Juan de Moliere, es sobre todo un hombre de la buena sociedad y que —según lo relata Stendhal en La muerte de Giacomo y Beatrice Censi— antes de entregarse a la inclinación que lo arrastra hacia las mujeres guapas procura ajustarse a un cierto modelo ideal. Finalmente, al darse cuenta que poco más de media docena de sus educandos están ya dormidos, el men la malicia y carraspea fuertemente para despertarlos; luego que los pupilos se desapendejan, el tícher retoma la punta del hilo de su disertación e inicia la clasecita de arte poética; entra de lleno en el tema, catequizando que la materialidad inmediata del verso místico es sentir cardos en el alma y florecitas en las entrañas, maceradas luego en alcohol y otros destilados de agua loca. Eso sí, todo con un verba refrenada por la tipología de la crítica moderada y con mucho respeto.
—Recuérdese que el ruco no actúa por cuenta propia, sino como una de las tantas mulas de carga de la ideología dominante.
Padece la enfermedad del servilismo cultural y, beatamente, quiere ocultar su arribismo burocrático. Pero, lo cierto es, que preso está en las redes oficiales del estado empresarial, como presas estaban las Antillas en los tiempos de la «West Indies Limited» (poema de Guillén, 1934).
—Ay, qué tiempos aquellos en los que mimetizaba el grito pelado de Antonin Artaud, cuando leía su poesía de 1968, cuando hacía suyas las consignas de Edgar Morin, mientras se azotaba palmaditas en el pecho y los ojitos se le sartreaban de la emoción y se le emblanquecían de modo muy parecido a los de Mister Bean.
Y éstas eran las consignas que palurdiaba en aquel entonces, cuando el ahora arrepentido anarcomarxista tenía una edad promedio de 20 años:
«Empero, el secreto de la juventud es éste: vida quiere decir arriesgarse a la muerte; vida quiere decir, vivir la dificultad» [Edgar Morin, texto citado por José Vicente Anaya en «La poesía que leíamos en 1968», La Jornada Semanal, No. 239, 9 de enero de 1994].
—¡Qué bien! Mas al cabo de los años, el entonces contraculturoso Anaya, mandó a la goma toda su supuesta herencia iconoclasta y de lengua se comió un chingatamadral de tacos.
LOS GATOS PARDOS DE LA CULTUROSADA OFICIAL
Si de libertino pagano, el africano san Agustín se convirtió en cristiano al escuchar los ecos del cielo y las súplicas de su progenitora, santa Mónica, luego-entonces —como dirían los empiristas leguleyos—, ¿porqué don José Vicente Anaya habría de continuar siendo un renegado prángana sesentaiochero y no estar en lo más alto del «cumulus» de becarios eméritos, en ese santuario de los literatos «aureolados» por la mano dadivosa? ¿Son las transformaciones propias de la edad o la simple metamorfosis de la crisálida? Debo suponer que para él, tal conducta no es política ni moralmente reprochable; es… ¿cómo dijéramos?... Ya sé: una especie de virtud antigua, mas no una alianza con el poder. De cualquier manera, en la casa del potentado todo es perdonable y el pasado comunistoide o anarcojipesco es algo secundario, una bagatela. Pero, ahora en adelante ya saben a qué atenerse, los tránsfugas ya no harán lo mismo que antes hacían.
[Aclaración: tampoco es necesario dar instrucciones ni prohibir, porque la advertencia es tácita e implícitamente a priori, desde el momento que el “emérito” recibe la dote y la canonjía institucional].
[Aclaración bis: que manifiesten sus gustos, predilecciones o repugnancias, incluso el tono áspero, pero que no sean muy atrevidos en ciertas cosas].
—Ni modos, la cuesta es ardua y el camino está lleno de cabras y cabrones.
Un dato digregador: nomás durante el salinato, poco arribita de 700 intelectuales salieron a subasta pública. Ese sexenio fue uno de los mejores embutidos en el que sacaron tabla e hicieron raja gobierno y sujetos pensantes. Y el asunto de la «cotización» se ventiló en silencio y sin ruido, como la llegada de la vejez en vieja solterona (aunque cabe destacar que el embrión ya se había gestado desde tiempo atrás). Por razones personales y por la situación histórica, la predisposición ya estaba coagulada (haiga sido como haiga sido, ya sea por el derrumbe el socialismo real, ya sea por el excesivo distanciamiento entre la teoría crítica de izquierda y la acción práctica, ya sea por el hermetismo abstracto de los postulados marxistoides, ya sea por las tendencias esotéricas y el aislamiento social de los académicos, ya sea por la liberación de la carga significativa en la densidad de la palabras, etcétera).
Y después que a don Chente le pase la digestión de los tacos de lengua que se chutó, le caería bien echarse unos cuantos clavados a las páginas del «18 Brumario de Luis Bonaparte» para que critique sus propias ilusiones y clarifique el rumbo actual de sus coordenadas. En don José Vicente Anaya se verificó concretamente la conocida paradoja borgiana de «quien se aleja de casa ha vuelto».
Escritores, artistas e intelectuales, luego de ondear las banderas de lo inverso, cuales viles camaleones se transformaron y en un idioma que no era el suyo dijeron: «tout a fui» (que en mexicañol quiere decir: todo se ha ido o chingó a su madre). El progresismo de los rebeldes sesentaiocheros fue puramente declarativo, una simulación que dio pábulo a que se les acusara de inconsecuentes y vendidos.
—Como en el caso de Edipo cuando encuentra a su padre, así fue el efecto retroactivo de la ideología dominante sobre el pensamiento radical de los años de mozalbete de José Vicente Anaya.
NOTAS O GÜEVOS DE COCHI
1. Sobre este vate, el lector o la lectora puede echarle un oclayo al «Vertedero de cretinadas», sito en elcharkito.blogspot.com, posteado con el cabezal «JOSÉ VICENTE ANAYA O EL HAMBRE DE LOS PIOJOS EN UNA PELUCA».
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Carlos López Dzur (Puerto Rico)
Pacto alternativo matriarcal
¿Qué te parece si hacemos un mundo
donde no hayan corazas, espadas afiladas,
flechas de cazadores?
Un mundo donde vayas con el hueso desnudo
y limpio el muslo sobre el que Hefestos
se derrama. ¿Qué tal? si al espacio en pleno
dejamos que siga siendo ruralía
y no exista la palabra guerra, lamento,
industra, escudo, arpón y daga...
Aún menos, viudas escondidas, solitarias...
ni asomo de la cabeza de un varón fornicario
que pida la sangre derramada de las vírgenes
y violente a tus hijas, tus hermanas
o sea el ladrón de tus ovas, o larvas asexuadas.
¿Qué tal? Crecer para el oficio del tejido,
bordar ventanas, redes geométricas,
células que parezcan escalerillas al cosmos,
hilados con saliva de abundancia,
creación aracneológica.
¿Qué tal que yo, desafiando tu agenda, no siendo yo
la enemiga, la rival que desde Lidia enoja
al ateniense que bendices y le asignas como rey
al hijo indeseado, Erectonio, que tal
si fuera yo quien vengue la hefestura incestuosa
con el Ath, la Esencia, con veneno sutil
de mi ponzoña, toxina del No,
escorpiónico Sí con que Selket alecciona.
¿Qué tal mi universo geométrico,
ordenativo, desde la voz del corazón
que «hace respirar las gargantas»,
porque hebras de seda extraigo
de mi propio cuerpo, a partir de mí?
02-09-1980 / Carlos López Dzur
<>
Lo recóndito
«El tener uno y común el mundo se manifiesta a los que velan; en el sueño cada uno retorna dentro de sí»: Heráclito
En el día que dije a Mamá que ví en las Fiestas Patronales, el espectáculo de la Mujer de las Serpientes metida en una inmensa urna de cristal
Se necesitan más que los ojos para ver el mundo.
Para ver el Arbol.
Para ver los quinarios de los quintos cielos.
Más que oídos destapados y pupilas vivas.
Más que la yema sensible de los dedos
para saber que el Sol quema y es una serpiente
moviéndose en espirales, porque los soles rotan.
Todo se mueve aunque parece quieto.
Se necesita más que olfato para saber
que en la redonda sartén de ese Sol embravecido
como granitos de maíz se aroman en la elipse
72 años que restallan y se vuelven palomitas
que uno come en la vida terrestre,
cual se come alrededor de la Plaza
las fritangas de las Fiestas Patronales
y hay cuatro Querubines que nos dicen los puntos cardinales
y cuatro ancianos que hablan del Aire, el Agua, la Tierra
y el Fuego, hay otoños para la vida germinante,
y abundancia en primavera, y hay veranos de Trópico
y uno anda desnudo para no sofocarse,
pero hay inviernos tranquilos y serenos
que nos quitan la asfixia, los calores,
las agresivas ínfulas de lo que no ha sido bueno.
Hay, en el centro de todo cuanto es llamado
la Rueda de la Vida, retorno al Gran Sueño,
al que de veras vale y está dentro de uno
y lo tenemos común al Universo
(ese es el verdadero fondo que se pierde
cuando se desmorona lo humano
y somos nihilistas en errancia contínua)
y para ese Sueño no basta haber tenido
ojos despiertos, olfato agudo, manos diestras y ágiles,
oídos poderosos como super-antenas:
ese Sueño no ronca con la boca,
no tiembla con los pasos.
Es lo más interior del Universo
aunque viva dentro de nosotros mismos.
06-03-1990 / Carlos López Dzur
<>
Bendición del Acto Creador
Para ver el Arbol.
Para ver los quinarios de los quintos cielos.
Más que oídos destapados y pupilas vivas.
Más que la yema sensible de los dedos
para saber que el Sol quema y es una serpiente
moviéndose en espirales, porque los soles rotan.
Todo se mueve aunque parece quieto.
Se necesita más que olfato para saber
que en la redonda sartén de ese Sol embravecido
como granitos de maíz se aroman en la elipse
72 años que restallan y se vuelven palomitas
que uno come en la vida terrestre,
cual se come alrededor de la Plaza
las fritangas de las Fiestas Patronales
y hay cuatro Querubines que nos dicen los puntos cardinales
y cuatro ancianos que hablan del Aire, el Agua, la Tierra
y el Fuego, hay otoños para la vida germinante,
y abundancia en primavera, y hay veranos de Trópico
y uno anda desnudo para no sofocarse,
pero hay inviernos tranquilos y serenos
que nos quitan la asfixia, los calores,
las agresivas ínfulas de lo que no ha sido bueno.
Hay, en el centro de todo cuanto es llamado
la Rueda de la Vida, retorno al Gran Sueño,
al que de veras vale y está dentro de uno
y lo tenemos común al Universo
(ese es el verdadero fondo que se pierde
cuando se desmorona lo humano
y somos nihilistas en errancia contínua)
y para ese Sueño no basta haber tenido
ojos despiertos, olfato agudo, manos diestras y ágiles,
oídos poderosos como super-antenas:
ese Sueño no ronca con la boca,
no tiembla con los pasos.
Es lo más interior del Universo
aunque viva dentro de nosotros mismos.
06-03-1990 / Carlos López Dzur
<>
Bendición del Acto Creador
a Isaac Luria
Cuando todos se apretujen por querer
ser Lo Elegido, lo que destacará por razón de privilegio,
lo que rumora el aliento, sin modestia,
cuando los veas en la miseria de los falsos deseos,
ebrios en lo umbrío de la premura, inmaduros todavía,
impacientes, tóxicos, hedientes por la envidia, insolidarios,
tú, poeta del Comienzo, voz del Bereshit
en lo oculto, sé más modesto
que la piedra del ángulo, o toda piedra
que sustenta el creciente peso del volumen,
tú sólo evoca mi nombre de Baruj,
échale el bendito seas / bendice / bendice
la Casa que haré... Funda el optimismo
por esencia, saca esa nota a flote.
Con el habla pura del Origen haré un poema.
Llámalo Bet, casa del lenguaje,
templo de Berajá, aunque veas a los otros,
impacientes e impuros, levadura en la esencia,
anticipados al posible defecto,
desconfiados de que haya eficaz aguante
y proyecto sustentador de certidumbre.
Cuando los veas cagándose en los atrios,
subiendo sangre y ladronería, rencilla y orgullo a los altares,
pensando que la montaña del Bereshit / es Mal Comienzo,
mantriza Bendito sea el Acto Creador
con el habla pura o la materia bruta.
En el principio de los principios, te llamaré.
Te daré por encargo: Bendícelo todo.
Dí: «Quien me creó dijo: Y vio que Su Acto
creador era bueno y se hizo la tarde y la mañana
el día primero». Y, entonces, otra vez me habló
cuando pregunté: «Ahora, ¿qué hago?»
Con el susurro del Genio, respondió:
Tu frase en el poema es Bendito sea, vé
y grítalo: Todo lo que se ponga
encima de mí, el Cimiento del verso,
bendito sea.
Agrega: Soportaré cada piedra,
carpinteros, obreros de cavernas y cemíes.
Todo lo que se edifique encima de mí,
bendito sea aunque yo esté abajo poniendo pecho y lomo
como una geografía, yo poniendo saliva como un río
y como poniendo aliento, sin dolerme,
y vibración, con gozo, yo bendiciendo con el culo pelado
pero sin queja, sin muina, orgulloso....
Esta es la esencia del Deseo del Acto Creador,
bendecir al que edifica, mantrizar a Bet
en el principio, en el principio,
remoto principio de los tiempos,
porque el Poeta de Poetas está feliz del Acto Creador
y de todos lo que le imitarán al bendecir lo que anhelan
y me dijo: Berajá de mi Bereshit
Baruj baraja por gritar mi esencia entre naipes
de cada poema que se te escriba encima
con mi letra de gozo
desde hoy y para siempre.
Carlos López Dzur
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María Elena Walsh (Argentina): In Memoriam
y textos para recordarla
Buenos Aires: Este 10 de enero la poetisa, escritora, música, cantautora, dramaturga y compositora argentina María Elena Walsh, de 80 años, falleció en el Sanatorio de la Trinidad.Los restos de esta figura prominente de la cultura argentina serán velados entre las 17 y las 21 en Lavalle 1547, sede de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (Sadaic).
María Elena Walsh se marchó. No cuesta imaginarla, como su amada Manuelita, alejándose «un poquito caminando y otro poquitito a pie». Pero deja un regalo invaluable para la cultura argentina: sus canciones y textos geniales. La célebre autora, quien trascendió generaciones con creaciones como la propia Manuelita la tortuga, Dailan Kifki y El mundo del revés, murió esta mañana a los 80 años.
La artista falleció ½luego de una prolongada internación y como epílogo de padecimientos crónicos que la aquejaban», indicó un parte médico del Sanatorio de la Trinidad. Sus restos son velados desde las 17 (hasta las 24) en Lavalle 1547, sede de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (Sadaic), y serán inhumados mañana desde las 11 en el Panteón que la entidad posee en el Cementerio de la Chacarita.
La galería de personajes de Walsh acompañó a varias generaciones de argentinos desde hace más de 60 años. Nació en Ramos Mejía, en el oeste del conurbano bonaerense, en febrero de 1930. Y publicó su primer libro cuando apenas tenía 17 años y le faltaba poco para terminar sus estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Ese libro se llamó Otoño imperdonable y fue el primero de muchos hitos.
En los 50, Walsh publicó Baladas con Ángel y se autoexilió en París. Por esa época comenzó a escribir versos para niños.
Ella se autodefinía como cupletista, en referencia a «las mujeres con hermosos vestidos fruncidos y con volados que cantaban canciones populares y también picarescas».
Su obra no se limitaba al universo de los niños. En la década del 60, por ejemplo, estrenó en el San Martín, nada menos, Canciones para mirar, que luego fue grabada en disco. Y en 1979, en plena dictadura militar, la edición de Desventuras en el País-Jardín de Infantes puso en palabras lo que muchos otros no se atrevían siquiera a pensar.
Podía pasar sin problemas del folklore al jazz o el tango. Y le aportó lo suyo a la canción de protesta: desde su gran clásico La Cigarra, convertido en un himno de resistencia contra la dictadura hasta 1983, hasta una mirada hacia la inmigración como Zamba de Pepe.
En el catálogo de obras imperecederas para el público infantil están Doña Disparate y Bambuco. Y los libros El reino del revés, Cuentopos de Gulubú, Hecho a mano y Juguemos en el mundo, Tutú Maramba, Zoo Loco, Dailan Kifki y Novios de Antaño.
En 1985 fue nombrada Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires y, en 1990, Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de Córdoba y Personalidad Ilustre de la Provincia de Buenos Aires. Pero el máximo galardón será su lugar en la memoria de la inmensa mayoría de los argentinos. La bibliografía completa de María Elena Walsh
La forma
Dios sigue haciendo piedras y animales
con las antiguas formas de la vida.
Sigue poniendo pájaros iguales
sobre la misma tierra repetida.
Pero para la voz recién nacida
todas las cosas son originales,
y al cantar las descubre sorprendida,
desde su cárcel, desde sus umbrales.
Si estoy en medio de la noche y siento
que otra vez vuelven con la primavera
la renovada antigüedad del viento
y la luna que vi por vez primera,
muero, pero renazco al otro día,
húmeda de reciente alfarería.
<>
Balada del tiempo perdido
ser Lo Elegido, lo que destacará por razón de privilegio,
lo que rumora el aliento, sin modestia,
cuando los veas en la miseria de los falsos deseos,
ebrios en lo umbrío de la premura, inmaduros todavía,
impacientes, tóxicos, hedientes por la envidia, insolidarios,
tú, poeta del Comienzo, voz del Bereshit
en lo oculto, sé más modesto
que la piedra del ángulo, o toda piedra
que sustenta el creciente peso del volumen,
tú sólo evoca mi nombre de Baruj,
échale el bendito seas / bendice / bendice
la Casa que haré... Funda el optimismo
por esencia, saca esa nota a flote.
Con el habla pura del Origen haré un poema.
Llámalo Bet, casa del lenguaje,
templo de Berajá, aunque veas a los otros,
impacientes e impuros, levadura en la esencia,
anticipados al posible defecto,
desconfiados de que haya eficaz aguante
y proyecto sustentador de certidumbre.
Cuando los veas cagándose en los atrios,
subiendo sangre y ladronería, rencilla y orgullo a los altares,
pensando que la montaña del Bereshit / es Mal Comienzo,
mantriza Bendito sea el Acto Creador
con el habla pura o la materia bruta.
En el principio de los principios, te llamaré.
Te daré por encargo: Bendícelo todo.
Dí: «Quien me creó dijo: Y vio que Su Acto
creador era bueno y se hizo la tarde y la mañana
el día primero». Y, entonces, otra vez me habló
cuando pregunté: «Ahora, ¿qué hago?»
Con el susurro del Genio, respondió:
Tu frase en el poema es Bendito sea, vé
y grítalo: Todo lo que se ponga
encima de mí, el Cimiento del verso,
bendito sea.
Agrega: Soportaré cada piedra,
carpinteros, obreros de cavernas y cemíes.
Todo lo que se edifique encima de mí,
bendito sea aunque yo esté abajo poniendo pecho y lomo
como una geografía, yo poniendo saliva como un río
y como poniendo aliento, sin dolerme,
y vibración, con gozo, yo bendiciendo con el culo pelado
pero sin queja, sin muina, orgulloso....
Esta es la esencia del Deseo del Acto Creador,
bendecir al que edifica, mantrizar a Bet
en el principio, en el principio,
remoto principio de los tiempos,
porque el Poeta de Poetas está feliz del Acto Creador
y de todos lo que le imitarán al bendecir lo que anhelan
y me dijo: Berajá de mi Bereshit
Baruj baraja por gritar mi esencia entre naipes
de cada poema que se te escriba encima
con mi letra de gozo
desde hoy y para siempre.
Carlos López Dzur
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María Elena Walsh (Argentina): In Memoriam
y textos para recordarla
Buenos Aires: Este 10 de enero la poetisa, escritora, música, cantautora, dramaturga y compositora argentina María Elena Walsh, de 80 años, falleció en el Sanatorio de la Trinidad.Los restos de esta figura prominente de la cultura argentina serán velados entre las 17 y las 21 en Lavalle 1547, sede de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (Sadaic).
María Elena Walsh se marchó. No cuesta imaginarla, como su amada Manuelita, alejándose «un poquito caminando y otro poquitito a pie». Pero deja un regalo invaluable para la cultura argentina: sus canciones y textos geniales. La célebre autora, quien trascendió generaciones con creaciones como la propia Manuelita la tortuga, Dailan Kifki y El mundo del revés, murió esta mañana a los 80 años.
La artista falleció ½luego de una prolongada internación y como epílogo de padecimientos crónicos que la aquejaban», indicó un parte médico del Sanatorio de la Trinidad. Sus restos son velados desde las 17 (hasta las 24) en Lavalle 1547, sede de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (Sadaic), y serán inhumados mañana desde las 11 en el Panteón que la entidad posee en el Cementerio de la Chacarita.
La galería de personajes de Walsh acompañó a varias generaciones de argentinos desde hace más de 60 años. Nació en Ramos Mejía, en el oeste del conurbano bonaerense, en febrero de 1930. Y publicó su primer libro cuando apenas tenía 17 años y le faltaba poco para terminar sus estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Ese libro se llamó Otoño imperdonable y fue el primero de muchos hitos.
En los 50, Walsh publicó Baladas con Ángel y se autoexilió en París. Por esa época comenzó a escribir versos para niños.
Ella se autodefinía como cupletista, en referencia a «las mujeres con hermosos vestidos fruncidos y con volados que cantaban canciones populares y también picarescas».
Su obra no se limitaba al universo de los niños. En la década del 60, por ejemplo, estrenó en el San Martín, nada menos, Canciones para mirar, que luego fue grabada en disco. Y en 1979, en plena dictadura militar, la edición de Desventuras en el País-Jardín de Infantes puso en palabras lo que muchos otros no se atrevían siquiera a pensar.
Podía pasar sin problemas del folklore al jazz o el tango. Y le aportó lo suyo a la canción de protesta: desde su gran clásico La Cigarra, convertido en un himno de resistencia contra la dictadura hasta 1983, hasta una mirada hacia la inmigración como Zamba de Pepe.
En el catálogo de obras imperecederas para el público infantil están Doña Disparate y Bambuco. Y los libros El reino del revés, Cuentopos de Gulubú, Hecho a mano y Juguemos en el mundo, Tutú Maramba, Zoo Loco, Dailan Kifki y Novios de Antaño.
En 1985 fue nombrada Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires y, en 1990, Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de Córdoba y Personalidad Ilustre de la Provincia de Buenos Aires. Pero el máximo galardón será su lugar en la memoria de la inmensa mayoría de los argentinos. La bibliografía completa de María Elena Walsh
La forma
Dios sigue haciendo piedras y animales
con las antiguas formas de la vida.
Sigue poniendo pájaros iguales
sobre la misma tierra repetida.
Pero para la voz recién nacida
todas las cosas son originales,
y al cantar las descubre sorprendida,
desde su cárcel, desde sus umbrales.
Si estoy en medio de la noche y siento
que otra vez vuelven con la primavera
la renovada antigüedad del viento
y la luna que vi por vez primera,
muero, pero renazco al otro día,
húmeda de reciente alfarería.
<>
Balada del tiempo perdido
Yo dormía pero mi corazón velaba...: Cantares
Como a sus vanas hojas
el tiempo me perdía.
Clavada a la madera de otro sueño
volaban sobre mí noches y días.
Poblándome de una
nostalgia distraída,
la tierra, el mar, me entraban en los ojos
y por ociosas lágrimas salían.
Cuántos papeles ciegos
en la tarde vacía.
Qué multitud de imágenes miradas
como a través de una mortal llovizna.
Entorpecidas sombras
en vez de manos mías,
de tanto enajenarse en los espejos,
todo lo que tocaba se moría.
Memorias y esperanzas
callaban su agonía:
un porfiado presente demoraba
siempre las mismas ramas amarillas.
Qué tiempo sin sentido
el que mi amor perdía.
Qué lamentable primavera inútil
haciendo en vano flores que se olvidan.
Pero mi corazón
velaba y no sabía.
Recuperada su pasión secreta
ahora enamorado resucita.
Y el tiempo que hoy me guarda
entre sus hojas vivas
es un tiempo feliz desde hace tantos
sueños que nacerán en la vigilia.
<>
El 45
Te acordás, hermana, qué tiempos aquellos,
la vida nos daba la misma lección.
En la primavera del cuarenta y cinco
tenias quince años lo mismo que yo.
Te acordás, hermana, de aquellos cadetes,
del primer bolero y el té en El Galeón
cuando los domingos la lluvia traía
la voz de Bing Crosby y un verso de amor.
Te acordás de la Plaza de Mayo
cuando «el que te dije» salía al balcón.
Tanto cambió todo que el sol de la infancia
de golpe y porrazo se nos alunó.
Te acordás, hermana, qué tiempos de seca
cuando un pobre peso daba un estirón
y al pagarnos toda una edad de rabonas
valía más vida que un millón de hoy.
Te acordás, hermana, que desde muy lejos
un olor a espanto nos enloqueció:
era de Hiroshima donde tantas chicas
tenían quince años como vos y yo.
Te acordás que más tarde la vida
vino en tacos altos y nos separó.
Ya no compartimos el mismo tranvía,
sólo nos reúne la buena de Dios.
<>
Oración a la justicia
Señora de ojos vendados
que estás en los tribunales
sin ver a los abogados,
baja de tus pedestales.
Quítate la venda y mira
cuánta mentira.
Actualiza la balanza
y arremete con la espada,
que sin tus buenos oficios
no somos nada.
Lávanos de sangre y tinta,
resucita al inocente
y haz que los muertos entierren
el expediente.
Espanta a las aves negras,
aniquila a los gusanos
y que a tus plantas los hombres
se den la mano.
Ilumina al juez dormido,
apacigua toda guerra
y hazte reina para siempre
de nuestra tierra.
Señora de ojos vendados,
con la espada y la balanza
a los justos humillados
no les robes la esperanza.
Dales la razón y llora
porque ya es hora.
<>000<>000<>000<>
Convocatoria: La voz y la máquina: perduración y transformación
Alud, la revista electrónica-literaria del Departamento de Español y Portugués de la Universidad de California, Irvine, le invita a participar como colaborador de nuestra tercera edición dedicada al tema: La voz y la máquina: perduración y transformación.
Se aceptarán todo tipo de artículos académicos en proceso de investigación o finalizados sobre literatura, lingüística, política, cine y demás, tanto como ficción, poesía y fotografía artística. También, se recibirán proyectos audiovisuales desde una perspectiva social, cultural o artística, muestras culinarias, arte plástico en formato fotográfico al igual que animación de menos de cinco minutos en formato flash; poesía en papel digital, sonora, de interpretación total o intermedia, entre otras manifestaciones artísticas y sociopolíticas.
Estos son algunos posibles subtemas a consideración:
Artículos académicos sobre los rincones no globalizados
Cuentos cyborgnéticos y demás ficciones computarizadas
Ensayos sobre lingüíst(ic)as en extincción
Fotografía en voz alta
Poesía y errores mecanográficos
Acercamientos a las nuevas fronteras literarias post-internet
Entrevistas digitalizadas
Reseñas de músicas y textos subalternos
Traducciones al borde de la letra y la intención
Revoluciones, evoluciones y mercadotécnia post-pop
«Migraciones»: entre el mundo «real» y el mundo digital, la palabra y la imagen, entre naciones, fronteras y épocas.
Además, presentamos el blog comunitario, reVista @bierta, una galería de ventanas y puertas, de pasillos y conductos, una sala, un comedor, que estará invitando a varios colaboradores a que se unan a la discusión libre mediante el blog. Todos los colaboradores tendrán la opción de vincular o de crear su proprio blog a este y así crear una red más amplia y dinámica.
En este blog comunitario Alud lanza el anexo, México sin deus ex machina, con el propósito de dialogar abiertamente acerca del centenario de la revolución y el bicentenario de la independencia mexicana. En este espacio se aceptaran todo tipo de contribuciones que se apeguen a la temática y se mantendrá el formato blog para incitar el debate entre autores y lectores inmediatos.
Temas y formatos a considerar:
Ensayos sobre la máquina durante la revolución (su uso o desuso).
La máquina como transformador de lenguaje.
La máquina y la reforma.
¿De la máquina vive el hombre?
Fotografías de ayer y ahora: la máquina en la sociedad mexicana.
200 años de mecanización.
Videos: México en construcción.
El narco-estado
No hay fecha límite hasta no terminar el capítulo de La voz y la máquina: perduración y transformación
Todos los trabajos deben tener una portada donde aparezca el nombre del trabajo y del autor, así como su dirección postal y electrónica. También se debe de incluír una breve reseña biográfica por separado. Todos los textos serán recibidos electrónicamente en formato Word, y en caso de ser este un artículo literario, en el formato MLA (Modern Language Association). Para fotografía en formato JPEG. Para animación: Flash.
Para trabajos escritos en inglés, favor de relacionarlos a un tema o texto iberoamericano, Chicano, o U.S. Latino. Todos los trabajos escritos en español o portugués serán considerados.
Favor de enviar todo material a la siguiente dirección electrónica con el encabezado: Alud colaboración y su nombre:
aludmail@gmail.com / Ver
<>000<>000<>000<>
Manuel Ramos Martínez
Hijos de la Geografía
Pareciera que todos nacimos marcados
por los contornos de nuestra geografía y
que por nuestra sangre circulara el humus de la
tierra que nos enseñó los primeros colores,
Cuando pequeños sentimos que las olas del mar
seguían acompasadas los
latidos de nuestros corazones,
Nos fuimos transformando en la prolongación telúrica de esa
savia inmensa que es el Océano Pacífico.
El hombre más que producto de las circunstancias,
es un hijo de la geografía.
En los paisajes naturales de nuestra ciudad natal
se fraguaron nuestra vivencias.
Los cerros violetas y azules,
desnudos asnos del norte chileno,
limitaban nuestras miradas al Este.
Pero ese mar inmenso que lamía nuestros pies,
nos mostraba un horizonte de nuevos amaneceres.
Muchos de nuestros amigos anclaron sus vidas en el puerto pequeño.
Otros levantaron sus anclas para hendir sus proas en otros destinos,
A muchos los sorprendió el temporal de la vida en alta mar.
Para ellos el combate fue desigual :
frente a las gigantescas olas de injusticia y violencia,
sus cuerpos naufragaron.
Sus ideales, sin embargo aun siguen azotando
las costas de nuestro Chile.
Otros navegaron siempre buscando el norte de la justicia social.
Capearon temporales y llegaron a otros puertos asidos de los restos de la nave.
Y con tierra prestada echaron raíces.
No es el mismo sol.
No son las mismas estrellas.
El frío es blanco, el vino amargo.
Como despertando de un sueño increíble han ido creciendo sus ramas.
Y tras esos inviernos largos, también han brotado flores.
Flores de esperanzas y optimismo.
Flores que cantan a un pasado que murió en la boca de un fusil,
Flores que adornan el cuerpo y cintura de sus vidas,
Flores que cantan un himno a la paz.
Flores que se alimentan con el tiempo.
<><>000<><>000<><>
Elisa Dejistani
Somos
Un relato en suspenso
esa grieta en la sangre
donde se cuela
el misterio
Temblor
en las manos del otoño
un escalofrío
acurrucado en el deseo
Somos apenas
la esperanza
de un halcón herido
en la mitad del vuelo
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Espectros
Quién
insiste en rebelarse
Para quién
soplan las bocas
liberan el sonido
Quién
acude entre renglones
conjuga tiempos
derrama el oro
del insomnio
escarba en la prosodia
un grito sofocado:
La escritura del cuerpo
su condena
Quién
golpea desde
una letra oscura
Elisa Dejistani / Dualidad del silencio (2009)
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Luis Alberto Battaglia (Argentina)
El milagro
Y de repente pena,
luna que vuela sin saber tu nombre,
melodías de todos los colores,
sol de mi alma.
Todo los días recito tu sonrisa
como desde las lágrimas,
un encuentro casual,
una esperanza
bajada de los milagros.
Amor
de los más lejanos países;
los que viven abrigados del olvido,
adentro de mis sueños.
Y de repente
sabes
me imagino tu boca repitiendo te amo
y vuelvo hacia el inicio de las cosas
con la vida en las manos
7-1-2011 / Bitácora
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el tiempo me perdía.
Clavada a la madera de otro sueño
volaban sobre mí noches y días.
Poblándome de una
nostalgia distraída,
la tierra, el mar, me entraban en los ojos
y por ociosas lágrimas salían.
Cuántos papeles ciegos
en la tarde vacía.
Qué multitud de imágenes miradas
como a través de una mortal llovizna.
Entorpecidas sombras
en vez de manos mías,
de tanto enajenarse en los espejos,
todo lo que tocaba se moría.
Memorias y esperanzas
callaban su agonía:
un porfiado presente demoraba
siempre las mismas ramas amarillas.
Qué tiempo sin sentido
el que mi amor perdía.
Qué lamentable primavera inútil
haciendo en vano flores que se olvidan.
Pero mi corazón
velaba y no sabía.
Recuperada su pasión secreta
ahora enamorado resucita.
Y el tiempo que hoy me guarda
entre sus hojas vivas
es un tiempo feliz desde hace tantos
sueños que nacerán en la vigilia.
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El 45
Te acordás, hermana, qué tiempos aquellos,
la vida nos daba la misma lección.
En la primavera del cuarenta y cinco
tenias quince años lo mismo que yo.
Te acordás, hermana, de aquellos cadetes,
del primer bolero y el té en El Galeón
cuando los domingos la lluvia traía
la voz de Bing Crosby y un verso de amor.
Te acordás de la Plaza de Mayo
cuando «el que te dije» salía al balcón.
Tanto cambió todo que el sol de la infancia
de golpe y porrazo se nos alunó.
Te acordás, hermana, qué tiempos de seca
cuando un pobre peso daba un estirón
y al pagarnos toda una edad de rabonas
valía más vida que un millón de hoy.
Te acordás, hermana, que desde muy lejos
un olor a espanto nos enloqueció:
era de Hiroshima donde tantas chicas
tenían quince años como vos y yo.
Te acordás que más tarde la vida
vino en tacos altos y nos separó.
Ya no compartimos el mismo tranvía,
sólo nos reúne la buena de Dios.
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Oración a la justicia
Señora de ojos vendados
que estás en los tribunales
sin ver a los abogados,
baja de tus pedestales.
Quítate la venda y mira
cuánta mentira.
Actualiza la balanza
y arremete con la espada,
que sin tus buenos oficios
no somos nada.
Lávanos de sangre y tinta,
resucita al inocente
y haz que los muertos entierren
el expediente.
Espanta a las aves negras,
aniquila a los gusanos
y que a tus plantas los hombres
se den la mano.
Ilumina al juez dormido,
apacigua toda guerra
y hazte reina para siempre
de nuestra tierra.
Señora de ojos vendados,
con la espada y la balanza
a los justos humillados
no les robes la esperanza.
Dales la razón y llora
porque ya es hora.
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Convocatoria: La voz y la máquina: perduración y transformación
Alud, la revista electrónica-literaria del Departamento de Español y Portugués de la Universidad de California, Irvine, le invita a participar como colaborador de nuestra tercera edición dedicada al tema: La voz y la máquina: perduración y transformación.
Se aceptarán todo tipo de artículos académicos en proceso de investigación o finalizados sobre literatura, lingüística, política, cine y demás, tanto como ficción, poesía y fotografía artística. También, se recibirán proyectos audiovisuales desde una perspectiva social, cultural o artística, muestras culinarias, arte plástico en formato fotográfico al igual que animación de menos de cinco minutos en formato flash; poesía en papel digital, sonora, de interpretación total o intermedia, entre otras manifestaciones artísticas y sociopolíticas.
Estos son algunos posibles subtemas a consideración:
Artículos académicos sobre los rincones no globalizados
Cuentos cyborgnéticos y demás ficciones computarizadas
Ensayos sobre lingüíst(ic)as en extincción
Fotografía en voz alta
Poesía y errores mecanográficos
Acercamientos a las nuevas fronteras literarias post-internet
Entrevistas digitalizadas
Reseñas de músicas y textos subalternos
Traducciones al borde de la letra y la intención
Revoluciones, evoluciones y mercadotécnia post-pop
«Migraciones»: entre el mundo «real» y el mundo digital, la palabra y la imagen, entre naciones, fronteras y épocas.
Además, presentamos el blog comunitario, reVista @bierta, una galería de ventanas y puertas, de pasillos y conductos, una sala, un comedor, que estará invitando a varios colaboradores a que se unan a la discusión libre mediante el blog. Todos los colaboradores tendrán la opción de vincular o de crear su proprio blog a este y así crear una red más amplia y dinámica.
En este blog comunitario Alud lanza el anexo, México sin deus ex machina, con el propósito de dialogar abiertamente acerca del centenario de la revolución y el bicentenario de la independencia mexicana. En este espacio se aceptaran todo tipo de contribuciones que se apeguen a la temática y se mantendrá el formato blog para incitar el debate entre autores y lectores inmediatos.
Temas y formatos a considerar:
Ensayos sobre la máquina durante la revolución (su uso o desuso).
La máquina como transformador de lenguaje.
La máquina y la reforma.
¿De la máquina vive el hombre?
Fotografías de ayer y ahora: la máquina en la sociedad mexicana.
200 años de mecanización.
Videos: México en construcción.
El narco-estado
No hay fecha límite hasta no terminar el capítulo de La voz y la máquina: perduración y transformación
Todos los trabajos deben tener una portada donde aparezca el nombre del trabajo y del autor, así como su dirección postal y electrónica. También se debe de incluír una breve reseña biográfica por separado. Todos los textos serán recibidos electrónicamente en formato Word, y en caso de ser este un artículo literario, en el formato MLA (Modern Language Association). Para fotografía en formato JPEG. Para animación: Flash.
Para trabajos escritos en inglés, favor de relacionarlos a un tema o texto iberoamericano, Chicano, o U.S. Latino. Todos los trabajos escritos en español o portugués serán considerados.
Favor de enviar todo material a la siguiente dirección electrónica con el encabezado: Alud colaboración y su nombre:
aludmail@gmail.com / Ver
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Manuel Ramos Martínez
Hijos de la Geografía
Pareciera que todos nacimos marcados
por los contornos de nuestra geografía y
que por nuestra sangre circulara el humus de la
tierra que nos enseñó los primeros colores,
Cuando pequeños sentimos que las olas del mar
seguían acompasadas los
latidos de nuestros corazones,
Nos fuimos transformando en la prolongación telúrica de esa
savia inmensa que es el Océano Pacífico.
El hombre más que producto de las circunstancias,
es un hijo de la geografía.
En los paisajes naturales de nuestra ciudad natal
se fraguaron nuestra vivencias.
Los cerros violetas y azules,
desnudos asnos del norte chileno,
limitaban nuestras miradas al Este.
Pero ese mar inmenso que lamía nuestros pies,
nos mostraba un horizonte de nuevos amaneceres.
Muchos de nuestros amigos anclaron sus vidas en el puerto pequeño.
Otros levantaron sus anclas para hendir sus proas en otros destinos,
A muchos los sorprendió el temporal de la vida en alta mar.
Para ellos el combate fue desigual :
frente a las gigantescas olas de injusticia y violencia,
sus cuerpos naufragaron.
Sus ideales, sin embargo aun siguen azotando
las costas de nuestro Chile.
Otros navegaron siempre buscando el norte de la justicia social.
Capearon temporales y llegaron a otros puertos asidos de los restos de la nave.
Y con tierra prestada echaron raíces.
No es el mismo sol.
No son las mismas estrellas.
El frío es blanco, el vino amargo.
Como despertando de un sueño increíble han ido creciendo sus ramas.
Y tras esos inviernos largos, también han brotado flores.
Flores de esperanzas y optimismo.
Flores que cantan a un pasado que murió en la boca de un fusil,
Flores que adornan el cuerpo y cintura de sus vidas,
Flores que cantan un himno a la paz.
Flores que se alimentan con el tiempo.
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Elisa Dejistani
Somos
Un relato en suspenso
esa grieta en la sangre
donde se cuela
el misterio
Temblor
en las manos del otoño
un escalofrío
acurrucado en el deseo
Somos apenas
la esperanza
de un halcón herido
en la mitad del vuelo
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Espectros
Quién
insiste en rebelarse
Para quién
soplan las bocas
liberan el sonido
Quién
acude entre renglones
conjuga tiempos
derrama el oro
del insomnio
escarba en la prosodia
un grito sofocado:
La escritura del cuerpo
su condena
Quién
golpea desde
una letra oscura
Elisa Dejistani / Dualidad del silencio (2009)
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Luis Alberto Battaglia (Argentina)
El milagro
Y de repente pena,
luna que vuela sin saber tu nombre,
melodías de todos los colores,
sol de mi alma.
Todo los días recito tu sonrisa
como desde las lágrimas,
un encuentro casual,
una esperanza
bajada de los milagros.
Amor
de los más lejanos países;
los que viven abrigados del olvido,
adentro de mis sueños.
Y de repente
sabes
me imagino tu boca repitiendo te amo
y vuelvo hacia el inicio de las cosas
con la vida en las manos
7-1-2011 / Bitácora
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Maritza Alvarez (Chile)
Del mismo
Del mismo corazón del hombre nació
y surgió el pensamiento lívido de la indiferencia
Buscó entre mil figuraciones
dos mil desfiguraciones y tres mil teorías
una sola respuesta que le hiciera sentido
Concibió el bien y el mal en estado vegetal
y aún busca desesperado y ciego de si mismo
esa certidumbre que si la encontrara despierto
le mostraría como caen al vacío y se destrozan
las verdades que un día, cual bateador
lanzó muy lejos de su centro-universo
Verdades tan ciertas como el primer llanto
o las primeras lágrimas estivales
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Desafío
¡Bueno, salta entonces!
¿no dices que tienes tanto?
entonces demuestra lo que eres!
que no solamente yo te impongo un desafío
todo el mundo te está esperando
sobretodo tú mismo y eso es lo más penoso ahora
¿Por qué te llenas la boca de filosofías baratas
y débiles más encima?
¿Te crees diferente y superior tal vez?
Vamos, salta de una vez!
Atrévete en tu mundo pequeño
y algún día «ensancha tu tienda»
que hasta el momento has dado sólo pasos de tortuga
escondido la cabeza como avestruz
y más encima cuando pudiste avanzar un pasito
te devolviste como cinco para atrás...
¡SALTA!
¡ATRÉVETE!
¡NO ES UN PRECIPICIO de lo que te hablo!
Sólo un par de aguas tormentosas en medio
de monte a monte y cualquier ser humano
las conoce y debe atravesar
¡Te espero, quiero contemplar tu hombría!
Esa de la que presumes cada vez
y que tantas veces hizo llorar mi alma
Pero ya no, mira que si sigo contigo sería como tú...
y eso, amigo mío NO LO QUIERO NI LO PERMITO!
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Equilíbrate sobre tu propio pie...
No uses bastones
No pidas ayuda
No pongas la confianza en los otros
No busques deidades extrañas
No sueñes.
Malmandado, medio maltrecho y derruido
sobrevives a los consejos...
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Pongámos a cuenta
Pongámonos a cuenta
qué te parece...
bebámonos poco a poco
en un acto de valentía
Cuando todo allá afuera oscurece
llenemos nuestras despensas
del alivio que esto impone
Dejemos que el rocío fresco
llene nuestras fuentes de primaveras
y extraiga lo mejor de nuestros labios
Los corazones volcados sobre la mesa
donde antes existió el inconmovible silencio
Cojámosle las manos a la sinceridad
no temamos el contacto de su piel
que sin duda de sus poros sin máscaras
brotará la pretendida restauración
Yo agonizaré tus angustias
en la más rotunda de las hogueras
desazones que te atrapan ciertamente
vulnerando raciocinio y otras cosas
Intentarás entonces renacer en mis espacios
que de pronto alojan sus alegrías
por ejemplo al sentir tu mirada clara
tan clara ...
abrigando a la mirada mía
Pero hagámoslo prestos...
apurando nuestras propias cosechas
pues no sabemos si hay un mañana
Pongámonos a cuenta, pues
qué te parece...
Maritza Alvarez / En Colaboradores
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Diálogo de la revista «Comunidades»
con el Dr. Mario Javier Sabán sobre Jesús y el judaísmo
Mario Javier Sabán es un joven investigador, ahora radicado en España, que en los años 90 convulsionó a la aristocracia católica argentina con sus atrevidas y sólidas demostraciones acerca del origen judíos de patricias familias cristianas. Un largo trecho de investigación y estudio recorrió escribiendo una decena de libros sobre este y otros temas vinculados al confuso origen de la religión cristiana. Saban acaba de escribir su nuevo libro El Judaísmo de San Pablo, La matriz judía del cristianismo que promete levantar una polvareda no menor con sólidos argumentos.
Comunidades sostuvo un extenso diálogo con él cuya síntesis reproducimos a continuación.
—¿Por qué razon un judio estudioso de la Inquisición española comienza a estudiar los origenes judios del cristianismo?
—En principio todos mis estudios sobre el Tribunal de la Inquisición me llevaban a una pregunta que no podia resolver: ¿Cómo fue posible que una religión como el cristianismo que nacio del seno del pueblo judio se transformara en antijudia? Esa fue la clave para comenzar mi trabajo de investigación.
—Y es verdad, aparentemente es una contradicción historica: ¿Por qué el cristianismo que nació del judaísmo en forma directa se transformo en antijudio?
—El cristianismo en el siglo IV sufre un proceso de transformación historica y religiosa.Ese proceso de reforma o cambio del cristianismo lo podriamos denominar como proceso de paganizacion. El cristianismo primitivo del siglo I que era completamente judio se transformo en a-judaico y posteriormente en anti-judio. Ese proceso historico llevo 4 siglos.
—¿Cómo podrias demostrar el origen judio de Jesús?
Bueno, si uno lee el mal llamado Nuevo Testamento puede ver que uno de sus objetivos es mostrar la genealogía davídica de Jesús y por lo tanto demostrar el origen genealógico judio de Jesús.
—¿Por qué dices Mal llamado?
—Es que pronunciar las palabras Nuevo Testamento es decir que nuestro Tanaj es antiguo y por lo tanto lo antiguo no tiene valor.Los judios debemos decir los escritos cristianos pero jamas pronunciar las palabras Nuevo Testamento porque entonces ideológicamente decimos que el Tanaj es antiguo... El mal llamado Antiguo Testamento es decir nuestro vigente Tanaj es eterno y así lo dice el propio Dios cuando se dirige a Moisés, «Establecere con este pueblo una Alianza Eterna» y, por lo tanto, la Alianza nunca sera derogada y por lo tanto jamas es antigua. Esos términos de Antigua y Nueva surgieron en el siglo... Los cristianos primitivos siempre hablaron de la Unica Alianza no de dos alianzas diferentes o de dos testamentos diferentes.
—¿Cómo ves vos el fenómeno del cristianismo?¿Por qué nacio y se desarrollo?
—En primer lugar debo aclarar que Jesús «nacio,vivio y murio» como judio, porque sino comprendemos este punto ya no compredemos nada en absoluto. Muchos cristianos me dicen que Jesús se enfrento al judaísmo, tamaño error teológico e histórico.Yo les tengo que siempre repetir que deberían leer mejor lo que ellos denominan el Nuevo Testamento... Si leen el libro del judio Levi ben Alfeo (el judio San Mateo) podrían leer que en el capitulo 5 versiculos 17 a 19 dice Jesús: «No penses que he venido a abolir la Torá y los profetas no he venido a anular sino a cumplir.Porque cualquier que no cumpla las mitzvot será llamado pequeño en el reino de los cielos y aquel que cumpla las mitzvot sera llamado grande en el reino de los cielos». [...] Y para rematar tenemos que ir a otro libro del judio Mordejai Ben Yojanan (San Marcos) que dice en el capitulo 12 versiculos 28 y 29 cuando a Jesús se le pregunto cual era el principal mandamiento que el creia que todo seguidor debia creer: Shema Israel Adonai Eloheinu Adonai Ejad. ¿Este hombre acaso no es completamente judio?.Jesús por lo tanto a no dudar fue un santo rabino de Galilea que murio como judio.
—Entonces ¿cómo nació el cristianismo? Si Jesús era judio y sus seguidores también lo fueron: ¿Cuándo nace la Iglesia cristiana?
—Este era mi gran interrogante que dio comienzo a la investigación que ya lleva 12 años y que abre un nuevo horizonte para el futuro. El primer martir del cristianismo era el judio griego Esteban (San Esteban) y los 12 apostoles eran los 12 judios... El proceso que lleva a la aparición del cristianismo es la unión de dos elementos de teología judía que se mezclan y dan lugar con el tiempo a la aparición de una nueva religión separada del pueblo de Israel.
Muchos dicen que fue San Pablo su creador... En mi nuevo libro EL JUDAÍSMO DE SAN PABLO demuestro en forma muy profunda como se tergiverso el pensamiento judio de Saul de Tarso en el siglo IV en la época de los Padres de la Iglesia... Un hombre que dice en su Carta a los Romanos, Cap 3, versiculo 31: «¿Acaso derogamos la Tora por la fe? Jamas suceda eso establecemos la Tora». Este hombre jamas abandonó el judaísmo como nos lo hicieron pensar.Justamente lo que yo refuto en mis investigaciones históricas y teológicas,el judio Saul de Tarso no fue ni un traidor al judaísmo ni un apostata si fue un judio mesiánico. Pero no un judio mesiánico como los mal llamados judios mesiánicos actuales porque existe una diferencia fundamental entre el mesianismo de Pablo y el mesianismo judio actual que el mesianismo de Pablo era judío y el mesianismo actual es pagano. [...] El judio mesiánico San Pablo creia que Jesús era el Mesias de Israel pero jamas creyó que Jesús era consusbtancial a Dios.Eso si creen los actuales judios que se dicen mesiánicos y en verdad no son judios. Judios somos todos aquellos que creemos que el Mesias de Israel jamas podra ser consusbtancial en su esencia a Adonai. El mesianismo de Pablo es el mismo mesianismo de Rabi Akiva con Bar Cojba y que yo sepa jamas a Rabi Akiva por ser mesiánico se lo dejo fuera del marco del judaísmo.
—La confusión continua porque entonces si el judio Jesús no fundo el cristianismo y si el judio Saul de Tarso fundo un judaísmo mesiánico: ¿Cuándo nace el cristianismo?
—En el año 50 se discutió en Jerusalén un tema teologico para aceptar a los no judios al movimiento cristiano y después de un largo debate que se puede leer en el libro de Hechos de los Apóstoles, Capitulo 15, se llega a una conclusión de teología judía.La discusión se centraba en la existencia de dos diferentes grupos,un grupo de judios que creian que Jesús era el Mesias de Israel decia que para creer en Jesús habia que convertirse al judaísmo y cumplir toda la Torá) y por lo tanto cumplir todo el ritual judio como el Sabado y la circuncisión.
—Otro grupo judio que creia que Jesús era el Mesias planteo que no se necesitaba convertir a los gentiles al judaísmo para aceptar el carácter mesiánico de Jesús y por lo tanto los gentiles no judios no debian circuncidarse ni cumplir la Torá. Ahora bien:¿Qué dice el judaísmo de esto?. Si hoy un gentil va a un rabino y le pregunta: ¿Quiero cumplir con Dios y me quiero convertir al judaísmo? ¿Qué le contesta el rabino? No es necesario puedes cumplir con las siete leyes de Noe y no convertirte al judaísmo porque nuestra religión no es proselitista. Esta fue la solución del judio Jacobo Ben Alfeo (Santiago el Menor) los gentiles que deseen ingresar al movimiento judio mesiánico no necesitan circuncidarse y convertirse al judaísmo porque pueden cumplir con las siete leyes de Noé. [...] Y entonces sucedió lo inesperado con dos ideas judias se fundo una religión no judia: porque los gentiles que ingresaron al movimiento judio mesiánico en el siglo II alcanzaron la mayoria demográfica y como creian que Jesús era el Mesias tomaron el control del grupo que se independizó del judaísmo. El judaísmo por lo tanto haciendo uso de dos elementos de teologia judia que se mezclaron y no convirtiendo a los gentiles al judaísmo creo el mismo el cristianismo en el siglo II. [...] El cristianismo por lo tanto tuvo una ventaja frente al judaísmo y es que no exigio la circuncisión,el bautismo constituia un ingreso mas facil para los gentiles que deseaban creer en Dios. [...] Como las siete leyes de Noé del judaísmo permiten que el gentil pueda creer en el Dios de Israel sin pertenecer al pueblo de Israel nació de ese modo el cristianismo.
—¿Qué esta sucediendo actualmente con la difusión de tus investigaciones?
—La investigación historica y teologica presenta un gran desafio para el cristianismo actual,muchos comienzan a sentir a traves de una lectura correcta del "Evangelio" que en el fondo toda la enseñanza de Jesús es judia y entonces comienzan a comprender cuanto le deben al pueblo de Israel. Si la Iglesia y cada cristiano en forma personal con el paso del tiempo pueda reconocer la deuda que el cristianismo tiene con el judaísmo entonces comenzaremos en verdad a combatir realmente el antisemitismo.Esa es actualmente mi misión,ir de ciudad en ciudad a través de todo el mundo cristiano diciendo: Jesús nacio,vivio y murio como judio y aunque en el fondo del alma cristiana anide un antijudaismo pagano debera el cristianismo terminar de reconocer su deuda con el Pueblo judio. Algunos críticos de tu obra dicen que tus investigaciones implican una desvalorización del cristianismo y por ende generan antisemitismo y quiebran la reconciliación judeo-cristiana .... [...] Siempre existen criticos que no comprenden los objetivos de una investigacion a corto plazo.Que el cristiano conozca profundamente sus raices judias no jusitifica su antijudaismo,ya que el antijudaismo muchas veces siempre existe y busca caminos de racionalizacion para justificarse. Justamente el dialogo judeo-cristiano se va fortaleciendo en la medida en que el cristiano comprende sus origenes judios y respeta su herencia.
Tomado de COMUNIDADES / Delacole.Com
10 de Enero de 2011
[Mario Sabán es Doctor en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid. Desde hace más de 15 años se dedica a la investigación histórica y teológica sobre los orígenes judíos del cristianismo. Fruto de esos años son algunas de las obras publicadas hasta el momento, como Raíces judías del cristianismo, El judaísmo de San Pablo o El sábado hebreo en el cristianismo. Sin embargo, es El judaísmo de Jesús (2008) la obra fundamental de su investigación, un verdadero descubrimiento sobre el pensamiento judío del rabino de Nazaret. En Argentina, Mario Javier Sabán presentó en septiembre de 2008 su importante libro: El judaísmo de Jesús, producto de sus últimos años de estudio en las fuentes del judaísmo y su particularidad con la conexión de las enseñanzas de Jesús y las tradiciones más antiguas del judaísmo. Saban demuestra que todas las enseñanzas éticas de Jesús están contenidas dentro del judaísmo. Es el libro que nos descubre finalmente al rabino Yeoshuá y su verdadero pensamiento judío. Mario Sabán estudia a Jesús como lo que fue: un judío del siglo I].
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